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Materia: Ética Cristiana

Alumno: Danny López


Profesor: Dr. Bernard Van Ee
Asistente académico: Mgr. Lisandro Calustro

1. ¿CÓMO ES LA RELACIÓN ENTRE EL "SUMMUN BONUM" Y LA MORAL CRISTIANA?

El Summun Bonum es el máximo bien o el bien mayor. Básicamente la cúspide de lo bueno.


El mundo es relativista al tratar de describir o señalar lo que considera como el bien máximo. Sin
embargo, la pauta absoluta de este bien supremo es Dios. El teólogo Arthur Pink describe esta
expresión como el “sumo bien”. Al hablar de ello, éste señala a Dios como la fuente, la esencia
misma, lo que realmente es. En las Escrituras se hacen varias declaraciones de esta realidad al decir
que “Dios es bueno”: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia” (Salmos 100:5;
Jeremías 33:11; Nahúm 1:7).

Forma parte del diseño y la creación: La biblia registra que la creación concluye con las
siguientes Palabras de Dios: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera” (Génesis 1:31). Poco antes de afirmar esto, el Señor también dijo que haría al hombre a
“Imagen y semejanza” (Génesis 1:26), lo cual está cargado de mucho significado. Sin embargo, se
rescata de entre sus significados el que Dios haya comunicado al hombre estas cualidades que son la
esencia de Dios, como por ejemplo, su bondad. El hombre no tiene la capacidad bondadosa de Dios,
como tampoco es bueno en esencia, pero toma de Él para manifestar bondad.

La moral cristiana es producto de la manifestación de la bondad de Dios comunicada al


hombre a través de su imagen y semejanza (Conciencia - Ley natural), como también a través de su
Palabra (Ley escrita). Al llamarla cristiana, no se hace más que referir a aquella ley renovada por
parte de Cristo Jesús, quien simplemente obedeció la ley, enseñó que debía obedecerse y también
cómo debía obedecerse: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido
para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17).

El “Summun Bonum” y la moral cristiana convergen en Cristo Jesús como el ejemplo para
todos los creyentes (Efesios 4:13). El cristiano puede disfrutar felizmente del sumo bien (De Dios y
sus bondades) al vivir o andar como Cristo Jesús, quien es el impulsor de la moral cristiana: “…el que
hace justicia es justo, como él es justo”. (1 Juan 3:7).

2. ¿CÓMO IMPACTA LA REVELACIÓN DE DIOS NUESTRO ENFOQUE DE LA ÉTICA COMO


ABSOLUTA?

El contexto permite usar el término “radicalmente”, puesto que no admite términos medios
o medias tintas, si se utiliza la ilustración de la manera de ver las cosas (En este caso la ética). La
única forma de tener una ética absoluta es si ésta se fundamenta en la Palabra inmutable de alguien
inmutable (Valga la redundancia). Esta Palabra inmutable (Isaías 40:8) es la que proviene de un Dios
inmutable (Santiago 1:17).

No es de sorprender que en las diferentes edades el mundo quiera practicar el relativismo


para así alejarse de una pauta normativa absoluta, es decir, siempre quiere cambiar y no quiere verse
limitado a algo. Ya se ha dicho que el mundo ve la ética como igual a la moral, de manera que
cambian los aspectos normativos (Ética) para sus vidas en función de lo que la sociedad considere
normal o práctico (Moral).

Ver la ética desde un enfoque humanista o antropocéntrico, permitirá que el hombre, quien
se considera “dios”, haga con su vida lo que quiera, y no deseará sujetarse a ningún parámetro
normativo si no al que considere correcto a su propio juicio. Pero si el enfoque es teocéntrico, es
decir, uno que se guía por lo que Dios ha comunicado como lo central, entonces éste considera la
revelación de Dios como ¡lo único! normativo para la vida, la conducta y la conciencia. No se admitirá
otro parámetro de vida más que aquel que es dado divinamente. Este es tajante.

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