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6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades


espaciales.

6. LA POBLACIÓN MUNDIAL: MODELOS DEMOGRÁFICOS Y


DESIGUALDADES ESPACIALES.

Introducción.
Las generaciones de habitantes del planeta se han sucedido ininterrumpidamente a lo largo
de la historia. Su tamaño, evolución, composición y características han variado durante el tiempo y
sobre todo actualmente presenta grandes diferencias según los espacios geográficos considerados.
La población es el principal recurso que tienen los estados para la realización de sus
actividades, por eso conviene conocer sus características y las repercusiones demográficas
económicas y sociopolíticas que provoca.
Se presentan los diferentes subgrupos o categorías de población, no como clasificaciones
demográficas o estadísticas, sino como grupos funcionales que demandan gasto social. Todos los
fenómenos demográficos están estrechamente relacionados con las políticas estatales de gasto pú-
blico, y en concreto con el gasto social. Los gastos en saluda se relacionan con la natalidad, la mor-
talidad infantil, así como con la asistencia a viejos, cuyos problemas de salud aumentan considera-
blemente con la edad. El fomento y de promoción de empleo del grupo de adultos requiere el apoyo
del estado, en particular en los países en vías de desarrollo con escasa y deficiente infraestructura.
Los gastos sociales son el mejor medio para comprobar la madurez, extensión y cobertura
de los sistemas de protección gubernamentales para procurar el bienestar social y aliviar la pobreza.

1. Fuentes demográficas.
Las fuentes fundamentales para el estadio de la población son censos y registro civil. Los
censos permiten estudiar la evolución y distribución espacial de la población, pero su fiabilidad
depende del tiempo y el lugar en que se hacen. Durante la Edad Media los censos se hacían por
fuegos, hogares y familias, con lo que para obtener el número de individuos es necesario aplicarle
un coeficiente. En la Edad Moderna los recuentos son más frecuentes y mejores en los países más
desarrollados, comenzando a hacerse por individuos. A lo largo del siglo XIX se van desarrollando
los censos nominales, secretos y periódicos, como son actualmente.
En la actualidad la fiabilidad de los censos varía según el nivel de desarrollo del país en el
que se realizan. De modo, que son fiables y con periodicidad entre 5 y 10 años en los países
desarrollados; mientras que su valor es aproximado en las naciones menos desarrolladas.
El registro civil es la fuente fundamental para estudiar los nacimientos, matrimonios y
defunciones. Para antes del siglo XIX en el orbe católico se disponen en los registros parroquiales.
El problema es la falta de homogeneidad de los datos estadísticos que ofrecen los distintos países.
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2. Aspectos espaciales del crecimiento demográfico.

2.1 Evolución de la población mundial.


La población mundial en 1989 era de 5.234 millones de habitantes y su incremento medio
anual en la última década fue de 1,7%. Después de su aceleración durante más de dos centras, este
incremento es, en la actualidad, más lento y se prevé que continúe su realentización hasta alcanzar
un 1,4% al final de este siglo. Esta situación es consecuencia del fuerte crecimiento iniciado tras la
II Guerra Mundial, aunque el aumento más espectacular de la población, desde una larga
perspectiva histórica, se registra desde mediados del siglo XVII, a comienzos de la era moderna.
En el momento presente, el ritmo de crecimiento de la población mundial es consecuencia
de la demografía progresiva en muchos países del Tercer Mundo. El incremento medio anual ha
caído rápidamente en los países desarrollados tras la II Guerra Mundial, mientras el proceso de re-
ducción del crecimiento está en sus inicios en el Tercer Mundo y continúa el crecimiento en África.
En suma el aumento de la población mundial no es homogéneo, nunca ha tenido una tasa
constante, observándose períodos de disminución y aumento más o menos rápidos, que han
variado, asimismo, de unos espacios geográficos a otros.
Desde los tiempos más remotos se ha observado que la diversidad en las pautas de cambio
económico ha estado acompañada por una misma diversidad de las tendencias demográficas. La
evolución demográfica se puede reducir, esquemáticamente, a dos fases: una primera, que ocupa el
99% de la evolución humana, caracterizada por un crecimiento demográfico muy lento y marcada
por las primeras innovaciones económicas; una segunda fase, muy breve, en la que el fuerte
crecimiento demográfico sería consecuencia de los cambios económicos y mejora en las
condiciones de vida surgidos con la revolución industrial.
2.1.1 Un período de lento crecimiento. La población que habitaba en nuestro planeta
en los tiempos prehistóricos es determinada según diversos métodos. Se recurre, habitualmente, a
cifras globales y aproximadas, obtenidas aplicando complejos estudios palinológicos, a cifras
deducidas de restos arqueológicos, o a documentos elaborados con distintos fines en épocas más
recientes. Hasta mediados del siglo XVIII no se dispone de un censo de población. En general, las
estimaciones de la población realizadas hasta 1950 varían de unos autores a otros y deben ser
utilizadas con mucha precaución.
Durante el Paleolítico, el modo de vida se basaba en el nomadismo de los asentimientos hu-
manos, factor que restringe el crecimiento de la población. El total era muy pequeños, estimándose
en unas 100.000 personas durante el Paleolítico durante el Paleolítico Superior y 1.000.000 en el
Paleolítico Medio. La invención de algunas herramientas y el progreso técnico de la talla de la
piedra permitieron elaborar utensilios más variados y eficaces para las tareas de supervivencia, de
manera que la población alcanzó unos 4.000.000 de personas a finales del Pelolítico. El factor
determinante de los aumentos o disminuciones de la población fue una elevada tasa de mortalidad.
Un importante hito económico que conoce la humanidad es el desarrollo de la agricultura y
la domesticación de algunos animales en la edad neolítica (año 1.000 a.). Este desarrollo económico
permitió aumentar los recursos alimenticios, factor que conllevó, por una parte, el crecimiento de
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población, y, por otra, que un pequeño grupo de individuos pudiera dedicarse a actividades no
agrícolas gracias a la división del trabajo; así surgieron los primeros asentimientos sedentarios. Se
considera que en este período la población del mundo era de 6.000.000 a 10.000.000.
Posteriormente, el crecimiento de la población fue lento y paralelo a las condiciones que
favorecían la expansión de los recursos económicos, alcanzando los 250-270 millones de personas a
comienzos de la era cristiana. Durante la segunda mitad del primer milenio se conocieron amplias
fluctuaciones demográficas con períodos de aumento y retroceso, de tal forma que al final del
primer milenio de nuestra era la población seguía siendo de 275 millones. Las fluctuaciones
continuaron, de tal forma que la población no alcanzó los 500 millones hasta 1650.
Asia era, como en la actualidad, el continente más poblado, seguido de Europa. En resumen
el amplio período dominado por el descubrimiento y perfeccionamiento de las herramientas, el de-
sarrollo de la agricultura y la domesticación de los animales se caracterizó por la lenta evolución as-
cendente de la población mundial, con ligeras oscilaciones hasta el comienzo de la Edad Moderna.
2.1.2. De la revolución industrial hasta finales del siglo XX . Se ha señalado
el año 1750 como fecha a partir de la cual se manifestó una gran expansión
demográfica. Tan sólo en el espacio de doscientos años (1750-1950) la
población se triplicó, y el incremento medio anual cambió bruscamente hasta
situarse en un 1,1% anual. Los mayores incrementos correspondieron la
primera mitad de nuestro siglo. Este crecimiento ha sido consecuencia de los
cambios económicos que acontecieron a mediados del siglo XVIII. Las
revoluciones industrial, agraria y tecnológica permitieron obtener excedentes
alimenticios con los que hacer desaparecer el hambre y liberar mano de obra
de las actividades agrarias para ocuparse en las industriales y las terciarias.
Sin embargo, estas transformaciones no hubieron sido posibles sin los
avances de la medicina.
En su origen, los beneficiarios de este desarrollo económico fueron los países actualmente
desarrollados. En el siglo XVIII el exceso de nacimientos sobre las defunciones elevó modera-
damente la población, mientras que en el siglo XIX la tendencia descendente de la tasa de natalidad
fue superada por la disminución de la tasa de mortalidad, el crecimiento de la población permaneció
constante, incluso en los primeros años del siglo XX. Este retraso entre la disminución de las tasas
de natalidad y mortalidad acarreó un gradual incremento demográfico, como sucedió en el noroeste
de Europa en el siglo XIX y en los países del sur y sudeste a comienzos del siglo XX.
La tendencia demográfica en América fue distinta de la de Europa. El crecimiento de
población se ha realizado no sólo por la gran inmigración, sino también porque la tasa de natalidad
a principios del siglo XIX era mucho mayor que en Europa.
En Asia la tasa de crecimiento muestra una tendencia ascendente e ininterrumpida, con la
única diferencia de Japón. Situación similar es la de África.
Entre 1950 y 1989 la población mundial alcanzó incrementos muy elevados situándose en
un 2,7% anual. Sin embargo, los incrementos han ocurrido en espacios muy distintos a épocas
anteriores. El incremento se aceleró en las regiones menos desarrolladas de África, Asia (excepto
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Japón) y América Latina, estos países alcanzan un incremento medio de 3,5% en esas fechas;
mientras en los desarrollados es de un 1,1%.
El factor responsable de este crecimiento demográfico ha sido la reducción de la mortalidad,
que si tardó más de una centuria en alcanzar valores mínimos en Europa, ha necesitado tan solo 15
años en los países subdesarrollados, como consecuencia de los progresos sanitarios, económicos y
tecnológicos, implantados desde fuera para luchar contra las enfermedades y el hambre. Mientras
ocurría esta reducción de las tasas de mortalidad, las de natalidad se mantenían altas, mucho más
que las observadas en Europa durante los siglos XVIII y XIX, y como resultado las tasas de
crecimiento natural eran del 3% y superiores, se trata de una explosión demográfica. En definitiva y
globalmente la población mundial se ha triplicado en presente centuria y duplicado desde 1950.

2.2 Distribución de la población.


La población de la tierra no se encuentra distribuida uniformemente sobre el planeta. Sólo
un 30% de la superficie, aproximadamente, está poblada de formada permanente, observándose
acusadas diferencias en la distribución de la población según grandes áreas o regiones mundiales e
incluso en el ámbito nacional. Las diferencias son muy acusadas entre países más y me-nos desarro-
llados, más del 75% de la población mundial vivía en 1989 en los países menos desarrollados en los
que la población se duplicará en 32 años si continúa un ritmo de crecimiento del 2,1% anual.
La distribución espacial de la población es el resultado de la interacción de factores
diversos, que han provocado y acentuado esa irregularidad o desigualdad en la distribución.
2.2.1 Densidad de población. La densidad de población mide la relación entre la
pobla-ción y el espacio que ocupa. Globalmente puede afirmarse que el Antiguo Mundo está mucho
más poblado que el Nuevo; tan sólo en Eurasia viven casi tres cuartas partes de la humanidad,
localizán-dose en este espacio tres de los cuatro grandes focos de población de los que hablaremos
más ade-lante. Asia es el continente más densamente poblado con el 58% de la población mundial,
frente al 15% de Europa y la ex-URSS, 14% en América, el 12 % en África y tan sólo el 0,5% de
Oceanía.
La distribución latitudinal de la población acusa, asimismo, fuertes irregularidad des. Sólo el
13% de la población se asentaba en 1989 en el Hemisferio Sur.
Las desigualdades de ocupación del espacio por la población aparecen con más fuerza se
examinan las densidades por país. Se observa la existencia de densidades elevadas de población
tanto en el área de los países más desarrollados como en el de los menos. Mientras en los primeros
las densidades resultan del proceso industrial y concentración urbana, en los países menos
desarrollados las altas densidades reflejan la presión de la población rural sobre la tierra.
2.2.2 Grandes conjuntos demográficos. Se distinguen entre espacios vacíos o
débilmente habitados, las áreas más pobladas y las áreas menos pobladas.
Espacios vacíos. Una buena parte de la superficie de la tierra está deshabitada y amplias
regiones están habitadas por reducidos grupos de población situados unos de otros a gran distancia.
Estos núcleos se localizan en las tierras frías, en las tierras secas y en las tierras cálidas y húmedas.
Las superficies permanentemente heladas del planeta, situadas en ambos hemisferios, son las
regiones más hostiles a la presencia humana, estando casi completamente vacías en razón de la
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brevedad de los períodos sin hielo, del frío verano y del largo período anual sin recibir energía del
sol. Las escasísimas poblaciones que viven en estas zonas se dedican a la pesca y a la caza, o se
concentran en algunas bases científicas y militares, mineras o petrolíferas que aumentan muy
escasamente los grupos autóctonos.
Zonas desérticas, que representan alrededor de 1/8 parte de las tierras emergidas, donde
vive tan solo 1/70 parte de la población mundial. El mayor obstáculo a la ocupación permanente es
la escasez de agua; los suelos desérticos y carentes de materia orgánica, unido a la ausencia de
agua, imposibilitan el desarrollo de la agricultura. La población es casi insignificante subiste en los
oasis, donde aparecen cursos y pozos de agua. Se dedica fundamentalmente a la ganadería nómada;
la búsqueda de recursos mineros y petrolíferos ha entrañado la creación de nuevos asentimientos,
pero no ha modificado la distribución espacial.
Tierras cálidas y húmedas, el agua y la presencia constante de calor y como consecuencia la
abundancia de vegetación, han sido los factores principales en la ocupación extensiva de estas
áreas. Sin embargo se observan diferencias en la densidad. En general, las tierras tropicales del
Nuevo Mundo tienen menos población que las del Antiguo Mundo, particularmente en Asia. Así, la
cuenca del Amazonas está relativamente vacía frente a las elevadas concentraciones demográficas
de Indonesia o el Golfo de Guinea. Esta gradación en las densidades de población en estas regiones
se debe a las mejores condiciones edafológicas en Indonesia, sur de la India han permitido el
desarrollo agrícola, y son capaces de soportar las mayores densidades rurales del mundo.
Áreas de montaña, sólo algunas de gran extensión y elevación (Himalaya, Tibet, las Rocosas, Andes
Meridionales) pueden ser incluidas en el grupo de áreas débilmente pobladas en oposición a algunos
macizos europeos o a los Andes Septentrionales.
Las áreas más pobladas. En las áreas permanentemente habitadas, las variaciones en los
grados de ocupación no están relacionadas con los factores de carácter físico, sino que están
fuertemente influenciadas por los factores de tipo socioeconómico. Cuatro grandes zonas de
intenso poblamiento, tres de ellas en el continente eurasiático.
Extremo Oriente es el mayor foco demográfico, e incluye Japón, Corea y China Oriental.
Localizada en latitudes medias con unas favorables condiciones climáticas para la agricultura. La
población se localiza fundamentalmente en las llanuras de inundación y en los deltas en China y en
las llanuras costeras y en los valles interiores de Corea y Japón. Estas elevadísimas concentraciones
de población se explican principalmente, por la antigüedad en la ocupación. Excepto en Japón,
donde la transición demográfica ha estado acompañada de una revolución tecnológica e industrial,
la población está ocupada en la agricultura intensiva.
Asia del sur comprende India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka y Myanmar. Las mayores
densidades demográficas se registran en las áreas de clima monzónico. La población se asienta en
todas partes: deltas y llanuras de inundación, a lo largo de los ríos y de la costa, e incluso se registra
una elevada población en las tierras secas del interior de la India. La agricultura intensiva es el
principal soporte de vida.
Europa y la ex-U.R.S.S., es una de las regiones con climas más benigno para la agricultura,
siendo uno de los continentes que obtiene mayores rendimientos agrícolas. Sin embargo, a
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diferencia de los dos focos anteriores, Europa emplea muy poca mano de obra en la actividad
agrícola. Las concentraciones humanas son el resultado del desarrollo de las actividades secundarias
y terciarias, de manera que las zonas más pobladas coinciden con las zonas más tempranamente
industrializadas y urbanizadas (Reino Unido, cuenca del Rhur, Benelux…).
Nordeste de América del Norte se extiende hasta la región de los grande lagos y Quebec.
También en esta zona las actividades agrarias ocupan a un reducido porcentaje de población, y en
ella se localizan importantes fuentes naturales y materias primas.

Áreas menos pobladas. Se dibujan otra serie de pequeñas concentraciones.


Asia Suroccidental poco poblada, a causa de la existencia de amplias zonas desérticas o se-
miáridas, el poblamiento se localiza en los oasis y en el litoral. La población está estrechamente li-
gada a las actividades agrarias, excepto algunas áreas del Golfo Pérsico donde se registran elevados
porcentajes de población urbana, consecuencia del desarrollo ligado a las actividades petrolíferas.
Este australiano y Nueva Zelanda, en Australia la población se asienta a lo largo de la costa
sudoeste, donde el clima permite unos mayores niveles de bienestar.
Valle del Nilo, Sudáfrica y Golfo de Guinea. En el continente africano en el Valle del Nilo se
concentran las mayores densidades de población; en la República de Sudáfrica, con clima
mediterráneo e importantes concentraciones minerales, se asienta otro núcleo de poblamiento; el
Golfo de Guinea soporta un gran número de población.
En América del Norte aparece otra pequeña concentración en la costa occidental en torno a
Los Angeles-San Francisco y en torno a Vancouver en el noroeste. En Ciudad de Méjico y en la
llanura central se localiza gran parte de la población. Las islas del Caribe son las áreas más
densamente pobladas del Hemisferio Occidental.
En América del Sur se localiza fundamentalmente en los márgenes continentales: llanura
central y nordeste de la costa brasileña, la zona del Río de la Plata y la zona central chilena. Las
cuencas de las altas tierras andinas son un medio favorable para el asentamiento de población,
donde se registran a veces fuertes densidades.
2.2.3 Factores de la distribución de la población . La distribución es
extremadamente irregular y su explicación no siempre es sencilla. Tanto en países desarrollados
como en los no desarrollados se registran altas y bajas concentraciones, asociadas a un variado
conjunto de factores cuya interrelación en el espacio no permite su ocupación.
Factores físicos: La combinación de las características físicas (condiciones climáticas, natu-
raleza de los suelos, altitud, continentalidad) determina en gran medida la ocupación demográfica
de la tierra, sobre todo cuando se trata de explicar los espacios vacíos. De entre todos los factores
físicos, el clima es el más importante, por su influencia puede explicar los vacíos demográficos de
las regiones polares y subpolares, de los desiertos cálidos y de las tierras cálidas y húmedas de la
zona ecuatorial, en la medida que impone fuertes restricciones al desarrollo de la agricultura. Sin
embargo, en cualquiera de estos medios la moderna tecnología podría modificar la influencia de los
factores físicos en el modelo de asentamiento demográfico. Técnicas como la producción de lluvia
artificial, la desalinización de agua del mar, el aprovechamiento de la energía solar, la aplicación de
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fertilizantes a los suelos pobres, el drenaje de las tierras húmedas… serían algunas medidas que la
tecnología podría ofrecer para el poblamiento permanente de estas zonas.
La influencia de la altitud en la distribución de la población es más compleja. En general,
las densidades demográficas disminuyen con la altitud, en la medida que un corto período de cultivo
no permite el desarrollo de la agricultura en los climas fríos. Sin embargo, el factor altitud va
asociado con la latitud, de manera que las latitudes bajas la altitud ofrece grandes ventajas a la
ocupación; eso ocurre en los altiplanos y valles de montaña de América Latina y en las montañas de
África Oriental, Por otro lado, las montañas de las latitudes altas son hostiles al poblamiento por las
frías temperaturas, por el grado de insolación y por los límites que imponen la agricultura.
Asimismo, la configuración del terreno (pendientes, exposición al sol, accidentes
topográficos, volumen de los relieves) puede crear condiciones de atracción o rechazo de la
población con relación al límite que pueda suponer para la agricultura. Los valles, como rutas de
penetración a través de las montañas, y los piedemontes, como zonas de contacto entre diferentes
medios son zonas fuertemente pobladas en la medida que ofrecen posibilidades al desarrollo
agrícola e industrial y al intercambio.
A escala local, la calidad y naturaleza del suelo en el aprovechamiento de la tierra, así como
la presencia de los ríos, pueden explicar la mayor o menor concentración.
Factores históricos, sociales y económicos : Allí donde los factores de tipos físicos son
favorables a las concentraciones de población, éstos no explican por sí solos los importantes
contrastes en la distribución de las misma, que se deben en buena medida a factores económicos,
sociales, tecnológicos, que han actuado a lo largo de la historia y que son capaces de explicar esa
discontinuidad en el poblamiento.
Es importante considerar que casi todas las tierras emergidas, a excepción de las muy hosti-
les, han sido ocupadas desde antiguo. De hecho, los tres focos de población más importantes han
conocido un asentamiento muy precoz. Los cambios posteriores en la concentración de población
han estado muy influidos por los avances tecnológicos y económicos. La distribución de la pobla-
ción y la formación de las densidades está relacionada, también, con la difusión espacial de dichas
revoluciones y de la población. De esta manera, parece ser que desde África la población se despla-
zó hasta las zonas cálidas de Eurasia. A partir de aquí, el espacio ha sido ocupado por oleadas suce-
sivas de población, en relación con los ciclos económicos, ya citados anteriormente. El primero es-
tuvo ligado a los avances en la talla de la piedra, se centró en el Próximo Oriente, China y Europa;
el segundo estuvo ligado a la aparición y difusión de la agricultura y domesticación de los animales,
desde Oriente Próximo se difunde a Asia Meridional y Oriental, al sur de Europa y al norte de Áfri-
ca; el tercero correspondió a la revolución industrial, iniciada en Europa, los subsiguientes desarro-
llos fueron exportados a América y Oceanía, junto con importantes contingentes de población.
Por su parte, los escasos focos demográficos del continente africano no son resultado de la
civilización agrícola, o de las técnicas industriales desarrolladas con la colonización, sino más bien
es consecuencia de los avances sanitarios exportados desde los países más desarrollados a los
menos después de la II Guerra Mundial.
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2.3. Localización de la población según la residencia.
Las mayores concentraciones demográficas corresponden a las zonas de población urbana y
esta distribución va a depender del nivel de evolución de las sociedades humanas. A lo largo de la
historia, la población se ha ido concentrando en las ciudades como consecuencia del desarrollo
económico que permitió incrementar la producción agrícola, trasvasar mano de obra del sector
agrícola al industrial y al de servicios y, finalmente, permitió el intercambio comercial de los
productos y la expansión urbana.
2.3.1 Un período de lento crecimiento . Para estudiar el nivel de urbanización en el
mundo es preciso considerar la relación existente entre la población urbana y la población total de
cada país, es la tasa de urbanización. Para el conjunto de la población mundial esa tasa era en 1989
del 41%. Sin embargo, se observan importantes variaciones, así el conjunto de países más
desarrollados alcanzaba un 73%, mientras en los países menos desarrollados alcanza un 32%.
El grado de urbanización está relacionado con el desarrollo económico, las áreas más urba-
nizadas corresponden a las regiones más desarrolladas. Sin embargo, estas variaciones en la tasa de
urbanización también se manifiestan dentro de ambos conjuntos. Así los mayores niveles de urbani-
zación en el mundo se constatan en Singapur y Hong-Kong, o algunos países del Golfo Pérsico.
La tasa más baja de urbanización se encuentra en Asia, especialmente en los países
montañosos como Bután y Nepal. Es importante considerar que una de las áreas más densamente
pobladas de la tierra, Asia del Sur, no supera el 30% de población que vive en ciudades, explicando,
pues, esas altas densidades por actividades agrarias.
En África la población es claramente rural. Sólo pequeños países, Yibuti, la próspera
República de Sudáfrica, Namibia o Libia, destacan por su tasa de urbanización.
América Latina es la más urbanizada entre las regiones menos desarrolladas, 68%, ha heredado una
fuerte tradición urbana de su época colonial.
Ya hemos dicho que la proporción de población urbana es mayor en los países más indus-
trializados y menor en los agrícolas. Pero esta correlación no es tan clara si se toman los valores ab-
solutos: 364 millones vivían en 122 ciudades de más de un millón de habitantes en los países subde-
sarrollados. Además varias de las aglomeraciones urbanas más grandes del mundo se localizaban en
las regiones menos desarrolladas. En algunas sociedades poco desarrolladas la ciudad capital con-
centra la mayor proporción de población del país. La principal función es comercial y de servicios.
En el conjunto de los países más desarrollados se localizaban 100 ciudades de más de un mi-
llón de habitantes, que engloban a 245 millones. Estas ciudades tienen una función industrial y de
servicios muy importante. El crecimiento urbano se ha traducido en la aparición de aglomeraciones
urbanas interconectadas e interdependientes, que ejercen una importante función económica en una
vasta zona de influencia, megalópolis, que incluso se extiende más allá de los límites nacionales.
2.3.2 Cambios demográficos de los asentamientos urbanos . El hecho más
importante de los asentamientos humanos durante el siglo XX ha sido el rápido aumento de
población urbana. El grado de urbanización de los distintos países del mundo puede explicarse
porque éstos se hallan en diferentes estadios del proceso de urbanización. La mayoría de los países
menos desarrolladas se hallan en un estadio inicial. Por su lado, los países más desarrollados han
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llegado en su estadio final, donde más de tres cuartas partes de la población es urbana. Sin
embargo, en este último grupo de países, y debido a ese alto grado de urbanización empieza a
ralentizarse el incremento de la población urbana. En estos países la población urbana creció una
media de un 1,5% anual. Los países menos desarrollados han mantenido altas tasas de crecimiento
de la población urbana, que hasta el año 2000 será de un 3,4%. En resumen, hacia el año 2000 el
47% de la población mundial será urbana, si bien su distribución espacial será muy desigual.
Estos cambios afectarán profundamente al tamaño de los núcleos urbanos. Las grandes
ciudades en los países más desarrollados crecerán más lentamente que las de los países menos
desarrollados. En las últimas décadas de manera que el proceso de urbanización que alcanzó a estas
ciudades después de la primera revolución industrial se está convirtiendo en lo que se denomina
contraurbanización, que no supone un retorno al campo pero si un alejamiento del centro de las
ciudades a la zona periurbana, acompañada de cambios en los usos de espacios urbanos y periur-
banos favorecidos por los altos niveles de movilidad que supone el desarrollo de los transportes.
En los países menos desarrollados las grandes ciudades están creciendo rápidamente tanto
en número como en tamaño, de tal forma que en el año 2000 dos tercios de las 30 mayores
ciudades del mundo se localizaran en estos países.
La concentración de población en las grandes ciudades ha tenido serias repercusiones
sociales y económicas. Se ha producido un deterioro de los servicios, congestión circulatoria,
contaminación ambiental y fenómenos de infravivienda. Pero quizás el problema más importante sea
el desempleo generado por el desequilibrio entre el crecimiento de la mano de obra y los puestos de
trabajo. Los optimistas piensan que las nuevas tecnologías solucionaran estos problemas.

3. CRECIMIENTO NATURAL.
Si se prescinde del fenómeno migratorio, el crecimiento demográfico se concreta en los que
se conoce como crecimiento vegetativo o natural, resultado de la combinación entra las variables de
natalidad y mortalidad. Estos elementos, y especialmente la natalidad, son susceptibles de ser
controlados en sus mecanismos biológicos ya que existen medios técnicos para ello. Sin embargo,
ambos procesos están condicionados por otros factores de carácter cultural, social y económico
que, mientras no ponen en duda la bonanza de la reducción de la mortalidad actúan sobre la
fecundidad a través de motivaciones individuales, ya sean en sentido positivo o negativo.

3.1. Natalidad.

Medidas de natalidad, fecundidad y reproducción.


Tasa Bruta de Natalidad N x 1000 N: Nacimientos en un año (o período de
P tiempo).
P: Población en la mitad del mismo año.
Tasa de Fecundidad Ne x 1000 Ne: Nacimientos en un año de
Específica por Edad. Pfe madres con edad e.
Pfe: Población femenina en edad
e en el mismo año.
Tasa de Fecundidad General N x 1000 N: Nacimientos en un año.
Pf(15-49) Pf(15-49): Población femenina en edad
de procrear, en el mismo año.
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f
Tasa Bruta de Reproducción N e Nfe: Nacimientos femeninos en un
por Edad. Pfe año de madres en el grupo de edad e.
f
P e: Población femenina en el grupo
de edad e en el mismo año.
e: Siete grupos quinquenales de
edad desde 15-19 años a 45-49
años. (Grupos de cinco años).
El análisis de la natalidad debe tener en cuenta tres aspectos el número de individuos en
edad de procrear y su estructura por edad, el calendario de los nacimientos y el comportamiento de
la fecundidad, propiamente dicho y sus determinantes. La natalidad relaciona los nacimientos de
ambos sexos con la población total. La fecundidad relaciona los nacimientos con la población
femenina en edad de procrear. Finalmente, la reproducción relaciona los nacimientos femeninos con
él numero de madres. La tasa bruta de natalidad se obtiene a partir relacionar el número de
nacidos vivos en un año y la población en la mitad del mismo año, expresada en tanto por mil. Esta
tasa se encuentra afectada por la estructura por edad de la población. Para minimizar su influencia
se puede calcular la tasa de fecundidad por edad fértil de la mujer o la tasa de fecundidad
general. Si lo que se quiere es conocer si una población va a ser capaz de asegurar su sustitución
se utiliza la tasa de reproducción bruta, este índice debe alcanzar lógicamente la unidad para
verificar la sustitución de una generación.
3.1.1 Factores que afectan a la fecundidad . Dos grandes grupos de factores:
Factores biológicos o fisiológicos son la edad fértil, la esterilidad involuntaria y la mortali-
dad intrauterina natural. Aunque a efectos estadísticos se admite como intervalo fértil el comprendi-
do entre los 15 y 49 años de la mujer, el periodo de reproducción no es constantes, ni en el espacio,
ni temporalmente en todas las sociedades. Sobre ello se han apuntado algunas característica gené-
ticas (derivadas de la raza), así como medioambientales, sin que pueda afirmarse categóricamente
su influencia estricta sobre la fecundidad a la vista de la escasa información disponible.
Se apunta otro factor que hace referencia a la esterilidad involuntaria de carácter temporal
relacionada con el postparto y la crianza natural. Finalmente, además de las formas universales de
esterilidad que se han apuntado, pueden existir condiciones genéticas o congénitas, a veces
consecuencia de ciertas enfermedades o incluso del tipo de alimentación que afectan a la fertilidad
de sólo ciertos individuos de una sociedad.
Estos factores fisiológicos expuestos mantienen una estrecha relación con otros de carácter
comportamental, por lo que es difícil determinar los componentes estrictamente biológicos que
puedan explicar la variación en los niveles de fecundidad.
Factores sociales, entre ellos habría que distinguir entre los estrictamente socioeconómicos
y aquellos de carácter cultural.
Factores culturales. Se ha resaltado el papel de las normas y valores institucionalizados y,
principalmente, de las creencias religiosas, como factor explicativo de las diferencias de fecundidad
en función de tres aspectos: las características sociodemográficas específicas de cada grupo
religioso, el estatuto de minoría en el que se puede hallar un grupo religioso y la enseñanza
doctrinal propia de cada grupo. En general, se admite que las creencias suponen un apoyo a niveles
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espaciales.
elevados de natalidad en los países en desarrollo, mientras que se estima que el descenso del interés
religioso en las regiones más desarrolladas ha conducido a la reducción del tamaño de la familia.
Factores socioeconómicos. Comprenden un conjunto de variables a las que se atribuyen tanto al
declive histórico de la fecundidad como el contraste entre las regiones con altas y bajas tasas, sin
una teoría estructurada. Señalaremos los siguientes factores:
a) La función y estructura de la familia. Las presiones pronatalistas responden, por lo
general, a la necesidad de reemplazo social que se manifiesta en la práctica, como un deseo de tener
hijos, especialmente varones, como mano de obra y apoyo durante la vejez. En las regiones menos
desarrolladas este factor conserva su vigencia, unido también a altos niveles de mortalidad infantil.
Sin embargo en las regiones desarrolladas, con la creciente industrialización y la urbanización,
unidas a la promulgación de leyes sobre escolaridad obligatoria y prohibición del trabajo entre los
menores, así como a la emancipación de la mujer, la familia ha ido perdiendo su función y utilidades
como unidad económica, la familia numerosa se ha transformado en una carga.
b) La relación entre mortalidad y fecundidad. Un descenso de la mortalidad afecta a la
fecundidad, por un lado, permitiendo un incremento en los niveles al sobrevivir una mayor
proporción de mujeres durante toda su etapa fértil y, por otro, favoreciendo una limitación del
tamaño familiar debido a que una mayor proporción de los nacidos sobreviven hasta la edad adulta,
este proceso no ha tenido lugar todavía en las regiones menos desarrollados, para la supervivencia
de un hijo varón se requiere, por término medio el nacimiento de casi cuatro hijos.
c) Nivel de vida y costes de la educación. Aunque no existe una relación simple entre nivel
de ingresos y fecundidad ésta se redujo primero y más rápidamente en las clases más ricas y después
entre el resto de los grupos sociales menos favorecidos. No se trata sólo de las condiciones
económicas del momento sino también de la diferencia entre las aspiraciones y los recursos de que
disponen las parejas así como de la dirección que tomen los flujos de intercambio generacional. En
las sociedades en desarrollo los intercambios favorecen a los padres por lo que la “racionalidad
económica” empuja hacia una alta fecundidad. En cambio en los países desarrollados el intercambio
favorece a los hijos, al aumentar los gastos de crianza disminuye la natalidad.
En estas sociedades un aumento de la participación del Estado en los gastos de “crianza”
favorecería un aumento de la natalidad. En cambio en las sociedades en desarrollo una medida
antinatalistas sería el aumento de los gastos del Estado en vejez.
d) El nivel de instrucción. El acceso de la mujer a la educación conlleva siempre una
reducción de la fecundidad, confirmándose una relación inversa. La procreación ya no es la única
alternativa. Es un factor precursor en del descenso de la fecundidad.
e) La movilidad social. El deseo del individuo de mejorar su posición en la escala social es
otro factor importante para la limitación de la familia por cuanto la atención a los hijos requiere un
coste, en tiempo y dinero, que, de otro modo, puede ser empleado para ascender socialmente o
para mantener el lugar en el orden social. En cambio en sociedades donde son escasas las
esperanzas de mejora social desaparece este incentivo para la familia de menores dimensiones.
f) La urbanización. En líneas generales puede afirmarse que el medio urbano ha conducido
a la disminución de la fecundidad. Los centros urbanos ofrecen una gama más amplia de servicios y
12
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
empleo, facilitando también la difusión de ideas y los medios de control de la fecundidad. Los
costes de crianza de los hijos son mayores que en las zonas rurales y el contacto con nuevos bienes
y posibilidades induce al aplazamiento o limitación de la procreación para aumentar los ingresos.
Sin embargo, la residencia en la ciudad no es una condición suficiente para el descenso de la fecun-
didad, en países de África y Asia Meridional la diferencia entre zonas urbanas y rurales es escasa.
g) La industrialización. En cierto sentido este factor resume todos los demás factores
socioeconómicos. La industrialización, en sus aspectos científicos y técnicos, permitió una
modificación de las necesidades de mano de obra contribuyendo a aumentar los costos de crianza
de los hijos. Es también responsable del descenso de la mortalidad y de la difusión de los métodos
anticonceptivos.

3.1.2 Niveles mundiales de fecundidad . Para el conjunto del mundo el índice de


fecundidad se cifra en 3, 6 hijos/mujer, oscilando entre valores extremos como 8,5 para Ruanda y
1,3 para Italia o Hong-Kong. Podemos distinguir cuatro grandes grupos:
Países con muy alta fecundidad (más de 5 hijos/mujer). Las tasas más elevadas se observan
en la mayoría de los africanos (6-8), seguidos de algunos asiáticos (5-7), escasamente superior a 5
hijos/mujer es en ciertos países de América Latina.
Países de alta fecundidad (3,6-5 hijos/mujer). Estas tasas se concentran en el resto de
países de África, Asia y América Latina no incluidos en el apartado anterior, excepto los países
del cono sur de América, China, Tailandia, Singapur, Japón, Hong-Kong, Corea y Kazajastán.
Países de fecundidad moderada (2,1-3,5 hijos/mujer). Estas tases se concentran en el sur
de América (Colombia, Venezuela, las Guayanas, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile), Cuba, China,
Corea del Sur, Tailandia, los países de la Transcaucasia soviética, Kazajastán y Albania.
Países de baja fecundidad (menos de 2 hijos/mujer). Agrupa a los países más desarrollados:
EE.UU., Canadá, la mayor parte de Europa, países europeos de la antigua Unión Soviética,
Australia, Nueva Zelanda y Japón. Están situados en un nivel mínimo de reemplazo generacional.
Esta situación tan dispar responde, no sólo a valores iniciales diferentes sino, también, a una
evolución desigual. Como cabría esperar en un hecho demográfico tan influido por los avances
técnicos y científicos, que permiten un relativo control, la tendencia general es a la baja, estribando
las diferencias en la rapidez del proceso según las regiones. Se advierten tres etapas:
Entre 1950-55 y 1960-65. Caracterizado por la existencia de dos grupos plenamente
diferenciados en sus tasas, las regiones en desarrollo con unos índices superiores a 5 hijo/mujer y
las regiones desarrolladas, con índices que entre 2,5 y 4 hijos/mujer.
Entre 1960-65 y 1985-90. Se inicia con un descenso de la tasa en el conjunto mundial pero
con mayor relevancia en las regiones en desarrollo de Asia y América Latina, que se asimilan al
promedio de 3,5 hijos/mujer. América del Norte, que desde 1970 sitúa su índice por debajo del
mínimo de sustitución generacional y Oceanía. África experimenta un descenso lento pero se
mantiene por encima de 6 hijos/mujer y Europa llega a un nivel de 2 hijos/mujer.
13
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
Una etapa futura (1985-90 y 2020-25). Las predicciones suponen una sustancial reducción
de la fecundidad en África, se situará en torno a los 3 hijos/mujer, en América Latina se alcanzarían
valores inferiores a 2,5 hijos/mujer y. sobre todo en Asia se establecería un valor escasamente
superior a 2 hijos/mujer. Europa y América del Norte experimentarán un ligero y lento ascenso en
las tasas que, sin embargo no llegarían a valores por encima del mínimo necesario para el reemplazo
generacional. La tendencia para el conjunto del mundo es hacia la equiparación de los índices en
torno a 1,7-2,4 hijos/mujer.

3.2. Mortalidad.
La medida más sencilla para cuantificar las defunciones es la tasa bruta de mortalidad,
pero esta tasa se encuentra considerablemente condicionada por la estructura por edades de la
población analizada, existiendo, no obstante, otros índices que eliminan este inconveniente y
que a menudo se utilizan para comparar las variaciones espaciales y temporales de la
mortalidad. Una de ellas es la tasa de mortalidad específica. Emparentado con este índice
resalta la tasa de mortalidad infantil es muy utilizada tanto por su relativa simplicidad de
cálculo como por su capacidad de sintetizar el nivel socioeconómico y sanitario de una zona
concreta. Otro de los índices es la esperanza de vida al nacer o vida media,
Medidas de mortalidad, esperanza de vida.
Tasa Bruta de Mortalidad D x 1000 D: Defunciones en un año (o período de
P tiempo).
P: Población en la mitad del mismo año.
Tasa de Mortalidad Da x 1000 Da: Defunciones en un grupo
Específica por Edad y/o sexo. Pa determinado a, en un año.
Pa: Población en el grupo
determinado a en el mismo año.
a: grupo de edad y/o sexo.
Tasa de Mortalidad Infantil Do x 1000 Do x 1000 Do: Defunciones en un año de
N Po menores de un año
N : Nacimientos en un año.
Po: Población de niños menores
de un año en un
Esperanza de vida (al nacer o 1 + S(e+1) + S (e+2) + S(e+3) … SeΩ S: Población superviviente.
a cualquier edad) 2 Se e : Edad para la que se calcula la
esperanza de vida.
eΩ:Último aniversario cumplido
por la población
½: Fracciones de años vividos.
3.2.1 Factores que afectan a la fecundidad . Se pueden distinguir dos grandes tipos:
los factores biológicos y los factores sociales
Factores biológicos se han mencionado comportamientos diferenciales hacia la muerte
según la raza (desventajas socioeconómicas para los grupos étnicos subordinados), el sexo
(admitiéndose un sobremortalidad masculina en todas las edades, tanto en los países en desarrollo
como en los más desarrollados), la edad (mantenimiento de tasas relativamente elevadas de
mortalidad intrauterina e infantil, con características endógenas, incluso en las regiones más
desarrolladas), el estado civil (generalmente, la mortalidad es superior en los varones solteros y en
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6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
las mujeres casadas), el tipo de alimentación (estados de subnutrición…). Sin embargo, las
diferencias, cuando existen, están lejos de ser exclusivamente atribuibles a componentes biológicos,
observándose una complicada interacción entre éstos y otros de carácter socioeconómico y cultural.
Factores socioeconómicos. Se distingue entre las características medioambientales y las
estrictamente sociales de la población.
a) Condiciones higiénico-sanitarias. Aún antes de conocerse el origen microbiano de la
mayoría de las enfermedades se había observado la relación entre suciedad con aquéllas, y la limpie-
za comunitaria e individual se convirtieron en el objetivo central de los reformadores en materia de
sanidad. Ello condujo a la aplicación de medidas concretas para mejorar el saneamiento del medio,
también de medidas sanitarias, así como una preocupación cada vez mayor por el aseo personal.
Actualmente, aunque todavía existe una correlación inversa entre desarrollo económico y
mortalidad, la vinculación entre ambos se ha debilitado, principalmente por el rápido descenso de
las tasas en las últimas décadas en los países en desarrollo, debido a la importación de técnicas de
prevención y control de enfermedades y a su aplicación en programas masivos de salud pública.
b) Tipo de hábitat. La residencia en áreas urbanas o rurales ha venido desempeñando un
papel diferencial sobre el montante de defunciones según las épocas. En los primeros momentos de
la revolución industrial y del despegue urbano como receptáculo de población, las tasas de
mortalidad eran superiores en las ciudades que en el campo. Más tarde, con la concentración de la
mayor parte de los servicios sanitarios en las áreas urbanas la situación se tornó contraria. En la
actualidad, sin embargo, el estado de deterioro medioambiental que sufren muchas de las grandes
ciudades, incide de nuevo negativamente sobre las tasas.
c) La ocupación. Ciertas profesiones se acompañan de riesgos laborales mayores que otras,
se ha mencionado también que las tasas de mortalidad de las mujeres casadas, agrupadas según la
clase ocupacional de los varones, no revisten diferencias con respecto a los varones, lo que podría
sugerir que la influencia de la situación socioeconómica de los distintos grupos ocupacionales es
mayor que el riesgo de cada ocupación
d) Ingresos. Una correlación inversa con la mortalidad.
e) Instrucción. El grado de instrucción se muestra decisivo porque incide sobre la
capacidad del individuo para mantener un grado de salud adecuado (higiene…)
Teniendo en cuenta exclusivamente los niveles de mortalidad infantil se observa, en líneas
generales, que las regiones con mayores tasas presentan los menores índices de escolarización,
ingresos y población urbana. Se localizan principalmente en el continente africano y en Asia.
3.2.2 Niveles mundiales de mortalidad y esperanza de vida . La tasa media de
mortalidad en el mundo es de 10 %o, mientras que la esperanza de vida media es de 63 años.
Las tasas brutas de mortalidad más elevadas (superiores a 15 %o) se localizan principal-
mente en una franja centroafricana que se extendería desde Mauritania, en el oeste, hasta Somalia,
en el este, y desde Chad, al norte, hasta Angola y Mozambique, en el sur. Sigue hacia oriente, por el
sur de la Península Arábiga, así como por el Sur y Sudeste asiático. Por su parte, las tasas consi-
deradas moderadas (10-14 %o) se localizan en la mayor parte de Europa, algunos países del África
mediterránea, de Asia, de África y países latinoamericanos. Finalmente, tasas de mortali-dad, gene-
15
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
ral inferiores a la media mundial se extienden por la mayor parte del continente americano, Australia
y Nueva Zelanda, así como enclaves del Este y Sudeste asiático y la República Sudafricana.
Las condiciones de mortalidad se mostrarían similares en países tan diversos como EE.UU.,
Libia y Tailandia, o entre Suecia y Pakistán, la razón es la estructura por edades de la población. Si
se analiza la esperanza de vida al nacer se observa que la tasa bruta de mortalidad encierra
importantes disparidades. Se puede distinguir un grupo de países con una elevada esperanza de vida
(superior a 70 años), que englobaría el norte de América, Australia y Nueva Zelanda, enclaves
concretos de Asia (Israel, Armenia, Azerbaiyan, Georgia, Kazajastán, Tayikistán, Kuwait, Singapur,
Japón y Taiwan) y de América Latina (Panamá, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, Jamaica y Chile),
así como el conjunto de Europa, excepto Hungría y Rumania. Otro grupo, con esperanza de vida
moderada (61-70 años) comprendería Rusia y la mayor parte de las Repúblicas ex-soviéticas,
América Latina, Asia Occidental y Oriental y Sudeste asiático, y norte y sur de África. Finalmente,
con esperanza de vida baja (inferior a 60 años) se localizan en Asia Meridional y en la franja tropical
del continente africano.
3.2.3 Mortalidad infantil. El nivel de la mortalidad durante el primer año de vida se
considera tradicionalmente como un buen indicador de bienestar social, por su sensibilidad hacia las
variaciones de las condiciones sociambientales, y como el elemento que más claramente influye
sobre los valores de vida media de una población. No obstante el trasvase de técnicas sanitarias
desde los países más desarrollados a los más pobres, todavía puede observarse importantes
diferencias en los índices de mortalidad infantil.
Lo primero que destaca son los altos valores de partida en los países en desarrollo, a pesar
de los 30 años de diferencia con respecto al origen escogido, mientras que, en la actualidad, son ya
menores las disparidades. Se constata un ritmo diferente en la tendencia a las bajas tasas siendo, en
líneas generales, los países desarrollados de Europa Meridional los que observan reducciones
significativas con un relativo retraso respecto a los septentrionales y occidentales que partían.
La reducción más drástica y continua se observa en Japón lo que le procura una baja
mortalidad infantil en el momento presente. La media mundial de la tasa de mortalidad infantil se
cifra en un 75 %o, observándose aún considerables diferencias espaciales. Las menores tasas
(inferiores a 20 %o) se localizan en Norteamérica, el conjunto de Europa, Australia y Nueva
Zelanda así como pequeños enclaves minoritarios en América Latina y en Asia, coincidiendo
básicamente con los mayores valores observados para la esperanza de vida. Finalmente, las tasas
mayores (51-100 %o) predominan en el norte y sur de África, Asia Occidental y Meridional
Turkmenistán y América Tropical y Caribeña.
A grandes rasgos, la distribución de las tasas de mortalidad infantil se corresponde con el
modelo espacial de desarrollo Norte-Sur y Occidente-Oriente y ratifica las variaciones mundiales
observadas a propósito de la tasa de bruta de mortalidad y la esperanza de vida al nacer.
3.2.4 Perspectivas futuras. Atendiendo a la evolución de los distintos índices por
grandes regiones, según el cálculo de la variante media de las proyecciones realizadas por Naciones
Unidas, la tasa bruta de mortalidad ha ido descendiendo sistemáticamente a escala mundial,
reduciéndose desde los años 50 hasta la actualidad en casi un 50%.
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6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
Sin embargo, por grandes regiones las reducciones mayores se registran en los países en
desarrollo, en torno al 60% y fundamentalmente en Asia y América Latina. Las regiones
desarrolladas partiendo de tasas inferiores, sólo se reducen un 5%.
Conforme a lo anterior, la proyección futura estima que para el año 2025 una reducción más
suave, en torno al 25%, de los niveles mundiales de la mortalidad bruta, producto de un freno en la
tendencia a la baja en los países en desarrollo así como de un cambio de signo en las regiones
desarrolladas, debido sobre todo al envejecimiento demográfico, lo que provoca un aumento de la
mortalidad derivado principalmente de la mayor proporción de población en los grupos de edad
avanzada. Sólo África disminuirá drásticamente, la reducción en Asia será menor, mientras en
Europa y América del Norte sufrirán un incremento del orden del 10-15%.
Estas tendencias en las tasas de mortalidad bruta por grandes regiones inciden sobre la
esperanza de vida en las distintas poblaciones. Se proyecta un incremento del 20% para el conjunto
mundial y para los próximos 40 años. Pese a observarse mayores aumentos en la esperanza de vida
en las regiones en desarrollo, las áreas desarrolladas mantienen en todo momento índices
superiores, pero las diferencias disminuyen.
Esta disminución interregional en las diferencias de la esperanza de vida se atribuyen
principalmente a la evolución y tendencia en los niveles de mortalidad infantil, observándose una
evolución similar a la esperanza de vida. Podemos distinguir tres grupos:
- Esperanza de vida (superior a 70) y mortalidad infantil (menor del 20 %o). Países desarrollados
- Esperanza de vida (61-70 años) y mortalidad infantil (21-50 %o). Tasas moderadas.
- Esperanza de vida (inferior a 60) y mortalidad infantil (superior al 50 % o). Países no
desarrollados.

3.3. Crecimiento natural y transición demográfica.


De lo visto hasta ahora, puede afirmarse que la diferenciación espacial en el grado de
desarrollo demográfico coincide, fundamentalmente, con las diferencias en el crecimiento natural y
está ligada al ambiente económico y social. La evolución de un estadio demográfico a otro, esto es,
la reducción de las tasas de mortalidad, primero, y de natalidad, después, es lo que se conoce como
transición demográfica.
3.3.1 Crecimiento natural. En 1989 la tasa de crecimiento natural de la población era
de un 1,8% anual, destacando que los países desarrollados sólo alcanzaban un 0,6% anual y los
menos desarrollados crecían a un ritmo de un 2,1 %.
La situación por países sin considerar las diferencias intranacionales (por tipo de hábitat,
clase social, etc.), describe una significativa variabilidad. Así, dentro del área menos desarrollado el
crecimiento natural más importante, superior a 3,1% anual, se registra tanto en algunos países de
África como en Oriente Próximo y Centroamérica, coincidiendo con las tasas más elevadas de
natalidad y unos niveles de mortalidad, general e infantil, relativamente moderados. Un crecimiento
menos intenso, pero superior al promedio de las áreas en desarrollo. se localiza en el resto de los
países africanos, así como en buena parte del Sur y Sudeste asiático, y Centro y Sudamérica, como
resultado de unas tasas de natalidad y de mortalidad, sobre todo infantil, elevadas y una mortalidad
general en descenso. Es el Régimen demográfico joven.
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6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
En el otro extremo, y dentro de las regiones desarrolladas, se encuentran casi la totalidad de
los países de Europa, EE.UU. y Canadá, Japón y Australia, que crecen a un ritmo inferior la 1%
anual con valores incluso negativos. Régimen demográfico viejo.
Hay otro grupo de naciones con un crecimiento natural medio, entre 1-2% anual. Se localiza
en los enclaves más desarrollados demográficamente de Asia Oriental, y Suroriental, Armenia,
Azerbayan, Kirguijistán y América Latina, con niveles de natalidad más moderados e índices de
mortalidad intermedios, con ambas tasas en declive. Régimen demográfico medio. Esta situación
actual es producto de la dinámica natural de la población que se analiza seguidamente.
3.3.2 Transición demográfica. La descripción del cambio demográfico a partir de
elementos naturales de la población ha dado lugar a la creación de la teoría de la transición
demográfica. Inicialmente estas propuestas fueron aplicadas a explicar la evolución del crecimiento
natural en Europa, al aplicarse a otros espacios, en los que se verificaba el mismo esquema, lo que
había surgido como descripción se convertía en un cuerpo teórico que trata de explicar las causas
que configuran ese modelo de cambio así como predecir los cambios demográficos futuros.

De acuerdo con esta teoría, los países pasarían por tres fases demográficas, en las que
podríamos distinguir cinco tipos demográficos.
- Fase I (tipo 1). Las tasas de natalidad y de mortalidad son muy elevadas, si bien éstas
últimas son fluctuantes, con relación a los períodos de hambre y epidemias. Este equilibrio
determina una estabilidad en el crecimiento demográfico, que se caracteriza por ser muy débil o casi
nulo. Esta situación se produce en sociedades preindustriales o países con economía de auto
subsistencia. Es la más temprana historia de todas las sociedades con una agricultura no bien
desarrollada y bajos niveles de producción.
- Fase II. Cuando el proceso de evolución económica comienza y la producción de
alimentos y los avances sanitarios dejan notar sus efectos, las tasas de mortalidad disminuyen. Se
inicia la fase de transición demográfica, en el que se pueden diferenciar tres tipos. Tipo 2. Las tasas
de natalidad permanecen altas, mientras que la mortalidad desciende lentamente gracias a la mejora
en el nivel sanitario. Se inicia un proceso de crecimiento demográfico. Tipo 3. La natalidad inicia
un ligero descenso, en tanto que la mortalidad continúa su declive. Es un período de “explosión
demográfica. Tipo 4. Las tasas de mortalidad alcanzan cotas muy bajas y una natalidad que
disminuye rápidamente. Al término de este período ambas tasas convergen, de modo que el
crecimiento demográfico registra una deceleración progresiva.
- Fase III (tipo 5). Comienza cuando la tasa de natalidad ha caído hasta el nivel de la tasa
de mortalidad, y conoce períodos de fluctuación en respuesta, probablemente al ciclo económico.
Cuando los tiempos económicos son buenos es más probable que las familias contemplen la
posibilidad de tener un hijo adicional. El crecimiento es débil.
La teoría de la transición demográfica representa la observación y descripción de la expe-
riencia demográfica de la mayoría de los países de Europa, Norteamérica y Oceanía, en los últimos
18
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
doscientos años. Si bien los niveles de tasas y los puntos de comienzo y final de la transición pueden
haber variado, no cabe duda de que en este conjunto de países la evolución demográfica ha sido
semejante. Sin embargo, la aplicación de este modelo para predecir los cambios demográficos en los
países menos desarrollados, puesto que las condiciones socioeconómicas son distintas, lo que
explica que las tasas de natalidad y mortalidad tengan un valor y una tendencia diferentes.
La tasa de natalidad en los países actualmente en desarrollo es mucho más alta que lo que
fue en los países desarrollados en el período de la transición, como resultado de creencias religiosas
y otros factores culturales que han prevalecido durante mucho más tiempo en aquéllos. También el
ritmo de disminución ha sido diferente. Así, mientras los países industrializados tardaron unos 50
años en reducir sus tasas de natalidad, los países en desarrollo lo hacen en 15 años.
En lo que atañe a la mortalidad, tanto las tasas como su evolución son, también, distintas.
Se ha observado que los países en desarrollo, que partían de valores más elevados, comienzan más
tardíamente el proceso de reducción pero éste es más breve, motivado por la importación de las
innovaciones técnicas sanitarias desde los países desarrollados. Los índices de mortalidad son
asimismo más bajos debido a su estructura por edades menos envejecida. Como consecuencia, una
disminución más rápida y más breve, en el tiempo, de las tasas de natalidad y de mortalidad en los
países menos desarrollados conlleva un proceso de transición muy intenso y menos duradero.
A pesar de la ineficacia de esta teoría para predecir el ritmo de evolución y los valores de la
natalidad y la mortalidad, los aspectos principales de la misma son válidas Así, las tasa de
mortalidad comienza su descenso antes que la de natalidad, y los cambios en la mortalidad son el
factor fundamental del crecimiento natural.
3.3.3 Nuevo modelo de transición demográfica . Algunos demógrafos, basándose
en la caída de la fecundidad a partir de los años 70, han desarrollado un nuevo modelo que describe
lo ocurrido y lo que ocurrirá demográficamente en las sociedades, de continuar por la vía del
progreso en que actualmente están embarcadas.
Este nuevo modelo parte de la teoría de la transición demográfica anterior al considerar
también los elementos del crecimiento natural para describir las variaciones en la población. Consi-
dera que la primera fase del modelo anterior ha desaparecido. El modelo describe cuatro etapas
denominadas juventud, adolescencia, adulta y senil. En la etapa de juventud, las tasas de natalidad
son altas pero en descenso, el crecimiento natural se sitúa a partir de un 2% anual; la población se
duplica en 35 años; en esta situación se encuentra buena parte de Asia y África y algunos países
hispanoamericanos. La etapa de adolescencia se caracteriza por una reducción tanto de la tasa de
natalidad y mortalidad, con un crecimiento de población en torno al 1,5%; la población se duplicará
en 46 años; rápido crecimiento por la disminución de la mortalidad. La etapa adulta se corresponde
con la tendencia a la equiparación de las tasas de natalidad y de mortalidad, observándose fluctua-
ciones, pero el crecimiento natural es nulo; en esta situación se encuentra buena parte de Europa
Occidental y Septentrional. En la etapa senil las muertes exceden a los nacimientos. Según aumenta
la proporción de población anciana, aumenta la tasa de mortalidad y desciende la natalidad.
Este nuevo modelo tampoco considera las migraciones en el proceso de crecimiento
demográfico. Sin embargo, los movimientos migratorios pueden servir como válvula de escape para
19
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
los países de fuerte crecimiento; por otra parte, los países receptores podrían retrasar y alejar la eta-
pa de envejecimiento e involución demográfica mediante la acogida de población joven emigrante.

4. Estructura de la población.

4.1. Estructura en función de la actividad.


4.1.1 Problemática. La población es un organismo dinámico, que se mueve
internamente, que cambia de posición geográfica, que modifica su composición interna, de forma
que es al mismo tiempo motor del cambio social y económico y receptor de cambios. Una parte de
la población produce bienes y servicios para sí misma y para el conjunto de la población que no
ejecuta esa función, estableciéndose una relación de dependencia entre estos grupos humanos, la
población activa e inactiva. Para muchos la población activa es uno de los criterios para medir el
desarrollo socioeconómico. Sucede que no es un grupo fácil de medir y que su composición no es
homogénea
Existe un problema inicial muy importante que condiciona los estudios a escala mundial de
la población: la definición y medición de las distintas categorías relacionadas con la población
activa. Según la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) la población económicamente
activa abarca a todas las personas de uno y otro sexo que aportan su fuerza de trabajo para
producir bienes y servicios, en un período de tiempo concreto. Comprendería los trabajadores a
sueldo, los empleadores y las personas que colaboran con empresas familiares. Se excluirían
siempre los estudiantes, las mujeres ocupadas en tareas de su hogar, los pensionistas, los rentistas y
otras personas dependientes, como población inactiva y, ocasionalmente, según países, los militares,
las personas internas en establecimientos, los indígenas en reservas, los trabajadores estacionales y a
tiempo parcial, los buscadores de primer empleo, etc.
Población económicamente activa y empleo
Concepto Definición y tipos Problemas de la definición
POBLACIÓN La población economicamente activa Excluidos
ECONÓMICA- abarca todas las personas de uno u - Estudiantes.
MENTE ACTIVA. otro sexo que aportan la oferta de - Mujeres ocupadas en sus labores.
fuerza trabajo para producir bienes y - Pensionistas.
servicios económicos definidos se- - Rentistas.
gún los Sistemas de Cuentas Nacio- - Personas dependientes de otras.
nales y Balances de las Naciones Excluidos ocasionalmente:
Unidas, durante un periodo de refe- - Fuerzas Armadas
rencia especificado. - Personas internadas en Estableci-
Tipos: Dos mediciones útiles de la mientos
población económicamente activa son - Indígenas en Reservas.
la población habitualmente activa, - Personas en busca del primer em-
medida con relación a un largo perío- pleo.
do de referencia tal como un año, y la - Trabajadores estacionales.
población corrientemente activa o - Trabajadores a tiempo parcial.
fuerza de trabajo, medida en relación - Mujeres que ayudan en el trabajo
con un corto período de referencia tal familiar.
como un día o semana.
EMPLEO 1) Se considerará como “personas 1) Los estudiantes, trabajadores del
con empleo” a todas las que tengan hogar y otras dedicadas principalmen-
20
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
más de cierta edad especificada y que te a actividades no económicas en el
durante un breve período de referen- periodo de referencia, que al mismo
cia, tal como una semana o un día, es- tiempo tenían un empleo asalariado o
tuvieran en cualquiera de las siguien- un empleo independiente, según defi-
tes categorías: niciones previas deberían considerarse
a) Con “empleo asalariado” como personas con empleo.
a1) “Trabajando”: personas que du- 2) Las personas ausentes de su trabajo
rante el período de referencia hayan temporalmente por causa de
realizado algún trabajo por un sueldo enfermedad o accidente, días festivos
o salario; o accidente, huelga, paro de emplea-
a2) “con empleo pero sin trabajar”; dores, licencia de estudios o de for-
personas que habiendo trabajado en mación profesional licencia de mater-
su empleo actual, no estaban traba- nidad o paternidad, coyuntura econó-
jando temporalmente durante el perío- mica difícil, desorganización o sus-
do de referencia y mantenían un vín- pensión temporal del trabajo u otras
culo formal con su empleo, de acuer- ausencias temporales con o sin licen-
do con uno o más de los siguientes cia deberían considerarse como perso-
criterios: nas con empleo asalariado.
i) pago ininterrumpido de sueldos o 3) Los aprendices que hayan recibido
salarios. una retribución en metálico o en espe-
ii) garantía de reintegración en el em- cie deberían considerarse como perso-
pleo al término de la contingencia. nas con empleo asalariado.
iii) duración de la ausencia del traba- 4) Los miembros de las fuerzas arma-
jo, puede ser aquella por la que los das deberían figurar entre las personas
trabajadores pueden percibir una con empleo asalariado.
compensación social sin obligación.
b) Con “empleo independiente”: 5) Debería considerarse como perso-
b1) “trabajando”: las personas que nas con empleo independiente a los
durante el período de referencia ha- empleadores, trabajadores por cuenta
yan realizado algún trabajo para obte- propia y miembros de cooperativas de
ner beneficios o ganancia familiar, en producción.
metálico o en especie; 6) Debería considerarse como perso-
b2) “con una empresa pero sin traba- nas con empleo independiente a los
jar”: las personas que, teniendo una trabajadores familiares no remu-
empresa estaban temporalmente au- nerados.
sentes del trabajo durante el período 7) Las personas ocupadas en la pro-
de referencia por cualquier razón es- ducción de bienes y servicios econó-
pecífica. micos, para consumo propio o del
2) “Personas desempleadas” son to- hogar, deberían considerarse como
das aquellas personas que tengan más personas con empleo independiente.
de cierta edad especificada y que du-
rante el período de referencia se ha-
llen:
a) “sin empleo”, es decir, que no ten- Diferencias según:
gan un empleo asalariado o indepen- – Límites de edad
diente. – Periodos de referencia.
b) “corrientemente disponibles para – Criterios para las personas que bus-
trabajar”, es decir, disponibles para can empleo por primera vez.
trabajar en empleo asalariado o en
empleo independiente el período de Aplicación de otros criterios según
referencia; y países:
c) “en busca de empleo”, es decir, que – Deseo actual de trabajar.
habían tomado medidas concretas pa- – Voluntad de aceptar un empleo en
ra buscar un empleo asalariado o un las condiciones de los mercados de
21
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
empleo independiente en un período trabajo nacionales o locales.
reciente especificado. Las medidas – Disponibilidad para emprender
concretas pueden incluir el registro en negocios cuando se disponga de
oficinas de colocación públicas o pri- recursos.
vadas, solicitudes directas a los em-
pleadores, diligencias en los lugares
de trabajo, explotaciones agrícolas,
fábricas, mercados u otros lugares de
concurrencia, avisos en los periódicos
respuestas a las ofertas que aparecen
en ellos, solicitud ayuda a amigos y
familiares, búsqueda de terrenos, edi-
ficios, maquinaría o equipos para es-
tablecer su propia empresa, gestiones
para conseguir recursos financieros,
solicitudes para obtener premios y li-
cencias, etc.
Los problemas vienen de que los métodos de recolección, clasificación y tabulación de los
datos varían enormemente entre países: las fuentes principales, son los censos y encuestas sobre la
población trabajadora en los países desarrollados y estimaciones oficiales en los menos desarrolla-
dos. La edad de la población considerada como activa es variable entre los jóvenes y los viejos. En
los países más desarrollados es habitual encuadra la población activa entre los 16 y 65 años. En
África, Asia y muchos países americanos oficialmente la población trabajadora empieza, incluso,
desde los 6 años, dada la necesidad que tiene muchos países de incluir a su población más joven en
el mercado de trabajo, Si a ello, añadimos la dificultad de medir el trabajo femenino y la mayoritaria
dedicación agrícola, en muchos otros, son factores que influyen en esta falta de homogeneidad.
La población empleada es definida por la OIT como las personas que tienen una cierta edad
y que durante un tiempo definido se encuentran con empleo asalariado; trabajando, o con empleo
pero sin trabajar y manteniendo un vínculo con su puesto de trabajo; o con empleo independiente,
en situaciones de trabajo o paro.
Desde el punto de vista cuantitativo también hay problemas. Estudiantes, trabajadoras del
hogar, los aprendices, los miembros de las fuerzas armadas, los miembros de cooperativas de pro-
ducción, los trabajadores familiares no remunerados, etc., pueden ser incluidos de trabajo o paro.
Se considera población desempleada a las personas que teniendo una edad determinada y
durante un cierto tiempo se encuentren sin empleo asalariado o independiente, o en busca de
empleo. Las fuentes habitualmente utilizadas son las mismas que las de la población activa, pero
ninguna discrimina entre los distintos tipos de desempleo (estacional, cíclico, estructural).
Las características económicas de la población activa, es decir, la rama de actividad, la
ocupación y la situación profesional, son los aspectos destacados a considerar.
4.1.2 Características económicas. A escala mundial se dispone de tres medidas de la
actividad económica de la población, con distintos grados de fiabilidad: tasa de actividad, para
relacionar la población activa con el total de la población; la fuerza de trabajo, como indicador de
población trabajadora efectiva; y el desempleo o paro, como medida del exceso, de mano de obra
en relación con las condiciones del mercado.
22
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
Medidas de la actividad económica de la población.
P< 15: Población menor de 15
Tasa de Dependencia P < 15 +P > 65 años (jóvenes).
P15-64 P > 65: Población mayor de 65
años (viejos).
P15-64: Población entre 15 y 64
años (adultos).
Pactiva: Población económica-
Tasa de Actividad. Pactiva x 100 mente activa en edad de trabajar
Ptotal Ptotal: Población total en edad de
trabajar.
PactivaES: Población activa de un
Tasa de Actividad Específica. PactivaES x 100 grupo de edad sexo
PtotalES determinado.
PtotalES: Población total de dicho
grupo de edad y sexo
Pparada: Población en edad de
Tasa de Paro. Pparada x 100 trabajar, sin empleo.
Pactiva Pactiva: Población económicamente
activa en edad de trabajar.
Tasa de actividad. Como consecuencia de la heterogeneidad de las definiciones y las fuentes
empleadas, pero sobre todo de las diferentes condiciones socioeconómicas de los países, la tasa de
actividad presenta una gran variabilidad. Varía la tasa desde valores inferiores al 40% en espacios
económicos poco desarrollados, hasta cifras cercanas al 50% en las zonas más desarrolladas. Estas
diferencias se deben a factores demográficos y socioeconómicas.
Las estructuras de edades jóvenes se caracterizan por una menor población adulta, de mane-
ra que la fuerza de trabajo tiende a ser inferior, surtiéndose de los elementos más jóvenes de la pirá-
mide, como sucede en países de África, Asia y Sudamérica. En estructuras de edad más estables los
adultos son más del 60% de la población y aportan la fuerza de trabajo, en detrimento de los jóve-
nes, que se incorporan más tarde al mercado de trabajo, y los viejos, que salen de él más pronto.
Los factores socioeconómicos, son el tipo de economía y los hechos culturales, que impo-
nen diferencias. Los países orientales y sudorientales de Asia, con economías consumidoras de ma-
no de obra, tienen una población activa que alcanza valores cercanos al 50% (Hong-Kong y Corea
del Sur), y, lo mismo, en los países desarrollados de Europa y América, sobre todo por influencia
del empleo femenino. Hay, en cambio, países con fuertes restricciones para el empleo femenino.
Si analizamos la tasa de actividad por sexos, un primer hecho destacado es que la población
activa masculina es mayor que la femenina. La tasa de población femenina trabajadora maraca las
diferencias entre los países con más o menos desarrollo socioeconómico. Existen dificultades
estadísticas para medir esta tasa, sobre todo cuando la mujer trabaja en la agricultura, ello puede
que explique en parte estas diferencias. Pero el acceso de la mujer a la maternidad, su papel en
muchas sociedades y su status social y económico son también importantes en esas diferencias. En
sociedades desarrolladas con estructura de empleo industrial y de servicios, la mujer se integra más
fácilmente, superando así las limitaciones de la maternidad y el cuidado de los hijos.
23
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
La tasa de actividad femenina es menor en las áreas menos desarrolladas, en primer lugar;
no se diferencia de la masculina en cuanto a la entrada de mujeres jóvenes en el mercado de trabajo,
en segundo lugar; y, finalmente, refleja las posibilidades de las mujeres de los países desarrollados
para adaptar su ciclo vital a las posibilidades de trabajo, sobre todo hasta los 50 años.
Otras diferencias están motivas por la tasa de actividad por grupos de edad. En los países
menos desarrollados la entrada en el mercado de trabajo es más acusada a edades tempranas y la
salida se produce a edades más tardías. La necesidad del núcleo familiar por conseguir mayor
cantidad de ingresos, siendo éstos bajos en general, y la escasa cobertura estatal a la población
dependiente condicionan el volumen de población activa. La situación es radicalmente diferente en
las sociedades desarrolladas, incorporación tardía y salida temprana.
La composición urbana o rural de la población influye en la tasa de actividad por edad y
sexo. En general, dentro de cada país en el medio rural: el hombre suele entrar antes y salir más
tarde del mercado de trabajo; la participación de la mujer en el trabajo es más intenso, pero
estadísticamente en el medio urbano la tasa de actividad femenina es mayor, pues en el medio rural
la mujer trabaja en la explotación familiar y no consta estadísticamente.
El crecimiento del volumen de la fuerza de trabajo tiene una relación directa con la fecundi-
dad. Es necesario que la economía de los países subdesarrollados se dote de bienes de capital sufi-
cientes para que la productividad del factor de trabajo no decaiga con la incorporación de nuevos
efectivos y por lo tanto no se amplíe el desequilibrio entre la población y los recursos disponibles.
El exceso de población activa sería el resultado de este proceso. En los de desarrollo medio y alto,
con mejores condiciones para la inversión en capital, la productividad del trabajo no sólo no decae
sino que en muchos casos aumenta. La demanda de mano de obra tiene un carácter expansivo.
Estructura económica de la población activa. El esquema clásico de los tres sectores para
clasificar la población activa sirve de guía para este análisis. A pesar de no ser convenientes el em-
pleo de valores mundiales dada la enorme variabilidad de estos datos, en 1960 más del 60% de la
población activa trabajaba en la agricultura, el resto se distribuía entre industria y servicios de forma
casi igual. En 1980 la agricultura había descendido, hasta el 50%, en beneficio de los otros sectores.
Estas cifras y su distribución por grandes regiones remiten a una realidad incuestionable:
una parte elevada de la población mundial se dedica al trabajo agrícola como actividad fundamental,
coincidiendo con las áreas de menor desarrollo económico. La población activa agraria suele ser
empleada como indicador de desarrollo.
Todo África, con la excepción del norte y sur continental, tiene una elevada proporción de
población agraria (más del 70%). En Asia Oriental conviven países con grandes masas humanas
dedicadas preferentemente a la agricultura (China...) con minúsculos estados con fuerte presencia
industrial y de servicios (Hong-Kong…). En la parte occidental hay también contrastes: los países
productores de petróleo e Israel, conviven con otros países con agricultura todavía importante.
En América se establecen diferencias entre norte y sur. La economía de Canadá y Estados
Unidos es muy desarrollada, con elevada participación de la población en la industria y sobre todo
en los servicios y extremadamente reducida en número en la agricultura, aunque muy productiva.
En el sur, en cambio, se mezclan países con estructura económica industrial y de servicios, cercana
24
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
a los espacios más desarrollados (Argentina, Chile, Uruguay, Venezuela), con otros mucho más
agrarios (países andinos). En América Central domina la economía agraria, consumidora de trabajo.
En Europa, la población activa se distribuye con un desequilibrio acentuado entre industria y
servicios (más del 90% del total). Son economías de servicios dominantes, sobre todo en los esta-
dos occidentales y norteños, mientra el Sur está en transición hacia una economía de servicios. Los
antiguos países socialistas partido de una situación de preponderancia de la población industrial.
En Oceanía podemos distinguir, los países de influencia británica, como Australia y Nueva
Zelanda, no se diferencian de los países desarrollados. Los pequeños estados insulares se refugian
en la agricultura como medio de vida. Podemos distinguir cuatro tipos de países:
a) Países menos desarrollados. África subsahariana, algunos estados asiáticos, en los que la
agricultura es la principal actividad económica.
b) Un importante contingente de países africanos, asiáticos y americanos con cifras de
población agraria cercanas al 50%, pero con tendencia hacia un cierto desarrollo económico por sus
recursos energéticos (Nigeria) o con incipientes procesos industriales.
c) Países de desarrollo intermedio, con una distribución equilibrada en los tres sectores, pero
con un sector servicios que recibe los excedentes de población agraria. Es un empleo en buena
medida inestable y de baja calidad, orientado muchas veces a la prestación de servicios personales y
domésticos (Brasil, Perú)
d) Los grandes países desarrollados de América, Europa y Asia presentan una estructura
hacia la que tienden el resto: La población activa se concentra en los servicios (60%), en detrimento
de la industria, mientras que la agricultura se mantiene sobre el 10%.
Los países menos desarrollados están sufriendo una disminución de la población agraria,
pero los otros sectores no tienen capacidad para absorber los excedentes de población agraria, la
emigración es una solución, a veces la única. Las dos condiciones para que se produjera un trasvase
ordenado son el aumento de los ingresos medios en dichos sectores y la desaceleración en el
crecimiento de la población.
Ocupación socioprofesional. En las sociedades desarrolladas dominan los empleados,
mientras en el resto de los países, lo suelen hacer, los pequeños empresarios, el trabajador no cuali-
ficado y no relacionado por contractualmente con el empresario En los países desarrollados se tien-
de a la formalización de las relaciones laborales frente desregulación en los menos desarrollados.
4.1.3 El desequilibrio entre oferta y demanda: desempleo y subempleo . La
búsqueda del equilibrio entre la población y los recursos es una de las ideas más recurridas por las
políticas económicas y sociales de muchos estados.
Para muchos estados una prioridad es atender a la creciente oferta de mano de obra joven,
generalmente de baja cualificación profesional. Si los recursos tienden a mantenerse estables y la
población crece se produce un exceso de población trabajadora, lo que propicia, en términos
económicos una reducción de ingresos y, en consecuencia peores condiciones de vida. Otros esta-
dos, en cambio, con una política de regulación efectiva de población y recursos, acusan problemas
derivados de una oferta de mano de obra insuficiente. La solución es la movilidad de la población.
25
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
No siempre se considera de la misma manera a la población parada en todos los países, los
parados en su conjunto pueden responder a distintas causas que no implican situaciones semejantes
(desempleo, estacional, cíclico, estructural). La O.I.T. sólo considera fiables los datos de un tercio
de los 128 estados que la componen.
En el nivel de desempleo influyen factores como las instituciones y el comportamiento
humano, la estructura económica favorece o restringe la tendencia hacia el pleno empleo, o la
composición por edad y sexo.
Los países desarrollados, con una estructura económica secundaria y terciaria, tienden hacia
un desempleo reducido. Primero, por la importancia de los ingresos económicos procedentes de las
actividades más productivas que favorecen la movilidad ocupacional. Segundo, por su estructura
demográfica más estable. Por el contrario, en los países menos desarrollados, desempleo y
subempleo son dos hechos complementarios reflejo de una situación de poca productividad, con
ingresos bajos y nula movilidad ocupacional
La estructura demográfica es otro condicionante notable del desempleo. La tasa de paro es
más elevada entre mujeres que entre hombres en todos los grupos de edad. Otro aspecto es que los
dos extremos de población activa tienden a ser más sensibles al paro, los jóvenes por difi-cultades
de acceso al primer empleo y los mayores por la abundancia de las situaciones de prejubilación.
Sobre el subempleo es difícil de conocer su magnitud, las ayudas familiares sin remunerar
son un típico ejemplo. El subempleo actúa como elemento favorecedor del círculo de la pobreza y
baja productividad que se desarrolla en muchos países.
La solución a los problemas de paro y subempleo estaría vinculada a una transformación de
la actividad productiva, de manera que se creen las bases para un equilibrio entre la población,
productora y consumidora de bienes, y los recursos disponibles.

4.2. Estructura demográfica.


La población puede dividirse de acuerdo a numerosos criterios: demográficos, económico-
laborales, sanitarios, formas de vivir, etc. Quizá el más representativo sea el criterio demográfico, la
composición de la población por sexo y edad, pues es el factor determinante básico de la oferta de
mano de obra de un país e influye en las necesidades de diversos bienes y servicios especiales: tiene
por tanto repercusiones demográficas, económicas y sociales.
La composición de una población por sexo y edad es el resultado de tendencias
demográficas pasadas (la pirámide es el recurso gráfico que mejor sintetiza la historia demográfica
de un país). La estructura por sexo y edad proyectada es un resumen o compedio de tendencias
futuras y un indicador sobre previsiones de gasto social.
En una sociedad es fundamental conocer las grandes divisiones por edad; jóvenes, adultos y
personas mayores reciben o aportan recursos de forma diferenciada: educación, subsidios de paro,
ayuda familiar, promoción de empleo, pensiones.
4.2.1 Composición por edad y sexo . El estudio de la pirámide de edades permite
obtener información de la historia demográfica del país en cuestión y plantear conjeturas sobre el
futuro inmediato. La población del mundo tiene una distribución regular en los diferentes tramos
quinquenales y la figura resultante corresponde al mayor peso de las poblaciones con altas tasas de
26
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
natalidad y mortalidad general todavía elevada, lo que provoca el lógico escalonamiento; es decir,
refleja en gran medida la importancia demográfica de los países menos desarrollados (3/4 de la
población del mundo). La diferenciación por sexos indica una masculinidad superior en los primeros
grupos de edad y paulatinamente se inicia un descenso, debido a una sobremortalidad masculina
Si reducimos la escala vemos claros contrastes entre las distintas pirámides. Así la pirámide
de África presenta una base amplia (por altas tasas de fecundidad) y un rápido descenso del tamaño
de los grupos centrales y superiores por una sobremortalidad infantil soportada durante decenios, la
concavidad es una huella del pasado. La fuerte caída en los últimos años de la mortalidad infantil,
en los países menos desarrollados, ha provocado un rejuvenecimiento más acentuado de la
estructura por la base, reduciendo la edad media, mientras que la disminución de la tasa general
provoca un ligero ensanche del resto de los estratos. Los mayores descensos de mortalidad se han
producido en los extremos del ciclo vital. La tasa de masculinidad está próxima a 100, pues la
sobremortalidad masculina en edades de actividad laboral queda en parta compensada por la
sobremortalidad femenina en el período de posible procreación.
La pirámide europea presenta una tendencia el ensanche de los grupos centrales y superio-
res, consecuencia de la fuerte caída de la fecundidad y del consiguiente proceso de envejecimiento.
Esta estructura de estratos centrales abultados no ha provocado ni favorecido una mayor tasa de
natalidad, como hubiese sucedido en otras circunstancias, por lo que los factores socioeconómicos
y culturales pesan mucho más sobre esa tasa que los estructurales. Así, el paso por las edades
reproductoras de generaciones de tamaño considerable ha coincidido con una caída de la
fecundidad. Europa marca el camino que seguirá la población del mundo en los próximos decenios
4.2.2 Los grandes grupos de edad. La edad es un instrumento útil y cómodo que
sirve para delimitar grupos funcionales y para crear categorías de población que indican las
posibilidades que tienen de desempeñar ciertos papeles sociales.
No existe unanimidad de criterios a la hora de establecer umbrales o límites parra esas
clasificaciones funcionales; puesto que en la mayoría de los países la edad tiene una importancia
especial para el funcionamiento de la economía, se suele utilizar la entrada y salida aproximadas del
mercado de trabajo como delimitación: los 15 y 65.
La clasificación en esos grupos permite más cómodamente el estudio del gasto social. Estos
grupos son: población en edad preescolar, en edad escolar, en edad de trabajar, ancianos y mujeres
en edad de procrear. En los próximos treinta años la mayoría de los países seguirán el camino
recorrido por Europa, una reducción del grupo de jóvenes y un incremento de los grupos de adultos
y ancianos. Ello reducirá el gasto social necesario en equipamientos de escuelas; el aumento de la
población adulta va a acentuar las corrientes migratorias internacionales.
En los países desarrollados el aumento más espectacular les va a experimentar el porcentaje
de población anciana; pero que pese al mayor porcentaje en los países desarrollados, en números
absolutas es en el mundo no desarrollado donde se concentra el mayor número de población con
estas características. La consecuencia será el aumento del gasto social en estas personas, pero
mientras la inversión en población escolar es una inversión futura con efectos positivos sobre la
productividad económica, la inversión en este tipo de población es pasiva.
27
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
En los países desarrollados el envejecimiento se traduce en mayores costes sociales, en una
menor facilidad de adaptación a las nuevas tecnologías, una menor movilidad demográfica, todo
repercute en un descenso de la productividad.
4.2.3 Gasto social en población. Los datos de estructura de una población tienen una
gran utilidad para cuestiones de política general y para la planificación de determinadas acciones en
política económica y social. La población se ha convertido en un centro de atracción prioritario del
gobierno. Los habitantes de un país son el principal medio con el que cuenta para lrealizar sus acti-
vidades y han sido un elemento de presión que ha demandado la mejora de sus condiciones de vida.
En el período de entreguerras ya aparece la preocupación por la población como carga
social, sobre todo con la depresión económica de los años 30. Se va produciendo una conexión
entre política social y salarial, entre el gasto público y el desarrollo económico, empieza a
preocupar el paro. La complejidad de las sociedades industriales ha ido añadiendo obligaciones a
los gobiernos en materia de previsión social y ha conducido a sobrecargar las expectativas públicas
en relación con la consecución de mayores cotas de nivel de vida, de justicias y de lucha contra la
pobreza. Allí donde la intervención de los poderes públicos ha sido mayor se han conseguido
mayores avances sociales. La desigualdad entre países demuestra el fracaso de muchas políticas
gubernamentales y la falta de compromiso respecto a la población más pobre.
El gasto social es la parte de los gastos públicos destinada a cubrir las necesidades en
educación, salud, pensiones, subsidios de paro y otras garantías de recursos y asistencia social a la
población. Con ello se busca un principio de igualdad de oportunidades, distribución equitativa de
la riqueza y responsabilidad pública para los que no son capaces de conseguir un buen nivel de vida
por ellos mismos o en asociación con otros, son un medio para redistribuir parte de la riqueza
producida por la nación. Se justifican por la incapacidad del mercado libre para garantizar unos
resultados satisfactorios; y esta incapacidad ha sido especialmente grave en países poco
desarrollados que han vivido en situaciones de dependencia colonial hasta hace escasos lustros,
donde la prioridad absoluta era la explotación de materias primas.
La composición de la población y las tendencias demográficas afectan a estos gastos,
especialmente en los países desarrollados. Un proceso de envejecimiento hace aumentar los gastos
en pensiones y salud, compensados por menores gastos en educación y desempleo. En cambio el
rejuvenecimiento en los países del Tercer Mundo aumenta los gastos en educación, favoreciendo la
adopción de políticas demográficas restrictivas para evitar la bancarrota estatal.
El gasto en enseñanza es una inversión social y busca asegurar una igualdad de oportunida-
des, facilitando la movilidad social y atenuando las diferencias de renta. Es el vehículo para el pro-
greso y la oportunidad, mejora la productividad, demostrándose una estrecha relación entre educa-
ción y crecimiento económico. Pero estas políticas tienen claras deficiencias, así en los países del
Tercer Mundo la inversión en el ciclo superior es mayor a la de otros niveles educativos, evidente-
mente esto sólo beneficia a una escasa proporción de población generalmente de clases adineradas.
Los gastos en sanidad persiguen mejorar el estado sanitario y reducir las desigualdades en el
acceso a la sanidad. Pese a las altas tasas de morbilidad y mortalidad los países atrasados sólo
invierten un 4%, frente al 12,7% de los desarrollados. Además de escasos, estos gastos se
28
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
concentran en áreas urbanas, donde los hogares con rentas altas son proporcionalmente mayores,
creándose una grave injusticia territorial.
Los gastos para garantizar los recursos a la población persiguen asegurar unos ingresos
económicos a las personas que por causa de su salida del mercado de trabajo definitivo, cuando
tiene lugar la jubilación, o temporal, cuando las personas se ven afectadas por enfermedad o
desempleo. Se persigue mejorar el funcionamiento y flexibilidad del mercado de trabajo, así, el
subsidio de paro es un medio para alcanzar los objetivos de los gobiernos en política de mano de
obra. Se pueden incluir en estos gastos los destinados a fomentar la expansión natalista. Estos
gastos representan la mayor proporción en todos los países desarrollados al amparo del estado
protector y de la consecución de superiores niveles de bienestar social. Las diferencias entre países
también son acentuadas, los 21 países más industrializados del mundo invertían el 34% del gasto
total y sólo el 13,7% el resto de los países, a mediados de los años 80.

5. Movimientos migratorios.
La migración es considerada como un proceso de cambio desarrollado históricamente como
respuesta a la presión del hombre sobre el medio y sus recursos. La idea más común en la definición
del movimiento migratorio es la del cambio de residencia de las personas de una manera definitiva.
Pero cada día es más difícil diferenciar a las personas que migran de otras que simplemente se mue-
ven. La dificultad de obtener información obliga a retener sólo los cambios permanentes de residen-
cia entre áreas políticas. Es difícil hacer comparaciones entre países con datos poco homogéneos.
Para la mayor parte de los estados, los inmigrantes son las personas que tienen intención de
establecer su residencia en el país. Para los emigrantes basta con declarar que son personas o
residentes que lo abandonan.
Las fuentes principales son los censos de población, que recogen información sobre los
movimientos de población en su conjunto, pero no siempre para conocer las características de los
migrantes. Los registros proporcionan información del cambio de residencia, pero no están
generalizados en el ámbito mundial.

5.1. Tasas migratorias y modelos.


Como en los movimientos naturales se han desarrollado tasas que permiten las com-
paraciones entre distintos países. Las tasas de emigración e inmigración se definen por el número
de emigrantes o inmigrantes habidos en una año por cada mil habitantes de la población de salida o
acogida. El saldo migratorio es la diferencia entre el número de inmigrantes y el de emigrantes, si el
resultado es positivo es una zona de inmigración, si es negativo es de emigración. También hay
tasas de intercambio entre dos zonas, de intercambio poblacional y bruto de intercambio.
Se pueden establecer una serie de generalizaciones: la atracción de un centro de inmigración
es proporcional a su pujanza económica e inversamente proporcional a la distancia, también hay que
tener en cuenta el tiempo de desplazamiento y el coste; emigran más campesinos y hombres. A
partir de aquí se pueden hacer modelos.
Medidas de movimientos migratorios
Tasa de Migración Bruta I+E x 1000 I: Inmigración. E: Emigración.
29
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
P P: Población.
Tasa de Migración Neta I–E x 1000 I: Inmigración. E: Emigración.
P P: Población.
Tasa de Inmigración Bruta I x 1000 I: Inmigración.
P P: Población.
Tasa de Emigración Bruta E x 1000 E: Emigración.
P P: Población.
Tasa Bruta de Intercambio Iij + Eji x 100 Iij: Inmigrantes en i de j
Poblacional Pi + Pj Eji: Emigrantes de j a i.
Pi: Población de i.
Pj: Población de j.
Tasa Neta de Intercambio Iij — Eji x 100 Iij: Inmigrantes en i de j
Poblacional Pi + Pj Eji: Emigrantes de j a i.
Pi: Población de i.
Pj: Población de j.

5.2. Las migraciones y sus causas.


Las migraciones son los movimientos espaciales de población que desarraigan temporal o
definitivamente a los hombres de su lugar de origen (emigración) para introduciré en otra región o
país (inmigración).
En las migraciones confluyen dos derechos el inalienable de la persona para establecer la
residencia allí donde crea conveniente y el del Estado que tiende a regular la distribución de la
población en su territorio, según sus intereses económicos.
Las causas de las migraciones varían según la naturaleza de las mismas. Las migraciones
forzosas, por motivos religiosos, políticos, étnicos, económicos..., un grupo de personas es
obligado a emigrar. Migraciones voluntarias están condicionadas por el desequilibrio
población/recursos, la población tiende a desplazarse para reequilibrar esa relación.

5.3. Los movimientos migratorios en el mundo.


Se pueden hacer varias clasificaciones, una ya la hemos comentado; otra puede ser en
función de la duración (diarias, estacionales, temporales, definitivas o continuas); pero la princi-pal
clasificación hace referencia a la amplitud espacial de los movimientos, en ella nos vamos a centrar.
5.3.1. Migraciones internas. Es conveniente establecer una distinción previa para
separar el mundo subdesarrollado y el desarrollado, en el convencimiento de que la dinámica
migratoria e distinta en algunos de sus elementos y en las consecuencias que se derivan de la
distribución humana en los espacios interiores de los países.
Países no desarrollados. Las migraciones interiores han tenido una larga tradición entre
áreas rurales. Actualmente son los movimientos campo-ciudad los más importantes, sin olvidar tam-
poco los flujos que se producen entre ciudades medias y grandes. Las ciudades medias juegan un
papel de paso en la cadena migratoria del campo a la ciudad de manera que con la experiencia ad-
quirida en la ciudad intermedia el emigrante se encuentra en mejor situación con respecto al merca-
do de trabajo y a su integración general en el ámbito urbano. Principales focos de inmigración son
la capital y las ciudades más importantes; quienes emigran son jóvenes rurales.
30
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
Las causas de la migración rural-urbana son fundamentalmente económicas, las diferencias salaria-
les, la posibilidad de encontrar empleo, las oportunidades sociales son mayores en el medio urbano.
Países desarrollados. En su desarrollo espacial los movimientos interiores pueden seguir
algunos esquemas distintos:
1º) Orientación hacia las áreas más industrializadas y con mayor nivel de urbanización.
2º) En países con mayor desarrollo hay procesos de contraurbanización, dirigiéndose de las zonas
metropolitanas a las zonas periurbanas.
Los emigrantes son jóvenes en edad de trabajar sin grandes diferencias por sexo. Las
razones son fundamentalmente económicas, el deseo de mejorar el nivel de vida. Las personas sin
cargas familiares tienen mayor propensión a emigrar; la mayor cualificación propicia la misma
tendencia. En cambio la distancia actúa como elemento disuasor en la decisión de emigrar.
5.3.2. Las migraciones internacionales. Las migraciones que cruzan las fronteras
estatales han sido un fenómeno común en la historia. En cada momento histórico los esquemas
migratorios han tenido rasgos distintos según la importancia de las causas que los han generado y
las áreas de origen y destino. Si las migraciones interiores sólo modifican la distribución de la
población de un país, las internacionales alteran el número de efectivos del país. En la actualidad
están originadas por razones económicas, pero no debemos olvidar la tragedia humanitaria que
significan las migraciones forzadas. Hay dos grandes focos de atracción, Europa y Estados Unidos
de Norteamérica, a los que se han unido en los últimos años Japón y los países del Golfo Pérsico

CRITERIO TIPO CARÁCTERES


Origen Internacionales Movimientos entre estados, con carácter, perma-nente y
por causas económicas.
Rural/Urbana Movimientos dentro de estados, del campo a la ciudad de
carácter económico.
Urbana/Rural. Movimientos de retorno, con cambio de condiciones
Intraurbana. económicas y medioambientales en las ciudades.
Interurbana. Movimientos hacia áreas de expansión económica, con
Frente Pioneros tendencia permanente y carácter económico.
Distancia Internas o Nacionales. Cambio de residencia dentro de un país, con tendencia
permanente y carácter económico.
Internacionales Cambio de residencia entre estados, permanente y de
carácter económico.
Tiempo Permanentes Movimiento de distintas unidades migrantes sin intención
de retorno, por causas económicas.
Temporales Movimiento de distintas unidades migrantes durante
tiempo limitado.
Estacionales Movimiento durante tiempo limitado según ciclos
temporales.
31
6 La población mundial Modelos demográficos y desigualdades
espaciales.
Retorno Movimientos de distintas unidades migrantes, por cambio
de condiciones socioeconómicas hacia lugares de origen.
Razones Libres Regulares Movimiento de distintas unidades migrantes, según ori-
-Económicas gen y destino, distancia y tendencia a ser permanentes en
el lugar de destino.
- Jubilación Movimiento de grupos humanos específicos según origen
- Enseñanza y destino, distancia y carácter temporal.
Libres Irregulares Movimientos económicos, sin admisión en destino, con
carácter temporal.
Libres Limitadas Movimientos económicos, con carácter temporal, de
unidades migrantes específicas.
Forzadas Movimiento con criterio de decisión obligado hacia un
país de destino, con carácter temporal.
- Internacionales Desplazados, repatriados, expulsados, refugiados.
- Nacionales Transfugas, evacuados, deportados.
Unidad Individual Movimiento según origen y destino, distancia, tiempo y
migrante Familiar razones, con cambio de poblaciones
Grupos/Clases
En 1993 se estimaba que la población migrante en el mundo se situaba en torno a los cien
millones de personas, incluyendo en esta cifra a los trabajadores legalmente empleados, a sus
familiares, a los inmigrantes clandestinos, a los refugiados políticos y a los desplazados por
cualquier otra causa. Todos los pronósticos auguraban una tendencia al aumento en el porvenir, en
un mundo abierto a los flujos de tecnología, a la comunicación, a los movimientos de capital y de
mercancías, generador de imparables movimientos migratorios. Las últimas migraciones se
producen en un contexto de interdependencia creciente de los Estados y de las economías y de
integración de los sistemas de intercambio en el ámbito mundial.
Este sistema mundial se ve afectado por profundos desequilibrios, que actúan como factores
decisivos de la dinámica de las migraciones actuales. Desequilibrios en primer término en los
balances demográficos, mientras el Primer Mundo experimenta un lento crecimiento del 0,6%
anual, en el extremo contrario el Tercer Mundo presenta un crecimiento del 2,1 %. A esta
dualización se añaden los desequilibrios existentes en la riqueza y el profundo contraste en los
niveles de renta por habitante entre los países desarrollados y los subdesarrollados.
El imparable crecimiento de la población de estos últimos, unido al reparto cada vez más
desigual de los recursos en el planeta, viene favoreciendo, en las últimas décadas, la extensión de
flujos migratorios desde el Tercer Mundo a los países más desarrollados. Catástrofes naturales,
degradación medioambiental, persecuciones políticas, religiosas o étnicas, son factores que
intervienen en este proceso.
La inmigración forma parte del cuerpo social de las áreas de recepción e, inevitablemente,
va transformando nuestras sociedades en étnica y culturalmente plurales e internamente desiguales,
dualizadas, divididas entre nacionales e inmigrantes. Se introducen en estas sociedades
considerables niveles de inestabilidad social y plantean importantes retos de cara al futuro.
Migraciones en la Europa de posguerra. Finalizadas la II Guerra Mundial, Europa
occidental entró en un periodo de reconstrucción que facilitó la entrada masiva de inmigrantes. Los
países que querían atraer inmigrantes pusieron en marcha el sistema gastarbeiter, que se buscaba la
captación de mano de obra emigrante, bien a través de acuerdos bilaterales entre los Estados
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receptores y los emisores de emigrantes, o por medio de agencias de contratación creadas al efecto.
De esta forma, se puso en marcha un dinámico movimiento de trabajadores que acudían desde el
Sur de Europa hacia los países más desarrollados del continente. Italianos, españoles, turcos,
yugoslavos, portugueses y griegos respondieron masivamente a la demanda de empleo, de tal forma
que a finales de los años setenta los trabajadores procedentes del Sur de Europa representaban el
56% del total de la población activa en Francia o el 31% en Alemania…
La aportación de la mano de obra inmigrante fue determinante en la mejor de la
productividad y de la competitividad de numerosos sectores industriales. Se trataba de una fuerza
de trabajo barata, flexible y contratada con carácter temporal. Los países del Sur de Europa
contaban con las ganancias generadas por las remesas enviadas por los emigrantes, a la vez que
aliviaban el exceso de mano de obra.
Migraciones en Europa 1975-1995. Se suponía que era un flujo de migración temporal,
que con la recesión se invertiría. Semejante suposición resulto errónea. A partir de la crisis del pe-
tróleo de 1973, al iniciarse la recesión económica que habría de generar altos niveles de desempleo,
los Estados receptores comenzaron a imponer duras restricciones a la entrada y contratación de tra-
bajadores extranjeros. El trabajador llegado con la bonanza económica dio muestras, en muchos
casos, de no querer marcharse a pesar de la recesión, quería convertirse en miembro estable.
Los nuevos emigrantes que llegaban no procedían ya del Sur de Europa sino del Tercer
Mundo. El deterioro de la situación económica de sus países de origen hace que los emigrantes
descarten la idea del regreso voluntario. Este asentamiento se veía también impulsado por las
políticas migratorias de los años setenta y ochenta que propiciaron la reagrupación familiar, que
ponía fin al mito del retorno.
La población extranjera crece, pero no todos son población activa, ello supone un coste so-
cial creciente, necesidades de escolarización, atención médica, asistencia social, seguro de desem-
pleo… Las políticas restrictivas han hecho proliferar los inmigrantes ilegales, que viven atrapados
entre dos necesidades difícilmente conciliables: la de subsistir a base de obtener recursos (para lo
cual precisan establecer contacto con el medio) y la de exhibirse lo menos posible, con el fin de evi-
tar su expulsión. Ello les conduce a restringir al mínimo su contacto con los nacionales y a vivir en
una situación de aislamiento social. Proliferan los guetos de inmigrantes concentrados en reductos
urbanos perífericos y degradados. Además, normalmente, su falta de papeles, les lleva a trabajar en
la economía sumergida, realizando empleos socialmente indeseables, abandonadas por los
autóctonos, no compitiendo con los nacionales.
Aislamiento social, carencia de bienes materiales, localización periférica de la actividad eco-
nómica inmigrante en el aparato productivo y bloqueo de los cauces institucionales de participación
en la vida social sirven de caldo de cultivo para que se establezcan sociedades endogámicas basadas
en afinidades lingüísticas, o de marginalidad, que acaban arrojando altas tasas de delictividad.
Durante estos años no sólo los países del Norte de Europa han sido receptores de
población, sino que los del Sur, tradicionalmente emigrantes, se han convertido en receptores de
inmigración, variando su imagen de homogeneidad convirtiéndose en Estado multirraciales y
pluriculturales. Hay dos zonas de emigración hacia Europa:
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a) Migraciones del Sur hacia Europa. Dos tercios del total de la inmigrantes
extracomunitarios establecidos en Europa proceden del Magreb y el África Subsahariana. El
principal destino ha sido Francia, pero también Bélgica, Holanda, Suiza y cada vez más Italia y
España. La intensidad de estas migraciones va en aumento por la situación económica y
demográfica de los países de origen. La crisis económica en los años 80-90 a dado lugar a una alta
propensión a emigrar para escapar de la pobreza y satisfacer las expectativas de bienestar y
consumo. Generan remesas de divisas que llegan a suponer el 5% del PIB de estos países, relajando
la presión que sufre el mercado de trabajo.
b) Las migraciones del Ese de Europa. Desde el final de la II Guerra Mundial hasta la
caída del muro de Berlín en 1989, la Unión Soviética y los países que permanecían bajo su
influencia derramaron un goteo constante e ininterrumpido de emigrantes, suponiendo unos 10
millones de habitantes, el 10% de su población total.
El hundimiento del bloque del Este supuso un cambio, por un lado aumentó en cantidad, por
otro lado cambio la percepción de los países receptores, lo que antes eran valorados como héroes
políticos hoy son considerados un nuevo contingente de gente pobre que huye de la miseria. Las
últimas migraciones se han caracterizado por su heterogeneidad: aparecen cerebros, clases medias,
técnicos, mano de obra poco cualificada No es fácil diferenciar la migración de mano de obra banal
del éxodo de cerebros, ya que los inmigrantes cualificados del Este han aceptado una gran descalifi-
cación profesional en los países de acogida. Hay migraciones religiosas, políticas y económicas.
Este flujo parece que no va a desaparecer sino a continuar e incluso a aumentar. Dado que a la
situación económica tiende a empeorar y el crecimiento demográfico a aumentar.
Los países receptores han adoptado una serie de actitudes que caracterizan el deseo de controlar el
movimiento de personas procedente del Este. Suelen estar más dispuestos a acoger a estas poblaci-
o-çnes que a las procedentes de África, por ser también mayores sus posibilidades de integración
Estados Unidos: una nación de inmigrantes. Estados Unidos, el país por excelencia del
hecho inmigratorio, entre 1820 y 1990 el continente vacío ha acogido a más de 55 millones de
personas procedentes de los más diversos lugares del planeta. La inmigración norteamericana
presenta rasgos muy peculiares, y ofrece claras diferencias con respecto a la que tiene lugar en
Europa occidental, diferencias que se refieren tanto al volumen de los flujos y a su composición
como a la percepción social del fenómeno.
Uno de los componentes esenciales de la imagen que Norteamérica tiene de sí misma es su
historia de nación de inmigrantes, al contrario que Europa donde la esencia de las naciones reside
en la homogeneidad cultural. Pese a ello el debate sobre la inmigración ha sido constante, qué inmi-
grantes admitir, cuántos, con qué características. El debate aumenta en momentos de grandes flujos
migratorios y de cambios en su composición, entrando en colisión los intereses de los recién llega-
dos, los de los grupos étnico-culturales de origen más antiguo y las demandas del mercado laboral.
En los años sesenta frente a la asimilación a la sociedad a la que se incorporaba el
inmigrante, defendían que cada grupo étnico poseía el derecho a desarrollar su propia cultura y sus
propios valores en la sociedad de acogida, mejorando la adaptación. Era una respuesta al
incremento de la diversidad étnica resultante de las nuevas corrientes migratorias, de procedencia
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mayoritaria del resto del continente americano y del asiático. Esta nueva perspectiva pluricultural ha
hecho que se llegue a hablar de una economía étnica, definida como aquella que comprende a los
inmigrantes autoempleadores junto a los empleados de su misma etnia, que no precisan entrar en la
economía general para tener éxito económicamente, sino que ofrecen un método alternativo.
La legislación estadounidense sobre la inmigración ha venido presidida por el debate sobre
asimilación, integración y pluriculturalismo, y ha ido dando respuesta a los cambios en el volumen y
en la composición de los flujos migratorios, así como a las inquietudes de los más potentes grupos
de influencia. A principios de los años veinte se introdujeron las primeras restricciones en cuanto al
número y origen de los inmigrantes que se admitirían, ellas favorecían a los inmigrantes procedentes
de Europa septentrional y occidental. En el año 65 se impuso un sistema de preferencias; la primera
preferencia fue la prioridad a la entrada de inmigrantes cuya formación y conocimientos fueron
necesarios para el desarrollo económico del país, produciendo una auténtica fuga de cerebros de los
países con menos posibilidades; la segunda preferencia era el reagrupamiento familiar.
La política restrictiva trajo el incremento de la inmigración ilegal, en 1973 se estimaba que
había entre uno y dos millones,de inmigrantes ilegales ocho de cada diez eran mexicanos. En 1986
la cifra se situaba entre tres y cinco millones, eran una mano de obra demandada por los
empleadores, era barata y estaba sometida a duras condiciones laborales. La ley de 1986 endurecía
las condiciones de entrada, pero no acabado con la inmigración ilegal, pero la ha hecho más costosa
beneficiando a intermediarios y empresarios.
Junto al reagrupamiento familiar y los visados basados en la cualificación profesional la
única forma de entrar es conseguir el Estatuto de Refugiado.
En la actualidad, la inmigración en Estados Unidos se caracteriza por la consolidación de
comunidades étnicas asiáticas y centroamericanas; por el aumento de su poder de presión en la
sociedad; por una volumen importante de inmigrantes ilegales; y por una creciente demanda de
peticiones de refugiados y asilados políticos. La afluencia de inmigrantes se mantiene en ascenso.

Nuevas áreas de inmigración en el mundo desarrollado. En las últimas décadas del siglo
XX se han consolidado nuevos polos de atracción para los inmigrantes situados en la zona del
Pacífico y del Golfo Pérsico.
a) En el área del Pacífico el principal foco de atracción es Japón. El crecimiento japonés
entre 1980 y 1990, en contraste con el estancamiento de los Estados Unido y Europa, se tradujo en
un aumento del valor del yen, lo que agrandó de forma espectacular la diferencia entre los salarios
de Japón y los de los países de los alrededores. convirtiéndose en un foco de inmigración. La conse-
cuencia fue la inmigración ilegal, sobre todo coreanos, sudamericanos y chinos. Japón ha pasado de
las políticas restrictivas de la inmigración a la aceptación para solucionar la falta de mano de obra.
b) Los países ricos en petróleo de Oriente Medio. La fuerte demanda de mano de obra de
estos países ha producido la llegada de contingentes de trabajadores del Sur y del Sudoeste de Asia,
llegando a suponer el 76% de la población en los Emiratos Árabes Unidos. La presencia de un alto
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porcentaje de población étnicamente diferente suscitó una gran preocupación porque se estaba
produciendo un proceso de pérdida gradual de la identidad árabe, optaron por un denominado
proyecto carcelero, un contratista empleaba a los trabajadores que considerase pertinentes para la
realización de un proyecto los mantenía en enclaves durante el período de realización del proyecto y
los hacia regresar a su país de origen al terminar el proyecto. Pero sólo es aplicable a la
construcción de infraestructuras.
Los movimientos de refugiados. Uno de los fenómenos migratorios característicos del siglo
XX ha sido el de los movimientos de refugiados que, en 1991 según datos de la ONU, afectaban a
17 millones de habitantes del planeta. Tras la II Guerra Mundial se definió jurídicamente el Estatuto
de Refugiado y se organizó una serie de instituciones con el objeto exclusivo de encargarse de la
protección legal y de la búsqueda de soluciones para los afectados por este tipo de migraciones.
La Convención de 1951 definía el refugiado como la persona que debido a fundados
temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado
grupo social o por sus opiniones políticas, se encuentra fuera del país de su nacionalidad. Los países
receptores se amparan para denegar el estatuto en que es difícil demostrar con criterios objetivos la
persecución, los consideran inmigrantes económicos que tratan de beneficiarse de las ventajas
sociales que se derivan de la obtención del Estatuto de Refugiado.
A partir de los años sesenta, los movimientos de refugiados adquieren nuevos matices: se in-
tensifican notablemente y alcanzan una dimensión intercontinental. Los principales movimientos de
refugiados tendrán lugar en territorios sometidos antes a la dominación colonial y sumidos tras la
independencia en permanentes tensiones y conflictos. En la década de los ochenta la amplitud de los
movimientos aumentó.
A los problemas que afectan en su conjunto a la población emigrante, de los que hablaremos
más adelante, se unen algunos específicos, como son los derivados de la creación de campos de
acogida en la proximidad inmediata de la frontera con el país de procedencia, lo que propicia ata-
ques frecuentes del ejército regular o de grupos paramilitares del país de origen. A veces, pese a la
prohibición expresa se producen intercambios de refugiados entre países fronterizos para detener a
opositores políticos. La población autóctona próxima a estos campos también se muestra
descontenta, al ver pasar camiones con las provisiones que a ellos les faltan, y por ver amenazada
su seguridad de la zona ante los bombardeos e incursiones armadas dirigidas contra los campos.
ACNUR propone tres tipos de soluciones para los refugiados: la repatriación voluntaria, el reasen-
tamiento o la reinstalación y la integración local. El reasentamiento consiste en el traslado de los re-
fugiados a un tercer país distinto al del primer asilo o acogida. La mejor solución es la repatriación
o retorno voluntario, posible cuando finalizan las condiciones que propiciaron el exilio. La integra-
ción local se propone cuando se prolonga la situación que obligó a la salida o cuando existe el
deseo de permanecer en el país de acogida.

5.4 Consecuencias de los movimientos migratorios.


La primera es la redistribución espacial en busca del equilibrio entre recursos económicos y
efectivos demográficos. Las consecuencias para las regiones emisores de emigrantes; se reduce la
mano de obra y el paro; recibe importante contingentes de divisas de los emigrantes, que favorecen
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el desarrollo del país; pero supone un círculo vicioso ya que la pérdida de efectivos más dinámicos
empobrece más a la región de la que son originarios. Si la emigración es de cerebros, perdida del
gasto realizado en formarlo.
La población que emigra sufre en los países a los que llegan procesos de desarraigo debe
adaptarse a una cultura y unas costumbres distintas, la ayuda de miembros del mismo grupo, que
emigraron antes, palian estas circunstancias. Los emigrantes deben hacer frente a situaciones de
desempleo o subempleo, se encuentran reducidos a un mercado de trabajo ilegal.
Las consecuencias para las regiones receptoras de inmigrantes: suponen una mano de obra barata,
que acepta desempeñar trabajos que los autóctonos ya no están dispuestos a realizar. Si el emigran-
te es mano de obra cualificada, ahorro del gasto en formación. Como contrapartida supone una sali-
da de divisas del país, pero el principal problema es el desarrollo de tendencias racistas y xenófobas.
Para muchos europeos o norteamericanos, sobre todo en épocas de crisis económicas, los inmigran-
tes son percibidos como una invasión, un riesgo para la situación laboral, un desafío para las cos-
tumbres tradicionales y una carga para la colectividad en gastos sociales. Las respuestas son políti-
cas restrictivas de inmigración y en algún caso estallidos violentos contra grupos de inmigrantes.

6. Proyecciones demográficas.
Los censos proporcionan un retrato o una imagen de la población y sus características, una
proyección sugiere los cambios demográficos que pueden acontecer en el futuro: cuánta población
habrá, dónde vivirá, cuál será la estructura por grandes grupos de edad, cuál será su ritmo de
crecimiento. Estas proyecciones se han convertido en una parte importante del proceso de
planificación de manera que deben ser consideradas en conjunción con otros factores.
Una estimación de población se realiza a partir de la población presente, y se basa en los
cambios conocidos o estimados de tres factores: fecundidad, mortalidad y migración. Su fiabilidad
es más segura cuanto más cercano al año de origen sea el período para el que está realizada y
cuanto mayor sea el área geográfica que cubre.
Naciones Unidas ofrece varios escenarios para el año 2100 denominados con los términos
variante alta, media y baja. La variante alta prevé tasas elevadas de fecundidad y migración y una
mortalidad media; la variante media, se basa en unos valores medios para los tres elementos;
finalmente, la variante baja, unos valores bajos de natalidad y migración y medios de mortalidad.
Las proyecciones establecen que en el 2020 el 84% de la población mundial vivirá en los
países menos desarrollados. De continuar este ritmo de crecimiento todos los países africanos y al-
gunos islámicos de Asia Occidental duplicarán su población en un período de 20 años. Globalmente
los países en desarrollo duplicarán su población en 32 años, frente a los 122 años que tardarán los
países más desarrollados, pero algunos países tardarán más de 500 años. Estos desequilibrios
provocarán la emigración de mano de obra joven hacia los países desarrollados.
Hay autores que piensan que en el planeta habita ya más población de la que es capaz de
soportar; otros mantienen la tesis de que puede acoger todavía algunos miles de millones de
habitantes más; posturas intermedias afirman que los recursos actuales pueden ser suficientes para
mantener la población al menos 50 años más, y que las provisiones alimenticias podrán aumentar
gracia a los avances científicos, mediante la aplicación de nuevas técnicas en la consecución de
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nuevas razas de animales y plantas. El uso intensivo de los recursos del planeta acarrea el deterioro
del medioambiente y unos elevados costos en la puesta en práctica de medidas para su depuración.

7. Conclusión
A lo largo de los diferentes apartados se han ido apuntando las desigualdades inter e intrana-
cionales con respecto a la población mundial; cualquiera de los componentes demográficos podría
utilizarse como indicador de las mismas, ya que además se presentan todos bastante entrelazados.
Todos los criterios considerados inciden en la misma separación, salvo escasas excepciones,
se presentan dos mundos antagónicos con evoluciones y comportamientos demográficos y formas
de planificación del desarrollo diferentes.
En el primer grupo se integran Israel, algunos exportadores de petróleo (Arabia Saudí, Ku-
wait, Emiratos Árabes Unidos), los países de la O.C.D.E. (menos Turquía, Grecia y Portugal), y las
ciudades estado Hong Kong y Singapur. Su renta per cápita supera los 6000 dólares y la edad me-
diana los 30 años y los gastos de seguridad social son superiores al 30% del gasto total público. El
otro gran bloque de países está constituido por los países africanos, asiáticos y de América Latina

Bibliografía
- Abellan, Antonio, Fernández,Mayoralas, Gloría, Rodriguez, Vicente, y Rojo, Femín. La
población mundial. Síntesis, Madrid, 1991.
- Rivière, Aurora; Las últimas migraciones; Cuadernos del Mundo Actual, nº 98; Historia 16,
Madrid.

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