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La historia es la ciencia que tiene como objeto el estudio de sucesos del pasado,

tradicionalmente de la humanidad1, y como método el propio de las Ciencias


Sociales/Humanas, así como el de las Ciencias Naturales en un marco de
interdisciplinariedad.2 Siendo la disciplina que estudia y narra cronológicamente los
acontecimientos pasados. Se denomina también «historia» al periodo que transcurre desde la
aparición de la escritura hasta la actualidad, aunque es un convencionalismo ampliamente
superado en la actualidad, considerando a la prehistoria también como parte intrínseca de la
historia.
Más allá de las acepciones propias de la Ciencia Histórica, Ciencia de la Historia, Ciencias
Históricas o Ciencias de la Historia, «historia», en el lenguaje usual, es la narración de
cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras;34 sea su propósito el engaño,
el placer estético o cualquier otro (ficción histórica). Por el contrario, el propósito de la ciencia
histórica es averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado
e interpretarlos ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la posibilidad de cumplimiento
de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos objetos de estudio de
la Historiología o Teoría de la Historia, como epistemología o conocimiento científico de la
historia.
A su vez, llamamos «historia» al pasado mismo, e, incluso, puede hablarse de una «Historia
Natural» en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se
utilizaba en oposición a la historia social, para referirse no solo a la geología y
la paleontología sino también a muchas otras Ciencias Naturales —las fronteras entre el
campo al que se refiere tradicionalmente este término y el de la prehistoria y
la arqueología son imprecisas, a través de la paleoantropología—, y que se pretende
complementar con la Historia ambiental o ecohistoria5, y actualizarse con la denominada
«Gran Historia»: campo académico interdisciplinar que se define como "el intento de
comprender de manera unificada, la historia del Cosmos o Universo, la Tierra, la Vida y
la Humanidad", cubriendo la historia desde el Big Bang hasta la Historia del mundo actual678).
Ese uso del término «historia» lo hace equivalente a «cambio en el tiempo».9 En ese sentido
se contrapone al concepto de filosóficoequivalente a esencia o permanencia (lo que permite
hablar de una filosofía natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios
académicos anglosajones, como equivalente a la física). Para cualquier campo del
conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica —el cambio— o bien filosófica —su
esencia—. De hecho, puede hacerse eso para la historia misma (véase tiempo histórico10) y
para el tiempo mismo (véase Historia del tiempo de Stephen Hawking, libro de divulgación
sobre cosmología). En este sentido, todo pasado en relación al presente hace alusión
al tiempo y a su cronología, y por lo tanto tener historia.
En medicina se utiliza el concepto de historia clínica para el registro de datos sanitarios
significativos de un paciente, que se remontan hasta su nacimiento o incluso hacer lo propio
con respecto a su herencia genética.
Se denomina historiador a la persona encargada del estudio de la historia. Al historiador
profesional se le concibe como el especialista en la disciplina académica de la Historia, y al
historiador no profesional se le tiende a denominar como cronista. 11

Índice

 1Historia como ciencia

 2Historia como disciplina académica


 3Historia como escritura

 4Etimología

 5Historia, historiografía e historiología

 6Filosofía de la historia

 7Fines y justificación de la historia

 8División del tiempo histórico

o 8.1Prehistoria

o 8.2Historia

 9Véase también

 10Referencias

 11Enlaces externos

Historia como ciencia

La «Ciencia Histórica», disciplina que estudia los acontecimientos y hechos pasados de acuerdo a
determinados principios metodológicos en sus diferentes ámbitos, en un marco interdisciplinar:
las «Ciencias Históricas».

Véanse también: Historiografía, Historiología, Fuente histórica, Método histórico y Ciencias


Históricas.
Dentro de la popular división entre ciencias y letras o humanidades, se tiende a clasificar a la
historia entre las disciplinas humanísticas junto con otras ciencias sociales (también
denominadas ciencias humanas); o incluso se la llega a considerar como un puente entre
ambos campos, al incorporar la metodología de estas a aquellas. 12 La ambigüedad de esa
división del conocimiento humano, y el cuestionamiento de su conveniencia, ha llevado al
llamado debate de las dos culturas.
No todos los historiadores aceptan la identificación de la historia con una ciencia social, al
considerarla una reducción en sus métodos y objetivos, comparables con los del arte si se
basan en la imaginación (postura adoptada en mayor o menor medida por Hugh Trevor-
Roper, John Lukacs, Donald Creighton, Gertrude Himmelfarb o Gerhard Ritter). Los partidarios
de su condición científica son la mayor parte de los historiadores de la segunda mitad del siglo
XX y del siglo XXI (incluyendo, de entre los muchos que han explicitado sus preocupaciones
metodológicas, a Fernand Braudel, E. H. Carr, Fritz Fischer, Emmanuel Le Roy Ladurie, Hans-
Ulrich Wehler, Bruce Trigger, Marc Bloch, Karl Dietrich Bracher, Peter Gay, Robert
Fogel, Lucien Febvre, Lawrence Stone, E. P. Thompson, Eric Hobsbawm, Carlo
Cipolla, Jaume Vicens Vives, Manuel Tuñón de Lara o Julio Caro Baroja). Buena parte de
ellos, desde una perspectiva multidisciplinar (Braudel combinaba historia con geografía,
Bracher con ciencia política, Fogel con economía, Gay con psicología, Trigger
con arqueología), mientras los demás citados lo hacían a su vez con las anteriores y con
otras, como la sociología y la antropología. Esto no quiere decir que entre ellos hayan
alcanzado una posición común sobre las consecuencias metodológicas de la aspiración de la
historia al rigor científico, ni mucho menos que propongan un determinismo que (al menos
desde la revolución einsteniana de comienzos del siglo XX) no proponen ni las
llamadas ciencias duras.13 Por su parte, los historiadores menos proclives a considerar
científica su actividad tampoco defienden un relativismo estricto que imposibilitaría de forma
total el conocimiento de la historia y su transmisión; y de hecho de un modo general aceptan y
se someten a los mecanismos institucionales, académicos y de práctica científica existentes
en historia y comparables a los de otras ciencias (ética de la investigación, publicación
científica, revisión por pares, debate y consenso científico, etc.).
La utilización que hace la historia de otras disciplinas como instrumentos para obtener,
procesar e interpretar datos del pasado permite hablar de ciencias auxiliares de la historia de
metodología muy diferente, cuya subordinación o autonomía depende de los fines a los que
estas mismas se apliquen.

Historia como disciplina académica


Véase también: Historia e historiografía

El registro de anales y crónicas fue en muchas civilizaciones un oficio ligado a un cargo


institucional público, controlado por el estado. Sima Qian (denominado padre de la Historiaen
la cultura china) inauguró en esa civilización los registros históricos oficiales burocratizados
(siglo II a. C.). La crítica del musulmán Ibn Jaldún (Muqaddima —Prolegómenos a la Historia
Universal—, 1377) a la manera tradicional de hacer historia no tuvo consecuencias
inmediatas, siendo considerado un precedente de la renovación de la metodología de la
historia y de la filosofía de la historia que no se inició hasta el siglo XIX, fruto de la evolución
de la historiografía en Europa Occidental. Entre tanto, los cronistas oficiales castellanos y de
Indias dieron paso en la España ilustrada del siglo XVIII a la fundación de la Real Academia
de la Historia; instituciones similares existen en otros países.14
Véanse también: Cronista e Historiografía.

La docencia de la historia en la enseñanza obligatoria fue una de las bases de la construcción


nacional desde el siglo XIX,15 proceso simultáneo a la proliferación de las cátedras de historia
en las universidades (inicialmente en las facultades de letras o Filosofía y Letras, y con el
tiempo, en facultades propias o de Geografía e Historia —disciplinas cuya proximidad
científica y metodológica es una característica de la tradición académica francesa y española
—)16 y la creación de todo tipo de instituciones públicas17 y privadas (clubes históricos o
sociedades históricas, muy habitualmente medievalistas, respondiendo al historicismo propio
del gusto romántico, empeñado en la búsqueda de elementos de identificación nacional); así
como publicaciones dedicadas a la historia.
Artículo principal: Revista de historia

En la enseñanza media de la mayor parte de los países, los programas de historia se


diseñaron como parte esencial del currículo. En especial la agregación de historia presente en
los lycées franceses desde 1830 adquirió con el tiempo un prestigio social incomparable con
los cargos similares en otros sistemas educativos y que caracterizó el elitismo de la escuela
laica republicana hasta finales del siglo XX.
A ese proceso de institucionalización, siguió la especialización y subdivisión de la disciplina
con diferentes sesgos temporales (de cuestionable aplicación fuera de la civilización
occidental: historia antigua, medieval, moderna, contemporánea —estas dos últimas,
habituales en la historiografía francesa o española, no suelen subdividirse en la historiografía
anglosajona: en:modern era—), espaciales (historia nacional, regional, local, continental —de
África, de Asia, de América, de Europa, de Oceanía—), temáticos (historia política, militar, de
las instituciones, económica y social, de los movimientos sociales y de los movimientos
políticos, de las civilizaciones, de las mujeres, de la vida cotidiana, de las mentalidades, de las
ideas, cultural), historias sectoriales ligadas a otras disciplinas (historia del arte, de la
música, natural, de las religiones, del derecho, de la ciencia, de la medicina, de la
economía, de la ciencia política, de las doctrinas políticas, de la tecnología), o centrada en
cualquier tipo de cuestión particular (historia de la electricidad, de la democracia, de la
Iglesia, de los sindicatos, de los sistemas operativos, de las formas —literarias de la Biblia—,
etc). Ante la atomización del campo de estudio, también se han realizado distintas propuestas
que consideran la necesidad de superar esas subdivisiones con la búsqueda de una
perspectiva holística (historia de las civilizaciones, historia total o historia universal) o su
enfoque inverso (microhistoria); sin olvidar el nuevo campo académico e interdisciplinar de
la Gran Historia como "el intento de comprender de manera unificada, la Historia
del Cosmos o Universo, la Tierra, la Vida y la Humanidad", cubriendo la historia desde el Big
Bang hasta la Historia del mundo actual1819. Examina los tiempos de larga duración utilizando
un enfoque multidisciplinar basado en la combinación de numerosas disciplinas de la ciencia y
las humanidades que estudian el pasado, las Ciencias-Históricas, y explora la existencia
humana en el contexto de un panorama más amplio, que en relación al presente hace alusión
al tiempo y la cronología, enseñándose en universidades y escuelas.20
El Premio Nacional de Historia (de Chile —bianual, a una personalidad— y de España —a una
obra publicada cada año—) y el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (a una
personalidad del ámbito de la historia, la geografía u otras ciencias sociales) son los más altos
reconocimientos de la investigación histórica en el ámbito hispanohablante, mientras que en el
ámbito anglosajón existe una de las versiones del Premio Pulitzer. El Premio Nobel de
Literatura, que puede recaer en historiadores, solo lo hizo en dos ocasiones (Theodor
Mommsen, en 1902, y Winston Churchill, en 1953). Desde una perspectiva más propia de la
consideración actual de la historia como una ciencia social, el Premio Nobel de economía fue
concedido a Robert Fogel y Douglass North en 1993. Por otra parte, el Premio Pfizer de
la History of Science Society se estableció en 1958. El premio consiste en una medalla y una
cantidad en metálico. Este premio se otorga en reconocimiento a un libro extraordinario sobre
la historia de la ciencia. Cada año, un centenar de autores compiten por este premio, que es
considerado el más importante para libros de historia de la ciencia.21
El Premio Internacional de Ciencias Históricas, es el premio internacional más prestigioso de
Historia otorgado por el Comité Internacional de Ciencias Históricas (International
International Committee of Historical Sciences / Comité international des sciences historiques),
la asociación internacional de Ciencias Históricas fundada en Ginebra el 14 de
mayo de 1926,22 que concede desde 2015 el Premio Internacional de Historia del
CICH, Jaeger-LeCoultre, al "historiador que se ha distinguido en el campo de la Historia por
sus obras, publicaciones o docencia, y haya contribuido significativamente al desarrollo del
conocimiento histórico". Considerado el "Premio Nobel" en Ciencias Históricas, el jurado del
Consejo del CISH, que cuenta con 12 miembros de diferentes países, selecciona al ganador
dentro de un grupo de candidatos excelentes y altamente calificados. Solo los miembros
colectivos del CISH (sus comités nacionales o sus organizaciones afiliadas internacionales)
pueden presentar candidatos.

Historia como escritura

El escriba sentado (Saqqara III milenio a. C. —IV o V dinastía de Egipto—). Representa a un funcionario
en actitud de comenzar a escribir, o sea, a registrar un hecho o una interpretación más o menos
interesada de hechos seleccionados —económicos, militares, legislativos, religiosos—; una función de
consecuencias trascendentales: sirve tanto para el ejercicio y la justificación del poder en su presente
como para la preservación de la memoria históricahacia la posteridad.

La identificación del concepto de historia con la narración escrita del pasado produce, por un
lado, su confusión con el término historiografía(historia se llama a la vez al objeto estudiado, a
la ciencia que lo estudia y al documento resultado de ese estudio); y por otro justifica el
empleo del término prehistoria para el período anterior a la aparición de la escritura,
reservándose el nombre historia para el periodo posterior.
Según ese uso restrictivo, la mayor parte de la humanidad queda fuera de la historia, no tanto
porque no accede personalmente a la lectura y la escritura (el analfabetismo fue la condición
común de la inmensa mayoría de la población, incluso para las clases dominantes, hasta
la imprenta), sino porque los reflejados en el discurso histórico han sido siempre muy pocos, y
grupos enteros quedan invisibilizados (las clases bajas, las mujeres, los discrepantes que no
pueden acceder al registro escrito), con lo que ha sido objeto de preocupación de algunos
historiadores la reconstrucción de la visión de los vencidos y la historia desde abajo.
Lo mismo ocurre con gran número de pueblos y culturas (las consideradas como culturas
primitivas, en una terminología ya desfasada de la antropología clásica) que no tienen historia.
El tópico los idealiza al considerar que son pueblos felices.23 Entran en ella cuando se produce
su contacto, habitualmente destructivo (aculturación),
con civilizaciones (sociedades complejas, con escritura). Incluso en ese momento no son
propiamente objeto de la historia sino de la protohistoria (historia realizada a partir de
las fuentes escritas producidas por los que generalmente son sus pueblos colonizadores por
oposición a los pueblos indígenas). No obstante, independientemente de que
los historiadores y los antropólogos ideológicamente tengan una
tendencia etnocentrista (eurocentrista, sinocentrista24 o indigenista) o, de forma
opuesta, multiculturalista o relativista cultural, existe la posibilidad de obtener o reconstruir un
relato fiable de los acontecimientos que afectan a un grupo humano utilizando otras
metodologías: fuentes arqueológicas (cultura material) o historia oral. En buena parte, esta
diferencia es artificial, y no necesariamente novedosa: el mismo Heródoto no puede sino usar
ese tipo de fuentes documentales cuando redacta la que se considera la primera Historia, o al
menos acuña el término, en la Grecia del siglo V a. C. para que el tiempo no abata el recuerdo
de las acciones de los hombres y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los
griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que puso a
estos dos pueblos en la lid. Así comienza su obra titulada Ἱστορίαι (léase históriai, literalmente
«investigaciones», «exploraciones», latinizado Historiae —«Historias», en plural—), seminal
para la ciencia histórica, y que suele denominarse en castellano Los nueve libros de historia.
La lid citada son las guerras médicas y los bárbaros, persas.25

Etimología

Busto de Heródoto, el llamado Padre de la Historia.

La palabra historia deriva del griego ἱστορία (léase historia, traducible por «investigación» o
«información», conocimiento adquirido por investigación), del verbo ἱστορεῖν («investigar»). De
allí pasó al latín historia, que en castellano antiguo evolucionó a estoria (como atestigua el
título de la Estoria de España de Alfonso X el Sabio, 1260-1284) y se reintrodujo
posteriormente en el castellano como un cultismo en su forma latina original.
La etimología remota procede del protoindoeuropeo *wid-tor- (de la raíz *weid-, «saber, ver»
—construcción hipotética—)26 presente también en las palabras latinas idea o visión, en
las germánicas wit, wise o wisdom, la sánscrita veda,27 y las eslavas videti o vedati, y en otras
lenguas de la familia indoeuropea.28
La palabra antigua griega ἱστορία fue usada por Aristóteles en su Περὶ τὰ ζῷα ἱστορίαι
(léase Peri ta zoa jistória, latinizado Historia animalium, traducible por Historia de los
animales [el título griego es plural y el latino es singular]). 29 El término se derivaba de ἵστωρ
(léase jístōr, traducible por «hombre sabio», «testigo» o «juez»). Se pueden encontrar usos de
ἵστωρ en los himnos homéricos, Heráclito, el juramento de los efebos atenienses y en las
inscripciones beocias (en un sentido legal, con un significado similar a «juez» o «testigo»). El
rasgo aspirado es problemático, y no se presenta en la palabra cognata griega εἴδομαι
(«aparecer»). La forma ἱστορεῖν («inquirir»), es una derivación jónica, que se expandió primero
en la Grecia clásica y más tarde en la civilización helenística.

Historia, historiografía e historiología

La Historia de Italia de Francesco Guicciardini, 1561.


Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano,
de Antonio de Herrera, edición de 1601.

En el estudio de la historia conviene diferenciar tres conceptos a veces usados laxamente y


que pueden llegar a ser confundidos entre sí:

 La historiografía es el conjunto de técnicas y métodos propuestos para describir los


hechos históricos acontecidos y registrados, entendida como la ciencia que se encarga del
estudio de la historia. La correcta praxis de la historiografía requiere el empleo correcto
del método histórico y el sometimiento a los requerimientos típicos del método científico.
También se denomina historiografía a la producción literaria de los historiadores, y a las
escuelas, agrupaciones o tendencias de los historiadores mismos.
Artículo principal: Historiografía

 La historiología o «teoría de la historia» es el conjunto de explicaciones, métodos y


teorías sobre cómo, por qué y en qué medida se dan cierto tipo de hechos históricos y
tendencias sociopolíticas en determinados lugares y no en otros. El término fue
introducido por José Ortega y Gasset30 y el DRAE lo define como el estudio de la
estructura, leyes y condiciones de la realidad histórica.31
Artículo principal: Historiología

 La historia como conjunto de hechos realmente acontecidos en el pasado de la


humanidad; aunque muy frecuentemente se entiendan restrictivamente como hechos
históricos únicamente a los acontecimientos trascendentes, los que tienen un alcance lo
suficientemente amplio como para ser útiles para la comprensión de hechos posteriores, o
al menos los que son interpretados así desde la perspectiva del historiador que los
destaca o considera dignos de recuerdo (memoria histórica). La selección de esos hechos
es cuestión de debate, pues cada una de las interpretaciones de la historia pone el
protagonismo de la historia (sujeto histórico) en uno u otro lugar, lo que determina qué
datos considerar hechos relevantes. Los partidarios de una historia
política, militar, cultural, o de las instituciones no coincidirán con los partidarios de
una historia económica y social; oposición expresada en los términos marxistas
de superestructura y estructura o el unamuniano de intrahistoria.
Es imposible ignorar la polisemia y la superposición de estos tres términos, pero simplificando
al máximo: la historia son los hechos del pasado; la historiografía es la ciencia de la historia; y
la historiología es la epistemología o teoría de la historia.
Véase también: Razón histórica

Filosofía de la historia
Artículo principal: Filosofía de la historia

La filosofía de la historia no debe confundirse ni con la historiología, ni con la historiografía, de


los que se separa claramente. La filosofía de la historia es la rama de la filosofía que
concierne al significado de la historia humana, si es que lo tiene. En su origen especuló si era
posible un fin teleológico de su desarrollo, o sea, se pregunta si hay un diseño, propósito,
principio director o finalidad en el proceso de la historia humana. En la actualidad se discute
más sobre la función del conocimiento histórico dentro del conocimiento y las implicaciones
del mismo. También se ha discutido sobre si el objeto de la historia debe ser una verdad
histórica, el deber ser, o si la historia es en algún sentido es cíclica o lineal y el devenir
histórico se aparta indefinidamente del punto de partida. También se ha discutido si es posible
hablar de la idea de progreso positivo en ella.

Fines y justificación de la historia

Historia de Nikolaos Gysis :v(1892).

Tampoco deben confundirse los supuestos fines teleológicos del hombre en la historia con
los fines de la historia es decir, la justificación de la propia historia como memoria de la
humanidad. Si la historia es una ciencia social y humana, no puede abstraerse del porqué se
encarga de estudiar los procesos sociales: explicar los hechos y eventos del pasado, sea por
el conocimiento mismo, sea por que nos ayudan a comprender el presente: Cicerón bautizó a
la historia como maestra de la vida,32 y como él Cervantes, que también la llamó madre de la
verdad.33 Benedetto Croce remarcó la fuerte implicación del pasado en el presente con
su toda historia es historia contemporáea. La historia, al estudiar los hechos y procesos del
pasado humano, es un útil para la comprensión del presente y plantear posibilidades para
el futuro.34 Salustio llegó a decir que entre las distintas ocupaciones que se ejercitan con el
ingenio, el recuerdo de los hechos del pasado ocupa un lugar destacado por su gran utilidad.35
Un tópico muy difundido (atribuido a Jorge Santayana) advierte que los pueblos que no
conocen su historia están condenados a repetirla,36 aunque otro tópico (atribuido a Carlos
Marx) indique a su vez que cuando se repite lo hace una vez como tragedia y la segunda
como farsa.37
La radical importancia de ello se basa en que la historia, como la medicina, es una de las
ciencias en que el sujeto investigador coincide con el objeto a estudiar. De ahí la
gran responsabilidad del historiador: la historia tiene una proyección al futuro por su potencia
transformadora como herramienta de cambio social; y a los profesionales que la manejan, los
historiadores, les es aplicable lo que Marx dijo de los filósofos (hasta ahora se han encargado
de interpretar el mundo y de lo que se trata es de transformarlo).38 No obstante, desde otra
perspectiva se pretende una investigación desinteresada para la objetividad en la ciencia
histórica.39 Aunque llegar a conocer los hechos tal como fueron, como pretendía Leopold
Ranke, es imposible, sí es un imperativo de la investigación histórica acercarse al máximo a
ese objetivo, y además hacerlo con una perspectiva tal que sitúe los hechos en su contexto,
de modo que al conocimiento factual se añada el entendimiento de lo que realmente pasó; y
aunque sea inevitable que sesgos de todo tipo alteren la forma en que tal entendimiento se
produce, al menos ser conscientes de cuáles pueden ser y en qué grado actúan. 40
Véase también La objetividad en historiografía

División del tiempo histórico


Artículo principal: Periodización

Véase también: Tiempo histórico

Véase también: Tiempo geológico

Véase también: Gran Historia

No hay un acuerdo universal sobre la periodización de la historia, aunque sí un consenso


académico sobre los periodos de la historia de la civilización occidental, basado en los
términos acuñados inicialmente por Cristóbal Celarius (Edades Antigua, Media y
Moderna), que ponía al mundo clásico grecorromano y su Renacimiento como los hechos
determinantes para la división; y que actualmente es de aplicación general. 41 La acusación
de eurocentrismo que se hace a tal periodización no impide que sea la más utilizada, por
ser la que responde precisamente al desarrollo de los procesos históricos que produjeron
el mundo contemporáneo.
En cuanto a la división del tiempo prehistórico en Edad de la Piedra y Edad de los
Metales, fue propuesta en 1836 por el arqueólogo danés Christian Jürgensen Thomsen.42
La evolución tecnológica presenta dos grandes cesuras en el pasado de la humanidad:
la revolución neolítica y la revolución industrial, lo que permite hablar de tres grandes
periodos: el caracterizado por la exclusividad de sociedades cazadoras-recolectoras,
el preindustrial y el industrial (a veces se emplea el adjetivo postindustrial para el periodo
de la historia más reciente).43
El problema de cualquier periodización es hacerla coherente en
términos sincrónicos y diacrónicos, es decir: que sea válida tanto para el transcurso del
tiempo en un único lugar, como para lo que ocurre al mismo tiempo en distintos ámbitos
espaciales. Cumplir ambos requisitos resulta difícil cuando los fenómenos que originan el
comienzo de un periodo en un lugar (especialmente el Próximo Oriente, Asia
central o China) tardan en difundirse o surgir endógenamente en otros lugares, que a su
vez pueden estar más o menos próximos y conectados (como Europa Occidental o
el África subsahariana), o más o menos lejanos y desconectados
(como América u Oceanía). Para responder a todo ello, los modelos de periodización
incluyen términos intermedios y periodos de solapamiento (yuxtaposición de
características distintas) o transición (aparición paulatina de las novedades o
características mixtas entre el periodo que empieza y el que termina). La didáctica de la
historia se ayuda frecuentemente de diferentes tipos de representación gráfica de la
sucesión de hechos y procesos en el tiempo y en el espacio.44
Véanse también: Tiempo histórico y Mapa histórico.

Prehistoria
Edad de los
Edad de Piedra
Metales
Paleolítico Mesolítico N

e
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Historia de Europa
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Antigua Media Edad Edad
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VI
edad edad na V II
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clásica tardía Ed Cri lo lo lo
Me o X
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X VI
Me X X XI
VI I
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Prehistoria

Pinturas rupestres de Cueva de las Manos (Río Pinturas, Argentina, cerca de 9000 años de
antigüedad). Representan esquemáticamente a un hombre y a grupos de animales; también se
observan otros símbolos, destacadamente las manos que dan el nombre al lugar. Esta forma
de arte prehistórico, aunque es un testimonio valiosísimo para la reconstrucción del pasado, no
es una fuente histórica en el sentido clásico de la palabra, sino arqueológica.

Stonehenge, un monumento megalíticotipo crómlech construido en Gran Bretañaen el III


milenio a. C. por un pueblo en transición del neolítico a la edad de los metales, contemporáneo
de las Pirámides de Egipto. Su olvidada función religiosa y astronómica es objeto en la
actualidad de revivals espiritualistas.

Espada de bronce (Saint-Germain-en-Laye, Francia, hacia 800 a. C., periodo protohistórico en


el que los héroes griegos, que usarían armas semejantes, ya son cantados por Homero).

 Prehistoria. Desde la aparición del hombre (diferenciación de las


distintas especies del género Homo, subtribu hominina, superfamilia Hominoidea, orde
n de los primates), de fechas inciertas, hace más de dos millones de años; hasta la
aparición de la escritura, en torno al IV milenio a. C..45 Se considera un campo
académico o especialidad muy ligada a la Arqueología.

o Paleolítico (etimológicamente Antigua Edad de Piedra, por la piedra tallada).


Los hechos más decisivos son los ligados a la evolución humana, en lo físico, y a
la evolución cultural primitiva (utilización de herramientas y del fuego y desarrollo
de distintos tipos de colaboración y conducta social primitiva; destacadamente
el lenguaje). Los grupos sociales no superarían el tamaño de hordas, con
una densidad de población inferior a un habitante por kilómetro cuadrado.
La economía se limitaba a una relación depredadora con el medio
ambiente (caza, pesca y recolección), lo que no impedía un impacto notable
(primera humanizacióndel paisaje natural y extinciones provocadas por la presión
de la actividad humana en los ecosistemas donde se introduce).

 Paleolítico inferior. Primeros modos de talla


lítica de instrumentos (Olduvayense o modo 1 y Achelense o modo 2),
asociados a restos fósiles de homínidos: Australopitecus, Homo
habilis y Homo ergaster (África sudoriental), Homo erectus(extendido por todo
el Viejo Continente); Homo antecessor y Homo heidelbergensis (específicos
de Europa —yacimiento de Atapuerca—).

 Paleolítico medio. Ligado a cambios en la cultura


material (Musteriense o modo 3) y en las especies de homínidos (Hombre de
Neanderthal en Europa, Homo sapiens arcaico en África —Hombres de Kibish
—), desde hace 130.000 años hasta hace 35.000 años aproximadamente.

 Paleolítico superior. Ligado a la cultura material asociada al Homo


sapiens moderno: el modo
4 (Auriñaciense, Gravetiense, Solutrense, Magdaleniense —en Europa
—, Clovis y Monte Verde —en América, donde por primera vez aparecen
homínidos—); desde hace 35.000 años hasta hace 10.000 años
aproximadamente. Ya no hay cambios significativos para
la paleoantropología en el registro fósil; las variaciones entre distintos grupos
son mucho más sutiles: las estudiadas tradicionalmente por la antropología
física y que se conocían como razas humanas, y que la moderna genética de
poblaciones estudia con renovadas metodologías (genética molecular). Junto
con la paleo-lingüística pretende reconstruir las migraciones primitivas.46

o Mesolítico/Epipaleolítico/Protoneolítico. Periodo de transición, ligado a los


cambios que produjo el fin de la última glaciación. Desde el X milenio a. C. hasta
el VIII milenio a. C., aproximadamente. En las zonas en las que significó una
transición hacia el neolítico se denomina mesolítico, mientras que en el resto, en
las que solo significa una fase de continuación del paleolítico, se
denomina epipaleolítico.

o Neolítico (etimológicamente «nueva Edad de Piedra», por la piedra


pulimentada: modo 5). Del VIII milenio a. C. al IV milenio a. C. aproximadamente.
Su inicio en cada zona está ligado al desarrollo de la denominada Revolución
Neolítica: sustitución de la economía depredadora (caza, pesca y recolección)
por la economía productora (agricultura y ganadería), lo que intensificó
extraordinariamente la densidad de población (de crecimiento limitado —régimen
demográfico antiguo—) y el impacto en el medio ambiente. Aparición de
la cerámica, sustitución del nomadismo por el sedentarismo (asentamientos
estables o aldeas). Tuvo lugar a partir del VIII milenio a. C. en el Creciente
fértil del Oriente Próximo, y se difundió hacia el norte de África y Europa (en
España a partir del VI milenio a. C.) y Asia. La aparición de la agricultura y la
ganadería se produjo de forma endógena en otras zonas del mundo (con
seguridad en América, de forma menos clara en otras zonas).

o Edad de los Metales. Desde el IV milenio a. C. (o más tarde, según la zona),


que aunque es una época ya histórica en el Próximo Oriente Antiguo, es aún
prehistórica en la mayor parte del mundo. Innovaciones tecnológicas de difusión
paulatina (metalurgia, rueda, arado, vela). Algunas aldeas se amurallan y
aumentan de tamaño hasta transformarse en ciudades. La economía y la
sociedad se hace más compleja (excedentes, comercio a larga
distancia, especialización del trabajo, estratificación social con una élite dirigente
caracterizada por la exhibición de riqueza en forma de armas y monumentos
funerarios). El tránsito a la historia se dará cuando se complete la formación de
las sociedades complejas (civilizaciones) con estado y religión institucionalizada,
que producirán la escritura.

 Calcolítico o Edad del Cobre (III milenio a. C. aproximadamente, en


Europa Occidental).

 Edad del Bronce (II milenio a. C. aproximadamente, en Europa


Occidental).

 Edad del Hierro (I milenio a. C. aproximadamente, en Europa


Occidental, hasta la romanización).
Historia
Artículo principal: Historia Universal

Los miles de guerreros del ejército de terracota (Xian, siglo III a. C.) servían para garantizar el
eterno mandato de Qin Shi Huang, autoproclamado primer emperador de China, temeroso de
los innumerables enemigos cuya venganza esperaba en la vida después de la muerte.
Las civilizaciones extremo-orientales se caracterizaron por su continuidad, que no se vio
interrumpida por la discontinuidad entre Edad Antigua y Edad Media propia de la civilización
occidental. Especialmente la civilización china, el ejemplo más estable de imperio hidráulico, vio
la repetición aparentemente perpetua de ciclos dinásticosde auge (interpretado tradicionalmente
como premio por respetar el equilibrio del mandato del cielo), descomposición interna
(interpretada como consecuencia del desequilibrio al no respetarlo) e invasiones exteriores
(interpretadas como castigo y oportunidad de reiniciar el ciclo), que continuó hasta el siglo XX.
El acueducto de Segovia, una construcción utilitaria romana de finales del siglo I, sigue
determinando la personalidad de una ciudad contemporánea, junto con otros hitos de su historia
como las murallas o la catedral. Otras muestras de la pervivencia de la romanización en la
actualidad son la lengua, el derecho, la religión, etc.

 Historia. Desarrollo de la escritura como consecuencia de la aparición de los


primeros estados. IV milenio a. C. en Sumeria.

o Protohistoria. Período de solapamiento: las civilizaciones que desarrollan


escritura dejan constancia escrita no solo de sí mismas, sino de otros pueblos que
no lo han hecho. Habitualmente los pueblos colonizadores son los que dejan
testimonio histórico de su relación los pueblos indígenas (por ejemplo, de
los pueblos prerromanos).

o Edad Antigua

 Nacimiento de la civilización en el Antiguo Oriente Próximo (a veces


denominado Antigüedad temprana).47 Primeros estados (templos, ciudades-
estado, imperios hidráulicos)
en Mesopotamia (Sumeria, Acad, Babilonia, Asiria), Antiguo Egipto, Levante
Mediterráneo (Fenicia, Antiguo Israel) y el resto del Mediterráneo
Oriental (civilizaciones anatólicas —hititas—, y egeas —minoica y micénica
—); con muy poca relación con esos núcleos en India (cultura del valle del
Indo), China; y de forma endógena en la América precolombina y en algunas
culturas del África Subsahariana.48

 Antigüedad clásica: Entre el siglo VIII a. C. y el siglo II d. C.. De


validez restringida a las civilizaciones griega y romana, caracterizadas por
la cultura clásica (término de gran ambigüedad, que en su aspecto espacial y
temporal puede considerarse ampliado a todo el Próximo Oriente por
el helenismo posterior al Imperio de Alejandro Magno y al Mediterráneo
occidental por el helenizado Imperio romano; o restringido al periodo
clásico del arte griego —siglo V a. C. y siglo IV a. C.—; o de forma aún más
estricta reducido al siglo de Pericles —la Atenas de mediados del siglo V—), y
unos precoces conceptos de libertad, democracia y ciudadanía que se
basaban paradójicamente en la sumisión de otros pueblos y la utilización
intensiva de la fuerza de trabajo esclava. Ambas civilizaciones contaban sus
eras desde fechas del Siglo VIII a. C. (la primera olimpiada o la fundación de
Roma, respectivamente). Simultáneamente se desarrolló el Imperio persa,
que ocupa el espacio intermedio y pone en contacto las civilizaciones
mediterráneas con las civilizaciones asiáticas, especialmente la hindú,
mientras que las civilizaciones de Extremo Oriente, como la china, se
desarrollan de forma prácticamente independiente, y las americanas en total
desconexión.

 Antigüedad tardía: De validez restringida a Occidente, es un periodo


de transición, desde la crisis del siglo III hasta Carlomagno o la llegada
del Islam a Europa (siglo VIII), en que el Imperio romano entra
en decadencia y sufre el impacto de las invasiones germánicas, nuevas
religiones monoteístas (cristianismo e islam) se imponen como religiones
dominantes y el modo de producción esclavista se sustituye por el modo de
producción feudal. En Oriente sobrevive el Imperio bizantinorehelenizado.49

Cara de la guerra en el Estandarte de Ur, III milenio a. C. Aparecen tropas uniformadas y en


formación, carros de guerra y la figura destacada de un líder. Los enemigos vencidos son
pisoteados por los caballos o sometidos.

Dos guerreros griegos en combate singular. Tras ellos hay carros de guerra. Fragmento de
una crátera ática de figuras negras, Selinunte, siglo VI a. C.(contemporánea a las reformas
de Clístenes). El equipamiento militar para el combate cuerpo a cuerpo (casco, lanza) es
similar al que usarán los hoplitas, pero ellos luchan agrupados en falanges, y el escudo estará
diseñado para proteger tanto al compañero de filas como al que lo lleva.

Sarcófago Ludovisi, hacia 250. Las legiones romanas luchan contra los godos, que en los
siglos siguientes (periodo de las invasiones bárbaras) contribuirán decisivamente tanto a la
continuidad como a la Caída del Imperio romano, tras la que instaurarán algunos de los más
importantes reinos germánicos de la Alta Edad Media.


Chac Mool (Chichén Itzá, ciudad mayafundada en el siglo VI). Las
civilizaciones mesoamericanasdesarrollaron una cultura peculiar ligada a la guerra
ritualizada entre ciudades-estado rivales, que incluía el sacrificiode los prisioneros para
garantizar el orden cosmológico, además de una antropofagia de debatida consideración.50

Un caballero, un clérigo y un campesino (los tres órdenes feudales) ilustran la miniatura de una
letra capitular en un manuscrito medieval.

 Edad Media: De validez restringida a Occidente, desde la caída del Imperio


romano de Occidente (siglo V) hasta la caída del Imperio romano de Oriente (siglo
XV). En un periodo tan prolongado se produjeron dinámicas muy complejas, que
poco tienen que ver con los tópicos de aislamiento, inmovilismo y oscurantismo
con que se la definía desde la perspectiva de la modernidad, que la infravaloraba
como un paréntesis de atraso y discontinuidad entre una mitificada edad antigua y
su renacimiento en la moderna.

 Alta Edad Media: siglo V al siglo X. Una época oscura por la escasez de fuentes
escritas, debida al retroceso de la vida urbana y de la descomposición del poder
político que caracterizan al feudalismo. La Iglesia, sobre todo a través
del monacato, se convierte en la única continuidad de la tradición intelectual.
La nobleza y el clero, vinculados familiarmente, son los señores que ejercen el
poder político, social y económico sobre los campesinos sometidos a
servidumbre. Castillos y monasterios se imponen en un paisaje de bosques,
baldíos y pequeñas aldeas casi incomunicadas.51

 Baja Edad Media: Del siglo XI al siglo XV. A veces se restringe al siglo XIV y
al siglo XV, como Crisis de la Edad Media o Crisis del siglo XIV; denominándose el
periodo del siglo XI al siglo XIII como Plenitud de la Edad Media. Se produce
una revolución urbana y un aumento de la actividad comercial y artesanal de una
incipiente burguesía, al tiempo que se fortalece el poder de las monarquías
feudales. Los poderes universales (Pontificado e Imperio) se enfrentan y entran en
crisis. Las Cruzadas demuestran la capacidad de expansión europea hacia el
oriente del Mediterráneo, mientras en Al-Ándalus(España musulmana) se
imponían los reinos cristianos del norte peninsular. La universidad
medieval reelaboró el saber antiguo a través de la escolástica (revolución del siglo
XII). En los siglos finales se conforman los rasgos que caracterizarán todo el
periodo del Antiguo Régimen: una economía en transición del feudalismo al
capitalismo, una sociedad estamental y una monarquía autoritaria en transición a
la monarquía absoluta.52

El David de Miguel Ángel (1504), obra cumbre del Renacimiento italiano, y


ejemplo de la confianza en el ser humano propia del antropocentrismo humanista.

 Edad Moderna: De mediados o finales del siglo XV a mediados o finales del siglo
XVIII. (Para los anglohablantes, Early Modern Times, es decir, «Primera Edad
Moderna» o «Edad Moderna Temprana»). Se toma como hitos que marcan su
comienzo la Imprenta, la toma de Constantinopla por los turcos o
el descubrimiento de América; como final, la Revolución francesa,
la Independencia de los Estados Unidos de América o la Revolución industrial. Es
por primera vez, un periodo de validez casi mundial, puesto que para la mayor
parte del mundo (con la excepción solo parcial de China o Japón —que tras unos
primeros contactos optan por cerrarse a la influencia exterior en mayor o menor
medida— o de espacios recónditos de América, África y Oceanía —colonizados en
el siglo XIX—), significó la imposición de la civilización occidental y la
denominada economía-mundo. Se inició con la era de los descubrimientos y la
expansión del imperio español y el portugués, mientras el mundo de las ideas
experimentaba las innovaciones del Renacimiento, la Reforma Protestante y
la Revolución científica; contrapesadas por la Contrarreforma y el Barroco.
Mientras en la Francia de Luis XIV triunfaba el absolutismo, en otras partes de
Europa noroccidental lo hacían las primeras revoluciones burguesas que
desafiaban al Antiguo Régimen (revolución holandesa, revolución inglesa) y en el
sur y este del continente se observaba un proceso de refeudalización. El eje de la
civilización se desplazó de la cuenca del Mediterráneo al océano atlántico.
La crisis del siglo XVII y los tratados de Westfalia reedificaron un nuevo equilibrio
europeo que imposibilitaba las hegemonías española o francesa, y que se
mantuvo durante el siglo XVIII, caracterizado intelectualmente por la Ilustración. A
lo largo de todo el periodo se van gestando los modernos conceptos
de nación y estado.53
Prueba nuclear en el atolón de Bikini, 26 de marzo de 1954, en plena Guerra
fría. La era nuclear se inauguró en 1945, cuando los Estados Unidos lanzaron
en Hiroshima y Nagasaki las primeras bombas atómicas. La Unión
Soviética la siguió en lo que se denominó carrera nuclear o carrera de
armamentos (simultánea a la carrera espacial), así como las otras tres
potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas: Reino Unido, Francia y China. Otros países no firmantes del tratado
de no proliferación nuclear han desarrollado este armamento:
abiertamente India y Pakistán; sin reconocerlo Israel, Sudáfrica —lo
desmanteló al caer el régimen de apartheid— y quizá otros.

 Edad Contemporánea. Desde mediados o finales del siglo XVIII hasta el


presente. (Para los anglohablantes Later Modern Times, es decir, «Segunda Edad
Moderna» o «Edad Moderna Tardía»). Una inicial era de las
revoluciones (revolución industrial, revolución burguesa y revolución liberal) acabó
con el Antiguo Régimen y dio paso en la segunda mitad del siglo XIX al triunfo
del capitalismo que se extiende con el imperialismo a todo el mundo, al tiempo que
se veía contestado por el movimiento obrero. Las guerras napoleónicas dieron
paso a un periodo de hegemonía británica durante la era Victoriana. El comienzo
de la transición demográfica (primero en Inglaterra, poco después en el continente
europeo y posteriormente en el resto del mundo) produce una verdadera explosión
demográfica que altera de forma radical el equilibrio social y el del hombre con la
naturaleza, sobre todo a partir de la segunda revolución industrial (paso de la era
del carbón y de la máquina de vapor a la era del petróleo y el motor de explosión y
la era de la electricidad). La primera mitad del siglo XX se marcó por dos guerras
mundiales y un período de entreguerras en el que las democracias
liberales enfrentadas a la crisis de 1929 se ven desafiadas por
los totalitarismos soviético y fascista. La segunda mitad del siglo XX se caracterizó
por el equilibrio del terror entre las dos superpotencias (Estados Unidos y la Unión
Soviética), y la descolonización del Tercer Mundo, en medio de conflictos
regionales de gran violencia (como el árabe-israelí) y una aceleración de la
innovación tecnológica (tercera revolución industrial o revolución científico-
técnica). Desde 1989, la caída del muro de Berlín y la desaparición del bloque
socialista condujeron al mundo actual del siglo XXI presidido por
la globalización tanto de la economía como de la presencia política, militar e
ideológica (poder blando) de la única superpotencia, así como de sus aliados
(potencias clásicas —Unión Europea, Japón—), socios o posibles rivales
(potencias emergentes —China—) y opositores (potencias menores, como
algunos países islámicos, y movimientos a veces expresados en terrorismo —11-S
—).54 BCSPN.

Código de Hammurabi, Babilonia. Edad Antigua.

Mezquita de Córdoba. Edad Media.

Santa Prisca de Taxco, México. Edad Moderna.

La libertad guiando al pueblo, de Eugéne Delacroix (Francia). Edad


Contemporánea.
Véase también
 Portal:Historia. Contenido relacionado con Historia.

 Comité Internacional de Ciencias Históricas

 Cronología

 Demografía histórica

 Disciplinas auxiliares de la Historia

 Gran Historia

 Genealogía

 Geohistoria

 Historia universal

 Historiografía

 Historia por país

 Historia e historiografía

 Método histórico

 Día D (cómic)

Referencias
1. ↑ A partir del hombre surge la historia al poder estudiar y reflejar por
escrito su propio pasado y el que le precede (Prehistoria o Historia
Natural). El concepto de "prehistoria" es un convencionalismo, que
hacía alusión a una historia previa a la historia oficial de la Iglesia
(sobre la creación del mundo, Adán y Eva, etc.), cuya
denominación, que también representa un campo académico, se
mantiene por tradición. Actualmente la disciplina académica de
la Historia se centra, fundamentalmente, en la historia del hombre,
aunque etimológicamente también abarque, por ejemplo, la historia
natural (actualmente estudiada por la Biología y Geología); pero no
debemos olvidar que las Ciencias Históricas estudian muchas y
diferentes realidades del pasado.

2. ↑ CARR, Edward H. (1985). ¿Qué es la Historia?. Barcelona :


Ariel. ISBN 84-344-1001-X.; TUÑÓN DE LARA, Manuel (1985). Por qué
la Historia. Barcelona : Aula Abierta Salvat. ISBN 84-345-7814-X. El
pasado, ese país extraño, fluido y mudable, sometido siempre a los
cambios que impone el presente, sufre extrañas convulsiones en
tiempos de crisis general: nada de él queda incólume (Santos Juliá,
2 de febrero de 2014).

3. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la


Lengua Española (2014). «historia». Diccionario de la lengua
española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.

4. ↑ Con respecto a la forma de escribir la palabra,


con mayúscula o minúscula, suele hacerse la distinción
de Historia e historia, pero no es estricta, indicando la mayúscula
más bien la intención del redactor de dotar a la palabra de un
rasgo mayestático, que un hablante podría remarcar incluso con un
gesto ampuloso o un tono engolado, que si se exagera puede
denotar incluso parodia o ridículo. Distinguiendo ese uso
mayestático, en muchas ocasiones se diferencian usos
de historia con minúscula (la historia como narración) de otros que
se marcan con la mayúscula (la Historia como ciencia o asignatura).
La palabra Historia con el significado de pasado se suele escribir
con mayúscula especialmente con la intención de denotar
un pasado glorioso o memorable o la proyección de un hecho hacia
el futuro (como en el tópico pasar a la Historia, es decir, convertirse
en histórico por ser trascendente); mientras que se suele escribir en
minúscula cuando se trata de la historiaparticular de una persona,
de su biografía. También existe una diferencia de uso
entre historia en singular e historias en plural, pudiendo tener esta
última una connotación negativa (cuando se usa de forma
equivalente a cuentos o patrañas). Todos estos matices son muy
inasibles, y solo apreciables a través del contexto del mensaje oral
o escrito. No obstante, la Fundación del Español Urgente (Fundéu)
recomienda la mayúscula únicamente «cuando forma parte de un
nombre propio (como Real Academia de la Historia, Facultad de
Historia, la asignatura de Historia)», y utilizar la minúscula en el
resto de los casos, tanto si son usos científicos como si no («contó
una larga historia», «pasó a la historia», «la historia de
Roma»...). «Historia o historia.» FundeuBBVA.

5. ↑ Y las disciplinas de carácter paleoecológico

6. ↑ [1]

7. ↑ [2]

8. ↑ ¿Gran historia? ¿historia grande?. «12 hechos de la historia de


España que habría que conocer: Big History - ¿Gran historia?
¿historia grande?». Consultado el 7 de agosto de 2015.

9. ↑ El historiador francés Marc Bloch, la ha definido como la "ciencia


de los hombres a través del tiempo". Bloch, M. Introducción a la
historia. México: Fondo de Cultura Económica.

10. ↑ De hecho se puede aplicar esa perspectiva temporal para


cualquier otro campo de conocimiento, como el tiempo geológico,
tiempo biológico, tiempo astronómico, etc.
11. ↑ historiador/ra, en Diccionario RAE.es (2017).

12. ↑ Scott Gordon and James Gordon Irving, The History and
Philosophy of Social Science. Routledge 1991, p. 1. ISBN 0-415-
05682-9. Ritter, H. (1986). Dictionary of concepts in history.
Reference sources for the social sciences and humanities, no. 3.
Westport, Conn: Greenwood Press, p. 416.

13. ↑ De hecho son habituales las polémicas entre los propios


historiadores sobre este punto, siendo muy llamativo el reproche
que Cipolla (en su ensayo paródico El papel de las especias... -
1973- y Las leyes fundamentales de la estupidez humana -1976-,
recogidos en Allegro ma non tropo Barcelona: Crítica-Drakontos,
1991 ISBN 84-7423-509-X) realizaba a los métodos cliométricos de
Fogel y Stanley Engerman, o los debates de las distintas tendencias
dentro de los historiadores marxistas británicos. Véase el artículo de
Javier Ortiz Cassiani Historia y modas intelectuales Historia Crítica
nº 28, 2004. José Álvarez Junco, Los malos usos de la Historia, 21
de diciembre de 2013:
la Historia académica, una actividad que algunos de sus
practicantes defienden como científica. No lo es, desde luego,
en el mismo sentido en que puedan serlo las ciencias duras, en
primer lugar porque el número de variables que entran en cada
fenómeno es poco menos que infinito; es decir, que las
“causas” de los hechos históricos no son únicas, ni en general
claras. A estos asuntos se les puede aplicar aquello que dijo
Oscar Wilde sobre la verdad: que raras veces es simple y
nunca es pura. Tampoco es la Historia un conocimiento
aséptico u objetivo porque los datos que nos llegan sobre el
pasado (documentos, ante todo) son parciales, muchas veces
escasos y, sobre todo, subjetivos, emitidos por alguien que
estaba implicado en la situación que describía. Una distorsión a
la que se añade la que introducimos nosotros mismos, quienes
recogemos e interpretamos esos datos, que también somos
parciales y subjetivos, ya que anotamos unos hechos y
descartamos otros según que nuestra visión del mundo los
considere o no significativos. Dentro de estas limitaciones, sin
embargo, la Historia aspira a un status de ciencia social, un
tipo de conocimiento que no admite la arbitrariedad, el
ocultamiento o el falseamiento de fuentes. Y esto es lo malo:
que muy buena parte de la Historia que se escribe cae en este
tipo de deformación porque tiene una finalidad política: es
decir, que se usa como argumento al servicio de una causa;
normalmente, a justificar la existencia de la organización
política en la que habitamos (o la de otra organización
alternativa que pretendemos crear).

14. ↑ Academia Nacional de la Historia de la República Argentina

 Archivado el 26 de marzo de 2007 en la Wayback


Machine.; Real Academia de la Historia; Academia Nacional de
La Historia - Venezuela.

15. ↑ Benedict Anderson Comunidades imaginadas. Para el caso


español véase Nacionalismo español#La construcción de la historia
nacional.
16. ↑ Véase también Historia de la geografía. Facultades de
Historia o de Geografía e Historia: Universitat de
Barcelona, Universidad de Sevilla, UNED, Universidad de
Salamanca, Universidad Complutense de Madrid. Facultades de
Filosofía y LetrasUniversidad Nacional Autónoma de
México, Universidad de Buenos Aires, Universidad Autónoma de
Madrid

17. ↑ Sociedad Chilena de Historia y Geografía (1839); Instituto


Panamericano de Geografía e Historia (1928); Instituto de Historia
del CSIC (España).

18. ↑ [3]

19. ↑ [4]

20. ↑ Ursula Goodenough (10 de febrero de 2011). «It's Time for a New
Narrative; It's Time for 'Big History'». NPR. Consultado el 13 de
diciembre de 2012.

21. ↑ Martínez, Sergio F.; Guillaumin, Godfrey (2005). Historia, filosofía


y enseñanza de la ciencia. UNAM. p. 126. ISBN 9789703227693.
Consultado el 13 de noviembre de 2016.

22. ↑ «Constitution».

23. ↑ Una de las expresiones más contundentes es el famoso diálogo


de El tercer hombre en que se comparan irónicamente los
impresionantes logros culturales de los pueblos violentos con los de
los secularmente pacíficos: Suiza y el reloj "cu-cú".

24. ↑ Manel Ollé Rodríguez Etnocentrismos en contacto: perfiles


ideológicos de las interacciones sino-ibéricas durante la segunda
mitad del siglo XVI Orientats, 2006 ISSN1696-4403

25. ↑ Los Nueve Libros de la Historia de Heródoto. Libro 1 1ª parte

26. ↑ Joseph, Brian (Ed.); Janda, Richard (Ed.) (2008), The Handbook
of Historical Linguistics, Blackwell Publishing (publicado el 30 de
diciembre de 2004), p. 163, ISBN 978-1405127479

27. ↑ Mahony, William K. (28 Feb 1998), The Artful Universe: An


Introduction to the Vedic Religious Imagination, Albany, New York:
State University of New York Press, p. 235, ISBN 0791435806

28. ↑ Online Etymology


Dictionary, http://www.etymonline.com/index.php?
search=history&searchmode=none

29. ↑ Ferrater-Mora, José. Diccionario de Filosofía. Barcelona: Editorial


Ariel, 1994.
30. ↑ Ortega y Gasset, J. (1928). La "Filosofía de la historia" de Hegel y
la historiología. En Obras completas, vol. IV. Madrid: Taurus,
2005. ISBN 84-306-0592-4.

31. ↑ Real Academia Española. Diccionario Usual

32. ↑ Marco Tulio Cicerón, en De Oratote: Historia vero testis


temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vital, nuntia
vetustatis. Traducible por genuina testigo del tiempo, luz de la
verdad, memoria de la vida, maestra de la vida y mensajera de la
antigüedad (Álvaro Alba Olvidar la historia es un castigo

 Archivado el 1 de septiembre de 2009 en la Wayback


Machine.).

33. ↑
Si a esta [historia] se le puede poner alguna objeción cerca de
su verdad, no podrá ser otra sino haber sido su autor arábigo,
siendo muy propio de los de aquella nación ser mentirosos;
aunque, por ser tan nuestros enemigos, antes se puede
entender haber quedado falto en ella que demasiado. Y ansí
me parece a mí, pues cuando pudiera y debiera estender la
pluma en las alabanzas de tan buen caballero, parece que de
industria las pasa en silencio: cosa mal hecha y peor pensada,
habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales,
verdaderos y nonada apasionados, y que ni el interés ni el
miedo, el rancor ni la afición, no les hagan torcer del camino de
la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo,
depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso
de lo presente, advertencia de lo por venir.

El Quijote, Primera parte, capítulo IX.

34. ↑ Ciencias sociales. Historia 7, de Marcelo Muisa y colaboradores.


Ed. Santillana.

35. ↑ Salustio, Guerra de Yugurta, IV, 1.

36. ↑ George Santayana, The Life of Reason, Volumen primero, p. 82,


BiblioLife, ISBN 978-0-559-47806-2

37. ↑ Carlos Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte.

38. ↑ Carlos Marx, Tesis sobre Feuerbach, tesis IX. Citado y comentado
por José Pablo Feinmann "Filosofía aquí y ahora" (trascripción del
programa de televisión).

39. ↑ Seixas, Peter (2000). "Schweigen! die Kinder!". En Peter N.


Stearns, Peters Seixas, Sam Wineburg (eds.). Knowing Teaching
and Learning History, National and International Perspectives. New
York & London: New York University Press, p. 24. ISBN 0-8147-
8141-1. Lowenthal, David (2000). "Dilemmas and Delights of
Learning History". En Peter N. Stearns, Peters Seixas, Sam
Wineburg (eds.). Knowing Teaching and Learning History, National
and International Perspectives. New York & London: New York
University Press. p. 63. ISBN 0-8147-8141-1.

40. ↑ Guillermo Pérez Sarrión, «Cataluña y la pasión por la causa -


Cuando la historia se pone al servicio del nacionalismo, pierde
credibilidad.» 17 de noviembre de 2013. El País.

41. ↑
En el siglo XVI los historiadores de la literatura y los filólogos,
estudiando el latín señalaron tres fases en su gradual
evolución: la "alta edad" o "superior" que llegaba
hasta Constantino, etapa del latín clásico; la "edad media" de la
lengua, que alcanzaba desde Constantino
a Carlomagno (siglos IV al IX), y la "edad ínfima" iniciada en el
842 con el primer texto en romance, Los Juramentos de
Estrasburgo. Por eso precisamente Ch. D. Du Cange tituló su
famoso diccionario Glossarium ad scriptores mediae et infimae
latinitatis (Paris, 1678). La primera ocasión en que se designa
el término Edad Media con sentido histórico parece haber sido
en 1639, por el liejense Rasuin en su Laodium. La expresión
pasaría desde ese mismo siglo XVII a designar el período de
transición entre la antigüedad clásica y el renacer de su cultura
experimentada en la Edad Nueva que habita tomado cuerpo a
lo largo del siglo XV. Y, en consecuencia, su uso tendía a
menospreciar los valores de dicha edad intermedia como un
puente o una noche de “mil años”. Los pedagogos fueron los
responsables de que este nuevo concepto de la Edad Media
adquiriera carta de naturaleza en los manuales o síntesis de
historia. Un profesor de fines del siglo XVII, Cristóbal
Séller (1634-1707) o Celarius —como gustaba llamarse
latinizando su nombre a la manera humanista— introdujo la
modalidad en uno de los manuales escolares de Historia
Antigua editado en 1685, y la claridad que implicaba para la
explicación histórica le indujo a repetirla en otro,
titulado Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad
Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688). Otro
profesor, Loescher, la repitió en un manual
alemán: Geschicchte der Mittleren Zeiten (1725), y no tardó en
generalizarse el nuevo concepto, porque resultaba cómoda esa
división de la historia.

Riu, M. (1978) Prólogo a la edición española, en La historia del


mundo en la Edad Media(The Shorter Cambridge Medieval History,
The Later Roman Empire To The Twelfth Century): tomo I, pg. XXIV.
Madrid: Sopena.

42. ↑ Ledetraad til Nordisk Oldkyndighed (Guía de la Antigüedad


Escandinava)

43. ↑ Francisco Bustelo: tres grandes hitos de la historia de la


humanidad: el inicio de la hominización, la Revolución Neolítica y la
Revolución Industrial. (Historia económica: introducción a la historia
económica mundial, pg. 255.

44. ↑ En las tablas que desarrollan la periodización habitual para


Prehistoria e Historia, se ha pretendido que la extensión de los
periodos, aun no siendo proporcional estrictamente al paso del
tiempo, sí sugieran esa extensión de forma solo indicativa. Los
colores se han utilizado de modo analógico: gris los periodos de
transición, marrón los de crisis, verde los de comienzo, mientras
que los rosados y anaranjados se disponen simplemente por
necesidades visuales (contrastar con los periodos adyacentes).
Excepcionalmente, en la edad de los metales tienen una analogía
con los propios metales: cobre=rojizo, bronce=verde, hierro=negro.
Para mapas históricos véase Commons:Category:Maps showing
history.

45. ↑ Juan Luis Arsuaga (1999) El collar del neardental Barcelona:


Plaza y Janés ISBN 84-8450-327-5 y (2002) El enigma de la
esfinge Barcelona: Plaza y Janés ISBN 84-9759-157-7. Arsuaga
e Ignacio Martínez (1998) La especie elegida Madrid: Temas de
Hoy.

46. ↑ Uno de los principales autores que buscan la integración


metodológica de lingüística, genética, demografía y arqueología
es Luigi Luca Cavalli-Sforza. Es necesario señalar que este tipo de
investigaciones, y sobre todo su divulgación mediática,
eventualmente son interpretadas como confirmación de teorías
etnográficas e historiográficas ya obsoletas (identificación de
lo indoeuropeo, lo celta o lo ibero con razas en vez de
con culturas como se hace desde la arqueología moderna) o de
identificaciones nacionales anacrónicas:
Investigadores estadounidenses y suizos han hallado que el
mapa genético y el mapa geográfico de Europa coinciden de
una forma asombrosa, y en el primero es posible distinguir
claramente lugares como la península Ibérica, la bota italiana o
incluso las diferencias lingüísticas de distintas regiones en un
país como Suiza... Los datos sugieren que el genoma de los
europeos, a pesar de los siglos de migraciones y conquistas,
es enormemente uniforme y que el viejo continente ha sido
más conservador de lo esperado a la hora de relacionarse y
buscar pareja. "La diferenciación en el genoma europeo es
muy pequeña, aunque las poblaciones son muy distintas entre
sí"

La patria se lleva en los genes. Un grupo de investigadores


descubre la asombrosa coincidencia del mapa de mutaciones y el
geográfico de Europa, El País, 26 de noviembre de 2008 (el artículo
viene ilustrado con un espectacular mapa a color en que la
península ibérica aparece visiblemente diferenciada). Tales
extremos, mal interpretados, pueden llevar a abusos contra los que
suelen advertir los propios genetistas:
No hay razas. Desde el punto de vista de la genética, solo
vemos gradientes geográficos.

Lluis Quintana-Murci, del Instituto Pasteur de París, citado por Gary


Stix Huellas de un pasado lejano, en Investigación y Ciencia,
septiembre de 2008, ISSN 0210-136X pg. 19.

47. ↑ Petr Beckmann Historia de (pi), Libraria, 2006, ISBN 970-35-0495-


7. pg. 24. Diakonov, I. M, y Yácobson, V. A., Nomos, Reinos
territoriales e Imperios. Problemas de Tipología, Vestnik Drevnei
Historii (Boletín de Historia Antigua), núm. 2, Moscú, 1982, pp. 3-10
(en ruso), citado por Valen I. Guliaev Tipología y estructura de los
estados antiguos de Mesoamérica, pg. 35.
48. ↑ Vere Gordon Childe (1936) Los orígenes de la civilización; Henri
Frankfort y otros (1946) El pensamiento prefilosófico; C. W.
Ceram (1949) Dioses, tumbas y sabios; Samuel Noah
Kramer (1965) La historia empieza en Sumer; Chester Starr
(1965) Historia del Mundo Antiguo. Edición española de 1974,
Madrid: Akal ISBN 84-7333-032-6

49. ↑ Perry Anderson (1979), Transiciones de la Antigüedad al


Feudalismo, Madrid: Siglo XXI. ISBN 84-323-0355-0.

50. ↑ Marvin Harris Nuestra especie

51. ↑ Georges Duby Guerreros y campesinos

52. ↑ Rodney Hilton La transición del feudalismo al capitalismo.

53. ↑ Perry Anderson El Estado Absoluto; Romano y Tenenti Los


fundamentos del mundo moderno; Immanuel Wallerstein El
moderno sistema mundial.

54. ↑ Eric Hobsbawm Las revoluciones burguesas, La era del


capitalismo, La era del Imperio, Historia del siglo XX.

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