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Comunidades

Concepto

El término comunidad tiene su origen en el vocablo latino communitas, y se refiere a un

conjunto, una asociación o un grupo de individuos, pueden ser de seres humanos, de animales

o de cualquier otro tipo de vida, que comparten elementos, características, intereses,

propiedades u objetivos en común.

Desde el punto de vista antropológico, las comunidades humanas comparten el idioma, las

costumbres, la visión del mundo, los valores, las creencias, la ubicación geográfica (país,

ciudad, barrio, vecinos), las tareas (cuarteles, cárceles), el trabajo, los estudios, el estatus

social, los roles, la edad, los problemas y/o los intereses.

La palabra puede referirse a una comunidad no estructurada (concepción individualista),

que alude a la reunión de individuos que conforman un determinado sistema o ecosistema,

o comunidad estructurada (concepción holística) en la cual existe un alto grado de

Generalmente, en la medida en que una comunidad humana se desenvuelve, los individuos

elaboran, comparten y socializan una identidad común, diferenciándose de otras

comunidades. Esa identidad puede expresarse, por ejemplo, con signos o señales.

Algunos elementos necesarios para que exista una comunidad son:

 La pertenencia o membresía, es decir, la historia, la identidad, los símbolos, los derechos

y los deberes de la comunidad, entre otros;

 La influencia, que es la capacidad que se tiene para inducir o influenciar a otros

individuos para realizar una determinada acción conjunta;


 La integración, que busca el respeto, la popularidad, el estatus, la satisfacción de todas las

necesidades del grupo;

 El compromiso, donde el deseo por llegar a las metas y el conocimiento de los miembros

del grupo es suficiente para crear lazos emocionales firmes y brindar afecto, contención y

seguridad.

Tipos de Comunidad

Víctor Turner, un antropólogo cultural escocés, estudioso de símbolos y ritos de las

culturas tribales y su rol en las sociedades, definió en 1969 varios tipos de comunidad:

1. La comunidad existencial o espontánea, es la experiencia personal y transitoria de

unidad, una comunidad pasajera. Ejemplo:

 Comunidades geográficas residenciales

Se trata de aquellas comunidades donde la reunión e interacción de los sujetos se

producen en virtud de que comparten un ámbito geográfico y residencial compartido.

Con este término suele referirse a las unidades más pequeñas como las comunidades

de vecinos, pero también se puede usar en su sentido macro para referir a

la comunidad nacional que comparte un territorio geopolítico.

2. La comunidad normativa, es una comunidad organizada en un sistema social

permanente. Ejemplo:

 Comunidades funcionales o virtuales

Son comunidades funcionales aquellas que comparten intereses comunes a partir

de un imaginario compartido, pero no un territorio. En todo caso, no es la vecindad lo

que los hace comunidad sino los proyectos o propósitos comunes.

Este tipo de comunidades suele tener un objetivo común o una misión. Por ejemplo,

obtener lucro (empresas), hacer un mundo ecológico, defender la vida y el bien común
(asociaciones voluntarias, ONG), promover un estilo de vida, promover principios

espirituales (religiones), etc.

Entre los muchos ejemplos, podemos mencionar: la comunidad de fieles

(comunidad religiosa); comunidad educativa (alumnos, profesores, empleados y

representantes de una institución educativa); comunidad LGBT, etc.

Cuando estos intereses comunes se comparten solo o fundamentalmente por medio

de canales electrónicos, se habla de comunidades virtuales. De hecho, puede implicar

que nunca exista encuentro presencial. Las redes sociales, los foros, los blogs, los

correos electrónicos, las plataformas de e-learning y los sistemas de mensajería

instantánea son sitios que permiten la creación de este tipo de comunidades, gracias al

desarrollo de las nuevas tecnologías y de Internet.

3. La comunidad ideológica, que se aplica a algunos modelos sociales utópicos.

Ejemplo:

 Comunidad autónoma

El término comunidad también suele utilizarse para referirse a una división

regional y administrativa dentro de un Estado, dotada de un gobierno e instituciones

autónomas que se ocupan de su organización, mantenimiento y desarrollo, como es el

caso de las comunidades autónomas en España.

 Comunidad utópica

Algunas personas han pensado y piensan que una comunidad no se crea y subsiste

sólo porque los individuos que forman parte de ella tienen un elemento en común y se

lucha por un objetivo común. Así, a lo largo de la historia se han creado


"comunidades utópicas" o "comunas". Por ejemplo durante el siglo XIX algunos

socialistas utópicos como Charles Fourier, Ettiene Cabet, Robert Owen y otros en los

Estados Unidos crearon estas comunas.

Las comunidades llamadas utópicas poseen ciertas características como crear un

sistema de vida práctico para vivir juntos, los elementos son interdependientes,

autárquicos o autosuficientes en medios de producción, aunque con una producción

básica, debiendo adquirirse otros bienes necesarios fuera de la comunidad.

Pueden poseer un tipo de defensa y muy pocos individuos forman parte de la

comunidad para poder controlarles dentro del territorio. Asimismo, pueden tener un

nivel de servicios mínimo para poder dedicar el mayor número de recursos a las

personas o a las familias que la componen y a la visión, misión o actividad principal.

El tipo de gobierno puede ser democrático y de asamblea, a veces con valores

opresivos. El nivel de cambio social puede ser no muy grande y el sistema social

puede ser predecible y muy obvio.

4. La comunidad ecológica, en ecología, una comunidad se refiere a un conjunto o un

grupo de diferentes especies que son imprescindibles para el equilibrio de un

ecosistema, y que comparten un mismo hábitat. Las comunidades ecológicas se

forman de tres grupos esenciales que son: las plantas, los animales y los

microorganismos. Ejemplo:

 Un término relacionado con las comunidades ecológicas es la biocenosis.

Se entiende por biocenosis la coexistencia de diversas comunidades

biológicas (plantas, animales y microorganismos) en un solo ecosistema

delimitado en un espacio delimitado y específico que se denomina biotipo.


4.1 Importancia de la comunidad ecológica

Tradicionalmente, estamos acostumbrados a estudiar y a comprender a los individuos

como un todo cerrado y definido completamente por sí mismos. Pero, cuando hablamos

de comunidad ecológica, el aspecto que requiere una mayor atención no es el individuo

como ser vivo, sino precisamente las relaciones que establece el individuo con los demás

individuos de su biotopo, o lugar en el que habita. De hecho, el valor que se deriva de

entender qué es una comunidad ecológica viene determinado por la comprensión de

que los individuos de una misma comunidad sobreviven en su conjunto, ya que establecen

diferentes relaciones entre sí y que permite, en conjunto, que la vida sobreviva y prospere

en el biotopo en el que se encuentra.

La comunidad ecológica pone de manifiesto la relación que existe entre las diferentes

especies de seres vivos que conviven en un mismo hábitat. Estas relaciones se establecen

en todos los ámbitos, desde la cadena trófica (la cadena alimenticia), a aspectos mucho

más sutiles, como puedan ser las relaciones de simbiosis que se establecen entre algunas

bacterias y algunos animales, entre vegetales que sirven de refugio para algunos animales,

o la manera en que algunos carnívoros evitan la sobrepoblación de especies herbívoras

que afectarían a la vida vegetal.

Como se puede ver, la palabra que mejor describe y ejemplifica el gran valor de las

comunidades ecológicas es "equilibrio". El equilibrio ecológico hace referencia a un

estado en el que, habiendo movimiento y dinamismo, el conjunto se mantiene ordenado.

Eso es exactamente lo que sucede con las comunidades ecológicas. Son espacios llenos de

vida y de actividad biológica pero que, gracias a que todas las especies actúan en

equilibrio las unas con las otras y con el biotopo que sirve de soporte a toda la estructura,

no se desarrollan de forma autodestructiva o invasiva. Esto permite un desarrollo

continuado y sostenible, que garantiza la riqueza biológica y el éxito de todas las


especies que se integran en la comunidad ecológica, sin que su actividad individual

conlleve la destrucción de otras especies.

4.2 Cómo se pueden conservar las comunidades ecológicas

Naturalmente, la especie que más daño causa a las comunidades ecológicas es el ser

humano, ya que su actividad tiende a desestabilizar el equilibrio que caracteriza este tipo

de comunidades. Sin embargo, si se cambia la manera de relacionarse con la comunidad

ecológica, así como estableciendo una serie de pautas a la hora de llevar a cabo las

actividades que como especie realizamos, podremos minimizar el impacto negativo del

ser humano en las comunidades ecológicas de cualquier tipo:

4.2.1 Evitar la sobrexplotación

La sobreexplotación se define por una explotación de los recursos naturales por

encima de la cantidad que el ecosistema está capacitado para soportar. Llevando a cabo

una explotación responsable de los recursos se protege a la comunidad ecológica que

depende de los mismos.

4.2.2 Evitar la sobrepoblación

En un sentido más profundo, cualquier sobreexplotación suele tener un trasfondo de

exceso de población y, en eso, el ser humano es experto. Es importante asumir que los

recursos naturales de cualquier ecosistema son limitados y, en consecuencia, es

importante evitar situaciones de sobrepoblación que, necesariamente, llevarán a un

agotamiento de recursos naturales no renovables.

4.2.3 Evitar la introducción de especies invasoras

Cada comunidad ecológica se ha formado a partir de miles, e incluso millones, de años

de evolución que han llevado al equilibrio actual. La introducción de nuevos agentes


biológicos (microbios, vegetales, animales, etc.) tiende a desestabilizar cualquier

comunidad ecológica, por lo que es importante evitar la introducción de las especies

invasoras en otras comunidades ecológicas.

4.2.4 Crear zonas protegidas de alto valor biológico

No todas las comunidades ecológicas son iguales. Se considera que aquellas que tienen

un mayor número de especies son más importantes que aquellas que tienen menos, así

como aquellas que cuentan con especies autóctonas que no se encuentran en otros lugares.

Estas comunidades requieren una protección mayor que aquellas en las que la riqueza

biológica no es tan especial y particular. De este modo, la mejor forma de proteger estas

comunidades biológicas pasa por aislarlas de ciertas acciones humanas, lo que se

consigue mediante la determinación de áreas protegidas.

HISTORIA DEL CONCEPTO EN ECOLOGIA DE COMUNIDADES

Las primeras nociones (no explícitas ni operacionales) del concepto de equilibrio en la

ecología de comunidades, estuvieron relacionadas con la idea de que la persistencia de los

organismos se debía a la existencia de un balance entre fuerzas opuestas de la naturaleza

(Egerton 1973). Darwin (1859), en su descripción de la lucha por la existencia, menciona que

existe un alto potencial reproductivo en las especies, el cual es constantemente frenado por los

factores de mortalidad natural. Posteriormente, Karl Mobius (1877, citado por Mclntosh 1985),

se refirió más explícitamente al concepto al indicar que "cada área de una biocenosis soporta

una cierta cantidad de vida representada por un número de individuos determinado, y ante

condiciones favorables del medio se puede producir un número excesivo de crías.

Dado que el espacio y la comida son limitados, la suma de los individuos en la comunidad

rápidamente retornará a su promedio anterior". De esta forma, "la disminución de la abundancia

de una especie es compensada por el aumento en la abundancia de otras". Mobius basó esta
explicación en el principio de que: "cada territorio biocenótico tiene (en todo momento) la más

alta medida de vida que puede ser producida y mantenida". Forbes (1880, citado por Mclntosh

1985) utilizó el concepto directamente al referirse a las diferencias en las interacciones

estructurales y funcionales que se dan entre los organismos y especies.

Este autor indicó que "a pesar del alboroto y la lucha evidente en la naturaleza, las leyes y

las fuerzas benefactoras tienden hacia un estado de sanidad o equilibrio". Para el logro de este

estado describió un sistema de "amortiguadores y balances" que restringen las oscilaciones en

las poblaciones y las especies. Con posterioridad a estos dos trabajos, los primeros indicios de

que en los sistemas naturales no siempre es posible encontrar situaciones de equilibrio fueron

desarrollados por los ecólogos vegetales (ver discusión en Mclntosh 1985).

Warming, en el año 1895, indicó que "las comunidades de vegetales no son estáticas o están

en equilibrio, sino que más bien existe una lucha constante dentro y entre ellas. De esta forma,

cualquier equilibrio es perturbado por cambios en los factores físicos, cambios inducidos por

los animales y/u hongos y luchas entre las plantas".

En los ejemplos precedentes, es posible visualizar en sus diferentes dimensiones la

problemática central de la teoría de la evolución planteada por Darwin (1859) sobre la lucha

por la existencia y el mecanismo de selección natural. Las aseveraciones mencionadas

evidencian que la noción de equilibrio sustentada hacia finales del siglo pasado alude

básicamente a que las comunidades naturales están normal y frecuentemente "estabilizadas" o

cercanas a un estado "estático" en la composición y abundancia de sus especies a través del

tiempo.

Este estado sería el resultado de las interacciones bióticas entre los miembros de la

comunidad, los cuales conforman un sistema ecológicamente saturado y limitado en sus

recursos, que tiene la capacidad de retornar a su estructura original luego de una perturbación

(Wiens 1984, Re ice 1994 ). Durante los primeros años del presente siglo el concepto de
equilibrio fue incorporado a los estudios del devenir o dinámica de los sistemas ecológicos, en

directa relación con la estabilidad y/o persistencia temporal de éstos. Schelford (1915), uno de

los precursores del análisis tráfico de las comunidades, consideró que el equilibrio correspondía

a un estado de balance entre la oferta y la demanda de los recursos en los sistemas naturales.

Clements (1936) hizo referencia al concepto al afirmar que el clímax en las comunidades es

un estado autoperpetuante en el cual las especies dominantes se encuentran en equilibrio.

Además, relacionado con el concepto de clímax, Adams (1908, citado por Mclntosh 1985)

reconoció que una característica del estado de clímax es su estabilidad relativa debida a la

dominancia o el equilibrio producido por la selección severa (biótica y abiótica) y los ajustes

que ocurren a través del proceso de sucesión. Allee (1932, citado por Mclntosh 1985), en sus

estudios de ecología animal, escribió que "año a año en las comunidades animales hay un

balance estático de la materia orgánica. La comunidad permanece en equilibrio dinámico,

igualándose las tasas de reproducción con las de mortalidad". Durante las décadas de los

cuarenta y cincuenta, uno de los temas dominantes en la ecología fue el estudio de la diversidad

en las comunidades y los factores responsables de su generación y mantención (Hutchinson

1959). McArthur (1955) y Elton (1958) propusieron la hipótesis de que a medida que aumenta

la complejidad (diversidad) de las comunidades naturales aumenta su estabilidad, identificando

esta última propiedad con la idea de balance y equilibrio de las especies (Pimm 1991).

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