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CLAVES PARA UNA BUENA COMUNICACIÓN CON ALUMNOS SORDOS

1.- Aunque no todas personas sordas tienen una lectura labio-facial excelente, la mayoría puede
leer los labios y las expresiones faciales, si se les habla despacio y desde un ángulo correcto.
Cuando hable con una persona sorda, no mastique, no se cubra la boca con la mano o con
cualquier otra cosa.

2.- Como maestros tenemos la costumbre de escribir en la pizarra al mismo tiempo que
explicamos, eso no se puede hacer cuando hay una persona sorda en el grupo, tratemos siempre
de estar mirando al grupo al dar la explicación, de esa forma el estudiante sordo tendrá contacto
visual con nuestros labios, al leerlos añadirá un 10-20 porciento de comprensión.

3.- Para llamar la atención de la persona sorda, se puede hacer agitando una mano frente a ella, si
se encuentra alejada, o tocando suavemente su hombro, si está cerca. Cuando la persona sorda
nos esté mirando podemos empezar con nuestra explicación.

4.- Una persona que carece de uno de los sentidos, se apoya en los otros, y por lo tanto los
desarrolla más en proporción a las personas que tienen todos los sentidos. En el caso de las
personas sordas, ellas desarrollan la vista de una manera muy amplia. En ellos el sentido de la
vista es su principal medio de comunicación, por lo tanto, cualquier información que tratemos de
proporcionar, lo haremos de manera efectiva si utilizamos muchos elementos visuales, y estos
deben ser coloridos para una mayor comprensión: dibujos, imágenes en una pantalla, textos
escritos con información concisa y breve, etc.

5.- Las personas sordas no tienen ningún problema con los aspectos prácticos, es esa la razón por
la que funcionaran mejor en matemáticas, por ejemplo. De modo que cuando existen dos o más
métodos para una operación, lo mejor es tratar de averiguar cual método conoce el alumno y
permitirle que realice de ese modo sus operaciones para no confundirla o agobiarla
innecesariamente: Un ejemplo sería en la suma de fracciones, que puede hacerse multiplicando
cruzado u obteniendo el M.C.M.

6.- A la hora de evaluar, debemos tener en cuenta que las personas sordas desarrollan una
memoria visual, ellas tienen la dura tarea de memorizar la forma correcta de escritura de una
palabra, sin tener otra ayuda (el sonido). De modo que ellas saben perfectamente bien como se
signa determinada palabra, pero nunca están absolutamente seguras de cómo se escribe esa
palabra. Si el examen consiste en preguntas abiertas, debemos repasar con el alumno, las
preguntas y las respuestas. También deberemos tener en mente que las preguntas deben ser
cortas y claras, y que, ellos al responder lo harán con el menor número de palabras posible.

Para temas de mecanización, como la ortografía, por ejemplo, se logran excelentes resultados con
un método antiguo pero eficiente, la repetición de la palabra: Al hacer planas o renglones de la
palabra, los sordos memorizan la forma correcta de escritura y una vez memorizado,
observaremos que muy difícilmente se equivocan.

Existe un código o protocolo de conducta dentro de la comunidad sorda, entender algunos de


ellos nos ayudará a no cometer errores que resulten en perjuicio del estudiante.
1.- Es de mal gusto tratar a la persona sorda como si tuviera discapacidad intelectual, la
discapacidad está en su sentido del oído no en su cerebro, ellos son capaces de aprender como
cualquier otra persona, pero con distinto método.

2.- Es de mal gusto desconocer por completo la LSM (Lengua de Señas Mexicanas) y, tan solo al
enterarnos de que la persona es sorda, empezar a “signar” letras frente a ellos.

3.- Es considerado como falta de educación, quedarse viendo a las personas sordas cuando ellas
están conversando en su lengua madre que es la Lengua de Señas Mexicanas. Es como si estuviera
uno metiéndose en la conversación de otro, sin conocerlos.

4.- Es de mal gusto llamar a una persona sorda, “sordomudo”, los sordos no hablan porque no
pueden imitar los sonidos que se producen al hablar, ya que ellos no los escuchan, pero la gran
mayoría podrían hablar perfectamente, si recibieran la terapia correspondiente.

5.- El término “capacidades diferentes” es un término ambiguo y paternalista que cayó en desuso
al poco tiempo de estar de “moda”. Todos tenemos capacidades diferentes, el término correcto es
discapacidad; en el caso de las personas sordas, es discapacidad auditiva.

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