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CURSO MONOGRAFICO
" COMPROMISO ÉTICO DE LA ENFERMERA COMO LÍDER EN LA GESTIÓN DEL
CUIDADO”
APERTURA: 10 MIN
Actualmente la salud es considerada cuestión central y condición del desarrollo, no solo como
de valor. Esto es consecuencia de múltiples factores, entre ellos el aumento de las inequidades
en el mundo globalizado, el aumento de riesgos debido a cambios ecológicos, demográficos y
socioeconómicos, la generación de alianzas globales para el desarrollo social, el control de
enfermedades y una renovada acción a favor de la atención primaria en salud.
DOCENCIA EN ENFERMERIA:
A la comunidad
En este contexto adquieren relevancia los recursos humanos en salud que actualmente, tanto
en el mundo como en las Américas, atraviesan por una triple problemática:
Es por lo que actualmente se requieren recursos tanto humanos como materiales, así como de
una infraestructura que, de respuesta a las necesidades de salud, que y como son demandadas.
En las definiciones de enfermería hay amplio acuerdo respecto a las competencias que la
enfermera/o debe reflejar en el desempeño de sus funciones y los estándares requeridos en el
empleo, estas son:
Se hace necesario entonces que bajo la perspectiva ética, el liderazgo y gestión del cuidado la
formación de enfermería el docente debe ocuparse de este, y mirarlo como una la persona, en
su integridad, como un ser en desarrollo y como sujeto social.
DOCENCIA EN ENFERMERIA:
• HACIA LA COMUNIDAD
Liderar las acciones para hacer realidad la APS, la cual "forma parte integrante tanto del
Sistema Nacional de Salud, como del desarrollo social y económico global de la comunidad.
Representa el primer nivel de contacto de los individuos. la familia y la comunidad con el SNS,
llevando lo más cerca posible la atención en salud, al lugar De residencia y trabajo, y constituye
el primer elemento de un proceso permanente de asistencia sanitaria"
PONENCIA HOSPITAL JUAREZ DE MEXICO
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" COMPROMISO ÉTICO DE LA ENFERMERA COMO LÍDER EN LA GESTIÓN DEL
CUIDADO”
• HACIA LA PROFESION
Se debe recordar que la práctica educativa implica una actividad necesariamente interpersonal,
en la que cada uno de los actores que participan tiene una perspectiva muy particular del otro
en función de su comportamiento y de la forma en que se concibe cada una de las situaciones
éticas y bioéticas que se viven de manera cotidiana en el contexto educativo.
Partiendo del hecho de que el docente y el alumno son los personajes centrales de la institución
educativa. La figura del maestro se ha constituido en la sociedad de todos los tiempos como la
persona que es el ejemplo que seguir, a escuchar, a valorar y a exigir. Los valores del docente
tienen una influencia definitiva en la educación.
Por lo tanto, es necesario considerar que se trata de un replanteamiento del ser profesional
docente, sensibilizado en esa lógica de estar juntos. Son responsabilidades sociales y
democráticas inmediatas la escuela, los estudiantes y la comunidad, de modo que las
configuraciones éticas en la práctica pedagógica implican autonomía, voluntad, decisión y
convivencia, aceptación de una sociedad abierta y plural, respeto a los derechos humanos,
valores con pertinencia social, virtudes cívicas, dinamismo, lenguaje de posibilidad, alternativas
y otras realidades entre muchas .
Cuando un profesor reflexiona en torno a la bondad, la pertinencia de una u otra actividad ética
dada en el espacio académico, lo hace sobre la base de sus creencias morales (3).
Las actitudes de los docentes deben ser analizadas como acciones encaminadas a mejorar la
vida, según lo menciona Hortal Augusto: “Los principios bioéticos son coordenadas éticas de
la profesión docente y la contribución de los principios en el aumento de la vida se manifiestan
a través de la Beneficencia, la Autonomía y la Justicia” (4).
aquello que se manifiesta a través del ejercicio de la autoridad, del estilo evaluador, de los gestos
y las palabras, en una relación de contacto físico y psicológico del docente y el estudiante en el
proceso educativo, en el cual la concentración de conocimientos, experiencias profesionales y
personales actúa como una concentración mayor que es transmitida al que menor
conocimientos y experiencia tiene, sin que se manifiesten formalmente ni la intención ni el
mecanismo o procedimiento cognitivo de apropiación de los significados.
El docente también debe partir de que los estudiantes de Enfermería igual que otros son
sujetos inteligentes capaces de pensar y aprender, que hunden sus raíces en una organización
biológica que, articulada con dos funciones invariantes, la organización y la adaptación, va a
engendrar a partir de las interacciones del organismo con el medio conductas cada vez más
complejas que posibilitan la construcción de la inteligencia, instrumento indispensable de los
intercambios entre el sujeto y el universo. Estas interacciones son reconstituidas en valores
propios, por ser sensibles a las ideas y valores (5); por otro lado, el alumno tiene características
y necesidades propias, una historia y una cultura peculiares, está abierto al cambio, es
consciente de que todo es perfectible, tiene valores claros y ambiciosos que fácilmente se
pueden convertir en metas (6), y todos estos aspectos permiten vislumbrar que los estudiantes
aprenden la ética a través del análisis teórico y de los elementos aprendidos en la realidad
profesional, modelados por el docente y los profesionales de enfermería que tienen contacto
con él. Las ideologías y creencias en la formación de estudiantes de Enfermería dan forma y
contenido a la subjetividad de docentes y estudiantes, de manera que se da un proceso que
conlleva la observación consciente e inconsciente del principiante o novicio, quien somete a
evaluación al docente: como tal su congruencia con un sistema de valores armónicos dentro
de un contexto también coherente y formando parte de un todo personal y profesional (7).
Así mismo, enfermería necesita desarrollar un liderazgo que sea flexible y que trascienda más
allá de los escenarios organizacionales; teniendo en cuenta que la educación permite establecer
procesos de modificación del comportamiento en torno a la adquisición de competencias de
liderazgo en el futuro profesional de enfermería.
Surge la necesidad de cambiar la manera de pensar sobre el liderazgo para sobrevivir los cambios
en el sistema de salud. Se requiere que el profesional de enfermería desempeñe un nuevo papel,
más orientado hacia el grupo y hacia el futuro, flexible, dinámico y dispuesto a asumir riesgos,
en contraposición con el papel controlador, centrado en la posición de “jefe” que ha
desempeñado por años o por el contario el papel de sumisión esperando órdenes de otras
disciplinas en salud.
Es por eso por lo que debe estar dispuesto a modificar la rutina y en tal sentido, los docentes
deben posibilitar el desarrollo y la maduración de nuevos tipos de liderazgo. Se requiere de una
transformación de imagen objetiva del liderazgo teniendo como eje la formación con habilidades
directivas para enfermería, junto a un fuerte sentimiento de unidad y colaboración profesional
con enfoque científico, negociación y estrategias de cambio, de esta manera, se podría ofrecer
un importante impulso para el desarrollo del liderazgo en enfermería dentro de las
organizaciones de salud.
De acuerdo con el análisis y revisión realizada, para la enfermería como disciplina ha sido una
preocupación constante desarrollar competencias para el ejercicio del liderazgo en los futuros
profesionales desde la formación universitaria , de tal forma que se apoye el desarrollo y
posicionamiento de la profesión y por tanto se responda a las prioridades de salud que necesita
el país. Esta preocupación también proviene porque la reforma de la salud se amplía y su ritmo
se acelera. . Por consiguiente, de acuerdo con lo anterior, la profesión de enfermería necesita
evaluar la actual preparación de las enfermeras para la gestión y el liderazgo y preguntarse si se
relaciona con las necesidades actuales. Esta preocupación parte de que el liderazgo en
enfermería es indispensable para el desarrollo y posicionamiento de la disciplina y que como tal
puede ser aprendido o potencializado; en tal sentido las universidades desempeñan un papel muy
importante en su desarrollo y fortalecimiento.
Con el cambio en el sistema de salud, el liderazgo es un proceso que debe estar presente a lo
largo del ejercicio profesional, en todos los roles, al brindar cuidado, en la dirección de un
servicio de enfermería, programa o institución prestadora de servicios de salud, o simplemente
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en el diálogo interdisciplinario e intersubjetivo que exige la práctica de enfermería con los sujetos
de cuidado .
De acuerdo con lo anterior, resulta esencial que los profesionales de enfermería se posesionen
de este contexto, permitiendo tanto el desarrollo de los sistemas de salud como de la gestión del
cuidado. En este sentido, la adquisición de herramientas para ejercer un liderazgo efectivo es
fundamental. Por lo tanto, la formación, así como la capacitación continua y el intercambio de
experiencias exitosas lograrán establecerlo.
En lo referente a la categoría del profesional del futuro, se presenta que el liderazgo es una
cuestión importante relacionada con la forma de integrar los diversos elementos de la práctica
de enfermería para garantizar la calidad de atención; incluye una habilidad crítica que cada
enfermera debe poseer para mejorar la práctica profesional y se trata de las relaciones
interpersonales, esto es fundamental para el liderazgo y el trabajo de enfermería.
no hay duda de que ser un líder es un proceso casi natural en la profesión de enfermería y que
la propia forma como está estructurado el trabajo y la formación favorecen el ejercicio del
liderazgo. Por lo tanto, se requiere que desde la academia haya compromiso en la formación
de profesionales de enfermería líderes. A su vez, se necesita un trabajo conjunto de pares
académicos con profesionales que se desempeñan en administración, bien a nivel
institucional en la dirección de enfermería en el área clínica, en programas o proyectos del
sector salud, o desde la gerencia de instituciones de salud a fin de establecer propuestas que
fortalezcan la formación del futuro profesional. Desde los currículos de los programas de
Enfermería, sería interesante fortalecer valores como la responsabilidad, el compromiso, la
solidaridad, ética, relaciones interpersonales, entre otros, para que los estudiantes se motiven
a ser líderes y desde las asignaturas debería ser una tema transversal para todas las áreas, de
tal forma que partiendo de hechos cotidianos en el aula de clase se propenda por incentivar
el liderazgo y muy importante que se impartan conocimientos sobre el Sistema de Salud
Vigente, de tal forma que el futuro profesional esté a la altura de las necesidades sociales del
país. Finalmente, reconociendo que el cuidado es la esencia de la enfermería, los valores del
liderazgo deben ser orientados en ese sentido. Así es posible inferir que el reconocimiento y
posicionamiento del enfermero en su quehacer, es un factor fundamental para que él sea
aceptado por el equipo de salud como un líder, además de contribuir para el rescate del
cuidado como enfoque central del liderazgo de la enfermera que trascienda más allá de la
esfera social, clínica y comunitaria a lo político y económico de un país.
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