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Facultad de Ciencias Económicas- UNNE-

2019
FALACIAS ARGUMENTATIVAS

Decimos que un argumento es falaz cuando las premisas no logran apoyar la conclusión. En un
sentido general podemos decir que cualquier error de razonamiento es una falacia. Sin embargo, el
término tal como lo utilizan los lógicos, no designa cualquier error de razonamiento, sino errores
típicos, equivocaciones en el razonamiento cuyo patrón común puede detectarse.

Según Copi y Cohen (2013) hay:


Falacias formales: que son los errores en la construcción de silogismos o en el uso de símbolos
lógicos. (Errores en la forma lógica).

Falacias informales o materiales: referidas al mal manejo del contenido de las proposiciones
que constituyen un argumento.

Dos típicas falacias formales son:

Afirmación del consecuente


Si A entonces B
B|
Por lo tanto, A

Negación del antecedente:

Si A entonces B
No A
Por lo tanto, no B

En este apartado consideraremos las falacias materiales más comunes:

Falacias de relevancia, cuyas premisas no son relevantes para la conclusión extraída, aunque,
parecen ser relevantes y, por ello engañan. Podrían llamarse mejor de irrelevancia, porque son producto
de una falta de conexión real entre las premisas y la conclusión. Ya que falta esta conexión, las
premisas ofrecidas no puedan establecer la verdad de la conclusión extraída. Pero las premisas pueden
continuar siendo psicológicamente relevantes para la conclusión y tener algún impacto emocional
sobre los lectores o receptores.
Cada una de estas falacias tienen un nombre tradicional en latín (o griego), aquí utilizaremos
tanto los nombres tradicionales como los modernos.

Las falacias más comunes dentro de ella son:

Apelación al Pueblo/ Apelación a las Emociones (Argumento ad populum)

Este es el mecanismo de todo demagogo y todo publicista, apelar a las emociones de la


audiencia. Apelar a las emociones es falaz porque en vez de una evidencia y argumento racional, este
depende del lenguaje expresivo y de otros mecanismos para provocar entusiasmo en pro o en contra
de una causa.

Por ejemplo:
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Esp./Prof. Norma R. García
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 “Ciudadanos, debemos ajustar las cuentas públicas y recaudar más impuestos. Hagan este
sacrificio pensando en sus hijos, ¿o acaso quieren dejarle un país endeudado para el día de
mañana?”

Cotidianamente somos manipulados por incesantes apelaciones a la emoción de todo tipo. El


anuncio publicitario utiliza esta falacia y la transforma en argumentos que capturan la atención del
consumidor para lograr uno de sus objetivos principales: la persuasión. Estos argumentos están
estructurados de manera que el consumidor se motive a preferir la marca o producto anunciado
basándose en falacias que no precisamente son la manera más adecuada, pero sí la que da mejor
resultado.
Los productos anunciados se asocian implícita o explícitamente con cosas que anhelamos o nos
estimulan favorablemente. Así, por ejemplo:
El cereal para el desayuno se asocia con una juventud, vital, con la habilidad deportiva, con
buena salud. El whiskey se asocia con el lujo y el éxito, la cerveza con aventuras emocionantes. El
auto con romances, riquezas, sexo.
Una de las empresas que más tiempo lleva explotando este tipo de Marketing es Coca Cola. Casi
todos sus anuncios buscan llegar al corazón del cliente y cautivarlos. Felicidad, sobre todo, pero
también diversión, alegría o diversidad son algunos de los atributos de los que hace gala y son los
valores que sus clientes comparten con ellos. Sus “slogans” más famosos entre muchos otros son: “La
chispa de la vida”, “Sensación de vivir”, “Siempre Coca-Cola”
En la publicidad aparecen hombres y mujeres bien distinguidas, encantadoras, destinadas a
captar nuestra atención, seducirnos, y penetrar nuestros pensamientos subconscientes.
Todos estamos influenciados en cierto grado por la publicidad, a pesar de estar determinados
para resistirnos.

Apelación a la Fuerza (argumento ad baculum)

Falacia en la que se recurre a amenazar con la fuerza (no necesariamente física). También se
conoce como ad baculum (garrote en mano).
El uso de la fuerza para coaccionar a su oponente parecería ser un último recurso cuando
fallan los métodos racionales.
Existen ocasiones en que la amenaza ad baculum se usa sutilmente. El argumentador puede no
amenazar directamente, sin embargo, puede transmitir una amenaza velada, encubierta, para ganar el
asentimiento de aquellos en peligro.
Por ejemplo:
 “Si el partido x gana las elecciones millones de personas perderán su trabajo”.
 “Aunque Ud. es libre de hacer lo que le parezca mejor, sin embargo, no creo que desee
perjudicarnos publicando ese artículo. No olvide que nuestro Banco es uno de los principales
anunciantes de su periódico”.

Apoyarse en el garrote o en la amenaza de la fuerza en cualquiera de sus formas, es inaceptable de


acuerdo con la razón. la apelación a la fuerza es el abandono de la razón-

Apelación contra la Persona (argumento ad hominem)

La frase “ad hominem" se traduce como contra la persona"

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Un argumento ad hominem es aquel en el que el ataque se dirige, no contra la conclusión, sino
contra una persona que defiende la conclusión en disputa.

El argumento ad hominem está entre las falacias más perjudiciales, en parte porque dicho
argumento es muy común y en parte porque tal argumento es injusto para el adversario, le ocasiona un
daño personal sin que se evidencie la falacia.

Por ejemplo, ante la siguiente afirmación:

 “El Estado debe repartir el dinero, haciéndolo llegar a quien más lo necesita”
Alguien puede argumentar atacando a la persona que hace la afirmación sin necesidad de
enfrentarse al argumento y decir: “Usted nunca ha tenido problemas de dinero, no tiene
ni idea de lo que está hablando”.

En un debate, alguien puede estar tentado a menospreciar la calidad personal del oponente, a
negar su inteligencia o su raciocinio, a cuestionar sus creencias, entendimiento, su seriedad o incluso
su integridad. Pero la calidad personal de un adversario lógicamente es irrelevante para la verdad o
falsedad de lo que asevere la persona. Sin embargo, la ofensa personal puede ser psicológicamente
persuasiva porque puede inducir a quienes escuchan a desaprobar lo que afirma el oponente.

Por ejemplo:
 “Las tesis económicas que el Ministro de Economía sostiene son mentiras, porque es un
neoliberal y los neoliberales son corruptos y mentirosos”.

Falacias de Inducción deficiente

Algunos errores comunes en el argumento ocurren porque las premisas son inadecuadas para justificar
la conclusión.

Apelación a la Ignorancia- (argumento ad ignorantiam)

En las ciencias, la apelación falaz a la ignorancia surge cuando se sostiene que algo es falso solo
por no tener evidencia a favor.
Es falaz argumentar que una proposición es verdadera simplemente porque no se ha probado que
es falsa. Es igualmente falaz argumentar que una proposición es falsa simplemente porque no se ha
probado que es verdadera.
Existen muchas proposiciones cuya verdad o falsedad no está demostrada y, por lo tanto, es
evidente que nuestra ignorancia acerca de cómo probar o refutar una proposición no establece su
verdad o falsedad.

Por ejemplo:
 El Gobierno no se ha pronunciado sobre el aumento del gas. Por tanto, es falso el rumor
de que subirá el próximo mes.

Apelación inapropiada a la Autoridad (argumento ad verecundiam)

La palabra verecundiam viene del latín (respeto, modestia, reverencia)

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La falacia de apelación inapropiada a la autoridad surge cuando se hace una apelación a partes
que no tienen una autoridad legítima en la materia en cuestión. La conclusión se basa en el juicio de
una supuesta autoridad, en lugar de ofrecer razones.
La apelación a la autoridad es ilegítima si se asevera la verdad de una proposición con base en
la autoridad de alguien que no tiene competencia especial en ese ámbito. Muchas personas son
presentadas como expertas" en uno u otro campo con el propósito de manipular.

Los ejemplos más evidentes aparecen en anuncios publicitarios cuando se incita a manejar
determinada marca de automóvil porque un jugador de futbol famoso afirma la superioridad de esa
marca.
Por ejemplo, apelar a Einstein para sustentar el valor de una teoría económica, sería una
apelación inapropiada a la autoridad. Einstein era un experto en Física, no en economía.

CLASIFICACIÓN DE FALACIAS ARGUMENTATIVAS

De Relevancia De Inducción Deficiente


Apelación al Pueblo o a las Emociones Apelación a la Ignorancia
(Argumento Ad Populum) (Argumento ad Ignorantiam)

Apelación a la Fuerza (Argumento ad Baculum) Apelación inapropiada a la Autoridad


(Argumento ad Verecundiam)

Apelación contra la Persona


(Argumento ad Hominem)

Bibliografía
Copi, I., y Cohen, C. (2013). Introducción a la Lógica. Limusa. México.

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