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FUNCIONALISMO
Facilitador:
Dr. Julio César Bolívar (PHD)
Participantes:
Ana Moreno, C.I.N°. 13.902.105
Héctor Diaz, C.I.N° 12.736.499
Luccy Lima, C.I.N° 11.076.670
Origen:
El funcionalismo caracterizado por lo práctico otorgado a las acciones que deben
sostener el orden establecido en las sociedades, es una corriente teórica surgida
en Inglaterra en los años 1930 en las ciencias sociales, especialmente en
sociología y también de antropología social. La teoría está asociada a Émile
Durkheim en "Las reglas del método sociológico" (publicada en 1895) según la
cual se intenta comprender y explicar las estructuras sociales no por su origen
histórico, cultural, sino a partir de las funciones que desempeñan en el conjunto de
la sociedad o de otra unidad social más restringida y, más recientemente, a Talcott
Parsons además de otros autores como Herbert Spencer y Robert Merton. Este se
determina por un enfoque empirista que preconiza las ventajas del trabajo de
campo. En este sentido, los teóricos funcionalistas identifican en sus textos
comunicación con comunicación de masas porque esa es la realidad de la
sociedad moderna. Hasta el siglo XIX, la mayoría de las labores se realizaban en
un gabinete, mediante relatos sesgados de viajeros. El funcionalismo abrió a
principios del siglo XX la aplicación a la antropología científica por B. Malinowski y
A. Radcliffe-Brown, desarrollándose luego con gran éxito en Estados Unidos. La
corriente funcionalista es la escuela más extendida; se ha llegado a naturalizar y
se estudia como el paradigma de las ciencias de la comunicación.
Es por ello que entre 1890 y 1910, el funcionalismo fue el movimiento más
importante en la psicología académica anglosajona, y básicamente fue el
precursor del conductismo. Esta escuela subraya el estudio de la mente como una
parte funcional, esencialmente útil del organismo humano, y fue una consecuencia
de la propagación del darwinismo y su doctrina de la supervivencia de los más
aptos.
Por otro lado, las emociones las explicaban a partir del cambio corporal que sigue
directamente a la percepción del hecho causal, siendo la emoción la sensación
que aparece posterior a los cambios fisiológicos, por lo que explican las
sensaciones como representaciones del mundo exterior.
Comencemos con William James, quien vivió entre 1842 y 1910. En su juventud
estudió química, fisiología, anatomía, biología y medicina, posteriormente aceptó
enseñar fisiología en Harvard. En este lugar leyó filosofía en sus ratos libres,
encontrando un nexo entre ella y la fisiología, pues desde su punto de vista ambas
disciplinas parecían aproximarse en la psicología. Creó un laboratorio de
psicología en Harvard e inició la escuela de psicología funcionalista, la cual se
centra en el estudio de la mente como una parte funcional, esencialmente útil, del
organismo humano.
Tenía un interés claro por el funcionamiento de la mente, a la cual veía como el
objeto central en el estudio de la psicología. Le intrigaba el cerebro, la conciencia,
el pensamiento, las sensaciones, la percepción, el tiempo, la memoria, la voluntad,
la imaginación, el espacio y todos los tópicos que en esa época se trataban de
entender y delimitar.
Una de las obras más reconocidas de William James es la titulada Principios de
Psicología, escrita en 1890. Esta obra es considerada un clásico dentro de los
anales de la psicología, pues fundamenta los principios que había de regir a esta
disciplina. Al preparar sus clases y sus libros, James estudió los escritos
estructuralistas a fondo y no dudo en consideró que había un error en el enfoque
de Wilhelm Wundt y de Edward Titchener, llegando a la conclusión de que los
partículas de la experiencia (las sensaciones puras sin asociaciones) simplemente
no existían. Nuestra mente teje sin cesar asociaciones, revisa experiencias,
comienza, se detiene, pasa de una cosa a otra en el tiempo, por lo que James
opinaba que la conciencia es un fluir continuo. Las percepciones y asociaciones,
las sensaciones y emociones, no pueden separarse, pues cuando observamos un
plátano, vemos un plátano y no un objeto largo y amarillo.