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#520 ¿Debe una doctrina de la expiación incluir la


sustitución penal?
March 25, 2017

P
Estimado Dr. Craig,

He estado disfrutando de sus videos y podcasts sobre su estudio de la expiación.


Sin embargo, tengo que admitir desde el principio que no acepto la sustitución
penal. Aunque crecí con esa visión, ahora tengo una combinación de teorías: la
teoría de recapitulación y la de satisfacción. Para hacer un resumen breve para los
lectores, la teoría de la recapitulación enseña que Jesús se hizo igual a nosotros e
hizo lo que nosotros deberíamos haber hecho, para que en él pudiéramos ser como
él y hacer lo que él hizo. Esa es, quizá, la teoría más antigua de la expiación y es la
base de muchas teorías posteriores. La teoría de la satisfacción de San Anselmo
añade que la obediencia auto-sacrificial de Jesús sirvió como restitución, o como
Anselmo llama “satisfacción”, por nuestros pecados. En mi opinión, esas teorías,
puestas juntas, son más bíblicas e intelectualmente satisfactorias que la sustitución
penal.

Le escribo porque casi todos los cristianos a quienes respeto, especialmente usted,
creen que las Escrituras enseña la sustitución penal. Siento como que me falta algo
lo cual quizás usted pueda ayudarme a ver. En la serie “Join Me In My Study” y en
la última clase de Defenders [Defensores], usted argumenta que el siervo sufriente
del Señor en Isaías 53, a quien identificamos como Jesús, claramente funciona
como un castigo sustitutivo.

En primer lugar, usted dice que la frase "El castigo, por nuestra paz, cayó sobre
Él", en Isaías 53:5 es una referencia explícita al castigo divino. Pero ¿la frase
"nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido” en el versículo 4
no insinúa exactamente lo contrario, de que él sólo parecía ser castigado por Dios
desde una perspectiva humana? Sí, como dicen los versículos 7-8, él fue oprimido
y afligido, pero fue por la injusticia de los hombres, no por la justa condenación de
Dios. Y sí, por supuesto, como dice el versículo 10, fue la voluntad de Dios de que
él sufriera y muriera como ofrenda por el pecado, pero eso está lejos de decir que
fue castigado por Dios.
Además, tengo una pregunta sobre el significado de la palabra traducida como
“castigo”. No tengo conocimiento del hebreo, pero por mi estudio limitado, me
suena como que significa “disciplina por el bien de uno” y no un castigo estricto.
Como dice Hebreos 5:8-9, él “aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo
sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le
obedecen”,es decir, él sufrió disciplina por nuestro bien. ¿No es esto al menos una
lectura posible (si no plausible) de Isaías 53:5?
En segundo lugar, usted argumenta que la idea de llevar el pecado significa sufrir
el castigo por el pecado, citando Levítico 24:15-16, donde encontramos: “Si
alguien maldice a su Dios, llevará su pecado. Además, el que blasfeme el nombre
del Señor, ciertamente ha de morir”. Está claro que en este contexto, llevar el
pecado efectivamente significa sufrir el castigo por el pecado. Pero ¿cómo usted
explica los pasajes como Levítico 5:17-18, donde se dice que el que ofrece la
ofrenda por la culpa lleva su iniquidad, y 10:17, donde se dice que los sacerdotes
"llevaran la iniquidad de la congregación, y para que sean reconciliados delante del
Señor” al comerse unas porciones de las ofrendas por el pecado? ¿Son estos
ejemplos también punitivos?
Hay tantas preguntas que quisiera hacerle, pero debido al poco tiempo
simplemente lo dejo ahí.

Gracias y que Dios le bendiga.

Atentamente,

Micah

Estados Unidos
 United States

RESPUESTA DE DR. CRAIG


R [

Micah, me sorprendió bastante tu declaración de que las teorías de la recapitulación y de


la satisfacción son más bíblicas que la sustitución penal, ya que las bases bíblicas para
esas dos teorías son muy pocas, diciéndolo amablemente. En su clásico estudio de la
expiación “A Critical History of the Christian Doctrine of Justification and
Reconciliation” [Una Historia Crítica de la Doctrina Cristiana de la Justificación y la
Reconciliación] (1870), Albrecht Ritschl comienza su historia con Anselmo y no con los
Padres de la Iglesia, porque en su visión las teorías de los Padres de la Iglesia no son
realmente teorías de la expiación (o reconciliación) sino que tienen que ver con conquistar
a Satanás, corrupción y muerte. Las teorías de la expiación, propiamente hablando, tienen
que ver con “una eliminación de la contrariedad unilateral o mutua entre la voluntad
divina y humana”. Consecuentemente, las especulaciones de los Padres de la Iglesia
"sobre la redención de la raza humana de Satanás y sobre la deificación de la raza humana
como una unidad natural, no caen bajo esa noción”.[1] Mi Doktorvater [supervisor
doctoral] Wolfhart Pannenberg desechó la teoría de la satisfacción de Anselmo con una
sola frase: “sin […] sufrimiento vicario penal, la función expiatoria de la muerte de Jesús
es incomprensible, a menos que tratemos de entender su muerte como un equivalente
ofrecido a Dios, algo parecido a la teoría de la satisfacción de Anselmo, la cual no tiene
ningún dato bíblico”.[2]
En contraste, hay bases bíblicas fuertes para la visión de que Dios le infligió a Cristo el
sufrimiento que merecíamos nosotros como castigo por nuestros pecados, como resultado
del cual nosotros ya no merecemos el castigo. Mi afirmación es que cualquier doctrina
bíblicamente adecuada de la expiación debe incluir la sustitución penal como un elemento
esencial. Eso no excluye la recapitulación ni la satisfacción de que ellas sean también
partes de una teoría de la expiación. Esos elementos pueden ser incluidos, también.
Tampoco no deberías omitir la sustitución penal como un elemento importante.

Como bien observas, Isaías 53 es un pasaje clave. Como mencioné en Defenders


[Defensores], a pesar de que algunos eruditos (como R.N. Whybray) han afirmado que el
Siervo del Señor simplemente comparte el sufrimiento de los exiliados judíos, esa
interpretación es bien rechazada porque tal interpretación (i) no hace tan buen sentido
como lo chocante expresado en lo que Jehová ha hecho al afligir a Su Siervo justo (Isaías
52.14-53.4) y (ii) es menos plausible a la luz de los fuertes contrastes, reforzados por los
pronombres hebreos, que se extraen entre el Siervo y las personas.

En cuanto a (i), el versículo que citas (v. 4) es parte de la falsa opinión que las personas
tenían del Siervo. Pero donde ellos erraban era en pensar que su aflicción significaba el
rechazo de él por parte de Jehová. Lo que ellos llegaron a ver es que "quiso el Señor
quebrantarle, sometiéndole a padecimiento” (v.10). Como observas, lo que es
sorprendente es la injusticia sufrida por el Siervo: él es el siervo justo de Dios, quien no
merece su destino. El erudito del Nuevo Testamento Donald Carson enfatiza,
Es el injusto castigo del Siervo en Isaías 53 que es tan extraordinario. El perdón,
restauración, salvación, reconciliación—todos son posibles, no debido a que los pecados
de alguna manera han sido cancelados como si nunca existieron, sino debido a otra
persona los llevó injustamente. Pero por el adverbio ‘injustamente’, quiero decir que la
persona que los llevó era justa y no merecía el castigo, no que algún ‘sistema’ moral que
Dios estaba administrando fue quebrantado.[3]
Por supuesto, la condenación del Siervo era algo injusto. Eso es lo que es tan
sorprendente. (Creo que quizás estás confundiendo el sufrimiento sustitutivo con la
imputación de los pecados. No hay alegación alguna de que Isaías 53 enseñe la
imputación de los pecados de las personas a Cristo.) El Siervo simplemente lleva el
castigo que las personas merecían por sus pecados.

Con respecto al punto (ii), los pronombres hebreos refuerzan el gran contraste que existe
entre el Siervo y las personas, mostrando que él meramente no se une a ellos en
sufrimiento. He aquí cómo Hans-Jürgen Hermisson traduce Isaías 53.4:

Ciertamente nuestras enfermedades—él las llevó


y nuestros dolores—él los cargó.
Hermisson concluye, "Por lo tanto, uno no puede articular eso como lo ha hecho R. N.
Whybray-‘Él simplemente compartió nuestros sufrimientos’—para poder interpretar el
pensamiento del sufrimiento vicario del texto”.[4] Según Otfried Hofius, la idea del
castigo sustitutivo “se expresa varias veces en el texto y debería, sin duda alguna, ser
considerado como su tema dominante y central”.[5] Aquí está la manera que Hofius
traduce el versículo 5:
Mas él fue herido por nuestras transgresiones,
y molido por nuestras iniquidades.
El castigo por nuestra salvación cayó sobre él,
y por sus heridas la sanidad llegó a nosotros.
El castigo (mencionado, por ejemplo, en La Biblia de las Américas) del cual se habla aquí
no significa disciplina, ya que es claro que no es para el beneficio del Siervo, quien está
siendo llevado a la muerte, sino para el beneficio de aquellos por quienes él padece
sufrimiento.

Ahora bien, como observas, otra indicación de que el sufrimiento del Siervo es punitivo
es que se dice que él lleva/carga nuestros pecados (Isaías 53. 4, 11, 12). "llevando pecados
(o iniquidad)" es una expresión común en hebreo, la cual típicamente significa (cuando se
usa referente a personas) ser considerado culpable o pasar por el castigo (por ejemplo,
Levítico 5.1, 7.18, 19.8, 24.15, Números 5.31, 9.13, 14.34). Digo "típicamente" porque,
como observas, cuando se dice que los sacerdotes son los portadores de los pecados de las
personas, el significado es hacer expiación (por ejemplo, Levítico 10.17: "para quitar la
culpa de la congregación, para hacer expiación por ellos delante del Señor”). Pero cuando
las personas llevan sus propios pecados, el significado, como dice Hofius, es "llevar la
culpa" o "llevar las consecuencias punitivas de la culpa de uno". Él observa,
En otra parte en el Antiguo Testamento la frase […] típicamente aparece solamente donde
las personas deben “llevar” las consecuencias penales de su propia culpa—es decir, en
casos donde las personas deben ‘compensar’ por el mal que ellos han cometido por su
propia cuenta y que ahora le sobreviene a ellos como un desastre. Aquí en Isaías 53, por
contraste—y únicamente aquí—se habla de una persona ‘llevando’ sustitutivamente la
culpa de otras personas. Por lo tanto, él sufre las consecuencias penales de una
culpa extrajera.[6]
Así que en el caso que citas, Levítico 5:17-18 es un ejemplo del típico uso de esa frase
hebrea. La NVI traduce estos versículos:

Si alguien peca inadvertidamente e incurre en algo que los mandamientos del Señor
prohíben, es culpable y sufrirá las consecuencias de su pecado. Le llevará al sacerdote un
carnero sin defecto, cuyo precio será fijado como sacrificio por la culpa. Así el sacerdote
hará expiación por el pecado que esa persona cometió inadvertidamente, y ese pecado le
será perdonado.

Por el contrario, en Isaías 53 el Siervo es el que lleva los pecados de las personas.

Sólo queda enfatizar, una vez más, cuán fundamental es Isaías 53 para la teología del
Nuevo Testamento. Los autores del Nuevo Testamento—de hecho, Jesús mismo—
identificaron a Jesús con el siervo justo de Isaías 53. 1 de Pedro 2.24 dice de Cristo: "Él
mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y
vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados”. A la luz de Isaías 53,
textos como "Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras"(1 Corintios 15.3),
ambiguos cuando se toman en aislamiento, se llenan de significados. No hay otro pasaje
en las escrituras judías que pueda ser interpretado tan siquiera remotamente sobre el
Mesías muriendo por los pecados de las personas.
Por lo tanto, la expresión fórmica "murió por nuestros pecados" se refiere al sufrimiento
sustitutivo y punitivo. Ese significado de "por" (hiper) se hace claro por expresiones
como "Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados" (Romanos 4.25), donde "por"
se traduce dia + el acusativo, que significa por causa de, y "entregado" y "pecados" evoca
Isaías 53.7-8. De igual manera, Marcos 10.45, "El Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”, donde “por” se
traduce anti, “en vez de”, “en cambio de”. 2 Corintios 5.21, "“Al que no conoció pecado,
le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él”, se
considera como que hace eco en todas sus partes de Isaías 53. “Al que no conoció
pecado” evoca al “el Justo,
mi Siervo”, en quien no había engaño en su boca (Isaías 53.9,11); “le hizo pecado por
nosotros” evoca “pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros”
(Isaías 53.6); “para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él” evoca “el Justo,
mi Siervo, justificará a muchos” (Isaías 53.11). Una vez más, no hay otro pasaje en el
Antiguo Testamento que remotamente se aproxime al contenido de esta frase.
Los autores del Nuevo Testamento, entonces, siguiendo a Jesús en su propia auto-
comprensión, consideraron a Cristo como el siervo sufriente de Isaías 53, quien sufrió en
el lugar de los pecadores, llevando el castigo que ellos merecían, para que ellos puedan
ser reconciliados con Dios. Por lo tanto, la sustitución penal debe ser parte de cualquier
teoría de la expiación que sea bíblicamente adecuada.

[1] Albrecht Ritschl, A Critical History of the Christian Doctrine of Justification and
Reconciliation, [Una Historia Crítica de la Doctrina Cristiana de la Justificación y la
Reconciliación] traducido por John S. Black(Edinburgh: Edmonston and Douglas, 1872),
p. 11.
[2] Wolfhart Pannenberg, Systematic Theology [Teología Sistemática], 3 vols., traducido
por Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, Mich.: William B. Eerdmans, 1991), 2: 427.
[3] D. A. Carson,“Atonement in Romans 3:21-26 [Expiación en Romanos 3: 21-26],”
en The Glory of the Atonement: Biblical, Historical, and Practical Perspectives [:a Gloria
de la expiación: Perspectivas bíblicas, históricas y prácticas], editado por Charles E. Hill y
Frank A. James III (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2004), p. 204.
[4] Hans-Jürgen Hermisson, “The Fourth Servant Song in the Context of Second Isaiah,”
in The Suffering Servant: Isaiah 53 in Jewish and Christian Sources, ed. Bernd Janowski
and Peter Stuhlmacher [1996], trans. Daniel P. Bailey (Grand Rapids, Mich.: Wm. B.
Eerdmans, 2004), p. 30.
[5] Otfried Hofius, “The Fourth Servant Song in the New Testament Letters [La cuarta
canción del siervo en las cartas del Nuevo Testamento] ” en The Suffering Servant [El
Siervo Sufriente], p. 164.
[6] Ibid., p. 166.
 [1]

Albrecht Ritschl, A Critical History of the Christian Doctrine of Justification and Reconciliation, [Una Historia Crítica

de la Doctrina Cristiana de la Justificación y la Reconciliación] traducido por John S. Black(Edinburgh: Edmonston and

Douglas, 1872), p. 11.

 [2]

Wolfhart Pannenberg, Systematic Theology [Teología Sistemática], 3 vols., traducido por Geoffrey W. Bromiley (Grand

Rapids, Mich.: William B. Eerdmans, 1991), 2: 427.

 [3]

D. A. Carson,“Atonement in Romans 3:21-26 [Expiación en Romanos 3: 21-26],” en The Glory of the Atonement:

Biblical, Historical, and Practical Perspectives [:a Gloria de la expiación: Perspectivas bíblicas, históricas y prácticas],

editado por Charles E. Hill y Frank A. James III (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2004), p. 204.

 [4]

Hans-Jürgen Hermisson, “The Fourth Servant Song in the Context of Second Isaiah,” in The Suffering Servant: Isaiah 53

in Jewish and Christian Sources, ed. Bernd Janowski and Peter Stuhlmacher [1996], trans. Daniel P. Bailey (Grand

Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans, 2004), p. 30.

 [5]

Otfried Hofius, “The Fourth Servant Song in the New Testament Letters [La cuarta canción del siervo en las cartas del

Nuevo Testamento] ” en The Suffering Servant [El Siervo Sufriente], p. 164.

 [6]

Ibid., p. 166.
- William Lane Craig

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