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LA CANASTA FAMILIAR EN BOLIVIA

1. INTRODUCCIÓN
Constantemente escuchamos referencias sobre el precio de los productos que
conforman lo que se llama la "CANASTA FAMILIAR"- Es decir un número
establecido de productos, cuyo seguimiento en el alza de precios permite saber el
índice de Precios al Consumidor (IPC). en un ambiente donde la inflación esta
siempre presente.

Ahora bien, el IPC es elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que
hace muestreos en los diversos mercados de las ciudades de La Paz, Santa Cruz,
Cochabamba y El Alto, para establecer lo que ocurre temporalmente.

El IPC, es un indicador de corto plazo que mide la variación de los precios, de un


periodo a otro, de un conjunto de artículos (bienes y servicios) representativos del
gasto que realizan los hogares.

El comportamiento del IPC es el resultado de un seguimiento a La evolución de


tos precios de un conjunto seleccionado de artículos que se consideran
representativos del universo y que conforman la denominada canasta familiar.

En Bolivia se calcula este indicador desde 1966, año que se utilizó como base del
IPC hasta marzo de 1992, contemplando en su estructura solamente a la ciudad
de La Paz. Posteriormente una investigación orientada a determinar la estructura
del gasto de los hogares realizada por el INE en 1990 (Encuesta de Presupuestos
Familiares), permitió el cambio de año base a 1991 y ampliar la cobertura
geográfica a las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba y El Alto.

Para el gobierno la oferta y demanda han marcado estabilidad y los precios se


mantienen relativamente con mínimas alzas en la gestión pasada.

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La verdad es que a pesar del tecnicismo para la medición, el escepticismo es el
factor real y efectivo del público. Puede ser que tas referencias que nos otorgan el
INE sean importantes para frenar impulsos inflacionistas, teniendo en cuenta que
la úi formación es fundamental en el proceso de conocimiento de los pueblos.

Por otro lado se tiene el concepto de la necesidad de mantener la estabilidad de la


economía. Sin duda que todos velan por este concepto fundamental, pero a la vez
la estabilidad de los precios es igualmente importante para que no caiga et peso
de la crisis en las espaldas de los más pobres, que son los que la sienten.

La justificación de la presente investigación es que siempre, las estadísticas


oficiales han dejado la duda de su certidumbre y, en este caso, de los precios
ponderados

Uno de los indicadores de corto plazo es el índice de Precios aí Consumidor, cuyo


uso es muy Frecuente, cuya estructura y forma de cálculo es poco conocido y
menos discutido por agentes de gobierno, empresarios y familias. Los resultados
del índice de Precios al Consumidor están relacionados con el concepto de
inflación y apreciaciones políticas sociales.

En el país se ha generado una incertidumbre, desconfianza y escepticismo, que


obedece en gran medida a un fenómeno de deterioro de suministro de
información.

Las cifras publicadas por el INE, en relación con el IPC, si bien resulta de un
procedimiento matemático aplicado universalmente, son generadas sobre una
estructura de ponderaciones (peso o importancia de un artículo dentro de la
canasta familiar) que merece la pena ser discutido.

Con esto se quiere decir que acerca de la "canasta familiar" es adecuado conocer
sus detalles, las maneras como se hace las ponderaciones y los procedimientos

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hasta obtener el dato oficial.

Lo lógico es que a medida que se consolida la democracia y lo que queremos


construir, que es una economía de mercado, debería haber mayor y mejor
información y además debería ser más oportuna, confiable y completa. Todo esto
porque los agentes económicos y los contribuyentes tienen todo el derecho de
exigir información pública de esas características.

2. ANTECEDENTES
Luego de la experiencia hiperinflacionaria que pasaron Bolivia y otros países de la
región en la década de los ochenta, el estudio de la inflación estuvo orientado a
comprender ese extraordinario y socialmente costoso fenómeno desde sus
orígenes y causas hasta su posterior control, Actualmente la inflación muestra una
tendencia a la baja y en los últimos años ha registrado niveles históricos.

La presente investigación incursiono en la problemática inflacionaria desde la


perspectiva de hacer una crítica a tas cifras del Índice publicado por el ENE. Et
objetivo era ver la veracidad de la información elaborada y publicada por el 1N£,
que no reflejan la evolución de precios, porque son resultado de una canasta
familiar que contiene demasiados productos y cuyo funcionamiento requiere que
estos presenten ponderaciones disminuidas.

Para este fin se propuso la elaboración de una nueva estructura en la cual se tiene
niveles de ponderaciones que reflejan la verdadera importancia que tienen estos
dentro de la canasta familiar, Se comprobaron resultados de los índices del INE
con los Índices de la propuesta y se observa correlación de las cifras oficiales con
la estructura propuesta

Por lo tanto, ninguna de las observaciones que se realizaron es tan importante


como para invalidar al IPC como indicador del "comportamiento de los precios
promedio, de un periodo a otro, de un conjunto de artículos representativos del

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gasto de la población de referencia. Sin embargo, los procedimientos utilizados y
los índices de algunos pocos artículos merecen algunas observaciones que los
descalifican que pueden afectar la credibilidad del índice.

La primera investigación en el país sobre los gastos y tos ingresos de los hogares
son las encuestas de 1931 y 1965.

La Encuesta de 1965 se realizó en la ciudad de La Paz {excluidas las zonas de El


Alto y los barrios del Sur), con una muestra de 711 hogares. Los resultados de
este estudio permitieron establecer una nueva "Canasta Familiar", elaborada a
partir de una estructura de consumo, con 161 bienes y servicios seleccionados de
un conjunto de 220 artículos de mayor consumo.

Posteriormente a 1966 se han producido un cambio en la estructura económica


del país por diversos factores, entre los cuales se mencionan los siguientes:

El crecimiento de los centros urbanos, debido a la migración de población de las


áreas rurales, a las áreas urbanas y la alta tasa de crecimiento de la población

Los cambios en la distribución de la población por el desplazamiento de la misma,


del occidente al oriente del país

El desarrollo económico, que trac consigo nuevos hábitos de consumo

Las permanentes innovaciones tecnológicas que modifican los patrones de


consumo

El IPC-66 de la ciudad de La Paz,, dejo de ser representativo de los centros


urbanos, aún cuando sigue siendo el centro poblado más grande de Bolivia

La desigual evolución de los precios relativos de bienes y servicios, que

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distorsiona permanentemente la estructura de ponderaciones del IPC

Entre los años 1978 y 1979 el INE elaboró un proyecto para realizar una Encuesta
de Ingresos y Gastos, con una muestra de 6192 hogares, distribuida en diez
centros urbanos. En esta oportunidad apenas se realizó una encuesta piloto y no
pudo continuarle con las siguientes etapas de la Encuesta por taita de recursos
financieros.

El 1 de enero de 1990 se dio inicio la Encuesta de Presupuestos Familiares 1990


(EPF), en las ciudades de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Et Alto.

3. DESARROLLO

3.1. OBJETIVOS DE LA ENCUESTA DE PRESUPUESTOS FAMILIARES (EPF)


Los objetivos que persigue una investigación de este tipo, están contenidos en el
Manual de Encuestas sobre Hogares de las Naciones Unidas, así como en las
resoluciones de las conferencias internacionales de Estadísticos del Trabajo,

El objetivo principal de la EPF es el proporcionar información que permita


determinar los artículos específicos de mayor consumo de las familias y a partir de
ello construir las "'Canastas Regionales" de bienes y servicios de consumo de las
familias y las estructuras de ponderaciones por ciudades, asi como otros datos
que faciliten la captura de los precios de los artículos seleccionados para el cálculo
del IPC nacional.

Como objetivos secundarios se puede mencionar, entre otros:

 Suministrar datos sobre los niveles y la distribución de los ingresos, el


consumo, el gasto de los hogares.
 Proveer información que facilite estimar la participación del sector hogares
dentro de las cuentas nacionales, particularmente referidos al consumo

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privado.
 Analizar las diferencias en los niveles de vida entre hogares de dislimos
grupos socioeconómicos, demográficos y geográficos, respecto al ingreso,
gasto, consumo y otras variables a investigar.
 Suministrar datos sobre el equipamiento de los hogares que pueden
proporcionar sobre las condiciones de habitabilidad de tos mismos.
 Los datos derivados de las encuestas pueden utilizarse en la determinación
o revisión de los niveles salarios mínimos.

El proyecto de la EPF permite cumplir un objetivo adicional muy particular, con la


cotización de precios unitarios de los bienes y servicios elegidos eu la canasta del
IPC-91, tal objetivo es el siguiente:

 Obtener los precios del periodo base para el conjunto de bienes y servicio»
de las canastas regionales para el cálculo del IPC,

Por otra parte, la EPF brinda diversas posibilidades de análisis a partir de los
cuadros de salida que se obtengan, además de lograr reunir una vasta gama de
datos que podrían aprovecharse en diversas investigaciones sociales económicas,
demográficas, etc.

A continuación se mencionara algunos de estos objetivos colaterales;

 Proporcionar información sobre aspectos particulares de las condiciones de


vida de la población, tales como: Nutrición, vivienda, salud, uso de
servicios, etc.;
 Los resultados coadyuvan a investigaciones sobre propensiones marginales
a consumir, elasticidades, ingresos. elasticidades-precio., etc.;
 Facilitar estimaciones para evaluar la repercusión que sobre las
condiciones de vida de las familias provocan las medidas económicas o
sociales, vigentes o previstas, en particular, los cambios en las estructuras

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de los gastos y el consumo del bogar;
 Proporcionar datos a partir de los cuales se planifiquen y ejecuten estudios
de mercado sobre determinados artículos de consumo;
 Complementar y coordinar con otro tipo de encuestas a hogares que lleva a
cabo el INE.

Incremento salarial y canasta familiar


En los últimos años el incremento salarial se definió en reuniones entre la cúpula
dirigencial de la Central Obrera Boliviana (COB) y el presidente Evo Morales,
llegando a determinar aumentos bajo acuerdos y presiones políticas; además
dejando de lado los argumentos económicos y técnicos, concordaron los analistas
Pedro Vacaflor, Alberto Bonadona y Gary Rodríguez.

Esto ha producido que el sector empresarial formal, aquel que paga impuestos y
genera fuentes de trabajo estables, con seguro social y AFP, termine migrando a
la informalidad, reduzca su personal o limite nuevas contrataciones, como
consecuencia el crecimiento del trabajo precario, con bajos sueldos y sin
seguridad laboral ni social.

“El incremento se ha vuelto una charla política, un arreglo en el que dicen ‘que sea
5 o 6 por ciento’, ‘que corresponda al aumento de precios’, o un poco más o
menos, esto se vuelve una charla insulsa que por lo general acaba con la
complacencia de los dirigentes de la COB pero no de los trabajadores”, dijo
Bonadona.

Para el experto, el incremento salarial debería incluir en el diálogo a los


empresarios privados – alejados del debate por el presidente Morales desde hace
siete años, a petición de la COB- y determinar el aumento en base a criterios de
productividad, la realidad económica de los diferentes sectores empresariales y la
de cada región del país.

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Incremento salarial e inflación entre 1987 y 2016. (Los años 1989 - 1991 no tienen
datos y entre 1992 y 2002 el incremento fue proporcional)

“No es la misma realidad para el empresariado de Cochabamba o el de Santa


Cruz. Tampoco es lo mismo trabajar en minería, o en petróleo, donde hubo una
fuerte caída de precios, o trabajar en comercio. Cada sector crece
diferenciadamente, otros no crecen y otros decrecen, y eso se debe tomar en
cuenta”, dijo.

En la misma línea Pedro Vacaflor señaló que lo “ideal” sería que el incremento se
defina solo entre empleadores y trabajadores, según la capacidad de cada
empresa, y que el Gobierno sea solo un mediador.

“Pero lo que pasa ahora es una imposición que no tiene lógica, es un poco
irracional, porque los dos sectores involucrados son los empresarios y
trabajadores, no hay uno sin el otro, sin embargo uno de ellos no
participa”, aseveró.

Empero entre 1986 y hasta la llegada de Morales al poder los incrementos se


negociaban así, entre obreros y empresarios. El Estado solo determinaba el
aumento para el sector público (maestros, salud, FFAA, Policía, funcionarios
públicos, etc) y dejaba al sector privado que se negocie el aumento en base al
artículo 62 del polémico Decreto Supremo 21060 del 29 de agosto de 1985,
promulgado por Víctor Paz Estensoro bajo la frase de “Bolivia se nos muere”.

La norma, que determinaba la libre contratación y la apertura de Bolivia al libre


mercado, marcó 20 años de neoliberalismo en el país, hasta que fue derogada
en 2011.

Crecimiento del Salario Mínimo Nacional entre 1986 y 2016.


Si bien la cumbre social organizada en enero de 2012 por el Gobierno estableció

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que haya una negociación tripartita para definir el incremento, la COB rechazó
esta decisión y se retiró de las mesas de diálogo argumentando que los
trabajadores “nada tienen que negociar con los empresarios” porque ellos “no
velan por los bolsillos de los obreros”. En adelante los empresarios no participaron
en el debate salarial.

Para el economista y gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE),


Gary Rodríguez, esto genera un gran problema.

“Los trabajadores presionan al Gobierno por un desmesurado incremento salarial


mientras que los empleadores, los que arriesgan y se sacrifican invirtiendo para
hacer empresa en el país, son ignorados olímpicamente de la discusión”, dijo
Rodríguez al respecto.

¿Qué problemas trae un incremento desmesurado? La preocupación es la de


siempre, señala Rodríguez: todo incremento salarial sin una mejora de la
productividad, de la mano de obra o de la competitividad sistémica derivada de
políticas públicas, implicará mayores costos de producción, una carga adicional
que si bien el empresariado formal pudo sobrellevar durante el auge, no podrá
ahora a la luz de lo visto el 2015 y 2016 con la desaceleración económica y
precios bajos, sin garantía de mercados, sea el interno -que se pierde por la
crecida de las importaciones alentadas por un dólar artificialmente barato- o el
mercado externo, que se desaprovecha por los cupos a las exportaciones.

Esto significa una baja de utilidades, en las empresas que aún ganen; una merma
de su inversión, en las que todavía pueden; el aumento de deudas, en aquellas
que ya están en problemas; recortar personal -en la mayoría- sin descartar un
posible cierre. “El problema es que el incremento salarial no solo implica un mayor
sueldo mensual, sino una vorágine de subidas de beneficios sociales, previsiones,
etc.”, apuntó.

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Sin embargo, los dirigentes de los trabajadores aseguran que en realidad no hay
ningún incremento salarial, sino una reposición del valor adquisitivo perdido en la
gestión anterior por la subida de los precios de la canasta familiar.

El principal dirigente de la Central Obrera Departamental (COD) de Cochabamba,


Ángel Camacho, explicó que el incremento se define en base a la inflación
acumulada, un dato que oficializa el Instituto Nacional de Estadística (INE) cada
dos meses a partir del Índice de Precios del Consumidor (IPC), y que sirve como
parámetro para saber cuánto han subido los productos en el mercado. En 2016 la
inflación es de 4,2 por ciento.

“Lo que creemos es que se debe congelar los precios de la canasta familiar para
poder negociar el incremento, porque los trabajadores nunca hemos tenido un
incremento salarial, solo reposiciones. Me refiero a que se debe analizar los
precios de los mercados y ver la diferencia de precios con los mercados
populares, y controlar que no haya sobreprecios”, dijo.

El IPC del INE tiene una canasta de 364 productos, una base que data de 2007.
La recomendación internacional es que la canasta se actualice cada cinco años,
pero esta sigue vigente.

La propuesta de la COB es un salario de 8.309 bolivianos en base a una canasta


familiar de 42 productos que incluyen los ítems de alimentación, vestimenta,
educación y vivienda. El Gobierno y los empresarios la rechazaron porque
inflacionaría el mercado y llevaría a la quiebra a los privados.

El Gobierno no ha difundido aún cuál es la canasta básica familiar que propone


para definir el incremento. El INE trabaja en una propuesta de canasta
desde 2013.

Sobre el Salario Mínimo, Bonadona también señaló que se trata de “una definición

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política, que cada año se va movilizando y sirve para mostrar que el gobierno está
preocupado por una mejor distribución de las riquezas”

El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB),


Ronald Nostas, llamó la atención sobre el “sistema complejo y poco visible” que se
activa con cualquier cambio en el salario básico y en el mínimo, incidiendo en
primas, bonos y beneficios legales, que incrementan la presión salarial sobre el
empleador, “afectando, en conjunto, la propia sostenibilidad de las empresas”.

En entrevista con EFE el dirigente empresarial dijo que un incremento no


consensuado podría generar “situaciones muy difíciles que acrecentarán la
precarización del trabajo, la inestabilidad de las empresas y la informalidad”

Enfatizó que el aumento salarial debe ser el resultado del análisis de la inflación y
el crecimiento, pero también de variables como la productividad, las perspectivas
de las empresas en un entorno de desaceleración y de factores que permitan al
sector privado y el Estado mantenerlo, sin poner en riesgo la estabilidad.

“Es evidente que ninguna de estas variables se ha considerado para plantear la


cifra de incremento, tanto del salario mínimo como del salario básico”, sostuvo el
líder empresarial.

Sin embargo los analistas Bonadona y Vacaflor aseguraron que en realidad


cualquier incremento salarial beneficiará solo a un rango de entre 15 o 30 por
ciento de la población, porque solo ese porcentaje de trabajadores tiene una
fuente laboral en el sistema formal – empresarios y Estado-, el resto, entre el 70 y
85 por ciento de la población, trabaja en la informalidad, esporádicamente o
no trabaja.

“El conjunto mayoritario de los trabajadores de Bolivia no van a tener un beneficio,


eso es porque no se hace un planteamiento integral del salario desde el punto de

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vista de la producción”, dijo Bonadona.

Este escenario preocupa de sobremanera al empresariado boliviano y al mismo


Estado, que tiene que afrontar una época de vacas flacas debido a la baja de los
precios del petróleo y sus derivados, de los minerales y de las materias primas en
general, principales ingresos del país. Esta nueva realidad dista mucho de los
años 2011 a 2015, cuando las exportaciones rompieron récords históricos.

4. CONCLUSIÓN
La presente investigación incursiono en la problemática inflacionaria desde la
perspectiva de hacer una crítica a las cifras de índice publicado por el INE.

El objetivo planteado en el presente trabajo dirigido era ver la veracidad de la


información elaborada y publicada por el INE, que no reflejan la evolución de
precios, porque son resultado de una canasta familiar que contiene demasiados
productos y cuyo funcionamiento requiere que estos presenten ponderaciones
disminuidas.

Los niveles de ponderaciones que reflejan la verdadera importancia o peso que


tienen estos dentro de la canasta familiar que son representativos del gasto que
realizan los hogares. Se comprobaron resultados de los índices del INE y se
observa correlación de las cifras oficiales con la estructura propuesta.

Los índices de algunos pocos artículos merecen algunas observaciones que los
descalifican y, en consecuencia pueden afectar la credibilidad del índice General.
Algunos de los procedimientos utilizados (en la imputación y sustitución
especialmente} pueden generar una subestimación de la variación de precios de
un ítem de la canasta y, por ende, una subestimación de la variación del índice
General.

El cálculo de las ponderaciones es correcto. Cuando se aplican los criterios de

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selección de los artículos, automáticamente quedan seleccionados los consumos
básicos de la canasta, que no son otra cosa, que los artículos de mayor
importancia en el presupuesto familiar. Sin embargo, debe tenerse el suficiente
criterio para cargar a estos consumos básicos la ponderación del resto de los
artículos que no fueron seleccionados.

Existen artículos con ponderación impórtame en la canasta tales con»; pan,


tomate, papa, carnes, naranjas, leche, bebidas, etc., donde debe considerarse la
conveniencia o no de cargar su ponderación o de redistribuir la misma en los
artículos que componen un determinado subgrupo. Llama la atención, el pan. que
a pesar de tener un peso importante en el gasto,, se le cargo 0.40 puntos
porcentuales más a su ponderación que no ocurre con la papa, y otros productos
importantes de la canasta familiar.

En algunos casos la ponderación se carga a un consumo básico, y en ottos no


ocurrió lo mismo, como sucedió, con la naranja y la mandarina que pudo ser un
solo artículo.

Es indudable que después de varios años de funcionamiento de la actual canasta


familiar debe tenerse el cuidado en la realización de cualquier cambio. Podría
inicialmente pensarse en como ejercicio paralelo a la información publicada y
hacer comparaciones con sus resultados.

Se debe pensar en aquellos ítems que pesan menos del 0,1 % en sus respectivas
canastas. La opción de eliminarlos, con el consiguiente ahorro de recursos (sobre
todo en las tarcas de campo), implica un Importante cambio metodológico, que no
debería llevarse a cabo sin una adecuada difusión.

El ahorro proveniente de este cambio podría destinarse a mejorar el tamaño de la


muestra de otros ítems y aumentar los controles en campo y oficina-Como un
paso previo a la cotización de precios, se debería realizar reuniones con gremios y

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asociaciones de comerciantes, a objeto de explicarles los objetivos de la encuesta
y del operativo de precios, así como solicitar la colaboración de aquellos
asociados que sean seleccionados para la investigación; este tipo de contactos
pretende en cierta forma comprometer al grupo a proporcionar información veraz y
confiable sobre el comportamiento de los precios de los artículos del mercado,
evitara rechazos por parte de los informantes y permitirá un mejor control del
personal de campo, pues los informantes cada vez que sean visitados para
informar de los precios de los artículos que expenden sellaran o firmaran los
respectivos formularios. Paralelamente, los resultados sirven de información
complementaria a objeto de seleccionar los productos y servicios que conforman
las canastas regionales.

5. BIBLIOGRAFÍA
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 Instituto Nacional de Estadísticas, Unidad IPC, “Manual del Supervisor”,
2008, La Paz, Bolivia.
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