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¿TALMUD para los GENTILES?

Un sacerdote (un cura o un pastor), se encuentra con su amigo,


el rabino, y le dice:

- "Tú me has enseñado muchas cosas, pero hay una cosa en


particular, que quiero aprender, y no quieres enseñarme. Quiero
que me enseñes Talmud."

El rabino respondió:
- "Usted no es Israelita y tiene el cerebro organizado de otro
modo. No hay ninguna posibilidad de que usted tenga éxito en la
comprensión del Talmud".

Pero el sacerdote continuó en su intento de persuadir al rabino


para que le enseñe Talmud.

Por último, el rabino está de acuerdo, y le dice al sacerdote:


- "De acuerdo le enseñaré el Talmud, a condición de que
responda una pregunta."

El sacerdote aceptó y le dijo al rabino. - "¿Cuál es la pregunta?"

- "Dos hombres caen por la chimenea. Uno sale sucio y el otro


sale limpio. ¿Cuál de los dos va a lavarse?"
- "Muy simple," contestó el sacerdote. "El que está sucio se va a
lavar, y el que está limpio no va."

El rabino le dice al sacerdote:


- "Le dije que no tendría éxito en la comprensión del Talmud,
ocurrió todo lo contrario. El limpio mira al sucio y piensa que él
también está sucio, y se va a lavar. El sucio, por otra parte, mira
al limpio y piensa que él también está limpio y, por lo tanto, no
se va a lavar".

El sacerdote le dice al rabino:


- "Esto no se me ocurrió. Hágame por favor, otra pregunta."

El rabino entonces le dice al sacerdote:


- "Dos hombres caen por la chimenea. Uno sale sucio y el otro
sale limpio. ¿Quién de los dos va a lavarse?"

El sacerdote le dice al rabino:


- "Muy sencillo, el limpio mira al sucio y piensa que él también
está sucio y se va a lavar. El sucio, por otro lado, mira al limpio y
piensa que también está limpio y, por tanto, no se va a lavar".

El rabino entonces le dice al sacerdote:


- "Se equivoca otra vez. Le dije que no va a entender. El limpio se
mira en el espejo, ve que está limpio y, por lo tanto, no va a
lavarse. El sucio se mira en el espejo, ve que está sucio y se va a
lavar".
El sacerdote quejándose le dice al rabino.
- "Pero no me dijo que hay un espejo ahí."

El rabino le dice al sacerdote:


- "Se lo dije. Usted no es Am Israel, con su mente no tendrá éxito
en la comprensión del Talmud. Según el Talmud, hay que pensar
en todas las posibilidades".

- Muy bien, dijo sollozando el sacerdote al rabino, "Vamos a


intentar una vez más. Hágame una pregunta más." Por última
vez, dijo el rabino al sacerdote.

- "Dos hombres caen por la chimenea. Uno salió sucio y el otro


salió limpio. ¿Quién de los dos fue a lavarse?"

- "¡Eso es muy sencillo!" Respondió el sacerdote. "Si no hay un


espejo, el limpio se verá en el sucio creerá que él también está
sucio y por lo tanto, irá a lavarse. El sucio verá al limpio y pensará
que él está limpio, y por lo tanto, no irá a lavarse. Si hay un
espejo, el limpio se mira en el espejo y por lo tanto no irá a
lavarse. El sucio se mira en el espejo, se ve que está sucio y por lo
tanto irá a lavarse.

El rabino entonces le dice al sacerdote:


- "Le dije que no tendría éxito en la comprensión. Usted
realmente no es Hebreo, tiene un cerebro organizado de
diferente manera.

Dígame, ¿Cómo es posible que dos hombres caigan a través de


una chimenea y uno salga sucio y el otro limpio?"

Shalom Alejem

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