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http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1194
Resumen
El presente trabajo explora y problematiza los discursos que construyen la situación actual
de la violencia de género en la pareja contra mujeres inmigradas en España. Se contextuali-
zará la denominada ―feminización‖ de las migraciones, revisaremos algunos discursos sobre
la violencia de género ejercida contra mujeres inmigradas y reflexionaremos en torno a có-
mo estas construcciones discursivas pueden funcionar como un mecanismo invisibilizador de
la agencia y prácticas de resistencia del colectivo de mujeres inmigradas.
Palabras clave: iolencia de género; Feminización de las migraciones; Alteridad; Agencia
Abstract
In this paper we explore and problematize the discourses on gender violence in couples
against immigrant women in Spain. It will contextualize the called feminization of migra-
tion and review some discourses about the gender violence exerted against immigrant
women. The paper will reflect about how these discourses may obscure the agency and re-
sistance practices of the collective of immigrant women.
Keywords: Gender violence; Feminization of migration; Otherness; Agency
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considerándola el producto de la histórica de- nera de vincularse con sus parejas. Si bien es-
sigualdad entre los sexos y de la distribución ta visión escapa del reduccionismo biológico,
desigual de poder‖. se abre a otro: el reduccionismo intrapsíquico
y la supuesta introyección de ciertas pautas
Para algunas autoras, la violencia de género
socioculturales.
es un fenómeno de reciente investigación
científica (Maqueda, 2006; Ordoñez, 2006), Una tercera mirada a la violencia se da desde
que ha pasado relativamente desapercibido a la perspectiva sistémica, en la cual la violen-
lo largo del tiempo y que todavía permanece cia es entendida como algo relacional. Así, la
casi invisible en muchos espacios sociocultu- violencia se vincularía con unas relaciones
rales contemporáneos (Cantera, 2005). Para disfuncionales en la organización de la fami-
Teresa Freixes (2001), la conceptualización lia, en términos comunicacionales y de habili-
más formal de la violencia de género se logra dades sociales. Por otra parte, esta perspec-
recién a partir de la década de los 90, a tra- tiva teórica plantea que todas las partes invo-
vés de iniciativas como la Conferencia Mun- lucradas en una situación de violencia serían
dial para los Derechos Humanos de 1993, la responsables de la misma, atendiendo a su
Declaración de Naciones Unidas sobre la eli- carácter interaccional. Por ende, si soy vícti-
minación de la violencia contra la mujer en el ma de violencia también tendría una cuota de
mismo año, la Convención Interamericana pa- responsabilidad en la misma. En este sentido,
ra prevenir, sancionar y erradicar la violencia las autoras cuestionan que al entender la vio-
contra la mujer en el año 1994 y la Conferen- lencia desde lo relacional, la perspectiva sis-
cia Mundial de Mujeres de Beijing, el año témica podría eximir la culpabilidad exclusiva
1995. de quien ejerce la violencia; al mismo tiempo
que aclaran que la responsabilidad debe ser
Por otra parte, para Roberta de Alencar-
de quien violenta y no de la persona violenta-
Rodrigues y Leonor Cantera (2012) el concep-
da.
to de violencia de género tiene una amplia
variedad de comprensiones, dependiendo de Una cuarta postura enunciada por Alencar-
los marcos de inteligibilidad en que se inscri- Rodrigues y Cantera (2012), corresponde a la
ba. Al respecto, las autoras profundizan en perspectiva de género, la cual apuesta por el
algunas tradiciones teóricas en el estudio de análisis de las variables socioculturales a la
la violencia de género, siendo la primera la hora de comprender la violencia. En esta
teoría biológica, la que plantea la violencia perspectiva, la violencia se concibe como el
como una respuesta de los individuos para so- abuso de poder permitido por una estructura
brevivir en su entorno. Así, la violencia de social que posibilita la agresión de los hom-
género en la pareja es considerada como par- bres hacia las mujeres y que, al mismo tiem-
te de una estructura biológica del hombre, ya po, privilegia lo masculino por sobre lo feme-
que éste habría desarrollado pautas violentas nino. Para Leonor Cantera (2007, citada en
para sobrevivir. Las autoras recogen dos críti- Alencar-Rodrigues y Cantera, 2012), debemos
cas a esta visión, por una parte, la exclusión comprender la violencia de género en el con-
del factor cultural en la violencia, y por otra, texto de una cultura patriarcal, entendiendo
el hecho de que no todos los hombres son vio- por ésta la particular forma de organización
lentos. social en la que existiría una valoración y
predominio de lo masculino por sobre lo fe-
Una segunda mirada corresponde a la teoría
menino, estableciéndose relaciones de poder
generacional, la cual buscaría responder al
asimétricas y jerarquizadas.
por qué algunas personas maltratan a su pare-
ja, siendo que otras personas en las mismas Para los efectos de nuestra investigación, y
condiciones, no lo hacen. La explicación se como indicamos al inicio del trabajo, asumi-
daría producto de la interacción de ciertos mos una mirada generizada de la violencia,
factores como ―el rechazo y el maltrato del por lo que nos sumamos a la última perspecti-
padre, el apego inseguro a la madre y la in- va teórica presentada para comprender la vio-
fluencia de la cultura machista‖ (Alencar- lencia. La elección se vincula con la posibili-
Rodrigues y Cantera, 2012, p. 117). En esta dad de generar una mirada sociocultural, po-
teoría, se menciona que los hombres agreso- lítica y estructural de la violencia de género
res suelen haber sufrido violencia por parte en la pareja, dejando atrás los reduccionis-
de sus padres, lo que influenciaría en la ma- mos biologicistas, psicologicistas y meramen-
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nero dirigida a este colectivo, de qué manera Esta inequidad se visualiza en ciertas formas
se crean imaginarios respecto de los lugares de vulnerabilidad a la que están expuestas las
—y marcos culturales— de origen, de las rela- personas migradas, no obstante, no logramos
ciones de género y de las condiciones de vida encontrar en los discursos presentados la di-
de estas mujeres en la sociedad de acogida. versidad de prácticas asociativas que buscan
La finalidad de esta reflexión permitirá cues- potenciar los procesos de inclusión social, ge-
tionar los efectos de homogeneización y nerados por las propias mujeres.
subalternización que puedan contener dichos
Por otro lado, afirmar que las mujeres inmi-
discursos. En la lógica anterior, a continua-
grantes tienen menos redes es asumir un dis-
ción reflexionaremos en torno a los aspectos
curso homogeneizador del colectivo migrante
psicosociales que se han vinculado con la vio-
en general, asumiendo que por no residir en
lencia de género contra mujeres inmigradas.
su país de origen existiría una carencia de re-
Descolonizando discursos sobre des sociales. Esta cuestión responde a cierto
violencia de género en el ámbito de la imaginario del fenómeno migratorio como un
pareja: de la victimización al proyecto individual —o, en el mejor de los ca-
agenciamiento sos, familiar— que no necesariamente da
cuenta de las grandes diferencias que puede
En los discursos revisados hemos visto dife- haber en los procesos migratorios de las per-
rentes aproximaciones que fomentan la cons- sonas. Como indican Elena Gascón y Jorge
trucción de que las mujeres inmigrantes son Gracia (2004), agrupar a ―todas estas mujeres
más vulnerables a ser víctimas de violencia bajo el rótulo genérico de 'inmigrantes' no de-
que las mujeres españolas (Amnistía Interna- ja de ser impreciso. Englobarlas por naciona-
cional, 2003, 2007; Instituto de la Mujer; Ma- lidades con problemáticas uniformes sin tener
rrades et al., 2013; Ministerio de Sanidad, en cuenta sus circunstancias concretas y su
Servicios Sociales e Igualdad, 2009, 2014; Ruiz persona no siempre es acertado‖ (p. 4). En-
et al., 2006). A continuación, mencionaremos tendemos que la violencia de género no es un
algunos condicionantes que se han vinculado fenómeno monolítico y que, más que identifi-
con la sobrerepresentación del fenómeno de car uno u otro factor, se deben captar las
la violencia de género en el colectivo de mu- "opresiones simultaneas, múltiples y entre-
jeres inmigradas en España, intentando dar mezcladas que experimentan" (Rodríguez y
una lectura crítica de los mismos. Cuenca, 2011, p. 99) la diversidad de mujeres
que han decidido desarrollar un proceso mi-
Un primer aspecto que se ha considerado en
gratorio transnacional.
la literatura refiere a la situación de vulnera-
bilidad social en la que se encontraría la mu- Un segundo aspecto refiere a la dependencia
jer inmigrada, dada la supuesta carencia de económica que se puede dar en algunos casos
redes de contacto (Casas, 2009; Cuadra, por parte de la mujer hacia el agresor. Esta
2002; Montañés y Moyano, 2006; Raj y Silver- situación, sumada al factor mencionado ante-
man, 2003) y la falta de apoyo en la sociedad riormente, podría imposibilitar la indepen-
de acogida, lo que podría fomentar situacio- dencia y el término del círculo de la violen-
nes de exclusión y autoexclusión social. cia, entendiendo que la independencia eco-
nómica es uno de los criterios más valorados
El plantear, por ejemplo, que "muchas de es-
para salir de situaciones de violencia (Alen-
tas mujeres carecen de redes próximas de
car-Rodrigues et al., 2013), ya sea en colecti-
apoyo [y] se encuentran solas en un medio
vos de mujeres inmigradas como autóctonas.
nuevo" (Montañés y Moyano, 2006, p. 24),
construye y visualiza a las mujeres inmigradas Si no se posee un adecuado tejido asociativo,
como un grupo social vulnerable y desfavore- y se depende económicamente del agresor
cido, en comparación con los grupos autócto- para subsistir, se podrá ver dificultado el pro-
nos. ceso de emancipación y de posible denuncia.
Los procesos de exclusión social no están pre- En ciertos casos existe el discurso de que el
hombre es el proveedor del hogar y, si la mu-
sentes en todos los grupos de la sociedad
jer lo denuncia, no tendrá ingresos (Dávila,
(Gregorio, 1999), por lo que estas situaciones
Montoya, Feliciano y Madrigal, 2011). No obs-
se vincularían con relaciones sociales asimé-
tante, el factor económico también es trata-
tricas presentes en la sociedad de acogida.
do en la literatura sobre violencia de género
como un elemento que afecta a otras mujeres fianza que tienen a las organizaciones públi-
—no sólo a las migradas— por lo que no sería cas.
exclusivo de éstas últimas.
Este eje se relacionará con el anterior, en-
La variable económica es importante para ha- tendiendo que una situación de "irregularidad"
cer frente a la violencia, pero no es algo ex- puede mermar las posibilidades de acceder a
clusivo del colectivo de inmigradas, sino que un trabajo formal —que, como vimos, tiende
compartido por las mujeres en general. Los a ser precario—, y abre camino a incursionar
discursos que manifiestan la dependencia en el trabajo informal —también precario,
económica, en tanto dependencia en la pare- además de no regularizado—. Así, la situación
ja, suscriben el fenómeno al ámbito privado y de irregularidad jurídica potencia las de-
no manifiestan cómo se organizan las socie- sigualdades de género en el ámbito laboral, al
dades capitalistas actuales, la inequidad en la mismo tiempo que sitúa al colectivo en ―la
distribución de las riquezas y la discrimina- desprotección e invisibilidad institucional al
ción económica y salarial a la que son objeto, no denunciar la situación de maltrato" (Alen-
en particular, ―las mujeres inmigrantes en las car-Rodrigues et al., 2013, p. 46).
sociedades receptoras‖ (Montenegro, M. et
Visto lo anterior, es menester indicar que la
al., 2012, p. 9). Por otra parte, los discursos
mujer inmigrada no es una persona sin com-
no visibilizan, primero, la inclusión de la mu-
petencias, dependiente, atemorizada o cultu-
jer inmigrada al trabajo formal, el cual suele
rizada, sino que hay ciertas variables —como
ser precario, con sobrecargas de trabajo o sin
las legales y económicas—, propias de la so-
contratos (Alencar-Rodrigues et al., 2013) y,
ciedad de acogida, que pueden imposibilitar
segundo, al trabajo informal, como puede ser
la salida del ciclo de la violencia. Así, debe-
el ejercicio libre y autónomo de la prostitu-
mos comprender que la situación de vulnera-
ción, el trabajo doméstico o el de los cuida-
bilidad no es algo propio y/o constitutivo de
dos; siendo éstos funcionales para las socie-
la mujer inmigrada, más bien es algo creado e
dad de recepción, pero precarizados, irregu-
impuesto por el contexto migratorio (Gascón
larizados y vistos de manera negativa (Agrela,
y Gracia, 2004) y la sociedad de recepción,
2004) por la sociedad de acogida. Finalmente,
por lo que debiésemos evitar promover la
el discurso que enfatiza en la dependencia
idea de una mujer indefensa, temerosa y en-
económica de las mujeres inmigradas respec-
tregada a las contingencias del entorno.
to de sus parejas, tiende a invisibilizar aque-
llos proyectos migratorios en los que las mu- Continuando, se ha incluido la variable idio-
jeres migrantes son pioneras y protagonistas, mática como otro elemento interviniente en
procurando el sostén económico —y muchas el aumento de violencia de género en el co-
veces de cuidados— del grupo familiar (Grego- lectivo de mujeres inmigradas, ya que si la
rio, 1998). mujer no maneja el idioma vehicular de la so-
ciedad de recepción, esta situación podría
Un tercer aspecto que se menciona en la lite-
funcionar como una barrera a la hora de ac-
ratura refiere al miedo que puede tener la
ceder a los servicios sociales y/o legales (Vi-
mujer inmigrada de ser deportada, específi-
ves-Caes et al., 2009). En este sentido, el co-
camente en los casos en que se está en proce-
nocimiento del idioma jugaría un rol impor-
so de regularización, o bien, en situación de
tante para poder identificar las organizacio-
―irregularidad‖. El ser deportada podría dar
nes a las que puede acudir en situaciones de
fin a un proceso migratorio autónomo o de-
violencia, comprender el funcionamiento de
terminado por la reagrupación familiar. En es-
esas instituciones y, además, acceder en
ta lógica, se plantea que las mujeres ―indo-
igualdad de condiciones a la información refe-
cumentadas‖ no pedirían ayuda a los servicios
rente a los derechos que se posee, indepen-
sociales y sanitarios por el temor a que éstos
diente de la situación administrativa en la
soliciten la deportación (Montañés y Moyano,
que se encuentre.
2006; Raj y Silverman, 2002). De la misma
forma, Amnistía Internacional (2007) señala En estos dos elementos —el asunto legal y el
que las mujeres inmigradas utilizan en menor asunto de la lengua— se desprende un ―fallo‖
medida que las españolas los recursos dispo- en el sistema de atención al colectivo inmi-
nibles, lo que se debería al miedo y descon- grante, pues en lugar de apuntar a la falta o
carencia de las mujeres en el entorno de la
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argumentales que se desprenden del trabajo Esta concepción culturalista no solamente in-
realizado y que pueden orientar la compren- visibiliza la agencia del colectivo de mujeres
sión e intervención que se realiza en este ám- inmigradas, sino que también obvia la auto-
bito. nomía y las resistencias que estas mujeres
generan para hacer frente a la violencia. Así,
Para comenzar, los discursos que abordan la
no solamente se reproduce un imaginario de
violencia de género contra mujeres inmigra-
la migración en general y de la migración fe-
das se pueden entender como ―maneras de
menina en particular, también se oculta el
mirar, pensar y tratar a los inmigrantes‖ (San-
agenciamiento que han desarrollado estas
tamaría, 2002, p. 63), generándose por una
mujeres. Esta agencia, entendiéndola como la
parte la figura social del inmigrante, y por
resistencia a las relaciones de dominación
otra, la propia figura del ciudadano comunita-
(Suárez y Hernández, 2008), es sumamente
rio; un sujeto europeo con unas característi-
importante de recoger, pues en parte surge
cas y propiedades particulares. Así, se piensa
como una forma de hacer frente a la falta de
la otredad de una determinada forma, al
recursos institucionales para trabajar la vio-
mismo tiempo que esta mirada construirá y
lencia de género, o bien, cuando existiendo
reforzará la propia.
dichos recursos, el colectivo de mujeres se
Tomando la idea anterior, los discursos que encuentra en la sociedad de recepción frente
hemos presentado podrían contribuir en la a servicios sociosanitarios que no logran in-
producción y reproducción del imaginario so- tervenir de una forma adecuada. Así, la mira-
cial del colectivo de mujeres inmigradas como da deja de centrarse en la construcción cultu-
pasivo y victimizado, perpetuándose así la es- ral que se hace de la alteridad, y pasa a escu-
tigmatización del mismo. Por otra parte, es- driñar las políticas públicas, legislaciones y
tas figuras construidas a través de los discur- servicios de atención a la ciudadanía implica-
sos, tienden a centrar la otredad desde la va- dos en el fenómeno.
riable cultural, perpetuando la idea de que lo
Entendiendo la precarización que los discursos
Otro es diferente a mí, en tanto cultura. Para
pueden generar en el colectivo de mujeres
Enrique Santamaría (2002), se ha estado pre-
inmigradas, en el trabajo de Catherine Eschle
sentando la instalación de migrantes en el te-
(2003) nos encontramos con el concepto de
rritorio español como un problema grave y
―Mujer del tercer mundo‖, el cual se ha ido
complejo, cuestión que se ha relacionado con
generando desde lo que ella denominó "la fal-
la propia llegada del colectivo, pero también
sa neutralidad de los discursos eurocéntricos"
por sus propias características culturales.
(Lerussi, 2010, p. 35). Para la autora, el tér-
Vemos en los discursos presentados, que la mino ―Mujer del tercer mundo‖ se relaciona
conceptualización culturalista es uno de los con las formas en que se representa a las mu-
elementos que permitirían explicar la sobre jeres de los países ―subdesarrollados‖, desde
representación de casos de violencia de géne- una mirada ―occidental‖, construyéndose co-
ro contra mujeres inmigradas; alimentándose mo figuras oprimidas, víctimas del patriarca-
la dicotomía ―nosotros/ellos‖ en términos de do, pobres, ignorantes y culturalmente mar-
―desarrollados/subdesarrollados‖. Así, se con- cadas por su procedencia (Montenegro y Mon-
tinúan ejerciendo discursos en los cuales el tenegro, 2013).
colectivo migrante, en tanto figura social de
Eschle (2003) pone énfasis en la crítica a la
la alteridad, se caracteriza como ―un ser
construcción de la ―Mujer del tercer mundo‖
ajeno, amenazante e incluso hostil a la socie-
que se ha realizado desde algunas corrientes
dad en la que se instalan y de la que forman
del ―feminismo occidental‖, enfatizando los
parte‖ (Lurbe y Santamaría, 2007, p. 61). Es-
efectos perversos que se puedan generar al
tas caracterizaciones, que según Santamaría
codificar la otredad como no occidental, y por
(2002) son reiterativas e insisten en la dife-
ende, a algunas feministas europeas, como
renciación, generan inseguridad y alarma en
occidentales. Esta crítica, se puede hacer ex-
la sociedad de recepción, provocando que ―se
tensible a los discursos que hemos revisado en
asimile a los migrantes […] con un problema
este trabajo, entendiendo que los mismos
específico: el problema de la «inmigración no
construyen un imaginario de la mujer inmi-
comunitaria»‖ (Santamaría, 2002, p. 69).
grada (y de la autóctona), permiten la justifi-
cación de la movilización de recursos institu-
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MARISELA MONTENEGRO-MARTÍNEZ
Profesora del Departamento de Psicología Social de la UAB y miembro del grupo "Fractalidades en In-
vestigación Crítica". Co-coordinadora del Máster de Investigación e Intervención Psicosocial de la Fa-
cultad de Psicología de la UAB. Ha analizado aspectos epistemológicos, metodológicos, políticos y éti-
cos de la investigación y la intervención social y las maneras de reproducción y transformación social,
analizando fenómenos –servicios para personas inmigradas, movimientos sociales, o nuevas tecnolo-
gías– desde una perspectiva crítica.
DIRECCIÓN DE CONTACTO
pastor.cea@uab.cat
FORMATO DE CITACIÓN
Cea Merino, Pastor y Montenegro-Martínez, Marisela (2014). Más allá de la visibilización:
problematizando discursos sobre violencia de género en la pareja contra mujeres inmigradas en
España. Quaderns de Psicologia, 16(1), 167-180. http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1194
HISTORIA EDITORIAL
Recibido: 11/03/2014
1ª Revisión: 05/05/2014
2º Revisión: 29/05/2014
Aceptado: 29/05/2014
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