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Marco legal

Durante la década pasada, la reforma de planificación y presupuesto fue


impulsada por dos iniciativas. La primera ha sido reformar la Constitución, las
leyes y los decretos relativos al presupuesto. En este contexto, se modificaron
algunas cláusulas de la Constitución relativas a los desembolsos presupuestarios
plurianuales, al igual que las facultades del Congreso en lo concerniente a las
asignaciones y modificaciones del presupuesto.

La segunda iniciativa involucra el marco legal que norma el proceso


presupuestario y la política fiscal de México. Este marco legal se compone de la
Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal y de la Ley Federal de
Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que entró en vigor el 1 de abril de
2006. México ha podido generar un conjunto de normas ejecutivas imperativas
aplicables al presupuesto por resultados que destacan el seguimiento de
recomendaciones de mejoras emanadas de evaluaciones externas.

La Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria establece


normas y principios relativos a la responsabilidad fiscal. Para cumplir las metas
establecidas por la ley, es importante que el presupuesto por resultados se vincule
al Plan Nacional de Desarrollo (PND), el cual contiene sus programas y objetivos
estratégicos. Según esta ley, la SHCP prepara propuestas de presupuestos
anuales y las presenta al Congreso de la Unión el día 1 de abril.

Las estipulaciones constitucionales se complementan con la Ley de


Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal (1976) que establece que
el saldo presupuestario debe contribuir al equilibrio presupuestario. Mediante la
aprobación de la nueva Ley de Presupuesto en 2006 se introdujeron también
nuevos principios y medidas: 1) medidas disciplinarias destinadas a enfrentar
insuficiencias inesperadas en las estimaciones de ingresos del año fiscal; 2)
normas específicas para determinar los precios del petróleo; 3) fondos especiales
para asignar excedentes de ingresos del petróleo; 4) nuevas normas sobre
evaluación del desempeño; y 5) el fundamento jurídico para pasar a un nuevo
sistema de cuentas.

Por último, pero no por ello menos importante, el marco legal que norma el proceso
presupuestario y la política fiscal de México corresponde fundamentalmente
a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. Otras leyes
y decretos que tienen estrecha relación con el proceso presupuestario y la
planificación federales son: 1) la Ley General de Deuda Pública; 2) el Decreto
de Presupuesto de Egresos de la Federación; 3) el Acuerdo que establece el
Sistema Integral de Administración Financiera Federal; 4) la Ley del Servicio
de la Tesorería de la Federación; 5) el Reglamento de la Ley del Servicio de la
Tesorería de la Federación; 6) la Ley Orgánica de la Administración Pública de la
Federación; y 7) la Ley de Planeación. Si no existe una estrecha vinculación entre
la planificación y el presupuesto, es posible que la visión de largo plazo o los
MFMP terminen pareciendo sólidos sistemas presupuestarios en el papel, pero
seguirán teniendo resultados deficientes en la práctica.

En 2006 la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria introdujo


reformas al sistema presupuestario que establecieron diversos principios. La
Constitución mexicana reformada, tal y como la aprobó el Congreso, estipula que

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los tres niveles del gobierno (federal, estatal y municipal) tienen la obligación
de: 1) administrar los recursos públicos sobre la base de principios de
eficiencia, economía, transparencia y honestidad según un enfoque orientado a
resultados; 2) evaluar los resultados de dicha ejecución de recursos y fomentar
los resultados obtenidos de manera de considerarlos en futuras asignaciones;
3) garantizar que los gobiernos federal y estatal tendrán sus propias entidades
de evaluación independientes (separadas de sus organismos auditores); y 4)
mantener la evaluación del gasto federalizado (recursos federales transferidos
a gobiernos locales) en conformidad con la legislación federal. La Ley Federal
de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria de México de 2007 establece la
evaluación de resultados y programas como parte del proceso presupuestario.
Esta medida mejora el monitoreo de programas sobre la base de una mayor
coordinación institucional y de nuevos indicadores de desempeño.

Visión México 2030


En 1997 el gobierno mexicano lanzó su Visión México 2030, la cual planifica
con una generación de anticipación. Dada la actual turbulencia de la economía
mundial, solo un plan nacional global con una perspectiva de largo plazo será
capaz de hacer realidad la visión de México para el bienestar y el progreso.

La Visión México 2030 está vinculada a objetivos estratégicos de los ministerios


sectoriales, es resultado de un trabajo en equipo intersectorial de México que
incorpora las perspectiva de distintos partidos políticos, las diferentes regiones
y otros actores sociales y económicos, y constituye el mayor consenso de la
sociedad mexicana. Es la proclamación del gobierno para actuar en el presente
con el fin de garantizar que la acción pública contribuya a la construcción del
México del mañana.

La Visión México 2030 es un proyecto de país de largo alcance y una propuesta


que da certeza sobre el destino que los mexicanos quieren alcanzar como
nación; tiene como propósito identificar objetivos compartidos para el futuro del
país y ofrecer una metodología para evaluar los avances hacia el logro de esos
objetivos. Asimismo, la Visión México 2030 es una propuesta para movilizar
energías y las voluntades de los mexicanos. No intenta imponer una perspectiva
exhaustiva, definitiva o inamovible, sino que propone una ruta correcta y un
destino hacia el que se puedan encauzar todos los mexicanos.

El trasfondo de esta visión es que el gobierno mexicano ha tomado conciencia


de la sostenibilidad a largo plazo, la que no puede tratarse en planes anuales ni
de mediano plazo, y por lo tanto ha propuesto una visión común para la nación
con el objeto de responder a cambios socioeconómicos inminentes como el
envejecimiento de la población y la demanda creciente de una mejor calidad
de vida. La actual generación de mexicanos tiene el deber de construir una
visión común de la nación que desea para las próximas décadas y encaminarse
resueltamente al logro de ese objetivo. Por otra parte, la velocidad a la que se
está transformando el mundo hoy en día obliga al gobierno a visualizar lo que
dichos cambios pueden generar en el futuro. Solo así podrá el gobierno evitar
riesgos, superar obstáculos y reducir el posible efecto de las adversidades.

Los gestores de este plan fueron la SHCP, la SFP y la Presidencia de la


República.

64 Los sistemas de planificación y presupuesto en Corea y América Latina


La visión se estructura en torno a cinco ejes:

1) El Estado de Derecho y la seguridad: un Estado que se sustente en


normas, justicia, seguridad personal y nacional, y la percepción de la
ciudadanía respecto de la seguridad.

2) Una economía competitiva y generadora de empleos: nivel de ingresos,


empleo, competitividad, desarrollo tecnológico, infraestructura para el
desarrollo y turismo.

3) Igualdad de oportunidades: prosperidad, equidad entre regiones,


acceso a servicios públicos, cobertura educacional, educación de calidad
y salud.

4) Sostenibilidad ambiental, salud materna e infantil, e igualdad de género.


5) Democracia efectiva y política exterior responsable: transparencia,
gobierno, derechos humanos y política exterior.

Cada uno de estos ejes debe lograr sus objetivos para 2030. En primer lugar, el
eje del Estado de Derecho y la seguridad consta de tres subsectores: justicia,
seguridad personal y propiedad, y percepción ciudadana y seguridad. Todas las
familias y su patrimonio deben estar seguros y todos los mexicanos deben poder
ejercer sin restricciones sus libertades y derechos. En 2006 México ocupaba
el lugar 69 entre 125 países en términos de fortaleza de sus instituciones. El
gobierno mexicano espera que para el 2030 el país se encuentre entre los
primeros 20.

En segundo lugar se encuentra una economía competitiva y generadora de


empleos. Para cumplir este objetivo se han establecido cuatro subsectores:
nivel de ingresos, empleo, competitividad y desarrollo tecnológico. La economía
mexicana será altamente competitiva y crecerá de manera dinámica y sostenida,
generando empleos suficientes y bien remunerados. En 2006 el producto interno
bruto (PIB) per cápita era de US$8.020. Se espera que, dado el mayor ingreso
de la mayoría de los mexicanos, dicha cifra llegue a US$29.000 en 2030.

El tercer eje corresponde a la igualdad de oportunidades para todos los


mexicanos y se subdivide en ocho subsectores: desarrollo de infraestructura,
turismo, prosperidad, acceso igualitario a servicios públicos para todas las
regiones, cobertura educacional, educación de calidad, salud, salud materna e
infantil, e igualdad de género. El gobierno mexicano espera que el país ofrezca
igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos, que sea un país donde
los ciudadanos ejerzan plenamente sus derechos sociales y donde se haya
erradicado la pobreza. Esta parte del plan se concentra en eliminar la pobreza
extrema. En 2005 había 18,9 millones de personas que vivían en situación de
pobreza en México. Para 2030, se espera haber erradicado la pobreza extrema
en el país.

El cuarto eje apunta a garantizar la sostenibilidad ambiental y consta de dos


subsectores principales: bosques y selvas, y protección de áreas naturales.
Los contenidos primarios de este eje son el compromiso con la sostenibilidad
ambiental y el uso responsable de los recursos naturales. En particular, el plan

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