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A diferencia de las ciencias formales, como las matemáticas, la lógica o la física; las
ciencias sociales estudian los sistemas vivos. A su vez, se diferencian de las
ciencias naturales (que también estudian sistemas vivos), en tanto que las ciencias
sociales estudian dichos sistemas a partir de la complejidad del comportamiento y
sus efectos en términos sociales.
Tienen, por otro lado, más relación con las ciencias humanas (las humanidades),
porque ambas que estudian gran parte de la subjetividad y la colectividad, no
obstante, son diferentes en tanto que las ciencias sociales hacen énfasis en el uso
de métodos científicos, mientras que las humanidades utilizan más métodos
artísticos y estéticos.
En términos de ciencia, “lo social” apareció formalmente hasta el siglo XIX, cuando
sus disciplinas se consolidaron como campos de investigación con objetos de
estudio propios y diferenciados. En inicio, el término de “ciencia social” se utilizó
para agrupar los estudios sobre la cultura y la sociedad, con lo que la antropología
y la sociología fueron dos de las pioneras.
Las ciencias sociales pueden dividirse en distintas disciplinas, lo que varía según la
intención de quien las define y utiliza. Por ejemplo, de acuerdo con la tradición de
ciencia social específica, un de estas disciplinas puede ser considerada una ciencia
social, o una ciencia humana, o incluso una ciencia natural.
Así mismo y de acuerdo con las necesidades de cada contexto, pueden existir más
o menos disciplinas dentro de las ciencias sociales. Es el caso por ejemplo de los
límites que existen entre algunas subdisciplinas dentro medicina (como la medicina
social), la sociobiología, la neuropsicología o la propia filosofía.
No obstante, a muy grandes rasgos podemos dividir las ciencias sociales en 10
disciplinas fundamentales: antropología, sociología, geografía, historia, derecho,
ciencia política, economía, comunicación, pedagogía y la psicología.
1. Antropología
2. Sociología
3. Geografía
4. Historia
5. Derecho
6. Ciencia política
La ciencia política es la disciplina que estudia, describe y analiza las teorías y las
prácticas, los sistemas y los comportamientos políticos. Busca comprender las
transferencias de poder en los procesos de decisiones políticas y cómo estas
transferencias se organizan pública y socialmente.
Además de la teoría política, algunas subdisciplinas que componen esta ciencia
social, son las teorías de la democracia y gobernanza, el estudio de los sistemas
nacionales, la política pública y administrativa, el derecho internacional, entre otras.
A nivel metodológico, la ciencia política realiza, por ejemplo, análisis de fuentes
primarias como documentos históricos escritos o entrevistas; y fuentes secundarias
como artículos científicos, entre otros métodos de recolección empírica.
7. Economía
8. Comunicación
9. Pedagogía
El presente artículo1 lleva por título La criminología como ciencia social. Pasado,
presente y futuro y, ateniéndonos al orden que establece este rótulo, parece
oportuno empezar por el pasado –que no por el principio– pues, como reflexión, la
criminología se remonta al inicio de la humanidad, de manera que el primer
homínido capaz de pensar sobre una agresión, un asesinato o cualquier otro
quebrantamiento del orden personal o grupal que bien cometió, padeció o presenció
fue también el primer criminólogo ya que eso es la criminología: la búsqueda de
sentido, el anhelo de explicación, a aquellos comportamientos considerados
divergentes con el orden social.
Como vemos, el pasado de la disciplina se remonta a la noche de los tiempos,
recuerda SERRANO GÓMEZ en su Historia de la criminología en España que ya
en las pinturas rupestres aparecen escenas violentas contra personas 2,
desconocemos si la intención última del autor fue religiosa, educativa o criminalística
pero, sin duda, indica una reflexión colectiva ya en esa época sobre tales
acontecimientos.
Desde esos tiempos arcanos y oscuros, la humanidad viene aportando luz sobre el
delito y su significado. Mas, si como reflexión moral, religiosa, filosófica o política los
orígenes de la criminología son remotos, como ciencia –en ello coincide la
doctrina3– podemos señalar sus inicios en el cercano S. XIX. Tres reconocidas
figuras, fundadoras en 1880 de la Escuela de Criminología (Scuola Positiva), se
proyectan ya sobre la mente de todos nosotros: LOMBROSO (1835-1909),
GARÓFALO (1851-1934) y FERRI (1856-1929), también recordamos las frentes
huidizas, las orejas en forma de asa o el exceso de bello característicos de los
criminales natos. ¿Serán los delincuentes seres especiales?, esa era la pregunta
del momento y aún nos la hacemos cuando vemos en las estaciones fotografías de
los terroristas más buscados. La idea lombrosiana de características intrínsecas del
comportamiento sigue en alguna medida, aunque muy matizada, vigente en las
teorías de la personalidad, la genética del comportamiento o la racionalidad
individual (acción racional).
Era el último bastión, una vez quedó claro que la desviación no es una mera
definición jurídica o política ni una patología y que el derecho y la
psicología/psiquiatría eran explicaciones parciales, tampoco la delincuencia es un
hecho sólo sociológico. A esta crisis causal se une el cuestionamiento de las
respuestas institucionales tradicionales28:
En cualquier caso, el delito es un problema grave y complejo al que hay que hacer
frente y que padecen sobre todo las clases menos protegidas, por lo que debe
acometerse desde todos los elementos que en él convergen: AGRESORES,
VÍCTIMAS, CONTROL FORMAL y CONTROL INFORMAL. Las interacciones entre
estos elementos, que conforman el ‘cuadrado del delito’, son complejas y concurren
muchas variables sociales, demográficas, espaciales y temporales. En la lucha
contra el crimen es necesaria la colaboración de múltiples agentes y debe realizarse
en distintos niveles: familiar, laboral, juvenil, policial (apuestan por modelos de
policía comunitaria) desde una perspectiva democrática e igualitarista.
Si, como se ha ido exponiendo líneas arriba, el delito no es sólo un asunto político
ni jurídico ni policial ni médico-psíquico, tampoco sociológico, entonces ¿qué es?
La desviación y el delito requieren todos esos análisis y algo más, es aquí donde la
criminología se justifica como ciencia en sí y no como disciplina auxiliar. Pero la
criminología ha de tener en cuenta que para no sucumbir a la crisis más general de
las ciencias sociales y humanas ha de estar muy pegada al terreno, (contemplar
todos los actores, sus formas de relacionarse –sociedad– y sus valores –cultura–),
realizarse todas las preguntas, ser consciente de sus limitaciones, desempeñarse
en un mundo inestable y en continua trasformación global, tomando en
consideración las consecuencias imprevistas de sus intervenciones, o sea, se
requiere, y esta es nuestra propuesta, un modelo de criminología reflexiva41.
Netflix
El caso: El 9 de diciembre de 2001, Kathleen Peterson apareció muerta en las
escaleras de su mansión de Durham, en Carolina del Norte. Casi como en una
escena del cluedo, pero sin arma homicida ni motivo aparente para el asesinato. Sin
embargo, algunas heridas encontradas en su cuerpo no parecían haber sido por la
caída. Más bien, parecía haber sido víctima de una paliza. Y ahí, el foco se puso en
su marido, el escritor Michael Peterson, que acabó siendo encarcelado y, años
después liberado. Los detalles de esta historia te dejarán de piedra.
Por qué verlo: Quizás algunos recuerden el 'The staircase' original, estrenado en
2004 y creado por Jean-Xavier De Lestrade, un gran entendido en el caso de
Peterson. Tanto que en 2012 estrenó una secuela, 'The staircase: Last chance', y
en 2015 armó esta serie de Netflix, que recoge lo ya hecho en años anteriores y
añade tres episodios más sobre la vida en prisión del acusado. De Lestrade no se
rinde, y cada vez resulta más fascinante descubrir el por qué. Ya lo dijo Robert de
Niro sobre el caso: "Simplemente, necesitas saber qué pasó".
Disponible en Netflix.
2'The Jinx' (2015)
HBO
Disponible en HBO.
3'The Keepers' (2017)
Netflix
El caso: La hermana Cathy desapareció en noviembre de 1969, y su cuerpo sin
vida fue encontrado junto a un vertedero dos meses después. No fue un accidente:
la autopsia reveló que la monja había sido golpeada violentamente en el cráneo.
Pero, ¿quién lo hizo? Casi 50 años después, nadie lo sabe. Lo que sí sabemos, en
cambio, es lo que ocurría en la escuela católica de Baltimore en la que Cathy ejercía
de profesora: los curas abusaron sexualmente de muchas de las alumnas, e incluso
llegaron a traficar con ellas a terceros implicados. Ella lo sabía. ¿Ha llegado la hora
de atar cabos?
Por qué verlo: Está bien que nos cuenten los hechos y cómo se resolvió todo, pero
aún es más interesante -sobre todo para el documentalista- si se enfrenta a uno de
esos famosos casos "sin resolver". Que vuelen las teorías. Aquí, Ryan White realiza
un complejo relato que mezcla los testimonios de las víctimas de abuso, el impacto
de aquel asesinato a principios de los años 70 y todo lo que podemos saber tantas
décadas después. El resultado es fascinante.