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UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

Facultad de Medicina Humana


¨Hipólito Unanue¨

ESCUELA DE MEDICINA HUMANA

HISTORIA DE LA MEDICINA
Ciencia medieval en occidente: Alta edad media, medicina en los pueblos germanos,
medicina en la edad media latina: fundamentos. Época monacal: enseñanza.
Medicina de 1200 a 1300. Hospitales. Anatomía en a baja edad media. Medicina en
la baja edad media: Escolástica. Medicina y sociedad.

Docente responsable : Dr. Percy Delgado


Grupo : HIPÓCRATES
 Méndez Pajares, Giancarlo Paolo
 Mendoza Mendoza, Sandy Lizbeth
 Merma Guerra, Raíza
 Pasapera López, Adela
 Ramírez Reyes, Angie Estefanía
 Reyes Denegri, Irma Rosario Ithati
 Rodríguez Quijano, Rosario Tatiana
 Romero Villegas, Elena Melinda
 Quispe Huari, Denisse Esthefany
 Palomino Inga, Vanesa

Lima – Perú
2019
ÍNDICE

........................................................................................................................... 3
I. CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE ....................................................... 3
ROMERO: ALTA EDAD MEDIA ..................................................................... 3
PASAPERA: MEDICINA EN LOS PUEBLOS GERMANOS ........................... 9
MENDOZA: MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA ................................ 21
MENDEZ: FUNDAMENTOS DE LA MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA
...................................................................................................................... 28
II. ÉPOCA MONACAL ................................................................................... 40
MERMA: EDUCACIÓN DE LA EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA .. 40
QUISPE: MEDICINA 1200 A 1300 ............................................................... 45
PALOMINO: HOSPITALES DE LA EPOCA MONACAL ............................... 53
III. MEDICINA EN LA EDAD MEDIA BAJA ................................................. 58
RAMIREZ: ANATOMÍA EN LA BAJA EDAD MEDIA..................................... 58
REYES: ESCOLÁSTICA MEDICINA ............................................................ 70
RODRIGUEZ: ESCOLÁSTICA SOCIEDAD……………………………………….72
CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

I. CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

ALTA EDAD MEDIA

MEDICINA DE LA EUROPA MEDIEVAL

El año 476, el emperador Rómulo Augusto, casi un niño, fue depuesto de su


trono por el ejército de Italia, y el hérulo Odoacro se hizo cargo del mando. Era
el fin del Imperio romano de Occidente, o más bien el último acto de su
hundimiento. Este, en efecto, había sido iniciado a comienzos del siglo V por las
sucesivas invasiones de los pueblos germánicos a que los romanos, con nombre
griego, llamaban barbad, «bárbaros. Pues bien: la Edad Media de la Europa
occidental es lo que entre el Imperio bizantino y el Océano Atlántico
históricamente acontece desde esas fechas hasta 1453, año en que los turcos
se adueñan de Constantinople; un milenio durante el cual, a través de múltiples
vicisitudes, van constituyéndose las nacionalidades de la Europa moderna.
Como la de Bizancio y la del Islam, la medicina de la Europa medieval —«enorme
y delicada» para el poeta Verlaine, «oscura» o «tenebrosa» para la historiografía
anglosajona— se halla determinada por las tres notas que dan título a esta
Tercera Parte: helenidad, monoteísmo y sociedad señorial. Ahora, eso sí, con un
poderoso estilo nuevo; tan nuevo y poderoso, que su novedad y su fuerza darán
fundamento al fascinante progreso del saber médico que desde el siglo xvi ha
venido produciéndose. Algo inédito traían consigo esos «bárbaros» invasores;
algo en cuya virtud iba a dar insospechables frutos la mutua implicación,
conflictiva a veces, entre la ciencia griega y el monoteísmo cristiano.

ETAPA CUASITECNICA DE LA MEDICINA MEDIEVAL (SIGLOS V-XI)

La medicina que se practica en la Europa medieval entre los siglos ν y xi —es


decir: hasta que por la Escuela de Salerno comienza a penetrar en Occidente el
saber médico grecoárabe— no es meramente empírica o empírico-mágica,
«pretécnica», puesto que algunos restos de la ciencia helénica y helenística
perduran en Italia, las Galias e Hispania tras la destrucción del Imperio romano;
pero tampoco es formalmente «técnica», porque esos restos distan mucho de
permitir un conocimiento racional de la enfermedad y el tratamiento, como antaño
lo había sido el hipocrático-galénico y como a partir del siglo VIII empieza a serlo
el árabe. Por eso llamo «cuasitécnica» a la medicina de la Alta Edad Media; esa
a la cual, con sobrada razón, pronto vamos a verlo, los historiadores suelen
denominar «medicina monástica». Estudiemos sumariamente su origen, su
curso y su estructura, en relación con los dos temas para nosotros centrales: el
saber y la praxis del médico.

ROMERO VILLEGAS, ELENA MELINDA NELIDA


CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

A. EL SABER MÉDICO DE A ALTA EDAD MEDIA

Durante los siglos ni y iv, y con mayor rapidez desde la constitución del
Imperio de Oriente, el año 330, van deshelenizándose las provincias del
Imperio occidental; contadísimos son en ellas los hombres que en el siglo
ν pueden leer un manuscrito griego. Añádase a esto la decadencia o la
destrucción de las escuelas retórico-científicas del sur de Francia y de
Italia, por una parte, y la rudeza intelectual de los invasores del Norte, por
otra, y sin dificultad se comprenderá la enorme postración cultural a que
la Europa de Occidente llegó entre los años 500 y 600. El esfuerzo de
Teodorico por conservar las instituciones romanas (primeros lustros del
siglo vi) no pasó de ser una bienintencionada tentativa.

Como el saber filosófico, científico y retórico, el saber médico de la Alta


Edad Media muestra una estructura integrada por cuatro momentos
cardinales: uno material, los restos de la ciencia griega y romana de que
los sanadores entonces disponen; otro a la vez personal e institucional,
los hombres que sucesivamente van cultivando y exponiendo ese saber y
los centros donde se le cultiva; otro formal o, si se quiere, atmosférico, la
paulatina constitución de la mentalidad cristiana que de manera genérica
y un tanto simplificadora solemos llamar «medieval»; otro, en fin, conativo,
tocante al impulso y a la meta en que la modesta historia de la ciencia
médica altomedieval tenía su más íntimo nervio.

1. Bien pobre era el elenco de los escritos médicos griegos o latinos


de que entre el siglo ν y el xi disponían los europeos vocados a la
ayuda al enfermo o profesionalmente empleados en ella; con tanto
más amor conservados, leídos e incrementados, si a tanto
llegaban, por sus celosos poseedores. Esos «libros que para
vosotros dejé bien guardados en los rincones de nuestra
biblioteca», dice Casiodoro en sus Institutiones; los «libros de
medicina, de los cuales hay cantidad entre nosotros», a que alude
una carta de San Bonifacio; la multitude· librorum de que habla un
abad de Fulda, tal vez Rábano Mauro; los que en la Sevilla
visigótica debió de manejar San Isidoro.

En lo tocante a la medicina, ¿qué libros eran éstos? podemos


nombrar los siguientes:

- Extractos de las compilaciones latinas del Bajo imperio (las de


Celio Aureliano que circularon bajo los nombres de Aurelius y
Esculapius, los manualitos de Quinto Sereno Sammónico y

ROMERO VILLEGAS, ELENA MELINDA NELIDA


CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

Gargilio Marcial, un SeudcApuleyo, un Seudo-Plinio,


Vindiciano),
- Traducciones al latín de varios escritos hipocráticos (Aforismos,
Pronóstico, Sobre la dieta en las enfermedades agudas, libros I
y II de Sobre la dieta, Sobre las hebdómadas),
- Algunas de las obras de Rufo, Dioscórides y Galeno
(Terapéutica a Glaucón, Sobre la curación de las fiebres, Ars
parva)
- Fragmentos de Oribasio y Alejandro de Tralles, los trataditos
Dynamidia (atribuido ya a Hipócrates, ya a Galeno, y
consagrado a las virtudes de las plantas) y De cibis («Sobre los
alimentos»),
- El escrito seudogalénico Sobre los medicamentos simples, a
Paternino, muy pocas cosas más. No lo suficiente, desde luego,
para justificar la jactancia bibliofílica del abad de Fulda antes
citado —«tanta multitud de libros, que apenas se les podría
contar», dice su texto—, pero sí para que las dos nociones
básicas del saber médico antiguo, natura y ars, fuesen
penetrando en las casi virginales cabezas de los pensadores y
los médicos de Occidente.

2. ¿Quiénes manejaron esos libros y fueron así haciendo suyas —


bien que de manera cuasitécnica— dispersas parcelas del saber
médico antiguo? Por lo pronto, médicos profesionales, algunos
nativos de las provincias o naciones de la incipiente Europa
(ostrogodos, visigodos o francos), otros bizantinos (entre ellos,
Antimo, que en el primer cuarto del siglo vi atendió al rey franco
Teuderico), otros, en fin, judíos, cada vez más frecuentes en las
cortes de la Europa occidental, y muy especialmente en las de la
Península Ibérica. Ninguno de ellos contribuyó especialmente al
progreso del arte de curar.
A partir de la primera mitad del siglo vi, sobre el médico seglar va
a prevalecer el sacerdote médico, perteneciente en ocasiones al
clero secular, con más frecuencia al regular. Los nacientes
monasterios benedictinos —el año 529 fundaba el de Monte
Cassino San Benito de Nursia— comienzan a recibir y atender
enfermos. «Aprended a conocer las virtudes de las plantas... Leed
a Dioscórides, a Hipócrates, a Galeno, a Celio Aureliano»,
recomienda Casiodoro a los monjes de Occidente.

Pablo, obispo de Mérida entre los años 530 y 560, no vaciló en


practicar por sí mismo una operación cesárea. Otro obispo
emeritense, Masona, fundó el año 580 un hospital seguramente
atendido por clérigos. Y aunque en modo alguno podemos

ROMERO VILLEGAS, ELENA MELINDA NELIDA


CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

asegurar que San Isidoro practicase personalmente la medicina, es


seguro que la parte médica de sus Etimologías ejerció gran
influencia sobre los clérigos europeos consagrados a la actividad
terapéutica. Pronto, a partir de entonces, se harán más y más
frecuentes los nombres de personas e instituciones que enlazan el
sacerdocio con la práctica de la medicina. «¡Cuántas fatigas y
cuántas aflicciones pesan sobre los discípulos de los médicos!»,
dice la Instructio de San Columbano, monje irlandés de la segunda
mitad del siglo vi. Pero esas fatigas y esas aflicciones, cuya somera
mención tanto recuerda unas líneas del escrito hipocrático Sobre
el arte, ¿eran soportadas por hombres a los que en verdad cupiese
llamar «técnicos» de la medicina? Indudablemente, no.

Mucho mayor que la de los sanadores en sentido estricto fue,


desde el punto de vista de la progresiva constitución del saber
médico, la importancia de varios de los pensadores y maestros de
la Baja Edad Media. Por orden cronológico, mencionaré alguno:

- Ante todo, Boecio (480-524), aunque los temas estrictamente


médicos no aparezcan en su obra. Fue pionero máximo en la
transmisión del pensamiento filosófico griego al mundo cristiano
medieval; «último romano y primer escolástico», ha sido
llamado.
- Discípulo y amigo suyo, Casiodoro (490· 583) fundó en el sur
de Italia una escuela —Vivarium— para el cultivo de las ciencias
profanas, muy influyente sobre la módica formación médica de
los monjes de la Alta Edad Media.
- Apenas puede ser exagerada la importancia de San Benito de
Nursia (480-543), patriarca del monacato de Occidente, en la
orientación de la religiosidad medieval europea. Cien años más
tarde, en la primera mitad del siglo VII, San Isidoro fue la gran
figura intelectual de Europa. A las mentes de todos los
fundadores espirituales de ésta dieron pábulo sus Etimologías
y su tratadito De naturis rerum; y su resuelta consideración de
la medica como «filosofía segunda» será decisiva en la
estimación medieval del arte de curar.
- Hacia el año 725 moría en Milán su obispo Benedicto Crispo,
autor de un Commentarium médicinale muy leído en los siglos
ulteriçres.
- La enciclopédica producción del inglés Beda el Venerable (673-
735) ilustró por igual a eclesiásticos y a seglares, y preparó la
gran contribución anglosajona al llamado «Renacimiento
Carolingio». Así es habitualmente denominado el notable auge

ROMERO VILLEGAS, ELENA MELINDA NELIDA


CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

de las ciencias y las letras promovido por Carlomagno, en el filo


de los siglos VIII y IX; Alcuino (733-804) fue su más calificado
artífice.
- La parte del saber médico en la «Escuela palatina» que Alcuino
fundó en Aquisgrán queda patente en tres versos latinos de un
poema didáctico suyo: «Aquí vienen los médicos, los de la
cofradía hipocrática; — éste incinde venas, ese mezcla hierbas
en la olla, — aquél cuece harina, otro prefiere la copa», dice su
texto. Sangría, cataplasmas y bebidas medicinales, por tanto.
- Otro miembro de la Escuela palatina de Aquisgrán, el monje
Dungalo, fue el primero en recabar para la medicina un puesto,
el octavo, entre las artes liberales.
- Discípulo de Alcuino, Rábano Mauro (780-856) llevó a
Germania, como abad del monasterio de Fulda, el espíritu de
su maestro. Compuso la enciclopedia Physica seu de universo
y un tratadito De anima. La medicina forma parte de esa
physica.
- La tradición alcuiniana fue proseguida en tierras germánicas por
Walahfrid Strabo (t 849), discípulo de Rábano Mauro y abad de
Reichenau. Gozó fama como monje-médico en el siglo x Notker,
del monasterio de San Gall.
- La Escuela capitular de Chartres, pronto célebre, tuvo como
maestro de medicina al docto clérigo Heribrando (t 1028). Él y
Gerberto de Aurillac (940 o 945-1003), cuya obra
examinaremos luego, cierran este primer período de la medicina
y la ciencia medievales. Es, lo repetiré, el que transcurre entre
la fundación de Monte Cassino (529) y el auge intelectual de la
Escuela de Salerno (segunda mitad del siglo xi).

Basta lo dicho para advertir que fueron los monasterios, y luego las
Escuelas catedralicias, los lugares donde se conservó y cultivó el
saber médico durante la Alta Edad Media. Desde un punto de vista
científico, la obra de los monjes sanadores fue muy modesta, es
cierto; pero sin la callada labor que a lo largo de cinco siglos se
realizó en el seno de los monasterios europeos —Monte Cassino,
San Gall, Poitiers, Lisieux, Soissons, Lyon, Reims, Fulda,
Reichenau, Bobbio, Cremona, Vicenza, tantos más—, no hubiera
podido ser lo que fue la medicina de la Baja Edad Media, y por tanto
no habría surgido luego la medicina moderna. En lo tocante al
saber científico, las Escuelas capitulares —Reims, Chartres,
Colonia, Magdeburgo, etc.— dan un paso hacia delante. En ellas
tuvieron su más inmediato precedente los «Estudios generales» y
las «Universidades» del siglo XIII.

ROMERO VILLEGAS, ELENA MELINDA NELIDA


CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE

3. Primero con San·Agustín, a continuación con Boecio, Casiodoro,


San Benito de Nursia, San Isidoro y los evangelizadores de los
países germánicos y anglosajones, empieza a cobrar cuerpo el
modo europeo de la religiosidad cristiana. Cuatro son los
componentes originarios de esa naciente Europa: Grecia, Roma el
cristianismo y la germanidad. Grecia y el cristianismo se habían
juntado en Bizancio; Grecia, Roma y el cristianismo, en el Imperio
romano de Occidente. No parece ilícito, según esto, atribuir al
injerto de la germanidad lo que de nuevo tenga, respecto de esas
dos precedentes situaciones, el modo de la realización histórico-
social del cristianismo que durante los siglos ν y vi se inicia en la
naciente Europa.

B. LA PRAXIS MÉDICA DEL ALTO MEDIOEVO

1. La más originaria y genuina consideración cristiana del enfermo, la visión de


éste como un hombre en cuya menesterosidad «está Cristo», fueron centro
y motivo primero de ese propósito y esta aspiración. «El cuidado de los
enfermos debe ser ante todo practicado como si al mismo Cristo se le
dispensase», dice textualmente la Regla benedictina. El mayordomo, añade
San Benito, tratará a los enfermos «con toda solicitud, como un padre». El
establecimiento de enfermerías en los monasterios, no sólo para los
miembros de la comunidad, también para los pobres del contorno y para los
peregrinos, y las primitivas visitas domiciliarias fue, según algunos
documentos, en ocasiones hacían los monjes sanadores, de ese espíritu
nacieron.

Bibliografía

Laín Entralgo P. Historia de la medicina. Barcelona: Ediciones científicas


y técnicas; 1978.

ROMERO VILLEGAS, ELENA MELINDA NELIDA


Pasapera López, Adela Eudocia

MEDICINA EN LOS PUEBLOS GERMANOS

El año 476 fue el final del Imperio romano en Occidente, aunque el hundimiento
venía produciéndose desde principios del siglo V por las sucesivas invasiones
de los pueblos germánicos. Lo que sucedió desde entonces y hasta 1453, año
en que los turcos tomaron Constantinopla, entre el Imperio Bizantino y el Océano
Atlántico, es lo que llamamos Edad Media de la Europa Occidental. Durante este
periodo fueron constituyéndose las nacionalidades de la Europa moderna.

Fig: Los Reinos Germánicos


Para el estudio de la medicina de la Europa medieval, deberemos tener en
cuenta el helenismo, el monoteísmo y la sociedad señorial. Sin embargo, en esta
zona, tuvo cabida un estilo nuevo y distinto, algo que traían consigo los pueblos
invasores del norte.

Dividamos el periodo en dos etapas separadas por la asimilación de la medicina


clásica de origen griego. Ésta se inició en la ciudad italiana de Salerno durante
Pasapera López, Adela Eudocia

los siglos XI y XII, y culminó con la labor sistemática de traducción realizada en


Toledo y en otras ciudades españolas a lo largo de los siglos XII y XIII.

Primera Etapa: Siglos V-XI

La medicina que se practicó en la Europa medieval durante este periodo fue,


según Laín, “cuasitécnica”, para indicar que no fue del todo empírico-creencial ni
tampoco formalmente técnica. En esta época ya son contadas las personas que
podían leer griego, y las pocas escuelas retórico-científicas del sur de Francia y
de Italia empezaron a desaparecer.

Se conservó una parte de los manuscritos griegos y romanos de medicina. Los


que los utilizaron fueron médicos profesionales nativos de las provincias o
naciones de la incipiente Europa (ostrogodos, visigodos o francos), otros
bizantinos, otros judíos, especialmente frecuentes en la Península Ibérica.
Primero fueron médicos seglares y, a partir del siglo VI, surgieron los sacerdotes
médicos. Los nacientes monasterios benedictinos comenzaron a recibir y
atender enfermos.

En la constitución del saber médico tuvieron repercusión pensadores de la Baja


Edad Media. Entre éstos podemos mencionar a:

- Boecio (480-524), pieza fundamental en la transmisión del pensamiento


filosófico griego al mundo cristiano medieval.

- Casiodoro (490-583), que fundó en el sur de Italia una escuela para el cultivo
de las ciencias profanas y que influyó en la formación médica de los monjes.

- San Benito de Nursia (480-543); San Isidoro, que escribió las Etimologías y De
naturas rerum influyendo también en la estimación medieval del arte de curar.

Casiodoro aconsejaba a sus discípulos que leyeran a Hipócrates, a Galeno a


Celio Aureliano y que conocieran las virtudes de las plantas. Un grupo de autores
anónimos reunidos en la corte de Benevento (siglos IX o X) difundieron los
rudimentos de la teoría humoral, la doctrina de las cualidades elementales y la
clasificación de las enfermedades en agudas y crónicas.
Pasapera López, Adela Eudocia

Durante la época de Carlomagno se produjo un auge de las ciencias y las letras


entre los siglos VIII y IX. Alcuino (733-804) fundó la Escuela palatina en
Aquisgrán, que incluía el saber médico. El monje Dungalo reclamó un puesto —
el octavo— para la medicina entre las artes liberales. Carlomagno ordenó la
enseñanza regular de la medicina y después prohibió de forma expresa el
recurso a prácticas supersticiosas, aunque esto no significa que siguieran
existiendo.

Fueron los monasterios y las escuelas catedralicias los lugares donde se


conservó y cultivó el saber médico durante esta etapa: Monte Cassino, San Gall,
Poitiers, Lisieux, Soissons, Lyon, Reims, Fulda, Reichenau, Bobbio, Cremona,
Vicenza y otros.

Otro hecho importante a tener en cuenta es que las Escuelas capitulares, como
las de Reims, Chartres, Colonia y Mardeburgo, dieron un paso adelante al fundar
los "estudios generales" y las Universidades del siglo XIII.

La religiosidad cristiana de Occidente o el modo europeo de religiosidad


cristiana, se fraguó gracias a San Agustín, Boecio, Casiodoro, San Benito, San
Isidoro y los evangelizadores de los países germánicos y anglosajones. Los
componentes de la naciente Europa fueron Grecia, Roma, el cristianismo y la
germanidad. Obsérvese que aquí aparece un elemento nuevo: la germanidad.

El cristianismo europeo tiene unas notas distintivas:

- Permanente necesidad de cambio y progreso.


- Incorporación de las conquistas valiosas de los demás hombres.
- La conquista de la realidad propia, de la individualidad.
- Concesión de importancia al mundo o al cosmos que se ve y al mundo histórico.

Todas estas características se fueron haciendo patentes a medida que avanzó


la Edad Media.

En lo que se refiere a la praxis médica hay que tener en cuenta: Consideración


cristiana del enfermo: Como dice la regla benedictina: “El cuidado de los
enfermos debe ser ante todo practicado como si, dispensándolo a ellos, al mismo
Cristo se le dispensase”. De este espíritu nacieron establecimientos de
Pasapera López, Adela Eudocia

enfermerías en los monasterios para los miembros de la comunidad, los pobres


del contorno y los peregrinos, así como las primitivas visitas domiciliarias que
hacían los monjes.

Esta situación tuvo lugar en una sociedad feudal, una sociedad ordenada en tres
estamentos: los bellatores u hombres que hacen la guerra y mandan; los oratores
u hombres que rezan, los clérigos; los hombres que trabajan, los siervos. Esta
ordenación se cree además inamovible, intocable, natural o instituida por Dios.
Se pierde ese análisis de que las cosas actúan según lo que ellas en sí y por sí
mismas son.

Las reglas de San Benito, sin embargo, se fueron degradando. Se debió a varios
motivos:

a) En el Monasterio de San Gall, por ejemplo, aparecen el infirmarium para los


monjes en la parte oriental de la Iglesia; el hospitale pauperum, para pobres y
peregrinos, situado al poniente del templo, junto a las puertas del monasterio; y
una casa para huéspedes ricos, al norte, cerca de la residencia del abad.
Después se añadieron un hospital para novicios y conversos y una leprosería.
Este esquema se repetirá siempre a lo largo de muchos siglos.

b) La asistencia médica se “profesionalizó” poco a poco, se alejó de la caridad y


penetró en ella el afán de lucro. A partir del Concilio de Clermont (1130) se
prohibió ejercer la medicina a los clérigos.

c) Las prácticas milagreras y supersticiosas perdieron importancia: "Dios ayuda


más al enfermo a través de las humildes hierbas".

Hubo también durante la Alta Edad Media, médicos seglares o laicos, tanto
cristianos como judíos. En el reino de Teodorico hubo, por ejemplo, una clase
médica relativamente organizada. Lo mismo sucedió en la Hispania visigótica,
donde puede hablarse de unas disposiciones de las Leyes Wisigothorum
relativas a la asistencia médica.

Faltan documentos para saber cómo se aprendía la medicina y cómo se ejercía.


Parece que en terapéutica se administraban de forma empírica remedios
Pasapera López, Adela Eudocia

vegetales y se daban consejos dietéticos. También se practicaba una cirugía


muy rudimentaria.

Segunda Etapa: siglos XI – XV

A partir del siglo XI comienza a tecnificarse lo que hasta entonces había sido un
simple “oficio de curar”. Esto se dio gracias a una autoexigencia, a la arabización,
a la secularización y racionalización.

En el sur de Nápoles se fundó en el siglo X una escuela, conocida como Escuela


de Salerno, institución médica laica a la vez docente y asistencial al modo de las
escuelas de la Antigüedad clásica. Hasta el siglo XI la actividad que parece que
desplegó fue puramente pragmática. Fue a partir del impulso que le dio
Constantino el Africano cuando cobró importancia.

Constantino el Africano fue un comerciante del norte de África, cerca del actual
Túnez, que contactó con Alfano, médico de Salerno, y que viajó a instancias de
éste por el mundo islámico para conocer bien su medicina. Convertido después
al cristianismo e instalado como monje del monasterio benedictino de Monte
Cassino, situado al norte de Salerno, tradujo al latín una treintena de escritos
médicos árabes. Con esta iniciativa la medicina de Salerno entró en una nueva
etapa hasta los primeros años del siglo XIII.

Se escribieron varias obras. Cofón el Joven fue autor de una Anatomia porci
(Anatomía del cerdo), que se usó para la enseñanza de la anatomía, y de un Ars
medendi, manual sistemático del arte de curar; Arquimateo escribió De
instructione medici, que nos ilustra de lo que entonces fue el ejercicio clínico;
Mateo Plateario el joven compuso un comentario al Antidotarium de Nicolás
Prepósito, conocido como Circa instans, sus dos primeras palabras, entre otras.

Destacaron las obras anónimas De aegritudinum curatione, tratado de patología


y terapéutica especiales y Regimen sanitatis Salernitanum, poema didáctico
dedicado a la dieta. Este último llegó a gozar de éxito hasta mediados del siglo
XIX. También se puede mencionar la Practica chirurgiae de Rogelio, lo que indica
que se practicó una cirugía muy superior a la de la Alta Edad Media.
Pasapera López, Adela Eudocia

Cuando Salerno alcanzó su madurez, al otro lado de los Alpes, la Escuela


capitular de Chartes llegaba a su cima. Guillermo de Conches y Juan de
Salisbury fueron dos de sus representantes. El primero enseñó en Chartres entre
1140 y 1150 y ofreció conceptos y orientaciones a los médicos hábidos de
conocer científicamente la naturaleza humana. Se dedicó, sobre todo, a la
cosmología y antropología; se apoyó en Platón y recurrió también a Constantino
el Africano. Por su parte el agudo pensador inglés Salisbury (ca 110-1180), fue
autor de la obra Metalogicus, donde hizo una crítica a la aparatosa y exagerada
doctoralidad que ya por entonces era habitual en muchos médicos, y a la
propuesta de una formación armoniosa asentada sobre la experiencia, la razón
y la atenta lectura de textos antiguos.

Dentro de este periodo se dio también un proceso de arabización del saber


médico, que duró 300 años (1000-1300). Se produjo, a la vez, en dos fases: una
de recepción y otra de asimilación. La penetración se hizo en varios escenarios:
Ripio, Sicilia, Salerno, Toledo.

Especial mención merece la iniciativa del arzobispo Raimundo de Sauvetat de


reunir a un grupo de traductores en Toledo entre 1130 y 1140 que se extendió
hasta la muerte de Alfonso X el Sabio (1284). Toledo era una ciudad conquistada
por los árabes en 1085 cuya vida urbana se caracterizaba por la libertad
intelectual, idiomática y religiosa. Árabes, judíos y cristianos gozaban de los
mismos derechos. Se constituyó así en la puerta de entrada del saber
grecoárabe en la Europa occidental. Los escritos de Hipócrates, Galeno, Rhazes,
Avicena, Abulqasim, Aristóteles y otros textos científicos y filosóficos entraron
así de lleno en Europa.

En la primera mitad del siglo XII destacó el equipo que formaron el judío Juan
Avendahut Hispano, que hacía las traducciones del árabe al castellano, y el
eclesiástico Domenicus Gundisalvus (Domingo González), que vertía los textos
castellanos al latín. Durante la segunda mitad de la centuria, la figura central fue
Gerardo de Cremona, que dirigió un grupo numeroso del que formó parte Marcos
Toledano.
Pasapera López, Adela Eudocia

Desde el siglo XII al XIII la situación pedía nuevas instituciones y métodos


renovados para la transmisión del saber. Se produjo el tránsito de las escuelas
capituales a los “Estudios generales” y a las Universidades. De entre las
escuelas la que tuvo más importancia fue la de Montpellier, parecida a la que
hubo en Salerno. En el siglo XII ya tenía estatutos propios y en el XIII,
coincidiendo con el declinar de Salerno, heredó su prestigio. Durante su periodo
de esplendor estuvo ligada a la Corona de Aragón. Su representante máximo fue
Bernardo Gordon, profesor y autor de varios escritos médicos.

Entre los siglos XIII y XIV van surgiendo las universidades: Bolonia, París,
Oxford, Salamanca, Cambridge, Nápoles, Tolosa, Padua, Viena y otras más,
promovidas por la Iglesia, el poder real y el municipio. Al principio la medicina no
era uniforme en todas ellas, aunque después adoptaron el esquema de las cuatro
facultades: Teología, derecho, medicina y artes. En todas ellas imperaba el
mismo espíritu y método, que llamamos escolástico.

Durante esta etapa podemos hablar de:

a) Compilaciones enciclopédicas, como las de San Alberto Magno y Vicente de


Beauvais. Sus obras resumen de forma objetiva el saber de cientos de autores,
filósofos, escritores y médicos acerca de las más diversas realidades de la
naturaleza.

b) Iniciativa del método experimental y de la ciencia combinatoria. La obra más


destacable en este sentido fue la de Rogerio Bacon quien comenzó el
conocimiento matemático-experimental del mundo visible. También podemos
mencionar la obra de Ramón Llull (1235-1315), filósofo y teólogo, escritor y
hombre de acción, escolástico y místico, que ideó una "ciencia general de las
ciencias", la Ars magna.

c) Auge de la medicina escolástica. Como precursores de ésta hay que


mencionar a los autores de la primera mitad del siglo XIII que combinaron la
herencia de Salerno y el arabismo toledano. Taddeo Alderotti (ca 1223 -1303),
profesor de Bolonia, introdujo el método escolástico en la enseñanza de la
medicina. Arnau de Vilanova (Montpellier) y Pietro D’Abano (Padua) fueron
Pasapera López, Adela Eudocia

figuras representativas de la medicina escolástica. El valenciano Arnau de


Vilanova fue una de las máximas figuras de la medicina bajomedieval europea.
Fue profesor en Montpellier, tradujo en su juventud libros del árabe al latín y fue
autor de una numerosa e influyente obra escrita en la que se ocupó de
cuestiones teóricas y de problemas prácticos, aunque siempre de acuerdo con
lo que llamamos "galenismo arabizado". Aranau de Vilanova también fue médico
de Pedro III de Aragón y de los papas Bonifacio VIII y Clemente V.

Junto a estos dos también debemos hacer referencia a Pietro d'Abano (1250-
1315), que fue profesor en la Universidad de Padua. Estuvo muy influido por el
aristotelismo averroista. Escribió varias obras, entre las que destaca el Cociliator
controversiarum..., una colección de las más importantes cuestiones del saber
médico de su tiempo, aunque según Laín no dejan de ser sutiles torneos
dialécticos acerca de entes de la razón.

d) Bolonia y París, centros respectivos de la escolástica jurídica y de la teológico-


filosófica, dieron marco urbano a un progreso del saber quirúrgico y de la técnica
operatoria. De Bolonia podemos mencionar a Guillermo de Saliceto y Lanfranco,
quien, exiliado en Paris, llevó allí la brillante cirugía italiana.

La declinación del feudalismo trajo consigo un proceso de cambios; algo nuevo


acontecía en la Europa del Bajo Medioevo:

a) Creciente lejanía de Dios.


b) Aparición de movimientos intelectuales como el nominalismo y el voluntarismo.
c) Disolución progresiva del feudalismo en beneficio de la nueva clase burguesa,
muy numerosa y activa en las ciudades donde se desarrolla la industria
artesanal.
d) Consecuencia de las anteriores, creciente necesidad de atenerse a la
experiencia de la realidad sensible y singular para edificar la ciencia del mundo
creado y la estimación progresiva del trabajo manual y de sus obras.

Estos hechos tuvieron repercusión en la medicina de la siguiente forma:

a) Redacción de tratados, glosarios, sumas, concordancias, etc. Haciéndose


rutinaria la actitud escolástica frente al saber y su comunicación.
Pasapera López, Adela Eudocia

b) Floreció el género conciliar. Taddeo Alderotti creó el consilium, una sobria


narración patográfica redactada para la formación clínica o terapéutica del lector.
La inclinación al conocimiento de la realidad individual que trajo el siglo XIV
permitieron que las colecciones de Consilia se hicieran frecuentes en los últimos
decenios de la Baja Edad Media y principios del Renacimiento. Como veremos
en próximos capítulos, la observatio renacentista será heredera directa del
consilium medieval.

c) Renacimiento de la anatomía. En el filo de los siglos XIII y XIV volvieron a


disecarse cadáveres para:

- Buscar lesiones en los cadáveres afectados por enfermedad pestilencial


- Con un fin médico-forense, buscando causas de muerte como
envenenamientos
- Por motivos puramente anatómicos con el fin de conocer la estructura del
cuerpo

d) Desarrollo de la cirugía. En las Universidades de Bolonia y de Padua la cirugía


se incorporó a la enseñanza universitaria. La gran figura bajomedieval fue Guy
de Chauliac (siglo XIV), de la Escela de Montpellier. Su Chirurgia magna tuvo
hasta el Renacimiento en toda Europa una influencia sólo comparable a la de los
principales tratados clásicos e islámicos.

e) Higiene y dietética. El Regimen sanitatis al rey de Aragón, de Arnau de


Vilanova, es un ejemplo del género —los regimina— que prosperó en esta etapa
dedicados a los príncipes y grandes señores. Este género expresó la constante
discriminación estamental de la práctica médica, y la creciente atención hacia las
realidades individuales. Otras veces los regimina no son la higiene de una
persona determinada, sino la de una actividad, un estado vital o una profesión
(embarazo, viajes, vida militar, vida monástica, etc.). También los hubo
dedicados a prevenir enfermedades mortíferas como la peste.

f) Perfeccionamiento de las traducciones griegas. Con el tiempo se produjo una


mayor exigencia en las traducciones de las fuentes y una creciente capacidad
Pasapera López, Adela Eudocia

crítica. La relación con el mundo bizantino permitió llevar a buen término el


empeño.

LA ASISTENCIA

Como hemos visto, el cristianismo condujo a una asistencia para toda la


población, pero no llegó a superar la larga diversificación socioeconómica. En
las primeras comunidades cristianas existió una igualdad asistencial pero, tras la
conversión del cristianismo en religión oficial del Imperio Romano, el compromiso
con las estructuras sociales, económicas y políticas propio de la etapa
"postconstantiniana" condujo otra vez a la diversificación.

Ya hemos visto que, incluso en los monasterios, se produjo también esa


diversificación.

En la estructura feudal de la sociedad lo que había sido "asistencia para hombres


libres y ricos" pasó a manos de los médicos de cámara de reyes y príncipes,
nobles y altos dignatarios eclesiásticos. Cuando se desarrollaron las ciudades
durante la Baja Edad Media, el nivel intermedio de la asistencia se convirtió en
domiciliario, punto de partida del "médico de cabecera". Los esclavos,
miserables, pobres urbanos y siervos eran recogidos —más que asistidos— en
los hospitales fundados por monarcas, nobleza, clero o el estrato social
preburgués. Un claro ejemplo fue el manicomio fundado en Valencia en 1409
destinado a locos y "débiles mentales", gestionado por "ciudadanos, mercaderes
o de similar condición".

LA ENSEÑANZA DE LA MEDICINA

En la Europa bajomedieval se constituyó la profesión médica por una serie de


condicionamientos:

- Profundos cambios socioeconómicos y políticos de la época.


- Asimilación del saber médico greco-árabe

La primera reglamentación del título fue promulgada en 1140 por Rogerio II de


Sicilia, que estableció un examen oficial obligatorio para poder ejercer la
medicina. Un siglo más tarde, Federico II reglamentó en el mismo reino la
Pasapera López, Adela Eudocia

enseñanza mediante una ordenanza (1240) que disponía que los aspirantes al
título debían cursar tres años de estudios preparatorios y cinco de medicina en
Salerno, y practicar después durante otro año junto a un médico.

Como hemos visto anteriormente, la enseñanza de la medicina se adscribió


después a las Universidades. Al principio fueron agrupaciones de maestros y
discípulos, semejantes a otros gremios. Su importancia para el poder civil y
eclesiástico hizo que fueran pronto controladas por los monarcas y que
necesitaran un privilegio pontificio para que sus estudios fueran válidos en toda
la cristiandad. En su organización apenas se tuvo en cuenta el trabajo manual,
herencia de la tradición del mundo clásico que despreciaba este tipo de trabajo.
Esto condujo a que los médicos, como hombres de saber, estudiaran en las
universidades, mientras que los cirujanos quedaron excluidos y reducidos a una
ocupación artesanal tanto por su formación como por su posición social.

OTRAS PRÁCTICAS CURATIVAS

Junto a la medicina oficial se situaron otro tipo de prácticas curativas basadas en


fuerzas sobrenaturales u ocultas. Las que eran compatibles con el cristianismo
fueron adaptándose; por ejemplo, los santuarios dedicados a Asclepio
permanecieron bajo la advocación de la Virgen María o de algún santo. Algo
parecido sucedió con las prácticas o instituciones de origen celta o germánico.
Por el contrario, las prácticas que chocaron frontalmente con el cristianismo
fueron perseguidas por diabólicas, supersticiosas e inmorales, aunque
persistieron en la clandestinidad. La brujería, por ejemplo, fue terriblemente
perseguida desde finales de la Edad Media hasta bien entrado el siglo XVIII. Se
produjo durante este tiempo la "caza de brujas" que costó la vida a miles de
personas en toda Europa; en España quedó casi reducida a Navarra. Algunas
perdonas lúcidas, como Juan Luis Vives, en cambio, señalaron que se trataba
de enfermos mentales, de delirios y alucinaciones, y llegaron a defenderles del
odio popular y de la persecución de las autoridades civiles, enviándolas a
médicos

Referencia Bibliográfica
Pasapera López, Adela Eudocia

1. Sede Web: La Medicina en la Europa Medieval– Historiadelamedicina.org.


Disponible: https://historiadelamedicina.org/Fundamentos/2_5.html
2. Sede Web: Edad Media – SlideShare. Disponible:
https://www.slideshare.net/hermesquezada/edad-media-77012588
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE:

MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

Se entiende por ciencia los descubrimientos habidos en el campo de la filosofía


natural, es decir, que tratan de explicar la naturaleza.

Tras la caída del imperio romano, en los primeros tiempos de la Alta Edad Media,
todo ese interés se perdió durante siglos, debido en gran medida a la división del
continente europeo entre Oriente
y Occidente, quedando este
último sin acceso a los tratados
originales en griego, con lo que la
ciencia se vio sumida en un
profundo abandono.

Se acostumbra considerar la
Edad Media como un período de
regresión en el saber científico, incluyendo la Medicina y siendo costumbre que
los autores de habla inglesa se refirieran a ella como “Edad Oscura” (“Dark Age”).
Aunque en ciertos aspectos, es preciso reconocer que hubo una detención del
progreso científico, especialmente hasta el siglo X, hay que recordar que durante
este período, se sentaron las bases que permitieron el futuro Renacimiento de
las Artes, las Letras y las Ciencias.

La medicina en la época medieval constaba de una intrigante mezcla de


supersticiones, tradiciones, plantas medicinales y conocimientos transmitidos
por los antiguos griegos y romanos. La gente en la Edad Media tenía un
conocimiento sorprendente de cómo funcionaba el cuerpo humano y muchas
curas se basaban en torno a plantas e hierbas que aún hoy en día se utilizan.

El miedo y la superstición desempeñaron un papel importante en la medicina


medieval. Mucha gente creía que las enfermedades eran un castigo de Dios, y
la curación sólo podía venir de la ayuda divina. Los pacientes buscaban la

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

sanación sólo a través de la oración o bien peregrinando a algún lugar santo, en


vez de acudir al médico o al curandero.

La historia de la Medicina de la Era Media es la de latinización monástica, luego


vendrá la arabización de Occidente, la influencia de la medicina salernitana y el
encuentro con el florecimiento del
Renacimiento ya en el siglo XIII
con Albert Magnus y Roger
Bacon con la fase universitaria
de la Medicina.

Allá por los años 1000, figuran


algunas mujeres médicos como
Rebeca, Constanza y sobre todo
Trótula la iniciadora de los
estudios de las mujeres como médicos, fue una destacada ginecóloga y sus
enseñanzas se recogen en el libro "De Molierum Passionibus" sobre la
gravidez,el parto, puerperio, alimentación del niño, de la epilepsia (eclampsia) de
las enfermedades de los dientes, libro que se uso como texto hasta el siglo XV
al igual que el "Antidotarium".Tenemos la oportunidad de recordar que desde
hace 3.000 años a.C., las mujeres estudiaron y trabajaron como médicos; en el
papiro de Kahun, indica que habían mujeres especialistas en Ginecología; en los
templos griegos habilitados como hospitales trabajaban muchas mujeres;
Agnocide, en el año 300 A.C.

CIENCIA EN LA EDAD MEDIA.

Durante la Edad Media, los científicos fueron censurados y prohibidos por la


Iglesia para dar a conocer nuevas hipótesis y leyes relacionadas con el mundo
que podían derribar la fe cristiana y la presencia de Dios. Es por ello que se le
conoce como una de las etapas más oscuras de la historia de la ciencia pues no
solo el estudio era prohibido, quien se atrevía a no acatar las leyes era torturado,
y acusado de hereje lo que significaba una muerte segura.

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

Es por ello que se tiene muy poca información de los avances de aquella época y
es que fue la etapa en la que menos descubrimientos se realizaron. Sin embargo
en el medio oriente, los árabes durante esta época siguieron con sus
conocimientos

PRAXIS MÉDICA.

a) Durante la segunda mitad del Medioevo el médico siguió observando las


distintas enfermedades que desde la antigüedad clásica venían siendo descritas:
tisis, neumonías, disenterías,
frenitos y letargo, cólicos,
fiebres diversas, viruela, lepra,
etc.; y por otra parte, que el
desplazamiento de la
civilización desde las
templadas riberas del
Mediterráneo hacia las
sombrías, húmedas y frías
tierras del centro y el norte de Europa, así como las deficientes condiciones de
vida de los ciervos de la gleba, cambian de manera sensible el cuadro de la
morbilidad.

En el siglo XIV a solo el Occidente europeo, procedente del Oriente Próximo,


una de las más atroces y mortíferas epidemias que jamás haya padecido la
humanidad: la famosa ‘muerte negra’, una epidemia de peste que alcanzó su
mayor intensidad entre 1348 y 1350, que mato a veinte o veinticinco millones de
europeos. Nada pudieron contra ella las medidas preventivas, muchas de ellas
solo accesibles a los ricos. Varias fueron las consecuencias de la muerte negra
: una fuerte recesión de Europa no solo demográfica sino también económica, la
viciosa exaltación de ciertas prácticas religiosas, la persecución de los judíos
acusados de envenenar las fuentes, la confusa mezcla de menosprecio del
mundo, puesto que tan quebradiza se muestra la vida en él.

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

b) La actividad diagnostica de medico tuvo un fundamento, la articulación entre


la experiencia sensorial y el saber patológico, una técnica exploratoria y un
método didáctico. Sobre tales presupuestos teóricos operaba la técnica
exploratoria del médico. Varios escritos permiten reconstruir lo que fue la
exploración clínica a lo largo de
la Edad Media que ilustran los
dos principales recursos
diagnósticos del médico
medieval, la uroscopia y el
examen de pulso. Puesto
que la enseñanza en las
facultades de medicina era
puramente teórica, el estudiante
y el médico joven aprendían la
exploración, el diagnóstico y la
práctica del tratamiento al lado del médico experimentado más accesible a ellos.
Solo ya bien avanzada la Baja Edad Media hubo en Paris algo semejante a
nuestros policlínicos.

c) El motivo supremo de una praxis médica bien ordenada lo constituyen el


tratamiento y la prevención de la enfermedad, curar al enfermo y conservar la
salud del sano. Para el médico medieval como para el griego, ciertas
enfermedades son la consecuencia implacable de una necesidad absoluta de la
naturaleza humana, misteriosamente existirían las dolencias mortales o
incurables frente a las cuales nada podría hacer el arte médico.

Hasta fines del siglo XV los conocimientos teóricos en medicina no habían


avanzado mucho más que en la época de Galeno. La teoría humoral de la
enfermedad reinaba suprema, con agregados religiosos y participación
prominente de la astrología. La anatomía estaba empezando a estudiarse no
sólo en los textos de Galeno y Avicena sino también en el cadáver, aunque en
esos tiempos muy pocos médicos habían visto más de una disección en su vida.
El diagnóstico se basaba sobre todo en la inspección de la orina, que según con
los numerosos tratados y sistemas de uroscopia en existencia se interpretaba

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

según las capas de sedimento que se distinguían en el recipiente, ya que cada


una correspondía a una zona específica del cuerpo; también la inspección de la
sangre y la del esputo eran importantes para reconocer la enfermedad. La toma
del pulso había caído en desuso, o por lo menos ya no se practicaba con la
acuciosidad con que lo recomendaba Galeno. El tratamiento se basaba en el
principio de contraria contrariis y se reducía a cuatro medidas generales:

1) Sangría, realizada casi siempre


por flebotomía, con la idea de
eliminar el humor excesivo
responsable de la discrasia o
desequilibrio (plétora) o bien para
derivarlo de un órgano a otro, según
se practicara del mismo lado
anatómico donde se localizaba la
enfermedad o del lado opuesto,
respectivamente. Las indicaciones
de la flebotomía eran muy complicadas, pues incluían no solo el sitio y la técnica
sino también condiciones astrológicas favorables (mes, día y hora), número de
sangrados y cantidad de sangre obtenida en cada operación, que a su vez
dependían del temperamento y la edad del paciente, la estación del año, la
localización geográfica, etc. Había muchas opiniones distintas y todas se
discutían acaloradamente, usando innumerable citas de Galeno, Rhazes,
Avicena y otros autores clásicos. También se usaban sanguijuelas, aunque con
menor frecuencia que en el siglo XVIII; los revulsivos los mencionan los
salernitanos y se practicaron durante toda la Edad Media, en forma de pequeñas
incisiones cutáneas en las que se introduce un cuerpo extraño (hilo, tejido, frijol,
chícharo) para evitar que cicatricen.

2) Dieta, para evitar que a partir de los alimentos se siguiera produciendo el


humor responsable de la discrasia. Desde los tiempos hipocráticos la dieta era
uno de los medios terapéuticos principales, basada en dos principios: restricción
alimentaria, frecuentemente absoluta, aun en casos en los que conducía
rápidamente a desnutrición y a caquexia, y direcciones precisas y voluminosas

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

para la preparación de los alimentos y bebidas permitidos, que al final eran


tisanas, caldos, huevos y leche.

3) Purga, para facilitar la eliminación del exceso del humor causante de la


enfermedad. Esta medida terapéutica era herencia de una idea egipcia muy
antigua, un principio patológico que se generaría en el intestino y de ahí pasaría
al resto del organismo, produciendo malestar y padecimientos. Quizá ésta sea la
medida terapéutica médica y popular más antigua de todas.

4) Drogas de muy distintos tipos, obtenidas la


mayoría de diversas plantas, a las que se les
atribuían distintas propiedades, muchas veces en
forma correcta: digestivas, laxantes, diuréticas,
diaforéticas, analgésicas, etc. La polifarmacia era la
regla y con frecuencia las recetas contenían más de
20 componentes distintos.

Al mismo tiempo que estas medidas terapéuticas


también se usaban otras basadas en poderes
sobrenaturales. Los exorcismos eran importantes
en el manejo de trastornos mentales, epilepsia o impotencia; en estos casos el
sacerdote sustituía al médico.

Los médicos no practicaban la cirugía, que estaba en manos de los cirujanos y


de los barberos. Los cirujanos no asistían a las universidades, no hablaban latín
y eran considerados gente poco educada y de clase inferior. Muchos eran
itinerantes, que iban de una ciudad a otra operando hernias, cálculos vesicales
o cataratas, lo que requería experiencia y habilidad quirúrgica, o bien curando
heridas superficiales, abriendo abscesos y tratando fracturas. Sus principales
competidores eran los barberos, que además de cortar el cabello vendían
ungüentos, sacaban dientes, aplicaban ventosas, ponían enemas y hacían
flebotomías.

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA

BIBILIOGRAFÍA:

1. Amaro M. El Mundo de la medicina. [Internet] 2010 [Consultado 18 de


Mayo 2019]. Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rci/v30n5/art16.pdf

2. Romero A. Historia y filosofía de la medicina [Internet] 2011 [Consultado


18 de Mayo 2019]. Disponible en:
https://www.cardenashistoriamedicina.net/capitulos/es-cap7.htm

Mendoza Mendoza, Sandy


Lizbeth.
FUNDAMENTOS

CIENCIA MEDIEVAL EN OCCIDENTE:

FUNDAMENTOS DE LA MEDICINA EN LA EDAD MEDIA LATINA


Todos los historiadores coinciden en que la Edad Media abarca el periodo
comprendido desde la Caída del Imperio Romano en el año 476 d.C. hasta
mediados del siglo XV d.C., cuando cae el Imperio Romano Oriental, es decir
cuando la ciudad de Constantinopla es conquistada por los turcos en el año
1453.

La Edad Media se divide en Alta Edad Media y Baja Edad Media.

Características generales de la Alta Edad Media:

Abarca desde la Caída del Imperio Romano hasta el inicio del siglo XI:

Sucesivas invasiones: tanto por el norte (grupos germánicos) como por el sur
(grupos Beréberes)

Abandono de ciudades: Las personas huyen al


campo por miedo.Grandes diferencias de
clases: Toda esta situación de pobreza hace
que las diferencias entre clases se acentúen
mucho más. Aparecen incluso clases sociales
nuevas y la mayoría de las personas van a
estar en la miseria.

Dominio de la Iglesia: La iglesia católica va a


aumentar su poder y su riqueza, va a ser una
de las clases altas de esta época, van a tener
tanto poder y riqueza como los reyes y los señores feudales. De manera en que
llegue un momento en el que domine la vida política, social y económica de
España.

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

Características generales de la Baja Edad Media

Comprende desde el inicio del siglo XI hasta el descubrimiento de América


(1492) fecha en la que comienza la Edad Moderna.

 Aumento demográfico: al disminuir las guerras se produce un aumento


demográfico.
 Resurge el comercio: ya no tienen que ser autosuficientes.
 Surgimiento de una nueva
clase social: la burguesía, son
comerciantes de clase media.
Esta clase ya no trabaja para
el señor feudal, trabajará
cobrando por su trabajo.
 Avances y progresos: se van a
dar avances científicos
importantes; aparecerá la
imprenta, importante para la
trasmisión de la cultura y el conocimiento, esto supone que el conocimiento pase
también a las clases pobres.
 Avances importantes en la medicina y en la enfermería.
 La Iglesia continúa siendo muy poderosa y dominante: seguirá perteneciendo a
la clase alta; pero en esta época van a aparecer grupos dentro de la propia
Iglesia que van a criticar la situación de poder que tiene la misma.

El año 476 fue el final del Imperio romano en Occidente, aunque el hundimiento
venía produciéndose desde principios del siglo V por las sucesivas invasiones
de los pueblos germánicos. Lo que sucedió desde entonces y hasta 1453, año
en que los turcos tomaron Constantinopla, entre el Imperio Bizantino y el Océano
Atlántico, es lo que llamamos Edad Media de la Europa occidental. Durante este
periodo fueron constituyéndose las nacionalidades de la Europa moderna.

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

Para el estudio de la medicina de la Europa medieval debemos tener en cuenta


el helenismo, el monoteísmo y la sociedad señorial. Sin embargo, en esta zona,
tuvo cabida un estilo nuevo y distinto, algo que traían consigo los pueblos
invasores del norte.

Dividamos el periodo en dos etapas separadas por la asimilación de la medicina


clásica de origen griego. Ésta se inició en la ciudad italiana de Salerno durante
los siglos XI y XII, y culminó con la labor sistemática de traducción realizada en
Toledo y en otras ciudades españolas a lo largo de los siglos XII y XIII.

 Primera etapa: siglos V-XI

La medicina que se practicó en la Europa medieval durante este periodo fue,


según Laín, “cuasitécnica”, para indicar que no fue del todo empírico-creencial
ni tampoco formalmente técnica. En esta época ya son contadas las personas
que podían leer griego, y las pocas escuelas retórico-científicas del sur de
Francia y de Italia empezaron a desaparecer.

Se conservó una parte de los manuscritos griegos y romanos de medicina. Los


que los utilizaron fueron médicos profesionales nativos de las provincias o
naciones de la incipiente Europa (ostrogodos, visigodos o francos), otros
bizantinos, otros judíos, especialmente frecuentes en la Península Ibérica.
Primero fueron médicos seglares y, a partir del siglo VI, surgieron los
sacerdotes médicos. Los nacientes monasterios benedictinos comenzaron a
recibir y atender enfermos.

En la constitución del saber médico tuvieron


repercusión pensadores de la Baja Edad Media. Entre
éstos podemos mencionar a Boecio (480-524), pieza
fundamental en la transmisión del pensamiento
filosófico griego al mundo cristiano medieval; Casiodoro
(490-583), que fundó en el sur de Italia una escuela
para el cultivo de las ciencias profanas y que influyó en
la formación médica de los monjes; San Benito de
Nursia (480-543); San Isidoro, que escribió las

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

Etimologías y De naturas rerum influyendo también en la estimación medieval


del arte de curar.

Casiodoro aconsejaba a sus discípulos que leyeran a Hipócrates, a Galeno a


Celio Aureliano y que conocieran las virtudes de las plantas. Un grupo de
autores anónimos reunidos en la corte de Benevento (siglos IX o X) difundieron
los rudimentos de la teoría humoral, la doctrina de las cualidades elementales y
la clasificación de las enfermedades en agudas y crónicas.

Durante la época de Carlomagno se


produjo un auge de las ciencias y las
letras entre los siglos VIII y IX. Alcuino
(733-804) fundó la Escuela palatina en
Aquisgrán, que incluía el saber médico.
El monje Dungalo reclamó un puesto el
octavo para la medicina entre las artes
liberales. Carlomagno ordenó la
enseñanza regular de la medicina y
después prohibió de forma expresa el
recurso a prácticas supersticiosas,
aunque esto no significa que siguieran existiendo.

Fueron los monasterios y las escuelas catedralicias los lugares donde se


conservó y cultivó el saber médico durante esta etapa: Monte Cassino, San
Gall, Poitiers, Lisieux, Soissons, Lyon, Reims, Fulda, Reichenau, Bobbio,
Cremona, Vicenza y otros.

Otro hecho importante a tener en cuenta es que las Escuelas capitulares, como
las de Reims, Chartres, Colonia y Mardeburgo, dieron un paso adelante al
fundar los "estudios generales" y las Universidades del siglo XIII.

La religiosidad cristiana de Occidente o el modo europeo de religiosidad


cristiana, se fraguó gracias a San Agustín, Boecio, Casiodoro, San Benito, San
Isidoro y los evangelizadores de los países germánicos y anglosajones. Los
componentes de la naciente Europa fueron Grecia, Roma, el cristianismo y la

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

germanidad. Obsérvese que aquí aparece un elemento nuevo: la germanidad.


El cristianismo europeo tiene unas notas distintivas: Permanente necesidad de
cambio y progreso; Incorporación de las conquistas valiosas de los demás
hombres; La Conquista de la realidad propia, de la individualidad; Concesión
de importancia al mundo o al cosmos que se ve y al mundo histórico. Todas
estas características se fueron haciendo patentes a medida que avanzó la
Edad Media.

En lo que se refiere a la praxis médica hay que tener en cuenta:


Consideración cristiana del enfermo: Como dice la regla benedictina: “El
cuidado de los enfermos debe ser ante todo practicado como si, dispensándolo
a ellos, al mismo Cristo se le dispensase”. De este espíritu nacieron
establecimientos de enfermerías en los monasterios para los miembros de la
comunidad, los pobres del
contorno y los peregrinos,
así como las primitivas
visitas domiciliarias que
hacían los monjes. Esta
situación tuvo lugar en una
sociedad feudal, una
sociedad ordenada en tres
estamentos: los bellatores u
hombres que hacen la
guerra y mandan; los oratores u hombres que rezan, los clérigos; los hombres
que trabajan, los siervos. Esta ordenación se cree además inamovible,
intocable, natural o instituida por Dios. Se pierde ese análisis de que las cosas
actúan según lo que ellas en sí y por sí mismas son. Las reglas de San Benito,
sin embargo, se fueron degradando. Se debió a varios motivos:

En el Monasterio de San Gall, por ejemplo, aparecen el infirmarium para los


monjes en la parte oriental de la Iglesia; el hospitale pauperum, para pobres y
peregrinos, situado al poniente del templo, junto a las puertas del monasterio; y
una casa para huéspedes ricos, al norte, cerca de la residencia del abad.
Después se añadieron un hospital para novicios y conversos y una leprosería.
Este esquema se repetirá siempre a lo largo de muchos siglos.

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

La asistencia médica se “profesionalizó” poco a poco, se alejó de la caridad y


penetró en ella el afán de lucro. A partir del Concilio de Clermont (1130) se
prohibió ejercer la medicina a los clérigos.

Las prácticas milagreras y supersticiosas perdieron importancia: "Dios ayuda


más al enfermo a través de las humildes hierbas".

Hubo también durante la Alta Edad


medios médicos seglares o laicos,
tanto cristianos como judíos. En el
reino de Teodorico hubo, por ejemplo,
una clase médica relativamente
organizada. Lo mismo sucedió en la
Hispania visigótica, donde puede
hablarse de unas disposiciones de las
Leyes Wisigothorum relativas a la asistencia médica. Faltan documentos para
saber cómo se aprendía la medicina y cómo se ejercía. Parece que en
terapéutica se administraban de forma empírica remedios vegetales y se daban
consejos dietéticos. También se practicaba una cirugía muy rudimentaria.

 Segunda etapa: siglos XI – XV

A partir del siglo XI comienza a tecnificarse lo que hasta entonces había sido
un simple “oficio de curar”. Esto se dio gracias a una autoexigencia, a la
arabización, a la secularización y racionalización.
En el sur de Nápoles se fundó en el siglo X una escuela, conocida como
Escuela de Salerno, institución médica laica a la vez docente y asistencial al
modo de las escuelas de la Antigüedad clásica. Hasta el siglo XI la actividad
que parece que desplegó fue puramente pragmática. Fue a partir del impulso
que le dio Constantino el Africano cuando cobró importancia. Constantino el
Africano fue un comerciante del norte de África, cerca del actual Túnez, que
contactó con Alfano, médico de Salerno, y que viajó a instancias de éste por el
mundo islámico para conocer bien su medicina. Convertido después al
cristianismo e instalado como monje del monasterio benedictino de Monte

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

Cassino, situado al norte de Salerno, tradujo al latín una treintena de escritos


médicos árabes. Con esta iniciativa la medicina de Salerno entró en una nueva
etapa hasta los primeros años del siglo XIII. Se escribieron varias obras. Cofón
el Joven fue autor de una Anatomia porci (Anatomía del cerdo), que se usó
para la enseñanza de la anatomía, y de un Ars medendi, manual sistemático
del arte de curar; Arquimateo escribió De instructione medici, que nos ilustra de
lo que entonces fue el ejercicio clínico; Mateo Plateario el joven compuso un
comentario al Antidotarium de Nicolás Prepósito, conocido como Circa instans,
sus dos primeras palabras, entre otras.

Destacaron las obras anónimas De aegritudinum curatione, tratado de


patología y terapéutica especiales y Regimen sanitatis Salernitanum, poema
didáctico dedicado a la dieta. Este último llegó a gozar de éxito hasta mediados
del siglo XIX. También se puede mencionar la Práctica chirurgiae de Rogelio, lo
que indica que se practicó una cirugía muy superior a la de la Alta Edad Media.

Cuando Salerno alcanzó su madurez, al otro lado de los Alpes, la Escuela


capitular de Chartes llegaba a su cima. Guillermo de Conches y Juan de
Salisbury fueron dos de sus representantes. El primero enseñó en Chartres
entre 1140 y 1150 y ofreció conceptos y orientaciones a los médicos hábidos
de conocer científicamente la naturaleza humana. Se dedicó, sobre todo, a la
cosmología y antropología; se apoyó en Platón y recurrió también a
Constantino el Africano. Por su parte el agudo pensador inglés Salisbury (ca
110-1180), fue autor de la obra Metalogicus, donde hizo una crítica a la
aparatosa y exagerada doctoralidad que ya por entonces era habitual en
muchos médicos, y a la propuesta de una formación armoniosa asentada sobre
la experiencia, la razón y la atenta lectura de textos antiguos.

Dentro de este periodo se dio también un proceso de arabización del saber


médico, que duró 300 años (1000-1300). Se produjo, a la vez, en dos fases:
una de recepción y otra de asimilación. La penetración se hizo en varios
escenarios: Ripio, Sicilia, Salerno, Toledo.

Especial mención merece la iniciativa del arzobispo Raimundo de Sauvetat de


reunir a un grupo de traductores en Toledo entre 1130 y 1140 que se extendió

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

hasta la muerte de Alfonso X el Sabio (1284). Toledo era una ciudad


conquistada por los árabes en 1085 cuya vida urbana se caracterizaba por la
libertad intelectual, idiomática y religiosa. Árabes, judíos y cristianos gozaban
de los mismos derechos. Se constituyó así en la puerta de entrada del saber
grecoárabe en la Europa occidental. Los escritos de Hipócrates, Galeno,
Rhazes, Avicena, Abulqasim, Aristóteles y otros textos científicos y filosóficos
entraron así de lleno en Europa.

En la primera mitad del siglo XII destacó el equipo que formaron el judío Juan
Avendahut Hispano, que hacía las traducciones del árabe al castellano, y el
eclesiástico Domenicus Gundisalvus (Domingo González), que vertía los textos
castellanos al latín. Durante la segunda mitad de la centuria, la figura central
fue Gerardo de Cremona, que dirigió un grupo numeroso del que formó parte
Marcos Toledano.

Desde el siglo XII al XIII la situación pedía nuevas instituciones y métodos


renovados para la transmisión del saber. Se produjo el tránsito de las escuelas
capituales a los “Estudios generales” y a las Universidades. De entre las
escuelas la que tuvo más importancia fue la de Montpellier, parecida a la que
hubo en Salerno. En el siglo XII ya tenía estatutos propios y en el XIII,
coincidiendo con el declinar de Salerno, heredó su prestigio. Durante su
periodo de esplendor estuvo ligada a la Corona de Aragón. Su representante
máximo fue Bernardo Gordon, profesor y autor de varios escritos médicos.

Entre los siglos XIII y XIV van surgiendo las universiaddes: Bolonia, París,
Oxford, Salamanca, Cambridge, Nápoles, Tolosa, Padua, Viena y otras más,
promovidas por la Iglesia, el poder real y el municipio. Al principio la medicina
no era uniforme en todas ellas, aunque después adoptaron el esquema de las
cuatro facultades: Teología, derecho, medicina y artes. En todas ellas imperaba
el mismo espíritu y método, que llamamos escolástico.

Durante esta etapa podemos hablar de:

 Compilaciones enciclopédicas, como las de San Alberto Magno y Vicente de


Beauvais. Sus obras resumen de forma objetiva el saber de cientos de autores,

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

filósofos, escritores y médicos acerca de las más diversas realidades de la


naturaleza.

 Iniciativa del método experimental y de la ciencia combinatoria. La obra más


destacable en este sentido fue la de Rogerio Bacon quien comenzó el
conocimiento matemático-experimental del mundo visible. También podemos
mencionar la obra de Ramón Llull (1235-1315), filósofo y teólogo, escritor y
hombre de acción, escolástico y místico, que ideó una "ciencia general de las
ciencias", la Ars magna.

 Auge de la medicina escolástica. Como precursores de ésta hay que mencionar


a los autores de la primera mitad del siglo XIII que combinaron la herencia de
Salerno y el arabismo toledano. Taddeo Alderotti (ca 1223 -1303), profesor de
Bolonia, introdujo el método escolástico en la enseñanza de la medicina. Arnau
de Vilanova (Montpellier) y Pietro D’Abano (Padua) fueron figuras
representativas de la medicina escolástica. El valenciano Arnau de Vilanova fue
una de las máximas figuras de la medicina bajomedieval europea. Fue profesor
en Montpellier, tradujo en su juventud libros del árabe al latín y fue autor de una
numerosa e influyente obra escrita en la que se ocupó de cuestiones teóricas y
de problemas prácticos, aunque siempre de acuerdo con lo que llamamos
"galenismo arabizado". Aranau de Vilanova también fue médico de Pedro III de
Aragón y de los papas Bonifacio VIII y Clemente V.

Altorrelieve imaginario de Aranau de Vilanova.

Facultad de Medicina, de Valenci

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

Junto a estos dos también debemos hacer referencia a Pietro d'Abano (1250-
1315), que fue profesor en la Universidad de Padua. Estuvo muy influido por el
aristotelismo averroista. Escribió varias obras, entre las que destaca el Cociliator
controversiarum..., una colección de las más importantes cuestiones del saber
médico de su tiempo, aunque según Laín no dejan de ser sutiles torneos
dialécticos acerca de entes de la razón.

Bolonia y París, centros respectivos de la escolástica jurídica y de la teológico-


filosófica, dieron marco urbano a un progreso del saber quirúrgico y de la técnica
operatoria. De Bolonia podemos mencionar a Guillermo de Saliceto y Lanfranco,
quien, exiliado en Paris, llevó allí la brillante cirugía italiana.

La declinación del feudalismo trajo consigo un proceso de cambios; algo nuevo


acontecía en la Europa del Bajo Medioevo:

 Creciente lejanía de Dios


 Aparición de movimientos intelectuales como el nominalismo y el voluntarismo
 Disolución progresiva del feudalismo en beneficio de la nueva clase burguesa,
muy numerosa y activa en las ciudades donde se desarrolla la industria artesanal
 Consecuencia de las anteriores, creciente necesidad de atenerse a la
experiencia de la realidad sensible y singular para edificar la ciencia del mundo
creado y la estimación progresiva del trabajo manual y de sus obras.

Estos hechos tuvieron repercusión en la medicina de la siguiente forma:

 Redacción de tratados, glosarios, sumas, concordancias, etc. Haciéndose


rutinaria la actitud escolástica frente al saber y su comunicación.
 Floreció el género conciliar. Taddeo Alderotti creó el consilium, una sobria
narración patográfica redactada para la formación clínica o terapéutica del lector.
La inclinación al conocimiento de la realidad individual que trajo el siglo XIV
permitieron que las colecciones de concilia se hicieran frecuentes en los últimos
decenios de la Baja Edad Media y principios del Renacimiento. Como veremos
en próximos capítulos, la observatio renacentista será heredera directa del
consilium medieval.

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

 Renacimiento de la anatomía. En el filo de los siglos XIII y XIV volvieron a


disecarse cadáveres para: Buscar lesiones en los cadáveres afectados por
enfermedad pestilencial; Con un fin médico-forense, buscando causas de muerte
como envenenamientos; Por motivos puramente anatómicos con el fin de
conocer la estructura del cuerpo.
 Desarrollo de la cirugía. En las Universidades de Bolonia y de Padua la cirugía
se incorporó a la enseñanza universitaria. La gran figura bajomedieval fue Guy
de Chauliac (siglo XIV), de la Escela de Montpellier. Su Chirurgia magna tuvo
hasta el Renacimiento en toda Europa una influencia sólo comparable a la de los
principales tratados clásicos e islámicos.

 Higiene y dietética. El Regimen sanitatis al rey de Aragón, de Arnau de Vilanova,


es un ejemplo del género —los regimina— que prosperó en esta etapa
dedicados a los príncipes y grandes señores. Este género expresó la constante
discriminación estamental de la práctica médica, y la creciente atención hacia
las realidades individuales. Otras veces los regimina no son la higiene de una
persona determinada, sino la de una actividad, un estado vital o una profesión
(embarazo, viajes, vida militar, vida monástica, etc.). También los hubo
dedicados a prevenir enfermedades mortíferas como la peste.

 Perfeccionamiento de las traducciones griegas. Con el tiempo se produjo una


mayor exigencia en las traducciones de las fuentes y una creciente capacidad
crítica. La relación con el mundo bizantino permitió llevar a buen término el
empeño.

Otras prácticas curativas

Junto a la medicina oficial se situaron otro tipo de prácticas curativas basadas en


fuerzas sobrenaturales u ocultas. Las que eran compatibles con el cristianismo
fueron adpatándose; por ejemplo, los santuarios dedicados a Asclepio
permanecieron bajo la advocación de la Virgen María o de algún santo. Algo
parecido sucedió con las prácticas o instituciones de origen celta o germánico.
Por el contrario, las prácticas que chocaron frontalmente con el cristainismo

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


FUNDAMENTOS

fueron perseguidas por diabólicas, supersticiosas e inmorales, aunque


persistieron en la clandestinidad. La brujería, por ejemplo, fue terriblemente
perseguida desde finales de la Edad Media hasta bien entrado el siglo XVIII. Se
produjo durante este tiempo la "caza de brujas" que costó la vida a miles de
personas en toda Europa; en España quedó casi reducida a Navarra. Algunas
perdonas lúcidas, como Juan Luis Vives, en cambio, señalaron que se trataba
de enfermos mentales, de delirios y alucinaciones, y llegaron a defenderles del
odio popular y de la persecución de las autoridades civiles, enviándolas a
médicos.

Méndez Pajares, Gianncarlo Paolo


Época Monacal: Enseñanza

II. ÉPOCA MONACAL


LA EDUCACIÓN DE LA EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA

En los siglos V y VIII la cultura en la Europa barbara queda reducida acero, sin
embargo no dejaron de existir por completo los centros de esta índole.
En Italia existían escuelas de gramática, retorica, medicina y leyes.
En el resto de Europa la cultura comenzó a renacer a través de la influencia de
Carlo Magno, enfocándose especialmente en los clérigos para que estos a su
vez fundaran escuelas y difundieran la cultura.
La educación de la edad media estuvo influenciada por el cristianismo y otras
culturas, gracias a esto tuvo un avance importante y empezaron a surgir las
universidades.

DESARROLLO DE LAS ESCUELAS

ESCUELAS MONACALES:

Se ubicaban en monasterios.

Preparaban para la vida religiosa.

Centros de expansión científica.

Merma Guerra,Raisa
Época Monacal: Enseñanza

ESCUELAS PALATINAS:

La enseñanza se impartía por


clérigos.

Los alumnos no necesariamente


seguían la vida sacerdotal.

Gramática, Retorica,Cuadrivio,
Dialéctica y Lógica.

ESCUELAS CATEDRALICIAS:

Impartían la instrucción
media y superior.

Extendían diplomas de
estudio.

Son el antecedente de
las universidades.

ESCUELAS CATEDRALICIAS MÁS IMPORTANTES DENOMINADAS

STUDIUM GENERALE

CHARTRES: Gramática,
Literatura.

Merma Guerra,Raisa
Época Monacal: Enseñanza

PARIS: Lógica, Teología.

BOLONIA: Derecho.

SALERMO: Medicina

Merma Guerra,Raisa
Época Monacal: Enseñanza

UNIVERSIDAD

Es la institución culturas¡l mas importante en la edad media.

Nace como organización para defender los intereses de la libertad de


pensamiento.

Hasta nuestros días es la mejor fortaleza para la investigación científica.

En la edad media la autorización para abrir una escuela, giraba en torno a una
filosofía del entendimiento de la fe cristiana, denominada escolástica (aquel que
pertenece a la escuela ).

La escolástica no pretendía revelar la verdad , sino lograr su entendimiento,


teniendo como objetivo principal la conciliación entre la fe y la razón.

ETAPAS

ALTA ESCOLÁSTICA: Fe y razón en perfecta armonía

FLORECIMIENTO DE LA ESCOLÁSTICA: Parcialidad de acuerdo entre fe y


razón, ya que esta ultima puede llegar a resultados opuestos a la fe.

DISOLUCIÓN DE LA ESCOLÁSTICA: Contraste entre la fe y la razón.


Más sobre las escuelas monacales
La expresión “escuelas monacales” nos retrotrae, casi sin darnos cuenta, a un
entorno histórico medieval, un tanto oscuro, en el que los monasterios eran un
importante, casi el único, lugar de concentración de los saberes. Allí residían,
retirados del mundo, los que cultivaban el pensamiento desde la contemplación,
y se preocupaban, además, en su tiempo de trabajo, de cuidar y multiplicar los
escasos vehículos de transmisión de la ciencia: los códices.
Este acervo intelectual salía del retiro y silencio de los archivos y salas de
estudio, a las aulas de clase, donde acudía un número escaso de demandantes
de otra cultura que no fuese la de la guerra, la agricultura o el cuidado de los
animales.
Benedictinos, franciscanos o dominicos atendían, en sus escuelas conventuales,
tanto a los aspirantes a ingresar en sus órdenes respectivas como a los que
buscaban simplemente una cultura general. Los primeros estaban en régimen
de internado, y los segundos abandonaban el recinto al finalizar las clases. Unos
y otros eran atendidos, en los primeros niveles escolares, por un Lector que
explicaba la Gramática, la Retórica, etc.
Escuelas Monacales, Episcopales y Palatinas
Las escuelas Monacales: este tipo de escuela estaban destinadas a la
preparación de niños y jóvenes para la vida religiosa.

Merma Guerra,Raisa
Época Monacal: Enseñanza

Estaban ubicadas en los monasterios y constaban de dos tipos de escuelas; la


Schola interior, reservada a los futuros monjes y la Schola exterior (a partir del
siglo IX) para los jóvenes que deseaban ser sacerdotes.
Cabe destacar por su prestigio e influencia los Monasterio de Bangor en Irlanda,
el de Bobbio en Italia o las escuelas mozárabes de Córdoba en España.
La vida cultural y el intercambio de conocimiento entre unas y otras escuelas
contribuyeron a acumular un saber basado en los textos clásicos y cristianos de
modo que el monasterio se erigió como núcleo central de expansión científica y
de cultura durante la Edad Media.
Las escuelas episcopales o catedralicias: estas escuelas son posteriores al
nacimientos de las escuelas monacales y datan del Siglo VIII.
Eran propiamente seminarios de sacerdotes. Podemos citar por su relevancia
las escuelas episcopales de York y Canterbury en Inglaterra, las de Chatres,
París, o Treveris en Francia y posteriormente las de Santiago, Palencia y
Salamanca en España.
En cuanto a los textos y libros, los autores más conocidos y usados por los
estudiantes de las escuelas catedralicias eran prácticamente los mismo que en
los monasterios: la Biblia y los autores clásicos integraban el principal acerbo
cultural de sus escritos y bibliotecas.
Las escuelas Palatinas: Estas escuelas fueron fundadas por Carlomagno ya que,
el emperador, era un fiel defensor del cristianismo en general y de la Iglesia en
particular. Estas escuelas es lo más cercano a lo que conocemos hoy como las
Universidades.
Estaban regentadas por eclesiásticos, sus enseñanzas se impartían por clérigos,
aunque sus alumnos no tenían que seguir necesariamente la vida sacerdotal.
El plan de estudios variaba muy poco de unas escuelas a otras, si bien el
curriculum cambió en los diferentes periodos escolásticos, comprendían, la
gramática, retórica y el quadrivium (música, aritmética, geometría y astronomía),
y hay otros que aparecen mas tardíamente, como son la dialéctica y la lógica.
En el Siglo XII las escuelas monacales redujeron su área de acción a la formación
de sus monjes, las escuelas palatinas perdieron su esplendor en el Siglo IX. Sin
embargo, las escuelas catedralicias o episcopales, posteriormente, alcanzaron
un nivel relevante que sería decisivo para el nacimiento de las Universidades.

Merma Guerra,Raisa
MEDICINA 1200 A 1300

La novedad venía fraguándose, como sabemos, desde que empezó a


constituirse la forma europea del cristianismo, y distaba mucho de ser vigorosa
el año 1000; pero, como si el temido milenario hubiese tenido respecto de esa
novedad alguna acción estimulante, durante el siglo XII fueron apareciendo los
primeros signos evidentes de un proceso que desde entonces ya no había de
interrumpirse: la definitiva tecnificación de la medicina medieval; la resuelta
conversión en verdadera ars médica, en un «saber hacer según el qué y el por
qué», en auténtica técnica médica, por tanto, de lo que hasta entonces sólo
había sido cuasi técnico «oficio de curar». Explícitamente apoyada en una
ciencia del cosmos y del hombre, ya la medicina podía ostentar con algún
fundamento el honroso título de «filosofía segunda» con que San Isidoro, más
profeta que definidor, tan tempranamente la distinguió. Cuatro motivos se
aunaron para dar al siglo XII ese carácter de punto de partida: la Autoexigencia,
la arabización, la secularización y la racionalización.
1. Autoexigencia: Movido por las varias notas en que se hace patente la
condición europea del cristianismo, el sabio y el médico se exigen más y
exigen más. La actitud de Richer de Reims ante las lecciones de
Heribrando en Chartres y el contenido mismo de éstas, con toda claridad
lo demuestran. Pero todavía es minoritaria tal actitud. A fines del siglo x,
Gerberto de Aurillac, máxima figura científica de la época, fue elegido
papa (Silvestre II). Pues bien: ni siquiera su condición papal alcanzó a
protegerle contra la denuncia de cultivar la magia negra y haber pactado
con el diablo.
2. Arabización: Los sabios de Europa empiezan a conocer la ciencia árabe,
y a través de ésta gran parte de la griega. El paso del mismo Gerberto de
Aurillac por el monasterio de Pöblet (967- 970), donde pudo leer
manuscritos matemáticos árabes, es un hecho que a este respecto bien
puede ser llamado fundacional. Por esos mismos años, acaso un poco
después, penetraba la Isagoge de Ioannitiusen el sur de Italia. Europa
comenzaba a europeizar —para luego universalizarlo— un saber no
europeo.

Quispe Huari, Denisse Esthefany


3. Secularización: Durante los siglos xi y xii, con Bernardo de Chartres,
Thierry de Chartres, Guillermo de Conches y Juan de Salisbury, llegan a
su ápice el nivel y el prestigio de la Academia Carnotensis, la Escuela
capitular de dicha ciudad. «Somos enanos, sí, pero estamos sentados
sobre hombros de gigantes, y por eso podemos ver más lejos que ellos»,
enseñaba Bernardo, ya con clara conciencia de lo que es el progreso
histórico. Pero a la vez que así florecía el saber a la sombra de las
catedrales, una institución médica de carácter secular iniciaba su carrera
ascendente y daba figura a un decisivo avance en la ciencia y la práctica
de la medicina: la famosa Escuela de Salerno.
4. Racionalización: La mentalidad que antes llamé «ordálica» va perdiendo
vigencia social. En 1216, el concilio de Letrán prohibe formalmente la
ordalía y, pocos años más tarde, Federico II Hohenstaufen —un hombre
de mundo, no un filósofo— escribirá: «¿Cómo puede creerse que el calor
natural del hierro candente se enfríe sin causa adecuada, ni que por obra
de una conciencia culpable el elemento agua rehuse sumergir al
acusado?» La idea de «propiedad natural» ha ido penetrando en la
intimidad de las mentes. Vamos a estudiar, conforme a su historia externa,
las etapas principales y los principales modos concretos en que estos
cuatro grandes motivos de la tecnificación de la medicina
Los capítulos subsiguientes nos harán conocer de manera sistemática el
contenido del saber médico así alcanzado y las simultáneas novedades
de su aplicación práctica.

 Comencemos por la Escuela de Salerno


Como el de tantas creaciones históricas, el origen de ésta es puramente
legendario. Cuatro médicos, uno hebreo, Helino, otro griego, Ponto, otro árabe,
Adela, otro, en fin, latino, un Magister Salernus, se habrían congregado en
Salerno, villa al sur de Ñapóles, para fundar allí una institución médica laica, a la
vez docente y asistencial, semejante a las escuelas de la Antigüedad clásica.
Esta leyenda, ¿no está indicando sin celajes el carácter universal y sincrético de
la medicina que allí se deseaba hacer y enseñar? Lo que en cualquier caso

Quispe Huari, Denisse Esthefany


parece cierto es que la actividad de la escuela salernitana comenzó en el siglo
x, y que pese al pomposo nombre, Collegium Hippocraücum, que a sí mismo se
dio el conjunto de los médicos allí reunidos, esa actividad fue puramente
Pragmática hasta cien años después.

 El «Alto Salerno»
Será la consecuencia inmediata de esa poderosa inyección de medicina greco-
árabe que fueron las versiones de Constantino: una veintena de figuras de
calidad y dos importantes obras anónimas van a surgir en la Escuela entre los
últimos decenios del siglo XI y los primeros del XIII Entre aquéllas, sean
especialmente recordadas Cofón el Joven, autor de una célebre Anatomía porci
(«Anatomía del cerdo»), que sirvió para la enseñanza anatómica, y una Ars
medendi, manual sistemático del arte de curar; Arquimateo, cuyo tratadito De
adventu medid ad aegrotutn o De instructione medid tanto nos ilustra acerca de
lo que entonces era el ejercicio clínico; Ricardo Salernitano, sobre cuya
Anatomía Ricardi habremos de volver en páginas ulteriores; Mauro, que luego
será uno de los clásicos de la uroscopia medieval; Urso de Lodi, obispo de
Calabria, con el cual llegan a su cima —ya a comienzos del siglo XIII— la
cosmología y la antropología de Salerno.

Las dos obras anónimas antes aludidas son De aegritudinum curatione, el mejor
tratado de patología y terapéutica especiales de la época dorada de la Escuela,
y el famosísimo Regimen sanitatis Salernitanum, poema didáctico dedicado
principalmente a la dieta.

Cuando el canónigo Gilles de Corbeil cuidaba como médico de cámara al rey de


Francia Felipe Augusto (1180-1223) y componía esos versos didácticos,
comenzaba la declinación de la Escuela de Salerno. Las Facultades de Medicina
de las Universidades europeas del siglo XIII recogerán su valiosa herencia. No
siempre de buen grado, hay que decirlo, y no siempre para mejorarla.

Quispe Huari, Denisse Esthefany


 El proceso de la arabización del saber médico, tan fecundo para
la entera y definitiva conversión del «oficio de curar» en ars medica —para
deshacer, por tanto, el irónico veto de Marciano Capella a la medicina—, abarca
unos trescientos años (1000-1300), y puede ser dividido en dos períodos, uno
de recepción y otro de asimilación.

1. Período de recepción: con sus «iniciadores» (Constantino el Africano,


Adelardo de Bath, Domingo Gundisalino), su «fase de incubación» (en
Salerno y en Chartres) y sus «realizadores » (grupos en torno a Gerardo
de Cremona y a Miguel Escoto, y con ellos Guillermo de Conches y Pedro
Hispano).
2. El período de asimilación: muy rápido ahora, en el cual pueden ser
distinguidas varias etapas: la «recepción imitativa» (presentación del
material recibido en forma de compendios y compilaciones), la «fase
productiva» (interpretación, creadora ya, de ese material) y la «asimilación
crítico-sintética» (la inconclusa obra de varios intentos durante los siglos
XIII y XIV).

En la transición del siglo XII al XIII, todo pedía la creación de nuevas instituciones
y métodos nuevos para el cultivo y la transmisión del saber. Respecto de los que
poseían los monjes del siglo χ y las primitivas Escuelas capitulares, los
conocimientos han ganado una amplitud, una variedad y una precisión apenas
sospechables entonces. La religiosidad, en fin, adopta formas nuevas, cuya más
visible avanzada son las órdenes mendicantes, dominicos y franciscanos. Tal fue
el contexto histórico-social del tránsito de las Escuelas capitulares a los
«Estudios generales» y a las «Universidades» del siglo XIII.

Tratándose del saber médico, la formación de las Universidades medievales


debe ser descrita recordando las tres más importantes Escuelas de Medicina
fundadas en el siglo XII, cuya existencia tan decisiva fue para que el saber
médico se constituyera, desde la infancia misma de la institución universitaria,
en una de sus Facultades cardinales: la Escuela de Bolonia, la de París y la de

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Montpellier. Esta, sobre todo, porque entre 1200 y 1300 Montpellier, el Mons
Pessulanus de la antigüedad latina, va a ser uno de los más importantes
centros, si no el que más, en la vida médica de la Europa occidental. Son mal
conocidos los orígenes de la Escuela médica montepesulana.

Pronto, sin embargo, todas adoptan el modelo que hasta bien entrada la Edad
Moderna va a ser canónico: cuatro Facultades, Teología, Derecho, Medicina y
Artes.
Nuestro problema consiste en saber cómo esa empresa, a un tiempo teológica,
filosófica y científica fue realizada en la Facultad de Medicina. Con otras
palabras, cómo se constituyó y qué llegó a hacer la «medicina escolástica».

1. Cumpliendo una ley general en la historia de la cultura —que la novedad


en el curso del saber médico suele ser consecutiva a la que se conquista
en otros campos de la actividad humana. Dos notas más distinguen de la
escolástica teológico-filosófica la que con su propia disciplina hicieron los
médicos. Por un lado, el carácter improvisado que tuvo la formación
filosófica de éstos: sin alguna filosofía aristotélico-platónica no les era
posible presentar su «ciencia» de acuerdo con las pautas y las exigencias
de la Universidad del siglo XIII, y hasta los más doctos de la primera mitad
de ese siglo distaban mucho de poseerla; piénsese en cualquier maestro
salernitano o monte pesulano de los años 1200 a 1250. Por otro, su
esencial necesidad de tener en cuenta, cualquiera que fuese la tendencia
de su mente hacia la abstracción filosófica o seudofilosófica, la
experiencia ante la concreta realidad del enfermo.

Así se explica: primero, que la ciencia natural de los escolásticos del siglo
XIII, queden aparte las ideas cosmológicas que luego serán mencionadas
y, por supuesto, los incipientes pasos de Roberto Grosseteste, Pierre de
Maricourt y Rogerio Bacon hacia el método experimental, no rebase el
nivel de la compilación y el catálogo; segundo, que ningún médico de ese
siglo y de la Baja Edad Media, comprendidos los más dotados, un Taddeo

Quispe Huari, Denisse Esthefany


Alderotti, un Arnau de Vilanova o un Pietro d'Abano, fuese capaz de
elaborar de modo suficiente el sistema cristiano-galénicoavicenianoque
en su parte teórica debiera haber sido y no llegó a ser la medicina
escolástica. Sólo en el siglo xvi, cuando ya el galenismo hacía agua, Jean
Fernél y Luis Mercado llevarán a término esa empresa, mucho más
medieval que moderna.
2. Juntando metódicamente la ciencia natural y la medicina del siglo XIII y la
primera mitad del siglo xiv, es decir, del período en que es máxima la
vigencia del espíritu y el método escolásticos, cuatro grandes apartados
pueden ser discernidos en su historia.
a) Las compilaciones enciclopédicas.
b) La iniciación del método experimental y de la ciencia
combinatoria.
c) El auge de la medicina escolástica. Como inmediatos precursores de ésta
deben ser citados los médicos que en la primera mitad del siglo XIII tratan de
combinar la herencia de Salerno, ya en franca declinación, y el más reciente
arabismo toledano: Ricardo Anglico, Gilberto Anglico, Pedro Hispano; poco más
tarde, Jean de Saint-Amand o Johannes de Sancto Amando.

El florentino Taddeo Alderotti (1223-ca. 1303), profesor en Bolonia, pasa por ser
el maestro que formalmente introdujo el método escolástico en la enseñanza de
la medicina. Cada uno a su modo, Taddeo Alderotti, Arnau de Vilanova (ca. 1234-
1311), docente en Montpellier y Pietro d'Abano (1250-1315), que enseñó en
Padua, constituyen la cumbre de la medicina escolástica. La actividad del
oxoniense Ricardo Anglico se desarrolló en París. Aparte varios tratados clínicos,
compuso una Anatomía sólo basada en el saber grecoárabe. Más notoriedad
adquirió su compatriota y coetáneo Gilberto Anglico, que ejerció en Montpellier.
El talento clínico de Gilberto brilla sobre todo en un Compendium medicinae,
muy leído en la Baja Edad Media y todavía editado en 1608. suena a «moderna».

d) La cirugía boloñesa y parisiense. Acaso como sana reacción práctica frente


al dominante escolasticismo especulativo y doctoral del siglo XIII, Bolonia, sede

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principal de la escolástica jurídica, y París, centro supremo de la escolástica
teológico-filosófica, dieron marco urbano a un notable progreso en el saber
quirúrgico y en la técnica operatoria. La cirugía del último Salerno sirvió de base
histórica al empeño. En efecto: directamente apoyado en la antes mencionada
obra de Rogerio, Rolando de Parma redactó en la primera mitad de ese siglo un
Liber cyrurgiae que compendiaba didácticamente la enseñanza del maestro
salernitano. Bajo el nombre de Rolandina, tal libro fue muy leído en la Italia de la
época; y este hecho, unido al eficaz magisterio práctico de Hugo Borgognoni o
Hugo de Lucca (t 1258), médico municipal de Bolonia, abrió el camino a la
«escuela quirúrgica» de dicha ciudad y al ulterior trasplante de ella al Collège de
Saint Come, institución corporativa de los cirujanos de París. Al lado de su padre
se formó Teoderico de Lucca (1206- 1298), dominico y obispo de Cervia, que
recibió autorización eclesiástica para ejercer sin lucro personal la cirugía y la
practicó con éxito feliz. Combinando diestramente el saber grecoárabe con la
experiencia paterna y con la suya propia, Teoderico compuso una notabilísima
Cyrurgia, sobre cuya doctrina habremos de volver en páginas ulteriores. Pocos
años más tarde la cirugía boloñesa del Doscientos tuvo su más ilustre
representanten Guillermo de Saliceto (t ca. 1280), que dejó la cátedra de Bolonia
para ser médico municipal de Verona y fue autor de dos magníficos libros: su
Cyrurgia, llena de buen sentido y claridad mental, y una Summa conservationis
et curationis, de contenido clínico, terapéutico y deontológico. Discípulo de
Saliceto y desterrado por razones políticas de su ciudad natal, el milanés
Lanfraneo (t ca. 1306) llevó a París la brillante cirugía italiana del siglo XIII, y en
el College de Saint Come, frente a la enseñanza libresca de la Facultad de
Medicina, dio cursos teóricoprácticos tan importantes como influyentes; las
operaciones a l vista de los discípulos constituyeron una de sus más llamativas
novedades. Fruto literario de esta intensa actividad clínica y docente fue su
célebre Cyrurgia magna, en la cual tendrá fundamento el extraordinario auge de
la cirugía francesa de la Baja Edad Media.

E. Antes que docentes universitarios fueron médicos prácticos, hombres para


los cuales el saber fisiológico y patológico tiene su origen y su término en la

Quispe Huari, Denisse Esthefany


ayuda que al enfermo pueda prestársele. El hecho es doblemente significativo:
demuestra por un lado que no todo fue dialéctica escolástica en la medicina del
siglo xni, y anuncia por otro no poco de lo que en los siglos xiv y xv llegará a ser
la medicina entera. Sin ruptura violenta con el pasado inmediato, más aún, como
directa consecuencia, en ocasiones, de un proceso histórico y social iniciado con
la declinación del feudalismo, algo nuevo está aconteciendo en la Europa del
Bajo Medioevo. Cuatro son las notas esenciales de esa novedad: una religiosa,
la creciente lejanía intelectual de Dios, con su doble y contrapuesta
consecuencia de una religiosidad en la cual se funden o se superponen
la mística y la incipiente secularización del mundo; otra filosófico-teológica, la
aparición de los movimientos intelectuales que técnicamente llamamos
«voluntarismo» (Duns Escoto) y «nominalismo» (Guillermo de Ockam); otra
socioeconómica, esa cada vez más acusada disolución del feudalismo
altomedieval en beneficio de una incipiente clase nueva, la burguesía,
especialmente vigorosa y activa en las ciudades donde más se
desarrolla la industria artesanal; otra, en fin, científico-moral, consecutiva a las
tres anteriores: la creciente necesidad de atenerse a la experiencia de la realidad
sensible y singular para edificar la ciencia del mundo creado y la también
creciente estimación del trabajo manual y de sus obras. En la dialéctica entre el
cerebro y la mano, consustancial con la existencia del

La fuerte inclinación al conocimiento de la realidad individual que trae consigo el


siglo xiv, dará lugar a que las colecciones de consilia se hagan frecuentes en la
Baja Edad Media y en los decenios iniciales del Renacimiento.

Quispe Huari, Denisse Esthefany


Época Monacal: HOSPITALES

HOSPITALES DE LA EPOCA MONACAL


La caridad cristiana da origen al hospital, quizás el progreso más importante de
esta época, institución que se extiende por toda la Europa occidental, anexa alos
monasterios y la atención hospitalaria especializadaes llevada a cargo por los
monjes. El hospital cristiano no fue una institución asistencial para toda la
población, conforme a su idea original, sino un centro para acoger desvalidos
Aunque el origen de los hospitales se remonta a tiempos antiquísimos, es en la
Edad Media cuando surge el problema de que los enfermos, heridos, lisiados,
peregrinos, desvalidos, pobres, viudas, huérfanos, y en alguna otra
circunstancia; necesitan ser atendidos en un centro, el cual proporcionará
seguridad a sus vidas, tanto en lo material como en lo espiritual. Distinguiremos
distintos sitios de asistencia hospitalaria:

Hospicio
Atención de los pobres y huérfanos. También en muchos de ellos se atendieron
a los enfermos de la región.
Albergues
Atención de peregrinos y caminantes. Situado en los caminos. También en los
monasterios.
Leproserías
Internado de los enfermos de lepra. Abundaron en los siglos XI y XIII.
Hospitales
Poseían mejor instalación que los hospicios pero mejor cuidados, de
dimensiones más grandes y aislados. Podían tener forma de cruz griega o latina
y en la encrucijada se celebraban los actos religiosos. Las medicinas que se
administraban eran de origen vegetal, siendo las más utilizadas las tisanas,
ungüentos y emplastes. Adosado al edificio había un huerto de cuyas plantas se
extraían los medicamentos. En cuanto a las maniobras médicas-quirúrgicas; se
empleaban los torniquetes y enemas, y más tarde las sangrías. El cuidado
Palomino que C.
Inga, Vanesa
se proporcionaba en estos hospitales lo podemos resumir de la siguiente
manera:

Palomino Inga, Vanesa C.


Época Monacal: HOSPITALES

Reposo en cama. Calor. Alimentación. Cuidado al moribundo. Inhumación de los


fallecidos.
Los enfermos graves eran trasladados a un área especial, la cual quedaba
vigilada por un enfermero. Allí se procedía a la administración de los
Sacramentos.
En cuanto a la clase de enfermeros nos encontramos: Con el enfermero mayor
y los enfermeros y enfermeras menores. El enfermero se ocupaba de recibir al
enfermo cuando este llegaba a la sala, estaba presente cuando el médico
pasaba visita y le informaba de su evolución. Después aplicaba la medicación
prescrita. También era de su obligación: la higiene, alimentación, evacuación,
deambulación, y cuidados generales del hospitalizado. También se ocuparían
del lavado de ropa y utensilios. El enfermero mayor debía proveer el material
necesario para uso hospitalario, así como planificar los turnos de enfermería,
siendo responsable del trabajo y conducta de los enfermeros a su cargo, así
como de la limpieza e higiene del centro. También estaría presente durante la
visita del médico.
Arquitectura de los monasterios cristianos
La construcción de un monasterio se compone de diversas partes y estancias
que siguen por lo común un mismo esquema con algunas variantes. La
estructura arquitectónica debe dar como resultado la autonomía de la
comunidad, algo parecido a una pequeña ciudad donde el monje encuentre todo
lo necesario para su existencia para vivir con y para Jesucristo.
Componentes arquitectónicos

Monasterio de Nuestra Señora de Valdeflores, en Vivero, Galicia.


La iglesia, lugar de oración, es el edificio principal. En torno a ella se iban alzando
las dependencias necesarias. La iglesia se empezaba a construirPalomino por el ábside
Inga, Vanesay C.
tenía fácil comunicación con las celdas de los monjes a través del claustro.
El claustro era quizás el segundo elemento en importancia. Estaba construido
generalmente junto a la nave sur de la iglesia, aunque hay bastantes modelos
que lo presentan junto a la nave norte. La iglesia tenía una puerta de acceso al

Palomino Inga, Vanesa C.


Época Monacal: HOSPITALES

claustro. En este espacio estaban distribuidas las estancias de mayor uso para
la vida de los monjes.
El claustro es de planta cuadrada y cada uno de los cuatro lados recibe el nombre
de panda. En el centro suele haber un pozo y en el espacio restante, un pequeño
jardín con cuatro caminos. Cada panda tiene una galería o corredor cubierto
limitado por arcadas. En la panda este y cerca del cuerpo de la iglesia se halla
casi siempre una pequeña estancia que servía como estudio o biblioteca,
independientemente de la gran biblioteca que tenían algunos monasterios
importantes. Este hueco se llamaba armariolum o armarium y en él se
depositaban tanto los libros litúrgicos para los actos religiosos de cada día como
los libros de lectura de los monjes. Cuando los monasterios acumularon una
buena cantidad de libros y legajos, tuvieron necesidad de construir una biblioteca
y el armarium quedó como un hueco obsoleto; en algunas ocasiones se utilizó
para poner un altar de devoción. A continuación, se hallaba la sala capitular,
pieza que se consideraba de gran importancia y que generalmente se construía
con rica ornamentación arquitectónica. Era el lugar de reunión de la comunidad,
donde se leían los capítulos de la regla de la orden y donde el abad organizaba
las distintas tareas a seguir por los monjes. En esta sala era donde se exponían
posibles faltas de alguno de ellos para que el superior le reprendiese. Se decía
llamar a capítulo.
En la panda sur solía estar el calefactorio, lugar caldeado donde podían ir los
monjes de vez en cuando para descansar y entrar en calor. A su lado, el
refectorio, que era el comedor y, colindante con él, la cocina. La panda oeste se
solía llamar de legos o de conversos y tenía el callejón también de legos y la cilla
con la bodega. Las celdas de los monjes o el gran dormitorio común (depende
de la época y de las distintas órdenes) estaban en el piso superior.
A esta estructura fundamental se añadía la parte del scriptorium, el huerto, la
enfermería, el locutorio y a veces, establos, lagares, molinos, talleres, etc. Y el
cementerio se encontraba siempre en el terreno monacal.
El hospital de la edad media surge a partir de los albergues, de los "xenodochiun"
griegos. Los desvelos y preocupaciones por el prójimo en los países
occidentales, dieron lugar a instituciones nacidas de la necesidad de ayuda
espiritual y material a los semejantes. La fe cristiana, veía en el hospital una casa
de Dios, y a esta exigencia corresponde un edificio modesto como protección
para los que buscan auxilio. Estas instituciones fueron en principio, fundaciones
eclesiales. Una institución espiritual bajo la advocación de un patrón determinado
y la dirección de un obispo, el cual nombra a losPalomino administradores. Estaban
Inga, Vanesa C.
atendidas por religiosos, los cuales tenían en el hospital sus dependencias.
En el hospital-albergue se refugiaban, sobre todo, aparte de enfermos,
peregrinos y menesterosos en la más amplia- acepción de la palabra, que
esperaban encontrar techo, sustento, asistencia, vestidos y, sobre todo,
consuelo espiritual. Según las leyendas medievales, para que uno fuera
Palomino Inga, Vanesa C.
considerado como menesteroso, era necesario que "por razón de la edad o de
la fragilidad corporal, no estuviese en condiciones de procurarse, mendigando,
el propio sustento". Sus moradores se veían sujetos a unas reglas corporales y

Palomino Inga, Vanesa C.


Época Monacal: HOSPITALES

espirituales, por ejemplo en el hospital de San Lázaro, los enfermos debían


levantarse a las seis menos cuarto de la mañana en los meses de junio, julio y
agosto y a las siete menos cuarto' el resto de los meses del año. Debía
permanecer una ventana del recinto, al menos, abierta, excepto, se dice, en los
días de mucha inclemencia. Los hombres tenían prohibida la entrada a la sala
de las mujeres y viceversa. Podían .ir a pasear, acompañados, tres días a la
semana.

El hospital de San Salvador, en 1234, daba asilo a peregrinos durante tres dias
proporcionándolos cama, comida y bebida. El hospital constaba de vivienda para
el abad, o director delegado, dependencias para los religiosos, la iglesia (que
después se convirtieron en verdaderas catedrales) y de una habitación de gran
tamaño, sala del hospital, con tablas adosadas a sus paredes, a modo de lechos
y una capilla. "E l hospital debe poseer su oratorio propio a fin de que los
enfermos, desde la cama, puedan seguir la misa y comulgar".

En fase posterior los hospitales se construyen siguiendo una norma


arquitectónica que le permitan acoger a todos los moradores del mismo, pero

Palomino Inga, Vanesa C.


Época Monacal: HOSPITALES

sometidos a reglas propias en sentido de una comunidad. Tienen una estancia


en la que es posible satisfacer todos los requisitos indispensables de la vida
humana vivir, comer, dormir y asistir al culto divino. El altar se encuentra en e l
centro de la gran sala hospitalaria, los lechos dispuestos, perpendicularmente a
las pareces, o adosados en largas filas a las mismas. Estos lechos era n
ocupados, a veces, hasta por cinco personas en cada uno. Al margen de todas
las consideraciones prácticas este último requisito, de asistencia al culto divino,
constituía el verdadero objetivo del hospital medieval. El enfermo, al ingresar en
el hospital, quedaba desconectado de la vida terrenal y se sometía a un especial
reglamento espiritual. Este requisito fundamental, explica, también, la polaridad
en que se encontraba el enfermo entre el lecho y el altar. En los siglos X y XI se
unen a estos hospitales las salas de sangrías, dependencias para los peregrinos
"distinguidos", cocinas y panaderías. Inicialmente los hospitales se asentaban en
las afueras de las ciudades o en las puertas de acceso a las mismas,
posteriormente se ubican dentro de la ciudad.

Palomino Inga, Vanesa C.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

III. MEDICINA EN LA EDAD MEDIA BAJA


ANATOMÍA EN LA BAJA EDAD MEDIA

Contexto histórico

La Baja Edad Media constituye el último periodo de la Edad Media y comprende


los siglos XIV y XV. Estuvo marcada por la crisis desencadenada por el impacto
de la Peste Negra iniciada en 1348 y que redujo la población europea a menos
de la mitad.

Medicina monástica

Los monjes se alejaban cada vez más de sus monasterios para atender la
creciente demanda médica, lo que interfería con sus deberes religiosos, por
lo que en los Concilios de Reims (1131), de Tours (1163) y de París (1212),
las actividades médicas de los monjes primero se restringieron y finalmente
se prohibieron. La aparición de las órdenes dominicas y franciscanas en el
siglo XIII, ambas hostiles a cualquier actividad científica, reforzó el rechazo
de la práctica de la medicina por los frailes.

Escuela de Salerno

Desde mediados del siglo IX se tenía noticia de la existencia de una escuela


de medicina en Salerno, un puerto en la bahía de Pestum, cerca de Nápoles.
Debido a su clima favorable, desde mucho antes había sido un sitio
favorecido por enfermos y convalecientes lo que atrajo a los médicos; con el
tiempo Salerno se transformó en un centro de excelencia médica. La
leyenda dice que la escuela de medicina fue fundada por Elinus, un judío,
Pontos, un griego, Adala, un árabe, y Salernus, un latino, pero aunque tales
personajes no existieron, lo que sí existió fue la convivencia pacífica de las

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

cuatro culturas y su integración positiva. La Escuela de Salerno era


fundamentalmente práctica y estaba dedicada al tratamiento de los
enfermos, con poco interés en las teorías y en los libros clásicos. Aunque en
el año 820 los benedictinos habían fundado un hospital en Salerno y los
monjes practicaban ahí la medicina, los médicos laicos poco a poco se
fueron librando del control clerical y en el año 1000 la enseñanza de la
medicina era completamente secular; en el siglo XII la escuela desarrolló un
currículum regular, adquirió privilegios reales y donativos, y su fama se
extendió por toda Europa. En 1224 Federico II ordenó que para ejercer la
medicina en las Dos Sicilias era necesario pasar un examen dado por los
profesores de Salerno.

Uno de los más antiguos textos que leían los estudiantes e Salermo es el
conocido como Antidotarium, una colección de recetas de uso común
revisada por los profesores y publicada para estudiantes y médicos en
general, que tuvo muchas ediciones.

Un famoso profesor de cirugía de Salerno, Rogerius Salernitanus, escribió


la Cyrurgía Rogerii en 1170, que fue el primer libro de texto medieval de
cirugía que dominó la enseñanza de la materia por más de un siglo en toda
Europa; se usó en las nuevas universidades de Bolonia y Montpellier, y su
utilidad se prolongó con su reedición en 1250 por Rolando de Parma,
discípulo de Rogerius y profesor de la materia en Bolonia. La Cyrurgia
Rogerii es un libro típicamente salernitano: claro, breve y práctico, sin largas
y tediosas citas de otros autores. Cada afección quirúrgica se describe en
forma sumaria y el tratamiento se discute con parsimonia. Pero el libro más
famoso de todos los producidos en Salerno fue el Regimen sanitatis
Salernitanus, también conocido como Flos medicinae Salerni. Se trata de un
texto versificado, consta de 10 secciones: higiene, drogas, anatomía,
fisiología, etiología, semiología, patología, terapéutica, clasificación de las
enfermedades, práctica de la medicina y epílogo. Se trata de una serie de
observaciones simples y consejos racionales derivados de ellas, sin
apelación alguna a autoridades, a magias o a los astros.

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

Salerno tuvo una gran influencia en la enseñanza y la práctica de la medicina


de Occidente durante los siglos X al XIII pero después su importancia
empezó a declinar.

En la Universidad de Bolonia existían profesores de medicina desde 1156, y


es ahí donde se reiniciaron las disecciones anatómicas humanas a principios
del siglo XIV, que se habían suspendido desde los tiempos de Alejandría;
sin embargo, en la Universidad de Bolonia no existía ningún interés en la
ciencia o en el arte naturalista y toda la enseñanza, incluyendo a la medicina,
era escolástica. Las disecciones se hacían por razones médico legales, no
para aprender anatomía sino para buscar datos que pudieran resolver
juicios.

En Bolonia fue profesor de cirugía Guillermo de Saliceto (1210-1280),


quien escribió un texto de cirugía en el que rechaza el uso del cauterio (que
era favorecido por los árabes) y prefiere el bisturí; en este libro también se
combate la idea antigua y muy generalizada de que la supuración es
benéfica para la cicatrización de heridas.

Tadeo de Florencia (1223-1303) también fue profesor de medicina en


Bolonia y a él se deben algunas de las versiones en latín de los libros
clásicos en griego, sin pasar por sus versiones en árabe, que los habían
corrompido; en cambio, también patrocinó la medicina escolástica y
argumentativa, que tanto contribuyó a retrasar el avance científico en los
siglos XIII a XVI.

A esta misma época pertenece un discípulo de Tadeo, el anatomista


Mondino de Luzzi (1275-1326), quien realizó disecciones de cadáveres
humanos en público y cuyo libro de anatomía, publicado en 1316, es la
primera obra moderna de la materia; en diferencia con los demás profesores
de anatomía de su tiempo, que presidían las disecciones desde su alta
cátedra leyendo a Galeno (práctica que criticó Vesalio), Mondino era su
propio prosector.

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

Quizá el cirujano medieval más famoso fue Guy de Chauliac (1298-1368),


quien estudió en Bolonia, París y Montpellier y ejerció en esta ciudad hasta
que pasó a Aviñón, en donde fue médico de la corte papal. Fue autor de
la Chirurgia magna, que se convirtió en el texto definitivo de su tiempo;
estuvo a punto de morir de la peste pero se recuperó y describió su propio
caso. Guy cita a más de 100 autoridades médicas, revelando su amplia
cultura, pero es un galenista consumado; su autor quirúrgico favorito es
Albucasis, pero también incluye numerosas observaciones personales. De
todos modos, también es astrólogo y atribuye las enfermedades a la
conjunción de Saturno, Júpiter y Marte.

La práctica de la medicina

Hasta fines del siglo XV los conocimientos teóricos en medicina no habían


avanzado mucho más que en la época de Galeno. La teoría humoral de la
enfermedad reinaba suprema, con agregados religiosos y participación
prominente de la astrología.

 Anatomía
La anatomía estaba empezando a estudiarse no sólo en los textos de
Galeno y Avicena sino también en el cadáver, aunque en esos
tiempos muy pocos médicos habían visto más de una disección en su
vida (la autorización oficial para usar disecciones en enseñanza de la
anatomía la hizo el papa Sixto IV (1471-1484) y la confirmó Clemente
VII (1513-1524)).
 Fisiología
La fisiología del corazón y del aparato digestivo eran todavía
galénicas, y la de la reproducción había olvidado las enseñanzas de
Sorano.
 Diagnóstico
El diagnóstico se basaba sobre todo en la inspección de la orina, que
según con los numerosos tratados y sistemas de uroscopia en
existencia se interpretaba según las capas de sedimento que se
distinguían en el recipiente, ya que cada una correspondía a una zona

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

específica del cuerpo; también la inspección de la sangre y la del


esputo eran importantes para reconocer la enfermedad. La toma del
pulso había caído en desuso, o por lo menos ya no se practicaba con
la acuciosidad con que lo recomendaba Galeno.
 Terapéutica
El tratamiento se basaba en el principio de contraria contrariis y se
reducía a cuatro medidas generales:
a. Dieta
Para evitar que a partir de los alimentos se siguiera produciendo el
humor responsable de la discrasia. Desde los tiempos hipocráticos
la dieta era uno de los medios terapéuticos principales, basada en
dos principios: restricción alimentaria, frecuentemente absoluta,
aun en casos en los que conducía rápidamente a desnutrición y a
caquexia, y direcciones precisas y voluminosas para la preparación
de los alimentos y bebidas permitidos, que al final eran tisanas,
caldos, huevos y leche.
b. Purga
Se utilizaba para facilitar la eliminación del exceso del humor
causante de la enfermedad. Esta medida terapéutica era herencia
de una idea egipcia muy antigua, la del whdw, un principio
patológico que se generaría en el intestino y de ahí pasaría al resto
del organismo, produciendo malestar y padecimientos. Quizá ésta
sea la medida terapéutica médica y popular más antigua de todas:
identificada como eficiente desde el siglo XI a.C. en Egipto, todavía
tenía vigencia a mediados del siglo XX. A veces los purgantes eran
sustituidos por enemas.
c. Drogas de muy distintos tipos
Obtenidas la mayoría de diversas plantas, a las que se les atribuían
distintas propiedades, muchas veces en forma correcta: digestivas,
laxantes, diuréticas, diaforéticas, analgésicas, etc. La polifarmacia
era la regla y con frecuencia las recetas contenían más de 20
componentes distintos. La preparación favorita era la teriaca, que

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Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

se decía había sido inventada por Andrómaco, el médico de Nerón,


basado en un antídoto para los venenos desarrollado por
Mitrídates, rey de Ponto, quien temía que lo envenenaran; la
teriaca de Andrómaco tenía 64 sustancias distintas, incluyendo
fragmentos de carne de víboras venenosas, y su preparación era
tan complicada que en Venecia en el siglo XV se debía hacer en
presencia de los priores y consejeros de los médicos y los
farmacéuticos. Entre sus componentes la teriaca tenía opio, lo que
quizá explica su popularidad; la preparación tardaba meses en
madurar y se usaba en forma líquida y como ungüento. Otras
sustancias que también se recomendaban por sus poderes
mágicos eran cuernos de unicornio, sangre de dragón, esperma de
rana, bilis de serpientes, polvo de momia humana, heces de
distintos animales, etcétera.

Otras medidas terapéuticas

Al mismo tiempo que estas medidas terapéuticas también se


usaban otras basadas en poderes sobrenaturales. Los exorcismos
eran importantes en el manejo de trastornos mentales, epilepsia o
impotencia; en estos casos el sacerdote sustituía al médico. La
creencia en los poderes curativos de las reliquias era generalizada,
y entonces como ahora se rezaba a santos especiales para el alivio
de padecimientos específicos. La tuberculosis ganglionar cervical
ulcerada o escrófula se curaba con el toque de la mano del rey,
tanto en Inglaterra como en Francia, desde el año 1056, cuando
Eduardo el Confesor inició la tradición en Inglaterra, hasta 1824,
cuando Carlos X tocó 121 pacientes que le presentaron Alibert y
Dupuytren en París.

 Cirugía
Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

Los médicos no practicaban la cirugía,


que estaba en manos de los cirujanos
y de los barberos. Los cirujanos no
asistían a las universidades, no
hablaban latín y eran considerados
gente poco educada y de clase inferior.
Muchos eran itinerantes, que iban de
una ciudad a otra operando hernias,
cálculos vesicales o cataratas, lo que requería experiencia y habilidad
quirúrgica, o bien curando heridas superficiales, abriendo abscesos y
tratando fracturas. Sus principales competidores eran los barberos,
que además de cortar el cabello vendían ungüentos, sacaban dientes,
aplicaban ventosas, ponían enemas y hacían flebotomías. Los
barberos aprendieron estas cosas en los monasterios, adonde
acudían para la tonsura de los frailes; como éstos, por la ley
eclesiástica, debían sangrarse periódicamente, aprovechaban la
presencia de los barberos para matar dos pájaros de un tiro. Los
barberos de los monasterios se conocían como rasor et minutor, lo
que significa barbero y sangrador. Los cirujanos de París formaron la
Hermandad de San Cosme en 1365 con dos objetivos: promover su
ingreso a la Facultad de Medicina de París e impedir que los barberos
practicaran la cirugía. En Inglaterra los cirujanos y los barberos fueron
reunidos en un solo gremio por Enrique VIII, y así estuvieron hasta
1745, en que se disolvió la unión, pero en 1800 se fundó el Real
Colegio de Cirujanos. En Italia la distinción entre médico y cirujano
nunca fue tan pronunciada, y desde 1349 existen estatutos que se
aplican por igual a médicos, cirujanos y barberos; todos debían
registrarse y pasar exámenes en las escuelas de medicina de las
universidades.

Preludio del renacimiento

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

El paso de la Edad Media al Renacimiento ocurrió mucho antes en las


humanidades y en las artes que en las ciencias y en la medicina. Dante
escribió su Divina Comedia a fines del siglo XIII Petrarca y Boccaccio fueron
contemporáneos en el siglo XIV, y Giotto y Donatello trabajaron en ese
mismo siglo. En cambio, el texto de Benivieni apareció en 1504, Copérnico
y Vesalio publicaron sus respectivos libros en 1543, y Gilbert dio a la luz su
volumen sobre el magneto hasta 1600, año en que Giordano Bruno fue
quemado vivo por sus ideas. Hay por lo menos tres siglos de diferencia entre
el Renacimiento humanístico y el científico, pero a fines de la Edad Media,
en el campo de la medicina, destacan dos precursores interesantes pero
muy distintos: Fernel y Paracelso.

Jean Fernel (1497-1558) fue filósofo, matemático, astrónomo, filólogo y


médico, esto último por razones económicas, pues requería abundantes
recursos para la obtención y mantenimiento de sus aparatos astronómicos.
Fernel tuvo gran éxito como médico: entre sus pacientes se contaron
Enrique II, Catalina de Médicis y Diana de Poitiers, la favorita del hijo del rey.
Fue profesor de medicina en París y escribió varios libros, como De abditis
rerum causis, que fue muy popular, Medicinaliura consiliorura centuria, un
conjunto de casos estudiados personalmente, y el más famoso de todos.
Fue uno de los textos de medicina más leídos en los siglos XVI y XVII y se
reimprimió cerca de 30 veces; se divide en tres secciones, designadas
Fisiología, Patología y Terapéutica. La primera sección está formada por
siete libros, cada uno con siete capítulos, y es una descripción de la
anatomía humana en términos exclusivamente galénicos. El resto de la
primera parte trata de los elementos, los temperamentos, el calor innato, los
humores y la procreación humana, entre otros temas, todos descritos en
función de la teoría humoral de la enfermedad. La segunda sección
corresponde a la Patología y también tiene siete libros pero ahora con 120
capítulos, que abarcan 238 páginas; se tratan las enfermedades y sus
causas, síntomas y signos, el pulso y la orina, fiebres, enfermedades y
síntomas de las partes, padecimientos subdiafragmáticos y anormalidades
del exterior del cuerpo. No es sino hasta los libros 5 y 6 de Medicina,

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Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

dedicados respectivamente a las enfermedades y síntomas de las partes,


así como a padecimientos subdiafragmáticos, que Fernel se desprende de
sus lastres medievales y adopta una postura moderna frente a la patología:
en primer lugar, abandona la tradición de limitarse a ejemplos individuales,
ya que generaliza a partir de sus experiencias, sobre todo en las patologías
cardiovascular y pulmonar, que ocupan los últimos tres capítulos del libro 5.
El libro 6 trata de los aparatos digestivo y urinario; los padecimientos se
ilustran con observaciones personales de Fernel, quien no pocas veces
describe los hallazgos de autopsias, como cuando describe el estado de los
riñones en la litiasis renal:

Fernel también describe el carcinoma del cuello uterino y la formación de


fístulas vésico-vaginales y recto-vaginales con la resultante salida de orina
y materias fecales por vagina, hechos bien conocidos desde la antigüedad.
En cambio, las secciones de hígado y de bazo están descritas en forma muy
general y esquemática no permiten identificar ninguna enfermedad
específica.

Jean Fernel (1497-1558)

Phillipus Bombastus von Hohenheim(1493-1541), contemporáneo de


Fernel, nació en Einsiedeln, Suiza, y posteriormente adoptó los
nombres Aureolus Theophrastus Paracelsus, que es como se le conoce.
Estudió medicina en Basilea pero no llegó a graduarse, y viajó extensamente

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Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

en Italia y Alemania trabajando como médico itinerante. En 1527 fue invitado


a residir en Basilea como médico de la ciudad y nombrado profesor de
medicina de la universidad, pero su estancia fue muy tormentosa. Paracelso
condenaba toda la medicina que no estuviera basada en la experiencia,
especialmente las teorías de Galeno y Avicena, cuyos libros quemó en
público; además, dictaba sus clases en alemán, en lugar de hacerlo en latín,
como era lo apropiado en una universidad tan conservadora. Procedió a
pelearse con los médicos locales, a quienes insultaba públicamente,
llamándolos charlatanes, estafadores y asnos certificados; los estudiantes
también lo odiaban, lo bautizaron como "Cocofrastus" y le escribieron un
poema insultante que se suponía había sido enviado por Galeno desde el
infierno. Paracelso se asociaba con vagabundos y malhechores, pasaba las
noches en las tabernas bebiendo demasiado y con frecuencia participaba en
escándalos y peleas. Al final se vio complicado en un juicio contra un
sacerdote que había sido su cliente y se negaba a pagarle sus elevados
honorarios y lo perdió; las autoridades también se pusieron en su contra y
Paracelso tuvo que huir de Basilea, dejando atrás sus propiedades y
escritos. Continuó viajando toda su vida, repitiendo siempre la misma historia
en distintas ciudades europeas, hasta que murió en Salzburgo a los 48 años
de edad.

Paracelso es un precursor del Renacimiento no por lo que hizo sino por lo


que intentó. Insatisfecho con las creencias galénicas prevalecientes en su
tiempo, se rebeló contra ellas, pero no para revivir las doctrinas hipocráticas
sino para sustituirlas por las suyas, que eran todavía más oscuras y
dogmáticas. En su juventud (1520) Paracelso publicó un pequeño libro
llamado Volumen medicinae paramirum (Von den Fünf Entien), en donde
presenta una de sus principales teorías sobre la enfermedad (propuso
varias), un reto abierto a la patología humoral galénica predominante.
Distinguió cinco causas principales de enfermedad, consideradas como
cinco principios o esferas (Etia):

1) Ens astri, la influencia de las estrellas;

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

2) Ens veneni, que no incluye sólo tóxicos sino todo el ambiente;


3) Ens naturale, o sea la complexión del organismo, que incluye a la
herencia;
4) Ens spirituale, el alma;
5) Ens Dei, los padecimientos enviados por Dios y que son incurables.

Paracelso (1493-1541).

Cuatro años más tarde Paracelso publicó una elaboración y ampliación


de sus ideas bajo el nombre de Opus Paramirum en donde se encuentra
una teoría distinta de la enfermedad, que resulta ser secundaria a la
materia que llena el Universo; los alquimistas medievales postulaban
que esa materia estaba formada por el sulfuro (espíritus) y el mercurio
(líquidos), a lo que Paracelso agregó las sales (cenizas). Estas tres
sustancias proporcionarían la unión del hombre con el Universo y a
través de ellas participaría en el gran metabolismo de la naturaleza; la
enfermedad sería el resultado de trastornos en el equilibrio de estas
sustancias. Por ejemplo, si el mercurio se "volatiliza" el hombre puede
perder sus facultades mentales; si las sales se "subliman" el organismo
se corroe y se produce dolor, etc. En relación con estas ideas, Paracelso
introdujo el uso del láudano, del mercurio, del azufre y del plomo en la
farmacopea; además, insistió en que las heridas tienden a cicatrizar
espontáneamente y se opuso a la aplicación de ungüentos y emplastes,
tan favorecidos en esa época.

Ramírez Reyes, Angie E.


Medicina y anatomía en la Edad Media Baja

Tanto Fernel como Paracelso pertenecen por completo a la Edad Media,


pero vivieron cuando ésta se acercaba a su fin y en sus obras ya existen
indicios renacentistas: Fernel vislumbró un concepto moderno de la
patología en la medicina, diferente del que había prevalecido por más
de 1 000 años, mientras Paracelso se rebeló en contra de la autoridad
de los textos clásicos y predicó (aunque él mismo no lo hizo) que la
medicina debería basarse en la experiencia personal del médico y no en
Galeno y Avicena.

Ramírez Reyes, Angie E.


MEDICINA EN LA BAJA EDAD MEDIA

ESCOLÁSTICA
La Filosofía Escolástica abarca los siglos XIV y XV. El Renacimiento florece en
Italia en el siglo XV. Los médicos del Renacimiento trabajan a partir de nuevas
traducciones de Hipócrates y Galeno. No cambian radicalmente la línea de
actuación. La medicina de estos siglos y posteriores va entre dos concepciones
contrapuestas, el mecanicismo (el universo como mecanismo) y el panvitalismo
(el universo como organismo). "Mecanicismo, vitalismo y empirismo" son las
palabras elegidas para designar esa primera etapa de la medicina moderna. Para
unos el mundo sería un mecanismo y para otros un organismo. En el organismo
todo está vivo (roca, planta, animal, astro) y todo se mueve por una fuerza.
Comienza la última etapa del galenismo. Descartes estableció la separación de
dos realidades, la mente o res cogitans y la materia o res extensa, manteniendo
la dualidad aún vigente de cuerpo y mente, y la idea mecanicista del cuerpo, el
cuerpo como máquina. Dentro de la visión mecánica del universo, el saber
médico fundamental es la anatomía (Vesalio), dentro de la concepción
organísmica, ese saber fundamental sería la alquimia (Paracelso). En esta época
actúan dos actitudes: la empírica (la realidad es según nos lo muestran los
sentidos) y el racionalismo (visión racional de la realidad de la naturaleza).
Aparecen dos escuelas: la iatromecánica y la iatroquímica. Los primeros
interpretaron las funciones orgánicas de acuerdo con el modelo físico–
matemático procedente de la obra de Galileo o conforme a los supuestos
mecanicistas del pensamiento de Descartes; los segundos, las concibieron como
procesos químicos en la línea que provenía de Paracelso. A pesar de su espíritu
crítico, los clínicos renacentistas siguieron en todas las doctrinas médicas de los
clásicos, particularmente Galeno. Sólo Paracelso indica Pagel, se apartó
entonces de las concepciones tradicionales respecto a la constitución de la
materia, la causa de las enfermedades y la acción de los medicamentos.

Girolamo Mercuriale (1530-1606) inspirado en los deportes antiguos griegos


publicó “Artis Gymnasticae apud antiquos” (1569) considerada como la primera
en su género, aunque ostenta este privilegio el “Libro del ejercicio corporal”

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(1553) de Cristóbal Méndez (c. 1500-1560) médico de Jaén que ejerció en
México.

PARACELSO

Paracelso, Theophrast von Hohenheim (1493-1541) es el más controvertido e


inconformista de los médicos. Tiene una fuerte personalidad que le lleva a
romper totalmente con la tradición médica de Hipócrates y de G aleno. Llegó a
quemar públicamente el grueso volumen
del Canon de Avicena el día de San Juan
de 1527.

Hasta entonces el catarro era debido al


desequilibrio de los humores y esta era
la causa común de la enfermedad. Una
determinada materia de la comida se
evaporaba en el estómago y ascendía
hacia el frío cerebro. Allí se condensaba
y como un alambique se le hacía
descender (fluir hacia abajo-kátarroos)
en forma de moco corrosivo que
causaba neumonía o tisis cuando
alcanzaba al pulmón, reumatismo
cuando afectaba a los huesos y articulaciones, etc.

Paracelso habla de localizar la enfermedad, de clasificarlas por el órgano


afectado o la causa que la producen o las alteraciones resultantes. Según él
todos los seres vivos o inanimados están integrados por la combinación, en
proporciones variables, de tres sustancias: el mercurius, el sulphur y la sal. Las
sustancias eran al mismo tiempo elementos dentro de una concepción química
y modos de comportarse la materia; al quemarse un cuerpo, el mercurius era lo
volátil, que se escapaba en forma de humo; el sulphur, lo combustible, que
producía la llama; la sal, lo resistente al fuego, que quedaba así en las cenizas.

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En el cuerpo del hombre, Paracelso suponía que la ordenación de las tres
sustancias se debía a una fuerza vital específica que llamaba arqueo o arcano
(archeus o arcanum). Estas ideas son recogidas de la Alquimia. Es Paracelso el
que llama "elementos " a la tierra, agua, aire y sol. En su primer libro “Paramirum”
(c. 1520) mantiene el paralelismo del microcosmos del hombre, y el
macrocosmos del universo que le rodea, gobernados ambos por las mismas
leyes de simpatía y antipatía, y animados por un principio vital que llama archeus
(arqueo). Paracelso denomina el archeus como el "médico inte¬rior". Los
Gnósticos llamaban archones o archei a espíritus que actúan en la naturaleza.
Paracelso apelaba a los poderes naturales de curación. Creía que eran principios
activos contenidos en los tejidos y trataba de darles su oportunidad mediante un
tratamiento conservador y expectante.

En “Paragranum” afirma que la base de la medicina está en el estudio de sus


leyes físicas y cósmicas y en la preparación de remedios químicos específicos
para cada enfermedad que contienen un arcano que va actuar contra la causa
de la enfermedad y no contra los síntomas. Se mueve en la capacidad metafísica
de los elementos y en el mundo “mágico”, penetrando en las fuerzas invisibles
que hacen actuar la materia visible. Procuraba extraer la quintaesencia (quinta
essentia) o fuerza vital de cada materia médica. Ideas ya presentes en los
alquimistas.

Como causa de las enfermedades acepta influencias cósmicas, sustancias


tóxicas y venenosas, causas naturales o predisposiciones, motivos psíquicos
(ens spirituale) y la intervención divina, rechazando la patología humoral galénica
entonces dominante. Según J: Chuaqui en esta obra trata Paracelso de las
cuatro columnas sobre la cuales está edificada la medicina, y esas son: la
filosofía, la astronomía, la química y la virtud. Coincibió al cosmos como un
organismo, en el que está el amor, y el hombre como un microcosmos; ambos
formados por las mismas sustancias químicas.

Sostiene como método de aprendizaje la observación subjetiva del entorno, sin


detenerse en la apariencia fenomenológica con la intención de penetrar en las
fuerzas invisibles que actúan sobre la materia visible. Para ello el espíritu del

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observador debe abandonarse y unirse al de lo observado, en comunicación de
objetos astrales. Mediante lo cual se lograría el conocimiento profundo de la
manera de actuar de una planta o de un mineral; la unión sería posible porque el
hombre tiene en sí algo de todos los objetos y puede llegar a conocer su arcano,
el <<núcleo espiritual>>. Este método de aprendizaje se debe a su creencia del
estrecho paralelismo entre el macro y el microcosmos y a la ley de la simpatía
y antipatía de la naturaleza, según la cual lo semejante tiende a su semejante y
repele a lo diferente.

La cosmología de Paracelso admite un principio, invisible e ideal, antecedente


del mundo sensible el cual denomina <<iliastrum>> o materia prima, relacionado
con el primer impulso creador, <<la palabra de Dios>>; el <<iliastrum>> se
presenta como el arquetipo del agua, que sería el elemento madre, aunque
contempla también los otros tres (tierra, aire , fuego) designados por la
antigüedad clásica, con el matiz de considerarlos algo <<espiritual y dinámico>>
frente a la <<materialidad última>> atribuida por los clásicos.

La concepción química (de la que surge la iatroquímica, diferente a la


iatromecanica de Descartes) de los procesos biológicos en los seres vivos fue
iniciada por Paracelso con el uso interno de sustancias minerales (mercurio,
arsénico, metales...) en el tratamiento de las enfermedades, que rompía con la
tradición galénica. Hasta entonces se había utilizado especialmente los
vegetales. Fue un gran difusor del uso de las aguas minerales. Utiliza los
minerales en dosis mucho menores a los pocos minerales hasta entonces
utilizados.

Mantuvo ideas espiritualistas no ortodoxas, influido por la línea del


neoplatonismo y de escuelas esotéricas que habían sobrevivido ocultas a la
Edad Media. Tuvo una actitud conservadora y expectante ante la enfermedad.
Una recomendación suya, según Laín Entralgo, era dejar entrar aire fresco en la
habitación del enfermo. Practica aborrecida por la medicina tradicional en los
casos quirúrgicos.

En el fondo su trabajo fue empírico, no racional, con una vía abierta al mundo
espiritual. El historiador A. Brauchle, especializado en la línea de curación natural

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indica que Paracelso reconoce la fuerza curativa natural y el comportamiento
respetuoso con las leyes naturales. Pero al mismo tiempo utiliza metales, como
el antimonio, el arsénico, las sales de plomo, el cloruro de hierro, el sulfato de
hierro, el cloruro de oro, el sulfato de potasio, las sales de cobre, el bismuto y el
cinc.

Defiende los principios homeopáticos de la doctrina de las signaturas, o


selección de plantas que por su forma o color parecen mostrar una afinidad con
algunos órganos. La psicología de Paracelso es radicalmente psicosomática, el
alma sobre todo mediante la imaginación, es capaz de determinar alteraciones
corpóreas patológicas en uno mismo, e incluso en otras personas.

Cita Honorio Gimeno a Paracelso, cuando dijo que “de la Naturaleza proceden
la enfermedad y la curación”

Para los posteriores paracelsistas siempre fue muy importante la analogía entre
macro y microcosmos. El ser humano es parte del microcosmos y en él están
representados todo el universo. Al mismo tiempo la mayoría de ellos se
consideraban herederos de la alquimia medieval. Los paracesistas recurrieron a
las fuerzas curativas de las aguas medicinales en los balnearios. Uno de los
tratados es “De medicatis aquis” (1564) de Gabriele Fallopio donde hace un
análisis exhaustivo de la composición anímica de las aguas.

OTROS AUTORES

Fracastoro (1478-1553 comienza a hablar del contagio.

William Gilbert (1544-1603) es el primero que comienza a investigar con el


efecto de los imanes.

Aunque ya era una característica de la terapéutica hipocrática, la dieta y el


régimen de vida fueron el tratamiento preferido en el renacimiento. Las planta
medicinales eran los medicamentos más utilizados en esta época. Ningún autor
griego clásico de materia médica tuvo, sin embargo, una influencia comparable
a la de Dioscórides, cuyo texto se mantuvo vivo tanto en griego, como en árabe
y en latín durante la época medieval. A partir del Dioscórides Antonio de Nebrija

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preparó una edición en Alcalá de Henares (1518), que tuvo mucha influencia,
donde incluyó una lista de las plantas medicinales que crecen en España.

Juan Huarte (1529-1588) médico de San Juan de Pie de Port, graduado en


Huesca, tuvo gran influencia en el desarrollo posterior de la psicología. Los
médicos de esta época discutieron temas profesionales tan importantes como la
ética profesional, en el Retrato del perfecto médico (1595) por Enrique Jorge de
Enrique, y en Medicorum incipientium medicina (1598) de Juan Alonso y de los
Ruizes de Fontecha.

Martín Lutero (1483-1546) observa que “Los pensamientos angustiosos traen


enfermedades físicas: cuando el alma está oprimida, también lo está el cuerpo.”
Para el escritor Michel de Montaigne (1533 1592) la madre Naturaleza es la
gobernadora autónoma de Dios sobre la tierra, la portadora de todas las fuerzas,
adoptando una idea sobre ella radicalmente opuesta a la cristiana. “Nuestra obra
maestra más grande y espléndida es vivir correctamente”. En cuanto a la
enfermedad, dice: “Se debería dejar el camino libre a la Naturaleza y a la
evolución de la enfermedad. El conjunto de la enfermedad está formado según
la imagen del ser viviente”

EL VITALISMO DEL SIGLO XIII

Para José María López Piñero: los sistemas vitalistas respondieron a la


búsqueda de una vía media entre mecanicismo y animismo. Esta vía media se
negaba a reducir el ser vivo en estado de salud y enfermedad a una máquina
física o química, pero encontraba también insatisfactorio el recurso a una
realidad extraña al organismo, como era el anima en sus diversas aplicaciones
médicas. Aspiraba, por el contrario, a explicar la peculiaridad de la vida mediante
un principio o fuerza inherente en el cuerpo. Para el vitalismo el principio vital es
la causa de todos los fenómenos biológicos del cuerpo humano.

Además de los vitalistas, en la Ilustración, hubo iatromecánicos, iatroquímicos,


más o menos cercanos al vitalismo y los materialistas mecanicistas.

Dos son las ideas bases del vitalismo que surge en esta época:

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1- La capacidad de automoción de los seres vivientes: movimiento
propiciamente dicho, crecimiento, procreación, etc.. como una propiedad
especifica de ellos, frente a la condición inerte de los seres inanimados.

2- La referencia de la capacidad de automoción a un principio vital entendido


como “fuerza” a la vez impulsiva, conformadora y ordenadora.

Entre los vitalistas se suele incluir a los animistas y organicistas, pero mientras
los animistas seguían la tradición aristotélica y consideraban a todos los seres
vivientes dotados de alma, los vitalistas afirman simplemente que la vida
depende de algún principio vital. Una escuela afín, los organicistas creían que
la vida dependía de la estructura y de la función vitalista del cuerpo, que no
estaba dotado de fuerza espiritual alguna. Todas estas escuelas surgen como
reacción a la visión materialista de los procesos corporales en términos
puramente físicos, mecánicos o químicos.

El vitalismo puede definirse como la creencia en la existencia de un principio o


fuerza que distingue a los organismos vivos del mundo fisicoquímico . Cuando
las fuerzas vitales son lo suficientemente intensas para neutralizar factores
adversos, el organismo permanece sano, mientras que el cese de la resistencia
vital por factores adversos trae como consecuencia la muerte del organismo.

Algunos vitalistas explicaron la salud y la enfermedad en términos del alma. Stahl


afirmó que los organismos se distinguen de la materia inanimada por la posesión
de un principio vital que él llamaba anima. La enfermedad era simplemente un
debilitamiento de la función del alma en el organismo. Los vitalistas franceses
usaron el término principio vital en vez de anima, pero mantuvieron que las
anormalidades de este principio vital causaban la enfermedad.

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SOCIEDAD

La escolástica es el movimiento teológico y filosófico que intentó utilizar la


filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del
cristianismo. Se desarrolló en plena edad media

Su formación fue, sin embargo, heterogénea, ya que acogió en su seno


corrientes filosóficas no sólo grecolatinas, sino árabes y judías.

La escolástica pasó sin embargo por una evolución en tres fases:

Inicial identificación entre razón y fe, ya que para los religiosos el mismo Dios es
la fuente de ambos tipos de conocimiento y la verdad es uno de Sus principales
atributos, de forma que Dios no podía contradecirse en estos dos caminos a la
verdad y en última instancia, si había algún conflicto, la fe debía prevalecer
siempre sobre la razón, así como la teología sobre la filosofía.

Segunda fase en que existía la conciencia de que la razón y la fe tenían sólo una
zona en común.

Por último, ya a fines del siglo XIII y comienzos del XIV, a una tercera fase en
que la separación y divorcio entre razón y fe fueron absolutos, así como entre
filosofía y teología

La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural, casi el
noventa por ciento de la población vivía en el campo, centro de toda actividad y
vida diaria para los habitantes de aquella época.

En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a


unas tierras propias y otras comunes, como bosques, que compartían con sus
vecinos. En grupos reducidos, imponían sus leyes y justicia, organizaban las
cosechas y los recursos que de ellas obtenían.

Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o


religiosos, a los que habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo que
hoy en día hemos llamado sistema feudal o feudalismo, instaurándose como
modo de organización social

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La sociedad estaba dividida en estamentos: en la base encontramos a los
campesinos, libres o siervos, quienes suponían la inmensa mayoría de la
población; en el escalafón intermedio se encuentran los militares y los nobles,
laicos o eclesiásticos. No todos tenían la misma categoría, sino que el status
dentro de estos dos grupos variaba. Acabamos en la cúspide con la realeza, es
decir, el rey y su familia.

El pertenecer a uno u otro grupo estaba marcado por el nacimiento, no pudiendo


pasar de uno a otro dado el carácter blindado de los estamentos. Así lo
articularon los estudiosos de la época quienes buscaron una explicación divina
para la nueva organización social que se estaba produciendo. Cada uno cumplía
una función, siendo importantes todas ellas ya que dependían unos de otros
mediante un intrincado sistema de lazos llamado sistemas de dependencia o
vasallaje, donde los campesinos juraban fidelidad o vasallaje a los señores
quienes, a cambio del trabajo en sus tierras y parte de la cosecha, les
proporcionaban protección.

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Los señores y los militares, a su vez, juran fidelidad al rey por medio de la
ceremonia del homenaje, asegurando su apoyo y fuerzas en tiempos de guerra.
El rey, agradecido, entregaba unas tierras o feudos a los nobles a modo vitalicio
y hereditario, pasando a ser dirigidas y gobernadas por ellos desde sus castillos
o fortalezas, centros de actividad no sólo política sino también económica. Cada
tierra estaba dirigida de forma distinta y es que, desde que las leyes eran
consuetudinarias, no estaban escritas sino que se basaban en las tradiciones y
costumbres de cada pueblo, podían ser interpretadas de distintas formas.

En la segunda etapa se da la Gran Escolástica o apogeo donde entra a las


universidades (siglo XIII con los extremos de Santo Tomás y el cura científico
Roger Bacon), donde la razón tenía la misma importancia que la fe

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En el período final (siglo XIV y quizás XV) predomina el nominalismo y la crítica;
la escolástica comenzará su decadencia, rompiéndose definitivamente el
acuerdo entre la teología y la filosofía que irán por caminos separados,
permitiendo la independencia de la filosofía y la ciencia. Uno de los máximos
representantes de esta etapa es Guillermo de Ockham. El siglo XIV es una época
de profunda crisis económica, política y social. Grandes cambios sociales,
políticos y culturales, hambrunas, peste, la guerra de los Cien Años, anunciarán
inicio de un cambio que repercutirá en todos los aspectos a la sociedad mundial.

Rodriguez Quijano, Rosario Tatiana

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