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escuchar
"El secreto del éxito es un secreto a voces, son voces que todos pueden oír,
pero pocos quieren escuchar”, Stefan Zweig.
En la comunicación no todo es saber expresarse correctamente, tan o
más importante es saber escuchar. Una habilidad escasa en estos
tiempos y que puede ser determinante a la hora de resolver un conflicto.
Para ello, la escucha activa, la autoexpresión y saber preguntar, resultan
claves.
2. Autoexpresión
La autoexpresión es una técnica de comunicación que se centra en los
sentimientos, pensamientos y creencias de quien habla. Se caracteriza por
utilizar expresiones en primera persona, para comunicar “mis” intereses, puntos
de vista y sentimientos. Además, entrega deliberadamente más información
sobre datos que, de otro modo, sólo podrían obtenerse por inferencia o
adivinando.
Por ejemplo, usted podría inferir de mi conducta que estoy enojado, sin
embargo, dado que el enfado es un estado interno, usted sabrá mucho más si
además le digo que estoy enojado y por qué. El siguiente cuadro expone
algunos ejemplos de cómo iniciar la autoexpresión y también de cómo evitarla,
habitualmente usando expresiones neutras.
En la exploración y diagnóstico del conflicto, será clave lograr que las partes se
auto expresen ampliamente en relación a sus intereses, sentimientos, puntos
de vista propios y preferencias. En la mayoría de los casos, las partes se tienen
miedo, piensan (a menudo correctamente) que la información que den a
conocer puede ser usada en su contra por la contraparte. Así, la autoexpresión
se puede percibir como una conducta de alto riesgo, pero es relevante para
sentar las bases que permitan los avances en las conversaciones.
3. Preguntar
Preguntar es una técnica de comunicación que apunta a obtener y clarificar
datos. Hay dos tipos básicos de preguntas y tres dimensiones temporales. El
primer tipo son las abiertas (quién, qué, dónde, por qué, cuándo y cómo),
usadas para generar datos. Y el segundo tipo son las cerradas (a las que sólo
cabe responder sí o no), que sirven para ajustar y clarificar afirmaciones y
corroborar el compromiso con algo. Ambos tipos de preguntas pueden referirse
al pasado, el presente o el futuro.Las preguntas abiertas son especialmente
relevantes para la administración de los conflictos, pues abren puertas que
permiten entender con la debida profundidad las fuentes del antagonismo y dan
información útil para completar el diagnóstico. Además de las preguntas
referidas a quién, qué, dónde, por qué, cuándo y cómo, también se puede
sondear a la contraparte declarando su interés por saber aspectos centrales de
las diferencias. Por ejemplo, decir: ¿Cómo se origina para usted este
problema?
En Resumen…
• Aunque seamos los emisores de un mensaje, también recibimos otros y por diversos canales. Nuestra
habilidad en este campo puede marcar la diferencia significativa cuando estemos frente a un conflicto
que debemos resolver.
• Para buscar un entendimiento y lograr obtener la información necesaria de las partes, se necesitan
tres técnicas básicas:
1) La escucha activa. El receptor se concentra totalmente en las comunicaciones y el marco de referen-
cia interno de quien habla. Luego, se retransmite lo escuchado, para corroborar si se entendió realmente lo
que dijo.
Algunas barreras del receptor son: a) Comparación, b) Leer la mente, c) Ensayo, d) Filtración y
e) Enjuiciamiento.
2) La autoexpresión. Técnica de comunicación que se centra en los sentimientos, pensamientos y
creencias de quien habla. Se caracteriza por utilizar expresiones en primera persona
2) El preguntar. Técnica de comunicación que apunta a obtener y clarificar datos. Las preguntas abiertas
(quién, qué, dónde, por qué, cuándo y cómo), se usan para generar datos. Y las cerradas (a las que sólo
cabe responder sí o no), sirven para ajustar y clarificar afirmaciones y corroborar el compromiso con algo.
Ambos tipos de preguntas pueden referirse al pasado, el presente o el futuro.
• Las partes pueden utilizar estas tres técnicas de comunicación en su proceso de indagación,
para clarificar la información de la otra persona, el que habla y el contexto que rodea al problema