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Introducción .
La teoría mecanicista de la evolución dicta que la materia puede «auto generarse» sin la
necesidad de una inteligente que lo mueva. Esta teoría puede explicar la evolución de los seres,
lo cual es verdadero, pues podemos ver que hay seres que tienen ancestros en común. Pero no
puede explicar el origen del mundo viviente.
La palabra «creación» debe retornar al lugar que le corresponde y reconocer que es Dios
quien en primera instancia crea los seres y los mueve.
Hilemorfismo vs Hilozoísmo
Aristóteles observó que entres seres diferentes se encuentra una estructura continua, lo
que denominó “Scala Naturae”. El filósofo acepta como evolución posible. La que se da entre
niño – hombre, pero ésta está lejos de ser una creación, pues solo al creador le corresponde el
acto de crear. Podemos decir, entonces, que el despliegue de lo plegado (la superación de lo
inferior) se da por un poder independiente de su materia orgánica.
Santo Tomás aclara que antes del primer hombre, para que este recibiera su forma, no
debió ser creado de otra creatura, sino inmediatamente por Dios, quien le da la forma específica,
y luego podrán darse, por via de generación, hombres nuevos. Tampoco se puede buscar un
origen infrahumano, puesto que la forma humana, que es el alma, no puede darse en una materia
que no esté preparada para recibirla.
Algunos sostuvieron que Dios habría creado el cuerpo humano y cuando este estuvo
listo, le dio el alma. Pero como cuerpo y alma forman parte de la naturaleza humana y se dan
de forma espontánea, uno con el otro, esto resulta incongruente.
Dios creador también dispone que haya seres creados por causas segundas. En el
Genesis se narra como el señor hizo todo en siete días, y algunos animales existieron como tal
en alguno de esos días, pero otros en cambio, aparecieron cuando las condiciones fueron las
necesarias para su desarrollo. Así Dios, dentro de su plan, es causa de «todo», pero algunas
cosas se darán en el momento que él disponga. Dice San Agustín: “Hay en las cosas corpóreas...
ciertas razones seminales ocultas que, a su tiempo y dadas las circunstancias causales, afloran
y se manifiestan como especies definidas... Pero sólo Dios es creador, que infunde en las cosas
estas causas y razones seminales” (De diversis quaest, 83 q. 24).
El hombre es dueño de todo, y todas las cosas deben ser reducidas a él.
Las especies son meras variaciones, son diferentes animales adaptándose al medio
donde viven. De ahí la extinción algunos animales.
Selección natural
Con 22 años, el joven Darwin viajó por el mundo, entendiendo cada vez mas la historia natural,
pero de pronto en su paso por el Archipiélago, que había sido reclamado por la naciente
republica del Ecuador, el joven empezó a adoptar una fascinación única por su flora, fauna y
minerales. La cual, al cabo de unos años, lo llevó a un detallado análisis en el que encontró
diferencias y similitudes en un grupo de pequeñas aves, que luego se convertirían en icono de
evolución, incluso recibiendo su nombre: “Los pinzones de Darwin”.
Sus estudios llegaron a determinar como las diferentes especias de pinzones habían ido
transformándose en respuesta a los cambios ambientales y alimenticios a través de la selección
natural.
La teoría de este científico ingles nos heredó dos tesis fundamentales: 1) primero que
las especias derivaron de un ancestro común, pero con el transcurso del tiempo las generaciones
fueron acumulando diferencias; 2) segundo, que a través de la selección natural solo los
individuos mejor adaptados logran sobrevivir y reproducirse, dejando descendientes con
características similares.
Nuestra respuesta a esto sería: Es imposible que un animal posea la inteligencia a
“medias”. Si el hombre proviene de un simio antiquísimo, y este fue poco a poco evolucionando
hasta que el primer hombre vió la luz, tuvo que existir un ser intermedio, que fuera tanto
irracional como racional. Esto va contra el primer principio, nada puede ser y no ser al mismo
respecto; y el principio del tercero excluido: entre ser y no ser no existe término medio.
Como vemos entonces, es necesario que el hombre haya sido creado como tal desde el
inicio. Y no podemos decir que hombres diferentes son de otra especia. Sino que sin hombres
adaptados al lugar donde viven. En Bolivia, los pulmones de los hombres están desarrollados
de tal forma que se les facilite la respiración, pues viven a más de mil metros sobre el nivel del
mar, a diferencia de los hombres, por ejemplo, de nuestro país.