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Sustentabilidad es la expresión actual que designa el proceso de diseño que revierte el producir edificios que consumen en exceso Y se impone

como
contrapartida del consumo responsable y la producción limpia. Concebir edificios es necesario para el desarrollo humano, en tanto la producción y su
uso siempre van a generar un impacto en la naturaleza. No sería pertinente hablar de cero impactos sino de mitigación del mismo y, si es posible,
mejorar la situación previa a su concepción. Apunta a mantener vigente un dispositivo de monitoreo que jaquee a la producción sucia, evitando que
aparezca la contaminación. Hoy en día se está hablando mucho de la arquitectura sustentable en relación a la eficiencia energética en los edificios de
categoría, ya sean residenciales, comerciales, gubernamentales, etc. Esta actitud es válida pero reduccionista. Creo que es momento de difundir también
lo relativo a “la otra arquitectura sustentable”, aquella que su aplicación conlleve a resolver los problemas de la crisis de sustentabilidad socio-ambiental
en nuestro, dentro del contexto de un desarrollo sustentable, ampliando los temas a incluir, ellos son: Mejorar la vivienda social, profundizar el diseño
del hábitat extremo y temporal, revertir la situación de los pequeños pueblos rurales, cuidar el patrimonio histórico y cultural de la región, etc.
(Sustentable, 2016).

Con la creciente problemática global de deterioro ambiental, la arquitectura sustentable se convierte en un ejercicio fundamental de contribución a la
reducción del daño ambiental, el ahorro de recursos naturales no renovables, y al mejoramiento de espacios habitables como la vivienda es el ámbito
en el que organismos como la ONU consideran básico definir los parámetros de habitabilidad, y al relacionarla a los principios de sustentabilidad, la
consideran como uno de los medios más importante para elevar la calidad de vida de sus habitantes (Chan López, 2019).

En México, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 con una visión hacia el 2030, expresa el propósito de alcanzar el Desarrollo Humano Sustentable.
Por lo que la Política Nacional de Vivienda conduce hacia un desarrollo habitacional sustentable acorde a los ejes rectores de la política pública nacional,
y en específico al de sustentabilidad ambiental. Para esto, la Ley de Vivienda promulgada en 2006, define criterios básicos para imprimir dimensiones
de sustentabilidad en vivienda promovida por entidades del gobierno, y establece que sus acciones deberán ser un factor de sustentabilidad ambiental,
ordenación territorial y desarrollo urbano (presidencia de la republica, Estados Unidos Mexicanos, 2007).

Con el paso del tiempo la sociedad fue aumentando su consumismo y la demanda de productos fue creciendo. Surgieron grandes empresas y fábricas.
Aumento la construcción de edificios y tiendas, de manera tal que las fábricas y grandes empresas aumentaron su producción. Esta producción tanto
de objetos de consumo y construcciones impacta directamente en la contaminación ambiental: el uso de agua para producir energía, los desechos
tóxicos, los gases que eliminan las maquinarias, el uso de petróleo (Palermo, 2019).

En 1983, la ONU creó una nueva comisión llamada la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo. Dicha comisión elaboro un documento llamado
Nuestro Futuro Común, también conocido como el Informe Brundtland en 1987, en el cual se describe a que se refiere el desarrollo sostenible, según
el informe: elaborar un plan de reciclado, separando los residuos en orgánico e inorgánicos, y los cortes de madera para luego ser reciclados. Realizar
construcciones sin tener que nivelar el terreno. Incluir los árboles y las lomas en el diseño de la obra, Llevar a cabo planes de construcción sustentables,
por ejemplo, es el caso de una empresa actual en Argentina llamada Proyecta Verde, una de sus obras es la Casa Sol y Ricardo en Santa Clara del Mar
en la costa atlántica argentina. Los muros interiores están alivianados con botellas de gaseosas. Los revoques y las pinturas son de tierra y las ventanas
están hechas de madera reciclada. En un edificio sostenible, el uso de agua es reducido, y esto colabora con mantener las fuentes de agua naturales
para las próximas generaciones y evitar las fuentes de agua residuales. La utilización de paneles solares, luz y ventilación natural mejora
considerablemente la vida y la salud de los habitantes, además de reducir el consumo de electricidad (Palermo, 2019).

El Diseño Sustentable y su relación con el Diseño por Ciclo de Vida en los Edificios, son herramientas que complementan a su vez al proceso de Diseño
durante la concepción de proyectos de arquitectura, y durante la misma ejecución de los trabajos de construcción y mantenimiento del inmueble.
encaminadas a satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones en el ámbito de la sustentabilidad
(economía, sociedad y medio ambiente), En México es necesario ampliar el marco normativo referente a arquitectura, ya que las normas actuales en
materia de Diseño en arquitectura y urbanismo de este tipo son realmente insuficientes para hacer eficientes los proyectos de arquitectura desde ese
enfoque. Es necesario, por tanto, que la investigación en México en materia de arquitectura sustentable se dé más a fondo, principalmente en el
desarrollo de nuevas tecnologías que permitan dicho desarrollo (Moreno, silverio, 2008).

La “arquitectura sustentable” es difícil conseguir ya que esta nueva forma de hacer arquitectura no es asimilada por toda la sociedad, al hacerlo se
vencerá todo tipo de inercias culturales e intereses comerciales. Por ello, Crear nuevos espacios con “Naturalezas Artificiales” es algo complejo y que
llevará tiempo, La eliminación de la arquitectura racionalista (con todas sus vertientes eclécticas actuales) en diseño y conceptualización, la creación de
una sintaxis arquitectónica que permita la realización de una auténtica arquitectura sustentable en respuesta a las nuevas necesidades humanas y
medioambientales, algunos ejemplos para ilustrar el razonamiento de cambios significativos en la actual arquitectura son (Garrido, 2019, pág. 1):

1. La arquitectura “ligera” disminuye la inercia térmica de los edificios, se restringe enormemente su capacidad bioclimática y por tanto despilfarra
energía.
2. La “planta libre” y el concepto de desligar la estructura portante de los cerramientos y distribuciones del edificio, lo único que crea es una
disminución de inercia térmica, y, por tanto, la imposibilidad de un ahorro sustancial del consumo energético.
3. El tipo de huecos enrasados a la fachada y con perfilería oculta, lo único que logra es una enorme cantidad de puentes térmicos, una disminución
del control solar, una gran dependencia al consumo energético de aparatos climatizadores y un incremento de precio de los edificios.
4. Las cubiertas de extrema delgadez van asociadas a una falta completa de aislamiento térmico y de inercia térmica.
5. La modulación de suelos, paneles de tabiquería y paneles de fachadas produce inevitablemente una enorme cantidad de residuos.
6. El sistema de distribución de huecos, las tipologías elegidas y las estructuras arquitectónicas obtenidas no permiten la obtención de una
estructura bioclimática realmente eficaz, al no permitir fácilmente la creación de sistemas de generación, almacenaje y distribución de calor.

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