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ESCUELA DE DERECHO

FACULTAD DE DERECHO

LA POSTULACIÓN AL PROCESO

Docente:
Mg. Sánchez Correa, Víctor
Asignatura:
Derecho procesal civil I
Ciclo:
V ciclo
Autores:
Chimoy Quispe, Angie
Huamán Piscoya, Lina
Orozco Santamaría, Janeth
Olivos Ayasta, Richard

Pimentel, 30 de mayo del 2019


INDICE

LA POSTULACIÓN AL PROCESO .............................................................................................. 3


LA POSTULACION AL PROCCESO ........................................................................................... 3
1.1. LA DEMANDA ...................................................................................................................... 4
1.1.1. Aspectos generales .................................................................................................... 4
1.1.2. La demanda ................................................................................................................ 10
1.1.3. Naturaleza jurídica de la demanda ....................................................................... 10
1.1.4. Concepto ..................................................................................................................... 11
1.1.5. Importancia de la demanda .................................................................................... 12
1.1.6. Requisitos para la interposición de una demanda ........................................... 13
1.1.7. La demanda y el emplazamiento ........................................................................... 23
1.1.8. Los efectos procesales de la demanda ............................................................... 24
2. CONTESTACION DE LA DEMANDA .................................................................................... 25
2.1. REQUISITOS Y CONTENIDO DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA ......... 27
3.RECONVENCIÓN ....................................................................................................................... 28
4. LA INADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA ........................................................................... 29
4.1. CAUSALES POR LAS QUE SE PUEDE DECLARAR INADMISIBLE UNA
DEMANDA O CONTESTACIÓN ............................................................................................. 30
4.2. LA IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA ................................................................ 33
5. LA REBELDIA ........................................................................................................................... 36
5.1. NATURALEZA JURÍDICA............................................................................................ 36
5.2. FUNDAMENTO DE LA REBELDÍA ............................................................................ 38
5.3. REQUISITOS PARA LA DECLARACIÓN DE REBELDÍA ..................................... 38
5.4. ESTRUCTURA DEL PROCESO EN REBELDÍA ..................................................... 41
5.5. EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE REBELDÍA ................................................ 44
5.6. COMPARECENCIA DEL DEMANDADO REBELDE .............................................. 46
LA POSTULACIÓN AL PROCESO

LA POSTULACION AL PROCCESO
Es la etapa inicial del proceso; en esta etapa, los contendientes (demandante y
demandado) presentan al órgano jurisdiccional (Juez) sus proposiciones que van a
ser materia de argumentación, prueba y persuasión durante el proceso; ya sea
porque se busca el amparo de la pretensión (demandante) o el rechazo de ella
mediante la defensa o contestación (demandado).

OBJETIVOS

 Proponer pretensiones y defensas, que las partes (demandante –


demandado) presenten sus proposiciones, las que serán discutidas en el
proceso y posteriormente reconocidas o rechazadas por el juzgador.
 El Juez debe revisar el cumplimiento por parte del demandante de los
requisitos de admisibilidad y procedencia de la demanda.
 Sanear la relación procesal.
 Precisar los puntos controvertidos.
 Juzgar anticipadamente el proceso.
 Crear las condiciones de desarrollo normal del proceso.
ACTOS PROCESALES COMPRENDIDOS EN ESTA ETAPA

 Interposición de la demanda
 Admisorio de la demanda.
 El emplazamiento del demandado.
 Contestación de la demanda.
 La reconvención
 Las excepciones y defensas previas
 La rebeldía
 El saneamiento del proceso y la audiencia de conciliación
 La fijación de los puntos controvertidos
 El saneamiento probatorio.
1.1. LA DEMANDA
1.1.1. Aspectos generales
El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva

La jurisdicción es un poder-deber, esto último, porque el Estado no puede


sustraerse a su cumplimiento, basta que un sujeto de derecho lo solicite o exija,
para que el Estado se encuentre obligado a otorgarIe tutela jurídica. Por eso se dice,
que la jurisdicción tiene como contrapartida el derecho a la tutela jurisdiccional. Se
considera que este es el que tiene todo sujeto de derechos -solo por el hecho de
serIo y que lo titula para exigir al Estado haga efectiva su función jurisdiccional. Así
lo regula el artículo I del título preliminar del Código Procesal Civil peruano.

El derecho a la tutela jurisdiccional tiene dos planos de existencia: el derecho a la


tutela jurisdiccional antes y durante el proceso.

a) En el primer caso, el derecho a la tutela jurisdiccional antes del proceso consiste


en aquel derecho que tiene toda persona, en tanto es sujeto de derechos, de exigir
al Estado provea a la sociedad de los requisitos o presupuestos materiales y
jurídicos indispensables para solventar un proceso judicial en condiciones
satisfactorias. Resulta absolutamente irrelevante si esa estructura material y jurídica
que debe sostener el Estado va a ser usada o no. Lo trascendente es, única y
exclusivamente, que ese andamiaje destinado a solucionar conflictos aplicando el
derecho que corresponde al caso concreto debe estar siempre en aptitud de
conceder a los ciudadanos la posibilidad de un tratamiento certero, eficaz y
homogéneo a su exigencia de justicia.

b) El derecho a la tutela jurisdiccional durante el proceso, en cambio, contiene el


haz de derechos esenciales que el Estado debe proveer a toda persona que
participe en un proceso. El derecho en el proceso, llamado también debido proceso
objetivo o garantía de defensa, es en realidad el derecho a recibir del Estado
prestación de justicia al caso concreto. Para expresarlo de manera distinta, es el
derecho a que un juez natural resuelva un conflicto con conocimiento, imparcialidad,
aplicando el derecho que corresponda al caso concreto y cumpliendo con el
procedimiento establecido.
Manifestaciones procesales del derecho a la tutela jurisdiccional

El derecho a la tutela jurisdiccional tiene manifestaciones concretas dentro del


proceso desde la mira del justiciable, vale decir del requerido de tutela jurisdiccional.
Así, encontramos que tal derecho se empieza a materializar en el proceso a través
del derecho de acción y del derecho de contradición.

a) El derecho de acción

De la misma manera en que la jurisdicción está comprometida con otras disciplinas,


el derecho de acción no tiene una naturaleza puramente procesal. Si bien esta es
su expresión concreta, se trata de un derecho tan estrechamente vinculado al ser
de un sujeto de derechos, su naturaleza es constitucional. El derecho de acción
forma parte del elenco de derechos que son configurativos de los derechos
humanos básicos.

En el plano concreto del proceso, el concepto de acción que se acoja será parte del
sustento para la explicación de la naturaleza jurídica de las instituciones más
importantes del Derecho procesal. Se puede hablar, cuando menos, en tres
acepciones distintas:

a) Como sinónimo de derecho; es el sentido que tiene el vocablo cuando se


dice "el actor carece de acción", lo que significa que el actor carece de un
derecho efectivo que el juicio deba tutelar.

b) Como sinónimo de pretensión; es este el sentido más usual del vocablo,


en doctrina y en legislación; se halla recogido con frecuencia en los textos
legislativos del siglo XIX que mantienen su vigencia aún en nuestros días; se
habla, entonces, de "acción fundada y acción infundada", de "acción real y
acción personal", de "acción civil y acción penal". En estos vocablos, la
acción es la pretensión de que se tiene un derecho válido y en nombre del
cual se promueve la demanda respectiva.

c) Como sinónimo de facultad de provocar la actividad de la jurisdicción; se


habla, entonces, de un poder jurídico que tiene todo individuo como tal, y en
nombre del cual le es posible acudir ante los jueces en demanda de amparo
a su pretensión. El hecho de que esta pretensión sea fundada o infundada
no afecta la naturaleza del poder jurídico de accionar; pueden promover sus
acciones en justicia aún aquellos que erróneamente se consideran asistidos
de razón.

En realidad, solo se trata de la denominación que se le otorga a la actividad judicial


realizada para la obtención de una declaración referida a la protección de un
derecho constitucional determinado, en tal sentido, se está usando el concepto
acción en reemplazo de la vía procedimental utilizada.

La pretensión

Podemos afirmar que la pretensión nace como institución propia en el Derecho


procesal en mérito al desarrollo doctrinal de la “acción”. Pretender significa querer
o desear. Jurídicamente existen diversas acepciones, pero todas ellas con cierta
similitud. La pretensión no puede ser entendida ni como un derecho o un poder, sino
como un “acto de voluntad” en tanto que es algo que alguien hace y no que alguien
tiene.

Entre los elementos de la pretensión se encuentran:

• Respecto al elemento subjetivo podemos describir que toda pretensión


consta de tres sujetos:
La persona quien la formula (demandante) frente a quien se formula
(demandado), mientras que el órgano jurisdiccional vendría a ser el
destinatario de la pretensión y quien tiene el deber de acogerla o rechazarla.

• Respecto al objeto de la pretensión tenemos:


a) Petitum, que no es otra cosa que el efecto jurídico que mediante ella se
persigue y que puede ser vista desde dos puntos de vista. El primero como
uno inmediato, el cual constituye la clase de pronunciamiento que se busca
(declarativa, constitutiva, de condena, de ejecución, etc.) y la segunda como
una mediato, que importa el bien de la vida sobre la cual recaerá el
pronunciamiento solicitado (suma de dinero, un inmueble cuya restitución se
busca, etc.). Por ejemplo, en una pretensión reivindicatoria el objeto
inmediato es la sentencia de condena correspondiente, mientras que el
objeto mediato será el bien mueble o inmueble que se pretende reivindicar.
b) La causa, fundamento o título de la pretensión consiste en la invocación
de una concreta situación de hecho a la cual el actor asigna una determinada
consecuencia jurídica. Éstos serán delimitados por la afirmación respecto de
los supuestos fácticos exigidos por la norma para otorgarnos la consecuencia
jurídica que pretendemos, por ello no podemos confundirlos con simples
argumentos o fundamentos de hecho que en toda demanda existen y mucho
menos con las normas jurídicas invocadas. Siguiendo con el ejemplo de una
pretensión reivindicatoria, la causa estaría constituida por la propiedad
invocada por el demandante sobre la cosa, por el hecho de haber sido
desposeído de ella por el demandado, por las circunstancias en que la
desposesión se hubiera producido, etc.

La pretensión material y la pretensión procesal

Al ser abstracto, el derecho de acción carece de existencia material: es solo un


impulso de exigir tutela jurisdiccional al Estado. Sin embargo, es cierto también que
realizamos tal actividad cuando tenemos una exigencia material y concreta respecto
de otra persona, es decir, cuando tenemos un interés con relevancia jurídica
respecto de un bien tutelado, que es resistido por otro. El acto de exigir algo con
relevancia jurídica a otro, antes del inicio de un proceso se denomina pretensión
material. La pretensión material no necesariamente es el punto de partida de un
proceso. Así, es factible que un sujeto interponga una demanda sin antes haber
exigido a la persona que ahora demanda, la satisfacción de la pretensión. En
consecuencia, puede haber pretensión material sin proceso y proceso sin
pretensión material.

Veamos el siguiente ejemplo: concluido un contrato de arrendamiento, el propietario


le solicita al arrendatario la devolución del predio. Sin embargo, este último le solicita
un plazo mínimo para entregarle el bien. Si transcurrido este plazo, el arrendatario
devuelve el predio al propietario, no se habrá producido un conflicto de intereses,
dado que la pretensión material del propietario fue satisfecha primariamente.

Adviértase que en el contrato se pactó un plazo y que el sistema jurídico concede a


quien tenga un plazo vencido a su favor, la facultad de exigir judicialmente el
cumplimiento de la prestación pendiente. Sin embargo, si bien no está previsto en
el Derecho positivo, el propietario requirió previamente al arrendatario el
cumplimiento de la prestación sin la necesidad de recurrir a los tribunales. Este acto
de exigir la satisfacción de un interés con relevancia jurídica de manera extrajudicial,
es la pretensión material.

Refiriéndose a la pretensión material, y tomando de ejemplo un préstamo de dinero,


se expresa: Al hacer la reclamación o petición directa, al cobrar directamente el
dinero al deudor, el acreedor está ejerciendo una pretensión, la pretensión de que
se le pague su dinero.

De esta pretensión no podemos decir que sea genérica, porque se trata de un caso
concreto. Tampoco podemos decir que sea procesal, porque para nada ha
intervenido el proceso y como se trata de una intervención directa en la cual se ha
ejercido una pretensión, para llamarla de alguna forma, unos le dicen material, otros
sustancial, otros civil. Esta es, pues, la pretensión material, sustancial o civil, y es
una pretensión que, como puede verse, tiene: sujeto activo y sujeto pasivo, el
acreedor y el deudor; tiene objeto, que es el dinero que se reclama, y tiene causa,
que es el contrato de préstamo.

Sin embargo, cuando la pretensión material no es satisfecha y el titular de ésta


carece de alternativas extrajudiciales para exigir o lograr que tal hecho ocurra,
entonces solo queda el camino de la jurisdicción. Esto significa que el titular de una
pretensión material, utilizando su derecho de acción, puede convertirla en
pretensión procesal, la que no es otra cosa que la manifestación de voluntad por la
que un sujeto de derechos exige algo a otro a través del Estado, concretamente
utilizando sus órganos especializados en la solución de conflictos, llamados también
jurisdiccionales.
Nótese que la pretensión procesal difiere sustancialmente de la pretensión material.
A pesar de la homogeneidad de sus contenidos, los niveles de exigencia de su
cumplimiento son distintos. El titular de una pretensión material goza de una amplia
libertad en el ejercicio de su exigencia puede enviar una carta notarial, requerir el
cumplimiento a viva voz, en fin. No se dice que puede hacer lo que quiera, porque
sabemos que eso no es posible en un Estado de derecho, solo afirmamos que tiene
muchas más alternativas de exigibilidad que el titular de una pretensión procesal,
pero éste debe regular su conducta a lo que las normas procesales prescriben.

La estructura interna de la pretensión procesal

Siendo la pretensión procesal el núcleo de la demanda, y en consecuencia, el


elemento central del proceso, resulta necesario describir qué elementos la
conforman.

Dado que se trata de una manifestación de voluntad por la que se exige algo de
otro, la pretensión procesal debe tener fundamentación jurídica, es decir, atrás de
la exigencia del pretensor, debe invocarse un derecho subjetivo que sustente el
reclamo.

Si tomamos como ejemplo un contrato de arrendamiento cuyo plazo ha vencido, en


donde el arrendatario no ha devuelto la posesión, el propietario deberá interponer
una demanda de desalojo por vencimiento de contrato para lograr su recuperación.
En esa demanda, las normas de derecho material que regulan el cumplimiento de
los contratos, los plazos convenidos en ellos, así como el derecho de posesión,
serán la fundamentación jurídica de la pretensión procesal.

Por otro lado, además de la fundamentación jurídica, la pretensión procesal debe


sustentarse en la ocurrencia de cierto número de hechos cuya eventual acreditación
posterior a través de la actividad probatoria permitirá que la pretensión contenida en
la demanda sea declarada fundada. En este caso, se trata de los fundamentos de
hecho.
Si bien hay procesos en donde este elemento de la pretensión no existe, es decir,
no hay hechos discutidos, esta situación es absolutamente excepcional. En el
ejemplo antes dado, los fundamentos de hecho de la demanda de desalojo serían
la ocupación del predio por parte del demandado, la existencia del contrato de
arrendamiento, entre otros. Estos dos elementos de la pretensión procesal, los
fundamentos de derecho y de hecho, apreciados de manera conjunta, se conocen
con el nombre genérico de causa petendi, iuris petitum o iuris petitio. Otros autores
han castellanizado el concepto y se refieren a él como la causa o razón de pedir.

Asimismo, la pretensión procesal tiene un elemento central, este es el pedido


concreto, es decir, aquello que en el campo de la realidad es lo que el pretensor
quiere sea una actuación del pretendido o, sea una declaración del órgano
jurisdiccional. Este elemento de la pretensión procesal recibe el nombre de petitorio,
aun cuando en doctrina suele llamársele también petitum o petitio. Inclusive un
sector de la doctrina identifica este petitorio con lo que se denomina el objeto de la
pretensión. Tomando como base el ejemplo del que nos venimos sirviendo, el
petitorio estaría conformado por la recuperación de la posesión por parte del
demandante.

1.1.2. La demanda
Para que un ciudadano ejerza el derecho de acción provocando la actuación del
órgano jurisdiccional para que resuelva las pretensiones a su favor, es necesario
que se inicie un proceso, el cual de acuerdo a lo estipulado en nuestro Código Civil,
siempre debe de iniciarse por una demanda ante la autoridad competente.

Dicha demanda deberá de cumplir con los requisitos de fondo y forma señalados en
el mismo ordenamiento antes citado. Suele llamarse etapa postuladora aquella fase
del proceso compuesta por la demanda, el emplazamiento y su contestación.

1.1.3. Naturaleza jurídica de la demanda


Es necesario entender como institución del Derecho procesal civil, el porqué de la
demanda, cuál es su función específica, cuál es la razón de ser, cuál es la razón
instrumental, cuál es su utilidad práctica y su implantación operativa.
En las sociedades modernas se presentan conflictos de todo tipo, existiendo
algunos que se caracterizan por no necesitar de la intervención judicial como los
conflictos meramente sentimentales, los conflictos por gustos diferentes, los
conflictos por tendencias diversas; y otros conflictos que por su impacto social, se
caracterizan por necesitar la intervención de un operador jurídico y del derecho
vigente cuyos bienes jurídicamente tutelables se encuentran descritos por los
códigos sustanciales.

Para determinar si el conflicto al que pueden verse abocadas las personas es un


conflicto litigioso, es necesario determinar la presencia de los elementos
estructurales del litigio que son: sujetos procesales, bienes jurídicamente tutelados
y, conflicto cualificado. Con estos tres elementos se puede distinguir con facilidad
entre litigio y conflicto.

Ahora bien, se tiene que ante la necesidad de demandar la protección de un bien


jurídicamente tutelado, es decir, en el uso del derecho de acceso a la justicia se
puede recurrir a la demanda con base en el derecho de acción que es aquel
estructurado sobre la base de que la ley protege en abstracto al titular de un derecho
objetivo sustancial, entendido como un derecho humano o fundamental a la
jurisdicción. Concluyendo así, que la demanda es el acto introductorio del proceso.

1.1.4. Concepto
Por demanda debemos entender "toda petición formulada por las partes al Juez en
cuanto traduce una expresión de voluntad encaminada a obtener la satisfacción de
un interés". Sin embargo, en un sentido estricto, la expresión demanda se ha
reservado para designar la primera petición del demandante, en la que haciendo
uso de su derecho de acción, acude al órgano jurisdiccional, planteando sus
pretensiones.

La demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el


desarrollo de la relación jurídica procesal. Además de constituir el vehículo a través
del cual el actor plantea sus pretensiones, constituye una limitación a los poderes
del juzgador, pues éste deberá limitarse a resolver lo que están planteando en la
demanda; no puede ir más allá de la voluntad del actor, y correlativamente a la del
demandado quien tiene similar derecho; los hechos descritos en la demanda y en
la contestación, están limitando la admisión y actuación de los medios probatorios;
los defectos de forma, advertidos por el juez o por la parte demandada, a través de
las excepciones respectivas, impiden el avance del proceso.

Es indudable que, conforme a las reglas del Código Procesal Civil, la redacción de
una demanda debe efectuarse con la mayor claridad, precisión y estudio, por cuanto
los hechos y las pretensiones no se pueden modificar una vez que el demandado
ha sido emplazado. Por el principio iura novit curia el juez sólo puede aplicar la
norma jurídica pertinente, pero no puede modificar los hechos ni las pretensiones.
El actor deberá asumir las consecuencias de las omisiones o negligencias
cometidas, así como la posibilidad del rechazo de la demanda por incumplimiento
de algunas de las formalidades establecidas.

1.1.5. Importancia de la demanda


Es precisamente a través de la demanda, mecanismo primordial mediante el cual
se hace uso del derecho fundamental de acceso a la justicia, de allí que la demanda
sea el primero y más importante acto jurídico procesal del demandante en razón a
que:

a) Da inicio al proceso

b) Determina el asunto o tema a debatir en el mismo

c) Determina y limita el contenido de la sentencia

d) Determina quiénes son las partes del proceso

e) Indica la competencia del juez

f) Interrumpe la prescripción

g) Impide que se produzca la caducidad

h) Produce el efecto de requerimiento judicial para constituir en mora.


La construcción de la demanda implica la ideación de una hipótesis, un raciocinio
jurídico con sus premisas y sus conclusiones, para que el juez en la sentencia,
después de comprobados los hechos y verificado el derecho, confirme la hipótesis
y elabore el mismo raciocinio jurídico elaborado por el actor. De allí que el
demandante debe tener en su mente el proyecto de la sentencia. Su éxito radica en
que el juez acoja sus planteamientos y dicte una sentencia igual a la que ha
proyectado.

1.1.6. Requisitos para la interposición de una demanda


Son las condiciones de realización del acto y definen cómo y dónde debe
efectuarse. Siendo inseparables los conceptos de pretensión y demanda, el
contenido de ésta debe reflejar clara y adecuadamente cuatro circunstancias o
elementos: quién pretende, respecto de quién se pretende, qué se pretende y por
qué se pretende, todo ello para posibilitar el correcto derecho de defensa cuyo
ejercicio se halla plenamente garantizado por norma expresa constitucional en
todos los ordenamientos del mundo.

Para que esto sea posible, las leyes procesales sujetan la presentación de la
demanda a varios requisitos generales, que son intrínsecos y extrínsecos, de los
cuales depende su admisión.

Requisitos intrínsecos de carácter general

1) Capacidad procesal del actor

El derecho de acción refiere a que toda persona tiene capacidad para ser parte en
un proceso, pero esto no siginifica que pueda actuar siempre y más aún en sede
judicial o arbitral. Para efectuar tal actividad personalmente debe tener capacidad
civil común, poder para contraer obligaciones por sí misma.

De tal modo, a las personas incapaces como menores de edad, dementes,


sordomudos, que no pueden actuar o comparecer por sí mismos en un proceso; el
juez o árbitro, debe ordenar que el incapaz integre su participación con una
adecuada representación.
2) Adecuada representación del actor

Sea legal o convencional, el representante debe acreditar su calidad de tal a fin de


que el proceso pueda desarrollarse con el objeto de lograr la eficaz
heterocomposición del litigio.

3) Adecuado derecho de postulación del actor

Aunue la persona que concurre sea civilmente capaz para ser parte procesal y
procesalmente capaz para actuar por sí mismo, no siempre reconoce la ley el
derecho de postular directamente ante la autorida; en la mayoría de los casos se le
exige la asistencia de un letrado. Mediante este presupuesto el Estado intenta
asegurar el correcto ejercicio de defensa en el proceso.

4) Contenido eficiente de la demanda

El art. 424 del CPC, señala que la demanda se presentará por escrito, debiendo
contener los siguientes requisitos:

Elementos subjetivos

a) La designación del juez ante quien se interpone.

La demanda es una solicitud, por ello debe precisarse a que autoridad va


dirigida, porque ello determina la competencia. La competencia del juez es
un presupuesto procesal para que se establezca una relación jurídica
procesal válida. El juez de oficio, o a petición de parte, a través de la
excepción de incompetencia, puede cuestionarse la designación del juez
hecha por el actor. Debe tenerse en consideración la materia litigiosa, para
establecer la competencia por razón de materia; asimismo, por razón de
grado y de territorio.

b) El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal


del demandante.
El nombre es un derecho-deber de todo sujeto de derecho, porque permite
su individualización e identificación. Al mencionar el nombre y el documento
de identidad correspondiente, permite al juzgador examinar la capacidad
procesal, es decir, la aptitud del demandante de ejercer por si mismo sus
derechos en un proceso, pero a su vez, permite identificar a la persona que
conforma la relación jurídico sustancial, esto es, la legitimación para obrar.

Asimismo, permite al juzgador conocer las posibles situaciones de


impedimento para intervenir en el proceso. En efecto, el art. 305 del C.P.C.,
señala las causales por las cuales un juez se encuentra impedido para dirigir
un proceso. Asimismo, el artículo 307 del CPC, permite establecer las
posibles causales de recusación contra el juez, sea porque es amigo íntimo
o enemigo manifiesto de cualquiera de las partes. Estas mismas
disposiciones son aplicables en el caso del demandado.

En cuanto al demandado, le permite conocer quién es el que lo está


demandando a fin de hacer valer sus derechos de fondo y de forma, según
lo estimare conveniente.

En cuanto al domicilio, se establece la obligación de precisar la dirección


domiciliaria o domicilio real, esto es, el lugar donde residimos habitualmente,
el lugar que habitamos voluntariamente, pero además se debe señalar un
domicilio procesal, para que las providencias que recaigan en el proceso
sean notificadas en dicho domicilio.

c) El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del


demandante, si no puede comparecer o no comparece por sí mismo.

La persona jurídica actúa a través de su representante legal, quien también


debe individualizarse e identificarse, precisando su domicilio real, tal como
ocurre con cualquier persona natural. Lo mismo ocurre con los apoderados
de las personas que no pueden comparecer.
Como anexo deberá adjuntarse el documento que contiene la designación
como representante legal o apoderado, debiendo contener dicho documento
la enumeración de las facultades generales y especiales. En este último
caso, rige el principio de literalidad, de tal suerte que, sólo se considerarán
las facultades que taxativamente estén señaladas, pudiendo ser calificado de
insuficiente el poder si es que no están contempladas las facultades
señaladas en los arts. 74 y 75 del CPC.

d) El nombre y dirección domiciliaria del demandado.

Es importante la designación correcta del domicilio del demandado, a efectos


de que el emplazamiento sea válido. Representa ello la garantía del debido
proceso. En efecto, la notificación correcta en el domicilio del demandado,
trae como consecuencia, la validez del emplazamiento y la garantía de que
el demandado conoce de la existencia del proceso, y podrá hacer valer su
derecho de defensa en los términos que considere pertinente. Si se defiende
o no, constituye una carga procesal para el demandado, pero la garantía del
debido proceso se cumplió. El demandado, así, queda vinculado a la relación
jurídica procesal.

Si se ignora el domicilio del demandado o éste es una persona incierta o


indeterminada, debe especificarse esta situación en la demanda, bajo
juramento, a fin de que se proceda de acuerdo con el art. 435 del CPC.
emplazándolo a través de edicto, bajo apercibimiento de nombrársele
curador procesal. Sin embargo, si se comprueba la falsedad del juramento,
se remitirá copia de lo actuado al Ministerio Público para la investigación del
delito, y si el abogado también incurrió en falsedad, se remitirá copia al
Colegio de Abogados respectivo para la investigación por falta contra la ética
profesional.

Elemento objetivo

e) El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de la


pretensión que reclama el actor.
Es importante porque puede ocasionar el rechazo de la demanda cuando el
petitorio es incompleto o impreciso (art. 426 inc. 3). El juez no puede
modificar el petitorio, por corresponder sólo al ámbito de la autonomía de la
voluntad del actor, y una vez emplazado el demandado, el actor tampoco
puede modificarlo.

Elemento causal

f) Los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumeradamente en


forma precisa, con orden y claridad.

Toda pretensión está sustentada en determinados hechos que deben ser


expuestos con claridad en forma concreta y precisa, de preferencia, con
orden histórico, cuando las circunstancias no recomienden otro método.

El legislador ha considerado la necesidad de que los hechos sean


enumerados, con la finalidad de guardar un orden que facilite la contestación
del demandado, quien deberá aceptarlos o rechazarlos, así como para
facilitar la labor de las partes y del juez cuando se tenga que fijar los puntos
controvertidos. Los hechos debidamente enumerados en la demanda, y en
la contestación, indudablemente, facilitará la labor de establecer los puntos
controvertidos, sobre los que girará el debate y los medios probatorios.

Elemento jurídico

g) La fundamentación jurídica del petitorio.

Algunos autores consideran que la invocación del derecho no es un elemento


indispensable de la demanda porque el Juez es el que debe aplicar el
fundamento de derecho pertinente (iura novit curia). Sin embargo, no debe
entenderse que es la referencia al artículo del Código o de una ley, sino a la
descripción jurídica de la institución que se pretende, no puede desconocerse
la ventaja de que se mencione el dispositivo legal como una forma de facilitar
al juzgador y a la parte demandada, la identificación del derecho objetivo
cuya protección se solicita, pero lo omisión no puede derivar en el rechazo
de la demanda por falta de fundamento jurídico.

Elementos complementarios

h) El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse.

Este requisito está relacionado con el principio de congruencia, en el sentido


de que el juez debe resolver respecto de las pretensiones planteadas por las
partes, no pudiendo hacerlo respecto de otras no planteadas, pero además
está referido al monto del petitorio, no pudiendo el juzgador conceder más de
lo señalado en la demanda.

En consecuencia, no sólo para que el juez pueda definir la controversia en la


sentencia, fijando los montos solicitados y acreditados, sino como garantía
de defensa del demandado, dichos montos deben estar precisados en la
demanda. Sin embargo, pudiera ocurrir que los montos no pueden
precisarse, en cuyo caso, se expresará dicha situación en la demanda, ya
que dicha pretensión pudiera estar expuesta a la excepción de oscuridad o
ambigüedad en el modo de proponer la demanda.

Tampoco es importante la fijación de la cuantía para los efectos de


determinar la competencia de los jueces, en cuyo caso, para el cálculo de la
misma debe considerarse el valor del objeto principal de la pretensión, los
frutos, intereses, gastos, daños y perjuicios y otros conceptos, pero
devengados al tiempo de interposición de la demanda, mas no de los futuros.
(art. 11 CPC).

Algunos casos, aparentemente, no tienen cuantía por tratarse de derechos,


sin embargo, pueden estar referidos indirectamente a bienes, en cuyo caso,
debe considerarse el valor de dichos bienes como cuantía. Ejemplo de ello
lo tenemos en el proceso de otorgamiento de escritura pública de un contrato
de compraventa de bien inmueble; si bien lo que se discute es un derecho,
éste está relacionado con el bien inmueble, en consecuencia, será el valor
de dicho bien el monto del petitorio. Ello determinará la competencia del juez.

i) Los medios probatorios.

El inc. 10 del art. 424 del CPC, debe concordarse con el art. 189 del CPC.
Mientras el primero señala, como requisito de la demanda, que se ofrezcan
los medios probatorios pertinentes a efectos de acreditar los fundamentos de
la pretensión, el segundo señala que los medios probatorios deben ser
ofrecidos por las partes, en los actos postulatorios, esto es, con la demanda
y con la contestación de la demanda, respectivamente.

Nótese que no se hace diferencia alguna entre los distintos medios


probatorios típicos o atípicos, de tal manera que todos los medios probatorios
que las partes tengan en su poder, o aquellos que deben actuarse en la
audiencia respectiva, deben ser ofrecidos por las partes; en el caso del
demandante al interponer su demanda, y en el caso del demandado al
contestar la demanda.

El juez, al examinar la demanda, tendrá por ofrecidos los medios probatorios,


debiendo decidir su admisión, luego de haber fijado los puntos
controvertidos. Es en función a este último acto procesal que el juzgador
decide la admisión de los medios probatorios, ya que aquellos ofrecidos que
no estén destinados a acreditar los puntos controvertidos no serán admitidos,
como tampoco aquellos que no estén destinados a acreditar los hechos o las
costumbres invocadas por el actor en su demanda. (art. 190).

Después de interpuesta la demanda, sólo pueden ser ofrecidos medios


probatorios relativos a hechos nuevos, y a los que menciona el demandado
al contestar la demanda o reconvenir. (art. 429).

j) La firma del demandante o de su representante o de su apoderado, y la del


abogado.
El secretario respectivo certificará la huella digital del demandante
analfabeto. La demanda debe ser firmada por el demandante y por el
abogado, donde la defensa es cautiva (art. 132). Si se trata de una persona
jurídica, deberá ser firmada por su representante legal o por su apoderado
con facultades generales y especiales, en este último caso, las facultades
deben estar expresadas en forma taxativa, por el principio de literalidad a que
se refiere el art. 75 del CPC. Este mismo principio rige para los apoderados
de las personas naturales.

El abogado patrocinante no requiere estar inscrito en el Colegio de Abogados


del Distrito Judicial donde se presente la demanda, le basta con estar inscrito
en algún Colegio de Abogados de la República.

Anexos de la demanda

El art. 425 del CPC, señala los anexos que obligatoriamente deben
adjuntarse con la demanda, pudiendo declararse inadmisible si no se
cumplen con ellos. Los anexos son los siguientes:

a) Copia legible del documento de identidad del demandante y, en su caso,


del representante.

Constituye un requisito de la demanda que el demandante se identifique con


su nombre y documento de identidad, debe adjuntarse copia fotostática del
documento respectivo que acredite su identificación que, como se ha
señalado, no sólo permite al demandado conocer quién lo está demandando,
sino que facilita la labor del Juzgador en el examen de la capacidad procesal
del actor y, en su caso, la legitimación para obrar.

b) El documento que contiene el poder para iniciar el proceso, cuando se


actúe por apoderado.

Para acreditar la personería con que procede, debe adjuntarse copia del
documento que contiene el poder, con la finalidad de que no sólo se
identifique al apoderado, sino para conocer el alcance del poder, es decir, las
facultades generales y especiales que se le están concediendo.

c) La prueba que acredite la representación legal del demandante, si se trata


de personas jurídicas o naturales que no pueden comparecer por sí mismas.

En el primer supuesto, el representante legal de una persona jurídica debe


adjuntar el documento que lo acredite como tal. Consideramos que es
demasiada exigencia que en el documento que acredita la representación
deben constar, necesariamente, las facultades especiales conferidas, porque
la situación es diferente a la de un apoderado. El representante legal, llámese
gerente o administrador, es la persona natural que actúa por la persona
jurídica. Tiene facultades legales de representación. Distinto es el caso del
apoderado, que es designado por la persona natural o jurídica y a quien si le
especifican determinadas facultades.

El segundo supuesto se refiere, a las personas que no pueden actuar por sí


mismas, pues tienen incapacidad absoluta, y a quienes se les señala un
representante legal, llámese tutor o curador. En estos casos, el representante
deberá acreditar su representación.

d) La prueba de la calidad de heredero, cónyuge, curador de bienes,


administrador de bienes comunes, albacea o del título con que actúe el
demandante, salvo que tal calidad sea materia del conflicto de intereses y en
el caso del procurador oficioso.

De la misma forma, los sucesores deben acreditar su condición de tal,


mediante la sentencia que los declara herederos. El cónyuge, acreditará su
condición de tal, mediante la partida de matrimonio correspondiente. El
curador de bienes, mediante la resolución expedida por el juez, en la que se
le designa como tal, y el albacea, mediante el testamento respectivo. No será
exigible la presentación de documento alguno, para el caso del procurador
oficioso, el mismo que puede comparecer a nombre de una persona, sin tener
representación judicial, siempre que se cumplan con los requisitos que exige
el art. 81 del CPC.

e) Los documentos probatorios que tuviese en su poder el demandante. Si


no se dispusiera de alguno de éstos, se describirá su contenido, indicándose
con precisión el lugar en que se encuentra y solicitándose las medidas
pertinentes para su incorporación al proceso.

Todos los documentos deberán ser presentados conjuntamente con la


demanda. El demandante no podrá reservar la presentación de documentos
que se encuentren en su poder, porque no serán admitidos por el juzgador.
No basta con que se mencionen en la demanda, sino que deben ser
presentados conjuntamente con ella, salvo que no los tenga en su poder el
demandante, en cuyo caso deberá precisar el lugar en que se encuentran, a
fin de que el juzgado adopte las medidas pertinentes para su incorporación
al proceso, a solicitud del propio interesado.

5) Correcta acumulación de pretensiones

No resulta lógicamente posible que un mismo actor acumule contra un mismo


demandado pretensiones incompatibles que se excluyen entre sí.

Por ejemplo, si el actor pretende que el juez ordene al demandado el cumplimiento


de un contrato y, al mismo tiempo, que el juez declare la nulidad de tal contrato,
parece claro que el demandado no podrá defenderse adecuadamente en razón de
la contemporaneidad de las pretensiones antagónicas.

Las leyes procesales en general sujetan a tres requisitos la posibilidad de que el


actor acumule sus pretensiones contra el mismo demandado:

a) Que no sean contrarias entre sí, de modo que por la elección de una no
se excluya a la otra.

b) Que correspondan a la competencia del mismo juez.

c) Que puedan sustanciarse por los mismos trámites.


Requisitos extrínsecos de carácter general

Son comunes a toda presentación ante la autoridad o propios a la demanda:

a) Debe efectuarse por escrito en original o en formulario impreso o


fotocopiado sobre el fondo blanco y con caracteres negros indelebles.

b) Redactada en idioma nacional.

c) Encabezada con una sucinta expresión de su objeto.

d) Si la presentación se efctúa a nombre de un tercero, con la indicación


precisa de la representación que se inviste y acompañado de documentos
que la acrediten.

e) Debe tener la firma del presentante.

f) Debe ser presentada ante el juez competente al efecto pretendido.

1.1.7. La demanda y el emplazamiento


El derecho de acción es el medio que permite la transformación de la pretensión
material en procesal. Sin embargo, este medio, por ser abstracto, necesita de una
expresión concreta, de allí que se instrumente a través de un acto jurídico procesal
llamado demanda. Este acto jurídico se define como una declaración de voluntad a
través de la cual un pretensor expresa su pedido de tutela jurídica al Estado y, a su
vez, manifiesta su exigencia al pretendido respecto de un interés sustentado en un
derecho subjetivo, es decir, con relevancia jurídica.

En definitiva, la demanda es el instrumento procesal a través del cual se ejercita el


derecho de acción. Asimismo, es el medio a través del cual se inicia el proceso, es
decir, donde empieza esa compleja trama de relaciones jurídicas destinadas a
obtener una solución a un conflicto de intereses.

Desde una perspectiva doctrinal, la demanda es la manifestación concreta del


principio de la iniciativa privada, es decir, aquel que nos enseña que un proceso no
puede empezar por desición del órgano jurisdiccional, sino por interés directo del
titular del derecho que sustenta la pretensión.
Así, esta oportunidad sólo le está concedida al demandante que, siendo titular del
derecho de acción, es el único apto para producir un cambio en la demanda. Sin
embargo, siendo una circunstancia tan excepcional, el demandante solo puede
ejercer esta facultad dentro de un plazo precario, que dura hasta antes que la
demanda sea notificada.

La razón es evidente, una vez conocidas las pretensiones contenidas en la


demanda por el demandado, una modificación del contenido implicaría dos
situaciones perjudiciales: un severo caso de indefensión para el demandado o, en
todo caso, un injustificable retraso en el tramitación del proceso, dado que la
modificación realizada con posterioridad afectaría a la notificación del
emplazamiento.

El emplazamiento es el acto procesal a través del cual se pone en conocimiento del


demandado el inicio de un proceso en su contra. Es un típico acto de notificación,
sin embargo, tiene una considerable trascendencia en el proceso, habida cuenta de
que es el momento en que la relación jurídica procesal queda perfeccionada. Esta
es la razón por la que los ordenamientos procesales regulan los requisitos para su
actuación válida. Inclusive no debe olvidarse que el acto del emplazamiento es el
que determina el inicio o la conclusión de muchos derechos o deberes para los
sujetos en conflicto. Así, el emplazamiento determina la forma de acción definitiva
de la competencia respecto del demandante, el inicio del cómputo del plazo desde
el cual se incurre en mora cuando corresponda, la interrupción de la prescripción
extintiva y otros efectos más que el Derecho positivo respectivo le pueda interesar
otorgarle.

1.1.8. Los efectos procesales de la demanda


Salvo casos particulares de ciertas pretensiones, toda demanda produce diversos
efectos jurídicos procesales en tres momentos sucesivos: desde la presentación a
la autoridad, desde su admisión por ésta y desde su notificación al demandado.

1) Efectos de la presentación de la demanda

Desde el mismo momento en el que el actor presenta su demanda a la autoridad.


• Fija respecto del actor la competencia subjetiva de la autoridad, que ya no
podrá ser recusada sino por causa sobreviniente.

• Efectiviza una prórroga o una propuesta de prórroga de competencia


territorial cuando ello está autorizado en la ley.

• Genera en la autoridad el deber de proveer la instancia (admitiéndola o


rechazándola) y la coloca ante el deber de pronunciarse acerca de su
competencia.

2) Efecto de la admisión de la demanda

• Crea estado de litispendencia.

3) Efectos de la notificación de la demanda

• Extingue el derecho del actor de desistir unilateralmente del proceso; a partir


de la notificación, podrá hacerlo sólo con la previa conformidad del
demandado, pudiendo ser expresa o tácita. (342 CPC)

• Extingue el derecho del actor a modificar su pretensión. (438 CPC)

2. CONTESTACION DE LA DEMANDA
La contestación de la demanda, según lo indica Carrión Lugo, “constituye un medio
procesal por el cual el demandado hace uso de su ineludible derecho de defensa
frente a la demanda con la que se le ha emplazado. La ley no obliga al demandado
a contestar la demanda, lo que hace es darle la oportunidad para contestarla y
defenderse”. Para ello fija los requisitos que deben cumplirse, que se encuentran
señalados en el artículo 442º del Código Procesal Civil, por expresa remisión del
artículo 19º de la Nueva Ley Procesal del Trabajo. Son los siguientes:

 Observar los requisitos previstos para la demanda, en lo que corresponda.


 Pronunciarse respecto de cada uno de los hechos expuestos en la demanda.
El silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica pueden ser
apreciados por el juez como reconocimiento de verdad de los hechos
alegados.
 Reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los documentos que
le atribuyen, o aceptar o negar, de igual manera, la recepción de documentos
que se alega le fueron enviados. El silencio puede ser apreciado por el juez
como reconocimiento o aceptación de recepción de los documentos.
 Exponer los hechos en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y
clara.
 Ofrecer los medios probatorios.
 Incluir su firma o la de su representante o de su apoderado, y la de su
abogado.

El Secretario respectivo certificará la huella digital del demandado analfabeto. Con


algunas variantes, los requisitos de la contestación de la demanda son los mismos
que se exigen para la demanda. Entre las variantes, podemos ubicar aquella que le
impone como obligación del demandado “Pronunciarse respecto de cada uno de los
hechos expuestos en la demanda. El silencio, la respuesta evasiva o la negativa
genérica pueden ser apreciados por el Juez como reconocimiento de la verdad de
los hechos alegados” (art. 442º. 2º. C. P. C.). La Nueva Ley Procesal del Trabajo,
reitera las consecuencias al señalar que cuando no se “niega expresamente los
hechos expuestos en la demanda, éstos son considerados admitidos” (art. 19º
NLPT). Respecto a la formalidad, que debe cumplirse al exponer los hechos en que
se funda la defensa, se indica, que deben exponerse de forma: Precisa, ordenada
y clara. Los efectos de una deficiente contradicción de las pretensiones expuestas,
esto es cuando se guarda silencio, se responde en forma evasiva o niega en forma
genérica, serán que el Juez los apreciará “como reconocimiento de verdad de los
hechos alegados”. Si afirmamos que el objeto del proceso, es la pretensión
deducida por el demandante, podemos afirmar, igualmente, que el objeto del
proceso queda fijado con la pretensión del actor, siempre y cuando la demanda
hubiera sido notificada correctamente al demandado. En consecuencia, el
demandante solo podrá defenderse, contradecir o allanarse a las pretensiones del
accionante, pero no puede modificar el objeto del proceso, que como se dijo, quedó
perfeccionado con la notificación de la demanda. Si la actitud del accionado es de
defensa, deberá ésta exponerla en forma precisa, ordenada y clara. Si contradice,
debe hacerlo respecto a cada una de las pretensiones contenidas en la demanda.
Si se allana, debe aceptar la pretensión dirigida en su contra.

Con respecto a las pruebas documentarias, constituye requisito de la contestación


de demanda: “Reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los
documentos que se le atribuyen, o aceptar o negar, de igual manera, la recepción
de documentos que se alega le fueron enviados” (art. 442º.3 C. P. C.). De no hacerlo
así, “El silencio puede ser apreciado por el Juez como reconocimiento o aceptación
de recepción de los documentos” (art. 442.3 C. P. C.). Igualmente, como ocurre con
la demanda, en la contestación de demanda no ha de incluirse “ningún pliego
dirigido a la contraparte, los testigos o los peritos”, debiendo sólo indicarse “la
finalidad de cada medio de prueba”. Esta precisión, se fundamenta en la prevalencia
de la oralidad, característica fundamental de la Ley, según es de verse del artículo
12º.

2.1. REQUISITOS Y CONTENIDO DE LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA


(Artículo 442°)

El escrito de contestación de la demanda deberá contener:

1. Observar los requisitos previstos para la demanda, en lo que corresponda;


2. Pronunciarse respecto de cada uno de los hechos expuestos en la demanda.
El silencio, la respuesta evasiva o la negativa genérica pueden ser
apreciados por el Juez como reconocimiento de verdad de los hechos
alegados;
3. Reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los documentos que
se le atribuyen, o aceptar o negar, de igual manera, la recepción de
documentos que se alega le fueron enviados. El silencio puede ser apreciado
por el Juez como reconocimiento o aceptación de recepción de los
documentos;
4. Exponer los hechos en que funda su defensa en forma precisa, ordenada y
clara;
5. Ofrecer los medios probatorios; y
6. Incluir su firma o la de su representante o de su apoderado, y la del Abogado.
El Secretario respectivo certificará la huella digital del demandado
analfabeto.

3.RECONVENCIÓN

La reconvención es el acto procesal por el cual el demandado presenta (en el mismo


escrito de contestación de demanda) pretensiones contra el actor. En el proceso
Sumarísimo no se admite la reconvención (art. 498 inc. I). El demandado, al
contestar la demanda, opone todas las defensas que tenga, pero puede ocurrir que,
a su vez, tenga una acción o pretensión contra el actor, puede entonces deducir
"reconvención" contra el mismo.

Ejemplo de ello, esta que el actor demanda por cumplimiento de contrato, y el


demandado deduce reconvención por rescisión de ese contrato; Se demanda por
reivindicación de un inmueble y el demandado, reconviene por reivindicación de otro
inmueble suyo, cuya posesión tiene el actor. En efecto, exigiendo a los conceptos
un nivel de precisión, advertimos que aquello que se da en llamar contrademanda
se debe nombrar, en estricto, contra pretensión, dado que están conectados los
hechos y el derecho que configuran las pretensiones del demandante y el
demandado, en tanto la de este último se opone directamente a la del primero. Por
eso, nos parece correcto denominarla contra pretensión, dado que está dirigida al
demandante, en tanto la pretensión está dirigida contra el demandado.

FIGUERA ORTIZ (2003) manifiesta que, en la reconvención, los sujetos procesales


adquieren una nueva posición en el proceso: un demandado reconveniente y un
demandante reconvenido con la consiguiente distribución de carga probatoria. Cada
uno debe probar sus pretensiones de manera independiente.

Procedencia de la Reconvención: La reconvención es procedente si la pretensión


contenida en ella fuese conexa con la relación jurídica invocada en la demanda. En
caso contrario, será declarada improcedente.
Traslado de la Reconvención: El traslado de la reconvención se confiere por el plazo
y en la forma establecida para la demanda, debiendo ambas tramitarse
conjuntamente y resolverse en la sentencia.

Por tanto, para esclarecer cualquier duda, es importante diferenciar reconvención y


contrademanda, la primera (reconvención) se concede al demandado la facultad de
interponer contra el demandante cualquier pretensión, siempre que la vía
procedimental lo permita. Sin embargo, en la segunda (contrademanda) se exige
que la pretensión que se proponga por parte del demandado esté relacionada con
la pretensión del demandante, de lo contrario no será procedente. Tal es así que, la
norma procesal civil, reconociendo las ventajas de la contrademanda, la ha
regulado; pero tomando en cuenta que la reconvención tiene un profundo arraigo
en el ámbito jurídico nacional, ha mantenido tal denominación.

El artículo 445° del Código Procesal Civil no establece una definición exacta de la
reconvención, pero sí respecto de su procedencia o el momento en que debe
presentarse, conforme al texto siguiente:

 La reconvención se plantea en el mismo escrito en que se contesta la


demanda, debiendo cumplirse con los mismos requisitos exigibles para esta,
en cuanto corresponda.
 La reconvención es admisible si no afecta la competencia o vía procedimental
originales.
 La reconvención es procedente si la pretensión contenida en ella fuese
conexa con la relación jurídica invocada en la demanda; se tramitan de
manera conjunta y se resuelven en la sentencia.
Como se Propone la Reconvención: Art. 445, la reconvención se propone en
el mismo escrito en que se contesta la demanda, en la forma y con los
requisitos previstos para ésta, en lo que corresponda. La reconvención es
admisible si no afecta la competencia ni la vía procedimental originales.

4. LA INADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA
Acto jurídico procesal del Juez, mediante el cual después de la calificación de los
presupuestos procesales de la demanda, decide no admitir la demanda, por haberse
omitido o haberse realizado defectuosamente algún requisito, por lo que concede
un determinado plazo para que el demandante pueda subsanar las omisiones,
defectos o errores incurridos. El acto jurídico procesal que emite es una resolución
llamada AUTO DE INADMISIBILIDAD DE LA DEMANDA.

PLAZO PARA SUBSANAR UNA DEMANDA: Varía de acuerdo a cada vía


procedimental:

 Conocimiento: 10 días como máximo.


 Abreviado: 5 días como máximo
 Sumarísimo: 3 días como máximo.
 Ejecutivo: 3 días como máximo,
 No Contencioso: 3 días como máximo.

Si el demandante no cumpliera con lo ordenado o lo cumpliera en forma parcial, el


juez RECHAZARÁ la demanda y ordenará el archivo del expediente.

Importante: Los plazos que señala el Código son los máximos, es en base a ello,
que el Juez puede disponer en conceder un plazo por debajo del máximo, por
ejemplo, en una demanda que se tramita por la vía de conocimiento, se presentó
sin anexar el pago por los derechos de las Cédulas de Notificación, en éste caso el
Juez puede conceder NO EL PLAZO MÁXIMO DE 10 DÍAS, sino un simple plazo
prudencial de 1 o 2 días para subsanar la omisión.

4.1. CAUSALES POR LAS QUE SE PUEDE DECLARAR INADMISIBLE UNA


DEMANDA O CONTESTACIÓN
El artículo 426 del CPC señala que el Juez declarará inadmisible la demanda
cuando:

1. No contenga los requisitos legales.


2. No se acompañen los anexos exigidos por ley.
3. El petitorio sea incompleto o impreciso.
4. Contenga una indebida acumulación de pretensiones.

Ranilla Alejandro (2000) señala definiciones, en cuanto a las causales de la


demanda:
LA DEMANDA NO CONTENGA LOS REQUISITOS LEGALES

La demanda como acto procesal de parte, se hace valer mediante escrito y por
consiguiente debe observarse las formalidades establecidas en los artículos 130 al
133 (forma de redacción y presentaciones del escrito) y el art. 424 (requisitos de
forma de la demanda) del C.P.C. Y los consignados en la Resolución Administrativa
N° 014-93 de la CEPJ. En consecuencia, si el demandante no cumpliera con los
requisitos establecidos en éstas normas el Juez las declarará inadmisibles.

NO SE ACOMPAÑEN A LA DEMANDA LOS ANEXOS EXIGIDOS POR LEY

Son anexos exigidos por ley, los que se establecen en el artículo 425 del C.P.C
(anexos de la demanda). Es importante por cuanto con la presentación de dichos
documentos se acreditan el interés y la legitimidad para obrar del demandante o su
representante, si no existieran ellos no se perfecciona la relación jurídica procesal
válida o se acreditan los hechos que sustentan el petitorio; es por ello que si en una
demanda faltaren anexos la demanda será declarada inadmisible. Es de precisar
que los anexos de la demanda, no se encuentran en forma exclusiva en los que se
señala en el art. 425 del CPC, sino que están especificados en diversos artículos
del CPC, por ejemplo en el proceso de Retracto se debe adjuntar el certificado de
depósito en dinero del equivalente de la prestación recibida por el enajenante,
los tributos y los gastos pagados por el adquiriente y, en su caso, los intereses
debidos por éste y que se hubieran devengado así lo establece el art. 495 del CPC,
etc.

Según el artículo 425 del C.P.C. los anexos que deben acompañarse a la demanda
son los siguientes:

1. Copia legible del documento de identidad del demandante y, en su caso, del


representante.
2. El documento que contiene el poder para iniciar el proceso, cuando se actúe
por apoderado.
3. La prueba que acredite la representación legal del demandante, si se trata
de personas jurídicas o naturales que no pueden comparecer por sí mismas.
4. La prueba de la calidad de heredero, cónyuge, curador
de bienes, administrador de bienes comunes, albacea o del título con que
actúe el demandante, salvo que tal calidad sea materia de conflicto de
intereses y en el caso del procurador oficioso.
5. Los documentos probatorios que tuviese en su poder el demandante. Si no
se dispusiera de alguno de éstos, se describirá su contenido, indicándose
con precisión el lugar en que se encuentran y solicitándose las medidas
pertinentes para su incorporación al proceso.
6. Copia certificada del acta de conciliación extrajudicial, en los procesos
judiciales cuya materia se encuentre sujeta a dicho procedimiento previo.
Éste extremo a la fecha recientemente ha entrado en vigencia, por lo que se
requiere que todo proceso antes de ser ventilado en el Poder Judicial tiene
que pasar por un Centro de Conciliación Extrajudicial y si no concilian en ésta
institución se les expide la copia certificada de la conciliación fracasada.

EL PETITORIO DE LA DEMANDA SEA INCOMPLETO O IMPRECISO

El petitorio de la demanda sirve de base para determinar los extremos de la


sentencia en el proceso y por consiguiente dicha petición debe ser clara y concreta.

Una petición incompleta o imprecisa, daría lugar a una serie de consecuencias


jurídicas que perjudiquen al proceso mismo. Por ejemplo, en el proceso
de divorcio que no solo se peticiona el divorcio, sino, además, la separación
de sociedad gananciales, la patria potestad, régimen de visitas, alimentos, etc., éste
ejemplo se podría considerar como un Petitorio Incompleto, otro ejemplo es que, se
demanda la nulidad de un matrimonio, pero no se especifica el nombre, ni el lugar
de la Municipalidad donde se contrajo el matrimonio ni quienes fueron los testigos,
a esto consideramos un petitorio incompleto.

LA DEMANDA CONTENGA UNA INDEBIDA ACUMULACIÓN DE


PRETENSIONES

Se declarará inadmisible la demanda cuando entre la pretensión principal y las


pretensiones accesorias no haya o tengan conexidad, es decir, ambas pretensiones
no sean tramitables en una misma vía procedimental, o entre las mismas partes;
por ejemplo se peticiona en una demanda la nulidad de un acto jurídico, y con
acumulación objetiva originaria de sucesión intestada; al respecto la nulidad de acto
jurídico se tramita en la vía de conocimiento y la sucesión intestada es tramitable en
la vía No contencioso, por lo que ésta demanda será declarada inadmisible.

Importante: Las calificaciones se tienen que realizar mediante una resolución


motivada: Auto, señalando los defectos y omisiones que configuran los requisitos
de fondo incumplido, en la misma resolución ordena que se devuelvan al
demandante los anexos de la demanda y se archive el expediente en la repartición
correspondiente.

En conclusión: Si el Juez advirtiera en incumplimiento del artículo 425 de la norma


adjetiva civil, expedirá una resolución motivada señalando los defectos, omisiones
o errores incurridos declarando INADMISIBLE la demanda y ordenando
subsanarlos en el plazo máximo de acuerdo a cada vía procedimental:

4.2. LA IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA

Es el acto jurídico procesal del Juez mediante el cual declara improcedente el acto
procesal de la demanda, si revisados la demanda adolece de defectos u omisiones
de los requisitos de fondo (Idrogo Teófilo (1994)).

La improcedencia de la demanda, debe ser declarada de plano y mediante


resolución debidamente motivada y en la parte dispositiva ordena la devolución de
los medios probatorios y los anexos de la demanda. Las causales están
contempladas en el artículo 427 del C.P.C.

CAUSALES DE IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA (Artículo 427° C.P.C.)

1. El demandante carezca de legitimidad para obrar, significa que el


demandante no es titular del derecho que se discute o litiga, es decir no tiene
la calidad de propietario o poseedor del bien que es materia de litigio.
 La legitimación sustancial, implica la titularidad del derecho sustancial
antes del inicio de un proceso, es más aun cuando no existe el proceso
judicial, el mismo que se discute entre el titular activo y pasivo lo que da
origen a una pretensión material, y,
 La legitimación procesal implica la titularidad del derecho que se discute,
por lo que se tramita dentro de un proceso entre el demandante y
demandado dando origen a la pretensión procesal; incumbe también al
representante legal o procesal, al que presta asistencia o al que
dá autoridad. Esta legitimación para obrar debe de analizarse respecto de
los sujetos de la relación sustancial, haciendo extensiva a la relación de
los causahabientes o sucesores y los terceros que tengan interés en
intervenir en el proceso.

IMPORTANTE: La legitimidad para obrar ordinaria o legitimatio ad causam es la


afirmación que hace el accionante de ser titular de un derecho sustantivo. Ejemplo:
El actor sostiene ser propietario no poseedor, y por ello demanda la reivindicación
del inmueble sub júdice. En caso de duda, el juez debe dar trámite a la demanda.

2. El demandante carezca de interés para obrar, cualquiera que sea el sujeto


de derecho, tienen interés en la intervención del Estado para la declaración
de certeza y resolver el conflicto de intereses, tutelado en abstracto por el
derecho sustancial y excepcionalmente procesales. El interés para obrar esta
referido al motivo jurídico particular que indica o induce al demandante la
intervención del Órgano jurisdiccional que representa al Estado, a fin de que
mediante una sentencia se pronuncie sobre sus intereses; decir que, el
demandante NO ha agotado todas las vías administrativas antes de acudir
ante el Poder Judicial, por ejemplo, en un contrato de alquiler con fecha
de vencimiento 31 de Diciembre del 2018, el propietario interpone la
demanda de desalojo antes de que se venza el contrato, en ésta se observa
la falta de interés para obrar. Que, el demandante NO tenga manifiestamente
de interés para obrar, es básicamente, la ausencia de un estado de
necesidad. Se dice que NO hay interés para obrar cuando la persona NO ha
agotado todos los medios administrativos (requerimientos a través de
avisos, carta notarial, carta, solicitud, etc.) para tratar de satisfacer sus
pretensiones materiales antes de iniciarse un proceso, y que tiene otra
alternativa antes que recurrir al órgano jurisdiccional para recuperar o buscar
solución al conflicto o incertidumbre jurídica.

Importante: El interés para obrar es la situación de necesidad que tiene el


accionante de acudir al órgano jurisdiccional. Por ejemplo, antes de iniciar un
proceso contencioso administrativo, es necesario agotar la vía administrativa (vía
previa); otro caso es aquella deuda que todavía no es exigible.

3. El Juez advierta la caducidad del derecho, la caducidad es la extinción,


acatamiento, pérdida de efecto o vigor, por falta de uso, por vencimiento del
plazo y generalmente la expresión se aplica a las leyes, costumbres,
instituciones o instrumentos, etc. El Juez tiene el deber de conocer el derecho
y en este caso los plazos de caducidad en cada caso concreto y si la
pretensión que se pretende hacer valer que ha caído en caducidad, el Juez
declara improcedente de plano la demanda. Según el artículo 2001
del Código Civil hay derechos personales y patrimoniales que caducan a los
10 años, así, si una demanda es interpuesta fuera de ese plazo será de
declarada improcedente.

IMPORTANTE: En el rechazo in limine de la demanda, la caducidad puede ser


declarada de oficio. Concordancia: Artículo 2006 del Código Civil.

4. No exista conexión lógica entre los hechos y el petitorio, es decir los


hechos narrados deben coincidir con lo que se pide. Cuando en la ley se
obliga a que los hechos sean expuestos enumeradamente se refiere a un
recuento ordenado y con una redacción lógica, simplemente coherente con
el petitorio que contienen la demanda.

IMPORTANTE: La demanda debe ser congruente. Por ejemplo, que en el petitorio


de la demanda se afirme que el emplazado le adeuda S/. 100,000, pero en los
fundamentos de hecho señala que realmente le debe S/. 30,000. o que en un
proceso el heredero peticiona reivindicación de herencia, pero de los hechos solicita
realmente que se le declare heredero.
5. El petitorio fuese física y jurídicamente imposible, es decir que el petitorio
debe ser materialmente posible, por ejemplo, la compraventa de un bien
inmueble o mueble de personas particulares. El petitorio jurídicamente
posible, significa que este se encuentre dentro de lo que la ley permite o no
lo prohíbe, sería un petitorio antijurídico que se solicite el cobro de soles por
haber matado a una persona (sicario). El petitorio es jurídicamente imposible,
cuando no puede ser objeto de tutela jurisdiccional o sea la petición
constituye un absurdo jurídico. El petitorio es físicamente imposible, cuando
no se puede realizar de una manera objetiva la compra venta del sol o la
luna, las estrellas, etc.

5. LA REBELDIA
El «Diccionario del Español Jurídico», dirigido por Santiago Muñoz Machado, define
«Rebeldía», en su primera acepción, como:

«Situación jurídica, declarada judicialmente en el proceso, en que se coloca el


demandado por su inicial, total y voluntaria inactividad, al no comparecer en el
mismo dentro del plazo concedido».
Según Aguila G. “Es una situación procesal que adquiere quien fue debidamente
notificado (demandado o demandante) para comparecer a juicio o realizar
determinado acto procesal (contestar la demanda) y no lo hace en el plazo
correspondiente.

Según Rocco, acerca de la rebeldía afirma que “consiste en la no constitución de


una parte (actor o demandado) o de ambas partes (actor y demandado) en el
proceso (Rocoo, 1976, volumen III: 48)
5.1. NATURALEZA JURÍDICA

Desde el punto histórico, el tratamiento de la rebeldía ha sido considerado, por un


lado, como sanción entre los que entendían que se infringe una obligación de
defensa y, de otro lado, los que entienden que solo se trata de una renuncia a la
defensa.
Esta institución es una de las más importantes del Derecho procesal pues se
relaciona con el principio de audiencia y de contradicción como dice Gómez
Orbaneja: para no paralizar el proceso en detrimento de la tutela judicial efectiva del
actor, basta dar al demandado la posibilidad de ser oído (2). Así es, surgió como
respuesta para evitar los perjuicios que el principio de contradicción, o necesidad
de oír a las partes, llevado hasta sus últimas consecuencias, puede acarrear si
conllevara el no poder seguirse adelante el juicio.

La rebeldía constituye un acto procesal negativo, reputándose tal aquel cuya misión
es necesaria para que el derecho precluya.
El acto omiso constituye, en ese sentido, un acto típico de inactividad procesal
voluntaria.

La rebeldía, es en síntesis, un acto omisivo de inactividad genérica, que posee la


virtualidad de operar efectos específicos en el proceso, los cuales gravitan de modo
diverso en la suerte final de EL” (GONZALEZ,1979: 111-112)

El demandado rebelde puede apersonarse en cualquier momento al proceso y


continuarlo en el estado en que lo encuentre. Puede comparecer a las audiencias
que lo citen, efectuar los alegatos correspondientes y, eventualmente, apelar de la
sentencia que recaiga en el proceso. En otras palabras, puede ejercer su derecho
de defensa y demás garantías constitucionales que tiene todo justiciable
comprendido en un proceso.

Desde la perspectiva del demandante, se señala que también se le protege su


derecho de acción, a la tutela procesal efectiva, toda vez que la ausencia del
demandado no puede perjudicar los derechos de aquel.

Por otro lado, recordemos que nuestro Código Procesal Civil señala la eventualidad
que el demandante también se coloque en situación de rebeldía, al igual que el
demandado, cuando notificado de la renuncia de su apoderado o de su abogado,
no cumple con comparecer en el proceso. En estos casos, ambas partes, pueden
ser declarados rebeldes, aun cuando son distintas las consecuencias que puede
sufrir el demandado por no contestar la demanda.
5.2. FUNDAMENTO DE LA REBELDÍA
Al haberse dejado de lado la teoría de la pena, por la que se conminaba al
demandado a personarse y contestar la demanda, entendiéndose que el proceso
debía estar integrado por las dos partes, para asumir el tema como una carga, no
como una obligación, debe asumirse la posibilidad de que el proceso continúe
válidamente con la presencia efectiva de una sola de las partes.

Desde la perspectiva del demandante, la incomparecencia del demandado no


puede perjudicar su legítimo derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, en el sentido
de obtener un pronunciamiento definitivo justo y eficaz. No se justifica, por no ser
razonable, que el proceso se detenga por la incomparecencia del demandado. Ya
bastante sacrificio significa para el demandante tener que iniciar un proceso, y el
tiempo que le va a demandar concluirlo, cualquiera fuere la vía procedimental que
utilice. Si a ello le vamos a agregar el tiempo que significaría la paralización del
proceso por la incomparecencia voluntaria del demandado, sería una clara
vulneración a la tutela jurisdiccional efectiva.

Desde la perspectiva del demandado, en el supuesto de que el que incurra en


rebeldía sea el demandante, también podría perjudicar su derecho a que se emita
un pronunciamiento definitivo que lo libere de la pretensión planteada por el
demandante

5.3. REQUISITOS PARA LA DECLARACIÓN DE REBELDÍA


Para la declaración de rebeldía se requiere que se configuren los siguientes
presupuestos:

a) Que el demandado sea un sujeto determinado y cierto


Lo normal es que el demandante, al interponer su demanda, designe al demandado
y este sea una persona natural o jurídica, cierta y determinada. Excepcionalmente,
sin embargo, puede ocurrir que el demandante desconozca a su o sus
demandados, como es el caso que, ante el fallecimiento de su deudor, él
desconozca a los integrantes de la sucesión. Sin embargo, en estos casos, puede
interponer demanda contra la sucesión de la persona fallecida, que es considerada
como un patrimonio autónomo y, por ende, sujeto de derecho. La notificación se
efectuará por edicto, convocándose a todos los integrantes de la sucesión,
legítimamente constituidos.
En estos casos, evidentemente, no procede la declaración de rebeldía, por no
haberse apersonado ninguno de los supuestos integrantes de la sucesión,
precisamente, por tratarse de un caso en que el demandado o demandados no son
personas ciertas ni determinadas. Lo que procede es la designación de un curador
procesal (art. 435 del CPC). No procede la declaración de rebeldía del demandado
a quien se le ha designado un curador procesal si este no cumple con contestar la
demanda. En estos casos, el juez deberá requerir al curador procesal el
cumplimiento de su deber de contestar la demanda, bajo apercibimiento de
removérsele en el cargo y designar a otro profesional

b) Que el demandante señale el domicilio real o legal del demandado

Como hemos indicado anteriormente, una de las garantías del debido proceso y de
la tutela procesal efectiva, es que el demandado sea válidamente emplazado a
efectos de que pueda ejercer su derecho de defensa. Esta garantía se cumple
notificándose al demandado en su domicilio real o legal, según sea el caso. Mas, si
el demandante ignora cuál es el domicilio real o legal de la parte demandada, deberá
procederse conforme lo señala el artículo 435 del CPC. Se emplazará al
demandado, cuyo domicilio se ignora, mediante edictos, bajo apercibimiento de
designársele un curador procesal, pero no se le declarará rebelde por no haber
contestado la demanda.

Recordemos que domicilio real es el lugar donde se reside habitualmente (art. 33


del Código Civil peruano) o el lugar donde desempeña sus ocupaciones habituales
(art. 35 del Código Civil peruano), está referido esencialmente a determinadas
personas naturales; por domicilio legal debemos entender el domicilio impuesto por
la ley a determinadas personas naturales (incapaces) y a las personas jurídicas
(lugar que figura en el estatuto y, consecuentemente, inscrito en los Registros
Públicos), entre otros.

Nuestro Código Procesal Civil trata de brindar el máximo de protección al tema del
señalamiento del domicilio del demandado, para evitar –en lo posible– que se sigan
los procesos con desconocimiento de su existencia por parte de estos. Si el
demandante ignora el domicilio del demandado, expresará esta circunstancia bajo
juramento, que se entenderá prestado con la presentación de la demanda (inc. 4,
artículo 424 del CPC).

c) Que el demandado haya sido debidamente emplazado

Como lo hemos señalado, al estudiar la institución del emplazamiento, una de las


garantías del debido proceso y de la tutela procesal efectiva es que el demandado
sea válidamente emplazado. Ello significa que deben agotarse todos los medios
legales, previstos en las normas pertinentes, a efectos de que el demandado tome
conocimiento de la existencia del proceso, a fin de que pueda ejercer su legítimo
derecho de defensa. Lo importante es que el demandado sea correctamente
emplazado, que tome conocimiento de la demanda. Si se defiende o no, es decir, si
contesta la demanda o no, es asunto de su absoluta incumbencia. No es una
obligación, como lo hemos señalado reiterativamente, pero es una carga procesal.
d) Que el demandado no conteste la demanda dentro del plazo señalado en
cada vía procedimental

Para nuestro Código Procesal Civil, la situación de rebeldía se configura cuando el


demandado no contesta la demanda, es decir, cuando no cumple con el acto
procesal que se le exige en el emplazamiento, dentro del plazo que se le concede,
es decir, cuando no contesta la demanda dentro del plazo que rige para cada una
de las vías procedimentales.

Hemos indicado líneas arriba, que el apersonamiento del demandado en el proceso,


señalando domicilio procesal y designando al abogado que lo represente, no será
suficiente para impedir la declaración de rebeldía, si no contesta la demanda, dentro
del plazo de ley.

e) Que el demandante o demandado no comparezca luego de haber sido


notificado con la conclusión del patrocinio de su abogado o la renuncia de su
apoderado

Pueden incurrir en rebeldía, tanto el demandado (situación común) como el


demandante. El demandado, por no contestar la demanda dentro del plazo de ley,
pero, también pueden incurrir en rebeldía, tanto demandante como demandado,
cuando no comparecen, luego de haber sido notificados con la renuncia de su
abogado o de su apoderado, dentro del plazo que el juez señale (art. 458 del CPC).

5.4. ESTRUCTURA DEL PROCESO EN REBELDÍA


Los elementos esenciales que configuran la estructura del proceso en rebeldía son
los siguientes:

a) Citación y/o emplazamiento debido

Es un elemento esencial para que se configure la rebeldía, que se haya citado en


debida forma al demandado conocido y determinado y con domicilio preciso. Esto
constituye la oportunidad que se le brinda para contestar la demanda.

La posibilidad que tiene el demandado para ejercer su legítimo derecho de defensa


comienza cuando toma conocimiento de la existencia del proceso y ello ocurrirá con
el emplazamiento, por ello su trascendencia, porque se evita que los procesos
continúen tramitándose y culminen sin que el demandado haya podido defenderse.
Lo importante no es que el demandado se defienda o no, esa será su opción libre,
pero sí es importante que tome conocimiento de la existencia del proceso. La
bilateralidad del proceso se concreta con el emplazamiento. Esa resulta ser una
garantía constitucional, conformante del debido proceso y de la tutela jurisdiccional
efectiva.
b) No contestación de la demanda o abandono

Una vez citado el demandado con la demanda, este puede adoptar las siguientes
conductas:
a) Se apersona y contesta la demanda, admitiendo o negando los hechos
expuestos por el demandante.
b) Se apersona ante el órgano jurisdiccional, pero no contesta la demanda,
c) No se apersona ni contesta la demanda.

Para nuestro sistema jurídico procesal, solo en el primer supuesto no se declarará


la rebeldía del demandado; en los dos supuestos últimos se declarará rebelde al
demandado. Nuestro Código Procesal Civil opta por esta posición, de tal forma que
no será suficiente apersonarse para evitar la rebeldía; debe contestarse la demanda
como única forma de evitar que se declare rebelde al demandado.

Hemos señalado que la contestación de la demanda no constituye una obligación


para el demandado, sino una carga procesal. La consecuencia de no contestar la
demanda, no le traerá sanciones al demandado, ni podrá, ser compelido a que lo
haga, pero sí tendrá que soportar determinados efectos procesales, como es la
declaración de rebeldía, con las consecuencias que ello acarrea, esto es, la
posibilidad de que el juez, luego de sanear el proceso, dicte sentencia basado en la
presunción legal relativa de verdad de los hechos expuestos por el actor en su
demanda, juzgando anticipadamente el proceso.

c) Petición de parte o de oficio


Nuestro proceso es de naturaleza mixta; sin embargo, tiene una predominancia del
sistema inquisitivo, brindándole al juzgador amplios poderes de dirección del
proceso. Por ello, la declaración de rebeldía puede ser a petición de parte o de
oficio, comprobado que se venció el plazo para la contestación de la demanda o el
plazo para la comparecencia de la parte, ante la conclusión del patrocinio del
abogado o renuncia del apoderado.
El acto procesal que producirá efectos es la resolución que declara rebelde a una
de las partes. De no mediar la resolución en referencia, la rebeldía –que es una
situación fáctica– no producirá efecto alguno en el proceso.
No lo menciona expresamente el Código Procesal Civil, sin embargo, la forma
imperativa en que está redactado el art. 458 nos permite llegar a la conclusión de
que puede ser declarada de oficio o a petición de parte.

d) No presencia de circunstancias impeditivas

Nuestro Código Procesal Civil no ha previsto esta posibilidad; sin embargo, puede
ocurrir que por circunstancias de fuerza mayor (enfermedad, accidente) se justifique
la no declaración de la rebeldía o, en todo caso, neutralizar los efectos que podrían
producir en perjuicio del demandado.

e) Notificación de la rebeldía

La notificación de la resolución que declara rebelde a la parte, se notificará por


cédula si tiene dirección domiciliaria, conforme lo señala el art. 459 del CPC. El
mismo dispositivo indica que en caso contrario se notificará por edicto. Este último
supuesto nos parece contradictorio con lo señalado en el segundo párrafo del art.
435. En efecto, si no se conoce la dirección domiciliaria del demandado, se le
notifica el emplazamiento por edicto, pero, bajo apercibimiento de designársele un
curador procesal. Significa ello que, cuando se ignora la dirección domiciliaria del
demandado, no procede la declaración de rebeldía, sino el nombramiento de un
curador procesal. No es posible, pues, que se notifique la declaración de rebeldía
de alguien que no tiene dirección domiciliaria, pues en dicho supuesto, no podrá
declararse la rebeldía, debiendo designársele un curador procesal que lo represente
en el proceso.

Declarada la rebeldía, se notificará al rebelde solo las siguientes resoluciones: la


que declara saneado el proceso, las que citen a audiencia, la citación para
sentencia, la sentencia misma y la que requiera su cumplimiento. Las demás
resoluciones que se dicten en el proceso se tendrán por notificadas el mismo día
que lo fueron a la otra parte (art. 459 del CPC).

f) Costas y costos de la rebeldía

Tanto los gastos ocasionados por el pago de aranceles, los honorarios de los
órganos de auxilio judicial, como los demás gastos judiciales (costas), así como los
honorarios del abogado (costos), son de cargo del rebelde. Esta es otra de las
consecuencias de la rebeldía de una de las partes, en especial del demandado. Se
entiende que se trata de la desatención del demandado que no ha comparecido al
proceso contestando la demanda.

5.5. EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE REBELDÍA


a) La preclusión

La declaración de rebeldía determina la preclusión de la etapa de contestación de


la demanda, así como de los actos procesales por los cuales se citó a las partes
para que expresen su punto de vista o para que designen apoderado o abogado.
Ello no implica que el rebelde no pueda incorporarse al proceso. Lo podrá hacer en
cualquier momento, pero sujetándose al estado en que se encuentra, sin que sea
posible retrotraerlo a etapas anteriores

b) Limitación de las notificaciones

La declaración de rebeldía ocasiona una severa limitación de las notificaciones de


los actos procesales. El art. 459 del CPC limita las notificaciones al rebelde,
indicando que solo se notificará por cédula la resolución de declaración de rebeldía,
la que declara saneado el proceso, las que citen a audiencia, la citación para
sentencia, la sentencia misma y la que requiera su cumplimiento. Las demás
notificaciones se tendrán por efectuadas el mismo día en que se notifica a la otra
parte.

La notificación es por cédula, es decir, personal. Si no fuere posible, se efectuará la


notificación por edicto. Evidentemente, es una situación excepcional provocada por
la rebeldía por la cual se fija un régimen de notificaciones distinto a una situación
normal.
c) Medidas cautelares

Para la procedencia de una medida cautelar, deberá acreditarse la verosimilitud de


la pretensión, esto es, el fumus bonis juris. Es decir, que la pretensión tenga visos
de verdad, que tenga probabilidad de verdad. Es evidente que ello se logra sobre la
base de los medios probatorios que se anexan a la demanda. Dicha verosimilitud
puede vislumbrarse al declararse rebelde a la parte, y adquirir presunción relativa
de verdad los hechos expuestos o los documentos presentados con la demanda o
con la reconvención. Sin embargo, la sola declaración de rebeldía no obliga al
juzgador a conceder una medida cautelar, ya que la verosimilitud que –en este
caso– se configura por la presunción de verdad, no es el único requisito para la
procedencia de la medida cautelar. El juez tendrá que examinar el peligro en la
demora –periculum in mora– y la contracautela para conceder la medida cautelar.

De otro lado, si bien la declaración de rebeldía puede ocasionar el juzgamiento


anticipado del proceso, con base en la presunción relativa de verdad, en cuyo caso,
la verosimilitud es un requisito que se cumple para la concesión de una medida
cautelar, puede ocurrir –también– que la demanda no produzca convicción de
verdad, es decir, que el requisito de verosimilitud no se cumpla, en cuyo caso no
debe concederse medida cautelar alguna. Significa ello que la declaración de
rebeldía no trae, necesariamente, como consecuencia que se tenga que conceder
alguna medida cautelar que solicite la otra parte.

Por ello el legislador utiliza la expresión “pueden concederse medidas cautelares”,


constituyendo una facultad del juzgador discernir respecto de la procedencia de la
medida que asegure el resultado del proceso, tanto si lo solicita el demandante,
como el demandado que ha interpuesto reconvención. Pero, es indudable que la
verosimilitud no será un obstáculo para la procedencia, porque esta se acredita con
la declaración de rebeldía y la presunción relativa de verdad que le produce al
Juzgador.

d) Convocatoria a audiencia de saneamiento

Así como hemos indicado que uno de los posibles efectos de la rebeldía es el
juzgamiento anticipado del proceso, siempre que produzcan convicción de verdad
en el juez la demanda y los medios probatorios presentados por el demandante, la
otra posibilidad es que no ocurra lo señalado anteriormente, esto es, que no
produzca convicción de verdad la demanda al juez, en cuyo caso, este deberá
convocar a la audiencia de saneamiento.

Al haber precluido la etapa de contestación de la demanda, con la declaración de


rebeldía, deberá convocarse a la audiencia de saneamiento.

e) Costas y costos

Serán de cargo del rebelde las costas y costos causadas por la rebeldía. No se trata
que asuma todas las costas y costos, sino únicamente las originadas con la
rebeldía.

5.6. COMPARECENCIA DEL DEMANDADO REBELDE


Antes de la sentencia definitiva

En principio, el litigante rebelde puede incorporarse al proceso como parte en


cualquier estado del mismo, sujetándose al estado en que se encuentre. No es
posible retroceder respecto de los actos procesales ya precluidos. Es indudable que
esta disposición es aplicable para el rebelde voluntario, es decir, aquel que,
habiendo sido emplazado correctamente, habiendo tomado conocimiento de la
existencia de la demanda en su contra, no comparece ni contesta la demanda. El
demandado rebelde puede ejercer los derechos que le corresponden a partir de su
apersonamiento al proceso.

El artículo 462 del CPC que regula el tema, no hace ningún distingo entre el rebelde
voluntario del involuntario, con gran perjuicio para este. Sin embargo, es evidente
que el rebelde involuntario, es decir, aquel que ha derivado a esa situación, pero
por causas ajenas a él, ya que no ha sido debidamente notificado con la existencia
de la demanda, colocándosele en una situación de indefensión, debe tener un
tratamiento específico, a efectos de que se le restituyan sus derechos.

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