JUNIO DE 2017

sumario nº 12
Editorial: Enfrentar a la derecha en las calles y en las urnas
REVISTA COMUNISTA Patricio Echegaray.................................................................... 3
DE ANÁLISIS, DEBATES
Y DOCUMENTOS
Un nuevo capítulo en la crisis capitalista
Jorge A. Kreyness..................................................................... 8
Director:
Patricio Echegaray Las fuentes del programa macrista
Ernesto Mattos......................................................................... 13
Secretario de redacción:
La protesta social conta el gobierno de Cambiemos
Marcelo F. Rodríguez
Marisa Duarte.............................. 25

Colaboran Un nuevo movimiento popular

en este número:
Científicos autoconvocados..................................................... 32

Atilio Boron La prostitución desde una perspectiva abolicionista

Científicos Autoconvocados Silvina Perugino........................................................................ 35
Marisa Duarte
Darío Giavedoni La original lengua Nacional y Popular
Jorge A. Kreyness Darío Giavedoni........................................................................ 44
Fernando Martínez Heredia
Ernesto Mattos La huelga general de 1936
Silvia Perugino Gabriel Sarfati........................................................................... 55
Rogelio Roldán
Gabriel Sarfati Sobre la dinámica del trabajo enejenado
Rogelio Roldán......................................................................... 63
Diagramación:
Patricia Chapitel
DOSSIER - FIDEL, EL HOMBRE NUEVO 67
Introducción al pensamiento de Fidel Castro
La revista Cuadernos Patricio Echegaray....................................................................
Marxistas 68
es una publicación Fidel, guerrillero de todos los tiempos
de análisis, debates y
documentos de la editorial Atilio Boron.............................................................................. 71
Cuadernos Marxistas,
con domicilio en la Fidel vive
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de la Ciudad Autónoma 79
de Buenos Aires,
República Argentina.
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DOCUMENTOS
Discurso apertura 26º Congreso.......................................... 81
Documento MTL................................................................... 87
ISSN 1853-368X Documento 24 de Marzo de 2017............................................. 91

1
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 EDITORIAL
Enfrentar a la derecha en las
calles y en las urnas
por Patricio Echegaray1

y mundial de la mano de los cam- alentar una intervención del imperia-

bios de gobierno en Brasil y Argenti- lismo estadounidense en su país. La
na (golpe constitucional y elecciones, defensa de la revolución bolivariana
respectivamente), el triunfo de Trump es central para el futuro de nuestra
en los EE.UU y el avance de la dere- región y la convocatoria de Nico-

E
n el 26º Congreso del Par-
tido Comunista ratificamos
nuestro compromiso en per-
severar en el crecimiento de nuestro
Partido, en la construcción de la sub-
jetividad revolucionaria, comunista,
antimperialista y anticapitalista, en la
pertinencia de la revolución, en el
camino de la unidad y en la cons-
trucción del Frente de Liberación
Nacional y Social como palanca
para introducir las transformacio-
nes estructurales necesarias. Este si-
gue siendo un enfoque decisivo para
nuestra fuerza.
Propusimos además, articular los
debates en torno a la que es la batalla
central de esta etapa, la oposición y
enfrentamiento al gobierno de Cam-
biemos y a los diversos sectores de
la derecha que lo apoyan en sus me-
didas regresivas, represivas y reaccio-
narias. Para esto afirmamos que cual-
quier perspectiva de rearticulación po-
pular debe estar fundada en la idea de
que es necesario derrotar el plan del
gobierno, para lo cual impulsamos la
conformación de un Frente contra el
ajuste la entrega y la represión.
El contexto que enfrentamos es el
de un escenario de rápida derechiza-
ción de la política nacional, regional
cha en Europa.
El capitalismo mundial ha inicia-
do un proceso de reformas regre-
sivas, con cierto peligro de fascisti-
zación al interior de los EE.UU. y
de extrema instrumentalización co-
lonial de las instancias de integración
mundial y regional.
Para sostener su mellada hegemo-
nía, el imperialismo recurre cada vez
con más asiduidad a bombardeos,
invasiones, golpes blandos, planes de
desestabilización provocando una
suerte de tercera guerra mundial en
partes. En su crisis el imperio se vuel-
ve más salvaje, más peligroso.
El peligro de guerras se acentúa,
por lo cual gobiernos, organizacio-
nes y pueblos en general, deberán
construir una respuesta contundente.
En nuestra región, la ofensiva de la
derecha continua, por lo cual fue muy
importante el triunfo de Lenin Mo-
reno en Ecuador para continuar con
los procesos progresistas y de izquier-
da en la región, pero sigue resultan-
do especialmente preocupante la si-
tuación en Venezuela. La oposición
echa mano a todo recurso posible
para desestabilizar al gobierno de Ni-
colás Maduro, ni siquiera dudan en
lás Maduro a una Asamblea Na-
cional Constituyente Originaria re-
presenta una respuesta contunden-
te frente al pretendido «republica-
nismo» de la derecha.
Sabemos que todo lo que haga-
mos en defensa y solidaridad con
la Revolución Bolivariana lo hace-
mos en defensa propia, en defensa
de todos los pueblos latinoameri-
canos y del Caribe. Debemos conti-
nuar por este camino y multiplicar
las actividades en solidaridad con el
pueblo Venezolano.
Por otra parte, vemos como don-
de el poder popular se ha consolida-
do y rige en plenitud, como en la
Revolución Cubana, ésta se mantie-
ne erguida y ha consolidado sus po-
siciones, aun en medio de la conti-
nuación del bloqueo y de las dificul-
tades que sigue enfrentando.2
En el camino de consolidar la soli-
daridad y la articulación entre los
Partidos comunista y las fuerzas pro-
gresistas de la región, hemos sido
parte del proceso que dio como re-
sultado el Consenso de Nuestra
América surgido del Foro de Sao
Paulo, construido junto al aporte ac-
tivo y plural de numerosas fuerzas
latinoamericanas y caribeñas.

1
Presidente del Partido Comunista. Director de Cuadernos Marxistas.
2
Ver artículo de Jorge Kreyness en este mismo número.

3
 Con ese enfoque como base, nos
aprestamos a participar del próxi-
mo Foro de Sao Paulo que se reuni-
rá en Julio en la Nicaragua Sandinis-
ta. La FEDE se alista junto a otras
fuerzas para ser partícipe activa del
Festival Mundial de la Juventud y los
Estudiantes. Y trabajamos por el
éxito del Encuentro Internacional de
Partidos Comunistas y Obreros que
tendrá lugar en San Petersburgo, que
para nosotros sigue siendo la heroi-
ca Leningrado, en ocasión de los 100
años de la Gran Revolución Socia-
lista en Rusia.
Nos preparamos además para la
conmemoración en Argentina de
este gran acontecimiento en la vida
de la Humanidad y de la lucha uni-
versal de los trabajadores, que mar-
ca de manera fundamental la esen-
cia de nuestro Partido, dándole a la
misma su correspondiente valor his-
tórico y reflejando su significación
en la actualidad.
Bregamos por una unidad de los
comunistas de América Latina y el
mundo, como hicimos en los En-
cuentros de Partidos Comunistas y
Revolucionarios que se realizaron en
Buenos Aires y en Lima en 2016 y
seguimos trabajando por la amplia
unidad de las fuerzas democráticas,
populares, socialistas y revoluciona-
rias, sin sectarismos ni dogmatis-
mos, de modo de ayudar con
nuestros granitos de arena a la crea-
ción de una correlación de fuerzas
regional y global en favor de las
transformaciones estructurales ne-
cesarias, tal cual lo hacemos en nues-
tro propio país.
Enfrentar a la derecha
En nuestro Congreso ratificamos
la necesidad impulsar, en esta co-
yuntura, un gran Frente contra el
3
Ver articulo de Marisa Duarte en este mismo número,
4
Texto completo en la sección Documentos de este número.
4
ajuste, la entrega y la represión. Po-
demos decir que esta propuesta fue
visibilizándose en experiencias como
las que llevaron adelante las multi-
sectoriales, que en varios puntos del
país se conformaron contra los ta-
rifazos que impulsó el gobierno.
Estas experiencias deben ser va-
loradas, más allá de lo cíclico que
ha resultado ser su accionar. Las
mismas han tenido momentos de
alza que se fueron diluyendo por la
falta de un programa y objetivos
más amplios, por esto, aún carecen
de un grado de articulación que
pueda conformar un centro coor-
dinador de las luchas a nivel nacio-
nal. Proponemos persistir en estas
experiencias y trabajar para lograr
la articulación de estos espacios
como parte importante en la cons-
trucción de una alternativa política.
En medio del creciente malestar
social por las políticas del gobier-
no y el deterioro en las condiciones
de vida de la población, hemos vi-
vido un mes de marzo que pode-
mos calificar de histórico en cuan-
to a movilizaciones en repudio a las
políticas del gobierno que se han dado
en todo el país.
Solo en marzo cientos de miles de
personas se movilizaron en la mar-
cha docente del día 6, en la concen-
tración del movimiento obrero del
7, en la marcha y paro de Mujeres
del 8, la manifestación de los movi-
mientos sociales del día 15, la mar-
cha federal por la educación del 22, la
histórica marcha del 24 de marzo y la
movilización de las dos CTA y secto-
res de la CGT del 30 de marzo.3
La marcha del 24 fue parte de la
secuencia de luchas callejeras y mar-
chas del mes de marzo de respuesta
a las agresiones y ofensivas de Macri,
de todas ellas, fue la más nuestra en
un triple sentido.
Es la que tiene más historia y tradi-
ción del movimiento popular, se re-
pite desde 1983 y es central desde el
20 aniversario de 1996. Es la que tie-
ne más protagonismo de las izquier-
das y los sectores combativos del
peronismo y otras tradiciones y fue
la marcha donde el Partido Comu-
nista y las construcciones en las que
tiene una fuerte presencia jugaron el
rol más relevante.
Eso se verificó en el documento
leído en el acto de los trece organis-
mos que desató la histeria del ma-
crismo y las derechas aunque el deto-
nante fue la reivindicación histórica de
las tres tradiciones centrales revolu-
cionarias: guevarismo, comunismo y
peronismo revolucionario.
Debemos valorar especialmente
el trabajo de los compañeros y
compañeras de la Liga Argentina
por los Derechos del Hombre en
el trabajo de preparación de esta
actividad, y su participación en el
complejo debate político del cual
surgió el Documento leído entre
otros por nuestro camarada José
Schulman, miembro de este Comi-
té Central, en el cual hemos logra-
do que se destaque la lucha de los
comunistas y de compañeros de
otras fuerzas contra la dictadura.
El párrafo al que nos referimos
dice:
«En esta Plaza, recordamos las lu-
chas en los ingenios azucareros, las
Ligas Agrarias, el Cordobazo, el Ro-
sariazo y las comisiones internas en
las fábricas, el movimiento sindical,
estudiantil y popular, la militancia en
las organizaciones del Peronismo
Revolucionario: UES, Montoneros,
FAP, Sacerdotes por el Tercer Mun-
do y FAL; la tradición guevarista del
PRT, Ejército Revolucionario del
Pueblo; y las tradiciones socialistas y
comunistas: Partido Comunista, Van-
guardia Comunista, PCR y PST; y
tantos espacios en los que miles de
compañeras y compañeros lucharon
por una Patria justa, libre y solidaria.
Nadie, y menos desde el Estado, pue-
den poner en duda que ¡SON 30.000!
Y en esta Plaza, y con todo el pue-
blo, ante la Casa de Gobierno, grita-
mos: ¡Presentes, ahora y siempre!»4
Consideramos muy valioso a este
documento, donde hemos logrado
que se reconozca la lucha de los co-
munistas contra la dictadura y pro-
ponemos difundir y trabajar con
mucha fuerza al mismo.
Llegamos a ese escenario y a ese
acto por una acumulación históri-
ca, por una política de autonomía
y audacia durante el gobierno an-
terior y por ser los más decididos
impulsores del reagrupamiento del
movimiento de Derechos Huma-
nos al tiempo que confrontamos
con las visiones institucionalistas,
legalistas y proclives a la concilia-
ción con el macrismo.
Se confirma que el espacio de los
DDHH es un escenario central en
la disputa política con las derechas y
también de unidad y disputas con las
fuerzas del campo popular, aposta-
mos a la unidad de acción con los
organismos y fuerzas más reconoci-
das socialmente al tiempo que expre-
samos e impulsamos un enfoque de
lucha por los DDHH que confronta
con las visiones de las ONG y «de
acompañamiento».
Para nosotros la lucha por los
DDHH tiene potencialidad de arti-
cular diversas fuerzas y tradiciones de
modo tal que se generen espacios
convergentes en la dirección de con-
frontar con las políticas negacionis-
tas, represoras y arrasadoras de de-
rechos populares del macrismo y sus
aliados activos y pasivos (el Frente
Renovador de Massa, el Socialismo
de Santa Fe, y sectores del PJ que
desde el Congreso o las gobernacio-
nes acompañan las mismas políticas).
La masiva marcha del mes de
mayo contra el fallo de la Corte Su-
prema que otorga el 2 x 1 a los cri-
minales de la dictadura significo un
punto alto en esta lucha contra las
medidas del gobierno.
En estas luchas, vemos como cada
sector u organización se expresa de
diferentes maneras, según las herra-
mientas que tiene a su alcance.
Algunos manifiestan su disposición
a frenar la ofensiva de este gobierno
corporativo-empresario a través de
la huelga programada o el paro sor-
presivo. Otros con la intervención
activa y pública ocupando espacios
laborales o institucionales, tal como
ocurre con las llamadas «tomas» o
interrumpiendo la circulación sobre
los espacios públicos, es decir, los ya
clásicos cortes de calles y rutas, que
cada vez son respondidos con más
represión por el gobierno echando
mano al Protocolo antipiquetes.
Además, el gobierno está negocian-
do con algunos senadores peronistas
una modificación del Código Penal,
en su lógica de criminalizar la protes-
ta social, para elevar las penas de los
que, según su interpretación, «agredan
o desobedezcan a integrantes de las
fuerzas de seguridad».
A través de tales acciones, huelgas
y movilizaciones las masas expresan
no solo su disconformidad, sino tam-
bién que buscan afectar los intereses
y mellar el poder de aquellos que re-
sultan beneficiados por la restaura-
ción neoliberal, es decir, las grandes
empresas multinacionales, el mono-
polio agroexportador y la oligarquía
terrateniente, cuyos representantes
ocupan hoy el gobierno y dirigen el
Estado argentino
En este contexto, las estrategias que
pretenden regular el conflicto, impul-
sadas por parte de las conducciones
burocráticas del movimiento sindical,
más centradas en instaurar un «diálo-
go social» con el poder empresario y
estatal procurando reconocimiento
para las cúpulas y solo promesas para
las bases, muestran dificultades cre-
cientes para desarrollarse, tal como
quedó patentizado en el caótico final
del reciente acto de la CGT, en la im-
posición desde abajo del paro del 6
de abril y en la profundización de la
crisis que vive la dirigencia cegetista.
Pero, simultáneamente, el gobier-
no, alentado por la persistencia de una
insuficiente unidad del campo obre-
ro y popular, trata de ir por más.
Buscan a través de la represión, la
judicialización del conflicto social y la
cooptación producir la derrota ne-
cesaria para imponer su voluntad
haciendo factible una nueva ola de
reformas estructurales regresivas en
el país y facilitando aún más la pene-
tración y el dominio imperial.
La resistencia y combate frente a
las políticas del gobierno resulta fun-
damental. No debemos olvidar que
las reestructuraciones neoliberales se
basaron históricamente y lograron
consolidarse luego de haber infringi-
do duras derrotas a los sectores po-
pulares y a la clase trabajadora.
Por ejemplo, las reformas de Mar-
garet Thatcher se impusieron sobre
las bases de la derrota de los traba-
jadores mineros, las de Menem sobre
la de los telefónicos y los ferroviarios.
Muchos de los conflictos recientes, el
bancario, el docente, la quita de la per-
sonería gremial a los metrodelegados,
la amenaza de desalojo de la coope-
rativa del Hotel Bauen, entre otros.
Estos aparecen como conflictos
específicos o particulares, pero sin
embargo se articulan entre sí porque
forman parte de la resistencia de to-
dos los que enfrentan la determina-
ción reaccionaria del gobierno.
En consecuencia, las luchas pre-
sentes, atadas a un programa míni-
mo de reivindicaciones comunes y
a un plan de más largo alcance de
contenido estratégico, construyen la
posibilidad de un futuro distinto, su-
perador de los actuales designios
imperiales. Necesitamos construir la
verdadera unidad en base a una pro-
puesta reivindicativa político-social
debatida en común y aprobada por
medio de una amplia participación
5
 de las masas obreras y populares.
Tal como lo hemos manifestado
en reiteradas oportunidades, desde la
Corriente Nacional Agustín Tosco y
el Partido Comunista, venimos tra-
bajando cotidianamente por la cons-
trucción de un sindicalismo clasista,
por un movimiento obrero autóno-
mo que defienda y represente efecti-
vamente los intereses de la clase.
Este posicionamiento está en co-
rrespondencia con nuestra historia y
siempre constituyó un rasgo distinti-
vo en la conciencia y la actividad de
toda nuestra militancia.
Por esa razón, desde la fundación
de la CTA y ahora con el inicio de un
proceso de unidad de ambas centra-
les, proponemos que la nueva CTA
unificada sea de carácter alternativo,
con verdadera autonomía, lo cual no
significa neutralidad, y configurando
un modelo de organización demo-
crática y participativa diferente al re-
presentado por la burocracia sindi-
cal/empresarial instalada en la histó-
rica CGT. Tal organización es más
necesaria que nunca toda vez que el
gobierno, con la complacencia de la
actual dirección cegetista, está avan-
zando sobre conquistas consagradas
en diferentes convenios colectivos y
vuelve a imponer la flexibilización la-
boral, los contratos basura, la terceri-
zación, impone cláusulas de produc-
tividad elevando la súper-explotación
capitalista, promueve la entrega de ri-
quezas, la liquidación de la produc-
ción nacional, elevando la tasa de ga-
nancias de las patronales, tal como
ha ocurrido con los petroleros en
Vaca Muerta, textiles, calzado, cons-
trucción y SMATA, entre otros.
Una CONAT fortalecida, prota-
gonista de los conflictos, las luchas y
de la unificación de la CTA, impul-
sando la necesidad de un sindicalis-
mo clasista, resulta fundamental y
debemos seguir poniendo todos
nuestros esfuerzos en esto.
Tras varias idas y vueltas, el 6 de
abril se llevó adelante el primer paro
general contra las políticas de Macri.
6
Como suele suceder, el gobierno
amenazó, intentó instalar el miedo y
realizó toda maniobra posible para
morigerar el nivel de acatación a la
medida de fuerza.
Pese a esto el impacto del paro fue
fortísimo, el país estuvo paralizado
mientras el gobierno demostró su
impronta reaccionaria y represiva uti-
lizando a la gendarmería para ejecu-
tar el tan mentado Protocolo de se-
guridad, agrediendo y encarcelando
a manifestantes, represión que volvió
a ejercer sobre los docentes en el pri-
mer intento de instalar la Escuela Iti-
nerante frente al Congreso.
Esto es una muestra más de que
no nos equivocamos cuando deci-
mos que el gobierno se basa en el
ajuste, la entrega y la represión.
Tanto las manifestaciones de mar-
zo, como el paro del 6 de abril, tu-
vieron sus correlatos en todo el país,
marcan el nivel del descontento po-
pular y deberían jugar un papel cen-
tral en la construcción de una alterna-
tiva política frente al gobierno.
Por nuestra parte, los comunistas
además de participar activamente en
estas movilizaciones, y convencidos
que para construir alternativa política
es necesario contar con un progra-
ma mínimo de acción y propuestas
conjuntas, realizamos el 13 de marzo
la presentación de nuestras Propues-
tas Programáticas en el hotel Caste-
lar, donde ante una muy importante
participación de militantes y miem-
bros de las direcciones partidaria, y
contando con la presencia de dirigen-
tes de fuerzas políticas y sociales con
los que venimos trabajando, dimos a
conocer nuestras propuestas y lanza-
mos los preparativos para la celebra-
ción del centenario de nuestro Partido.
Presentamos estas propuestas de
los comunistas para ser debatidas y
asumidas por nuestra militancia y lle-
vadas al conjunto del campo popu-
lar con vistas a la unidad, a la cons-
trucción de un gran Frente de Libe-
ración Nacional y Social, propuestas
que debemos llevar y debatir con la
base del movimiento social y políti-
co en todo el país.
Más allá del balance positivo y es-
peranzador de estas actividades y
movilizaciones, debemos tener muy
en claro tanto la potencialidad como
las limitaciones que hasta el momen-
to tienen las mismas en la construc-
ción de alternativa.
El gobierno sigue adelante con su
plan de ajuste, entrega y represión.
Continúan los aumentos de tarifas, los
despidos, la destrucción del merca-
do interno y sigue hostigando la lu-
cha docente con el objetivo de que-
brarla y que sirva como un elemento
disciplinador para el conjunto del
movimiento obrero. No en vano
busca cotidianamente en sus de-
claraciones hacer responsables a
los gremios y a sus dirigentes del
conflicto como intento hacerlo en
el caso de las elecciones en SUTE-
BA.
Con estos ataques el gobierno bus-
có influir en las elecciones de SUTE-
BA, el triunfo de la lista Celeste –
Violeta en esas elecciones fue un gran
triunfo de la unidad de los trabaja-
dores frente a los ataques del gobier-
no que alentó en esta elección a una
pretendida «izquierda» encarnada por
el trotskismo.
Seguiremos tomando iniciativas y
fortaleciendo a nuestra Agrupación
Aníbal Ponce y a la Violeta, que han
experimentado un fuerte crecimien-
to en el gremio docente y hoy asu-
men funciones en las direcciones gre-
miales de varios municipios.
La derecha sigue atacando en to-
dos los terrenos y, como venimos
diciendo en nuestros análisis, no se
debe subestimar su plan y su capaci-
dad para ejecutarlo.
Una muestra de esto es la marcha
en apoyo al gobierno que se realizó
en todo el país el 1 de abril. Vemos
con preocupación cómo desde el
campo popular algunos compañeros
buscan bajarle el precio, subestimarla.
Nosotros entendemos por el con-
trario que debemos estar muy aten-
tos a estas manifestaciones, que son
la continuidad de las que se dieron en
el conflicto por la 125, de los cace-
rolazos y manifestaciones que se rea-
lizaron para desestabilizar al gobier-
no anterior.
Como aquellas fue una marcha
importante, organizada y guionada,
inserta en un plan que la derecha vie-
ne ejecutando en toda la región, y que
hoy en nuestro país es continuado
desde el gobierno y que, insistimos,
no debe ser subestimado.
Debemos entender a esta movi-
lización como un paso más en la
constitución de un partido de de-
recha que encuentra en el odio de
clase, la reivindicación de la dicta-
dura, en su autoritarismo, en prác-
ticas neofascistas y como decimos,
en el ajuste, la entrega y la represión
sus pilares constitutivos.
Debemos destacar en este plan el
fuerte componente de clase, de odio
de clase para ser más precisos, como
queda claro con la injusta prisión que
continúan sufriendo Milagro Sala y
otras compañeras de la Tupac, para
quienes seguimos exigiendo su inme-
diata libertad.
Este odio de clase contra los tra-
bajadores, contra los sectores po-
pulares que se expresan en estas ma-
nifestaciones debe ser tenido muy
en cuenta.
Para eso cuentan con recursos,
con los grandes medios de comu-
nicación, con los aparatos represi-
vos y de inteligencia del Estado, con
el apoyo de sectores sociales per-
meables a sus discursos reacciona-
rios y una variada artillería en de-
fensa de sus intereses.
Como parte de esta ofensiva, los
comunistas debemos estar muy aler-
tas. Los ataques sufridos por nuestro
locales del comité de CABA, del ba-
rrio de La Boca y en San Rafael,
Mendoza, las amenazas y seguimien-
tos a nuestros militantes y a militantes
de otras fuerzas del campo popular,
son una muestra fehaciente que, como
decimos, no debemos subestimar los
peligros que enfrentamos.
Por eso debemos librar la batalla
en todos los terrenos.
Estamos entrando de lleno en el
proceso electoral y tenemos que
construir la mejor herramienta, con
amplitud y acuerdos programáticos,
para enfrentar esta coyuntura. Una de
las dificultades más importantes que
enfrentamos es la dispersión del
movimiento popular, para superar
esto valoramos el esfuerzo del Parti-
do y nuestra persistencia en la política
frentista para enfrentar al macrismo.
Por eso rescatamos las declaracio-
nes de la ex-presidenta Cristina Fer-
nández en las cuales enfatizó la nece-
sidad de construir un gran Frente para
enfrentar las políticas del gobierno y
la necesidad de un fuerte acuerdo
programático para realizarlo.
Desde el Partido comunista veni-
mos planteando hace tiempo la ne-
cesidad de un acuerdo programáti-
co y realizado varias propuestas en
este sentido, como la que presenta-
mos en el Hotel Castelar en marzo
de este año.
Proponemos un acuerdo progra-
mático que no solo cumpla la im-
portante función de garantizar la ac-
ción de los legisladores en las diver-
sas cámaras, sino que sus puntos
sean la base de una fuerte construc-
ción frentista, asumida y defendida
por la militancia de ese Frente en las
calles, en las luchas contra las políti-
cas del gobierno.
El acuerdo programático para es-
tas elecciones de medio término pro-
puesto por CFK debería ser el pun-
to de partida para el debate sobre un
programa que nos acerque a la cons-
trucción del Frente de Liberación
Nacional y Social que impulsamos
desde el PC. Pero sabemos también
que la importancia de un acuerdo pro-
gramático depende del compromi-
so con que el mismo se asuma. Al-
gunos importantes sectores del PJ y
el sindicalismo han acompañado en
este año y medio, las medidas de ajus-
te, entrega y represión del gobierno,
si hoy, por las condiciones de la co-
yuntura electoral, se avinieran a fir-
mar ese acuerdo, nadie podría garan-
tizar el cumplimiento de lo mismo.
Este es un dato no menor que de-
bemos tener en cuenta.
Los comunistas vemos positiva-
mente la propuesta de unidad de la
ex-presidenta y nos disponemos a
debatir la misma sumando nuestras
propuestas y teniendo como eje los
tres puntos con los que analizamos
los problemas que llevaron al triun-
fo de Macri en 2015: no subestimar
a la derecha, tener en claro los lími-
tes de la idea de un capitalismo serio
y comprometernos con la construc-
ción de un Frente que pueda soste-
ner, profundizar y defender las po-
líticas acordadas.
Es en esta dirección que hemos
encarado las elecciones anticipadas a
realizarse al cierre de este Editorial en
las Provincias de La Rioja, Corrien-
tes y Chaco.
En La Rioja, ante la imposibilidad
de construir una política frentista nos
presentamos como Partido Comu-
nista con la candidatura a Diputado
Provincial del camarada Rogelio De
Leonardi, en Corrientes, nuestra ca-
marada Sonia López es candidata a
Intendenta en la ciudad capital por
la lista del Frente para la Victoria,
integrada por varias fuerzas del cam-
po popular, y nuestro camarada
Diego Silva ocupa un lugar expec-
tante en la lista de concejales. En la
provincia de Chaco, el camarada
Toto Galván es candidato a diputa-
do por otra valorable experiencia
frentista cuya lista es la 41 K.
En todos estos casos, como en el
resto del País, los comunistas traba-
jamos para que estas propuestas elec-
torales sean expresión de las luchas
en las calles y avancen en la construc-
ción de un gran Frente contra el Ajus-
te, la Entrega y la Represión.
En esta difícil coyuntura, los y las
comunistas reafirmamos nuestro
compromiso en enfrentar a la dere-
cha que agrede a nuestro pueblo en
las calles y en las urnas.
7
 Un nuevo capítulo en la crisis capitalista

por Jorge Alberto Kreyness1

T
odos los analistas coinciden
en que el fenómeno visible
más significativo de la co-
yuntura internacional es el triunfo
de Donald Trump en las eleccio-
nes de los EEUU. Siendo que ha-
blamos de la Presidencia de la po-
tencia capitalista más importante del
mundo, este dato es relevante y debe
ser analizado en todas sus facetas.
Sin embargo, como es sabido, el
poder en Washington no se encuen-
tra solamente en el Salón Oval de
la Casa Blanca. Si bien el jefe del
Estado tiene un conjunto de gran-
des atribuciones –basta citar como
ejemplo la llave del botón nuclear-
, es muy poderoso el aparato fi-
nanciero, así como también el sec-
tor militar, el mediático y el de las
corporaciones petroleras, tecnoló-
gicas e industriales en general. Todo
ello constituye allí el poder perma-
nente, por sobre matices, diferen-
cias provenientes de los distintos
intereses y cambios coyunturales en
el peso de cada una. Aunque estas
contradicciones, secundarias y no
antagónicas, son útiles para el aná-
lisis, especialmente después de un
cambio de Administración y de la
aceleración de la reducción paula-
tina de la tasa de ganancia. Ahora
alcanzan una mayor presencia las
petroleras, que colocaron a Rex
Tillerson, de la Exxon Mobil, en la
poderosa Secretaría de Estado.
Pero por sobre todas las cosas,
el rasgo principal allí en el Norte,
sigue siendo el de la continuidad.
Continuidad del sistema de poder
y continuidad de la crisis de la eco-
nomía de los EEUU. Y de la me-
nos difundida crisis de representa-
ción política que comienza a esbo-
zarse, debilitando aun más la inten-
sidad de la «democracia». A la con-
centración de la riqueza le sigue una
concentración del poder en manos
de círculos cada vez más reduci-
dos, hecho que está en la base de
una tendencia a la fascistización.
Un rasgo situacional es que los
engranajes entre el Ejecutivo y el
poder real parecen no estar lo sufi-
cientemente engrasados. Y ello pue-
de tener que ver con las contradic-
ciones con los aparatos de inteli-
gencia y con los precoces ajustes
forzados en el gabinete2.
La derrota de Hillary Clinton, que
fuera la favorita del estabilishment,
por un lado, y la emergencia de fi-
guras que, aunque muy opuestas,
aparecieron como outsiders en las
fuerzas tradicionales por el otro,
son expresión de todo ello. Tal los
casos del mismo Trump en el Par-
tido Republicano y de Bernie San-
ders en el Demócrata. Ello de-
muestra que los integrantes de la
elite política tradicional no cuen-
tan ya con suficiente consenso so-
cial. Llegan ahora informaciones de
que al menos un sector de los vo-
tantes de Sanders formarían un
nuevo partido3.
Otro dato de la crisis de repre-
sentación en las potencias centrales
es el resultado de la elección fran-
cesa, donde los habituales partidos
mayoritarios quedaron relegados
en las recientes elecciones ante el
nacionalismo oligárquico y xenó-
fobo del Frente Nacional de Ma-
rine Le Pen y el candidato escindi-
do de la social democracia y re-
presentante de la banca global
Emmanuel Macron, además otanis-
ta y pro Unión Europea, finalmente
electo presidente. Cabe señalar que
allí se registró un fuerte crecimien-
to de las izquierdas con la candida-
tura presidencial de Jean Luc Me-
lenchon, quien se aproximó mucho
al ingreso al balotaje, lo cual gene-
ra condiciones para una gran elec-
ción para las próximas parlamen-
tarias del 11 de junio4.
El guerrerismo los une
Hasta el disparo de los Tomahawk
de Crucero sobre Siria y de la de-
nominada MOAB en Afghanistan,

1
Analista Internacional. Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista. Responsable de la Cátedra de Politica
Internacinal del CEFMA
2
Ver:https://www.theguardian.com/us-news/2017/feb/14/flynn-russia-trump-putin-relationshiphttps://www.theguardian.com/
us-news/2017/feb/14/flynn-russia-trump-putin-relationship.
3
Ver: http://www.lamarea.com/2017/04/26/sanders-impulsa-nuevo-partido-eeuu/http://www.lamarea.com/2017/04/26/san-
ders-impulsa-nuevo-partido-eeuu/
4
Ver: http://www.europapress.es/internacional/noticia-partido-comunista-frances-quiere-aliarse-melenchon-legislativas-
20170425160036.html.

8
Trump no tenía el apoyo de la ma-
yoría de los medios de comunica-
ción, tampoco del Partido Demó-
crata, y ni siquiera el de una mayo-
ría de su propio partido.
Pero un dato insoslayable de la
realidad es que una vez descargada
la mencionada batería armamentis-
ta, todos los nombrados se alinea-
ron al unísono con el gobierno. Por
eso hay quienes dicen que, por so-
bre la extrema gravedad de las agre-
siones y las víctimas causadas, los
lanzamientos fueron, además, un
acto de la política interna de los
EEUU con el que Trump mejora
su base de apoyo. Y una confirma-
ción del peso de la corporación in-
dustrial-tecnológica-militar.
Es así. Pero, por sobre todo, esos
actos brutales son una señal irrefu-
table de la inclinación de Washing-
ton hacia la creación de un clima
«al borde de la guerra» en diversas
latitudes, pero con una clara direc-
cionalidad de advertencia a la Re-
pública Popular China y a la Fede-
ración de Rusia, en tanto son las
potencias emergentes: una especial-
mente en lo económico y financie-
ro y la otra particularmente en lo
militar. Se trata de verdaderas ame-
nazas con que pretenden disimular
el fracaso de los intentos de ruptu-
ra de la alianza chino-rusa, así como
de un intento de forzar a Beijing y
Moscú a invertir mayores recursos
en la defensa, afectando sus presu-
puestos económicos y sociales.
5
Ver: https://www.pagina12.com.ar/35703-zonas-seguras-en-siria
6
Ver: http://www.voltairenet.org/article185356.html
El militarismo es, por otra parte,
la única forma que tienen hoy día
los EEUU «para volver a ser gran-
des», como le gusta decir a su ac-
tual Presidente, cuyo discurso elec-
toral se caracterizó por admitir tan-
to la crisis de la economía de su país,
como el surgimiento de nuevos
polos de poder político global,
como Beijing y Moscú y sus siste-
mas de alianzas.
De hecho, la amenaza del uso de
la fuerza y el peligro de guerras se
acentúa, por lo cual gobiernos, or-
ganizaciones y pueblos en general,
deberán construir una respuesta
contundente. Siria, el Medio Orien-
te y la península coreana son hoy
los focos principales, sin que po-
damos excluir a Venezuela.
En Siria están consumando la
destrucción del país, aunque tras el
acuerdo de Damasco con la Fede-
ración Rusa las fuerzas mercenarias
creadas y apoyadas por los EEUU,
como el denominado Califato Is-
lámico o Al Nusra, han sufrido
duros golpes y es Rusia el país que
se instala con mayor influencia en
la región, lo cual constituye objeti-
vamente un dato a favor de un
complicado y difícil proceso de
recuperación de la estabilidad de la
región, como lo muestran las con-
versaciones de Astaná, donde par-
ticipan los dos polos regionales
opuestos, como son Irán y Turquía,
junto a Rusia y oficialistas y oposi-
tores de Siria, sin la participación
de los EEUU5. Ello no quita valor,
sino que se complementa con las
tratativas de Ginebra en el marco
de la ONU.
Mientras tanto, la justa lucha del
pueblo palestino sigue su curso de
sacrificio, dignidad y lucha, sopor-
tando las políticas de genocidio
practicadas sistemáticamente por los
gobiernos israelíes y hoy se destaca la
huelga de hambre que han debido
empender los miles de presos y pre-
sas, incluyendo niños y niñas, cuyo
único delito es ser palestinos.
Los intentos de aplicar los planes
yanquis «Nuevo Medio Oriente» y
«Medio Oiente Ampliado»6, siguen
vigentes y para ello el imperio bus-
ca poner a su favor la histórica
reinvindicación nacional del pueblo
kurdo, lo cual le genera una contra-
dicción con el régimen de Erdo-
gan en Turquía, que no fue resuelta
en la reciente visita de éste a Was-
hington. En tal sentido, es impor-
tante la política de «confederalismo
democrático» de la izquierda kurda.
Ahora, se intensifican también las
provocaciones contra la República
Democrática Popular de Corea con
toda clase de amenazas y constan-
tes operaciones militares de los
EEUU y aliados en sus inmedia-
ciones, al tiempo que se pone en
acción una demonización mediática
de sus dirigentes que, por contar con
un adecuado sistema de defensa con
fuertes capacidades de respuesta,
son presentados como guerreristas,
9
 cuando nunca agredieron a algún
país. Se esperan novedades en la
posición del nuevo gobierno de
Corea del Sur.
¿Permitirán los pueblos un
mundo de oscuridad?
Las consecuencias de la exclusión
social, de las guerras, y otras trage-
dias que producen el capitalismo y
el imperialismo, generan grandes
movimientos migratorios de millo-
nes de seres humanos que buscan
un futuro mejor, huyendo de los
bombardeos y/o del hambre y
buscando un mejor futuro y, fun-
damentalmente, un empleo. Pero el
mismo sistema que los expulsa de
sus tierras, los rechaza en otras, es-
pecialmente en Europa y cada vez
más en los EEUU, desarrollándo-
se una gigantesca crisis humanitaria
de proporciones inauditas, que no
se resolverá construyendo muros ni
transformando la fosa del Mar Me-
diterráneo en una tumba de miles y
miles de sueños destrozados7.
Al mismo tiempo, las grandes
corporaciones transnacionales con-
tinúan extrayendo salvajemente de
la naturaleza los recursos que el ca-
pitalismo necesita para su caótico
desenvolvimiento, o fumigando sin
respetar poblaciones con sus agro-
químicos, afectando de modo irre-
cuperabe la vida y la salud humana
y del medio ambiente, no sólo con-
taminándolo, sino además abrien-
7
Ver: http://www.cancilleria.gob.bo/webmre/noticia/1911
8
Ver: http://www.voltairenet.org/article123805.html
10
do nuevas crisis, nuevos conflictos
y nuevas luchas.
Este contexto pone ante nuestros
ojos un mundo oscuro que, bajo el
modo de organización capitalista,
se torna criminal e inhumano y con-
duce necesariamente a nuevas gue-
rras y estallidos. O se impone el gran
capital, con una elite expoliadora
cada vez más concentrada, con ries-
gos imprevisibles para la Humani-
dad; o prevalecen las fuerzas res-
ponsables que aspiran a la paz, a la
preservación del planeta, a la liber-
tad y el bienestar de los pueblos y
la soberanía de las naciones. Y en-
tre ellas las más firmes y consecuen-
tes, que luchan por el socialismo y
tienen la noble perspectiva del co-
munismo, en tanto la sociedad de
la justicia, la belleza y la alegría.
Las recientes elecciones en Fran-
cia donde, pese a la gran perfoman-
ce de la candidatura de la Francia
Insumisa y de Jean Luc Melenchon,
apoyado por el Partido Comunis-
ta, pasaron al balotaje dos fuerzas
de la reacción, son una muestra de
que de ninguna manera podemos
subestimar a las derechas, sea que
se presenten con el rostro del na-
cionalismo xenófobo o del neoli-
beralismo globalizador financieris-
ta más ortodoxo. Si Le Pen pro-
pone una política contraria a los
migrantes, Macron, el presidente
electo, asume con una línea contra-
ria a todos los trabajadores, incluí-
dos los migrantes.
América Latina en su
laberinto
El debilitamiento de la influencia
de los EEUU en Medio Oiente y
la creciente influencia de China y
Rusia a nivel global, impulsa a los
EEUU a concentrar sus fuerzas en
América Latina, a la que con más
asiduidad vuelven a denominar su
«patio trasero».
La renta petrolera venezolana en
manos soberanas quita el sueño a
las corporacones yanquis del «oro
negro», así como el fracaso de las
derechas locales en sus intentonas
para derrocar al Presidente Madu-
ro. Allí parece aplicarse a toda má-
quina el manual de desestabilización
de Gene Sharp, el director del Al-
bert Einstein Institute8, a saber:
1) partir de agigantar los errores
y debilidades del gobierno, 2) cons-
truir matrices de opinión para un
indefinido «cambio» y 3) calentar la
calle con acciones violentas, que es
lo que está sucediendo ahora, aun-
que los que protagonizan esos actos
están cada vez más aislados en lo in-
terno. A las fuerzas antibolivarianas
más extremas, fascistas, les correspon-
dería ahora, según tal manual, 4) un
proceso de toma de edificios públi-
cos o montaje de cabeceras de playa,
y luego 5) la fase final de toma del
poder, necesariamante con respal-
do de fuerzas exteriores.
En esa estrategia, desde sus posi-
ciones de poder internacional y las
que conservan en el orden interno,
han forzado a la baja el precio in-
ternacional del barril de petróleo,
el desabastecimiento de productos
de primera necesidad, la especula-
ción con el tipo de cambio, la in-
flación, etc. para generar descon-
tento en la población, a pesar de lo
cual el chavismo se ha mantenido
firme resistiendo todos esos em-
bates, contando con un desarrollo
de poder popular y con la unidad
pueblo-fuerzas armadas que deja-
ra como legado el Comandante
Hugo Rafael Chávez Frías.
La lucha de clases se ha puesto allí
al rojo vivo. Y, en ese contexto, la
Revolución Bolivariana recupera la
ofensiva política con la convocatoria
a una Asamblea Constituyente Ori-
ginaria alrededor de la cual se des-
pliega el debate actual, con un posi-
ble desgajamiento en las derechas.
Esta iniciativa, tomando en
cuenta las últimas consideraciones
del Presidente Maduro y otros lí-
deres revolucionarios, se destaca
por un contenido profundamente
clasista, que prioriza el peso del mo-
vimiento obrero y popular.
A Venezuela le toca hoy ocupar
el lugar de primera línea de fuego
en ese gran escenario de batallas y
disputas que resulta hoy América
Latina y el Caribe.
Violentando la resolución de la
CELAC sobre este continente
como zona de paz, EEUU amplía
su presencia militar en la región con
9
Ver: https://mundo.sputniknews.com/defensa/201705051068922844-maniobras-operacion-america-unida/.
10
Ver: http://pulsodelospueblos.com/grupo-de-trabajo-del-foro-de-sao-paulo-aprueba-el-consenso-de-nuestra-america-en-nicaragua/
la reposición de la IVª Flota Naval
y una red articulada de bases mili-
tares, además de impulsar los lla-
mados golpes blandos, eufemismo
con que decoran sus políticas des-
estabilizadoras y golpistas, que fra-
casaron en Venezuela, Ecuador y
Bolivia, pero que se impusieran en
Honduras, Paraguay y Brasil.
El gobierno de Macri en Argen-
tina es hoy parte activa en la estra-
tegia de sumar bases estadouniden-
ses, y de bloquear las construccio-
nes multilaterales como la CELAC,
UNASUR y MERCOSUR.
Para ello cuenta con el concur-
so de otros gobiernos, como los
de Colombia, Perú, Brasil y Chi-
le, integrados a los planes impe-
rialistas. En los días en que se re-
dactan estas notas, tiene lugar en
la Amazonia brasileña un ejerci-
cio militar conjunto con tropas
yanquis, colombianas y peruanas,
dirigidos a controlar la rica bio-
diversidad de ese área, pero tam-
bién a ir forjando una coalición
militar antivenezolana9.
Al mismo tiempo, el macrismo
retrocede en la defensa de la so-
beranía argentina sobre las Islas
Malvinas, Georgias y Sandwichs
del Sur y áreas marítimas circun-
dantes, y se hace cómplice de la
militarización de esos archipiélagos
del Atlántico Sur, favoreciendo la
presencia militar del Reino Unido
y su control estratégico sobre el
paso interoceánico y la Antártida.
Los gobiernos de las derechas la-
tinoamericanas son de un profun-
do carácter entreguista y extranjeri-
zante. Ello afecta el cumplimiento
efectivo de los acuerdos de paz en
Colombia, especialmente en lo que
hace a las responsabilidades guber-
namentales en las Zonas Vereda-
les. Y facilita la acción de los cri-
minales que asesinaron ya a más
de ciento veinte dirigentes y mili-
tantes de los movimientos socia-
les y políticos de ese país desde las
firmas en La Habana por parte del
gobierno y las FARC-EP. Además
pone escollos en las conversacio-
nes Gobierno-ELN que se reali-
zan en Ecuador.
Todo este contexto torna tras-
cendente el fortalecimiento del
proyecto del ALBA-TCP, Petroca-
ribe y otros, y la unidad de los go-
biernos, organizaciones políticas y
sociales y pueblos para defender el
proyecto emancipador de San Mar-
tín, Bolívar, Guevara y Chávez,
como por ejemplo el Foro de Sao
Paulo, que está poniendo al deba-
te el esclarecedor documento Con-
senso de Nuestra América.10
A pesar de todo ello, el continen-
te más desigual del mundo sigue
siendo escenario de grandes movi-
lizaciones populares, como el Mar-
zo argentino y las acciones de ma-
sas en Brasil y otros países, que indi-
can una fuerte voluntad social de
combatir al neoliberalismo. Este ca-
rece de respuestas para la resolución
11
 de los graves problemas de los mi-
llones de perjudicad@s por sus po-
líticas y apunta cada vez más a esta-
blecer mecanismos de represión y
control social.
La crisis institucional brasileña, que
pone a los golpistas Temer y Cun-
ha en el centro de los casos de co-
rrupción, expresa los límites del
proyecto neoliberal en la región, con
graves consecuencias.
Al cierre de esta nota ya se crea-
ban grandes problemas económi-
cos, comerciales, bursátiles y finan-
cieros con repercusiones en el ex-
terior, especialmente en Argentina,
agravando las dificultades de soli-
dez del proyecto de Macri. Las
consignas «Temer renuncia ya» y
«Elecciones directas» resuenan a
plena intensidad mientras crece la
candidatura presidencial de Luis
Inacio Lula Da Silva y la fuerza de
los frentes Brasil Popular y Brasil
Sin Miedo.
12
Ver a los responsables de la in-
justa destitución de Dilma Rousse-
ff en la cárcel o en el banquillo de
los acusados muestra la perversi-
dad de clase de estos elementos,
asociados al imperialismo, y da alien-
to a quienes aspiramos a un nuevo
impulso a los procesos de cambio y
de autonomización de la región del
poder global transnacional.
En esa dirección destacamos en
triunfo del Frente Sandinista de Li-
beración Nacional y de las candi-
daturas de Daniel Ortega y Rosa-
rio Murillo en Nicaragua por so-
bre quienes quieren retrotraer a la
tierra de Sandino al pasado de po-
breza extrema y dependencia. La
importancia de los cambios en el
Estado que produjera la Revolu-
ción Popular Sandinista de 1979,
fueron parte significativa de esa
victoria, fortalecida por los acier-
tos de la política económica y so-
cial gubernamental.
La consagración de Lenin Mo-
reno para suceder a Rafael Correa
en la Presidencia del Ecuador es
otro dato, muy significativo, de que
no estamos en situación de «fin de
ciclo» como algunos se apresura-
ron a pontificar, sino que señala de
manera muy clara que los retroce-
sos que son propios de toda diná-
mica histórica van atados auna dia-
léctica de flujos y reflujos que siguen
su curso de manera inexorable.
Si bien la situación de El Salva-
dor es preocupante por el contu-
bernio de la oposición, las cúpulas
judiciales y el imperio, hay confian-
za en que el Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional
sabrá salir adelante defendiendo las
conquistas del pueblo de Monse-
ñor Romero y de Shaffik Handal.
La convicción de que América
Latina sigue siendo «el continente
de la esperanza revolucionaria»
mantiene nuestras banderas en alto.
AGROINDUSTRIA LIBERAL Y ECONOMÍA DE MERCADO
Las fuentes del programa macrista
La tercera es la vencida:
Revolución de la alegría y
¿revancha clasista?
Corrían los años noventa y el
triunfo del neoliberalismo sobre
otras conceptualizaciones pasaba a
ser la única fuente de consulta ante
los problemas sociales de la socie-
dad civil. Lo nacional pasaba a ser
cosa antigua, resonaría en el tiem-
po la idea del «ciudadano univer-
sal». Con el triunfo de las econo-
mías de mercado comenzó a cons-
truirse un racionlización de la polí-
tica económica y la fuente fueron
la economía estadounidense de
Reagan y la de Margaret Thatcher
en Inglaterra.
Así resonaba, en universidades y
discursos políticos, repetitivamen-
te la frase «El fin de la historia», tí-
tulo del libro de Francis Fukuya-
ma, al cual faltaba agregarle «y el
último hombre» para complemen-
tar la tapa del célebre libro.
Pero, ¿qué significaba este título
en ese momento? Brevemente, el
triunfo de las democracias libera-
les y las economías de mercado.
Este fue un punto de inflexión
(1989) que pondría sobre la mesa
que «no habría nuevos progresos en el
desarrollo de los principios e institucio-
nes subyacentes, porque todos los proble-
mas realmente cruciales habrían sido re-
sueltos», (Fukuyama, 1992; 12).
Democracia liberal y economía
de mercado fueron el modelo im-
1
Economista, Laboratorio de Economía Nacional e Internacional del CEFMA (Endnotes)
por Ernesto Mattos1
Que poseía sensibilidad social,
que cumpliría sin aflojar.
Con sus discursos pre-electorales,
con los que tejió su fraude.
Olvídalo y volverá por más,
Ricardo Iorio, «Victimas del Vaciamiento»,
Hermética (1994)
perante y triunfante, y la fuente para caron sus regulaciones económicas
resolver los dilemas de la sociedad y avanzaron hacia la conformación
fue el Neoliberalismo. Este ponía de economías de mercado entre
fin a la historia como el resultado 1970 y 1990. La amenaza comu-
de su triunfo, atrás, quedaban los nista ya no preocupaba a ciertos
obsoletos intentos por la liberali- dirigentes como otrora. La globa-
zación nacional de los países peri- lización daba forma al ciudadano
féricos, el socialismo real en Eu- del mundo. La economía argentina
ropa y parte del mundo. Todo esto caracterizada por una estructura
era el pasado que no había fun- productiva desequilibrada venía
cionado, que había fracasado, lo moldeando su estructura financie-
resultante de ese proceso fue el pre- ra desequilibrada también.
dominio de la democracia liberal Los años noventa fueron un pun-
basada en el libre mercado. to central. Haciendo una síntesis del
Esta transición entre 1989-1991 punto de inflexión, hay tres intentos
estuvo presente en la Argentina. en estos cuarenta años: un primer
Para comprender dicha transición, momento revancha clasista, un segundo
tengamos en cuenta que los tres re- momento el abrazo liberal y la desindus-
gímenes diferentes que analizamos, trialización productiva, y un tercer mo-
tuvieron un punto en común aso- mento, que denominamos revancha
ciado a un sector económico: el clasista II y la revolución de la alegría.
agropecuario. Estos tres momentos nos permi-
Argentina no fue ajena a las tirán comprender que la alianza
transformaciones mundiales en la Cambiemos (Radical-PRO) no vino
nueva arquitectura financiera, que de un repollo. El primer momento es-
comenzó a expandirse en base a las tuvo en la dictadura cívica-militar
ganancias del sector real de la eco- del 24 de marzo de 1976, que puso
nomía, los países centrales modifi- de Ministro de economía a José
13
 Alfredo Martínez de Hoz2, quien es-
cribió un libro luego de su paso por
la gestión pública entre 1976-1980,
titulado Bases para una argentina mo-
derna 1976-1980. En dicho libro
planteaba no solo la relevancia del
sector agropecuario, sino su peso
en exportaciones. En un párrafo
del libro dice:
La variante fundamental intro-
ducida por el programa de 1976
fue la decisión de que si había un
sector de la economía que necesi-
taba o requería para su crecimien-
to de un subsidio o de una protec-
ción, y esto era aceptado y decidi-
do por la comunidad entera. Así
se hizo, suprimiéndose los dere-
chos de exportación y las reten-
ciones, eliminándose los tipos di-
ferenciales de cambio establecien-
do un tipo de cambio único y po-
niendo a todos los sectores econó-
micos en un pie de igualdad a este
respecto… Reducción arancelaria
de los insumos del sector (Martí-
nez de Hoz, 1981; 138).
La derogación de derechos de
exportación y la puesta en igualdad
de los sectores económicos, sin te-
ner en cuenta sus diferencias y tiem-
pos de producción, puso en crisis
a la industria luego de periodos de
regulación económica. Se pasa de
una etapa de crisis en la balanza
comercial hacia otro donde los
movimientos de capital y finan-
cieros generaron mayores des-
equilibrios junto a la balanza co-
mercial; pasamos a una etapa don-
de a la estructura productiva des-
equilibrada (Diamand, 1973) se le
suma la estructura financiera des-
equilibrada3, razón por la cual en
junio de 1977, junto con la desre-
gulación del comercio exterior, se
dicta la Reforma Financiera con una
consecuencia descripta por el mis-
mo Martínez de Hoz:
Ello llevó a un proceso de gradual
reemplazo de capital propio por deu-
da financiera en la estructura empre-
saria y a la existencia muy difundida
de una situación de sobreendeudamien-
to (Martínez de Hoz, 1981; 79).
Queda claro que modificar los
derechos de exportación respondía
solamente a los intereses de un sector
económico, el agro concentrado y de
exportación –que tuvo un diferencial
de productividad mayor en relación
a otros sectores, como la industria,
históricamente (Diamand, 1973).
Este sector, con mejor productivi-
dad que los otros, estuvo cercano a
la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Hay un detalle histórico que tene-
mos que tener en cuenta, sobre la
SRA, anterior al denominado Pri-
mer momento y que nos adelantara
parte del Tercero, para ubicarnos en
el Segundo momento:
La revolución del 4 de junio de
1943 fue similar a la de 1930
en casi todos los detalles (…) El
dilema –elegir entre la traición de
Patrón Costas por un lado y el
triunfo de un candidato de la opo-
sición por el otro- los estancieros
tenían una sola salida: abolir la
democracia o lo que quedaba de
ella bajo Castillo. Aquí había un
tema donde hasta la aristocracia
terrateniente y los líderes de la
industria podían estar plenamen-
te de acuerdo. Las prerrogativas
de la aristocracia serían amena-
zadas si las condiciones demo-
cráticas persistían. Los miles de
cientos de votantes, a quienes la

2
Un apellido de renombre en la historia, Bernardino Rivadavia y el cónsul inglés en Buenos Aires Woodbine Parish (que respondía en
Londres a Lord Canning) lideraron una nueva propuesta concebida con miras semejantes. Quería formar la primera Sociedad Rural cuyos
intereses no eran ya gremiales sino privados y que funcionaría como un sistema accionario. La Sociedad Rural Argentina nació antes de
la Ley de Enfiteusis, hacia 1819 fecha por la que debemos inclinarnos en lugar de la de 1826 dada por el cronista oficial de la actual
Sociedad Rural, quien asimismo, supone que sus actividades «se desenvuelven bien hasta 1829, debiendo entre en liquidación cuando un
gran malón arrea con parte de sus pertenencias (…). Pero el 10 de julio de 1866, en casa de José Martínez de Hoz en la calle Bolivar 111
del barrio de San Telmo, se firmó el acta de nacimiento de la Sociedad Rural Argentina, que redactó el propio Olivera. Fueron sesenta
y tres personas las que firmaron el acta fundacional, lo más representativo de la oligarquía bonaerense de su época. [Tarruella, 2012; 47,
48, 115 y 116].
3
Se fundamenta ésta en la Reforma Financiera de 1977 que posibilita los ciclos financieros especulativos, valorización y salida del
capital. Esta salida de capital o fuga se realiza y profundiza si no hay regulación en la cuenta capital y financiera. Cuenta que registra el
movimiento de capitales y el endeudamiento.

14
 industrialización había inducido
a migrar de las áreas rurales a
las ciudades, se avecinaban como
peligro siempre creciente (Weil,
2010; 71 y 73)
Este dilema estuvo centrado en
que industrializar suponía la amplia-
ción de derechos políticos, sociales
y económicos al Movimiento
Obrero en crecimiento. Situación
que parece fue evaluada de la si-
guiente forma: había que seguir con
el fraude porque en una elección no
tenían posibilidad de ganar. Antes
que esto tuviera una mayor delibe-
ración en las familias oligárquicas,
ocurrió la revolución de 1943.
Patrón Costas (Salta), presidente
interino, tuvo dicha duda, pero no
llegaría a resolver la dicotomía que
sí se resolvió por otra vía que de-
nominarían la revolución del 43´.
Muchos de los apellidos de la épo-
ca que acompañaban a Patrón Cos-
tas fueron los Bullrich, Blaquier-
Arrieta, Braun-Menéndez (Behety),
Anchorena, Martínez de Hoz, fa-
milias patricias que vieron interrum-
pida la forma de administrar el
Estado luego del golpe del 30´, por
otro Movimiento que se consolida-
ría a partir de 1945.
Como el partido popular era el
Radicalismo (UCR), existían otras
variantes, la elección de 1945 encon-
tró a un Partido Laborista y UCR
(Junta Renovadora); Laborista In-
dependiente; UCR (J.R.); UCR Yri-
goyenista; Laborista. Y otros;
UCRY y Laborista; y Laborista Tu-
cumano conformando el frente
peronista (Luna, 1981) que ganó esa
elección. En la vereda opuesta de
este frente se encontraba un perso-
naje llamado Arturo Julio Etcheve-
here, quien fue parte del denomi-
nado Manifiesto de los Líderes, la pri-
mera manifestación organizada del
sector alvearista después del 43´. En
pocas palabras, ese sector fue la
expresión oligárquica-conservado-
ra de la UCR. Pero ¿quién era este
Etchevehere?, el hijo de Luis Lo-
renzo Etchevehere4. Arturo Julio
llegó a ser en 1963 candidato a vi-
cepresidente de la Nación, en una
fórmula junto a Pedro Eugenio
Aramburu, uno de los artífices del
Golpe de Estado a Perón el 16 de
septiembre de 1955, autodenomi-
nado «Revolución Libertadora», en-
cabezado por el almirante Isaac
Rojas y el general Eduardo Lonar-
di. Tienen larga data las relaciones
de la familia Etchevehere con el
poder político (Premici, 2016). Lar-
go tiempo de bordear los círculos
políticos que se trasladó a sus hijos.
Es el caso de uno de los hijos de
Arturo Julio que es el actual presi-
dente de la Sociedad Rural Argen-
tina, Luis Miguel Etchevehere, que
tuvo una activa participación em-
presaria-gremial, en el periodo
2008-2015, y que será protagonista
en el Tercer momento.
Retomando los detalles históricos
¿Porqué relacionamos estos mo-
mentos?. Porque así como Etche-
vehere acompañó a Aramburu,
previo al Primer momento; en el Se-
gundo momento, a principios de la dé-
cada de los noventa, el presidente
Carlos Saúl Menem sellaría en un
abrazo con Isaac Rojas la consoli-
dación de la democracia liberal y la
economía de mercado en Argenti-
na, ambos militares protagonistas
de derrocar en 1955 al General
Perón. Retomando el hilo de este
detalle histórico, la SRA junto a otras
instituciones civiles estuvieron en
cada momento histórico de la Na-
ción para disputar los momentos
de inflexión. El objetivo del Primer
momento lo denominamos la revan-
cha clasista, y fue el siguiente:
El proyecto refundacional de la
dictadura militar que procuraba
concretar semejante transforma-
ción radical de la economía y la
sociedad argentina –denominada
revancha clasista por la forma en
que logró congregar el apoyo del
conjunto de las fracciones del gran

4
Luis Bernardino Etchevehere y Tomasa Craig, hija del oficial irlandés del ejército del Belgrano Don Tomás Craig. Del matrimonio
nacieron seis hijos, uno de ellos fue Luis Lorenzo Etchevehere, fundador del El Diario de Paraná, el 15 de mayo de 1914. Fue vocal del
Consejo General de Educación, vicegobernador y gobernador de Entre Ríos y Senador Nacional. Además, fue fundador y presidente del
Jockey Club y la Biblioteca Popular de la capital entrerriana. Falleció en 1935. El Hijo de Luis Lorenzo, Arturo Julio Etchevehere, se
desempeñó en la justicia provincial, ejerció la presidencia del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, fue ministro de Gobierno y
Justicia durante la gestión de Enrique Mihura y Cipriano Marcó, y fue presidente del Banco de Entre Ríos. También fue director de El
diario de Paraná (Premici, 2016; 31)

15
 capital- fue impuesto mediante el
disciplinamiento represivo de los
sectores populares. Su expresión
más acabada son los 30000 des-
aparecidos y presos gremiales y
políticos, la proliferación de cam-
pos de concentración, la complici-
dad de empresas en la represión
en los lugares de trabajo (Acin-
dar, Astarsa, Dálmine Siderca,
Ford, Ledesma, Mercedes Benz),
la participación de importantes
funcionarios de muchas de las em-
presas de mayor envergadura del
país en ámbitos estratégicos del
aparato estatal, la intervención de
los sindicatos y el cercenamiento de
conquistas laborales de larga data
(Azpiazu y Schorr, 2010; 21).
Entonces, la política económica
bajo la dictadura cívico-militar
(1976-1983) expresó no sólo los
deseos del sector agropecuario, sino
del poder económico, con Martí-
nez de Hoz -ex profesor de dere-
cho agrario- y los cuadros orgáni-
cos de los sectores dominantes.
Entre ellos figuraban los M. Braun
Lasala (Braun Menéndez), G. Klein
(Shaw y Renault), J. Nicholson (Le-
desma), E. Oxenford (Roberts –
actual HSBC-). Es la consumación
de la alianza agraria-financiera-ca-
pital concentrada.
El Segundo momento, luego de la
vuelta de la democracia (1983), es-
tuvo signado por la crisis de la deu-
da externa5 que había en la región y
los meses de hiperinflación (1989).
Ese año asume tempranamente
Carlos Saúl Menem, electo por el
voto popular, quien apostaba al sa-
lariazo y la revolución productiva6,
pero terminaría siendo el abrazo li-
beral (Rojas-Menem) y la desindustria-
lización productiva, de la mano de la
dupla Menem–Duhalde:
Muy resumidamente, el progra-
ma proponía una política de re-
distribución de ingresos que recu-
perara el mercado interno y pro-
porcionara una demanda solven-
te para el relanzamiento indus-
trial, financiado con las divisas
que debía proveer el sector pri-
mario reactivado. Los dos pivo-
tes de este esquema eran el ‹‹sa-
lariazo››, base de la expansión
de la demanda, y un tipo de cam-
bio real que sustentara la capa-
cidad exportadora (Thwaites
Rey, 2003, 28).
El sector primario para lograr su
reactivación precisó de la siguiente
implementación: Decreto de desregula-
ción (2248/91), que plantea la desre-
gulación del comercio interior de Bienes y
Servicios7 (supresión de normas que
limitan el libre funcionamiento de los
mercados); Modificación de la Ley
de Competencia y suspensión de la Ley
de Abastecimiento (producir bienes o
fijar precios o imposición de san-
ciones); Desregulación del comercio exte-
rior: se suprimen las limitaciones a
las importaciones y exportaciones,
con excepciones por razones sani-
tarias de alimentos y farmacéuticos;
Cierre de Entes Reguladores: se deroga
la legislación que regulaba mercados
agrícolas (granos, carne, azúcar, vi-
nos, yerba mate, etc.), se suprimen
junto a los entes encargados (Junta
de Carne, Granos, Vino, Instituto
Forestal Nacional, Yerba Mate, etc.).
Otro aspecto que acompaño la des-
regulación -y no por ello menos
importante, fue la Reforma Fiscal que
consistió en la supresión de impues-
tos relacionados con los mercados
agrícolas, supresión de las tasas de
estadística para la exportación, los
regímenes de promoción industrial
remanentes, modificación de aran-
celes de importación, etc. (Pierri,
2014; Burgos, 2016)

5
Pesada herencia recibió el gobierno democrático de Raúl Alfonsín. La deuda externa había pasado de 8.000 a 45.000 millones de
dólares. Como todo endeudamiento tiene su pago de intereses que creció de 1.6 a 6.8 mil millones de dólares anuales.
6
Donde se expresó lo que se suponía que las mayorías nacionales, añorantes de los logros del primer peronismo, querían escuchar del
candidato que las representara. En este proyecto de la revolución productiva se afirmaba como propuesta la revalorización de la cultura
del trabajo por sobre la especulación, que se había convertido en eje del comportamiento económico de os argentinos a partir de 1976
(Thwaites Rey, 2003).
7
El subrayado es nuestro y se busca resaltar las políticas económicas para el sector, él que debía impulsar el motor de la economía así
poder relanzar la industria.

16
 La privatización, la convertibilidad mica, endeudamiento externo y va- Este periodo culminó con la cri-
y el abrazo entre el ex–Almirante Isaac ciamiento ideológico, que sellará a sis del 2001 y un profundo des-
Rojas y Carlos Saúl Menem8 sellaron, fuego la letra de olvídalo y volverá por contento en la sociedad hacia lo
junto a la privatización de los medios más, de Hermética. político y los políticos. Fue un periodo
de comunicación, un neoliberalismo
periférico, por medios que defien-
den y justifican los pilares de la des-
Los comunistas ante los nuevos desafíos
regulación en el comercio exterior.

en América Latina1 por Jorge A. Kreyness2 y Marcelo F. Rodríguez3

Como en el Primer momento, el Segun-
do tuvo el mismo objetivo y logró
más que la derogación en los dere-
chos de exportación. Era el mo-
mento del fin de las ideologías y el triunfo
de las democracias liberales y la economía de
mercado. Por ello el peronismo pasa-
ba a ser la nada, un vaciamiento ideo-
lógico sobrevolaba al país, el vacia-
miento no sería solo ideológico sino
también económico y social. Este
Segundo momento se sintetiza como la
privatización, desregulación econó-

8
Si Menem y Macri pueden decir que son peronistas y Kirchner e Ibarra también, eso significa que el peronismo tiene un grave
problema de identidad o que está cubriendo «por arriba» actitudes políticas nuevas que todavía no dicen su verdadero nombre. No se trata
de la «izquierda» y la «derecha» de un mismo partido. Se trata de proyectos políticos diferenciados y antagónicos. No hay por qué abrumar
a nadie con la dialéctica del Ser y la Nada. Pero, ¿cómo no recurrir a la Ciencia de la Lógica de Hegel para dev lar el sentido de esa frasecita
(que acaso sea mucho más que eso) «somos todos peronistas»? Hegel dice: «El ser, lo indeterminado, es en realidad la nada, ni más ni menos
que la nada (...) El puro ser y la pura nada son por lo tanto la misma cosa» (Libro I: La doctrina del ser, pág. 108). Entonces, si Menem-Macri
son el peronismo y Kirchner-Ibarra son el peronismo, esto significa que pueden serlo porque pertenecen a un todo que no entrega identidad,
que no tiene determinaciones internas, claras. Así, el peronismo puede contener a todos porque es la nada. El ser libre de determinaciones
(«lo indeterminado», como dice Hegel) se priva de una posible identidad. El peronismo en tanto identidad política partidaria está tan muerto
como el radicalismo. Uno murió por exceso, por desaforada laxitud, por serlo todo. El otro murió por carencia, por ser nada, por extinción.
La única vez que Kirchner se definió como peronista (algo que ha evitado, de aquí su peso entre los nuevos sujetos sociales de la Argentina,
los que quieren cambiar) fue ante Bush y para zafar (precisamente para «zafar») de una definición. «¿Usted es de izquierda?», le pregunta Bush,
buscando averiguar si se parece a Chávez. «No –dice Kirchner–. Yo soy peronista.» «Ah, de centro», dice Bush, algo confundido. «Claro», dice
el señor K, que no ignora que decir «soy peronista» puede significar cualquier posición dentro del arco ideológico. (De hecho, lo ha
significado: nacional-popular y proteccionista entre 1946-1952, aperturista entre 1952-1955, sindicalista combativo y ponebombas, o
«caños», con la «Resistencia Peronista», negociador-dialoguista-conciliador con Onganía, claramente izquierdista o guevarista y hasta
movimiento de guerrilla urbana en los ‘70, productivista con Perón-Gelbard y el Pacto Social del ‘73, fascista con López Rega, Isabelita y
Ottalagano, socialdemócrata con Cafiero y la Renovación en 1984/85 y neoliberal salvaje con Menem en la década del ‘90.) La presidencia
del PJ se le ofrece a Kirchner para nihilizarlo. Para atraparlo entre las redes de un partido sin determinaciones internas, sin definición.
Hagamos una prueba, es sencilla y –creo– contundente. Kirchner puede decir qué es y cualquiera puede decir quién es Kirchner. Es un
político que en pocos meses de gestión se mostró partidario del Mercosur, descabezó a los sectores represivos del Ejército, de la Policía,
intervino el PAMI, recibió a las Madres, derogó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y negoció en términos de inusual dureza con
el Fondo Monetario. Por el contrario, si usted le pregunta a alguien qué es el peronismo, olvídese. No es casual que ningún extranjero lo sepa o
que se lo interprete de una y mil maneras, todas posibles, todas limitadas, todas erróneas. Feinmann, Página/12; 20/09/2003.

17
 paradigmático, donde la apertura a
la importación generó mayor re-
caudación que la que debería haber
generado el tipo de cambio real que sus-
tentó la capacidad exportadora vía los
derechos de exportación, en para-
lelo a la pérdida de puestos de tra-
bajo y el pueblo argentino vio caer,
en silencio, el consumo de carne
vacuna (Kg./Hab).
Las concesiones al sector agro-
exportador no generaron los resul-
tados esperados, de nuevo, el de-
rrame no sucedió y así la reactiva-
ción del mercado interno quedó en
un slogan y el final del periodo fue
la crisis del 2001.
Luego, llegamos al periodo 2003
y 2015, con recuperación económi-
ca y mejores niveles sociales. Fue un
proceso social y económico con
profundas tensiones, principalmen-
te a partir del 2008 con la medida
denominada Resolución 125 (Arceo,
E. Basualdo, E. Arceo, N., 2009;
Mattos, 2012; Burgos, Mattos,
Medina, 2014).
Las tensiones sociales y económi-
cas estuvieron acompañadas de erro-
res y aciertos, en algunos temas am-
plificados por determinados Me-
dios, que tenían intereses en juego.
En 2015 la Alianza Cambiemos,
compuesta por el Radicalismo y el
PRO ganó la elección presidencial,
un radicalismo asociado a ese viejo
alvearismo de carácter conservador
y oligárquico que recuerda al Mani-
fiesto de los Lideres y que hoy se expre-
sa en el Foro de Convergencia Empresa-
rial 9(FCE). Foro del cual participa-
ron la SRA, CRA, FAA, CONINA-
GRO, la UIA, AACREA, AEA,
AMCHAM (Cámara de Comercio
de Estados Unidos en Argentina),
ABA, BCBA, CAEM (Cámara Ar-
gentina de Empresarios Mineros),
COMARCO, Fundación Mediterrá-
neo entre otras. Además adhirieron
al documento y foro ACIERA
(Alianza Cristiana de Iglesias Evan-
gélicas de la República Argentina),
AMIA, DAIA y la Red Universita-
ria de Cooperación Académica de
Universidades Católicas y de Orien-
tación Católica de la República Ar-
gentina, entre otras instituciones.
El denominado documento se
hace llamar Bases para la Formulación
de Políticas de Estado y sintéticamente
planteaba en la dimensión econó-
mica que: a)Garantizar los proce-
sos de formación de precios con
el funcionamiento de mercados
transparentes evitando intervencio-
nes distorsivas (libertad de precios);
b)Remoción de los factores que
desalientan las inversiones así como
el abastecimiento fluido de nuestra
producción (sacar el cepo, libre
compra de dólares); c)Fuerte reduc-
ción de la elevada presión tributa-
ria sobre el sector formal de la eco-
nomía (libre movilidad de capita-
les); y d)Eliminación de los facto-
res que desalientan, restringen o
prohíben las exportaciones (dero-
gar los derechos de exportación al
agro, la industria y la minería).
El gobierno que asume el 15 de
diciembre de 2015 comenzó, en
menos de una semana, la ejecución
del programa esbozado en el Foro
de Convergencia Empresarial. Nos sur-
ge un interrogante, ¿qué tiene que
ver el Foro de Convergencia Empresa-
ria con la alianza agraria-financiera-
capital concentrada del Primer mo-
mento? Entre el Primer momento y el
Tercero, el hilo conductor es desre-
gular el comercio exterior y la cuen-
ta capital; de una estructura produc-
tiva y financiera desequilibrada, con
tensiones por las transformaciones
del periodo 2003-2015, pasamos a
otra que retoma las ideas del Primer
y Segundo momento; ambos desequili-
brios profundizados para consoli-
dar el modelo agroexportador his-
tórico y no un Estado que regule
las relaciones sociales de produc-
ción. Simplemente retornar a una
democracia liberal y economía de
mercado, vaciada de «ideología»
y basada en la idea del «dialogo10».

9
http://www.convergenciaempresarial.org/docs/bases_foro_de_convergencia_empresarial.pdf
Marcos Peña-Braun, Politólogo de la Torcuato Di Tella, es el fiel exponente de esta idea, basado en un discurso profundamente anti-
10

histórico, donde las identidades nacionales han pasado de moda, como si fuera un camisa que uno regala. Para que se entienda, pasamos
de los setenta con el CEMA (UCEMA), Pedro Pou, Carlos Rodriguez y Roque Fernández, que se financiaban con el grupo Catena Zapata,
luego se sumaron los economistas del grupo Bunge & Born, Mario Hirsch junto con Miguel Roig y Orlando Ferrreres; muchos de ellos
tendrán protagonismo en los noventa en el Segundo momento. En la actualidad son los técnicos de la UTDT (Universidad Torcuato Di Tella)
los que asumen el rol liberal, pero sin la ideología clara de sus antecesores donde estaban claro los lados en la discusión. Esta discusión
entre
18
Tercer momento: revancha clasista II y la
revolución de la alegría.11
En la economía política había tres
variables importantes: trabajo, ca-
pital y tierra, de las cuales se deri-
vaban sus retribuciones: salario, ga-
nancia y renta. Pero luego, a partir
del siglo XIX los denominados
Economics –Economistas- a se-
cas, dejaron en desuso la variable
tierra y en el caso argentino eso es
ocultar al principal sector que dis-
puto históricamente al Estado y el
gobierno, desde la vaquería, el sa-
ladero y el frigorífico. Se resumi-
ría la historia argentina en torno a
sus principal producción y expor-
tación desde 1700 a 1930 y luego
de 1930 a 2016. Cereales, oleagi-
nosas y ganadería como las prin-
cipales actividades de producción
y exportación, en el cual desde
1866 estuvo siempre la SRA dis-
putando el poder político.
Un informe de OXFAM (2016)
sobre América Latina y el Caribe
nos dice que el 1% de las fincas de
mayor tamaño concentra más de la mi-
tad de la superficie agrícola. Dicho de
otro modo, el 1% de las fincas acapara
más tierra que el 99% restante.
Para el caso de la Argentina, el
1% representa un promedio de fin-
cas de más de 22.000 hectáreas, este
1% controla el 35.93% de las tierras
productivas mientras que el 99% -
restante- tiene el 64.10%. El mismo
informe muestra un coeficiente de
Gini (mide la desigualdad de for-
ma que más cercano a 1= desigual-
dad y más cercano a 0 = igualdad)
para la distribución de la tierra: Bo-
livia (0.77), Ecuador (0.80), Argen-
tina (0.83), Uruguay (0.84) Brasil
(0.87), Chile (0.91) y Paraguay (0.93).
Un segundo dato publicado, en
febrero de 2016, por el Instituto
Peterson sobre El Origen de los Su-
perricos: Billonarios, evidencia que en
Argentina los billonarios son en un
80% por herencia y el restante 20%
por el sector financiero.
El sector agropecuario argenti-
no es uno de los principales sec-
tores económicos de la estructura
productiva, produce una mercan-
cía que tiene un doble rol: como
mercancía de exportación y como
consumo interno. Nos referimos
a hortalizas, legumbres, frutas, lác-
teos, carnes y pan) o para el mer-
cado externo (mercancía de ex-
portación: harina, aceite y poroto
de soja, maíz, trigo o carne) que
logra generar divisas.
El 16 de diciembre de 2015, el
flamante Ministerio de Agroindus-
tria a cargo de Buryaile de la Con-
federación Rurales Argentina
(CRA), anunciaba en el Boletín
Oficial la supresión en los derechos
de exportación a la industria12, a la
minería y el agro (excepto la soja
que quedaría en 27% y 30%):
Que la merma en la recauda-
ción del ESTADO NACIO-
NAL por la aplicación de la
presente medida en pos de reacti-
var los sectores afectados, se verá
compensada por el crecimiento en
la recaudación de impuestos por
el aumento inmediato de la pro-
ducción, que se estima que esta-
rá asociada a esta acción de go-
bierno, dinamizando la activi-
dad económica de las diversas re-
giones y beneficiando así a las
provincias mediante la coparti-
cipación de los tributos (Decreto
133/2015).
¿Dinamizó esto la actividad eco-
nómica? No. El boom de recau-
dación no sucedió, por el con-
trario, los derechos de exporta-
ción cayeron un 42.13% entre
2015 y 2016. El boom de ex-
portaciones no fue tal y la liqui-
dación de divisas fue similar a la
de los últimos cinco años. Por
otro lado, el 22 de diciembre de
2015 eliminó las ROE13 (Registro
de Operaciones de Exportación)

entre académicos y técnicos, quienes luego ocuparán cargos como funcionarios del periodo de convertibilidad, contaba con una financia-
ción por mes de 30.000 dólares. (Burgo, 2011). Los grupos económicos apostaron, desde los setenta, a construir opinión y ganar la calle
con conceptos complejos en la Academia y simples en la calle. Así, durante los noventa, tuvieron también a «Doña Rosa».
11
Blaquier Arrieta con vínculos con la otra familia oligárquica norteña Patrón Costas.
12
Para ver al detalle lo suprimido por producto: http://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-les-saco-las-retenciones-a-las-
exportaciones-industriales-20151221-0055.html
13
Mediante el uso de ROE, el gobierno no solo disciplinó a los productores, cerrando las exportaciones cuando era necesario deprimir
los precios. http://www.clarin.com/ieco/roe-eliminacion-macri-moreno-oncca_0_rJYgs0RdDQl.html

19
 Tabla 2.
Producción Exportación Consumo total Consumo per cápita Derecho de exportación Liquidación de divisas Cereales y Oleaginosas
(Tn res c/hueso) Kg./año Millones de U$S
2013 2.821.000 201.689 2.619.311 62,9 10.130 23.208
2014 2.673.901 211.630 2.462.271 58,5 10.350 24.143
2015 2.727.864 198.687 2.529.177 59,6 8.193 19.963
2016 2.666.683 218.526 2.448.157 57,1 4.741 23.668
Var% ´16-´15 -2,20 10,00 -3,20 -4,10 -42,13 18,56
Fuente: CIARA-CECA/AFIP/CICCRA

que controlaba las exportaciones
de productos agropecuarios (en
especial cereales y carne vacuna).
Según el informe económico men-
sual N°191–Diciembre 2016 de la
Cámara de la Industria y Comercio
de Carnes y Derivados de la Repú-
blica Argentina (CICCRA), el con-
sumo interno de carne vacuna ex-
perimentó una caída de 3.2% con
relación a 2015, de esta forma, el
consumo interno representó un
91.81% de la producción total, re-
trocediendo -0.9% para el mismo
periodo (Ver Tabla 2.). En sinto-
nía con esta caída, se suma que el
consumo per cápita también cayó
un 4.10%, así comenzó el periodo
de convertibilidad.
La exportación de res c/hueso
creció un 10%, la más alta de los
últimos tres años, aunque los pre-
cios u$s/tn peso producto apenas
varió un 0.1% entre 2015 y 2016
¿Era necesario desregular el comer-
cio exterior? Esto provocó un me-
nor consumo interno y mayor ex-
portación, pero con el detalle que
los precios internos aumentaron en
carne un 40.8%, pollo un 44.5% y
cerdo un 25.2%.
Un dato más es el margen bruto
que paso de pesos corrientes por
hectárea de 1.900 a 6.100 para la
invernada vacuna, la cría con me-
nores oscilaciones que los de engor-
de, tiene una tendencia positiva y
creciente durante el 2016 según los
indicadores bovinos del Ministerio
de Agroindustria. Acompañando
estos datos la soja, el maíz y el trigo
incrementaron sus márgenes bru-
tos en un 70%, 122% y 159%, res-
pectivamente, entre las campañas
2015/2016 vs 2014/2015. Fue el
regreso del modelo agropexporta-
dor. Confirmando lo dicho por el
Etchevehere (SRA) en marzo de 2015
hay que exportar el lomo porque no había
cultura de ese corte14.
¿Olvidamos y volvieron por
más? Sí. Volvieron por lo mismo
de siempre, desregulación del co-
mercio exterior, endeudamiento
externo y a instalar la idea de la
excesiva presión impositiva, así lo-
graron en su primer año de manda-
to reducir el impuesto a los bienes
personales, gradualmente, que todos
los años es menor al impuesto que
se recauda por cigarrillos. Sin bienes
personales difícilmente se podrá gra-
var al propietario de la tierra o dife-
renciarlo del pequeño o mediano.
Pero no queremos dejar de lado
explicar porqué tiene un carácter
oligárquico este gobierno -más allá
de los impuestos y que en algunos
casos son los descendientes de los
propietarios de la tierra-, para lue-
go definir este neoliberalismo.
Primero, son las familias patricias
del país las que asumen de nuevo,
áreas de conducción del Estado:
Peña-Braun en la Jefatura de Gabi-
nete y Miguel Braun en Comercio
Interior, Martínez de Hoz (h) en el
Instituto Nacional de Propiedad In-
dustrial (INPI), Francisco de Ancho-
rena en Programación Técnica y Es-
tudios Laborales, Federico Pinedo

¿Qué quiere decir esto? Cuanto más exportan los cortes que no se consumen aquí- (no tenemos, por ejemplo, cultura de comer lomo
14

porque nos gustan otros cortes), quedan internamente más cortes como el asado, el matambre, el vacío etc. Relato en la web de la
Sociedad Rural Argentina (SRA). Arturo Jauretche los llamaba los «saldos exportables» de la oligarquía ganadera, que hambreaba al
pueblo para poder exportar más, eso significaba menos consumo de carne y más carne pa fuera, como pasó en el Segundo momento y ahora
en este Tercero. No es que ellos sean malos sino que nosotros somos olvidadizos de las zonceras.

20
nieto del Pinedo, quien propuso
el plan industrial y Luis Blaquier
en el Fondo de Garantía Susten-
table (ANSES), este fue el pri-
mero en renunciar.
Segundo, el neoliberalismo –que
habíamos nombrado como peri-
férico- se podría definir, ahora, así:
El neoliberalismo es la etapa
superior del liberalismo. La eta-
pa en que los monopolios y oli-
gopolios traban la libertad de
mercado, arrojan de él a los pe-
queños competidores e imponen
sus reglas en todos los órdenes:
el económico, el cultural, el polí-
tico y –muy especialmente- el co-
municacional, el arma predilecta
del capitalismo oligopólico duran-
te los días que ocurren. El nuevo
sujeto Absoluto (Feinmann,
2016; 8)
De nuevo esa vieja alianza agra-
ria-financiera-capital concentrada.
Agraria expresada en la SRA con
Etchevehere militando e impulsan-
do el documento del FCE; finan-
ciera por personajes como Prat-
Gay y Caputo, que son los repre-
sentantes de la banca extranjera en
Argentina y que solo conocen un
negocio: endeudamiento externo,
comisiones y fuga de capitales; y
capital concentrada en Macri y los
lobistas de la UIA.
La conducción de la UIA está a
cargo de Kauffman, quien repre-
senta los intereses de ARCOR. ¿A
quién beneficio la devaluación?
¿Quiénes son los dos sectores ex-
portadores y generadores de di-
visas? Uno es el sector Cerealero
y Oleaginoso (CyO) y el segundo
es Alimentos y Bebidas que, oh
casualidad, está bajo conducción
de ARCOR. Los intereses de AR-
COR son los de Molinos Río de
la Plata y Ledesma –empresa de
la familia Blaquier- que no sólo
ganan en el mercado interno sino
en la exportación como lo de-
muestran los números del libro
La Soja entre el monocultivo y las ne-
cesidades de divisas, entre 2003 y
2015 CyO logró divisas por
270.880 millones de dólares, Ali-
mentos y Bebidas unos 66.593
millones de dólares y Agricultu-
ra, Ganadería y Otras actividades
Primarias unos 24.290 millones de
dólares (Burgos, 2016)
En la Tabla 1. tenemos los da-
tos comparativos por giro de uti-
lidades y dividendos (UyD), in-
versión extranjera directa que in-
gresó y divisas generadas por sec-
tor económico que demuestran la
importancia del sector CyO y el
de Alimentos y Bebidas entre
2015 y 2016, ambos sectores pro-
motores del FCE. Alimentos y
Bebidas durante el 2016 giró UyD
por 547 millones de dólares e in-
gresó inversiones por 241 millo-
nes de dólares.
Por cada dólar que ingresó en
inversiones, se llevó un dólar –re-
cuperó la inversión- y ganó un dó-
lar con veinte centavos. Para el caso
de CyO por cada dólar invertido,
recuperó el dólar invertido y se lle-
vó siete dólares más, una gran ren-
tabilidad. Para Eduardo Jorge, esta
alianza entre industriales UIA15
(Alimentos y Bebidas), los secto-
res agrarios y exportadores existe
bajo la hegemonía política de los

Tabla 1. Giro de utilidades y dividendos, Inversión Extranjera Directa (IED) y Divisas generadas* en millones de dólares
Giro UyD IED Divisas generadas
2015 2016 Var% 2015 2016 Var% 2015 2016 Var%
Cereales y Oleaginosas (CyO) 1 268 26.700 5 32 540 22.212 26.358 19
Agricultura y Ganadería y otras actividades primarias 1 5 400 21 71 238 2.000 2.067 3
Alimentos y Bebidas 10 547 5.370 43 241 460 4.712 5.407 15
Resto de sectores 90 2.655 2.850 1.282 2.218 7 3 -15.696 -20.347 30
Fuente: BCRA
*El saldo de lo que se exporta e importa por sector en bienes, no se tiene en cuenta el efecto de los servicios a los fines del trabajo

La alianza Pagani (ARCOR) y Rocca (Techint) posibilitaron el programa FCE y militaron con los medios afines la candidatura de
15

Mauricio Macri. De ese acuerdo-alianza surge la presidencia de Kauffman.

21
 agrarios (Eduardo Jorge, 1986), en
este caso la SRA que retomó la Mesa
de Enlace –histórica- a partir de 2008
y encabezó como patronal agraria
la disputa por el poder político que
lograron en 2015.
Esta misma SRA dijo entre ju-
nio y septiembre de 2016 que in-
vertiría 58.000 millones de dóla-
res16, que protestaba por el costo
de electricidad en su sitio web con
una nota titulada La tarifa de luz
del agro es de la más cara de la región,
dice la Rural17, en enero de 2015
argumentó lo costoso del servi-
cio en comparación a los países
vecinos. Pero el aumento en la elec-
tricidad, durante 2016, para el caso
del agro mendocino 18 tuvo un
impacto de entre 234% y 500% de
incremento, dependiendo de la uti-
lización en la intensidad del riego
¿No les preocupa al Gobierno y
al presidente de la SRA la realidad
de las economías regionales con
estos aumentos?
Además, se modificó la Ley de
Tierras (2011) para el acceso a la
misma por parte de extranjeros.
Así, no habrá restricciones para tie-
rras en zona industrial, área indus-
trial o parque industrial, también
se sacaron los limites en la zona
núcleo19. Según informe el Minis-
terio de Agroindustria19, el mayor
porcentaje de tierra en manos de
extranjeros está en la zona andina
–Cuyo, NOA y NEA- y en el sur
en Chubut y Santa Cruz. Esto evi-
dencia la importancia que tiene en
la zona pampeana la tierra, los he-
rederos y sus familias no entrega-
rían un bien tan preciado.
En la campaña presidencial de
2015, Macri le había prometido a
Venegas –el Momo- de UATRE
(Unión Argentina de Trabajadores
y Estibadores Rurales), que le de-
volvería el RENATREA (Premici,
2016). Durante el 2011 se había
creado el Registro Nacional de Tra-
bajadores y Empleadores Agrarios
(RENATEA) con el fin de detec-
tar casos de trata laboral. Entre 2012
y 2015 fueron rescatados más de
1.000 potenciales víctimas de casos
de trata. Mujeres, adolescentes,
hombres cuenta el autor en su li-
bro De Patrones y Peones. Aliados es-
clavistas de Mauricio Macri. Entre 2002
y 2011 el Momo no solo infló fic-
ticiamente el registro de trabaja-
dores para demostrar eficiencia,
sino que permitió, por acción y
omisión la explotación de peones,
la reducción a la servidumbre o el
trabajo infantil, a pesar de que esas
situaciones ocurrían ante las nari-
ces de todos… los que querían ver
(Premici, 2016; 33).
El impacto en el trabajo por par-
te de la derogación de derechos
de exportación para las economías
regionales fue negativo, se destru-
yeron en los primeros 10 meses
de 2016, en promedio, contra mis-
mo periodo de 2015, unos 8.426
en el sector agropecuario (Agricul-
tural, ganadería, caza y silvicultu-
ra; pesca). En el caso del sector
minero se destruyeron unos 5.036
empleos. Otro favor a los expor-
tadores fue que el Gobierno ya ha-
bía extendido, primero en abril del
año pasado de 30 a 180 días, el
plazo de liquidación de divisas, y un
mes más tarde volvió a extenderlo
hasta un año. Pero en agosto llevó
ese límite a 1.825 días, es decir, cin-
co años. No obstante parece que
eso no alcanza, recientemente por
resolución 47 –E/2017:
ARTÍCULO 1° — Sustitúyese
el Artículo 1° de la Resolución
N° 269 de fecha 14 de diciem-
bre de 2001 de la SECRETA-
RÍA DE COMERCIO del ex
MINISTERIO DE ECONO-
MÍA, sustituido en último térmi-
no por el Artículo 1° de la Re-
solución N° 242 de fecha 28 de
agosto de 2016 de la SECRE-
TARÍA DE COMERCIO del
MINISTERIO DE PRODUC-
CIÓN, por el siguiente:

16
http://www.cadena3.com/contenido/2016/06/29/La-inversion-del-campo-sera-de-US$-58-mil-millones-este-ano-165354.asp
http://www.lanacion.com.ar/1937363-luis-miguel-etchevehere-el-campo-va-a-invertir-esta-campana-us-58000-millones
17
http://www.sra.org.ar/newsite/interna.php?inc=inc_hojas/notas_detalle.php&id=6924
18
http://www.sitioandino.com.ar/n/193187/
19
http://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-cambio-la-Ley-de-Tierras-y-facilita-la-compra-a-extranjeros-20160701-
0041.html

22
 «ARTÍCULO 1°.- Los expor-
tadores cuyas operaciones están
comprendidas en las posiciones
arancelarias de la Nomenclatura
Común del MERCOSUR
(N.C.M.) que se consignan en las
planillas, que como Anexo I for-
man parte integrante de la presen-
te resolución, deberán ingresar las
Bibliografía
divisas al sistema financiero local mercio lleva la firma del econo-
dentro del plazo de TRES MIL mista Miguel Braun, de los Me-
SEISCIENTOS CINCUENTA néndez Behetys de la vieja Socie-
(3.650) días corridos». dad Anónima Importadora y Ex-
Se pasó de 5 años a 10 años el portadora de la Patagonia, hoy un
ingreso de divisas al sistema finan- supermercado. Olvidamos y vol-
ciero nacional para los exportado- vieron, para consolidar el neolibe-
res, principalmente de CyO, esta ralismo, la democracia liberal y la
resolución de la Secretaria de Co- economía de mercado.
Que poseía sensibilidad social,
que cumpliría sin aflojar.
Con sus discursos pre-electorales,
con los que tejió su fraude.
Olvídalo y volverá por más,
Ricardo Iorio, «Victimas del Vaciamiento»,
Hermética (1994)

Azpiazu, D y Schorr, M. (2010). Hecho en Argentina. Industria y economía, 1976-2007. Siglo veintiuno editores.
Arceo, E. Basualdo, E. Arceo, N. (2009). La crisis mundial y el conflicto del Agro. Centro Cultural de la Coope-
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Feinamann, J.P. (2016). Crítica del neoliberalismo. Por un país soberano y un pueblo con historia. Planeta.
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Planeta-Agostini.
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23
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https://www.oxfam.org.br/sites/default/files/arquivos/desterrados-informe_completo-esp.pdf
The Origins of the Superrich: The Billionaire. Characteristics Database. Working Paper Series February 2016.
Peterson Institute for International Economics
https://piie.com/publications/wp/wp16-1.pdf
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https://www.boletinoficial.gob.ar/pdf/linkQR/YitJd1JzZEdwZWsrdTVReEh2ZkU0dz09
Resolución 47 E/2017
https://www.boletinoficial.gob.ar/#!DetalleNorma/158014/20170120
Ley de Tierras en Argentina
http://www.agroindustria.gob.ar/sitio/areas/tierras/ley/

Notas periodísticas:

Feinmann, José Pablo, 2003. El señor K y el peronismo, en diario Página/12, Buenos Aires 20/09/2003.
https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-25671-2003-09-20.html
http://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-les-saco-las-retenciones-a-las-exportaciones-industriales-
20151221-0055.html
http://www.cadena3.com/contenido/2016/06/29/La-inversion-del-campo-sera-de-US$-58-mil-millones-este-
ano-165354.asp
http://www.lanacion.com.ar/1937363-luis-miguel-etchevehere-el-campo-va-a-invertir-esta-campana-us-58000-
millones
http://www.clarin.com/ieco/roe-eliminacion-macri-moreno-oncca_0_rJYgs0RdDQl.html
http://www.sra.org.ar/newsite/interna.php?inc=inc_hojas/notas_detalle.php&id=6999
http://www.sra.org.ar/newsite/interna.php?inc=inc_hojas/notas_detalle.php&id=6924
http://www.sitioandino.com.ar/n/193187/
http://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-cambio-la-Ley-de-Tierras-y-facilita-la-compra-a-extranje-
ros-20160701-0041.html
http://www.ambito.com/870081-amplian-a-10-anos-el-plazo-para-liquidar-divisas-de-exportaciones-del-agro

Artículos electrónicos:

Mattos, E. (2012). Tierra y Libertad… de mercado: sojización y apuntes para comprender el conflicto de la
125. Agosto 2012. La Revista del CCC. ISSN 1851-3263.
h t t p : / / w w w. c e n t ro c u l t u r a l . c o o p / r e v i s t a / a r t i c u l o / 3 2 8 /
ierra_y_libertad_de_mercado_sojizacion_y_apuntes_para_comprender_el_conflicto_de_la_125.html

Informes económicos:

-Burgos, M. Mattos, E, Medina, A (2014). La soja en Argentina (1990-2013): cambios en la cadena de valor y
nueva articulación de los actores sociales. Documento de trabajo N° 63 – Noviembre de 2014.
http://es.slideshare.net/IADERE/la-soja-en-argentina-1990-2013-cambios-en-la-cadena-de-valor-y-nueva-
articulacin-de-los-actores-sociales
-Ministerio de Agroindustria
Indicadores ganaderos Septiembre de 2016
http://www.agroindustria.gob.ar/sitio/areas/bovinos/informes/indicadores/_archivos//000001_Indicado-
res/000007-%20Indicadores%20Econ%C3%B3micos%20para%20Ganader%C3%ADa.pdf
-Centro de Estudios Económicos y Sociales – Scalabrini Ortiz
http://www.ceso.com.ar/informe-economico-mensual-no-i-enero-2017
-Nomencladores Mercosur
http://www.aduanaargentina.com/nc.php
24
La protesta social bajo el gobierno
de Cambiemos*
L
a política económica actual se
asienta en una alianza entre
fracciones capitalistas (entre
las cuáles se encuentra el sector fi-
nanciero, el capital extranjero, las
grandes empresas exportadoras, la
corporación judicial y los grandes
medios de comunicación) y secto-
res medios, todos amparados en la
ideología del libre mercado y el in-
dividualismo meritocrático. La
ideología de esta alianza de clases
remite al viejo paradigma oligárqui-
co basado en el ejercicio ilimitado
del poder (donde incluye a la re-
presión como un elemento más).
Hasta el momento no rige un pro-
grama de gobierno ni una política
económica definida; en cambio se
ha observado la práctica de una ló-
gica económica que avanza sobre
el Estado y la sociedad argentina a
impulsos de las transferencias a los
sectores más concentrados. En efec-
to, la alianza en el gobierno no ha
logrado –ni ha querido- traducir en
actos de gobierno el interés general
de la nación y, por tanto, no ha lo-
grado construir hegemonía.
Este bloque social primó sobre
otro que comprende a los trabaja-
dores (ocupados y desocupados),
a los pequeños y medianos empre-
sarios, la industria, el sector finan-
ciero local que se vio reflejada hete-
rogéneamente en la política econó-
mica implementada en los anterio-
res doce años. Esa política estuvo
*Escrito en abril de 2017
1
Doctora en Sociología, docente de la UBA, directora de Realidad Económica y Presidenta del IADE.
abocada a contener los precios in-
ternos mediante regulaciones y par-
ticipación del Estado en la econo-
mía –directa e indirectamente-,
proteger los niveles de empleo
alentando la producción y el con-
sumo interno, y de ingresos (de los
trabajadores ocupados –median-
te paritarias y el piso del Salario
Mínimo Vital y Móvil- y desocu-
pados –mediante la política social-
), evitar los ciclos de endeudamien-
to con fines financieros apostan-
do al endeudamiento con destino
productivo (las centrales hidroeléc-
tricas y nucleares), etc. Dicho blo-
que construyó hegemonía a partir
de una política económica y social
inclusiva, pero sin atentar directa-
mente contra los ejes del poder
económico en la Argentina.
La alianza anterior fue derrota-
da luego de doce años en virtud
de que no consiguió desarmar el
andamiaje del poder económico
y de que una parte del electorado
se desplazó y respaldó al bloque
social conservador. En efecto, el
bloque defensivo no consigue
mantener la construcción ideoló-
gica y cultural que garantice la con-
tinuidad de las reformas, quedan-
do limitada a la suerte de la políti-
ca económica y su marco externo.
En este punto confluyen el accio-
nar de la derecha contra los acier-
tos del bloque previo, un aprove-
chamiento de sus errores y la ex-
por Marisa Duarte1
plotación de la idea de un futuro
promisorio para todos. Luego del
triunfo electoral, el gobierno llevó
adelante todas las políticas necesa-
rias para resarcir a los sectores del
capital de los doce años de con-
tención, mientas no sólo no se pro-
dujo ningún avance para los secto-
res trabajadores, sino que comen-
zaron a afectarse derechos conse-
guidos previamente.
Luego de un año 2016 a la espe-
ra de los beneficios de la nueva eta-
pa, el proceso de implantación de
una política conservadora con ras-
gos represivos comienza a presen-
tar fisuras puestas de relieve por una
sostenida movilización social, que
comenzó atomizada pero que en-
cuentra cada vez más espacios de
confluencia.
El año 2017 comenzó con una
sucesión de movilizaciones cuyo
objetivo es limitar el avance de las
políticas de ajuste. El artículo se
propone analizar las características
del inicio del ciclo de protesta y sus
potenciales derivaciones, la reacción
del gobierno y sobre el conjunto
de la representación política. Para
ello, se brinda una definición sinté-
tica de ciclo de protesta, se anali-
zan las condiciones sociales que
alientan la reacción, se describen los
principales episodios, el rol de los
principales actores, el efecto sobre
el sistema político y los interrogan-
tes que abre la presente etapa.
25
 El ciclo de protesta
El estudio de los movimientos
sociales recurre al concepto de ci-
clo de protesta para tratar aquellas
secuencias de confrontación que
cumplen una serie de característi-
cas: a) la exaltación del conflicto que
atraviesa por completo el sistema
social (desde los clubes, las escue-
las, las calles, las ciudades, las rela-
ciones industriales); b) la difusión
sectorial y geográfica de la protes-
ta; c) la importancia de las organi-
zaciones de movimiento, no siem-
pre controladas por uno de ellos,
que actúan a partir de acontecimien-
tos impredecibles; d) la producción
de nuevos marcos de significado,
y e) la expansión de los reperto-
rios de contestación, creando nue-
vas formas de protesta; desde las
más institucionales y pautadas a ac-
tividades de mayor confrontación
y versatilidad táctica (Tarrow, 2002,
pp.105-106). Cada una de estas di-
mensiones se presenta primero tí-
midamente, para luego crecer lue-
go recobrar la relativa paz social.
El repertorio es un conjunto de
medios para efectuar demandas de
distinto tipo, acotados por los re-
cursos, por la familiaridad con que
se recurre a ellos y por la experien-
cia en utilizarlos (Traugott, 2002).
Tal y como señala Tarrow, única-
mente cuando la innovación se di-
funde y pasa a ser una práctica ruti-
naria podemos decir que ésta ha
pasado a formar parte del reper-
torio de lucha (la acción se hace
modular). Los momentos de locu-
ra no transforman directamente los
repertorios sino que «contribuyen a
26
su evolución a través del desarrollo
dinámico de ciclos mayores de mo-
vilización en los que las innovaciones
de acción colectiva […] terminan por
formar parte del repertorio acepta-
do» (Tarrow, 2002, p.102).
¿Por qué las protestas ocurren en
un momento y no en otro? Por-
que todo movimiento social surge
cuando existen deter minadas
oportunidades políticas (Kriesi,
1995); esto es, un conjunto de re-
cursos, estructuras institucionales,
componentes ideológicos, prece-
dentes históricos para la moviliza-
ción que facilitan el desarrollo de
la protesta (Kitscheld, 1986). Ello
quiere decir que, aunque no deter-
minan completamente el curso de
los movimientos sociales, estable-
cen la emergencia y particular estruc-
tura de los problemas a los cuales
responden las movilizaciones (Agui-
lar, 2003, cap 4).
Las condiciones que facilitan
la protesta
Las reacciones a la política con-
servadora comenzaron de forma
incipiente a principios de 2016, en
forma dispersa, atomizada y con
reclamos de perjudicados puntua-
les. Fueron creciendo a lo largo del
año y se intensificaron en estos pri-
meros meses de 2017, en particu-
lar en el mes de marzo.
Los factores que en este momen-
to inducen la emergencia de mani-
festaciones colectivas son de diver-
sa índole. En términos políticos, la
presencia de un gobierno que pro-
fundiza su componente conserva-
dor al llevar adelante políticas des-
tinadas a beneficiar a los sectores
más concentrados a nivel local y
global, junto a una política cada vez
más restrictiva en términos socia-
les, económicos y políticos.
Ello se une a la inexistencia de un
actor político (partidario o no) que
cumpla con su derecho y obliga-
ción democráticos de ejercer la
oposición. Si bien el gobierno no
cuenta con la mayoría parlamenta-
ria, ha conseguido el respaldo de
los opositores suficientes para ha-
cer avanzar en el Parlamento las
políticas regresivas.
La poca presencia de voces críti-
cas, que canalicen el descontento
social en aumento, deja abierta la
posibilidad de la acción directa
como la única modalidad de ex-
presión de los sectores desfavore-
cidos por las políticas –un derecho
legítimo en regímenes democráti-
cos. Salvo honrosas excepciones,
desaparecieron de hecho los par-
tidos políticos de oposición y los
líderes que conduzcan política-
mente el descontento, lo que hace
que la ocupación de los espacios
públicos (desde las calles, las pla-
zas y las sedes del poder político
y/o económico) sea la única ma-
nera de romper la cerrazón ideo-
lógica imperante y de evitar el avan-
ce del gobierno.
No menos importante es la deri-
va autoritaria y represiva que adop-
tó la gestión frente a las protestas,
lo que -contrariamente a lo busca-
do- intensifica la contestación. Este
hecho pudo constatarse en referen-
cias y declaraciones de los gober-
nantes que recuerdan los anteceden-
tes más autoritarios usados como
estandartes por la vieja oligarquía
argentina (como el negacionismo
sobre la dictadura, la asociación
de alguna política con una nueva
«Campaña al Desierto», el des-
precio de «la política» de los
otros, el profundo carácter de
clase de la política).
En el plano económico, se veri-
ficó la sucesión de medidas inme-
diatas que favorecen la concentra-
ción de recursos en pocas manos,
unida a la apertura de importacio-
nes y el aumento de tarifas que aten-
ta contra la producción nacional, el
empleo y el salario. Ello da como
resultado magros logros económi-
cos y pésimo balance social en el
año y medio de gobierno, lo que
implica una mala perspectiva y el
paulatino abandono de los sueños
de abundancia que prometía la
alianza gobernante.
Los medios de comunicación
forman parte de los sectores alia-
dos al gobierno, por lo cual prote-
gen la gestión y sus políticas a la vez
que ocultan o criminalizan las mo-
vilizaciones. Para contrarrestar esta
situación la ciudadanía ha puesto en
marcha una batería de recursos no-
vedosos puestos a la tarea de de-
mocratizar una comunicación ses-
gada. A la vez la manipulación in-
formativa, la mentira y la desidia
del gobierno apuntalada por los
medios estimulan la contestación de
la ciudadanía.
Los medios de comunicación tie-
nen un papel esencial en la estrate-
gia gubernamental, ya que son los
que dan voz o silencian la protesta,
a la vez que articulan discursos de
deslegitimación de la misma y de
respaldo al gobierno. El oficialis-
mo consiguió controlar la opinión
pública a través de los medios en el
primer año de gestión; mientras que
en 2017 la infinidad de herramien-
tas de comunicación y el avance de
la realidad se imponen a las estrate-
gias mediáticas. El gobierno consi-
dera posible controlar la opinión
pública a través de la ignorancia o
la represión. En este sentido con-
fían en un modelo de gestión de la
información basado en el elitismo
puro (Sampedro, 2000, p.79). A lar-
go plazo, el descrédito de los me-
dios de comunicación fragua en la
ciudadanía y lleva a la incapacidad
de continuar ocultando la realidad.
En paralelo al cerco mediático
aumenta el uso de múltiples formas
de comunicación, a través de Inter-
net y/o los teléfonos celulares. Es-
tos sistemas actúan como facilitado-
res de las movilizaciones al permitir
a la ciudadanía una información más
27
 plural, al instante y veraz o com-
probable. La capacidad de trans-
misión horizontal de la informa-
ción, a través de las redes sociales,
permitió articular rápidamente las
protestas y mantener modalidades
de información sobre las diferen-
tes acciones descentralizadas.
La estrategia informativa del go-
bierno está dirigida a ignorar y cri-
minalizar la protesta o vincularla a
los intereses partidistas de la opo-
sición. Esta estrategia fue efectiva
al inicio del gobierno pero co-
mienza a ser contraproducente a
partir de la negativa a resolver el
conflicto docente. Allí, el gobier-
no no sólo no resolvió el conflic-
to sino que lo incentivó.
La estrategia del gobierno frente
a la protesta se centra, por un lado,
en la deslegitimación de los actores
desafiantes, en la criminalización y en
la asociación de los manifestantes a
militantes del Frente para la Victo-
ria como estrategia de desprestigio
de la principal dirigente del FPV,
Cristina Fernández de Kirchner. Esta
estrategia encubre varios objetivos:
el gobierno muestra que eligió con
quien enfrentarse, refuerza el recha-
zo sobre la dirigente, apuntalando
y resguardando a otros referentes.
Frente a ello, la falta de respuesta
de la dirigente debilita la dirección
del proceso de movilización de la
base social que sintoniza con ella; a
la vez, que incentiva el proceso de
movilizaciones.
Así como un gobierno integra-
dor tiende a desactivar las causas
de las protestas, un gobierno que
excluye la disidencia tiende a re-
forzar la identidad de los desa-
28
fiantes y a generar solidaridades
que, de no mediar el rechazo o la
agresión abierta por parte del pri-
mero, no lo harían (Kriesi, 1992,
pp.127 y ss.). Para entender este
hecho, es necesario marcar que la
ciudadanía argentina cuenta con
un amplio repertorio de protesta
–que se ha diversificado en estos
días-, que tiene antecedentes cer-
canos de programas de ajuste lo
que le permite tener una perspec-
tiva de la situación actual, que tie-
ne la vivencia de una sociedad
más justa y donde el aprendizaje
realizado es utilizado como re-
curso para resistir la degradación.
Caracterización de las
protestas
Las primeras protestas luego del
ascenso de Cambiemos se produ-
jeron en virtud de la reacción de
los gremios vinculados a la admi-
nistración pública que se vieron in-
mediatamente afectados por una
rápida y extensa reducción del em-
pleo en el sector, a la vez que au-
mentaba las designaciones en car-
gos jerárquicos. En paralelo, se vi-
vió una etapa de escasa interven-
ción de las instancias de represen-
tación –incluida parte del sindica-
lismo nucleado en la CGT- que se
mantuvo expectante a la espera de
la elucidación de un programa eco-
nómico y político del gobierno.
A inicios de 2016 continuaron las
desvinculaciones de empleados pú-
blicos a raíz de la desarticulación de
infinidad de programas sociales y
asistenciales que tuvieron vigencia en
los gobiernos anteriores, lo que
mantuvo focos de reacción por
parte de los gremios estatales. A la
vez, comenzaron a evidenciarse los
primeros cierres de fábricas que
dieron lugar a protestas puntuales
en las puertas de las empresas y en
el Ministerio de Trabajo.
El año 2016 se inició marcado
por marchas y concentraciones rea-
lizadas frente a los ministerios (de
Economía, de Trabajo, de Desa-
rrollo Social, de Ciencia y Técnica,
de Educación) y a las empresas,
protagonizadas por trabajadores
afectados por la eliminación de
puestos de trabajo.
A mediados de 2016, comenza-
ron a cobrar importancia las con-
centraciones y ruidazos contra los
aumentos de precios de los servi-
cios públicos, a instancias de la arti-
culación realizada por la Multisec-
torial contra el Tarifazo. También
comenzó a cobrar forma la resis-
tencia de los científicos frente a los
recortes en el ingreso a la carrera
del investigador y otras instancias
de formación; conflicto que se ex-
tendió durante el resto del año. Los
docentes realizaron algunos paros
por reclamos salariales, que se unió
a infinidad de gremios que comen-
zaron a presionar por la reapertura
de las paritarias ya que la inflación
superaba los aumentos previstos.
Asimismo, en las provincias se pro-
ducían cortes de rutas y en el área
metropolitana comenzaron a hacer-
se más difundidas las ollas popula-
res y creció la asistencia a los co-
medores y merenderos.
Una mención importante mere-
cen las protestas que rechazaron el
aumento del carácter represivo del
gobierno. Entre las medidas repre-
sivas deben mencionarse: la prisión
de la dirigente social indígena y Di-
putada del Parlasur Milagro Sala
(ocurrida en diciembre de 2016), el
proceso judicial llevado a cabo con-
tra la ex Presidenta Cristina Fernán-
dez de Kirchner, la pretensión de
encarcelar a la Presidenta de la Fun-
dación Madres de Plaza de Mayo
Hebe de Bonafini (4 de agosto de
2016), la sucesión de crímenes vio-
lentos ocurridos en la provincia de
Santa Fe unido a la desidia de la
policía de la provincia (ocurridas el
25 de agosto), el aumento de los
asesinatos y el hostigamiento a po-
bladores y comunidades campesi-
nas para apropiarse de las tierras.
Otro gran grupo de manifesta-
ciones se produce en torno a nue-
vos colectivos: las mujeres contra
todo tipo de violencia, los activis-
tas por los derechos al medio am-
biente (en defensa de la calidad del
agua, la tierra, el aire y la biodiver-
sidad), los/las militantes por la
identidad de género.
En tanto los actores consolida-
dos en la tradición política argen-
tina llevaron adelante la marcha de
los estatales protagonizada por
ATE en febrero de 2016 y la
CGT convocó a una concentra-
ción en la Avenida Paseo Colón
el día 29 de abril del mismo año
para pedir la corrección del rum-
bo económico.
El clima de protesta fue crecien-
do hasta alcanzar la masividad a
inicios de 2017. En efecto, se pro-
dujeron las siguientes movilizacio-
nes generalizadas:
• La marcha docente convocada
por las dos CTA el 6 de marzo hacia
el Ministerio de Educación.
• La marcha convocada por
la CGT del 7 de marzo frente
al Ministerio de Producción.
• El paro y la marcha inter-
nacional de mujeres del 8 de
marzo.
• La marcha federal de la edu-
cación del 21 y 22 de marzo.
• La movilización del 24 de
marzo.
• La movilización del 30 de
marzo.
• El paro general del 6 de
abril convocado por la CGT.
• El intento de los gremios do-
centes de armar la escuela itineran-
te en la Plaza de los Dos Congre-
sos el día 9 de abril que fue repri-
mida por las fuerzas de seguridad.
Ahora bien, todas estas movili-
zaciones que defienden derechos
establecidos se producen sobre la
base de una infinidad de pequeños
atropellos diarios a los que se so-
mete a la población que comienza
a aprovechar cualquier ocasión para
quitarse la bronca. A los aumentos
de tarifas, servicios y bienes de con-
sumo habitual se suma el maltrato
frente a los reclamos, los caminos
burocráticos que no conducen más
que a dilaciones, plazas que se des-
mantelan en pos de refacciones que
tardan meses o incluso años (que,
además, son de mala calidad lo que
lleva a rehacerlas a los pocos me-
ses), escuelas donde se hacen obras
que no se solicitan y que suelen agra-
var los problemas existentes, la pri-
vatización del presupuesto públi-
co trasladando al sector privado
tareas que le competen (como for-
mación docente, unidades de apo-
yo escolar), infraestructura de mala
calidad, cortes de servicios, recorte
de programas enteros, entre otros.
El abandono de los servicios pú-
blicos de educación y salud como
acto de provocación hacia los hu-
mildes o los modestos que quere-
mos un país más igualitario y justo.
De lo expuesto se observa una
exaltación del conflicto, su difusión
a gran parte de la sociedad, la ex-
pansión geográfica y sectorial del
mismo, la presencia de numerosas
organizaciones; es decir que estamos
frente a un nuevo ciclo de protesta
en la Argentina.
Decir esto implica reflexionar
acerca de las derivas que tiene la si-
tuación. Está claro que una escala-
da de conflicto sólo se debilita o
revierte en caso de mediar un cam-
bio profundo en la orientación de
la política pública. Tal cosa no está
en el menú de opciones de ningún
gobierno conservador.
Efectos sobre la
representación política
Las protestas tienen varios efec-
tos: a) expresan al Estado y los ac-
tores políticos las necesidades e in-
satisfacciones de los sectores desa-
fiantes, b) actúan sobre el gobierno
mediante dos vías: fortaleciéndolo
cuando ajusta sus políticas a los re-
clamos y debilitando su base de
sustentación cuando no escucha las
demandas o reprime a los mani-
festantes dejando en evidencia el
progresivo déficit democrático del
gobierno, por último, c) ponen de
relieve la ausencia de interlocutores
29
 políticos que encarnen la oposición
como forma de encauzar los conflic-
tos presentes en una construcción
política e ideológica de cara al futuro.
El arco opositor ha dejado de
cumplir su papel como actor polí-
tico bajo un régimen democrático
al estar abocado a la resolución de
problemas internos, lo que lo retira
del ejercicio de la política competi-
tiva. Salvo escasas excepciones, pa-
reciera que se está a la espera de una
próxima instancia electoral para sa-
lir a la competencia política; mien-
tras tanto no cumplen con su papel
de opositores –lo que los convierte
en cómplices del régimen imperan-
te. Aquí se confunde un instrumen-
to (la lucha electoral) con el conte-
nido de la política y su función
como actores de la oposición que
traducen la voz de quienes no gana-
ron la elección previa pero siguen
siendo ciudadanos y exigen una Es-
tado que los incluya.
La protesta se inscribe entre los
derechos de los actores sociales para
insertar sus demandas en el sistema
político; en particular cuando ni el
Estado ni las restantes instancias de
representación canalizan sus expec-
tativas. Por tanto, las movilizacio-
nes conllevan un impulso demo-
cratizador. Finalmente, la democra-
cia es la conjunción de derechos for-
males (plasmados en sus institucio-
nes) y derechos reales; esto puede
sintetizarse como el grado de in-
justicia que una sociedad está dis-
puesta a tolerar.
Cada una de las protestas tiene
un efecto sobre la política pública
o sobre los sectores de poder; ya
que a la vez que interpelan al go-
30
bierno, marcan las características y
los condicionamientos para cual-
quier líder dispuesto a ponerse a la
cabeza de dicho impulso. En efec-
to, todo aspirante a algún cargo le-
gislativo o ejecutivo, debe ver en la
protesta los límites dentro de los
cuáles deberán inscribirse las políti-
cas públicas en el futuro próximo.
Conclusiones
Las movilizaciones se producen
en torno a cuestiones concretas que
siguen paso a paso la dinámica polí-
tica del momento, dan el contenido
de la oposición al gobierno en las
calles, socavan la gobernabilidad de
la alianza PRO- UCR – CC y bus-
can implícitamente al actor político
que canalice sus reclamos puntuales
y su programa político de cara a las
próximas contiendas electorales.
Las protestas se producen por un
conjunto de factores: políticos (el
abuso de poder del gobierno), eco-
nómicos (un deterioro de los índi-
ces de crecimiento con el efecto re-
gresivo en el empleo y el salario), so-
ciales (la amenaza persistente de re-
cortes de beneficios y supresión de
derechos sociales) e ideológicos (fun-
dados en el rechazo a la mentira y la
manipulación que traduce el carác-
ter de clase de la alianza gobernante)
que actúan como revitalizadores.
Los episodios muestran una va-
riada gama de motivaciones, acto-
res, repertorios de acción que aca-
ban convergiendo en un gran mo-
vimiento entorno a los valores de-
mocráticos y a los derechos políti-
cos, económicos y sociales.
Los actores participantes van desde
las organizaciones tradicionales –po-
tenciadas por la movilización de la
ciudadanía-, las nuevas organizacio-
nes y, en una elevada proporción, por
personas que espontánea e indepen-
dientemente se suman en los mo-
mentos clave de la protesta.
Los medios de comunicación de
masas respaldan el discurso del go-
bierno, comenzando a registrarse
algún episodio donde se ha toma-
do distancia de las posturas oficia-
les. Todo indica que en caso de con-
tinuar creciendo el ciclo de protes-
ta acabarán retrayéndose y en la
cima del mismo promoverán las
movilizaciones.
El gobierno apuesta a silenciar y
a criminalizar la protesta, lo que ter-
mina incentivándola y, en conse-
cuencia, ello repercute en términos
del inicio de fisuras dentro del go-
bierno acerca de profundizar la es-
trategia o cambiarla.
Las protestas también impactan
sobre el arco opositor donde se
encuentran sus potenciales referen-
tes. En efecto, lleva a los dirigentes
territoriales en la oposición a inten-
tar encapsular los conflictos para
utilizar electoralmente el impulso de
contestación. A los legisladores que
no se expresan en torno a su obli-
gación republicana de ejercer la
oposición los pone en evidencia
como claudicantes. A los aspirantes
en las próximas elecciones les indi-
ca los claros límites en los cuales
deberá inscribirse la política públi-
ca del futuro próximo.
De lo analizado se puede confir-
mar el inicio de un ciclo de protes-
ta que aún no ha llegado a la cima.
Un ciclo en esta etapa sólo puede
ser debilitado o interrumpido si
mediare un cambio importante
en el contenido de la política pú-
blica. Todo indica que la fuerte im-
pronta de clase que condensa el go-
bierno facilitará la potenciación de
los conflictos en curso. Cabe espe-
rar entonces, la profundización del
proceso de movilización, el au-
mento de la represión y, unido a
la falta de conducción política del
primero, su deriva hacia el con-
flicto social abierto. Se produce
así una espiral de movilización y
represión; proceso que abre dos
opciones de salida: a) el pueblo
toma la iniciativa radicalizando las
movilizaciones y construyendo
una alternativa de gobierno, o b)
la alianza gobernante termina ins-
taurando un Estado autoritario sin
complejos (autogolpe).
En las crisis agudas de los regí-
menes democráticos bajo el capi-
talismo, la cantidad de vidas que se
pierden depende directamente de
la capacidad de la oposición para
construir los intermediarios polí-
ticos que direccionen el proceso
de contestación.
Es importante oponerse a la ex-
plotación pero también generar el
contenido y cariz de las políticas
de un futuro gobierno de raíz na-
cional y popular, incluyendo la
construcción de los interlocutores
políticos que se harán cargo de ello
(visto el vacío existente). En este
punto falta precisar qué actores so-
ciales y políticos formarían parte
de la nueva alianza social; puesto
que más allá del activismo de base,
lo que define las disputas son las
fuerzas sociales con orientación y
estrategias políticas y electorales.
En este sentido, los trabajadores
deberán ocupar el centro de la es-
cena en la nueva construcción,
apuntalados por el resto de los sec-
tores de la industria, el comercio,
la banca pública y cooperativa, las
empresas públicas en general. De
resultas de elucidar quiénes son los
sujetos históricos capaces de enca-
rar un régimen de acumulación dis-
tinto, es necesario avanzar sobre ejes
programáticos que condicionen a
los próximos gobiernos. En efec-
to, urge que los actores se expidan
acerca del contenido de la política
tributaria, industrial, financiera, so-
bre la regulación del comercio y el
control de cambios, sobre la polí-
tica adecuada a las economías re-
gionales, entre otras.
El esfuerzo de desarticulación del
régimen existente debe tender a la
construcción de una sociedad me-
jor, para ello es importante definir
quiénes integran el campo popular
y democrático, qué líneas programá-
ticas persiguen y para quiénes serán
los beneficios; de lo contrario, co-
rremos el riesgo de destruir lo exis-
tente sin tener en claro para qué.

Bibliografía

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31
 Un nuevo movimiento popular
Científicos y Universitarios Autoconvocados-Buenos Aires
Salir a la cancha
En noviembre de 2015 varios
cientos de científicas y científicos
nos movilizamos para intentar tor-
cer el balotaje. Pero ya en ese en-
tonces emergía una novedad: en ese
momento de crisis coyuntural nos
reconocíamos como científicos. En
este sentido, intentamos manifestar-
nos «mostrando» de qué trabajamos
y nuestro intento de «diálogo» esta-
ba dirigido a otros trabajadores:
aquellos que pasan a diario por las
estaciones de trenes. Decimos esto
porque nuestras primeras manifes-
taciones públicas se llevaron a cabo
en los halls de entrada de las esta-
ciones de Constitución y Retiro.
Esta emergencia de las y los traba-
jadores de Ciencia y Técnica en la
escena pública tuvo su expresión en
el armado de nuestro espacio:
«Científicos y Universitarios Auto-
convocados - Buenos Aires»
(CyUA-Bs As). Esta denominación
tiene varias aristas que vale la pena
destacar, pero al revés:
1. Autoconvocados. Este primer tér-
mino tiene su interés. Se autocon-
voca una nueva subjetividad cuan-
do no hay ninguna otra que te con-
voque a hacer algo. En este senti-
do, nos congregamos bajo una
«identidad» que nos permitiera sen-
tirnos contenidos, sin poner en pri-
mer plano ni las tradiciones mili-
tantes de cada uno ni las afinidades
políticas preexistentes, exceptuando
la clara oposición, entonces, a la
potencial victoria de la alianza Cam-
biemos. Por otra parte, nos convo-
camos apelando a una necesidad
vinculada a la coyuntura del balo-
32
taje, ya que las organizaciones polí-
ticas populares –en su mayoría– no
tuvieron la capacidad de convocar
o congregar los distintos sujetos
sociales para expresar un repudio
unánime y decir No a Macri. En los
momentos aciagos pre balotaje, sí
vimos a multitudes de ciudadanos
en las plazas y en distintos lugares
públicos diciendo de diferentes for-
mas que no queríamos que Macri
fuera nuestro presidente, pero más
allá de esa negación no vimos ac-
tuar a las fuerzas políticas para tra-
tar de encauzar esas formas de in-
dignación múltiple, para que la ne-
gación tuviera su correlato político.
2. Universitarios. Apelar a compa-
ñeras y compañeros que estudia-
mos y trabajamos en la universidad,
nos permite recuperar y hacernos
cargo de la enorme tradición de
lucha de ese movimiento universi-
tario que se densifica a partir de la
Reforma Universitaria de 1918 –
que está por cumplir cien años– y
que desde la ciudad de Córdoba
se expandió hacia múltiples países
latinoamericanos.
3. Científicos. Sobre esta palabra se
cifra la novedad histórica y nuclear
de nuestro espacio. Palabra entron-
cada con las condiciones objetivas
de un sistema científico público. Sis-
tema jerarquizado, engrosado y ex-
tendido nacionalmente en los últi-
mos doce años, que hoy cuenta con
25 mil trabajadores.
Armar un plan
Noviembre de 2015 entonces. Es el
hito fundacional de un nuevo mo-
vimiento popular, en el sentido que
no existía antes en la Argentina. Un
nuevo movimiento de característi-
cas sectoriales: el movimiento de
científicas y científicos. Esto no sig-
nifica que no tengamos anteceden-
tes de lucha de científica/os –y muy
valiosos, que por cierto reconoce-
mos–, tal como recuerdan muchos
de nuestros compañeros de gene-
raciones anteriores. Sin embargo,
vale hacer una distinción entre lu-
chas de tipo gremial/sectorial y la
organización de un nuevo movi-
miento popular. En este sentido, en
este nuevo movimiento, estas ten-
dencias y contradicciones entre lo
gremial y lo político operan entre
las organizaciones que estamos dán-
dole carnadura a este movimiento,
que no somos solo los Autocon-
vocados, por supuesto, pero que a
lo largo y ancho del país es un fe-
nómeno que se extiende.
De algún modo responde a una
vieja y para nada perimida consig-
na de alto voltaje en este año 2017:
¿Qué hacer?
El año 2016 ha sido de enormes
esfuerzos y de distintos grados de ac-
ciones en lo concerniente a nuestro
espacio. La finalidad fue ha sido lle-
var adelante dos objetivos políticos:
-Colaborar en la desarticulación
del vínculo material y moral que une
a una porción apenas mayoritaria de
la sociedad civil con el gobierno del
PRO-UCR.
-Contribuir a fortalecer al movi-
miento popular para construir una
alternativa política de características
populares que reemplace a un sis-
tema configurado por la CEOcra-
cia. En este sentido, la organización
CyUA-Bs As pretende contribuir a
la gran tarea de dotar al conjunto
del movimiento popular de un
«Programa de Ciencia y Técnica».
Para ello, entendemos que el con-
junto del movimiento popular debe
estar en condición de discutir qué
ciencia y técnica necesita la Argenti-
na para su propio desarrollo sobe-
rano, en contacto con los intereses
latinoamericanos. Es decir, cuál es
el sistema científico tecnológico que
requerimos en términos nacionales
y continentales.
La perspectiva es que en el corto
y mediano plazo el desarrollo cien-
tífico-tecnológico de raigambre
popular forme parte del acervo de
los derechos colectivos del pueblo
argentino a ampliar y defender. O
sea, derechos que puedan integrar-
se a otros, productos de las luchas
históricas, por ejemplo, el aguinal-
do o las vacaciones pagas, los de-
rechos humanos y la educación
pública y gratuita. Valores y senti-
dos arraigados en nuestro pueblo
y también en peligro, porque son
altamente cuestionados por el go-
bierno de la alianza PRO-UCR en
las figuras de Gómez Centurión,
Lopérfido y el mismo presidente
Macri, por ejemplo, a través de sus
declaraciones y de las políticas pú-
blicas que su gobierno instrumenta
con el objetivo de restringir dere-
chos conquistados por las luchas
colectivas del pueblo argentino.
Para ello, desde el comienzo pos-
tulamos como valor indeclinable la
unidad, en el respeto de la diversi-
dad propia de nuestra configura-
ción como espacio, y de las otras
fuerzas populares de ciencia y téc-
nica. En este sentido, nuestros es-
fuerzos estuvieron orientados a ayu-
dar a concretarla a través de la ini-
ciativa política y militante. Creemos
que la unidad es posible bajo la pre-
misa de respetar la diversidad, las
tradiciones de lucha e identidades
de cada fuerza. Nuestra posición se
orienta hacia el respeto de la auto-
nomía de cada organización, de las
distintas metodologías de lucha, es-
pacios de actuación y prácticas po-
líticas que cada espacio adopte,
porque entendemos que es la la for-
ma de enfrentar a este gobierno y
sus políticas de ajuste. En esta di-
rección, aspiramos a que las dife-
rencias no se cristalicen en divisio-
nes del movimiento popular, sino
que por el contrario fortalezcan la
unidad en la diversidad, en la cons-
trucción de alternativa política cu-
yas primeras manifestaciones debe-
rían verificarse en 2017, un año cla-
ve para la Argentina, ya que se trata
de un año electoral, y momento cla-
ve por lo que concierne a la articu-
lación de lo popular.
Construir en la lucha
A principio de octubre de 2016,
Macri envió al Congreso el proyec-
to de Ley de presupuesto, en el cual
ajustaba distintas áreas sensibles,
entre ellas el de ciencia y técnica,
luego de zamarrear al sistema uni-
versitario nacional. A partir de allí
comenzó una batalla por discutir
las implicancias de la reducción
presupuestaria. Mediante distintas
acciones en la calle, conferencias de
prensa y audiencias con diputados
y senadores logramos –en una
unidad que se expresó frente a la
Plaza del Congreso el 27 de octu-
bre– que el achicamiento del pre-
supuesto de CyT no fuera tan sal-
vaje como el gobierno pretendía
y no se afectase la autarquía de
CONICET para la designación de
cargos. Sin embargo, el recorte se
realizó y la consecuencia inmedia-
ta del ajuste se expresó sobre nues-
tras/os compañeras/os que –re-
comendados por las instancias de
evaluación de CONICET– que-
daron fuera de la Carrera del In-
vestigador Científico (CIC). En
este contexto, en diciembre pasa-
do se desarrolló la toma del Mi-
nisterio de Ciencia, Tecnología e
Innovación Productiva. Una vez
más: salimos en unidad con las or-
ganizaciones del sector en Buenos
Aires habiendo conquistado un
año de salario para el conjunto de
las y los recomendados y con una
mesa de negociación mixta en la
cual se supone se discutirán los
puestos en donde esas y esos com-
pañeros desarrollarán su trabajo
de investigación. En este punto
CyUA-Bs As no tiene medias tin-
tas, pues estamos convencidos que
todos deben estar dentro del CO-
NICET. No solo porque es el or-
ganismo para el que concursaron y
fueron recomendados, sino porque
su eventual no aceptación empeza-
ría a poner en jaque el organismo:
su cierre virtual (por ahora) y la des-
centralización del sistema público de
ciencia y técnica. Esto además se
verifica con el nuevo ajuste produ-
cido en el Organismo, el cual le
pone un tope al ingreso de investi-
gadores, a tono con las cínicas pa-
labras del Ministro acerca de la cien-
33
 cia «útil» y volver a un organismo
de ciencia elitista, solo para pocos.
Con lo que pasó a lo largo de
2016 y lo que va de este 2017 en el
ámbito de Ciencia y Técnica, po-
demos decir que el gobierno PRO-
UCR expresa un sentido de perfi-
les nítidos. Esto es: nos ha dado
sobradas muestras que su perspec-
tiva es lamentablemente elitista, pese
a los slogans de campaña de Ma-
cri. El ajuste general en el sector,
que se expresó durante todo 2016
en los organismos descentralizados
y a fin de año con el conflicto por
los ingresos a CIC en Conicet, ma-
nifiesta la pretensión de este gobier-
no de reducir al mínimo la produc-
ción científico-tecnológica nacional,
34
mantener aquello que se vincula al
desarrollo de las grandes empresas
y el resto comprarlo en el exterior.
En términos un poco más genera-
les, más allá del sistema de CyT, la
crisis es descargada en las amplias
mayorías a quienes se les aplica un
ajuste y restricción de derechos para
garantizar mayor concentración y
acumulación de la riqueza en po-
quísimas manos. En cuanto a nues-
tro sector, la ecuación es sencilla: se
pretende provocar una fuga de ce-
rebros, o sea, exportar científicos
formados en nuestras universida-
des públicas para importar los pro-
ductos científico-tecnológicos que
desarrollan los países centrales. «Ma-
terias primas» a cambio de produc-
tos manufacturados: es el sentido
clásico de todo colonialismo.
Desde CyUA-Bs As creemos que
esta política no responde a las ne-
cesidades de las mayorías. No se
trata de la mera técnica, se trata de
cómo la producción de CyT pue-
de contribuir a mejorar la vida de
los seres humanos en un proyecto
emancipatorio. Por ello, los objeti-
vos que nos hemos planteado y
hemos comenzado a construir tie-
nen absoluta vigencia para este año.
No hay alternativa política sin pro-
grama de desarrollo científico-tec-
nológico popular y es este nuevo
sujeto científico quien tiene la res-
ponsabilidad de ponerlo en la dis-
cusión de las grandes mayorías.
 La prostitución desde una perspectiva
abolicionista
Capitalismo, patriarcado y
prostitución
Comenzar a reflexionar sobre la
prostitución, nos lleva necesaria-
mente a analizar la íntima relación
entre la misma, el capitalismo y el
patriarcado. Si bien la cuestión se
encuentra en constante debate, par-
timos de la idea que, el capitalismo
y el patriarcado se complementan,
son inseparables; así, hablamos de
un sistema patriarco-capitalista. Un
sistema de dominación económi-
co, pero que también lo es de gé-
nero. Y en este punto es interesan-
te interrogarnos en el sentido de
pensar si uno, podría ser posible
sin el otro.
Federico Engels, en su texto El
origen de la familia, la propiedad priva-
da y el Estado, comienza a esbozar
las que hoy podríamos llamar «pri-
meras líneas de la teoría de géne-
ro», de ésta manera la importancia
del aporte de Engels se vuelve in-
soslayable. La posibilidad de his-
torizar en un proceso complejo, los
momentos fundantes del patriar-
cado, ha sido un gran aporte para
el feminismo. Engels coloca el pro-
ceso de dominación de la mujer,
junto con el proceso que da ori-
gen al nacimiento del estado y al
establecimiento de la propiedad
Abogada, especialista en Género y Comunicación en etapa de tesina, integrante del Equipo Interdisciplinario de la Secretaria de
1
Género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
privada, como elementos fundan-
tes de los sistemas proto-capitalis-
tas. De ésta manera, y de acuerdo
a los estudios realizados por Mor-
gan, señala que en un primer mo-
mento de las gens, la línea de des-
cendencia establecida era la matri-
lineal. Si bien en su texto nombra
el concepto de «matriarcado» lo
hace desde el punto de vista de lí-
nea de descendencia, y no en su
sentido etimológico de «gobiernos
de las madres». Esta descendencia
matrilineal se da en momentos de,
en palabras de Federico Engels, el
estado de promiscuidad sexual:
«Vendremos a parar a una forma
de relaciones carnales que sólo pue-
de llamarse promiscuidad sexual,
en el sentido de que aún no exis-
tían las restricciones impuestas más
tarde por las costumbre». ([1888]
1974:229). Esta denominación lo
es en el sentido de no haberse ins-
taurado aún las leyes prohibitivas
del incesto, entre otras cuestiones,
y además, porque la humanidad
tardó un tiempo en determinar la
relación biológica entre el acto
sexual y la procreación. Parte del
culto que pueblos primitivos rin-
den a las mujeres por su capaci-
dad reproductiva, en paralelo con
la tierra que «da» los frutos para el
alimento, está íntimamente relacio-
por Silvina Perugino1
nado con aquella creencia, según la
cual las mujeres engendraban solas,
era esa la capacidad procreadora
que tenían por naturaleza.
Entonces, y en esa creencia, las
relaciones sexuales no poseían las
prohibiciones incestuosas, ni las re-
glas de la monogamia y la hetero-
normatividad, estas cuestiones fue-
ron implementándose en un largo
proceso, y tendrá que ver exclusi-
vamente con ordenamientos socia-
les destinados a sostener determi-
nadas normas de resguardo de la
propiedad y normas de jerarquiza-
ción del sistema sexo/género. Este
sistema de jerarquización es intrín-
secamente funcional al desarrollo
de las características sociales que
más tarde darán lugar al sistema
capitalista, siguiendo nuestro aná-
lisis no podríamos determinar qué
fue antes y qué después, se trata
de un proceso complejo dado a
lo largo de siglos.
La conformación de la institución
familia, se fue dando en este pro-
ceso. Una característica primordial
de la misma fue la monogamia,
dada a partir de una compleja ins-
tauración de normas acerca de la
prohibición del incesto que termi-
nó con la organización familiar en
tribus y con la organización públi-
ca de la vida en general, pasando a
35
 un sistema privado y de intercam-
bio entre gens. En este proceso las
mujeres fueron perdiendo terreno
público, y circunscriptas a la órbita
privada fueron relegadas a un pla-
no secundario y de dominio del
varón. En este sentido plantea En-
gels: «La monogamia no aparece de
ninguna manera en la historia como
un acuerdo entre el hombre y la
mujer, y menos aún como la for-
ma más elevada de matrimonio.
Por el contrario, entra en escena
bajo la forma de esclavizamiento
de un sexo por el otro, como la
proclamación de un conflicto en-
tre los sexos, desconocido hasta
entonces en la prehistoria». ([1888]
1974:253-254).
Este conflicto que Engels llama
«entre sexos» cristaliza también una
necesidad de ordenamiento del En este contexto se desarrolló lo terreno de lo privado, con la pro-
nuevo escenario económico, él jun- que hoy llamamos, la división sexual piedad de los enseres domésticos y
to con Marx en 1846 dicen: «La del trabajo: «Con arreglo a la divi- el cuidado de los hijos y las hijas. El
primera división del trabajo es la sión del trabajo en la familia enton- varón llevará -en términos econó-
que se hizo entre el hombre y la ces, correspondía al hombre pro- micos- las ventajas, se quedará con
mujer para la procreación de los curar la alimentación y los instru- las herramientas de trabajo; sin
hijos» en el sentido también de cui- mentos de trabajo necesarios para embargo, al ser la descendencia
dado y crianza de los mismos. ello; consiguientemente, era, por matrilineal el varón no puede aún
([1888] 1974:253-254). En mo- derecho, el propietario de dichos generar las lineas hereditarias que
mentos donde no existía la unión instrumentos y en caso de separa- permitan a su gens conservar la ri-
monogámica mujeres y varones se ción se los llevaba consigo, de igual queza dependiendo de su lideraz-
ocupaban de la crianza de los ni- manera que la mujer conservaba sus go: «Las riquezas, a medida que iban
ños y niñas en forma compartida, enseres domésticos». ([1888] en aumento, daban, por una parte,
comunitaria, la tarea como tarea in- 1974:245). En este sentido, la tarea al hombre una posición más im-
dividual se fue dando conjuntamen- de la crianza de niños y niñas se portante que a la mujer en la fami-
te con el desarrollo de la monoga- volvió además de una tarea priva- lia y, por otra parte, hacían que na-
mia y con la posibilidad de generar tiva de las mujeres, una tarea priva- ciera en él la aspiración de valerse
acopio de herramientas de trabajo da, y como ya dijimos, fue perdien- de esta ventaja para modificar en
y frutos de la agricultura. La pro- do las características comunitarias, provecho de sus hijos el orden de
piedad comunitaria pasa de esta sociales, propias de la etapa que herencia establecido. Pero esto no
manera a ser propiedad privada, y Engels menciona como comunis- podía hacerse mientras permane-
el sistema familiar se organiza a fin mo primitivo, en este proceso la ciera vigente la filiación según el
de garantizarla. mujer fue quedando restringida al derecho materno. Este tenía que ser
36
abolido, y lo fue». ([1888] 1974:245).
Fue necesario entonces crear, al
decir de Carole Pateman, la ficción
jurídica de la paternidad. Hablamos
de ficción jurídica, porque si bien a
esta altura comienza a vislumbrar-
se una relación entre el acto sexual
y la procreación, seguirá siendo
improbable la comprobación feha-
ciente de la paternidad hasta el des-
cubrimiento del ADN. La paterni-
dad le dará al varón la herramienta
legal para generar el derecho here-
ditario y para poder consagrarse
como jefe de la gens. «Para que los
varones como padres se apropien
de sus niños es preciso elaborar los
mecanismos institucionales, inclu-
yendo el matrimonio y la separa-
ción entre la esfera privada y públi-
ca». (1995:53). Agregaríamos aquí
como primordial a la ficción jurí-
dica de la paternidad.
Así la monogamia «de ninguna
manera fue fruto del amor sexual
individual; con el que no tenía nada
en común, siendo el cálculo, ahora
como antes el móvil de los matri-
monios. Fue la primera forma de
familia que no se basaba en condi-
ciones naturales, sino económicas,
y concretamente en el triunfo de la
propiedad privada sobre la propie-
dad común primitiva, originada
espontáneamente. Preponderancia
del hombre y la familia y procrea-
ción de hijo que sólo pudieran ser
de él y destinados a heredar su ri-
queza: tales fueron, abiertamente
proclamados por los griegos, los
objetivos de la monogamia». (En-
gels [1888] 1974:245).
A este proceso Engels lo llamará
la derrota histórica del sexo feme-
nino: «El derrocamiento del dere-
cho materno fue la gran derrota
histórica del sexo femenino en todo
el mundo. El hombre empuñó
también las riendas en la casa; la
mujer se vio degradada, converti-
da un simple instrumento de repro-
ducción». ([1888] 1974:246). El va-
rón pasa entonces a controlar las
dos esferas, la pública y la privada.
En este desarrollo, se conforma
la institución familiar en términos
de patriarcado y proto-capitalismo,
el liderazgo exclusivo del varón, la
protección de la propiedad privada
y el sometimiento de la mujer: «Fa-
mulus quiere decir esclavo domésti-
co, y familia es el conjunto de los
esclavos pertenecientes a un mismo
hombre». ([1888] 1974:247). Más
adelante, en tiempos de revolución
industrial estas características se exa-
cerban, y la función económica de
la familia encuentra un grado supe-
rior de desarrollo.
Este proceso que estamos desa-
rrollando está atravesado desde un
principio por lo que Marx consi-
deró «la acumulación originaria»,
según Silvia Federici ésta acumula-
ción «Requirió la transformación
del cuerpo en una máquina de tra-
bajo y el sometimiento de las mu-
jeres para la reproducción de la
fuerza de trabajo. Fundamental-
mente requirió la destrucción del
poder de las mujeres». ([2004]
2015:105) La importancia de las
mujeres como productoras de
fuerza de trabajo, también es una
característica primordial y la mis-
ma cumple un rol clave en momen-
tos de la revolución industrial y en la
instauración del sistema capitalista. A
esta altura, el desarrollo del patriar-
cado como sistema de ordenamien-
to de sexo/género/socio-político
parece inexorable, la mujer ya no
volverá a ser sujeta política sino que
su capacidad política quedará en
37
 manos del varón más cercano a su
familia, será su padre, su esposo, su
hermano, su abuelo, su tío, y de ser
necesario su hijo. Sólo la iglesia
como institución tendrá la capaci-
dad de apropiarse del destino po-
lítico de las mujeres en detrimento
del varón, para ello estas mujeres
deberán entregarse al culto católi-
co. Se conforma así, un entramado
social y político en que la mujer
quedará a expensas del varón, esa
monogamia tan preciada en la fa-
milia, esa norma instituida lo será
sólo para la parte más débil del
contrato matrimonial, la mujer. Esa
norma no se aplicará al jefe de la
familia, al varón no se le exige le-
galmente la monogamia, el varón
creará teniendo en cuenta sus nece-
sidades, una institución que será para
él la contrapartida del contrato de
matrimonio: el contrato de prosti-
tución. Así la institución de la pros-
titución, será el otro rol que la mu-
jer deberá/podrá ocupar en la so-
ciedad patriarcal, ya por fuera de
todo deseo individual y colectivo
de ellas como grupo social.
Es importante destacar que, el
entramado jurídico estatal de los
estados modernos fue creado por
el varón como grupo social ya que
previamente las mujeres han que-
dado supeditadas al poder de aquel,
no teniendo injerencia en las deci-
siones públicas. El engranaje legal
es conformado a imagen y seme-
janza de lo masculino como carac-
terística social hegemónica: «El Es-
tado es masculino en el sentido fe-
minista. La ley ve y trata a las muje-
res como los hombres ven y tratan
a las mujeres.» (MacKinnon: 1989,6)
38
Los cuerpos de las mujeres,
mercancías del capitalismo
Siguiendo a Marta Fontenla: «El
termino prostitución «proviene del
latín prostituere, que significa exhibir
para la venta. La prostitución es una
institución estructural del patriarca-
do y su sistema sexo-género, que
históricamente consagra la desigual-
dad entre varones y mujeres».
(2007:272).
En este sentido, y teniendo en
cuenta que el feminismo conforma
una teoría que pone en tensión las
construcciones sociales ligadas al
capitalismo como lo es el patriar-
cado, podemos decir que la mira-
da feminista sobre la prostitución
debe por lo menos, ponerla en ten-
sión: «Desde una perspectiva femi-
nista, que tenga en cuenta estas des-
igualdades estructurales, se puede
definir la prostitución como una
relación de dominación, subordi-
nación y explotación de las muje-
res, de manera individual y colecti-
va, por parte de los varones, y que
tiene por fin legitimar la violencia
contra las mujeres y perpetuar sus
desigualdades de género y de clase.
Los varones pagan en dinero o en
especies por el uso del cuerpo de
las mujeres». (Fontenla, 2007:273).
Con respecto a las corrientes que
se enfrentan en cuanto al tratamien-
to de la problemática de la prostitu-
ción podemos hablar sucintamente
de tres: el abolicionismo, el reglamen-
tarismo y el prohibicionismo.
El abolicionismo, considera a la
prostitución como una institución
del patriarcado, plantea que debe
perseguirse a quienes vivan de la
prostitución ajena, considera que el
estado debe generar políticas pú-
blicas a fin de liberar a las mujeres,
travestis y/o trans de la situación
de prostitución ofreciendo opor-
tunidades educativas y laborales
concretas. Esta posición es la asu-
mida por el estado argentino.
El reglamentarismo por su par-
te, no habla de mujeres en situación
de prostitución sino de trabajado-
ras sexuales, plantea que las muje-
res y travesis/trans tienen «derecho»
a prostituirse, bajo estas consignas
plantean la necesidad de una legis-
lación laboral que las contemple
como trabajadores con las garantías
que ello traería aparejado. En térmi-
nos más generales, plantean que la
mujer que ejerce la prostitución bus-
ca liberarse del patriarcado y de la
falsa moral que propone la mono-
gamia, el matrimonio y la familia.
El prohibicionismo por último
plantea prohibir la prostitución,
persiguiendo tanto a quienes viven
de la prostitución ajena como a
quienes la ejercen.
Específicamente nos interesa
abordar el debate entre la postura
abolicionista y la reglamentarista.
Uno de los argumentos más fuer-
tes del reglamentarismo, es postu-
lar la prostitución como trabajo a
partir del reconocimiento de la li-
bre determinación de las mujeres,
de ésta manera hacen fuerte eje en
la libertad de decisión de la mujer
que desea prostituirse. Este argu-
mento no es nuevo, ya fue escucha-
do por la teoría política, este argu-
mento fue el utilizado por los teó-
ricos del contrato social para justi-
ficar la esclavitud.
 Se discute aquí potencialmente, la
cuestión del sentido de propiedad
que tiene cada persona sobre su
cuerpo, desde el punto de vista del
liberalismo cada cual es dueño y
dueña de hacer con su cuerpo lo
que le desee, la buena o la mala vida
que cada quien lleve, tendrá que ver
con las buenas o malas decisiones
que tome. Este postulado no pon-
drá en tensión las oportunidades
materiales de cada quien en un de-
terminado contexto histórico-so-
cial, ni las implicancias en la subjeti-
vidad que esas condiciones deter-
minen. A la teoría liberal no le inte-
resa ese tópico. Ese tópico sólo in-
teresa a las teorías revolucionarias.
En instancias de discutir el poder
y el nacimiento del estado moder-
no, los teóricos del contractualismo
desarrollaron la idea del contrato
social, a través de dicho contrato,
el pueblo en general delegaba su
soberanía en gobernantes, a partir
de ese contrato las gentes entrega-
ban también parte de su libertad,
para poder implantar normas que
garanticen la vida en sociedad. Sin
embargo las mujeres, los esclavos,
y esclavas quedaban excluidos de
dicho contrato. He aquí un proble-
ma teórico a resolver: si la libertad
es un atributo de la humanidad
cómo puede justificarse que los es-
clavos y las mujeres queden por
fuera de ella. Para los esclavos se
ensayará la siguiente explicación: el
hombre libre es también libre de
elegir su propia esclavitud. En este
sentido afirma Locke que aún con
la espada del amo en su pecho, el
hombre es por un instante dueño
de decidir su propia libertad.
Es importante aquí destacar que
este argumento hoy por hoy es in-
válido a fin de justificar casos de
esclavitud moderna, sin embargo
en el terreno de lo sexual, los senti-
dos se revierten y no hay temor en
levantar las voces a fin de justificar
la libertad de esclavizarse.
Con respecto a la mujer dentro
de la teoría del contrato social la
misma no goza de los atributos
necesarios para la firma de ese con-
trato, pero sí los posee para el con-
trato de matrimonio y para el con-
trato de prostitución. Carole Pate-
man, ensaya una explicación, las
mujeres antes del contrato social han
sido objeto de otro contrato: el
sexual. «Las mujeres no son parte
39
 del contrato originario a través del
cual los hombres transforman su
libertad natural en seguridad civil.
Las mujeres son el objeto del con-
trato. El contrato (sexual) es el ve-
hículo mediante el cual los hom-
bres transforman su derecho na-
tural sobre la mujer en la seguri-
dad del derecho civil patriarcal».
(Pateman, 1995:15) Es decir, la
mujer ya ha quedado bajo la po-
testad del varón a través del con-
trato sexual, en tiempos del con-
trato social. Este contrato sexual
queda plasmado en términos prác-
ticos en el contrato de matrimonio
y en el contrato de prostitución.
Este último es el único contrato
para el cual se le reconoce atribu-
tos para contratar a la mujer por
fuera de la esfera privada, es decir
en la esfera pública.
Para Cecilia Lipszyc, «La prosti-
tución tiene su base en un sistema
cultural sexual que sustenta la de-
manda del sexo como servicio
prestado por un objeto sexual su-
bordinado y dócil, que desaparece
en tanto sujeto y cuya propia sexua-
lidad resulta negada».
Engels también hace un paralelo
necesario entre la aparición del tra-
bajo asalariado y al mismo tiem-
po, el desarrollo de la prostitución
de las mujeres libres, plantea que
la misma es un correlato necesa-
rio de aquel; hace mención al he-
terismo, en referencia de las mu-
jeres en situación de prostitución:
«El heterismo es una institución
social como otra cualquiera y
mantiene la antigua libertad
sexual... en provecho de los hom-
bres» ([1888] 1974:255).
40
Como dijimos, la síntesis del sis-
tema que conforman los contra-
tos de matrimonio y el de prosti-
tución se sintetizan para Carol Pa-
teman en el Contrato sexual: «La
dominación de los varones sobre
las mujeres y el derecho de los va-
rones a disfrutar de un igual acce-
so sexual a las mujeres es uno de
los puntos en la firma del pacto
original». (1995:10). Para la autora
los contratos de matrimonio y de
prostitución, son subsidiarios, es
decir, no pueden existir el uno sin
el otro. La institución familiar con
las características de la monopa-
rentalidad y la monogamia, nece-
sita de la institución prostitución
para subsistir, resguardando así,
uno de los elementos esenciales de
la «construcción cultural masculi-
nidad» en cuanto a lo incontenible
de su deseo sexual.
Aquí es importante destacar la
relación entre la mujer y los espa-
cios público y privado. A la mujer
dentro de la idea de división sexual
del trabajo le toca desarrollar la
vida en la esfera privada, sin em-
bargo podrá tomar la escena pú-
blica sólo y sólo sí ofrece su cuer-
po como mercancía, a través del
contrato de prostitución. «Cuan-
do los cuerpos de las mujeres es-
tán a la venta como mercancías en
el mercado capitalista, los térmi-
nos del contrato original no pue-
den olvidarse, la ley del derecho
sexual del varón se afirma públi-
camente, los varones obtienen re-
conocimiento público como amos
sexuales de las mujeres: eso es lo
que está mal de la prostitución».
(Pateman, 1995:287). Es decir que
este contrato poco tiene que ver
con la liberación de la mujer del
ostracismo del hogar, esta institu-
ción está dirigida únicamente a sos-
tener la posibilidad del libre acce-
so de los varones a los cuerpos de
las mujeres, cuerpos profanados
una y otra vez.
Existe además, una íntima rela-
ción entre las mujeres y la esclavi-
tud, ya vimos que el concepto de
familia nos lleva a la idea de escla-
vitud, claro que el jefe de la fami-
lia se ve beneficiado por ese siste-
ma de ordenamiento familiar, las
mujeres en este caso sin dudas ocu-
pan el lugar de sometimiento. Ca-
rol Pateman, siguiendo los estudios
de Lerner plantea que las mujeres
fueron las primeras en ser esclavi-
zadas, «el problema de por qué se
mataba a los varones y se esclavi-
zaba a las mujeres parece admitir
una sola respuesta: las mujeres es-
clavas podían ser utilizadas en ma-
yor número de tareas que los va-
rones esclavos. Las mujeres po-
drían ser usadas sexualmente por
los varones además de como fuer-
za de trabajo y, a través del uso
sexual, la fuerza de trabajo de los
esclavos podía reproducirse».
(1995:92).
Prostitución y trabajo
Son necesarias algunas conside-
raciones acerca de la posibilidad
teórico-práctica de considerar a la
prostitución como trabajo. «Las
críticas socialistas al contrato de tra-
bajo y las feministas al contrato
matrimonial y el de prostitución han
atacado la afirmación de que si dos
individuos hacen un contrato, el
hecho de hacerlo es suficiente para
que el intercambio haya sido igua-
litario. Las críticas subrayan que si
una parte está en posición inferior
respecto de la otra (el trabajador
o la mujer), entonces él o ella no
tienen otra elección posible más
que la de convenir en los térmi-
nos ofrecidos por la parte supe-
rior aunque sean desventajosos».
(Pateman, 1995:82). El contrato de
trabajo cristaliza, legaliza una situa-
ción de explotación estructural. El
concepto de trabajo sexual tiene
otra finalidad para el capitalismo:
«El emblema de «trabajo sexual»
opera como coartada frente a la
desocupación estructural. Está cla-
ro que han conseguido articularse
armoniosamente, aspectos de
muy diversa índole. Desde supues-
tas necesidades privativas del sexo
masculino hasta la desesperación
de muchas mujeres por satisfacer
sus necesidades básicas y las de su
familia. Por eso propongo un cues-
tionamiento crítico, porque, a mi
juicio, se trata de las políticas y de
las éticas de juego». (Lipszyc, 2003).
Es decir que además de cum-
plir una función desde los albores
propios del patriarcado, la institu-
ción prostitución también cumple
una función dentro del neolibera-
lismo. Además de garantizar la ley
de libre acceso de los varones a
los cuerpos de las mujeres, aporta
cifras para empequeñecer la des-
ocupación estructural que provo-
can políticas neoliberales, en Es-
paña por ejemplo lo producido
por la prostitución se suma para
acrecentar los número del PBI del
país, en momentos donde el capi-
talismo muestra que no está den-
tro de sus objetivos generar el
bienestar general. (Lidia Falcon)
En este contexto analizar la cues-
tión de clase aparece insoslayable:
«Algo que me llamó la atención,
fue que cuando la crisis del 2001,
muchas mujeres iban a Caballito a
pedir ser contratadas en servicio
doméstico. Después de esperar y
no tener respuesta, caminaron
unos pasitos más y fueron a Flo-
res. La pobreza, el neoliberalismo,
los fundamentalismos, son concre-
tos, no dependen de mí». (Loha-
na Berkins) ¿Podemos establecer
que la prostitución opera como
una libre elección si consideramos
que la gran mayoría de las muje-
res en situación de prostitución no
han tenido opciones para acceder
a otros trabajos formales?
El contrato de prostitución, es
un contrato intrínsecamente des-
igual, las vejaciones a las que son
sometidas las mujeres, travestis y
trans en situación de prostitución
son alarmantes, «En lo que sí in-
sisto es en que no me quiero lla-
mar trabajadora. No lo veo como
un trabajo, porque aunque me
muera de hambre, no volvería a
la prostitución jamás. En la pros-
titución no hay una negociación
clara y limpia. El que tiene el dine-
ro es el que pone las condiciones,
no hay igualdad en la negociación.
A las travestis en la calle, cuando
son las cinco de la mañana, no hi-
ciste un peso y tenés que pagar el
hotel para que no te echen y tam-
bién comer, el tipo te dice, te doy
50 más y lo hacemos sin forro. No
conozco ni una compañera que se
haya hecho rica, pero sí conozco
dueños de hoteles que tienen casas
en Miami, van a veranear a Punta
del Este, y educan a sus hijos en los
mejores colegios. Entre nosotras
no lo he visto». (Lohana Berkins).
Por otro lado, el considerar la
prostitución como una decisión
netamente personal se le quita la
responsabilidad al estado por no
generar políticas públicas de em-
pleo para mujeres desocupadas.
En este sentido, continúa Lohana
Berkins: «Cuando empecé a enten-
der que la prostitución no sólo de-
pendía de mí, que había un siste-
ma, que se trataba de algo mucho
más amplio, fui dándome cuenta
que la culpa tenía que depositarse
en otros lados. La organización nos
dio esta herramienta».
Actualmente, las leyes presenta-
das que pretenden legalizar la
prostitución, poco y nada se re-
fieren a los derechos de las perso-
nas que sus impulsoras dicen de-
fender, las personas en situación
de prostitución, no establecen
marcos de protección, y sí obliga-
ciones como portar la libreta sa-
nitaria por cuestiones de salud
pública, sin embargo este requisi-
to no se exige a los «clientes» para
nosotras prostituyentes. Estas con-
sideraciones se hacen sin pretender
entrar en el análisis minucioso de la
imposibilidad de aplicar normas de
derecho laboral a un contrato cuya
probanza de cumplimiento de las
obligaciones de cada parte son prác-
ticamente imposibles.
En los discursos reglamentaristas
prima una especie de idealización del
41
 varón que consume prostitución, y
de lo que implica para las mujeres
la situación de prostitución. Diana
Sacayan reflexiona a partir de la ex-
periencia del colectivo travesti: «La
prostitución no es trabajo desde
ningún punto de vista. Deja mar-
cas imborrables, pulveriza la au-
toestima, nos reduce a nada. No
se nos puede hablar de libre elec-
ción y autonomías cuando perte-
nezco a un colectivo que histórica-
mente fue expulsado de todos los
circuitos. Nos expulsaron de nues-
tros barrios, de nuestras casas a las
rutas, a alcoholizarnos o drogar-
nos para bancar tanta violencia».
(Diana Sacayán). La expulsión de
los ámbitos familiares de perso-
nas travestis y trans aparece como
una constante en este colectivo y
en la mayoría de los casos funcio-
na como causa principal de vul-
neración de derechos y de la bús-
queda de supervivencia a partir de
la prostitución.
Si bien muchas activistas regla-
mentaristas se autoreivindican «pu-
tas», una mirada rápida por sus re-
des sociales demuestran que poco
tiene que ver sus realidades con las
de miles de mujeres, travestis y trans
que cada día salen a la calle para
ganarse un peso de la única mane-
ra que este sistema les permite: «La
prostitución se convierte en una si-
tuación de marginalidad. Hablo de
personas que tienen que estar pa-
radas en una esquina ofreciendo su
cuerpo semidesnudo con bajas
temperaturas, rodeadas de un cli-
ma donde tienen que soportar la
violencia policial y callejera, social
e institucional». (Diana Sacayán).
42
En este punto es fundamental
poner en tensión el concepto de
libertad, plantearnos si puede tra-
tarse de un término absoluto, ¿La
libertad opera en determinadas
decisiones cuando en términos
materiales no hay opción? Siguien-
do las líneas de pensamiento de Sa-
cayán y Berkins, las travestis, las trans
y las mujeres a las que ellas refieren
¿tuvieron la libertad de elegir?
Como señalamos en el articulo
«Apuntes para discutir el abolicio-
nismo, el debate sobre la prostitu-
ción»: El liberalismo, desde su pro-
pio nombre entraña una trampa,
tal vez la más terrible dentro de las
teorías políticas, la trampa de ha-
blar de la libertad desde un lugar
abstracto, desde un imaginario
ideal, y sin problematizar el con-
cepto. La libertad no en sentido de
acceso material a los derechos, sino
desde la concepción intimista, per-
sonal. La libertad no como un con-
cepto político sino como un senti-
miento emocional, «sentirse libre»
para decidir, «ser libre» desde la sen-
sación, más allá de lo que pase en
el día a día. La idea de sentirse li-
bre, desvinculado de la situación
material en la que se vive.
El discurso reglamentarista hace
hincapié en la libertad de elección,
en la libertad de elegir sobre nues-
tros cuerpos; sin embargo al «tra-
bajo sexual» ligan indefectiblemente
la situación de pobreza de las «tra-
bajadoras sexuales», nos pregunta-
mos entonces ¿Cómo se relaciona
la pobreza material con la idea de
la elección en libertad? ¿La pobre-
za no actúa como condicionante de
esa libertad? ¿La pobreza como
condicionante es asimilable a otros
condicionantes de personas que no
están atravesadas por la misma?
Feminismo
El feminismo nace como una
teoría revolucionaria, como teo-
ría ruptural, no tendría razón de
ser de otra manera. El feminis-
mo tensiona los cimientos pro-
pios del patriarcado y en conse-
cuencia del capitalismo. Las di-
ferentes vertientes que fueron
generándose dentro del feminis-
mo, hacen necesario hablar de
feminismos en plural, sin embar-
go, esta diversificación de la teo-
ría feminista también genera la
posibilidad de comenzar a presen-
tarse como un movimiento en dis-
puta. Muchas formas ideológicas
buscan también apoderarse del
mismo, esto dificulta un desarro-
llo teórico que en su camino de pre-
sentarse como teoría revoluciona-
ria se encuentra constantemente
con obstáculos que significan re-
trocesos teóricos difíciles de re-
montar. En este sentido, grupos de
militantes liberales, buscan dispu-
tar en el feminismo sus emblemas,
más propios del conservadurismo
y de los pilares del patriarcado, que
de una teoría revolucionaria.
«El feminismo, ha tomado a lo
largo de su historia reivindicacio-
nes que han excedido incluso la
cuestión de género, pero que sí
han sido atravesadas por la cues-
tión de clase y raza, el compro-
miso del feminismo con las lu-
chas por la abolición de la escla-
vitud son un vivo ejemplo de
ello». (Fany Edelman, 2001:17)
Entonces, el feminismo no puede
ser herramienta para justificar nin-
gún tipo de mercantilización de las
personas, cuestión tan cara a la
clase trabajadora a lo largo de la
historia de humanidad, el feminis-
mo no puede ser servil a políticas
de exclusión, el feminismo no pue-
de ser argumento para que la eco-
nomía capitalista aumente sus es-
tándares de estadística económica
a costa de nuestro cuerpo. Nues-
tro cuerpo, que lo es no en senti-
do individual, sino en sentido so-
cial. Un cuerpo social que debe
encontrar en el feminismo sólo el
camino de su propia liberación.

Bibliografía

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Sacayan, Amancay Diana. Entrevistada por Hugo Robles, en Agencia Presentes.
http://agenciapresentes.org/2016/12/19/entrevista-inedita-diana-sacayan-hablo-desde-nucleo-travesti-mas-
politizado/

43
 La original Lengua Nacional y Popular
por Darío Giavedoni*

C
he, Morocha, Cancha, Gua-
cho, son algunas de las pa
labras que denotan la in-
fluencia de los pueblos originarios
en la identidad nacional. Recono-
cernos en la Argentina indígena es
indispensable para construir el su-
jeto revolucionario heterogéneo, de
trabajadores, desocupados, campe-
sinos, pueblos originarios, lucha-
dorxs de género, estudiantes...
«Negro de mierda» es el insulto
más repetido en las escuelas argen-
tinas1. Y no hace falta aclarar entre
argentinos, que cuando se dice «ne-
gros de mierda» no estamos ha-
blando de afrodescendientes, sino
de personas con características fí-
sicas indígenas; morochas, de pelo
negro, y generalmente pobres, es
decir, que hablamos de la mayoría
de la población argentina y la his-
tóricamente más marginada.
«Negro de mierda», quizás no es
el insulto más repetido en la po-
blación adulta, pero sí de los más
agravantes. A la par, pueden escu-
charse en la actualidad términos
como peruano, boliviano, paragua,
cabeza, o cabecita, que son utiliza-
dos como sinónimos del negro de
mierda. Y no solo se le insulta a
alguien de esta manera por su co-
lor de piel o por su procedencia
regional, sino además, por su con-
dición social. Con ese sentido se
suele escuchar «ese es negro de
alma», contra quien a pesar de no
tener esas características físicas, es
pobre, marginado, humilde, mal
vestido, etc. En esa situación, al in-
sulto racista se le agrega una desca-
lificación de clase hacia el oprimi-
do, «marginado» o «maleducado»,
ya que la categoría «negro de alma»,
aclara que no es necesario tener cier-
to color de piel o rasgos en el ros-
tro para ser un «negro de mierda».
Para quienes ostentan el poder de
insultar, ser negro es lo peor que se
puede ser, no importa si se es de
alma, de piel, de origen, o de re-
gión. Y como «buenos argentinos»
podemos elevar el tono de esta afir-
mación, volviendo a repetir la acla-
ración de que acá, en nuestro país,
el negro no es negro, sino indio2.
Con ese mismo tinte suelen ser
retratados los pueblos originarios
en los medios masivos de comuni-
cación aún hoy. Por ejemplo, en dia-
rios como La Nación y otros matu-
tinos del interior del país, se repre-
senta a los pueblos mapuches como
«indios invasores que vinieron de
Chile», por lo que no se debe reco-
nocer su propiedad sobre las tie-
rras que reclaman, ni sus derechos
sociales3. Lo insólito de esta posi-
ción ideológica es que los medios
de comunicación hegemónicos del
otro lado de los andes, usan el mis-
mo argumento pero justamente,
del otro lado. Por citar otro ejem-
plo, en el diario chileno El Mercurio,
al que podríamos hermanar con su
par La Nación, por las caracte-
rísticas ideológicas, económicas
y de tradición, se suele asegurar
que los mapuches son una etnia
que provino de Argentina e inva-
dió suelo chileno.
Entonces, vemos que de este y
del otro lado de la cordillera el fun-
damento ideológico es el mismo,
«este grupo indígena es extranje-
ro, por lo que no tienen derechos
sociales, civiles, ni humanos en el
territorio nacional». Y esta afir-
mación se hace desde las prensa

*
Lic. y Prof. Darío Giavedoni. Periodista, Docente, Miembro de la Juventud Comunista Argentina. Especialista en Movimiento
Sociales Latinoamericanos, Pueblos Originarios y Organizaciones sindicales.
1
http://www.infobae.com/2009/06/19/455512-una-encuesta-revela-que-negro-es-el-insulto-mas-repetido-los-secundarios-argentinos
2
A pesar de diferentes acepciones de las palabras indios, indígenas, originarios y aborigen, se usan aquí en el mismo sentido. Si bien es
sabido que el término indio proviene de la confusión de cuando Cristóbal Colón creyó llegar a La India, muchos de los pueblos del
continente se autodenominan con ese vocablo. Por tal motivo, si bien se evitará referírseles como indios, se contempla que la propia
resignificación de estas culturas de ese término, implica que también debe ser considerado. A su vez, algunos autores aseguran que el
término indígena provendría de indigente, y el término aborigen significaría desde el origen o antes del origen; sin embargo, el debate por el
significado exacto no está cerrado aún por expertos, por lo que se utilizarán aquí sin intención peyorativa. (Ver Valko).
3
Giavedoni, Darío, Mapuches entre medios y la tierra, http://www.cpe.com.ar, 3/2010. https://issuu.com/primerodeoctubre/docs/
marzo10. También puede verse en: Aranda, Darío, El Debate Indígena, www.pagina12.com.ar, 03/2009, http://
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-134475-2009-11-01.html).

44
masiva más poderosa, incluso con-
tradiciendo la Constitución Nacio-
nal Argentina, que reconoce la pre-
existencia de los pueblos origina-
rios antes de que se formara la re-
pública y el Estado Nación.
Ya durante los años del Terroris-
mo de Estado y la última dictadu-
ra cívico-militar, iniciada con las
desapariciones de personas por la
Alianza Anticomunista Argentina
(1973-1983), se utilizó desde los
medios masivos la misma línea ar-
gumental contra los militantes po-
pulares: «No son de aquí, y están por
fuera de la Ley». De hecho, el perio-
dista Mariano Grondona que traba-
jaba como intelectual orgánico del
régimen de facto, aseguraba des-
de la revista Noticias que los mili-
tantes sociales, populares y de iz-
quierda, eran subversivos; y con
este término, interpretaba que al
subvertir el orden establecido, es-
taban por fuera de la legalidad del
Estado. Con ese marco ideológi-
co, Grondona afirmaba que los
subversivos (a los que también acu-
saba de tener intereses extranjeros),
no atacaban ninguna norma en par-
ticular sino que actuaban por fue-
ra de todo el sistema legal, enton-
ces, insistía, no había que apresar-
los, enjuiciarlos, penarlos, ni eva-
luarlos con ninguna Ley, sino sim-
plemente eliminarlos.
El mismo argumento también ya
se había utilizado en la mal llama-
da «Conquista al Desierto», en la
cual el Estado argentino masacró
a decenas de miles de ranculches,
pampas, mapuches y tehuelches y
demás pueblos de La Pampa y la
Patagonia. Entonces, se llamó «de-
sierto» a una inmensa región geo-
gráfica con miles de habitantes ori-
ginarios, porque para el Estado
esos indígenas no eran personas;
y en el caso particular de los ma-
puches eran «eran indios chilenos
invasores.» Así fue como el Esta-
do argentino impulsado por el ca-
pitalismo trasnacional de fines de
siglo XIX debía apoderarse de las
últimas tierras «sin dueño», del úl-
timo continente «descubierto», en
la región más al sur del planeta.
Pero en las pampas, el capitalis-
mo no necesitaba indios como
mano de obra esclava para traba-
jar la tierra con cultivos intensivos,
ni para la recolección de metales
preciosos, como ocurría en el nor-
te argentino, el Alto Perú, o de-
más regiones del continente. En
las pampas patagónicas, el capita-
lismo podía generar dinero con la
simple extensión de vacas y ove-
jas que pastaban sin necesidad de
que nadie que las vigile en las este-
pas del sur. Por esa simple ecua-
ción, el capitalismo necesitaba eli-
minar a la población originaria para
llenarlas de ganado. Entonces, sem-
bró la idea de que estas tierras eran
un «Desierto» y para «Conquistar-
lo» secuestró, mutiló, esclavizó, ase-
sinó y sesgó la vida de más de
20.000 personas (Valko, 2010).
Ahora bien, en la actualidad na-
die puede creer que para conquis-
tar un Desierto haya que eliminar
a decenas de miles de personas,
sin embargo se continúa denomi-
nando de la misma manera a ese
proceso histórico, que en verdad
fue un Genocidio. Porque si hoy
la mayoría de la población com-
parte el sentido común de que el
último proceso de desaparición
forzada de personas en el que se
cuentan alrededor de 30.000 vícti-
mas directas (1973-1982), fue un
genocidio de Estado, imaginemos
lo que significó para la población
del incipiente Estado argentino la
eliminación de similar cantidad de
personas en aquellos años, y aún
más grave, lo que significó para los
pueblos mapuches, ranqueles,
pampas y tehuelches. Y si bien para
negar ese genocidio hay que tener
la Cara de Roca, ni el Estado ar-
gentino ni la sociedad civilizada
reconocen este proceso sistemáti-
co de eliminación de personas,
culturas y naciones como lo que
en verdad fue: un genocidio, que
aún retrata nuestro billete de 100
pesos. Y en esa negación o desco-
nocimiento de lo que en verdad
ocurrió, se debe entender que los
pueblos originarios afirmen hasta
el día de hoy que ellos no tuvieron
su Nunca Más, frase con la que en
el retorno de la democracia, sí se
reconoció que el país había sufri-
do un genocidio ejecutado por el
Estado en la década del setenta.
Pero vayamos hacia atrás para
volver al presente.
No es anecdótico que el mismo
argumento que se utilizó en los
procesos de eliminación sistemáti-
ca de personas, como la Conquis-
ta al Desierto y el Terrorismo de
Estado (1973-1982), se use actual-
mente hacia las comunidades indí-
genas desde los medios masivos de
comunicación: «son invasores extran-
jeros, no tienen derecho a la tierra
ni a las leyes del Estado Nación».
45
 Y esta gravísima representación
de los pueblos originarios, pasa
desapercibida porque el Estado
y la «sociedad civilizada» argenti-
na, no sienten que lo indígena sea
parte integral de la identidad na-
cional. Esta concepción de «Lo
Nacional», por fuera de lo indí-
gena no es casual, porque fue
concebida y plasmada por las éli-
tes dominantes a lo largo de la
construcción del Estado-Nación
hasta hoy, y su objetivo es afir-
mar que esta república fue cons-
tituida exclusivamente por des-
cendientes de europeos blancos.
Un chiste recorre latinoaméri-
ca graficando esta concepción
eurocentrista: «Los peruanos des-
cienden de los incas, los mejica-
nos descienden de los aztecas, y
los argentinos descienden de los
barcos». Esta humorada de mal
gusto, malintencionada, no solo
intenta separar la identidad de
los argentinos de la del resto de
Nuestra América, sino que ade-
más reproduce lo que en tér-
minos de Gramsci podría lla-
marse el núcleo enfermo de un
sentido común de la clase do-
minante (cit). Y para sostener
esta concepción se deja de lado
y desconoce muchas otras ver-
dades que construyen una res-
puesta más totalizadora: lo in-
dígena forma parte integral y
mayoritaria de la identidad na-
cional Argentina.
4
Ver reconstrucción de la identidad de los Hijos de los Desaparecidos.
46
Para completar esta otra res-
puesta más totalizadora con las
verdades que dejó de lado ese
chiste racista, se puede traer una
serie de argumentos de distintas
matrices. Se puede citar, por
ejemplo, un estudio científico
realizado por la Universidad de
Buenos Aires (UBA) en base a
investigaciones con bancos de
ADN, que detectó que el 56 %
de los argentinos tiene ascenden-
cia indígena. Para valorar, este
dato no es sólo una comproba-
ción biologisista de nuestra fi-
liación, sino una información
esencial al momento de analizar
nuestra identidad, pues los cen-
sos y encuestas realizadas sobre
este aspecto no pueden aportar
cifras certeras. En países como
Bolivia, por ejemplo, donde las
culturas originarias son inmensa
mayoría, cuando se realizaban
censos sobre la composición ét-
nica de sus habitantes, los índi-
ces resultaban muy inferiores a
los evidentes. El problema era
que una parte importante de la
población sentía vergüenza de
decirse descendiente de indios,
y otra porción, ignoraba que lo
era. En Argentina, aunque no tan
evidente, los inconvenientes son
exactamente los mismos, ver-
güenza e ignorancia de la pro-
pia raíz e identidad, por eso es
tan importante este dato cientí-
fico que afirma que más de la
mitad de la población lleva ge-
nes indígenas4.
Incluso, hay que tener en cuen-
ta que en los censos del siglo
XIX y los Archivos Parroquia-
les (nacimiento, defunción, ma-
trimonio) existen muchos indi-
cios de cómo se dio un proceso
que se denomina «de blanquea-
miento de la población». Enton-
ces, los indios que convivían en
la sociedad blanca, a la hora de
explicar su «clase» (término de
la época) afirmaban que eran
blancos, elevando así su status.
Por último, no puede dejar de
agregarse que en ese y todos los
tiempos desde la conquista de
América, a los indígenas se le fue
obligando a adoptar apellidos
españoles, lo que aumentó este
«proceso de blanqueamiento» de
la población.
Pero no solo los genes ni el
apellido hacen a la identificación
de lo nacional con los pueblos
originarios, sino también la ac-
ción, el trabajo, la transforma-
ción social, y la lucha que fue
construyendo nuestra nación.
Para analizar este punto, basta
con realizar un recorrido histó-
rico por los conflictos más rele-
vantes desde las invasiones in-
glesas y la guerra independen-
tista hasta la actualidad, para
comprobar cómo la población
indígena fue parte esencial de la
lucha por la liberación nacional.
 Porque si bien, podría conside-
rarse el proceso de emancipación
nacional como una independencia
inconclusa, interrumpida por el
imperialismo español primero, y
por el imperialismo inglés y esta-
dounidense después; no se le pue-
de quitar el mérito a todas las na-
ciones y culturas que lucharon con
su sangre por la libertad y las con-
quistas sociales; entre ellas, las po-
blaciones indígenas. Así podemos
nombrar a los pampas y tehuelches
que participaron de las batallas con-
tra las invasiones inglesas y a las cul-
turas del Noroeste argentino que pe-
learon la guerra independentista en
el ejército del Norte, comandados
por Belgrano, Castelli y Juana Azur-
duy. También se debe recordar a los
pehuenches cordilleranos a quienes
San Martín pidió ayuda al cruzar los
Andes, cuando les dijo «yo también
soy indio, como ustedes»; y a los gua-
raníes que apoyaron la lucha de José
Artigas y los pueblos libres del sur.
De la misma manera, podemos ci-
tar más ejemplos similares sobre la
intervención indígena en los ejérci-
tos nacionales a lo largo de toda la
historia, hasta, incluso, en la guerra
de las Islas Malvinas Argentinas; don-
de miles de soldados que provenían
mayoritariamente de las clases po-
pulares con ascendencia indígena, de-
fendieron la soberanía nacional en
el atlántico sur. (Zarazola).
Esta participación originaria en la
lucha por la independencia ya era
considerada por los ideólogos de la
revolución de las Provincias Unidas
del Sur. Es conocida, por ejemplo,
la intención del General Belgrano de
constituir una república monárqui-
ca, en la que proponía que el Rey
Inca fuese Tupac Katari II, ya que
podía encarnar el sentimiento de li-
bertad de los pueblos originarios e
incluirlos en la conformación de la
nueva nación. El mismo Belgrano
ideó la bandera Argentina con el sol
Inca, haciendo referencia al Tawan-
tinsuyu, palabra con la que se deno-
mina al territorio de esta nación in-
dígena. Así lo cantaba también el
himno nacional argentino en su pri-
mera versión, cuando hacía mención
a la tumba del Inca que ofendido del polvo
se alza de furor ceñido, y a los pueblos
del continente desde Méjico al sur. Pero
esos versos empezaron a ser censu-
rados desde 1900 en el Gobierno
de J. A. Roca, hasta finales del siglo
XX, durante el mandato del presi-
dente Carlos Menem, quien supri-
mió la obligatoriedad de publicar la
47
 versión completa de la canción pa-
tria (Chavidoni 2008:66)
Con la misma ascendencia mesti-
za podemos contar la historia de
tres de los próceres más importan-
tes de la historia nacional; San Mar-
tín, Yrigoyen y Perón, cuya sangre
indígena se está develando tras el
ocultamiento de la historia oficial.
El Gral. Don José de San Martín,
Padre de la Patria, se reconoció así
mismo como indígena y lo explici-
tó en el cruce de Los Andes cuando
afirmó frente a la nación Pehuen-
che: «yo soy indio como ustedes».
De hecho, existen documentos, in-
vestigaciones científicas, y declaracio-
nes de familiares que afirman que
era hijo natural de Rosa Guarú, la
india guaraní que lo amamantó y crio
(Chumbita). Sin embargo, esta par-
te del relato fue censurado por la
historia oficial, y desde la Sociedad
Sanmartiniana se considera un insul-
to decir que el General era mestizo.
Incluso, desconociendo su fe masó-
nica y anticlerical, las autoridades de-
positaron los restos de Don José
dentro de la catedral de Buenos Ai-
res, pese a que él no quería «descan-
sar» allí. Pero desde aquel oscuro
lugar, las autoridades eclesiásticas y
los dueños seculares de la historia,
impiden el acceso a sus restos mor-
tales para realizar pruebas de ADN,
con los que se podrían obtener da-
tos de su verdadero origen, como
se realiza eventualmente en Europa
a monarcas e importantes próceres
de siglos pasados.
Incluso, como las sucesivas gene-
raciones de descendientes de Don
José reconocían su linaje mestizo,
donaron sangre y construyeron un
banco de ADN con el que se pue-
da realizar en el futuro ese mismo
análisis; cuando puedan romperse
las cadenas de los poderes más
conservadores del país y se per-
mita averiguar el verdadero origen
del Libertador.
Un caso similar es el de Hipóli-
to Yrigoyen, que a pesar de sa-
berse nieto de una india pampa,
tuvo que esconder su verdadera
ascendencia porque era mal visto
en esa época. En ese mismo de-
venir histórico, a mediados del si-
glo XX Juan Domingo Perón, hijo
de Juana Sosa, de origen Tehuel-
che de padre y madre, tuvo que
ocultar durante muchos años su
verdadero linaje. Y a pesar que de
joven escribió Toponimia Patagóni-
ca de Etimología Araucana, solo en sus
últimos años y en el exilio confesó
que descendía de los indígenas pa-
tagónicos, afirmando «Tengo mu-
cha sangre india en las venas5».6
Según vemos hasta acá, la identi-
dad Argentina está hecha tanto de
genes como de acciones mestizas,
tanto del pueblo como de sus líde-
res, y si bien la clase dominante
borró la sangre originaria cuando
escribió la historia oficial, a lo indí-
gena le tocó hablar la historia a tra-
vés de los años, y con la fuerza de
la esencia y la verdad, tejió otros
relatos que ayudan a construir una
historia más totalizadora. De la
misma manera, al rescatar, resistir y
hacer sobrevivir esas otras verda-
des a través de la transmisión oral,
lo indígena también influyó en la
manera de hablar del ser nacional y
en la comunicación popular. Hoy
decimos, oímos, escribimos y can-
tamos innumerables palabras y fra-
ses que provienen de la cultura ori-
ginaria, y que ya son parte integral
del «Idioma de lxs argentinxs».
«Descubrir» estos vocablos que usa-
mos cotidianamente, es decir, dar-
nos cuenta de por qué decimos lo
que decimos nos ayudará a enten-
dernos como pueblo, y observar
de qué pueblo originario provienen
las palabras que decimos y oímos

5
J. W. Cooke contó que cuando acompañó al General Perón los primeros días de su exilio, este le confesó que no tenía canas ya que era
descendiente directo Tehuelche, y él creía que ese síntoma en el cabello no solía darse en los indígenas. «Yo tengo mucha sangre en las
venas», dijo Perón según Cooke.
6
También podríamos advertir que una de las frases más famosas de Eva Duarte, fue «volveré y seré millones» y que a la versión original
se la conoce de boca de Tupac Katari, el líder Aymara que encabezó una de las primeras revueltas contra la conquista española, que
pronunció esas palabras proféticas antes de ser descuartizado. Sin embargo, en nuestro país tampoco es masivamente conocida la raíz de
estas poderosas palabras.

48
todos los días, nos ayudará a des-
cubrirnos como Nación incluyen-
te, que respeta las identidades de
todos sus pueblos.
¿Qué hacés Che?
Esa palabra, o sílaba siquiera, Ch,
es una de las que más identifica al
argentinx, dentro y fuera del país.
Para llamarnos, saludarnos, pedir
atención, en incluso sin saber por-
que e inconscientemente, la decimos
en el habla popular. Para entender-
la, se puede recurrir al idioma ma-
puche (mapugundzun) donde sig-
nifica persona, hombre o mujer, por eso
tantas denominaciones de pueblos
originarios del sur contienen esa
palabra: Ranculche (persona del
carrizal), Puelche (persona del este),
Pehuenche (persona del bosque),
etc. A su vez, el término también
puede llegar del guaraní, donde se
usa como pronombre personal (mí,
mío, yo). De ahí el Chamigo litorale-
ño que sintetizaría amigo mío, o
persona amiga.
Desde una perspectiva popular
se puede ver que dos de las más
grandes comunidades nativas de lo
que hoy llamamos Argentina, utili-
zan el vocablo che7 de manera simi-
lar, pero este significado es desco-
nocido por la mayoría de los argen-
tinos. Es paradójico entonces, que
7
También se usa el término Che, en el valenciá, lo que implica una coincidencia que luego se tendrá en cuenta en el análisis de esa
palabra en particular.
8
El origen de la palabra gaucho ha sido ampliamente analizado y existen diversas opiniones, ninguna de ellas absolutamente
concluyente. Se le ha atribuido ser una deformación de guaso (hombre de campo, rústico, grosero y tosco), un trastrueque de la palabra
guacho (huérfano o más propiamente nacido de madre soltera y a menudo abandonado por ella); o una derivación de gauderio (holgazán,
poco inclinado a trabajar).
produciendo y consumiendo tanta
información, no sepamos qué quie-
re decir esta palabra que usamos
cotidianamente y con la que se nos
reconoce en el resto del mundo. Se
hace de nuevo evidente, la deslegiti-
mación ejercida sobre lo indígena y
la invisibilización de lo original, si
advertimos que ignoramos el senti-
do de la palabra con la que nos lla-
mamos los argentinos, Che.
Morocha es otra palabra que usa-
mos frecuentemente, e incluso se
dice que el modelo de mujer na-
cional es la morocha argentina.
También se escribieron canciones y
tangos estereotipando este mode-
lo femenino, por lo que hay que
advertir que el vocablo morocha vie-
ne del quechúa y significa mujer de
piel y/o pelo trigueño, como son
la inmensa mayoría de las mujeres
quechuas (Incas).
De la misma manera podríamos
citar miles de palabras que usamos
popularmente y provienen de idio-
mas nativos, como Cancha, cuyo
origen quechua señala un lugar deli-
mitado, como el templo sagrado de
la ciudad de Cuzco denominado
Qori Cancha (Lugar Sagrado). Ac-
tualmente, ese término posee una
enorme popularidad pues denomi-
na al recinto donde se practica el
fútbol, sea en una calle o en un es-
tadio. Lxs niñxs argentinxs desde
que aprenden a patear una pelota
saben que pueden delimitar una can-
cha en un pasillo, en un campo, en
una vereda o en una calle. E incluso,
también se denomina con ese tér-
mino en los medios de comunica-
ción a la cancha de Boca o de River.
Otro claro ejemplo de la popu-
laridad y actualidad de los térmi-
nos indígenas es el vocablo Guacho,
muy utilizado en los barrios popu-
lares y villas del país para denomi-
nar, llamar y hasta para saludar a
un joven, niño o adolescente. Este
término que proviene del mapu-
gundun (mapuche) y significa huér-
fano, tiene una profunda similitud
con el término gaucho que denomi-
na al tradicional estereotipo del
hombre del campo argentino, se-
gún lo afirman varios autores. Por-
que, si bien algunos excelentes es-
critores como Borges aseguran que
el origen de la palabra gaucho se re-
monta al francés, o a algún otro
idioma europeo, hay que notar que
ninguno de ellos ha analizado la
perspectiva etimológica desde el
punto de vista de los pueblos ori-
ginarios. Estos autores con una
fuerte influencia europea pueden
traer de los diccionarios latinos,
sajones y eslavos cientos de pala-
bras similares a nuestro gaucho8, pero
nunca profundizaron el estudio de
las lenguas nativas para analizar un
49
 vocablo tan enraizado en el campo
y en la identidad nacional. Porque
por ejemplo, nuestro gaucho podría
tener una raíz etimológica tanto en
el Guaso mapuche utilizado en Chi-
le, como en el Gaúcho utilizado en
Brasil, cuyo origen se dice portu-
gués y esa coincidencia, es lo que
debemos asimilar y no excluir.
No sería extraño que la palabra
gaucho sea tan popular en Argen-
tina, justamente porque se cruzan
y coinciden otras palabras de
pronunciación parecida y de dis-
tinto origen (mapuche, quechua,
portugués y francés). Puede no
existir una única explicación y un
único origen de un vocablo, por
eso es interesante corroborar
cada término analizado, en todos
los idiomas con influencia en el
país, y encontrar la explicación
más totalizadora, donde distin-
tos orígenes no se excluyan
sino se complementen.
Comunicación Nacional y
Popular
Las definiciones académicas más
acertadas en la actualidad sobre la
Comunicación suelen explicarla como
una Producción Social de Sentido o un
Intercambio de sentido. Para decirlo en
términos «vulgares» la comunicación se
da cuando dos o más personas se
ponen de acuerdo en algo, incluso,
cuando se ponen de acuerdo en que
no están de acuerdo. La Comunica-
ción entonces es la unión de varias
personas en un significado.
Borges aseguraba en relación al
tema que la tarea de los intelectua-
les no era buscar las palabras que
50
nos diferencian de los demás, sino
las palabras que unen (Fernández
Retamar). Y en ese sentido, la inten-
ción de esta recopilación de voca-
blos indígenas del habla de los ar-
gentinos no es encontrar palabras que
nos diferencian del idioma español,
sino visibilizar las palabras que al
venir de los pueblos originarios nos
unen con los pueblos, y como pue-
blo. En esa búsqueda, los términos
a analizar nos llevarán a coincidir
con los pueblos latinoamericanos
con los que compartimos muchas
palabras indígenas, nos mesclarán
entre las distintas provincias y re-
giones del país al reconocer que se
utilizan los mismos vocablos, y nos
unirá con las villas y los barrios
populares de Buenos Aires y las
grandes ciudades. Además, podrán
conectarnos con pueblos europeos
como el vasco, catalá, napolitano, y
valenciá, entre otros. Y este reco-
nocimiento de las diversidades eu-
ropeas, más las diversidades indí-
genas hasta ahora ocultadas, per-
mitirá construir una Unidad más
amplia que la prefabricada por las
élites gobernantes y blancas. Esas
otras tonalidades, discriminadas por
las clases dominantes rubias, permi-
tirán graficar un retrato de identidad
más diverso, colorido, integral y nu-
tritivo del ser nacional.
Vale la aclaración, también, que las
palabras expuestas aquí, se recopi-
lan desde la región pampeana de
nuestro país, y en este recorte deben
advertirse dos ejes. Por un lado por-
que puede considerarse este territo-
rio como donde se entrecruzan tres
de las corrientes de habla indígena
más importantes del país: Quechúa-
Aymara, Guaraní, y Mapuche, y por
ese motivo tomar la región como
campo de estudio. Pero también se
debe advertir que es uno de los te-
rritorios argentinos donde menos
abundan términos originarios. Si se
recorre las provincias de la Meso-
potamia, del noroeste o de la cordi-
llera de los andes, podremos encon-
trar muchísimas más palabras origi-
narias en el habla popular de los ar-
gentinos que en las pampas centrales.
Y ese es justamente otro motivo
para elegir esta región, ya que si se
puede visibilizar la influencia de los
idiomas indígenas en el habla de los
argentinos, en uno de los territorios
donde menos influencia existe, po-
demos tener la certeza de que en
verdad existe una importante in-
fluencia indígena en el habla popu-
lar de todo el país. Otro de los in-
convenientes para valorar la distin-
ción del habla de los argentinos his-
tóricamente fue y aún es, la deslegi-
timación de lo indígena por parte
de la investigación académica en
particular, y del poder real en gene-
ral. Esa marginación fue profundi-
zada por el eurocentrismo del pen-
samiento científico por un lado, y por
la integralidad de lo originario por
otro, es decir por la dificultad para
estudiar por partes separadas lo in-
dígena, ya que su misma identidad
radica en la no separación de su cos-
movisión. Además, la perspectiva
estatal, institucional, eclesiástica y eli-
tista que reinó en estas tierras desde la
conquista de América, fue juzgar que
lo indígena solo merecía evaluarse
desde lo científico, para detectar cuan
atrasado estaba de lo europeo, ha-
cia lo cual debía evolucionar.
 Así fue que a diferencia de las Be-
llas Artes europeas, a las expresiones
indígenas se las denominó con el
apodo de Artesanías; y en compara-
ción con la Religión del Dios único y
todo poderoso, a las creencias del
continente se las llamó Supersticiones
y a sus dioses, ídolos. Con el mismo
sentido las cosmovisiones indígenas
no eran consideradas como culturas
sino folklores, y las maneras de hablar
originarias no tenían el estatus de idio-
mas sino de dialectos9.
En este contexto, las palabras in-
dígenas que empezaron a incorpo-
rar las argentinas y los argentinos
pasaron a ser analizadas como «ma-
las palabras», términos del vulgo, de
la gente mal hablada, estaban mal
vistas por quienes decían qué era
«hablar bien». Además, paralela-
mente se dio otro proceso que las
consolidó como «malas palabras»,
porque la elite, la academia, y la lite-
ratura dominante no decían, ni es-
cribían aquellos vocablos que se con-
sideraban de mal gusto y que hacían
referencia a lo supuestamente des-
agradable o del ámbito íntimo,
como: culo, semen, hijo de nadie, etc.
Y si las mencionaban como podría
ocurrir en la redacción científica, ese
término nunca llegaba al pueblo.
Entonces, esta omisión dejó un es-
pacio vacío en el habla popular ar-
gentino que fue ocupado por las
palabras indígenas, como poto, guas-
ca y guacho, respectivamente. Por-
9
De la misma manera, los conservadores del castellano puro denominaron dialecto al habla argentina y se lo conceptualizó como
barbarismo del español de castillas.
que el pueblo no suele ocultar lo
desagradable, el pueblo expresa
todo, lo bueno y lo malo, lo feo y
lo bello, lo hermoso y asqueroso.
Y acá no se quiere afirmar que la
condición de ser del pueblo sea la
convivencia de los opuestos, la in-
tegración de la contradicción, la
unión de lo malo y lo bueno, lo
feo y lo bello, pero sí se quiere decir
que el pueblo y el habla popular
no oculta lo desagradable, no pone
bajo la alfombra la mugre y no es-
conde lo «feo»; por el contrario, lo
saca a la vereda y lo muestra en la
calle para limpiar la casa.
El pueblo, entonces, no dejó de
decir estas expresiones, no dejó de
mencionar lo «feo», lo «malo» y lo
«asqueroso», las «malas palabras»
que los que «hablaban bien» omi-
tían, y ese es otro motivo por el
cual en el idioma popular «ordina-
rio» de los argentinos resistieron
tantas palabras indígenas. Y también
de esta manera, el poder real arrin-
conó al indígena a la cucha de los
que «hablan mal», y por ende, les
sacó la posibilidad «del hablar bien»;
para no escucharlos el sistema des-
legitimó su hablar y la posibilidad
de que así se dignifiquen.
«Que van a ser indios si
andan en moto y con celular»
Esta es otra de las frases domi-
nantes con la que se suele nombrar
a los indígenas, en este querido país.
Como si usar la tecnología les sa-
cara identidad a los pueblos origi-
narios, o como si ser mapuche,
inca, aymará, guaraní, o de cualquier
pueblo dependiera de vivir como
hace doscientos años. Con el mis-
mo criterio, para ser argentino ha-
bría que vestir como en 1810, an-
dar únicamente a caballo y comu-
nicarse por cartas.
Con esta frase, el sentido común
dominante intenta llevar lo indíge-
na a lo pasado, a un tiempo cadu-
co y antiguo, que se superó por la
modernización. Y además, deshu-
maniza lo indígena, naturalizando
que su esencia y razón de ser es el no
uso de la tecnología, de la comuni-
caciones, y de los medios de trans-
porte, es decir, de todo aquello que
mejora las condiciones de vida de la
mujer y el hombre, como si ser in-
dio significara vivir por fuera del
progreso social, como animales.
Con este sentido, (común y do-
minante), suele identificarse a los
pueblos originarios aquí y ahora. Y
aunque a diferencia de décadas
atrás, no explicita que se debe eli-
minar a los indígenas; «simplemen-
te pide» que si quieren convivir al
lado de la sociedad civilizada, lo ha-
gan como en el pasado, aislados y sin
progreso social, es decir, como la
mascota del sistema: «si quieren vivir
de indios que trabajen de indios».
Como vemos hasta aquí, el ac-
51
 cionar del capitalismo sobre los
pueblos indígenas tuvo pocos ma-
tices; primero intentó explotarlos,
pero cuando no fueron necesarias
sus vidas para obtener ganancias
quiso eliminarlos. De manera simi-
lar, intentó sacarles la posibilidad de
que se respeten sus derechos huma-
nos, y los excluyó de las leyes so-
ciales y civiles como si fuesen «in-
vasores extranjeros». También qui-
so callarlos, arrinconándolos en la
cucha de los que «hablan mal»; e
incluso intentó reconocerlos a con-
dición de que vivan en el pasado y
no progresen socialmente. Pero lo
indígena resistió, sobrevivió y nu-
trió la identidad Argentina de la que
se hizo parte integral, en sus líderes,
en sus procesos sociales y en sus
palabras, como venimos plantean-
do desde el principio.
Palabras Finales desde
el origen
Che, Morocha, Chancho, cancha,
Guacho, pachanga, pampa, achu-
ra, cucha, cusco, upa, pupo, nana,
mate, macana, quincho, guasca,
gualicho, chiche, chucho, chala, son
algunos de los términos que en este
artículo no podemos enumerar ni
desmenuzar; pero que denotan la
influencia de los pueblos origina-
rios en la comunicación nacional y
popular. Todas estas palabras resis-
tieron el máximo genocidio de la
historia humana conocida como «la
Si bien Bolivia tiene una notoria influencia originaria, con más del 80 por ciento de su población indígena, ya quedó demostrado en
10
este trabajo la importancia de lo indígena en nuestro país.
52
Conquista de América», los dife-
rentes imperialismo europeos y
yanquis, y la llegada del capitalis-
mo hasta las tierras más australes
del planeta. Y estas palabras pue-
den servirnos hoy para construir
este nuevo mundo, posible, origi-
nal y comunitario.
Con ese mismo destino pueden
leerse las palabras de la profesora
brasileña Marinela Chaui (Borón,
2006, p. 149) cuando asegura que
para que desaparezca el capitalismo
hay que redescubrir la Identidad
propia: «El capitalismo es la No
Identidad. (...) La forma capitalista
terminará cuando una identidad
aparezca». Desde esta perspectiva,
se puede construir una alternativa a
este sistema excluyente cuando unx
sabe quién es en verdad, individual
y colectivamente; y si unx sabe por
dónde va la búsqueda de su verda-
dera identidad entonces puede
construir un camino hacia un hori-
zonte no capitalista.
Esa es una de las tareas pendien-
tes de nuestra nación Argentina, la
verdadera búsqueda de nuestra
diversa y más totalizadora identi-
dad como pueblo, para construir
un camino alternativo, original y que
no conduzca hacia el capitalismo;
por eso insistimos que tanto las or-
ganizaciones indigenistas como las
organizaciones anticapitalistas, de-
ben darse la tarea de articular estas
dos vertientes que se cruzan en el
campo popular. Porque como pue-
blo argentino todavía debemos
encontrarnos entre los distintos
pueblos que habitamos este suelo,
reconocernos como una nación di-
versa, descendiente de indígenas e
inmigrantes, un país hijo de los pue-
blos originarios que supieron vivir
en comunidad y de los expulsados
de Europa que trajeron el anarquis-
mo, el socialismo, y el comunismo,
un pueblo hijo de San Martín y de
las madres de Plaza de Mayo, un pue-
blo hijo de las luchas de Liberación
y de las luchas de Resistencia.
En ese mismo rumbo, Álvaro
García Linera, vicepresidente de
Bolivia y uno de los cuadros teóri-
cos y de acción más importantes
del continente reflexionó en el 60
Aniversario de la Juventud Comu-
nista de su país: «Una temática que
debe incorporar el comunismo en
su lucha es la comunidad y el mo-
vimiento indígena, que fue muy
poco trabajada en el pasado». Lue-
go de saludar con admiración a los
camaradas de ese país, el Álvaro
aprovechó para volcar también es-
tas palabras: «estudiar lo indígena
acercará a los comunistas a enten-
der el concepto de comunidad, y la
potencialidad del comunismo que
radica en los pueblos originarios.»10
Por esta huella es fácil rastrear la
influencia José Carlos Mariátegui
y su insistencia en reconocer a las
culturas originarias como germen
de sociabilización para la construc-
ción del socialismo. Cierta literatu-
ra «revisionista» suele enfocarse
menos en profundizar sus pensa-
mientos para la praxis, y más en
enfrentar los debates que el perua-
no sostenía con otros líderes mar-
xistas de la época, incluso sin argu-
mentar posicionamientos. Pero por
el contrario, como pensadores de
las prácticas políticas actuales debe-
mos ponernos por sobre las falsas
dicotomías, como la caduca opo-
sición Mariátegui vs. Codovilla, y
sintetizar los aportes de todos los
luchadores revolucionarios. Y para
analizar el sector social que abor-
damos en este texto las enseñanzas
del peruano son imprescindibles;
porque además es una de las pro-
blemáticas centrales de las organi-
zaciones marxistas en Latinoamé-
rica hasta la actualidad: la dificultad
para convocar a las masas indígenas
y campesinas, y quienes de ellos mi-
graron a las grandes ciudades y se
convirtieron en las masas urbanas.
Porque fue evidente la incidencia
que tuvieron las ideas rojas (socia-
listas y comunistas) que llegaron de
Europa de la mano de los inmi-
grantes, y la influencia en la clase
trabajadora descendiente de euro-
peos en las grandes ciudades y
puertos. Pero no fue tanto así en
las masas del «interior» de ascen-
dencias indígena. Lo que en Argen-
tina se conoció como «los cabeci-
tas negras», que llegaban de las zo-
nas rurales a los centros industria-
les, fueron ganados por el peronis-
mo no sólo por los derechos so-
ciales conquistados y por la capaci-
dad del populismo de apelar al
folclore nacional, sino también por
la falencia en aquel marxismo de
ver la importancia de las culturas
originarias, por la negación de en-
tender sus prácticas comunitarias
como germen del socialismo, y la
relevancia de sus reivindicaciones
históricas: como el derecho a la tie-
rra y la potencialidad que radica en
ese reclamo para la «Reforma Agra-
ria».
A pesar de las diferencias obvias
de Argentina con Perú y Bolivia, los
aportes de Mariátegui y García Li-
nera pueden reinterpretarse según
las necesidades de nuestro país y de
la influencia de lo originario, según
lo venimos viendo en este trabajo.
Porque aún nos debemos los
aportes de esa perspectiva para la
construcción del país del siglo
XXI; aún es necesario generar un
Nuevo Sentido Común de nación
que nos integre. Sólo reconocién-
donos en todxs las diversidades
como participantes de la identidad
nacional es que podremos encontrar-
nos e identificarnos, sólo de esta ma-
nera se puede frenar la violencia del
capitalismo y comunicarnos para ge-
nerar una Producción Socialista de
Sentido. Por eso también, es nece-
sario reconocer ese sentido comu-
53
 nista que viene desde abajo, del
pueblo trabajador-indígena, trans-
formador de la realidad y de nues-
tro país, para generar un nuevo sen-
tido común, comunitario y comu-
nista.
Solo así puede volverse plena la
identidad argentina, reconociendo
que también somos hijos de los
Ches y de las Morochas. Porque no
es casual el sobrenombre «Che» que
Bibliografía
prendió eternamente en el hombre,
Ernesto Guevara. La autoincorpo-
ración del apodo «Che», de ese nom-
bre de guerra, le llegó a Guevara
mientras construía su nueva perso-
nalidad luchadora, simbolizó el en-
cuentro de su identidad que termi-
nó con el individualismo y el capita-
lismo en su propio ser, para «evolu-
cionar» hacia el ser revolucionario.
Che, hombre, hombre-pueblo,
hombre-nuevo. Guevara sintetizaba
todo eso, nada menos y nada más
que lo que significa para los mapu-
ches, ranculches, tehuelches y todos
los argentinos: un hombre del pue-
blo, un CHE con todas las letras. Por-
que como dice Fidel, si queremos
que cuando crezcan nuestros niñxs
sean como el Che; para crecer como
nación Argentina también debemos
ser como las morochas, también
debemos ser como los Ches.

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54
La huelga general del 7 y 8 de enero
E
l 7 enero de 1936 cerca de
las 8 de la mañana el joven
canillita retornaba a la pa-
rada a buscar más diarios, se había
quedado «corto» con la cantidad y
debía completar el reparto.
En la parada estaba esperándo-
lo el mulato José, un muchacho
algo mayor, de unos 26 años, que
había sido su guía en el oficio de
vender diarios y le dijo:
- León, se armo una revolución.
-Muy bien -contestó León- que
hay que hacer.
Las «tareas» no fueron muy com-
plicadas pero si novedosas para un
«chico» de 17 años que todavía usa-
ba pantalones cortos2.
Había que subir a los tranvías
que, previamente, otros integran-
tes del «piquete» habían detenido
y vaciado de pasajeros, utilizando
fardos de diarios viejos prendidos
fuego, León participo en dos de
estos incendios.
Garantizado el «paro», el grupo
en donde estaba el mulato José y
otros vecinos concurrió a Nazca y
Arregui para participar en un acto
que congregó a entre 400 y 600 per-
sonas. Allí se improvisó una espe-
cie de escenario donde se sucedie-
ron varios oradores llamando a la
«huelga general de solidaridad con
los albañiles». Luego la gente fue re-
corriendo las calles invitando a los
comerciantes a cerrar las persianas
y adherir a la huelga, cuando se cru-
*Periodista
1
El presente trabajo está basado principalmente en el Libro: «La estrategia de la clase obrera 1936» de Nicolás Iñigo Carreras. Hay
también una cuota de recuerdos familiares que se me han trasmitido de manera oral a través de los años.
zaron con un ómnibus de la em-
presa La Columbia, que quiso es-
quivar el piquete. El micro no tuvo
mucha suerte ya que chocó con un
árbol al llegar a la calle Cuenca.
Alguien que estaba armado per-
foró las gomas del ómnibus de dos
disparos y la multitud lo volcó y
prendió fuego; vinieron los bom-
beros pero no los dejaron actuar.
Un camión de reparto de hela-
dos corrió la misma suerte y generó
un debate entre los organizadores:
-Los helados no se tocan, no so-
mos ladrones -dijo uno de los que
dirigía el piquete.
Otros lo miraron con mucho res-
peto por la firmeza de los ideales
del compañero, pero lo conven-
cieron de que los chicos que acom-
pañaban las acciones hacia meses
que no podían comprar un hela-
do. Finalmente, el de los principios
cedió, mientras los helados se re-
partieran en forma equitativa entre
los chicos.
El grupo cada vez más grande
seguía recorriendo las calles de La
Paternal, Santa Rita, Villa del Par-
que, Villa Mitre, etc. Eran barrios
de constitución reciente, las calles
eran de tierra y solo algunas de las
principales tenían adoquinado. La
mayoría de su población era tra-
bajadora que se iba asentando «del
otro lado del arroyo Maldonado»
(Hoy entubado bajo la avenida
Juan B. Justo).
por Gabriel Sarfati*
La policía local junto con los
bomberos había perdido el control
de la calle y para las 10 de la maña-
na se podría decir que las había
abandonado ante la fuerza de una
lucha popular de masas, los trans-
portes y el comercio también ha-
bían sido paralizados, aunque sus
representaciones gremiales no ad-
hirieran a la huelga.
Las acciones o enfrentamientos
registrados e identificados fehacien-
temente a partir de reportes perio-
dísticos (La Prensa, Crítica y La Van-
guardia) entre los días 7 y 8 de di-
ciembre fueron más de 170 y, ade-
más de los barrios mencionados,
abarcaron casi todas las barriadas
populares de la Capital Federal y el
Conurbano.
El Estado responde
Ya desde la mañana del 7 de di-
ciembre, se habían clausurado los
locales sindicales y se detuvo a gran
cantidad de dirigentes, incluido el
secretario general del Comité de
Solidaridad, Mateo Fossa. También
se habían allanado viviendas y de-
tenido a dirigentes políticos. Actua-
ron los pesquisas de Orden Social
y la inefable Sección Especial de Re-
presión al Comunismo.
Durante la mañana el Jefe de Po-
licía capitalino, Capitán de Fragata
Francisco Daneri, suspendió todos
los francos y empezó a organizar
55
 «Grupos de Choque» que cerca del
mediodía comenzaron a atacar a los
huelguistas. Los policías fueron
equipados con armas largas y ca-
miones provistos por la Municipa-
lidad y otros que usualmente se de-
dicaban al transporte de caudales,
que fueron provistos por los ban-
cos. También comenzaron a actuar
grupos parapoliciales atacando a
trabajadores que se desplazaban
hacia los puntos de concentración3,
a estos «niños bien», los denomi-
naba «nacionalistas» el diario Critica
y «fascistas» el diario La Republica.
El presidente General Agustín P.
Justo, quien se hallaba de vacaciones
en Ascochinga, Provincia de Cór-
doba, regresaría inmediatamente, y
el Ministro del Interior, Leopoldo
Melo coordinaría con las fuerzas de
la Provincia de Buenos Aires -don-
de también ocurrían enfrentamien-
tos aunque en menor medida-, y
también con la Dirección de Co-
rreos y Telégrafos, para controlar
las comunicaciones telefónicas.
El ministro de Guerra, General
Manuel A. Rodríguez, ordenó el
acuartelamiento de la Primera y de
la Segunda División asentadas en
Palermo y Campo de Mayo respec-
tivamente. Se envió también un ba-
tallón de la Dirección de Arsenales
para hacerse cargo de la custodia del
Departamento Central de Policía,
más otras unidades menores inclui-
dos conscriptos de la Armada.
3
La dirección gremial había resuelto puntos de encuentro para los que apoyaban la huelga general donde se realizarían pequeños actos
o mítines, para después converger en un acto central en plaza once cerca de las 16 horas.
4
Las prácticas gremiales en aquellos tiempos exigían el mandato de asamblea para cualquier decisión. Pero la mayoría opto por el
acompañamiento frente a la evidente situación de clandestinidad en que se hallaban los dirigentes del movimiento obrero.
56
El personal femenino del de-
partamento de Policía fue licen-
ciado y la Marina poco después
del mediodía también acuarteló a
sus hombres.
La cárcel de Devoto, donde
había huelguistas presos, recibió
junto con otras instituciones un re-
fuerzo de sus custodias por parte
del Ejército. Varios bancos, a pesar
de los refuerzos en su custodia, de-
cidieron retirar los fondos de las su-
cursales de la zona de conflicto en
previsión de intentos de saqueo.
A las 17 horas el Jefe de Policía
de la Capital dio una conferencia
de prensa donde manifestó,que
después de las 15 «el movimiento
había sido prácticamente domina-
do con la detención de varios ele-
mentos anarquistas y comunistas,
que operaban de conjunto con los
obreros». Lo que no dijo el Jefe de
policía fue que la mayoría de los
dirigentes políticos y gremiales ha-
bían sido detenidos en los locales
de sus agrupaciones o en allana-
mientos en sus casas, incluso se de-
tuvo a militantes políticos y gremia-
les que no tenían nada que ver con
la huelga, como los Socialistas, que
facilitaban sus locales para reunio-
nes u otras actividades de los tra-
bajadores en huelga.
Entre los detenidos estaba Gui-
do Fioravanti, Secretario del Co-
mité de Huelga, dirigente de la
FOSC (Federación Obrera de Sin-
dicatos de La Construcción) y mi-
litante del Partido Comunista.
El total de detenidos varía según
la fuente y va de varios centenares
según La Prensa, a tres mil según el
diario Crítica.
En la calle
A pesar de lo dicho por el Jefe de
Policía, cerca de las 16, hora fijada
para el acto central de la jornada que
se iba a realizar en Plaza Once y fue
prohibido por el gobierno, los en-
frentamientos entre la policía y los
partidarios de la huelga tomaron
nuevo ritmo, impidiendo la circula-
ción del transporte y la apertura de
los comercios. Recién después de las
20 los choques callejeros bajaron su
intensidad y algunos trenes muy
custodiados volvieron a circular.
Día 8: Continuidad de la
huelga
En situación prácticamente de
clandestinidad, los miembros del
Comité de Defensa y Solidaridad,
que quedaban libres, declararon la
continuidad de la huelga por la li-
bertad de los presos. La declara-
ción de la prolongación de la huel-
ga generó no pocos debates entre
las organizaciones obreras, muchas
direcciones tomaron decisiones
«forzadas» al no contar con un aval
de asambleas gremiales4.
 La Vanguardia, órgano del Parti-
do Socialista, además de adjudicar
lo que llamó «Lamentables inciden-
tes» a «agitadores ajenos a las filas
gremiales y a algunos inconscientes»;
daba por terminado el paro.
Más allá de las declaraciones y
oposiciones, la huelga continuo el
día 8 con 36 acciones realizadas por
los partidarios de la huelga5. En la
zona comprendida entre las calles
Nazca, Donato Álvarez, Gaona y
Avenida San Martin (200 manzanas)
el comercio permaneció cerrado.
La policía no lograba despejar las
calles a pesar del uso de armas de
fuego y de las detenciones, fueron
abundantes la cantidad de muertos,
heridos de bala y presos que se su-
maban a los del día anterior.
Lo que tampoco pudo evitar la
fuerza represiva era el ataque cons-
tante contra las vías del tren, que
motivó el cese del servicio ferro-
viario. El Gobierno intentó dar ga-
rantías para que los trabajadores del
riel retomaran las tareas, pero para
muchos ferroviarios la negativa
obedecía más a la solidaridad con
la huelga que a otra cosa.
Otra consecuencia de la huelga fue
el desabastecimiento que comenza-
ba a notarse en los comercios que
habrían sus puertas, en muchos ba-
rrios de la ciudad faltaban carne, le-
che y otros alimentos frescos.
5
Recordamos que las acciones de que se habla son de considerable envergadura y se hallan documentadas periodísticamente, otras
como corridas o rotura de cristales en forma individual o de pequeños grupos no son tomadas en cuenta.
6
Mi padre
7
Corriente sindical que enarbolaba no solo la independencia de los trabajadores de los partidos políticos, sino también casi un
apoliticismo vulgar.
El Fin de la huelga
Al mediodía del 8 de enero los
miembros del Comité de Defensa
y Solidaridad que no habían sido
detenidos se reunieron, y frente a
las promesas de reapertura de los
locales y liberación de los presos,
se decidió dar por terminado el
conflicto a partir de las 18 horas.
Al poco tiempo también la Fede-
ración de Sindicatos de la Construc-
ción decidió lo mismo.
La huelga general había sido un
éxito, los dirigentes gremiales
agradecían al proletariado porte-
ño la valentía y la firmeza demos-
tradas y llamaban a estar atentos,
para lograr el triunfo de los obre-
ros de la construcción e instaban al
gobierno a imponerle a las patro-
nales la aceptación de las deman-
das de los trabajadores.
Fin de dos días agitados
Un combate de masas, que los
Medios de ese entonces compara-
ron con la Semana Trágica de ene-
ro de 1919, ya que no existía en la
memoria colectiva otros hechos si-
milares, había concluido.
La pregunta que hoy surge es
porqué y de qué forma se había des-
encadenado esta huelga con carac-
terísticas insurreccionales, que llevo
a un humilde canillita, alejado total-
mente de la política (León Sarfati6),
entre otros, a alzarse contra el po-
der constituido. Otras preguntas
son quiénes eran esos dirigentes gre-
miales y políticos que interpelaron
a la clase obrera de su tiempo y qué
quedó de todo aquello.
Intentaremos de alguna manera
responder a estos interrogantes.
El gremio de los albañiles
La difusión del uso del hormi-
gón armado y la introducción de la
arquitectura racionalista generaron
una mayor industrialización de la
producción, que fue la base mate-
rial de la organización sindical por
rama y el abandono de la organi-
zación por oficio.
A principios de 1932, durante el
proceso de reorganización del Sin-
dicato de Resistencia de Obreros
Albañiles y Anexos, se enfrentaban
dos concepciones. Por un lado la
sostenida por el anarquismo, que
pretendía la organización por ofi-
cio, la acción directa como méto-
do de lucha y el rechazo a la inje-
rencia del Estado en la negociación
entre patrones y obreros. Por otro
lado comunistas, socialistas y sindi-
calistas7, quienes propiciaban la or-
ganización por rama y la intervención
del Estado en los conflictos.
57
 Hay que aclarar que la confron-
tación en el Movimiento Obrero no
se reducía a anarquistas y comunis-
tas solamente, porque había distin-
tas corrientes anarquistas, cuyo po-
sicionamiento era distinto y también
otras agrupaciones que terciaban en
la discusión por el sistema de orga-
nización gremial.
Camino a la huelga
Hacia 1933 se organizó el Sindi-
cato de Albañiles de Vicente Ló-
pez, los comunistas y sus aliados
ganaron su dirección, los anarquis-
tas los acusaron de estar en conni-
vencia con la policía y con caudi-
llos políticos de la burguesía local.
En localidades como Vicente
López y a partir de un trabajo ba-
rrial muy intenso, los comunistas
Guido Fioravanti8, Ángel Ortelli y
Miguel Burgas fueron elegidos en
asamblea como miembros de la
comisión administrativa del Sindi-
cato de Resistencia de Obreros Al-
bañiles y Anexos.
Los anarquistas que detentaban
en ese entonces la dirección del gre-
mio los expulsaron el 14 de enero
de 1935. Luego de un periodo de
discusiones, los expulsados funda-
ron el Sindicato de Obreros Alba-
ñiles, Cemento Armado y Anexos.
El 22 de julio de 1935 en una
asamblea impulsada por el Sindicato
de Pintores, que tenía su dirección en
manos de la Asociación Obrera Spar-
tacus9, se funda la FOSC, de la que
formaron parte albañiles, pintores,
yeseros, colocadores de mosaicos,
colocadores de vidrios, marmolis-
tas, parquetistas, electricistas y otros.
La industria de la construcción vi-
vía un ciclo expansivo luego del «crac
financiero de 1929», pero las patro-
nales se negaban a mejorar los suel-
dos y las condiciones de trabajo10.
También se daban atrasos en los
pagos y seguidilla de accidentes
como resultado de la falta de se-
guridad. La Siemens Baunion (Em-
presa de origen alemán) usaba ma-
tones de ultraderecha contra los
obreros en caso de conflicto. La
situación se tensaba día a día crean-
do las condiciones para la huelga.
El 8 de setiembre en una asam-
blea realizada en la Casa del Pue-
blo, local central del Partido Socia-
lista, se decidió presentar un pliego
de condiciones y el 20 de octubre
en otra asamblea en el Salón Gari-
baldi se decidió declarar la huelga
general si los empresarios no acep-
taban el pliego de condiciones.
Dicho pliego exigía el reconoci-
miento del sindicato, aumento de
salarios, fijación de horarios de tra-
bajo y medidas de seguridad. In-
cluso detallaba técnicamente como
construir los andamios para evitar
los accidentes que habían costado
gran cantidad de vidas.
La asamblea además designó el
comité de huelga donde aparecen
los ya nombrados militantes comu-
nistas, varios jóvenes que se desta-
carían como cuadros de dicho Par-
tido, entre ellos Iscaro y Chiarante.
Las empresas en general no con-
testaron el pliego de demandas y
haciendo un desconocimiento del
gremio, se limitaron a colocar un
cartel en las obras con el salario que
estaban dispuestos a pagar, muy por
debajo del pedido formulado.
Todos al paro
El 23 de octubre comenzó la
huelga con una asamblea en el Luna
Park, los únicos que se opusieron a
la misma fueron los anarquistas de
la FORA, los cuales fueron insulta-
dos cuando hablaron. La asamblea
ratificó la huelga y además del co-
mité ya designado, se organizaron
comités por barrio.
Los primeros tres días de huel-
ga contaron con la adhesión del
95% de los trabajadores, según el
boletín del Departamento Nacio-
nal del Trabajo11.

8
Guido Fioravanti fue uno de los mas destacados dirigentes comunistas, de origen italiano fue deportado en dos ocasiones en la
primera logro regresar y continuar su labor política escapando del fascismo. En la segunda estuvo preso en Italia hasta que fue liberado
por los partisanos. Fue luego intendente de su pueblo origen por varios periodos.
9
Era una organización de origen anarquista dirigida por Horacio Badaraco, los anarquistas «puros» los criticaban duramente por su
acercamiento al marxismo, muchos de sus miembros ingresaron posteriormente al Partido Comunista.
10
La desocupación generaba una mano de obra demandante que estaba dispuesta a trabajar hasta por la comida.
11
Antepasado del hoy Ministerio de Trabajo.

58
 El 15 de noviembre se realizó otra
gran asamblea en el Luna Park don-
de se sumaron a la huelga otras ra-
mas de la construcción, llegando a
parar más de 60.000 trabajadores,
extendiendo el paro hasta Monte-
video donde hubo manifestaciones
de solidaridad.
El Departamento Nacional del Tra-
bajo intenta mediar en el conflicto lla-
mando a reunión de partes para el
18 de noviembre, la patronal se nie-
ga a reconocer al gremio y atribuye
el paro a un grupo político que man-
tiene intimidados a los trabajadores.
Las patronales intentan compro-
meter al Presidente Agustín P. Jus-
to en la solución del conflicto no
logrando su objetivo, las empresas
pretendían que como había hecho
en un conflicto ferroviario, Justo
laude a favor de ellas declarando
excesivo el pedido de los obreros.
El Departamento del Trabajo in-
tenta una nueva reunión el 2 de di-
ciembre, la cual fracasa nuevamen-
te por la intransigencia de las em-
presas en reconocer al sindicato.
Piquetes y solidaridad
Desde los locales sindicales salían
todos los días grupos de trabaja-
dores a controlar la huelga, la resis-
tencia presentada por las patrona-
les y sus «carneros» resultaba en en-
frentamientos con la consecuente
intervención policial, producto de
ello, a 30 días de iniciada la lucha,
había 60 piqueteros presos en la
cárcel de Villa Devoto.
Los trabajadores presos eran rem-
plazados por activistas de otros
gremios, de tal manera de mante-
ner el enfrentamiento con los cru-
miros12 y la firmeza de la huelga.
Además de este tipo de solidari-
dad militante se hicieron todo tipo
aportes y colectas. Jugó un papel
fundamental la solidaridad diaria de
los vecinos. Los clubes y socieda-
des de fomento se transformaron
en comedores donde asistían miles
de obreros.
La solidaridad traspasaba inclu-
so las fronteras de las organizacio-
nes políticas, si bien los socialistas
no participaban orgánicamente de
la huelga se formaron núcleos de
jóvenes socialistas que apoyaban a
los trabajadores13. El periódico La
Vanguardia publicaba artículos dia-
rios de apoyo a la huelga.
La situación Política
El marco político general de la
década del 30 esta determinado por
dos hechos fundamentales: la crisis
económica mundial de 1929 y en
Argentina el golpe de Estado del 6
de septiembre de 1930.
La crisis de 1929 provocó un au-
mento exponencial de la desocupa-
ción, siendo la cifra oficial algo mas
de trescientos desocupados, sensible-
mente menor que la real denunciada
por diversas organizaciones.
El gobierno del General Uriburu,
surgido del golpe de Estado, se en-
saño especialmente contra los anar-
quistas y comunistas, aplicando in-
cluso la pena de muerte que se lle-
vó la vida de los anarquistas expro-
piadores Severino Di Giovani y
Paulino Scarfó14.
En 1932 la dictadura deja su lu-
gar, mediante el llamado «Fraude
Patriótico», al gobierno de la con-
cordancia15 que encabeza el Gene-
ral Agustín P. Justo.
Si bien la política de Justo fue si-
milar a la de Uriburu, el levanta-
miento del Estado de sitio permi-
tió la organización de los trabaja-
dores, creándose la CGT que agru-
paba a casi todas las corrientes gre-
miales con excepción de los anar-
quistas de la FORA.
La corriente Sindicalista con no
pocas relaciones con el gobierno de
Justo, mantuvo el control de la

12
Rompehuelgas.
13
Muchos de esos núcleos formarían después el Partido Socialista Obrero, escisión de izquierda del PS.
14
Hay que aclarar que no fueron los únicos militantes condenados a muerte y fusilados, y que en los casos en que se logró que la pena
fuera conmutada por prisión perpetúa la misma se llevaba a cabo en Ushuaia, en condiciones infrahumanas.
15
Uriburu buscó una salida rápida para retirarse de la presidencia. Los partidarios de un gobierno militar se agruparon alrededor del
general Agustín P. Justo, quien contaba con la adhesión del Ejército, y formaron una coalición: «La Concordancia». El factor principal fue
la decisión de no permitir el regreso del radicalismo al poder. Figuraban en esta alianza conservadores como Julio Argentino Roca,
disidentes radicales del anti personalismo como Roberto Ortiz, y personalidades de una escisión hacia la derecha del socialismo llamada
«Socialistas Independientes» como Federico Pinedo.

59
 CGT hasta que en 1935 los socialis-
tas, que avanzaron en varios gremios,
tomaron el control de la misma.
Los llamados «sindicalistas» pu-
ros mantenían «neutralidad» frente
al gobierno de la «Concordancia»,
es más, desde su proclamada inde-
pendencia sostenían que el radica-
lismo o la Democracia Progresista
eran lo mismo que el oficialismo
gobernante, ya que se trataba de dis-
tintas fracciones de la burguesía.
En 1935 se da uno de los hechos
más escandalosos en el gobierno de
la llamada «Concordancia» y es la
intervención en la Provincia de San-
ta Fe, que era gobernada por la
opositora Democracia Progresis-
ta16. La intervención fue resistida
con una huelga general por los tra-
bajadores santafesinos, convocada
por un acuerdo entre las direccio-
nes políticas de la Democracia Pro-
gresista, el PC, el PS y algunas frac-
ciones anarcosindicalistas.
La unidad lograda en Santa Fe
entre fracciones políticas y sindica-
les para resistir la intervención fue
para muchos analistas uno de los
preámbulos que lleva al desplaza-
miento de los llamados «sindicalis-
tas puros» de la CGT. Los trabaja-
dores socialistas, al igual que los co-
munistas, comenzaban a plantear la
idea del Frente Popular Antifascis-
ta y esto era resistido por los apolí-
16
Previo a la intervención es asesinado el senador Enzo Bordabehere en pleno Senado de la Nación, por un matón ligado al
conservadorismo.
17
Ese era el nombre anterior del actual club Argentino Juniors, ubicado en pleno barrio de La Paternal, cuyos hinchas tienen el apodo
de «Bichos Colorados.
18
Mateo Fossa era secretario de la Federación de los Trabajadores de la Madera y había tenido un destacado papel en una huelga librada
a comienzo de 1935 en dicho gremio.
60
ticos y contrarios a la participación
en elecciones.
La idea de la lucha contra el im-
perialismo y el fascismo crecía en-
tre los trabajadores hacia 1935, la
mayoría de los inmigrantes venia
huyendo de las persecuciones polí-
ticas del fascismo que avanzaba en
el centro de Europa, principalmen-
te en Alemania e Italia. Y las em-
presas de la construcción mayori-
tariamente ligadas a capitales alema-
nes e italianos estaban vistas como
tributarias del fascismo.
El Barrio
Un aspecto fundamental en la
organización de los trabajadores, lo
constituía sin duda el propio barrio,
era común cuando caía la tarde en
los meses de verano ver a la gente
en «camiseta» sentada en la vereda,
esto generaba un espacio de socia-
lización que motivaba expresiones
ante los huelguista como «Que que-
rés, que vayan a trabajar con la mi-
seria que les pagan», a lo cual suce-
día siempre la oferta solidaria de
distinto tipo.
Los clubes deportivos, produc-
to de la creación de militantes so-
ciales y políticos, tenían nombres
más que emblemáticos, como
«Mártires de Chicago 17 », y por
ejemplo, los equipos de futbol in-
formales tenían nombres como
Sportivo «sin laburo».
La situación económica, el frau-
de y los crímenes del gobierno dic-
tatorial y la represión iban creando
un clima general de bronca, que fue
sin duda el caldo de cultivo de la
reacción popular ante la declaración
de la huelga general solidaria.
El final del conflicto de la
Construcción
En diciembre se había forma-
do el «Comité de Defensa y Soli-
daridad» que dirigía Mateo Fos-
sa18, al mismo adherían 68 gre-
mios. Es este Comité el que de-
clara la Huelga General del 7 y 8
de enero, después de la última
asamblea realizada en el Luna Park
el 27 de diciembre.
El resultado de esta huelga ge-
neral fue que el ministro del Inte-
rior, Dr. Melo, decidió intervenir di-
rectamente en el conflicto, pues el
mismo había rebasado el límite de
lo social y se había convertido en
tema netamente político, lo cual
quedaba claro tanto para la socie-
dad como para el Gobierno.
La «Concordancia», hasta ese
momento, venia enfrentando alza-
mientos militares y presiones de par-
te del radicalismo, a las cuales venía
derrotando. Por su paerte, la acción
autónoma de la clase obrera marca-
ba un cambio en su agenda.
El 10 de enero el Ministro con-
vocó a su despacho a los empresa-
rios y prácticamente les ordenó que
modificaran los salarios mínimos
ofrecidos, y ese mismo día llamó a
los representantes de los obreros19
a quienes les prometió la reapertu-
ra de los comedores y los locales
sindicales y que los empresarios
aceptarían sus reclamos. El respon-
sable de la represión y el fraude, en
un alarde de cinismo les decía a los
trabajadores que reconocía la justi-
cia de sus reclamos, la delegación
obrera tuvo que contenerse varias
veces para no estropear le reunión20.
Al mismo tiempo se fracturaba
la unidad empresaria, una parte de
los empresarios pequeños y media-
nos formaron la Corporación Ar-
gentina del Ramo de la Construc-
ción y Afines (CARCA) y manifes-
taron su disposición a pagar los sa-
larios pedidos por los trabajadores.
Finalmente, el 23 de enero las
grandes patronales, ante un pedido
del propio presidente Justo acep-
taron el aumento salarial y en for-
ma indirecta reconocer al Sindicato.
Una asamblea realizada el mismo
23 de enero en el Luna Park acep-
tó la oferta patronal y levantó la
huelga. En dicha asamblea habla-
ron, entre otros, Paulino González
Alberdi por el Partido Comunista
y Horacio Badaraco por Spartacus
Alianza Obrera y Campesina.
19
Concurren los que se encuentran libres, recordemos que la mayoría estaba presa.
20
Declaraciones de Pedro Chiarante.
Un triunfo de la clase Obrera
La clase obrera organizada no
solo había conseguido un triunfo
reivindicativo, sino que había con-
seguido una verdadera victoria
política, haciendo que el propio
gobierno la reconociera como ac-
tor ineludible.
La FOSC se había erigido como
auténtica representación de los tra-
bajadores de la construcción y
también como representación ge-
nuina de los trabajadores en gene-
ral, y es desde allí donde se plan-
tea la entrada en la CGT, que la
incluye incorporando a dirigentes
comunistas por primera vez a su
dirección.
La línea sostenida tanto por los
comunistas como por la Asocia-
ción Spartacus se había impuesto
al sectarismo del anarquismo fo-
rista y al reformismo de elemen-
tos del socialismo y de los llama-
dos sindicalistas puros.
La nueva conformación de la
CGT sería la que llamaría a la cons-
titución de un frente popular en el
acto del 1º de Mayo de 1936. La
idea era lograr el reconocimiento
como fuerza democrática y poder
enfrentar en elecciones libres al go-
bierno de la concordancia alinea-
do con el imperialismo.
Esta idea de frente popular para
los revolucionarios tenía que tener
en su seno a la clase obrera y den-
tro del mismo, mientras se enfren-
taba al enemigo principal, lograr la
hegemonía sobre el conjunto.
El frente estaba basado en la au-
tonomía de la clase obrera como
base para la unidad con otras frac-
ciones no proletarias y para accio-
nar a la vez en el plano de la lucha
social. Para otros integrantes de la
clase no alineados en posiciones re-
volucionarias, el frente planteado
era solo un medio para lograr la
ciudadanía plena, que el gobierno
dictatorial les negaba.
El sistema responde
Si la alta burguesía local, que re-
partía sus simpatías entre el blo-
que imperialista anglo-yanqui y el
imperialismo fascista europeo con
base en Alemania, no estaba dis-
puesta a tolerar la vuelta de una
burguesía reformista como la en-
carnada por el «yrigoyenismo»,
menos estaba dispuesta a aceptar
un «Frente» que contuviera en su
centro a la clase obrera organizada
en forma autónoma.
El gobierno va usar todas sus ar-
mas para desarticular a la FOSC y la
Ley de Residencias será una de ellas,
logrando deportaciones masivas in-
cluidas la de Guido Fioravanti.
La búsqueda de legalidad de las
fuerzas revolucionarias va a ser trun-
cada una y otras vez y, fraude me-
diante, se va imponer otra vez la
«Concordancia» en las elecciones de
1938, con la formula Ortiz-Castillo.
61
 La otra respuesta del poder
Claro esta que si uno amplía el
periodo de análisis, ante el triunfo
URSS en la Segunda Guerra mun-
dial y el surgimiento de un bloque
de países socialistas, la respuesta
para la clase obrera no podía ser
solo el garrote, como en el golpe
del ´43, cuando el fraude se agota-
ba. Había que ceder algo para no
perderlo todo y la respuesta fue la
integración subordinada a la bur-
guesía, derechos y ciudadanía sí,
pero mientras se reconociera la pre-
eminencia del capitalismo y se re-
nunciara a toda autonomía.
Obviamente eso fue el peronis-
mo, por lo menos el concebido
21
El vandorismo tiene su discurso del método que puede condensarse en una frase: «El que molesta en la fábrica, molesta a la UOM;
y el que molesta a la UOM, molesta en la fábrica» Rodolfo Walsh.
62
desde una fracción de los sectores
dominantes.
Sin embargo está viva
La clase obrera argentina va a
perder en gran parte su autonomía
sometida a la burocracia sindical,
pero igual seguirá latiendo en su
seno la idea de convertirse en clase
dirigente, impulsando distintos
agrupamientos durante la llamada
resistencia peronista, enfrentando al
«vandorismo21» y resurgirá plena-
mente durante el ciclo iniciado con
el Cordobazo.
La respuesta a las luchas de fina-
les de los sesenta y comienzos de
los setenta pasó por diversas eta-
pas hasta la dictadura del 76, la cual
trató directamente de exterminar-
la, no solo a su dirección combati-
va, sino que planteó un modelo de
país en el cual no existiera dicha clase.
Desde aquel momento hasta el
presente la historia no se detuvo y
hoy la clase tomo cuerpo exigien-
do el paro general. Al momento de
escribir esta nota el paro general fue
convocado para el 6 de abril, por
una clara presión de las bases obre-
ras ante las vacilaciones de una di-
rección burocrática.
Los caminos para la clase obrera
siguen abiertos: o subordinación a
alguna fracción de la burguesía o
autonomía, la respuesta para esta
etapa no esta escrita.
Sobre la dinámica del trabajo enajenado
E
n el primer manuscrito, sec-
ción XXII, Marx trata el
«trabajo alienado»; este con-
cepto, alienado, proviene del latín
«alienus», ajeno, y Marx utiliza indis-
tintamente «alienado» y «enajenado».
Fundamenta que la economía
política clásica -es decir, burguesa-
no muestra la esencia de la propie-
dad privada, de sus procesos inter-
nos. Ella habla sólo de sus circuns-
tancias exteriores, que no son otra
1
Presidente del Partido Comunista de la provincia de San Juan. Responsable del CEFMA San Juan.
cosa que la expresión de un nece-
sario desarrollo.
De lo que se trata, dice Marx, es
de comprender el encadenamien-
to esencial que liga a la propiedad
privada con la acumulación de ca-
pital, con la separación entre el tra-
bajo, el capital y la propiedad; en-
tre el cambio y la competencia, el
valor y la depreciación del hom-
bre, es decir, el vínculo entre toda
esta alienación («Entfremdung», en
por Rogelio Roldán*
alemán) con el sistema del dinero.
Para no hacer como el econo-
mista que, cuando desea explicar
algo, se coloca en un «estado origina-
rio íntegramente fabricado», que nada
explica; dice: «nosotros partimos de un
hecho económico actual».
Explica que el obrero se vuelve
tanto más pobre cuanta más rique-
za produce, cuanto más crece en
volumen y en poder su produc-
ción. La depreciación del mundo
63
 de los hombres aumenta en razón
directa al incremento del mundo de
las cosas. El trabajo del obrero pro-
duce no solo mercancías, se pro-
duce a sí mismo y produce al obre-
ro como mercancía.
O sea que el objeto que el traba-
jador produce, su producto, lo en-
frenta como un «ser extraño, como un
poder independiente del productor» (su-
brayado de Marx). Esto es la obje-
tivación del trabajo, la pérdida de
realidad del obrero, la servidum-
bre al objeto (producto), esto es la
alienación como desapropiamien-
to. Dice Don Carlos: «La realiza-
ción del trabajo revela ser una pérdida
de realidad a tal punto, que el obrero
pierde su realidad hasta morir de ham-
bre». El obrero, mientras más ob-
jetos produce, menos puede po-
seer y más cae bajo la dominación
de su producto: el capital. Esto es
así porque el proceso productivo
capitalista pone al obrero, con res-
pecto al producto de su trabajo,
igual que frente a un objeto extra-
ño, lo desapropia.
El producto, al ser exterior al
obrero, es algo al margen de él, o
sea, su trabajo y su producto se
convierten en un poder autónomo
frente a él, la vida que ha dado se le
opone, se hace hostil a él.
En la sección XXIII explica que
el trabajo no puede existir sin la
naturaleza, que le proporciona los
medios para producir y también los
medios de subsistencia del obrero
mismo. El obrero se apropia de la
naturaleza, del «mundo exterior sensi-
ble», como dice Marx, para conver-
tirla en producto del trabajo, pro-
ducto que ya vimos le es ajeno, por
64
lo tanto se convierte en esclavo de
él. Primero, porque le debe su exis-
tencia como obrero y, segundo,
porque se la debe como sujeto físi-
co. Lo más contradictorio y com-
plejo de esta servidumbre es que
solo su calidad de obrero le per-
mite conservarse como sujeto físi-
co, y solo como sujeto físico es
obrero. Insisto, sujeto físico que está
encadenado al proceso productivo,
y fuera de él no puede existir. De
aquí se infiere la tremenda contra-
dicción entre trabajo manual y tra-
bajo intelectual, que se expresa en
que, en las condiciones del capita-
lismo explotador y opresor, sólo
los que producen trabajo intelec-
tual pueden ser hombres -seres hu-
manos- en el sentido más preciso
del término: acceden a desarrollar-
se humanamente por medio de la
información, el estudio, el conoci-
miento, el acceso a la cultura artís-
tica, etcétera.
El propio desarrollo de la pro-
ducción crea máquinas para reem-
plazar el trabajo, pero arroja a
parte de los obreros a un traba-
jo de bárbaros, y al resto los con-
vierte en máquinas de producir.
Genera espiritualidad para los
que gozan del producto, pero cre-
tinismo e imbecilidad para los
obreros, y en la actualidad ese de-
sarrollo genera exclusión, es decir,
desempleo que arroja a masas más
y más grandes de obreros -y de
otros sectores populares- fuera del
«mercado» capitalista, a la exclusión
y la marginalidad.
Dice Marx: «La relación inme-
diata del trabajo con sus productos es
la relación del obrero con los ob-
jetos de su producción». La rela-
ción del capitalista con esos obje-
tos y con la producción misma no
es nada más que una consecuencia de
esa primera relación.
La alienación aparece no solo en
el resultado del trabajo, sino tam-
bién en el acto de la producción,
en el interior de la actividad pro-
ductiva misma. Como el trabajo es
exterior al obrero, él no se afirma,
sino que se niega en el mismo. Es
trabajo impuesto -no libre-, es
trabajo forzado; no es la satisfacción
de sus necesidades como hombre
integral, sino que es solo un medio
de satisfacer algunas necesidades al
margen del trabajo (debe trabajar
para reproducirse para poder seguir
trabajando..., como el caballo de la
noria, atado por siempre a la cade-
na y dando vueltas sobre sí mismo).
Por último, la alienación en la ac-
tividad productiva se manifiesta en
que no es el trabajo un bien propio
de sí, sino un bien de otro, o sea, en
el trabajo el obrero no se pertene-
ce a sí mismo, sino que pertenece a
otro, es la pérdida de sí, es la enaje-
nación de su producto... y de él
mismo. Queda reducido a comer,
dormir y procrear para asegurarle
descendencia -prole- (de ahí lo de
«proletariado») al patrón, a la clase
patronal, que reinicia el ciclo: la re-
producción ampliada del capital. Esas
funciones, que son funciones huma-
nas, al quedar abstraídas, enajenadas,
se reducen a la subsistencia animal.
Entonces, primero la alienación de
la cosa (del producto de su traba-
jo), luego la alienación de sí mien-
tras produce: su creatividad se vuel-
ve castración.
 capitalismo=involución
En la sección XXIV explica
cómo el trabajo alienado vuelve
extraños, ajenos al hombre, prime-
ro a la naturaleza y luego al hom-
bre mismo. Hasta la vida aparece
como medio de subsistencia, y no
como actividad vital.
El animal se identifica de modo
directo con su actividad vital, no se
distingue de ella: es esa actividad
vital. El hombre hace de su activi-
dad vital misma el objeto de su
voluntad y de su conciencia. Posee
una actividad vital conciente. No es
una determinación con la que se
confunde de modo directo. La ac-
tividad vital conciente distingue en
forma directa al hombre de la ac-
tividad vital del animal. Precisa-
mente por eso, y solo por eso, es
un ser genérico: cada hombre in-
dividual representa al Hombre
como género. O bien, sólo es un
ser conciente. Dicho de otro modo,
su propia vida es para él un obje-
to, precisamente porque es un ser
genérico. Solo por ello su actividad
es actividad libre.
El trabajo alienado trastoca la re-
lación de manera tal que el hom-
bre, debido a que es un ser con-
ciente, es obligado a hacer de su
actividad vital, de su esencia, nada
más que un medio de existencia.
Vale decir, se animaliza, se reduce a
una existencia animal: el hombre se
ha vuelto extraño al hombre.
En la sección XXV explica que
partimos de un hecho: la alienación
del obrero y de su producción.
Bien, veamos cómo esto debe ex-
presarse y representarse en la reali-
dad. Puesto que el producto del
trabajo es extraño, ¿a quién perte-
nece? y, puesto que la propia activi-
dad del obrero le es extraña, lo en-
frenta con un poder extraño, ¿a
quién pertenece? A un ser distinto
del obrero. ¿Quién es este ser? Otro
hombre, que no es el obrero, es el
dueño; no solo del objeto que pro-
duce el obrero, sino también de su
actividad productiva.
Esta relación del obrero con el
dueño es real y objetiva, está ligada
con la relación de ese dueño del tra-
bajo con respecto a éste; y se expresa
65
 a través de la propiedad privada.
Esta es el resultado, la necesaria
consecuencia del trabajo alienado,
de la relación exterior del obrero
con la naturaleza y consigo mismo,
con su actividad vital.
Entonces, el trabajo alienado es
el resultado del movimiento de la
propiedad privada. En este análi-
sis la propiedad privada aparece
como la razón, la causa del trabajo
alienado, más bien es una conse-
cuencia de éste, es decir -más tar-
de- esta relación se trueca en ac-
ción recíproca. Solo en el punto
culminante del desarrollo de la
propiedad privada vuelve a apa-
recer este «misterio» que es inheren-
te a ella; por una parte, que la pro-
piedad privada es producto del
trabajo alienado y, por otra, que es
el medio por el cual el trabajo se
aliena: la propiedad privada es la
realización de esa alienación.
Esto nos lleva a plantearnos que
de la relación del trabajo alienado
con la propiedad privada resulta
que la emancipación de la socie-
66
dad respecto de la propiedad pri-
vada y de la servidumbre que ella
implica, se expresa en la forma
política de la emancipación de los
obreros, no como si sólo se trata-
ra de su emancipación, sino por-
que ella implica la emancipación
universal del hombre, y una está
contenida en la otra (este concepto
aparece, cuatro años después, de-
sarrollado con toda profundidad,
y convertido en programa político
histórico independiente del proletaria-
do, en el «Manifiesto del Partido
Comunista»; Marx &Engels, Berlín,
febrero de 1848, Dietz-Verlag).
Luego, estamos en la sección
XXVI, Marx se pregunta cómo el
hombre llega a alienar su trabajo,
a volverlo extraño. Para respon-
derse este problema ha sido dado
un gran paso al transformar la
cuestión del origen de la propie-
dad privada en la cuestión de la re-
lación del trabajo alienado con la
marcha del desarrollo de la huma-
nidad. Porque cuando se habla de
la propiedad privada se piensa que
tiene que ver con una cosa exterior
al hombre. Y cuando se habla de
trabajo, directamente tiene que ver
con el hombre mismo. Esta nueva
forma de plantear el problema im-
plica, desde ya, su solución.
Esto es así porque conlleva el
concepto de historicidad. La alie-
nación del trabajo es un estadio
necesario del desarrollo humano;
tiene, además, origen histórico. La
propiedad privada surgió de la
alienación del trabajo, por lo tan-
to, también es histórica. Enton-
ces, ambas son fases del desarro-
llo de la humanidad y un día se-
rán superadas.
Quiere decir, cuando hablamos
de históricas, que no son eternas
e inmutables, están en relación di-
recta al resultado de la lucha de
clases. Dicho de otro modo, am-
bas serán históricamente supera-
das -desaparecerán- por una pro-
piedad verdaderamente humana
y social cuando la lucha de clases
se resuelva en revolución socialis-
ta y comunista.
 dossier

Fidel,
el hombre
nuevo
67
 Introducción al pensamieno
de Fidel Castro
E
n estos días, podemos afir-
mar que hablar de Fidel
Castro es hablar del esta-
dista y revolucionario que mejor ha
comprendido la esencia del mons-
truo imperialista y el peligro que re-
presenta para la humanidad.
Fidel es el marxista que chocó
permanentemente con el principal
poder mundial del capitalismo que
son los EEUU, el principal poder
desde el Imperio Romano, enfren-
tó a 12 administraciones norte-
americanas y las puso en proble-
mas a todas, por eso una de las
principales ideas para recordar a
Fidel es su consecuencia en la lu-
cha antiimperialista y anticapitalis-
ta, el podía decir: conozco al
monstruo porque lo he enfrenta-
do durante 60 años.
Y a este monstruo lo confrontó
al frente del heroico pueblo cuba-
no en todos los terrenos, sopor-
tando el bloqueo, derrotándolo en
Playa Girón y en los últimos tiem-
pos, consagrando su larga lucha
contra las administraciones norte-
americanas dándole, a lo que po-
dríamos llamar la maniobra del
1
Presidente del Partido Comunista de la Argentina
68
«hermano Obama» con el restable-
cimiento de las relaciones entre
ambos países, el tratamiento diplo-
mático más elevado al mismo tiem-
po que llevó adelante la más bri-
llante defensa de la revolución.
Para llevar adelante esta defensa
de la Revolución a los largo de 60
años, podemos decir que Fidel en-
carnó muchas de las características,
de los atributos que conforman al
«hombre nuevo», que moldearon a
esta personalidad única y forman
parte del legado que nos ha dejado.
Veamos algunas de ellas.
-La importancia que siempre le
dio Fidel al tema de la Unidad.
Desde sus épocas de dirigente es-
tudiantil en la Universidad de La
Habana, Fidel trabajó pacientemen-
te para lograr la unidad de quienes
se oponían a Batista, trabajo que
continuo incesantemente en todo el
proceso revolucionario y luego del
triunfo de la revolución proyectán-
dolo a la unidad de América Lati-
na y el Caribe.
-La importancia de la Ética que
debe tener todo revolucionario, ele-
vándola al nivel de Razón de Esta-
por Patricio Echegaray*
do. Siempre sostuvo que el fin no
justifica los medios, como sostienen
muchos políticos burgueses. Si no
hay respeto a los principios éticos
se pierde autoridad moral y sin au-
toridad moral es imposible llevar a
cabo una revolución.
-El desprendimiento que siempre
caracterizo a Fidel y a la revolución
cubana. Cuba en su acción solidaria
internacionalista ha dado mucho y
no lo que le sobraba, muchas veces
incluso lo que le faltaba.
-Este desprendimiento fue siem-
pre de la mano de la Coherencia,
llevada también desde lo personal
a valor de la revolución, poniendo
siempre los principios por encima
de los intereses.
-Para llevar esto adelante, Fidel
siempre tuvo en claro que debía
impulsar estos valores con el Ejem-
plo Personal. No exigir nunca lo que
no se está dispuesto a hacer perso-
nalmente, concepto básico para
cumplir el rol de jefe en un Partido
de vanguardia, poniendo siempre a
la Verdad por encima de todas las
cosas y entendiendo a la revolución
como un acto de amor y como
ausencia total de odio. En este sen-
tido Fidel sostenía la Modestia en
el éxito y la valentía y estoicismo en
la derrota, asegurando que la de-
rrota no es tal hasta que se acepta.
-La enorme Sensibilidad de Fi-
del para los temas sociales y para
relacionarse con las personas. El
solía decir: «Me interesan los hom-
bres más que los cargos. Me intere-
san más cuando están fuera de los
cargos». Para esto era fundamental
su Modestia y la ausencia total de
vanidad con que se manejaba.
-Algo que debemos destacar es-
pecialmente es la importancia que
Fidel le daba a la formación. No
debemos olvidar que Fidel y sus
compañeros representan el valor
del rol de la juventud en la Revolu-
ción. Sostenía que el deber de un
político revolucionario es aprender,
como buen leninista valoraba la
praxis política, la relación dialéctica
entre práctica y teoría revoluciona-
ria, valoraba la curiosidad, la lectu-
ra y el estudio imponiéndose una
autoexigencia y rigor personal en la
búsqueda del ideal de la perfección.
Tarea de todo revolucionario, por -Se debe destacar también como -Y una enseñanza de Fidel que de-
eso tenía un fuerte valoración del va- Fidel abordó los temas del poder bemos tener muy en cuenta, es su
lor y la fuerza de las ideas como con- y de la metodología revoluciona- concepción del Antiimperialismo
tinuador de la tradición martiana. ria. Siguiendo a Mariátegui en lo de como núcleo ideológico de la re-
-Fidel fue un gran humanista po- creación heroica de los pueblos, se volución latinoamericana. Fidel le
niendo en práctica el Humanismo nutre de las experiencias de la Re- dio a Cuba a través de la revolu-
filosófico del marxismo, el huma- volución Rusa, de la Revolución ción y el socialismo la idea más fuer-
nismo proletario como sostenía China, de las luchas de liberación te de identidad nacional, esto ha sido
Aníbal Ponce. Este estaba profun- nacional cubana contra el imperio fundamental para enfrentar al enemi-
damente presente en la personali- español creando una nueva meto- go. Sin duda Fidel sintetizó como na-
dad de Fidel, no solo como valo- dología de conquista del poder die las ideas de socialismo y patria.
ración y respeto a la humanidad sino para la primera revolución realiza- Y estas ideas Fidel las irradio
como capacidad de escapar a los da en Occidente. en el plano internacional impul-
roles establecidos de descender del -Para esto es fundamental la vo- sando un Internacionalismo inte-
lugar del mito en que querían colo- luntad de avanzar constantemente gral: Político, cultural y militar, en
carlo con la capacidad de ponerse en el proceso revolucionario, esto todos los continentes.
en el lugar del otro. lo llevó a buscar profundizarlo en Un ejemplo de esto es el papel
-Por eso su Aspiración a la justi- vez de retroceder ante los ataques del central que jugó en la firma de los
cia para todos como visión de una imperialismo, declarando finalmente acuerdos entre el gobierno colom-
sociedad socialista resulta central. el carácter socialista de la revolución biano y las FARC, con la instalación
Justicia no solo como equidad en la cubana y desarrollando la construc- de la mesa de negociaciones de La
distribución económica sino en la ción del Poder Popular, por ejemplo, Habana, un paso decisivo para que
distribución del acceso a la cultura. a través del trabajo de los CDR. el horizonte de la paz en Colombia
69
 se vea como un poco más posible.
Recuerdo que en uno de mis en-
cuentros con Fidel, al regresar de
un viaje a Colombia donde me re-
uní con Marulanda, me encontré
con Fidel en Cuba y le conté que
Marulanda estaba lanzando un plan
de sustitución de cultivos, ante esto
le dije: necesitamos que usted pon-
ga su inteligencia en este tema para
ver cómo encararlo, como hacer
que se entienda. Fidel pensó un
momento y me dijo: «Anda a ver a
Marulanda y decíle que para que ese
proyecto camine, es necesario que
las madres norteamericanas perci-
ban, entiendan que la propuesta de
la izquierda es la que mas va a pro-
teger a sus hijos del peligro de la
droga». Una muestra de cómo
manejaba Fidel la cuestión con los
EEUU, que eran sus rivales, dife-
renciando siempre al pueblo de la
elite gobernante.
Con sus palabras y su práctica
revolucionaria Fidel ha iluminado
los procesos de liberación, ponien-
do en práctica su concepción de
que la solidaridad internacionalista
es un principio inalienable que ejer-
cemos los comunistas. Fidel fue
siempre consciente de que la revo-
lución es nacional por su forma e
internacional por su contenido.
Por eso, al hablar de Fidel, un ele-
mento central pasa por destacar la
profundidad del pensamiento y del
espíritu del hombre que, asaltando
el cuartel Moncada, abrió los pro-
cesos de segunda independencia
americana al punto de que supo
transformarse de acusado en acu-
sador y plasmó, en La historia me
absolverá, un programa de enorme
actualidad para la liberación de
nuestros pueblos, en una obra que
podemos calificar como el primer
documento político de carácter
universal en América Latina.
No podemos olvidar, en este
momento de reconocimiento, que
fue él quien nos alertó y nos ayudó
70
a luchar contra la deuda externa,
entendiéndola como un arma del
arsenal de los poderosos contra
nuestros pueblos.
Él vio la crisis que enfrentaba el
capitalismo, y no dudó en caracte-
rizarla como la crisis civilizatoria de
una sociedad basada en la explota-
ción del hombre por el hombre y
que ponía a la humanidad en ries-
go de extinción.
Nos impulsó a librar la batalla de
ideas como un camino por la lucha
del poder revolucionario, socialista,
con especial énfasis tras el derrum-
be de la URSS y el auge del autode-
nominado «pensamiento único».
Dando ejemplo de consecuencia
con los intereses de su propio pue-
blo nos impulsó a ser fieles en la
lucha por la liberación nacional y
social. En este sentido, siempre
expresó su afecto por la Argenti-
na y mantuvo firme su solidari-
dad con nuestros reclamos por las
Islas Malvinas.
Por eso, como precursor e im-
pulsor de los procesos de libera-
ción, al mismo tiempo que ha cele-
brado e impulsado cada uno de los
avances de nuestra región, siempre
nos dijo que todo proceso de libe-
ración nacional enfrenta los límites
del sistema capitalista y necesita de-
batir sobre la necesidad de una pers-
pectiva poscapitalista, el socialismo.
Sin embargo, creemos que nun-
ca fue tan grande y digno de ad-
miración como cuando ante la de-
rrota del llamado socialismo real,
se puso al frente de su pueblo y de
todos los pueblos del mundo que
enfrentaron la contrarrevolución
conservadora.
El nos advirtió tempranamente
de que tras la agresividad y la so-
berbia imperial asomaba la crisis
del sistema capitalista. Que este no
tiene respuesta estratégica para los
problemas energéticos, económi-
cos, ecológicos y financieros que
amenazan la salud del planeta y
ponen en peligro a la propia hu-
manidad.
Esto quedo plasmado en la
«Carta abierta a las fuerzas revolu-
cionarias y progresistas», conocida
como la Carta de los 5, dada a
conocer en marzo de 1990.
En la misma, con el impulso y la
inspiración de Fidel, realizamos un
análisis de enorme vigencia política
que reivindica al marxismo como
herramienta de análisis y que hoy,
observando las tragedias que el
poder capitalista derrama sobre el
mundo, nos pone nuevamente ante
el desafío de, reivindicando los
ideales comunistas, avanzar firme-
mente en la construcción de una
sociedad más justa, por el camino
del socialismo.
Consecuente con su línea ac-
ción, Fidel fue uno de los princi-
pales impulsores de los sucesos
de Mar del Plata, donde en el año
2005 se logró impedir la manio-
bra del imperio que buscaba im-
poner el ALCA.
Fidel nos enseñó que la dignidad
de nuestros pueblos y el ejemplo
de líderes como José Martí y Er-
nesto Che Guevara son un arma
esencial en los procesos de libera-
ción nacional y social.
Hoy, ante la muerte de Fidel se
desata un nuevo momento del de-
bate simbólico, geopolítico, cultu-
ral y de política revolucionaria en
momentos de agudización de la
crisis capitalista.
Sabemos que comenzará una lu-
cha muy dura para desacreditar a
Fidel, a través de sofisticados ata-
ques que buscan resucitar los enfo-
ques posmodernos del fin de las
ideologías, de la revolución. Debe-
mos tener mucho cuidado en nues-
tro país con estos enfoques que ya
sufrimos en los 80 y los 90, son
enfoques que quieren mellar nues-
tra lucha revolucionaria y a Fidel
como símbolo de la revolución.
Frente a esto, necesitamos cada
vez más un horizonte revoluciona- vida. Fue el hombre que más aten- estar cada vez más presente en nues-
rio, ante la incapacidad del capita- tados y complots contra su vida tro acerbo revolucionario.
lismo para solucionar problemas, enfrentó por parte del imperio, Por esto y mucho más, le damos
es más, es el responsable de crear- 638 atentados y no pudo ser eli- las gracias a Fidel por ser el gran
los para toda la humanidad. minado como lo hicieron con Le- inspirador de las lucha por la se-
Por eso aseguramos que su ejem- nin, Rosa Luxemburgo, el Che, gunda y definitiva independencia
plo y su dignidad representan un Hugo Chávez… de nuestros pueblos, y por haber
luminoso faro con el cual nos guia- Fidel irradio con su ejemplo mu- defendido siempre, como manifes-
mos en el camino de la revolución chas de las características que deben tó sobre la lucha de los soldados
y la liberación de nuestros pueblos. tener todo revolucionario y revolu- soviéticos en la segunda guerra
Fidel se queda, no se puede ir, cionaria, y ese es su legado. Por eso mundial, nuestro derecho seguir
porque queda la obra y el ejemplo Fidel no solo se queda, sino que debe siendo marxistas leninistas.
de quien encarnó las virtudes del
hombre nuevo, la honestidad, la
solidaridad, cosa que debemos va-
lorar mucho.
Si bien la praxis de Fidel es tan
extensa y profunda que colma la
curiosidad y el interés de cualquier
analista por exigente que sea, es ne-
cesario percatarse del enorme cau-
dal de construcción teórica que
contiene, aportando los insumos
teóricos esenciales para las exigen-
cias que tenemos que afrontar los
marxistas en estos tiempos. Como
decía Lenin: nada más práctico que
una buena teoría.
Fidel murió, invicto, a los noven-
ta años tras una larga y fructuosa

Fidel, guerrillero de
todos los tiempos por Atilio Boron*

H
ablar sobre Fidel a pocos
meses de su muerte requie
re de un laborioso esfuer-
zo psicológico. Tal vez una peque-
ña anécdota personal ayude a com-
prender lo que estoy diciendo. Ha-
bía participado de la Conferencia
de la Asociación Americana de Ju-
ristas que tuvo lugar en la Univer-
sidad de La Habana y estaba en esa

1
Sociólogo
71
 ciudad cuando falleció el Coman-
dante. Era cerca de la medianoche
y preparaba mi maleta porque a las
cuatro de la mañana debía presen-
tarme en el aeropuerto para em-
prender mi viaje de regreso a la
Argentina, de donde había partido
casi tres semanas antes en un largo
periplo que me llevó por varios
países de Centroamérica y el Cari-
be. Distraídamente había encendi-
do el televisor sin prestar mayor
atención a lo que decían los perio-
distas que estaban en pantalla. De
pronto se interrumpió la transmi-
sión y, si previo aviso, se escucha-
ron los primeros compases de «La
Bayamesa». Quedé petrificado, te-
miendo que algo malo estaba ocu-
rriendo. Lo primero que pensé fue
en una agresión de Estados Unidos,
un manotazo final lanzado por
Obama para «resolver el problema
cubano» y dejarle servida en ban-
deja la isla rebelde a su sucesor. Al
aparecer Raúl y escuchar que inicia-
ba su discurso diciendo que «con
profundo dolor comparezco para
informar a nuestro pueblo» recién
en ese momento un relámpago cru-
zó mi mente y se me ocurrió pen-
sar que quizás había pasado algo
malo con el Comandante. Que se
hubiera agravado su condición, que
hubiera ocurrido un accidente y que
estaba en terapia intensiva. Pero
¿morirse Fidel? Imposible, jamás.
¿Cómo se iba a morir si Fidel era la
personificación viviente de Nuestra
América? Su deceso equivalía a que
alguien anunciara que un tremendo
cataclismo geológico había arrasa-
do con esta parte del mundo, aho-
ra sumergida para siempre en las
72
profundidades de los dos océanos
que la flanqueaban. Así lo entendí
al ver por primera vez a Fidel en
Santiago de Chile, en la calurosa tar-
de del 10 de Noviembre de 1971
cuando, parado en un auto desca-
potable al lado de su amigo y ca-
marada Salvador Allende, lo vi pa-
sar a marcha lenta, por la avenida
Costanera, junto a miles y miles de
santiaguinos. Lo tuve allí, a menos
de dos metros saludando a quienes
habíamos ido a recibirle con des-
bordante emoción, y al hacerlo, al
dirigir su mirada y su saludo al gru-
po de estudiantes con quienes com-
partía ese inolvidable momento,
tuve la sensación de que quien esta-
ba frente a nosotros no era un hom-
bre, un simple mortal, sino uno de
aquellos héroes de la mitología grie-
ga, un Aquiles u Odiseo que emer-
gía en el Caribe e irrumpía con su
uniforme verde olivo en el Chile
de Allende para ver con sus pro-
pios ojos lo que luego, en su céle-
bre discurso en la Universidad de
Concepción, definiría certeramen-
te como «el inicio de un proceso
revolucionario.» Esa percepción ju-
venil de un Fidel inmortal, un Fidel
América Latina y el Caribe, un Fi-
del Tricontinental, marcada a fue-
go en mi juventud, se desmoronó
pocos segundos después cuando,
continuando su alocución, Raúl
anunció el fallecimiento del Coman-
dante. Sólo allí tomé conciencia de
que este «ser de otro mundo» tam-
bién lo era de éste, y era mortal.
Que había sobrevivido a 638 ten-
tativas de asesinarlo y que sin em-
bargo algún día tendría que morir-
se. Pese a eso era una noticia ines-
perada; más probable era el anun-
cio de que Obama había emitido
una orden ejecutiva declarando que
Cuba era una amenaza a la seguri-
dad nacional de Estados Unidos
que la muerte de Fidel. Claro, todo
revuelto en mi cabeza porque mi
parte racional y consciente sabía que
esto iba a ocurrir, y que noventa
años eran muchos y su salud estaba
muy quebrantaba. Pero aún así, en
esa medianoche habanera del vier-
nes 25 de Noviembre, ni se me ocu-
rría pensar en ello. Pensé en una agre-
sión gringo o en una enésima estra-
tagema para acabar con la revolu-
ción. Nunca en la muerte de Fidel.
¿Por qué? Para responder a esto
hay que partir de una premisa em-
píricamente constatable: Fidel era
un personaje «de otra galaxia», sin
duda. Tenía más que ver con los
grandes héroes de la historia de la
humanidad que con el común de
los mortales. Sus pares eran Espar-
taco o los héroes del Olimpo grie-
go, no otros. Fidel era el arquetipo
de eso que Hegel llamaba un «per-
sonaje histórico-universal», o sea,
alguien que percibe las cosas de este
mundo apenas se insinúan en el
horizonte; que sabe hacia dónde
marcha el mundo y hace del logro
de este objetivo su razón de ser.
Alejandro, César y Napoleón fue-
ron grandes hombres porque de-
searon y lograron hacer algo gran-
de, jamás cayendo en nimiedades,
fantasías o ilusiones. Asumieron el
desafío de su tiempo, sintetizaron
magistralmente las luchas sociales de
su época y tuvieron éxito en su
empeño. Fidel lo asumió en pleni-
tud. Sabía que Martí había dejado
un inmenso legado político y doc-
trinario, del cual se nutrió para com-
prender cuál sería el destino de
Nuestra América si tal como el
Apóstol lo expresara en su póstu-
ma e inconclusa carta a Manuel
Mercado, no se impidiera «a tiem-
po con la independencia de Cuba
que se extiendan por las Antillas los
Estados Unidos y caigan, con esa
fuerza más, sobre nuestras tierras
de América. Cuanto hice hasta hoy,
y haré, es para eso». Por eso, para
Fidel, Martí fue el autor intelectual
del asalto al Moncada y sabía que
había que seguir haciendo lo que
aquél hizo hasta el punto de pagar
con su vida ese intento.
Pero asimismo Fidel se sabía he-
redero de la gesta, también inaca-
bada, de Simón Bolívar, destinada
a hacer de los pueblos de Nuestra
América «una sola y gran nación».
Fidel emprendió ese proyecto do-
tado de una rarísima combinación
de inteligencia y voluntad. Pocos
años más tarde, con el triunfo de la
Revolución, su figura tuvo un cre-
cimiento exponencial. No exagera-
mos un ápice si decimos que fue
uno de los dos únicos gobernantes
de la región (el otro fue Hugo
Chávez Frías) que llegaron a dejar
una impronta indeleble en la políti-
ca mundial. Producto de las cir-
cunstancias históricas, fundamental-
mente la Guerra Fría y la enfermi-
za obstinación que el gobierno y la
burguesía de Estados Unidos tie-
nen para apoderarse de Cuba ya
desde finales del siglo dieciocho, la
marca de Fidel caló con más pro-
fundidad en el escenario global.
Téngase en cuenta que Cuba fue
protagonista de la mayor crisis mi-
litar a lo largo de toda la historia de
la Guerra Fría: la así llamada «crisis
de los misiles», en referencia a la
instalación de cohetería soviética en
Cuba en respuesta a una similar
operación que Estados Unidos ha-
bía realizado en Turquía. Como es
bien sabido Fidel se opuso al retiro
de los cohetes soviéticos con un
argumento impecable: la Unión
Soviética tenía derecho a defender-
se. Estaba amenazada en su fron-
tera meridional por el despliegue
militar norteamericano en Turquía
y la Sexta Flota de Estados Unidos
apostada en Nápoles, y le asistía
toda la legalidad del mundo para
contar con una fuerza de disuasión
a un centenar de millas de la Flori-
da. Desgraciadamente el Kremlin
no lo escuchó.
Veamos: ¿qué otro jefe de esta-
do alcanzó alguna vez la proyec-
ción internacional de Fidel? Incluso
aquellos gobernantes de países con
gran población, como Brasil o
México; o poseedores de grandes
territorios, como Brasil y Argenti-
na; economías más avanzadas,
como las de estos tres países, aún
en estos casos no hubo ninguno,
absolutamente ninguno, que pudie-
ra rivalizar con la influencia que el
Comandante ejerció en el ámbito
de la política mundial. En el pasa-
do, desde el comienzo de nuestra
vida como repúblicas independien-
tes hasta promediar el siglo veinte
los políticos y gobernantes latinoa-
mericanos y caribeños carecían por
completo de la posibilidad de ser
actores cuya presencia brillase en el
tinglado internacional. Después de
la Segunda Guerra Mundial algu-
nos lo hicieron, pero sin trascender
el ámbito regional: Juan D. Perón y
Getulio Vargas en Sudamérica; Luis
Echeverría Álvarez en Centroamé-
rica. Y, más cerca de la actualidad,
ni Lula o Dilma, ni Néstor o Cris-
tina Kirchner, para ni hablar de los
devaluados presidentes mexicanos,
tuvieron una gravitación internacio-
nal que se acercara, aunque sea de
lejos, a la de Fidel.
Es que el cubano desde los ini-
cios de la revolución hizo de la con-
tundente y muy fundada denuncia
del imperialismo y del internacio-
nalismo dos de sus inclaudicables
banderas. Apoyó de modo decisi-
vo la lucha por la liberación de Ar-
gelia del yugo colonial francés. El
27 de junio de 1961 fue el único
país del hemisferio occidental que
reconoció al gobierno argelino en
el exilio. Pero la solidaridad cubana
fue más lejos. En el Encuentro con
los Intelectuales, celebrado en La
Habana el 11 de Febrero del 2012,
Fidel habló de cómo la Revolución
Cubana se las ingenió para hacerle
llegar pertrechos militares a los re-
beldes argelinos mismos que, a la
postre, resultaron decisivos para el
exitoso remate del proceso eman-
cipador. Por eso el gobierno arge-
lino decretó ocho días de duelo
nacional al conocerse la noticia del
deceso del Comandante. No fue
menor sino más completo y dura-
dero el apoyo que La Habana le
prestó al pueblo vietnamita no sólo
durante la guerra sino también an-
tes y después. No es casual que la
desinteresada colaboración de Fi-
del con la heroica lucha del pueblo
73
 vietnamita sea reconocida por to-
dos en ese país. Cuando tuve la suer-
te de visitarlo, en 2009, pude expe-
rimentar en carne propia lo que Fi-
del representaba para los vietnami-
tas. Al andar por las calles de Ha-
noi y otras ciudades más pequeñas
mucha gente que por mis rasgos
faciales inferían sin duda que era
occidental se acercaban y acompa-
ñándose con un gesto de interro-
gación en sus manos, me decían:
¿Fidel, Fidel? Claro, preguntaban
por Fidel, el aliado inconmovible,
el amigo que les ayudó en la gue-
rra y en la paz, a pesar de la per-
manente amenaza que se cernía
sobre Cuba por su generosa teme-
ridad de ayudar a un pueblo que
estaba siendo masacrado por una
guerra de agresión de una virulen-
cia jamás vista. No es casual que la
última actividad pública del Co-
mandante, pocos días antes de su
deceso, hubiera sido recibir al pre-
sidente de la República socialista
de Vietnam. Y lo mismo cabe de-
cir de la estrecha relación mante-
nida por la Revolución Cubana
con las luchas del pueblo palesti-
no. Cuba es el único país latino-
americano y del Caribe que no
mantiene relaciones –ni diplomáti-
cas ni de cualquier otro tipo- con
Israel, contumaz verdugo de los
palestinos. Su intransigente apoyo a
la causa de ese pueblo maltratado y
brutalmente oprimido, y su total
rechazo a la ocupación israelí le gran-
jearon la gratitud de los palestinos.
Por si lo anterior fuera poco, la
Cuba revolucionaria desempeñó un
papel crucial en otro de los gran-
des escenarios del conflicto inter-
74
nacional: Sudáfrica. La intervención
cubana en Angola fue decisiva para
derrotar al régimen racista de Pre-
toria. Este, en conjunción con Was-
hington, había fraguado una «gue-
rra civil» en Angola –modelo que
luego se aplicaría en Libia y, poste-
riormente, en Siria- en la cual parti-
cipaban activamente las tropas de
Zaire (hoy República Democrática
del Congo), del ejército sudafrica-
no y de dos bandas mercenarias
angoleñas organizadas, armadas y
financiadas por Estados Unidos a
través de la CIA con la coopera-
ción de Israel. La ayuda militar y
logística cubana fue decisiva para
inclinar la balanza a favor de An-
gola. La Unión Soviética, a la cual
Cuba estaba ligada por múltiples
lazos económicos, no veía con bue-
nos ojos la intromisión cubana en
África. Es más, muchos dizque ana-
listas internacionales enterados del
envío de la primera misión cubana
a Angola se apresuraron a pronos-
ticar el inmediato retorno de esas
tropas ante una terminante orden
de Moscú. Nadie sabe si esa orden
existió o no. Lo que sí sabemos es
que Cuba no era un «proxy» sovié-
tico y permaneció en Angola hasta
la total pacificación de la región. La
soberanía cubana jamás estuvo
constreñida por lazos comerciales,
ni antes ni ahora. Allí, en la locali-
dad de Cuito Cuanavale, se libró la
más larga batalla en la historia del
África Subsahariana. Esa fue, según
Nelson Mandela, la «Stalingrado
africana» que sentó las bases de la
emancipación de Namibia y dispa-
ró el tiro de gracia en contra del
«apartheid» sudafricano. A lo largo
de los más de tres meses de batalla,
entre diciembre de 1987 y marzo
de 1988 Fidel siguió día a día, hora
tras hora, los acontecimientos en el
teatro de operaciones y su conduc-
ción estratégica resultó crucial para
la victoria. Mandela reconocería
este papel fundamental de la ayuda
cubana cuando, en la Conferencia
de Solidaridad Cubana-Sudafrica-
na (1995) diría que «los cubanos
vinieron a nuestra región como
doctores, maestros, soldados, ex-
pertos agrícolas, pero nunca como
colonizadores. Compartieron las
mismas trincheras en la lucha con-
tra el colonialismo, subdesarrollo y
el «apartheid». Jamás olvidaremos
este incomparable ejemplo de des-
interesado internacionalismo». Y ese
fue el tono que predominó en los
discursos pronunciados en el gran
acto de despedida de las cenizas de
Fidel el 29 de Noviembre del 2016
en la Plaza de la Revolución. Tanto
los jefes de Estado de Sudáfrica
como de Namibia recordaron que
los cubanos no llegaron a esos paí-
ses en busca de oro, diamantes o
petróleos. Vinieron, dijeron ambos,
a colaborar en nuestras luchas por
la independencia. Y lo único que se
llevaron fueron sus muertos, poco
más de 2600.
Esta extraordinaria gravitación de
Fidel era consecuencia de sus excep-
cionales condiciones como líder
político. Gracias a su inteligencia, a
su fina intuición, y a su inagotable
curiosidad intelectual tenía la capaci-
dad para percibir los acontecimien-
tos futuros cuando estos se hallaban
en estado germinal. Era, para usar
la imagen que Lenin transmitiera
sobre Rosa Luxemburg al enterar-
se de su asesinato, un águila que
volaba más alto que el común de
los mortales, percibía los datos del
mundo real antes que los demás y
su vista era más aguzada y podía
ver más lejos. Hay dos ejemplos
rotundos entre tantos otros. En la
Cumbre de la Tierra (Río de Janei-
ro, 1992) advirtió, en un brillante
discurso de siete minutos, que la
humanidad era «una especie en pe-
ligro» ante el deterioro de las con-
diciones medioambientales que ha-
bían hecho posible la aparición de
la vida humana en el planeta. For-
muló esta advertencia ante la sonri-
sa socarrona y el escepticismo de
eminentes mediocridades como
Fernando Collor de Melo, Patricio
Aylwin, Carlos S. Menem, Alberto
Fujimori, Rafael Caldera, George
Bush padre, Boris Yeltsin y Felipe
González. Como un águila que vue-
la alto y ve lejos advirtió veinte años
antes que los demás la gravedad del
problema del cambio climático, que
hoy está en la boca de cualquier
político o gobernante, por torpe o
rústico que sea. Lo hizo cuando el
clima ideológico mundial estaba
inficionado por el desenfrenado
optimismo sobre el futuro de Es-
tados Unidos y el supuesto triunfo
de la globalización neoliberal.
Cuando en la metrópolis imperial
saludaban con suicida anticipación
el advenimiento del «nuevo siglo
americano» precipitado por la des-
integración de la Unión Soviética y
el coro polifónico del mundo aca-
démico y de los medios entonaba
con fervor la melodía del «fin de la
historia» Fidel en Río decía lo que
nadie podía creer y anunciaba lo
que nadie quería escuchar. Que en
realidad sí podría haber un «fin de
la historia», pero no el que prego-
naban los mandarines del imperio
sino porque era la propia especie
humana la que se encontraba en
peligro. Un verdadero y apocalíp-
tico final de la historia causado por
el capitalismo.
El otro ejemplo de su extraordi-
naria clarividencia lo proporciona
su «descubrimiento» de Hugo
Chávez. Como se recordará, una
vez indultado el bolivariano realizó
una gira por varios países de Amé-
rica Latina y el Caribe. No le fue
nada bien en ese recorrido, y muy
pocos lo recibieron porque venía
precedido por una fama de golpista
que la prensa hegemónica se encar-
gó de subrayar en cada etapa de su
desplazamiento. Pero cuando el 14
de Diciembre de 1994 llega a La
Habana, punto final de su periplo,
al pie del avión y para tremenda
sorpresa de Chávez (preguntó a los
sobrecargos qué alto dignatario
venía en el vuelo) lo estaba recibien-
do Fidel en persona. A diferencia
de tantos otros políticos y gober-
nantes latinoamericanos y caribeños
al líder histórico de la Revolución
Cubana no le pasó desapercibida
la enorme potencialidad política
encerrada en la figura de ese joven
militar venezolano. Como un fino
escultor que ante la agreste tosque-
dad de la roca imagina la obra
maestra que brotará de su labor,
Fidel percibió claramente que en
Chávez había encontrado el acom-
pañante perfecto, al imprescindible
mariscal de campo que él, como
estratega general, necesitaba para
llevar a buen puerto su epopeya
libertadora. Este encuentro dio
origen a un dúo irresistible que
cambió la historia latinoamerica-
na y produjo la aplastante derro-
ta del ALCA, el más importante
proyecto que el imperio le tenía re-
servada a Nuestra América para
todo el siglo veintiuno.
Político, estadista, estratega mili-
tar, Fidel fue además un notable
intelectual. En el ya mencionado
Encuentro del 2012, que se prolon-
gó durante nueve fecundas horas,
el Comandante nos repetía, una y
otra vez: «Vine a escucharlos a us-
tedes, a aprender de ustedes» cada
vez que algunos de nosotros le for-
mulaba una pregunta. Por supues-
to que las contestaba, haciendo gala
de una información tan detallada
que nos sumía en la perplejidad.
Contestaba brevemente nuestras
preguntas, porque su deseo más
profundo era escuchar a sus inter-
locutores, a aprender de ellos.
¿Cuántos jefes de estado tienen esa
misma humildad? Pocos, en reali-
dad muy pocos. No exageraríamos
un ápice si dijéramos que era una
de las personas mejor informadas
del mundo. Lo demostró a lo lar-
go de más de cincuenta años y una
vez más en esa notable reunión del
2012. Lector incansable, como
Chávez; dotado de una curiosidad
inagotable que transitaba desde la
historia, la política y la economía
hacia las nanociencias, la ingeniería
genética y la astrofísica. Una de las
imágenes imborrables es la de Fi-
del sentado en la primera fila de los
eventos organizados por Casa de
75
 las Américas, la ANEC, la Feria del
Libro, la Oficina de Estudios Mar-
tianos o durante la Asamblea Ge-
neral de CLACSO, en Octubre
del 2003, tomando notas de cada
una de las presentaciones, siguien-
do atentamente las exposiciones y,
a menudo, pidiendo la palabra y,
de manera respetuosa no exenta,
a veces, de una pizca de humor
para relajar la tensión del exposi-
tor, formular alguna pregunta o
hacer un comentario siempre sen-
sato y casi siempre explorando
derivaciones e implicaciones de lo
que había sido dicho que habían
pasado desapercibidas casi para
todos los demás. Y siempre lo ha-
cía desde la humildad, jamás pro-
curando subestimar al otro sino
más bien todo lo contrario. Demos-
trando con su actitud el respeto que
tenía por las opiniones ajenas.
Fidel nos deja un inmenso lega-
do, que enriquece el que nos deja-
ran Bolívar, Martí y los «padres fun-
dadores» de la Patria Grande. Que
nos legaran el Che, los dos Cami-
los (Cienfuegos, el cubano, y To-
rres, el colombiano) y más recien-
temente Chávez. Paradojalmente,
su muerte lo inmortaliza. Su influen-
cia, como la de los nombrados, no
hará sino crecer con el paso del
tiempo. Mientras subsista el capita-
lismo y el imperialismo continúe
sembrando destrucción y muerte a
su paso las enseñanzas de Fidel irán
creciendo en importancia. Nos en-
señó -en línea con las ideas de Martí
y, posteriormente, con las reflexio-
nes de Antonio Gramsci- que la
batalla de ideas es un terreno deci-
sivo de la lucha por la liberación de
76
nuestros pueblos. Martiano y mar-
xista a la vez hizo suyo el apoteg-
ma del Apóstol que decía que «trin-
cheras de ideas valen más que trin-
cheras de piedras». Y ya desde fi-
nales del siglo pasado venía dicien-
do que el neoliberalismo había fra-
casado en lo económico y en lo
político; que no había hecho crecer
nuestras economías ni demostró ser
capaz de redistribuir progresiva-
mente los ingresos y la riqueza. Y
que las políticas neoliberales esta-
ban destruyendo la credibilidad y
la legitimidad popular en las demo-
cracias. Si cuando lo decía era un
profeta predicando en el desierto y
sin nadie que lo escuchara, un cuar-
to de siglo después la biblioteca
especializada está repleta de estu-
dios y tesis doctorales que confir-
man lo que Fidel, como siempre,
vio mucho antes que los demás. Hoy
hablar de democracia ya es un des-
propósito. ¿Dónde? En Europa,
donde la Führer alemana le ordena
al gobierno griego que desconozca
el resultado de un plebiscito y pro-
ceda en un sentido exactamente
contrario al votado por el pueblo?
¿En Estados Unidos, donde la com-
petencia electoral fue sustituida por
la competencia entre los «fund rai-
sers» que se encargan de conseguir
donativos -ilimitados ahora por una
decisión de la Corte Suprema- su-
bordinando por completo el de-
bate de ideas y de alternativas polí-
ticas por los resúmenes de las cuen-
tas bancarias? Aquella premonito-
ria crítica de Fidel a las «democra-
cias realmente existentes» hecha
cuando en América Latina cundía
la embriaguez por las promesas de
la «transición democrática» que,
como era de esperar, se vieron com-
pletamente frustradas es hoy mo-
neda corriente de cualquier analista
político. Todos hoy hablan de la
crisis de la democracia, pero se cui-
dan de decir que quién primero dio
la voz de alerta fue el líder cubano.
Pero si el neoliberalismo fracasó
en estas dos dimensiones: la eco-
nómica y la política, Fidel señalaba
que obtuvo una rotunda victoria en
el terreno de las ideas. Y que este
predominio en el decisivo terreno
de las creencias, las actitudes, los
valores; en lo que establece lo posi-
ble y lo deseable a la vez que arroja
por la borda lo que se considera
imposible o quimérico, el neolibe-
ralismo halló su clave de bóveda
para sostener un edificio de menti-
ras –o la estúpida expresión pos-
moderna actual: «posverdades»-
que terminaron desarmando ideo-
lógicamente a grandes sectores de
nuestras sociedades que hicieron
suyas las premisas y los valores de
sus explotadores y terminaron vo-
tando por sus representantes polí-
ticos en Argentina, en Bolivia en el
referendo del 21 de Febrero del
2016, o consintiendo la ilegal e in-
constitucional destitución de Dilma
Rousseff en Brasil. Va de suyo que
esta tarea hubiera sido imposible sin
la fenomenal concentración de los
medios de comunicación de masas
en manos de un puñado de gigan-
tescos oligopolios controlados, di-
recta o indirectamente, por el im-
perio y cuyos tentáculos y cuyas ra-
mificaciones son claramente discer-
nibles en América Latina y el Cari-
be. Por eso el llamamiento de Fidel
a extremar nuestros esfuerzos para
librar esa batalla en el terreno de las
ideas, las sensibilidades y el imagi-
nario de nuestras sociedades. Y de
ahí el consejo que le daba a los cu-
banos: «¡No crean, lean!».
Termino diciendo que el riquísi-
mo legado político y doctrinario de
Fidel exalta una serie de principios
y valores fundantes de todo pro-
yecto y toda estrategia de izquier-
da. La unidad, en primer lugar.
Unidad para superar la fragmenta-
ción y dispersión de esfuerzos de
todo el campo popular, anti-impe-
rialista y anticapitalista a menudo
desangrado en interminables polé-
micas internas que impiden sitiar la
ciudadela de nuestros enemigos.
Debates anacrónicos en la actuali-
dad, por importantes que pudieran
haber sido hace un siglo. Unidad
en la diversidad, como se plasmó
en el Movimiento 26 de Julio, en la
Unidad Popular chilena de Salva-
dor Allende, o en el PSUV vene-
zolano, el MAS boliviano o la Alian-
za País ecuatoriana. Unidad que no
suprime las diferencias pero que
busca reconciliarlas para plantar un
bloque unificado frente a un ene-
migo que busca aplastarnos y arro-
jarnos al basurero de la historia.
Segundo, socialismo, como objeti-
vo irrenunciable a partir de la cons-
tatación de que el capitalismo es lo
que es, y que, apelando a una ex-
presión que mi compatriota Jorge
Luis Borges utilizaba para caracte-
rizar al peronismo, «es incorregible».
Es un sistema que nos lleva al ho-
locausto ecológico y social, y que
destruirá el planeta y la humanidad.
En consecuencia, ante el capitalis-
mo intransigencia total pero remar-
cando además que hoy el socialis-
mo es más necesario que nunca y,
por lo tanto, la lucha antiimperialis-
ta más imprescindible e imposter-
gable que nunca antes. Un rasgo
definitorio de nuestra época es que
las condiciones objetivas para el
tránsito hacia esa forma civilizato-
ria superior que es el socialismo es-
tán madurando aceleradamente,
pero no ocurre lo mismo con las
condiciones subjetivas, con el esta-
do de la conciencia y el imaginario
popular cuyo retraso en relación a
las primeras es tan ostensible como
lamentable. Tercero, la solidaridad,
expresada en el internacionalismo
de la Revolución Cubana y también
en el ámbito de la moral revolu-
cionaria. Lo primero es muy co-
nocido. Fidel apoyó sin excepción
todas las luchas de liberación na-
cional de América Latina y el Cari-
be, África y Asia. Y posteriormen-
te lo hizo enviando médicos, maes-
tros instructores deportivos y espe-
cialistas en diversas áreas. En la ac-
tualidad Cuba tiene unos 48.000
médicos y profesionales de la sa-
lud instalados en los sitios más apar-
tados e inhóspitos de 67 países.
Pero esa solidaridad y compañeris-
mo fueron también rasgos del Co-
mandante en su calidad de jefe del
26 de Julio. Durante la travesía del
Granma una fuerte ola sacudió a la
embarcación y Roberto Roque, se-
gundo capitán y piloto del yate,
cayó al mar. Era noche cerrada y la
marejada era muy fuerte. Sin em-
bargo Fidel no vaciló un minuto y
ordenó regresar hasta dar con el
caído, a pesar de que el combusti-
ble era preciosamente escaso. Mu-
chos de los guerrilleros ya lo daban
por perdido, pero Fidel insistió en
su búsqueda hasta que dio con él y
Roque fue rescatado sano y salvo.
¿Cuántos jefes militares habrían he-
cho lo mismo en esas condiciones?
Muy pero muy pocos. Pero Fidel
lo hizo. Fidel era único.
Fidel ha muerto, pero no se ha
ido. Seguirá por los siglos como
una fuente de inspiración para to-
das las rebeldías. Nosotros, en la
izquierda, no tenemos a nuestra dis-
posición el fenomenal arsenal de
empresas, instituciones, universida-
des, «tanques de pensamiento»,
medios de comunicación y redes
diplomáticas con que cuenta la de-
recha. Pero, en cambio, tenemos
algo de lo cual esta carece: la fuerza
moral que brota de figuras ejem-
plares, como Fidel, Chávez, el Che,
los dos Camilos y tantos otros. Y
esos personajes tienen una virtud
excepcional: lejos de que sus luces
se extingan con su muerte, brillan
cada vez con más fuerza en el fir-
mamento político latinoamericano
y caribeño. En la segunda mitad del
siglo veinte la derecha tuvo un pu-
ñado de grandes políticos de pro-
yección mundial: De Gaulle, Chur-
chill, Kennedy para nombrar los
más relevantes. ¿Qué queda de ellos?
Estatuas, monumentos, alguna que
otra biblioteca con sus nombres
pero nada, absolutamente nada
más. Su recuerdo se fue disipando
con el paso del tiempo. En Nuestra
América, ¿quién se acuerda hoy de
dos gobernantes a los que Washing-
ton encumbró como las «alternati-
vas democráticas» de la Revolución
77
 Cubana? Hablamos de Eduardo
Frei Montalva, en Chile, con su fa-
mosa (y decepcionante) «revolu-
ción en libertad», misma que, como
era de esperar, fracasó y abrió las
puertas al triunfo de Salvador
Allende en 1970. Y también de Luis
Muñoz Marín, gobernador de
Puerto Rico, que la Casa Blanca
exhibía para demostrar que podía
haber algo mucho mejor que Cuba
en el Caribe. Ni el uno ni el otro
dejaron nada a su paso y fracasa-
ron sin atenuantes. Parafraseando a
Fidel, podemos afirmar que la his-
toria no los absolvió sino que su
veredicto fue aún más cruel: los ol-
vidó. El Che, en cambio, adquirió
luego de su muerte una gravitación
excepcional, que no cesa de crecer,
superior a la que tuvo en vida.
Quienquiera que luche contra la in-
justicia y la opresión encuentra en
la imagen del Guerrillero Heroico
un símbolo que transmite sin am-
bigüedad alguna su mensaje de re-
beldía. En Latinoamérica pero tam-
bién en Asia, África, Medio Orien-
te y, también en Europa y ahora,
de a poco, en Estados Unidos. Y
lo mismo está ocurriendo con
Chávez y, sin ninguna duda, idénti-
ca cosa ocurrirá con Fidel. Nues-
tros muertos nos dejan un legado
imperecedero y sus valores y sus
ideas –las famosas trincheras de
Martí- son fecundas fuentes de ins-
piración para las luchas de hoy. Fi-
del, con su pasión quijotesca de «so-
ñar sueños imposibles, luchar con-
tra enemigos imbatibles y alcanzar
la estrella inalcanzable» seguirá es-
78
tando más presente que nunca en
las luchas para abolir al capitalismo
y, de ese modo, salvar la continui-
dad de la especie humana. Será,
como Martí lo fue del Moncada, el
autor intelectual de todos los asal-
tos que, en cualquier parte del mun-
do, se realicen contra las decrépitas
murallas del capitalismo. Fidel sigue
viviendo entre nosotros, sólo que
de otra manera. Oímos su voz, que-
damos deslumbrados por la exu-
berante gestualidad que acompaña
su palabra, leemos miles de pági-
nas con sus escritos y reflexiones.
Todo ese verdadero tesoro políti-
co nos insufla la fe y la convicción
necesarias para librar con éxito la
batalla contra la dictadura del capi-
tal. Esa fe y esa convicción con las
cuales Fidel emprendió con éxito
la campaña en Sierra Maestra lue-
go del desembarco del Granma el
2 de Diciembre de 1956; o cuando
más de dos semanas más tarde de
la desastrosa llegada a tierras cuba-
nas Fidel se encuentra con Raúl y
unos pocos combatientes más y le
pregunta: «¿Cuántos fusiles traes?’ -
’Cinco’ respondió Raúl-. ‘Y dos
que tengo yo, siete!» Satisfecho, dijo
con absoluto convencimiento ante
sus atónitos compañeros: «¡Ahora
sí ganamos la guerra!», y la ganó ; o
cuando aseguró que Cuba sobre-
viviría a los horrores del «período
especial» agravado por el criminal
bloqueo de Estados Unidos; o
cuando dijo que el niño Elián vol-
vería a Cuba, y volvió; o cuando
afirmó que «los 5» volverían a Cuba,
y volvieron. Ese gramsciano opti-
mismo de la voluntad de Fidel, ca-
paz de mover montañas, sigue sien-
do un patrimonio decisivo para la
izquierda mundial. Y nos dio una
prueba la noche del 29 de Noviem-
bre en la que el pueblo habanero
despedía sus cenizas y, ya extinto y
todo, Fidel removió, en beneficio
de Cuba y para sorpresa de Esta-
dos Unidos, las piezas del tablero
geopolítico mundial al convocar a
la Plaza de la Revolución a más de
un centenar de representantes de
gobiernos de todo el mundo, die-
cisiete de los cuales -entre ellos dos
de los tres actores más significati-
vos de la arena política internacio-
nal: China y Rusia- además hicie-
ron uso de la palabra para home-
najear su vida y su obra y para de-
clarar su inconmovible solidaridad
con la Revolución Cubana. Desde
otro lugar Fidel sigue (y seguirá)
siendo protagonista de la historia.
Por eso en el título de esta nota me
permití parafrasear el hermoso li-
bro de Katiuska Blanco, Fidel: gue-
rrillero del tiempo diciendo que sería
el guerrillero de todos los tiempos
que nos esperan. Y por eso, para
recordar su historia y sus enseñan-
zas, sería bueno que la izquierda la-
tinoamericana y caribeña declarase
el 25 de Noviembre, día en que
Fidel partió de Tuxpan con el
Granma para, exactamente sesenta
años después, iniciar su tránsito ha-
cia la inmortalidad, el «Día Univer-
sal del Antiimperialismo.» Pocas fe-
chas están más cargadas de signifi-
cado revolucionario y antimperia-
lista que el 25 de Noviembre.
 Fidel vive
L
a noche del 25 de noviem
bre, sesenta años después de
aquella en que salió de Tux-
pan al frente de la expedición libe-
radora, partió otra vez de viaje Fi-
del Castro.
Tres años antes del Granma había
encabezado una acción revolucio-
naria que sorprendió al país por la
audacia, valentía y espíritu de sacri-
ficio de los participantes, y provo-
có el rechazo a la orgía de crímenes
con la que respondió la dictadura
que se había implantado en 1952.
Pero aquel hecho parecía ir contra
lo que se consideraba posible, y nin-
guna fuerza política lo apoyó.
En la soledad de su celda, más
solitaria porque Fidel y sus compa-
ñeros estaban prácticamente solos,
1
Filósofo y ensayista cubano.
por Fernando Martínez Heredia*
escribió: «Las masas están listas, solo
necesitan que se les muestre el ca-
mino verdadero». Parecía un iluso,
pero era un visionario.
Al iniciar la guerra revoluciona-
ria, Fidel abrió la brecha para que
lo imposible dejara de serlo y el
pueblo se levantara y le brindó un
lugar donde pelear a todo el que
quisiera convertir sus ideales en ac-
tuación. En junio de 1958, cuando
era de vida o muerte que la gran
ofensiva enemiga no aplastara a la
vanguardia de la Sierra Maestra, le
escribió a Celia Sánchez que luchar
contra el imperialismo norteameri-
cano iba a convertirse en su desti-
no verdadero.
Otra vez Fidel veía más lejos que
nadie, avizoraba, pero ahora con un
arma en la mano y una revolución
andando.
Honró cumplidamente la prome-
sa implícita en aquellas palabras. La
vida entera combatió al imperialis-
mo norteamericano, y supo vencer-
lo, mantenerlo a raya, obligarlo a
reconocer el poder y la grandeza
moral de la patria cubana. Pero,
sobre todo, enseñó a todos los cu-
banos a ser antimperialistas, a sa-
ber que esa es una condición ne-
cesaria para ser cubano, que con-
tra el imperialismo la orden de
combatir siempre está dada, que
como dijo un día el Che –su com-
pañero del alma—, no se le puede
conceder ni un tantito así. Que esa
es una constante permanente de la
política revolucionaria.
79
 La soberanía nacional es intan-
gible, nos enseñó Fidel, y no se
negocia.
A partir del triunfo, la vanguar-
dia se fue convirtiendo en millones,
y la explotación del trabajo ajeno,
las humillaciones, discriminaciones
y desprecios dejaron de ser hechos
naturales para convertirse en críme-
nes. Fidel fue el principal protago-
nista de la gran revolución socialis-
ta, que cambió las vidas, las rela-
ciones sociales, los sueños de la gen-
te y de las familias, las comunida-
des y la nación. Para lograrlo se
convirtió, como para todo lo im-
portante, en el conductor, el edu-
cador popular, el líder amado, la
pieza maestra del tablero intrinca-
do de la unidad de los revolucio-
narios y del pueblo.
Hubo que unir en una sola revo-
lución al socialismo y la liberación
nacional. Ahora, para todos, la ac-
tuación tuvo que consistir, al mis-
mo tiempo, en estudio, trabajo y
fusil. Ahora los individuos de van-
guardia se elegían en asambleas y
el trabajo realizado era el mayor
timbre de honor. En las grandes
jornadas nos unimos todos. Fidel
fue –como cantara el poeta—la
mira del fusil, y el pueblo todo –
como dijera el Che—se volvió un
Maceo. Y a diferencia de los vehí-
culos corrientes, el carro de la Re-
volución no tiene marcha atrás.
Fidel dijo de manera tajante, hace
más de veinte años, que en este país
no volverá a mandar nunca una
nueva clase de ricos.
La nueva y mayor victoria de Fi-
del fue que el pueblo entero se cam-
biara a sí mismo y se armara con
80
nuevas cualidades suyas, y la con-
ciencia social confundiera sin temor
los nombres de comunista y fide-
lista. A su sombra, las conquistas se
convirtieron en leyes, y las leyes en
costumbres.
Un gran historiador peruano, un
compañero mariateguista, estaba
preocupado por un posible culto a
la personalidad de Fidel, pero des-
pués que hizo un recorrido por el
país me dijo: «Ahora lo he com-
prendido todo. Fidel es un seudó-
nimo colectivo.»
Fidel fue el mayor impulsor y di-
rigente del internacionalismo, ese
brusco y hermoso crecimiento de
las cualidades humanas que le brin-
da más a quien lo presta que a quien
lo recibe. Más allá de las grandes
frases –»por Vietnam estamos dis-
puestos a dar nuestra propia san-
gre» o «no queremos construir un
paraíso en la falda de un volcán»—
Fidel amplió y desarrolló en muy
alto grado el contenido y el alcance
de las prácticas y las ideas revolu-
cionarias mundiales mediante el in-
ternacionalismo cubano. Apoyo
solidario sin exigencias, combatien-
tes, médicos, maestros, técnicos,
ejemplo impar de quienes jamás
dieron lo que les sobraba, paradig-
ma revolucionario, con Fidel siem-
pre al frente, audaz y fraterno,
En 2006, ante una enfermedad
muy grave, tomó decisiones que
nadie le pedía ni quería. Fue más
grande aún cuan dejó ser, por vo-
luntad propia, el dirigente máximo
del Estado y del Partido, la posi-
ción mediante la cual había servido
al pueblo durante tantos años. Ya
hacía mucho tiempo que su inmen-
so prestigio había trascendido to-
das las fronteras.
Entonces Fidel se concedió un
poco de lo que se había privado
conscientemente desde el inicio de
su acción revolucionaria: reflexio-
nar tranquilamente, sin la urgencia
y la responsabilidad de decidir y
actuar de inmediato. El hombre
que tuvo que ser soldado para que
hubiera libertad y justicia para to-
dos, y ejercer un poder enorme
para que el poder estuviera al ser-
vicio del proyecto liberador, aho-
ra se convirtió en soldado de las
ideas, mientras seguía entregándole
al pueblo el poder de su incon-
mensurable fuerza moral.
Ahora parece, de momento, que
ya no está, porque se ha ido en una
expedición más larga, más lejos.
Pero me atrevo a afirmar que no
se sintió preocupado al partir. Se-
guramente, afincado en su prodi-
gioso optimismo histórico, Fidel
sabía que su pueblo lo tendrá
siempre por maestro, junto al
maestro suyo, José Martí. Y sabe
que, para seguir siempre su ma-
gisterio, las hijas y los hijos de este
pueblo crearán, como hacía él, ar-
bitrarán soluciones y encontrarán y
plantearán bien los nuevos proble-
mas, como hacía él, derrotarán los
imposibles, como hacía él, defen-
derán la justicia y la libertad a cual-
quier costo, como hacía él, se senti-
rán parte de la Humanidad que re-
siste y lucha, como él, y soñarán,
como él, el futuro luminoso.
Fidel no ha muerto. No muere,
porque lo mantenemos vivo.
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S

26º CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA DE LA ARGENTINA

Intervención inaugural de Patricio Echegaray

Camaradas:
Iniciamos esta fase final del 26º Congreso de nues-
tro Partido, con el mismo fuertemente involucrado,
a lo largo de todo el país, en el conflicto social, en las
luchas que se están desarrollando contra el gobierno
de Macri.
Realizamos este Congreso a 99 años de la gloriosa
Revolución Rusa que marcó y sigue marcando un
hito en la historia de la humanidad.
A 98 años de la fundación de nuestro Partido, que
sigue de pie, firme en su compromiso revoluciona-
rio y luchando cotidianamente por la liberación de
los oprimidos.
En el mes que se cumplen 11 años del NO AL
ALCA, ese triunfo antimperialista que llevaron adelan-
te Néstor Kirchner, Lula, Hugo Chaves, Evo Morales.
Todo bajo la inspiración y la guía de Fidel Castro.
Nos reunimos en este Congreso proponiendo una
resolución del mismo que exija la libertad inmediata
de Milagro Sala y demás compañeras/os detenidos
injustamente por este gobierno clasista y reaccionario.
Nos reunimos también expresando nuestra soli-
daridad con la Revolución Bolivariana en Venezuela, herramienta y en este Congreso debemos asumir un
nuestro compromiso con el proceso de Paz en Co- fuerte compromiso para superar esta falencia.
lombia y nuestra inquebrantable solidaridad y her- De lo que no tenemos dudas es de la actualidad
mandad con la invicta Revolución Cubana. de nuestra línea de intervención política, la que
Nos encontramos además, en este 26º Congreso proponemos reafirmar y enriquecer a través de
del Partido conmemorando una fecha histórica para estas experiencias.
los comunistas. Se cumplen 30 años de la realización Por eso entendemos que este 26º Congreso debe
del XVI Congreso, el Congreso del viraje, un mo- ser de una profunda reafirmación revolucionaria del
mento muy significativo donde impulsamos cam- Partido Comunista y la Fede, hacia la Revolución
bios importantes en la lectura que los comunistas Socialista de Liberación Nacional.
teníamos sobre nuestra tarea y la realidad sobre la Sabemos que ninguna estrategia se construye sin
que actuamos. una táctica adecuada. Este Congreso debe ser un lla-
Los ejes de ese XVI Congreso se basaron en una mado al Partido y la Fede, al movimiento popular y
nueva lectura sobre el capitalismo argentino, sobre a la izquierda en general a confrontar con las políti-
el sujeto social y sobre el tipo de revolución que cas reaccionarias, de ajuste y entrega que lleva ade-
necesitamos. lante el gobierno nacional en plena coordinación con
En estos años hemos realizado todos los intentos los planes del imperialismo para nuestra región.
posibles para construir ese elemento estratégico de los El 26º Congreso es un proceso que no se limita a
cambios, el Frente de Liberación Nacional y Social. estos tres días, sino que se viene desarrollando desde
Esos intentos nos han dejado importantes expe- hace tiempo, que ha venido elaborando una línea tác-
riencias para realizar balance sobre las mismas, pero tica de intervención desde que dimos a conocer el que
queda claro que no se ha podido consolidar esta consideramos el primer documento de este proceso
81
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
congresal: la declaración «No nos da lo mismo».
Esa línea táctica fue tomada positiva y enérgica-
mente por el Partido y la Fede y estamos seguros
de que este Congreso la enriquecerá y perfecciona-
rá para seguir impulsándola en el conjunto del
movimiento popular. Esto es de enorme impor-
tancia para la construcción de un Frente Amplio y
Unitario contra el Ajuste, la Entrega y la Represión
que lleva adelante el gobierno.
Se puede decir que ya tenemos un balance en esta
dirección.
A lo largo de nuestro proceso Congresal hemos
estado fuertemente involucrados en la lucha, en la
oposición a las medidas del gobierno a través de
nuestra participación en la movilización sindical del 29
de abril, la movilización por «ni una menos», el traba-
jo en las multisectoriales, las movilizaciones por la li-
bertad de Milagro Sala, la Marcha Federal, las movi-
lizaciones del 4 de noviembre, entre las múltiples ma-
nifestaciones que se siguen realizando en todo el país.
En este sentido, es importante destacar las acciones
desplegadas por los diversos espacios multisectoriales,
pero la experiencia indica que estos espacios apun-
tan a tener una vida oscilante, con momentos de as-
censo y momentos de reflujo y amesetamiento. El
desafío pasa por mantenerlos en un nivel de activi-
dad lo más alto posible, teniendo en cuenta que el
enemigo no cesa en su ofensiva, como lo vemos
cotidianamente, en el tema tarifazos, derechos labo-
rales, desocupación, etc.
El camino para mantener alta esta performance
pasa por fortalecer estos espacios programática-
mente, abordar temas como la seguridad, la vio-
lencia de género, los derechos laborales, la oposi-
ción a los intentos de reforma electoral y al sistema
de voto electrónico, la necesaria reforma constitu-
cional, entre otros. Para eso, los comunistas conta-
mos, por ejemplo, con nuestros documentos del
Castelar y el importante aporte que representa el Pro-
grama de la CoNAT.
A esto también realizan importantes aportes los
trabajos que venimos realizando y debemos seguir
profundizando en el movimiento obrero, el movi-
miento estudiantil, el movimiento de mujeres, el de
82
jubilados y el trabajo territorial del MTL, el trabajo
con el movimiento campesino, entre otros.
Tenemos que plantearnos que estos espacios mul-
tisectoriales se coordinen entre sí en un Gran Centro
de Coordinación Nacional de las Luchas contra el
Ajuste, la Entrega y la Represión que nos permita
encarar acciones más vastas, más generales contra
este gobierno de las clases dominantes.
La coordinación programática para la unidad es una
tarea que hoy tiene un sentido histórico, que emana de
las tareas que nos planteamos en el XVI Congreso.
Enfrentamos momentos muy difíciles y todo in-
dica que pueden empeorar, la derecha más reaccio-
naria avanza en Europa, Trump ha ganado las elec-
ciones en EEUU y debemos prepararnos para en-
frentar estas opciones xenófobas, reaccionarias,
neofascistas que emergen del seno de la crisis capita-
lista mundial.
Somos conscientes de que hacemos este Congreso
en condiciones especiales también para nuestra región
Nuestro anterior Congreso lo realizamos bajo el
impacto del triunfo y la ofensiva de los gobier-
nos progresistas, con impronta antineoliberal en
América Latina.
Hoy, al mismo tiempo que celebramos el triunfo
del Sandinismo y del compañero Daniel Ortega en
Nicaragua, triunfo que saludamos y valoramos por
la enorme dimensión que tiene, enfrentamos la con-
traofensiva del imperialismo en la región y hemos
sufrido derrotas graves en Argentina y Brasil.
Estamos pasando de la ofensiva de los proyectos
antineoliberales a una contraofensiva imperial en la
que las derechas se mueven con una hegemonía ex-
terna, que articula a sus sectores en la región y que
es la Embajada norteamericana en cada país. Ella
articula a políticos, empresarios, financistas, medios
de comunicación y fuerzas de seguridad como ya
hemos visto.
En esta situación sobreviene sobre la izquierda y
en especial sobre los partidos comunistas situa-
ciones similares a las que se dieron tras la caída de
la URSS.
Así como en aquellos años quisieron imponer las
ideas de «fin de la historia» y «muerte de las ideologías»,
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
hoy nos quieren convencer del «fin de ciclo» de los
procesos latinoamericanos. Nos someten a un fuerte
chantaje para que nos resignemos, para que asuma-
mos la invencibilidad del enemigo, cosa que sería
indigna y equivocada.
No tenemos que tomar la actual situación como
una derrota definitiva, no hay fin de ciclo, sino el
lógico devenir de la lucha de clases.
Pero tampoco somos necios. Somos conscientes
de que el capitalismo mundial, pese a su crisis pro-
funda, sigue conspirando y atentando contra los pue-
blos del mundo con múltiples amenazas.
No nos dejaremos chantajear. La crisis encierra el
concepto de oportunidad y existe otra posibilidad:
el reforzamiento del comunismo, entendido como
el movimiento real de la lucha de clases, como la
recuperación de una perspectiva capaz de imponer
una transición socialista hacia el comunismo.
Por eso este es un Congreso que tiene los pies so-
bre la tierra y plantea un enfoque táctico para avan-
zar en nuestro objetivo estratégico que es el Frente
de Liberación Nacional y Social.
¡Trabajaremos con toda la energía y la pasión para
mantener abierto el ciclo del las luchas populares en
América Latina!
¡Seguiremos luchando por la Paz, la soberanía y la
solidaridad entre los pueblos!
¡Seguiremos manteniendo bien alta la bandera
del internacionalismo revolucionario que caracte-
riza los comunistas!
Este congreso está marcado por otra fecha muy
importante, los 200 años de nuestra independencia.
Son dos siglos signados por el capitalismo que nos
han traído hasta la situación actual, más allá de las
orientaciones conservadoras, liberales, desarrollistas,
keynesianas, neodesarrollistas o neoliberales que se
han manifestado en el mismo.
Esto nos refuerza en nuestra convicción sobre la
pertinencia, la actualidad y la necesidad de iniciar un
proceso anticapitalista, que basado en una unidad
programática conduzca al Frente de Liberación Na-
cional y Social que habilite el paso a una sociedad
comunista para superar las miserias a las que nos
condena el capitalismo.
Por eso entendemos que es un Congreso de pro-
funda reafirmación estratégica en un sentido revolu-
cionario, antimperialista, anticapitalista, socialista.
Este es el gran desafío. La crisis del capitalismo es
también la crisis del reformismo burgués.
Lo que ha fracasado en el mundo y en la Argenti-
na es el reformismo, veamos lo que pasa en Grecia
con Syriza y en España con Podemos, veamos la
crisis generalizada de una socialdemocracia sin Esta-
do de Bienestar que administrar y que difumina cada
vez más sus límites con el neoliberalismo.
Lo que ha fracasado es la idea de un capitalismo
serio, humanizado, como forma de facilitar el cami-
no en la lucha contra la pobreza y la exclusión. La-
mentablemente, los gobiernos progresistas no con-
solidaron una alternativa real al neoliberalismo.
Esta es una dolorosa experiencia de la que tene-
mos que aprender. Cuando planteamos la necesidad
de cambios estructurales no era por una suerte de,
entre comillas, impaciencia izquierdista, sino por lo
que terminó mostrando la realidad, que la falta de
profundidad en los cambios fue una trampa que fa-
cilitó el retorno de la derecha. Nuestra crítica a estos
procesos, y en particular al argentino, no la hacemos
como quiere la derecha, haciendo eje en su «populis-
mo» y en la corrupción, lo cual corre el eje del debate.
La hacemos basados en tres puntos que hemos
desarrollado:
-La subestimación de la derecha y su estructura-
ción política, que es parte de un fenómeno interna-
cional y que en la región cuenta con el impulso del
imperialismo norteamericano.
-El análisis erróneo de que se puede construir un
«capitalismo serio» que elimine todas las desigualda-
des sociales. Este enfoque consolidó una mirada es-
trecha en el movimiento popular que impidió vol-
car toda su potencialidad acumulada en estos años
en función de frenar y derrotar a la derecha, pasos
obligados para consolidar un verdadero rumbo de
liberación nacional.
-La falencia en la construcción de una fuerza polí-
tica integradora de todos los sectores y un progra-
ma de cambios que pusiera al movimiento popular
al frente de la lucha por las transformaciones de
83
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
estructuras políticas y económicas que son los prin-
cipales obstáculos para la liberación nacional y social
de nuestro país.
Nosotros proponemos un camino socialista de
Liberación Nacional como un enfoque avanzado de
transición hacia el ideal de la sociedad comunista.
Al mismo tiempo creemos que este socialismo, esta
sociedad que representa un grado de superación del
capitalismo, debe apoyarse en una fase previa, con
un Estado de nuevo tipo, que se apoye en el poder
popular y que tenga hegemonía sólida sobre el mer-
cado. Que pueda gobernar sin convivencia con el
gran capital e imponiéndole al mismo la hegemonía
de un Estado que articule con los sectores de las
PYMES, cooperativas, empresas recuperadas y de
la economía popular.
El hecho de que exista una crisis del capitalismo
mundial que venimos analizando paso a paso, no
nos exime de analizar la crisis del capitalismo ar-
gentino, su nivel de concentración y extranjeriza-
ción. Vale recordar en este sentido que de las 500
empresas más importantes en nuestro país cerca de
350 son extranjeras.
En estos 200 años de capitalismo no se han solu-
cionado temas estructurales y mantenemos altos dé-
ficits en vivienda, en infraestructura de servicios (luz,
agua, cloacas etc.) en el sistema de salud, en educa-
ción, altos niveles de desocupación y trabajo infor-
mal, de pobreza, etc.
En lo que va de este gobierno, tal como consigna
uno de los más recientes informes de CIFRA – CTA,
«tanto la devaluación como la quita de retenciones y
el tarifazo en los servicios públicos provocaron el
nivel de inflación más significativo desde el inicio de
las hiperinflaciones de 1989 y comienzos de 1990,
siendo la variación de precios esperada del 45% anual
y no del 25% como había sostenido el gobierno al
comienzo de su gestión.
Ninguno de los convenios colectivos acordados
por los sindicatos alcanzó la inflación anual estima-
da. De hecho, durante el primer semestre, la reduc-
ción del salario real de los trabajadores registrados
del sector privado alcanzó al 12%, lo cual permite
84
asumir que el impacto en los ingresos de los asalaria-
dos no registrados fue significativamente mayor».
Tampoco llegó la supuesta lluvia de inversiones que
nos beneficiaría tras el acuerdo con los fondos bui-
tre, lo cual deja en evidencia la mala lectura del go-
bierno respecto de la crítica situación externa y la
crisis capitalista. La inversión cayó 4,2% y la fuga
trepó a 5.885 millones de dólares en el primer se-
mestre del año y las exportaciones se redujeron 2,6%
en el primer semestre.
Estos son algunos datos que revelan que la econo-
mía argentina se encuentra inmersa en una profunda
recesión producto, entre otros factores, de la con-
tracción del consumo privado, la inversión y la re-
ducción de la obra pública.
Sin duda estas transformaciones estructurales pro-
vocan una fuerte resistencia. Es por eso imprescin-
dible la construcción de una fuerza frentista. No hay
una fuerza que sola puedas enfrentar y poner freno a
estas transformaciones regresivas.
El Frente de Liberación Nacional y Social es una
necesidad objetiva en la Argentina y existe una dialé-
ctica muy fuerte entre Partido y Frente que debemos
resolver mejor.
Una propuesta responsable debe plantear un nexo
político lógico entre el momento de la coyuntura y
la construcción estratégica.
Una dificultad es creer que el frente táctico es ne-
cesariamente una expresión menor del frente estra-
tégico. El frente táctico tiene su especificidad, su pro-
grama y su amplitud. El frente estratégico tiene otras
características, un compromiso mayor con la cons-
trucción de poder popular y mayor profundidad
programática.
Los sectores que integran la unidad táctica pueden
ser parte de la unidad estratégica, pero debemos dar
una batalla cultural sobre la necesidad de un progra-
ma para la unidad estratégica.
Sabemos que no alcanza con un frente hegemoniza-
do por la idea de que es posible un capitalismo serio,
que se limite a reformar las aristas más duras del neoli-
beralismo, pero tampoco alcanza con criticar estas ideas
sin avanzar decididamente en la conformación de un
programa para la emancipación.
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
Este programa debe contener elementos avanzados,
contrahegemónicos, antimperialistas y anticapitalistas.
Por eso proponerse un Partido y una Fede fuertes
no significa sentirse liberados de la necesidad y la
responsabilidad de construir el Frente, sino estar en
mejores condiciones para impulsarlo y desarrollarlo.
Sin duda el Frente es una tarea titánica. Esto lo
corroboramos cuando observamos el grado de dis-
persión que existe en Argentina.
Esta dispersión es uno de los principales proble-
mas que enfrentamos, junto con la hegemonía que
las ideas progresistas ejercen sobre amplias franjas
de los sectores populares.
Sectores progresistas que, ya no son como en los
70 cercanos a una izquierda antisistema, sino que se
conforman con ser la «izquierda del sistema».
Esto sumado a las tendencias movimientistas, con
movimientos sociales conformados muchas veces
contra los partidos políticos, y presas de las políticas
prebendarias del Estado y las ONGs, son una clara
muestra de la magnitud de los desafíos que enfren-
tamos en nuestra construcción frentista.
Para esto debemos valorar y fortalecer a la Co-
NAT. Esta construcción frentista tiene un protago-
nista principal y articulador en la clase obrera tal como
es en la actualidad, donde los trabajadores de servicios
ocupan un lugar de enorme importancia junto a los
trabajadores industriales, a los desocupados, los jubila-
dos, los jóvenes que buscan su primer empleo, etc.
Sin duda, el movimiento obrero organizado, pese
a sus divisiones e influencias ideológicas burguesas
en su seno, sigue siendo el principal movimiento del
sujeto popular en Argentina.
Una de nuestras debilidades en la batalla por el Frente
de Liberación Nacional y Social es la insuficiente in-
serción de nuestra fuerza en dicho movimiento.
La política de construcción del Frente de Libera-
ción Nacional y Social es inseparable de una política
de concentración en el movimiento obrero.
Por eso debemos redoblar nuestros esfuerzos por
lograr la unidad de la CTA, seguir en nuestra lucha
por un nuevo modelo sindical, por incorporar a la
lucha a los desocupados, los jubilados, los jóvenes
que buscan su primer empleo, etc.
Este es uno de esos momentos en que se plantea
con toda claridad la necesidad de luchar por ese nuevo
modelo sindical. Vemos todos los días el comporta-
miento de un sindicalismo que ya no es solo burocrá-
tico, sino que se ha transformado desde los 90 en un
verdadero sindicalismo empresarial, por eso no quie-
ren llamar al paro contra las medidas del gobierno,
sino que negocian sus propios intereses empresariales
sin importarle el sufrimiento de los trabajadores.
Imposible tener éxito en esta tarea sin un Partido
desarrollado, a la ofensiva, lleno de audacia, con
capacidad de librar la lucha cultural que es una lu-
cha central contra la cultura de la dispersión y de la
anti política.
Para esto es fundamental instalar al Partido en una
actitud de ofensiva política y darnos una fuerte es-
trategia de crecimiento tanto en términos cualitativos
como cuantitativos.
Debemos seguir trabajando por obtener nuestras
personerías legales, por la formación de nuestros
cuadros, por tener un partido cada vez más prota-
gonista del conflicto y la construcción de alternativa.
Esto nos permitirá enfrentar en mejores condicio-
nes el problema clave de la revolución: la cuestión
del poder, que desde nuestra perspectiva, la aborda-
mos desde la creación y construcción de poder popu-
lar, para lo cual, la conformación y el fortalecimien-
to de las células partidarias y círculos de la juventud y
el trabajo territorial resultan centrales.
Nos proponemos construir un gran movimiento
popular revolucionario con todos aquellos que se
identifican con las tradiciones del nacionalismo po-
pular revolucionario, la teología de la liberación y el
marxismo.
Un movimiento popular revolucionario que marche
hacia la conquista del poder. Para esto debemos articu-
lar dos ejes indisociables y sería un crimen postergar
uno en beneficio del desarrollo del otro. Esos ejes son:
-Fortalecer a nuestro Partido y su independencia
política, para incidir más efectivamente en la unidad
de fuerzas contra la derecha.
-Profundizar de manera cuidadosa pero muy au-
daz los contenidos ideológicos y políticos de todas las
convergencias populares que vayamos construyendo.
85
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
Esto requiere de la unidad del Partido y la Fede.
Para esto, nuestro Partido debe fortalecer su orga-
nización en células y círculos, por corresponder esa
forma organizativa de la militancia a nuestro pro-
yecto de poder popular.
Nuestro sistema de organización celular proviene
del análisis concreto de las exigencias que tiene nues-
tro proyecto político, o sea, construir capacidad au-
tonómica de las masas y de las organizaciones po-
pulares para confrontar con el poder en las bases
mismas de la sociedad; en este sentido es que es ne-
cesaria la independencia política y la máxima capaci-
dad de iniciativa del partido en cada lugar para re-
crear y aplicar la línea política, promoviendo la crea-
tividad y la audacia de la militancia.
La célula y el círculo son espacios adecuados de
valoración del militante en el ámbito colectivo y para
poder desplegar la más amplia circulación de la in-
formación, de los debates y de las propuestas en la
organización. Permiten la preservación de la fuerza
en un sentido militante, es decir, la preservación de
sus capacidades operativas políticas.
Son el modo organizativo apto para el funciona-
miento del partido en cualquier circunstancia políti-
ca; un proyecto de poder popular requiere la pre-
visión de las respuestas que el enemigo desple-
gará hacia quienes desafían su dominio. Una
cuestión vital para la vida de las células es la elabora-
ción del plan de acción política, concebido in-
tegralmente como forma concreta de construir
el proyecto de poder popular.
Un plan que arranque del conocimiento de la
realidad que nos rodea y que ponga el acento en
conquistar la independencia cultural, política y orga-
nizativa del movimiento popular respecto del siste-
ma, así como la capacidad de confrontar exitosa-
mente con el poder.
Sin dejar de ambicionar células y círculos cada vez
más complejos y con una vida política muy rica, se
trata de concebir su conformación como un proce-
so que debe comenzar en las condiciones en que se
86
encuentren el Partido y la Fede en cada lugar. La de-
bilidad no puede ser excusa para la desorganización o
la acentuación de la labor individual, sino por el con-
trario, un mayor estímulo a la organización celular.
Cuanto más organizado sea el Partido, más posi-
bilidades habrá para el ejercicio efectivo de la de-
mocracia partidaria, cuestión vital para potenciar la
impugnación revolucionaria del sistema.
La democracia interna de nuestro Partido debe ser
practicada en cada instancia orgánica, asumiendo que
la nuestra es una construcción que se define por una
única ideología y un único proyecto político y, desde
esa base, se constituye como un sistema de organiza-
ciones, y no como un conglomerado asambleísta que,
si llegara a primar, nos alejaría de nuestra misión re-
volucionaría.
En todas las instancias orgánicas del Partido, des-
de el Comité Central a las células y los círculos, la
democracia partidaria implica funcionamiento or-
gánico, debate político, acuerdos (por consenso
o por voluntad mayoritaria) para la toma de reso-
luciones y planificación, la aplicación de los
acuerdos logrados por parte de todos (mayorías
y minorías circunstanciales) y un balance regular
que promueva el papel protagónico de los comu-
nistas en las luchas y en los procesos políticos en los
que actuamos.
Es preciso, para practicar la democracia interna,
desterrar toda variante de intolerancia y descalifica-
ciones al que no piensa como uno. Se trata de luchar
contra los modos culturales que se nos transfieren
desde el pensamiento hegemónico del poder.
Si logramos esta unidad, estaremos en condicio-
nes de producir un hecho político de envergadura y
colocar al Partido en la escena política, en el centro
del conflicto social.
Este es el desafío que enfrentamos. Debemos salir
de este 26º Congreso del Partido en mejores condi-
ciones para afrontarlo y seguir el pensamiento del
CHE, cuando nos dijo: «Si fuéramos capaces de unir-
nos, qué hermoso y que cercano sería el futuro».
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
Movimiento Territorial
Liberación de la Argentina
LÍNEAS DE PENSAMIENTO PARA LA
REFLEXIÓN, EL DEBATE POLÍTICO Y LA ACCIÓN
V
ivimos en un mundo con-
vulsionado por la acción
política que preside la vida
de los seres sobre la Tierra. Es muy
común escuchar a las personas, en-
tre otras cosas, decir: «a mí la polí-
tica no me interesa», «si no trabajo
nadie me da de comer», y estos di-
chos populares son verdades a
medias, porque si vos no tenés ga-
rantizado un empleo, no solo no
vas a tener para alimentarte, tam-
poco podrías sostener a tu propia
familia, pero aparte no podrías
obtener derechos básicos indispen-
sables como el acceso a la salud, la
educación, vivienda y esparcimien-
to, cuestiones que hacen a conver-
tirnos en seres dignos.
Vivimos en una sociedad dividi-
da en clases sociales. Por un lado,
estamos los proletarios, o sea, los
obreros que producen las riquezas,
los cuentapropistas, los profesiona-
les, las amas de casa, el pequeño co-
merciante e incluso los desocupa-
dos que sufren la exclusión laboral.
Del otro lado está la burguesía en
sus distintas variantes, pequeña,
mediana o grande. En concreto, de
un lado estamos los explotados,
que recibimos las migajas de lo que
producimos, y del otro, los explo-
tadores, quienes concentran la rique-
za cada vez en menos manos a cos-
ta de los primeros. Aquí tenemos
que hacer una salvedad, ya que en
nuestro país hay un porcentaje im-
portante de sectores medios (con
buenas condiciones de vida) que
varían de opinión (incluso a la hora
de votar) de la izquierda a la dere-
cha sin asimilar una condición pro-
pia. Esta parte de nuestra sociedad
debe ser tenida en cuenta, aunque es
la más influenciada por cuestiones
de su propio bolsillo... Nosotros nos
consideramos militantes políticos y
87
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
sociales que, en principio, nos in-
corporamos a la lucha por mera
necesidad, de no tener la posibili-
dad de acceder a un trabajo, a un
terreno o a una vivienda, de sopor-
tar las dificultades para acceder a la
salud pública y a la educación, in-
cluso sin tener derecho al esparci-
miento; cuestiones básicas asegura-
das en nuestra ley máxima que es
nuestra Constitución. Desde estos
derechos negados a una inmensa
mayoría por el sistema capitalista,
es que nos agrupamos, nos organi-
zamos y nos formamos en el MTL
(Movimiento Territorial Libera-
ción), que nace bajo la inspiración
del Partido Comunista de la Argen-
tina, quien vio allá por el 2001 la
necesidad de darle forma a una or-
ganización que actúe en las entra-
ñas de cada barrio de nuestro país.
Es aquí donde vinculamos esa lu-
cha social desde la necesidad, con
la lucha política que genera las cau-
sas de la desigualdad. Nos defi-
nimos como un Movimiento de
izquierda que lucha por las nece-
sidades de los trabajadores/as,
por la libertad, la democracia y la
igualdad de oportunidades, con-
tra la explotación, que estamos
convencidos de la necesidad de
construir una sociedad justa, libre
y soberana; la cual para nosotros
solo es posible en un sistema de
carácter socialista.
En concreto, luchamos por el
Socialismo. Y para eso, en el día a
día, le damos pelea al IMPERIA-
LISMO, causante directo de to-
dos nuestros males expresados en
el primer párrafo; parece una con-
tradicción pero justamente pelea-
88
mos por el Socialismo enfrentan-
do al Imperialismo.
En esta lucha hacemos una reva-
lorización de nuestras compañeras,
las cuales en los peores momentos
de crisis se pusieron y se ponen ho-
gares y sus hijos al hombro y, asi-
mismo, el desarrollo de nuestro
Movimiento. En la pelea por la
igualdad de oportunidades en to-
dos los ámbitos, han ocupado ta-
reas en las secretarías de género de
la CTA, son parte de los Encuen-
tros Nacionales de Mujeres, en las
actividades por Ni Una Menos y
generando cientos de talleres sobre
la problemática de género en par-
ticular y contra la discriminación.
Nuestro nacimiento, el 25 de ju-
nio de 2001 en la Universidad de
Lomas, fue generado por hombres
y mujeres que venían desde distin-
tas experiencias preexistentes, tra-
bajo barrial en comedores, centros
culturales, cooperativas, desemplea-
dos provenientes de distintos gre-
mios, trabajadores precarios, jubi-
lados, en fin, un abanico en donde
la expresión del barrio quedaba
expuesta en sus distintas variantes.
Orgullosamente, cargamos el til-
de de PIQUETEROS, con nues-
tras banderas rojinegras y pañuelos,
fuimos firmes resistentes del neoli-
beralismo, tuvimos compañeros
presos y muertos por la represión
policial. Desde el Bloque Piquetero
Nacional generamos innumerables
y memorables jornadas de lucha
por los más desprotegidos en todo
el país. Fuimos actores centrales en
la jornada del 26 de junio que se
recuerda como la masacre de Puen-
te Pueyrredon. La misma arrojó
más de 70 heridos de balas en nues-
tras filas y el ultraje a la sede del
Partido Comunista de Avellaneda
(donde en su interior había dece-
nas de compas resguardados de las
balas policiales).Fuimos la primera
organización de la Argentina que
instaló una nueva y diferente for-
ma de reclamo. El LEVANTA-
MIENTO DE PEAJES: mientras
más de 5.000 compañeros simulaban
un inminente corte de la Autopista
del Oeste, otro grupo menor a 50
personas llegaron hasta las barreras
de peaje para liberarlas. Fue inédito,
fue astuto, fuimos nosotros…
Claro, en estos 15 años de vida
tuvimos aciertos y errores, pero no
nos cabe duda que hicimos lo que
había que hacer en este período
cercano. La lucha de esos años fue
el ariete que permitió una nueva
etapa abierta en nuestro país a par-
tir de 2003. La llegada del kirchne-
rismo al Gobierno nos generó, en
primera instancia, suma desconfian-
za; la cual, con el correr de los he-
chos, fue cambiando y si tenemos
que hacer una síntesis de los últi-
mos 12 años, los consideramos
desde nuestra visión como los me-
jores del último medio siglo. En
donde hubo errores, pero sin duda
fue un gobierno atacado por sus
aciertos a favor de los más despro-
tegidos, los trabajadores y por su
inserción en defensa de nuestra so-
beranía y la integración latinoame-
ricana. Y esto no significa estar de
acuerdo con visiones reformistas
de construir un capitalismo serio o
más humano, o que debe haber
conciliación de clases, o que seamos
convidados de piedra ante muchas
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
decisiones tomadas en pequeños
núcleos, o que tras la derrota elec-
toral no podamos realizar una au-
tocrítica para corregir los errores a
futuro. Pero sí somos conscientes
del vínculo estrecho entre reforma-
revolución, de que hay que cons-
truir correlación de fuerzas para
ganar batallas, que hay que buscar
la unidad de los sectores populares
sociales y políticos para enfrentar a
los poderosos, los traidores y ven-
depatria que actúan al servicio de
los yanquis desde adentro y afuera.
El capitalismo no está
muerto
Compañeros/as, el capitalismo
tiene una crisis como nunca, pero
no está acabado. Tiene la capaci-
dad de reciclarse y descargar la mis-
ma sobre los pueblos, mediante la
rapiña financiera y el asiento de ba-
ses militares; inventan guerras todos
los días, hacen golpes blandos, todo
el tiempo están pensando en cómo
no perder el dominio del mundo.
Claro, para eso cuentan con las
derechas en cada país, las cuales se
expresan desde la política, pero tie-
nen ramificaciones en todos los es-
tamentos, los medios masivos de
comunicación, una parte importante
del Poder Judicial y en las cúpulas
eclesiásticas. Con todo ese poder
van perfeccionando su llegada a la
gente a través del engaño y la ma-
ceración ideológica. Durante los
últimos años (aunque lo nieguen),
su centro de atención ha sido nues-
tro continente y ante el avance de
gobiernos populares, lanzaron una
tremenda ofensiva principalmente
dirigida a instalar el tema de la co-
rrupción como producto de esos
gobiernos. Este ataque, a veces sub-
estimado por los gobiernos regio-
nales e incluso por nosotros mis-
mos, está llevando a que vuelvan a
tomar el poder por vía de los con-
sensos que da el voto. La situación
de nuestro país está en ese contex-
to, lograron construir un Partido de
carácter liberal conservador que ha
puesto en el ejecutivo a los dueños
del poder real, los grupos econó-
micos concentrados, bajo la conduc-
ción de la embajada yanqui. En solo
6 meses se ha generado una situa-
ción regresiva, que puede superar a
la vivienda en la década de los 90.
La situación actual
Como decimos en el párrafo an-
terior, el triunfo que lo lleva al ma-
crismo al gobierno, ha generado
CAMBIOS, que lamentablemente
van en contra de todos nosotros/
as. Antes de las elecciones intenta-
mos advertir de lo que podía pasar
si ganaba Macri, los medios decían
la «campaña del miedo». Ese mie-
do hoy se convierte en una obra
maestra del terror: devaluación, ta-
rifazos, despidos, aumentos de pro-
ductos básicos, cierre de programas
muy importantes, destrucción del
mercado interno, etc. Esto para el
pueblo trabajador. Del otro lado,
aseguraron los privilegios de los
más ricos, dejándoles de cobrar
impuestos a los sojeros, la minería,
pagándole a los buitres, reeditando
las relaciones carnales con los Esta-
dos Unidos, pero también con los
españoles, dejando muy en claro
que justamente están en el poder
para defender a los poderosos.
Aceleradamente se ve, día a día,
cómo nuestra calidad de vida (me-
jorada paulatinamente en los últimos
años) se va deteriorando y somos
los más desprotegidos/as los que de
forma mayor recibimos el impacto,
nuestros compañeros desocupados,
cuentapropistas, cooperativistas, tra-
bajadores precarios o con contra-
tos basura, los jubilados y también
las pequeñas empresas, están sufrien-
do cierres o suspensiones que gene-
ran incertidumbre en buena parte de
los trabajadores.
Compañeros/as, así como en el
2001 estuvimos al frente de cada
lucha contra la tremenda situación
de exclusión que se vivía, hoy es
momento de tener nuestros mayo-
res compromisos y espíritu de sa-
crificio para defender esos derechos
conquistados en los últimos 12
años. Debemos reorganizarnos en
cada barrio, en cada municipio, en
todo el país; sin esperar órdenes de
nadie, sin pensar que algún ente sal-
vador nos empujará a la lucha.
Debemos estar convencidos de que
nuestra visión fue más que acerta-
da y no para echarla en cara a nues-
tros compañeros o aliados, sí para
reafirmarnos que nuestros funda-
mentos han estado del lado correc-
to. Ayer (2001), cuando cortábamos
rutas y puentes (casi en soledad), lue-
go cuando nos propusimos nuevas
formas de reclamo y nos plantea-
mos recuperar la cultura del trabajo
(2004), más cercano advirtiendo que
si no había profundización de los
cambios mediante la participación
89
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
popular, podía haber restauración
neoliberal, y antes del proceso elec-
toral, pidiendo a gritos la unidad
del campo popular que impidieses
la instalación de un gobierno de
derecha.
Los trabajadores hemos pasado
momentos complicados y, sin em-
bargo, logramos salir adelante. Al-
gunos hablan de un final de ciclo,
de que vivir un poco mejor solo
fue una mentira, que los más hu-
mildes no tenemos derechos ni a
comprarnos un teléfono… Tene-
mos frente nuestro a un enemigo
90
muy poderoso, al cual desde las fi-
las del MTL estamos dispuestos a
enfrentar. Hoy más que nunca te-
nemos que levantar nuestras ban-
deras y pañuelos rojinegros. Nece-
sitamos afirmarnos en los concep-
tos de quiénes somos, de dónde
venimos y hacia dónde vamos. Hay
una nueva etapa, pero con final
impredecible, en la cual no pode-
mos perder nuestros sueños de vi-
vir en una sociedad más justa, con
hombres y mujeres libres.
Esos sueños estarán cerca de la
realidad si no abandonamos nues-
tros principios, si consolidamos la
fuerza propia, la cual, junto a nues-
tro Partido, la CTA y todo el cam-
po popular, genere un gran frente
antiajuste, hacia la búsqueda de la
alternativa política que, más tempra-
no que tarde, ponga en el gobierno
a representantes reales del pueblo y
no a los dueños del poder.
Libertad a Milagro Sala y a
todos/as los perseguidos por luchar
Vivan los 15 años del MTL
y sigamos luchando, creando
poder popular
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
¡Paremos la miseria planificada!
Documento de trece organismos de DDHH leído
en la Plaza de Mayo el 24 de marzo de 2017
A
41 años del Golpe de Estado genocida de
Videla, Agosti, Massera, de los grupos eco
nómicos, la cúpula de la Iglesia, de la corpo-
ración judicial, la Embajada de Estados Unidos, ve-
nimos nuevamente a esta Plaza a repudiar los críme-
nes de lesa humanidad: las miles de desapariciones
forzadas, asesinatos y presos políticos; las torturas;
el robo de bebés; el funcionamiento de cientos de
centros clandestinos de detención, tortura y exter-
minio; la censura; la mentira organizada; la pobreza
programada; una Guerra por Malvinas con delitos
de lesa humanidad; la deuda externa que causó ham-
bre por décadas; el exilio al que fueron obligadas
miles de personas; el terrorismo de Estado.
Este año, además, venimos a denunciar los enor-
mes retrocesos en materia de derechos humanos
que sufre nuestro pueblo: la miseria planificada, la
persecución política, la represión y el encarcelamien-
to de militantes, la pérdida de la soberanía política
y económica.
Aquel 24 de marzo de 1976, la Casa de Gobierno
fue ocupada por la Junta Militar. Con los sectores
civiles del terror, desde ahí se ejecutó un plan crimi-
nal y sistemático de exterminio y empobrecimiento
del país. Con un modelo económico de exclusión y
pobreza, con la represión organizada en cientos de
centros clandestinos en todo el país, la planificación
del robo de bebés, la militarización de fábricas, la
prohibición de la organización política, la entrega del
país a los capitales internacionales, esa Junta genoci-
da inició un período cuyo preludio había sido la ne-
fasta Triple A, Alianza Anticomunista Argentina.
Con la coordinación de las dictaduras del Cono
Sur a través del Plan Cóndor, toda nuestra región se
volvió un lugar de terror y hambre, pero también de
luchas y resistencias con la organización social, políti-
ca, sindical y estudiantil de nuestros pueblos. Hubo
miles de presos políticos, miles de exiliados, miles
de detenidos-desaparecidos, miles de asesinados en
Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
En ese contexto de terrorismo de Estado, cuando
los genocidas cometían sus crímenes a diario, cuan-
do masacraban a los religiosos tercermundistas, cuan-
do secuestraban a las comisiones internas de las fá-
bricas, cuando desaparecían a los jóvenes estudian-
tes como los de La Noche de los Lápices, cuando se
llevaban a las fundadoras de Madres de Plaza de
Mayo, los medios masivos de comunicación que fue-
ron el órgano de propaganda y de acción psicológi-
ca de ese plan siniestro del horror, hablaban de cuer-
pos que aparecían de la nada, o de «enfrentamien-
tos» para ocultar los fusilamientos. Mentían. Organi-
zaban la mentira desde las oficinas de Clarín, La
Nación, La Nueva Provincia o la Editorial Atlánti-
da, entre tantos otros. Entre las empresas y grupos
económicos responsables de ese plan de exterminio,
denunciamos a la Sociedad Rural Argentina, Ledes-
ma, Ford, Fiat, Mercedes Benz, La Veloz del Norte,
Acíndar, Dálmine-Siderca, Loma Negra y muchas
más. Eran los empresarios del terrorismo de Estado,
quienes con la cúpula de la Iglesia, la corporación ju-
dicial y la Embajada de Estados Unidos, integraron el
sector civil de esa dictadura. Todos esos responsables
civiles deben ser juzgados y condenados.
El 24 de marzo de 1976 se dio un Golpe genoci-
da que instaló el terrorismo de Estado. El horror
fue planificado desde el Estado. Nadie puede ne-
gar la dimensión de esos crímenes ni el número de
víctimas, son 30.000 personas que el Estado hizo
desaparecer por su militancia. Por eso, porque rei-
vindicamos las luchas de los 30.000 detenidos-des-
aparecidos, porque nos faltan desde hace más de
40 años y aún no hemos tenido la posibilidad de
recuperar sus restos, decimos: ¡repudiamos toda
expresión negacionista!
En esta Plaza, recordamos las luchas en los ingenios
azucareros, las Ligas Agrarias, el Cordobazo, el Rosa-
riazo y las comisiones internas en las fábricas, el movi-
miento sindical, estudiantil y popular, la militancia en
las organizaciones del Peronismo Revolucionario:
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UES, Montoneros, FAP, Sacerdotes por el Tercer
Mundo y FAL; la tradición guevarista del PRT, Ejérci-
to Revolucionario del Pueblo; y las tradiciones socia-
listas y comunistas: Partido Comunista, Vanguardia
Comunista, PCR y PST; y tantos espacios en los que
miles de compañeras y compañeros lucharon por una
Patria justa, libre y solidaria. Nadie, y menos desde el
Estado, puede poner en duda que ¡SON 30.000! Y en
esta Plaza, y con todo el pueblo, ante la Casa de Go-
bierno, gritamos: ¡presentes, ahora y siempre!
También seguimos reclamando la urgente apertu-
ra y desclasificación de absolutamente todos los ar-
chivos, tanto en el país como en otros lugares del
mundo, para saber todos los nombres de los culpa-
bles y qué hicieron con los cuerpos de las víctimas.
En plena dictadura, vinimos a esta Plaza a exigir
saber dónde estaban los desaparecidos. El próximo
30 de abril se cumplirán los 40 años de lucha de las
Madres de Plaza de Mayo. Empezaron a caminar
acá mismo, mientras a su alrededor tenían a las Fuer-
zas represivas de la dictadura. Caminaron, denun-
ciaron, reclamaron, buscaron. El pañuelo blanco se
conoció en el mundo con el grito que trajeron a
esta misma Plaza: ¡aparición con vida! Esas Madres
desafiaron al terror y se unieron por la búsqueda
de sus hijos, hijas y de los 30.000. Fueron persegui-
das, secuestradas, torturadas, desaparecidas y arro-
jadas en los vuelos de la muerte. Son 40 años de
lucha permanente por la memoria, la verdad y la
justicia. Son 40 años de ejemplo, perseverancia, soli-
daridad y compromiso. Queridas Madres, queridas
compañeras, a 40 años de lucha, con todo el pueblo
en esta Plaza, queremos decirles: ¡Madres de la Plaza,
el pueblo las abraza!
Hoy, las Madres abrazan al Pueblo y, recordando
el doloroso peso del «mirar hacia otro lado», las in-
diferencias y también ciertas nefastas connivencias y
complicidades de aquellos trágicos años, hoy pro-
clamamos y pedimos: nunca más el silencio.
Acá, y en todas las plazas del país en las que tam-
bién hay marchas y actos, reivindicamos las luchas
de los 30.000. Lo dijimos siempre, y más ahora, en
tiempos en los que intentan reeditar los discursos del
«no te metás». Nos vamos a seguir metiendo, vamos
a seguir denunciando el avasallamiento de derechos
por parte del Gobierno antipopular de Mauricio
Macri, vamos a seguir exigiendo la libertad para
Milagro Sala y todas las presas y presos políticos,
vamos a seguir denunciando los despidos, el ham-
92
bre, el ajuste, la represión y la persecución política,
vamos a seguir exigiendo la erradicación de la vio-
lencia institucional. No hay errores en las políticas
neoliberales: hay hambre planificado.
40 años atrás, Rodolfo Walsh en su Carta a la Jun-
ta denunció que «lo que ustedes llaman aciertos, son
errores, los que reconocen como errores, son crí-
menes, y lo que omiten, son calamidades». 40 años
se cumplirán mañana del día en el que la patota de la
ESMA lo asesinó, llevó su cuerpo al centro clandes-
tino y lo desapareció. En esa Carta, hoy se pueden
volver a leer realidades que vivimos, porque el plan
económico de este Gobierno democrático tiene los
mismos objetivos que el de Martínez de Hoz: me-
nos derechos para los trabajadores, apertura de las
importaciones, destrucción de la industria nacional,
aumento indiscriminado de la deuda externa y ali-
neamiento con Estados Unidos y el FMI.
Esa dictadura genocida, con la Doctrina de la Se-
guridad nacional en la mano, construyó al denomi-
nado «enemigo interno» para justificar sus crímenes.
Con despidos masivos y fábricas militarizadas, las tra-
bajadoras y trabajadores organizados fueron el sector
donde se concentró la mayor cantidad de víctimas.
Como sostuvo Rodolfo Walsh en su Carta abierta
«cuando los trabajadores han querido protestar, los
han calificado de subversivos, secuestrando cuerpos
enteros de delegados, que en algunos casos apare-
cieron muertos, y en otros no aparecieron».
Hoy, 41 años después del Golpe, han reinstalado
un plan económico de exclusión y, nuevamente, los
trabajadores y trabajadoras vuelven a ser los princi-
pales perjudicados. Tanto en el sector privado como
en el estatal, los despidos se cuentan de a miles, mien-
tras intentan que regresemos a tiempos de flexibili-
zación laboral. Los docentes, en reclamo por la pa-
ritaria nacional, son atacados no sólo públicamente,
sino también con amenazas, como las sufridas por
el compañero Roberto Baradel y su familia, hechos
que repudiamos enérgicamente. Ese plan económi-
co se complementa con la persecución a los trabaja-
dores organizados, quienes representan la resistencia
al proyecto neoliberal. Repudiamos enérgicamente
la persecución a trabajadores y acompañamos la lu-
cha que se da en cada lugar del país en defensa del
derecho al trabajo, como AGR-Clarín, la cooperativa
del Bauen, la Textil Neuquén, Atanor y tantas otras.
Los planes económicos de hambre tienen como
condición necesaria la represión. Por eso, este
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Gobierno pretende imponer un protocolo de re-
presión de las protestas sociales. Esa es su respuesta
ante un pueblo organizado. Este Gobierno reprime
y persigue, como lo demuestra la represión a muje-
res en el Encuentro Nacional en Rosario y en la mar-
cha del 8 de marzo, la represión a los pueblos origi-
narios, como la comunidad mapuche de Cushamen,
generada para defender los intereses de empresas mul-
tinacionales que nos siguen robando el territorio. Los
pueblos originarios siguen sufriendo el abandono del
Estado, que responde con represión para defender a
los empresarios que son socios y amigos de Mauri-
cio Macri, como Joe Lewis. La represión a las mani-
festaciones populares no son hechos aislados: son
órdenes sistemáticas.
¡Basta de represión! Siempre lo dijimos y hoy lo
repetimos: la represión nunca puede ser la respuesta
a la protesta social. Vemos con profunda preocupa-
ción el aumento de la violencia institucional, cuyas
principales víctimas son los jóvenes, como Ezequiel
e Iván, integrantes de la Garganta Poderosa tortura-
dos por Gendarmería, las detenciones arbitrarias
como sucedió con varios grupos detenidos al pintar
murales por la libertad de Milagro Sala, y los contro-
les policiales abusivos en espacios públicos. También
seguimos exigiendo que las cárceles dejen de ser lu-
gares de violación de derechos. Asimismo, exigimos
el castigo a los culpables de los asesinatos de Darío
Iki Julián y César Méndez, integrantes del Movimiento
Popular La Dignidad.
Se hace difícil terminar con las violencias hacia las
mujeres cuando hay un Estado que cierra áreas de
atención y protección, o con un Poder Judicial pa-
triarcal, que criminaliza a las víctimas, o con un Presi-
dente de la Nación misógino. Hay mujeres que a dia-
rio pierden la vida por los femicidios o la trata de
personas: mientras sectores del Poder Judicial, las
Fuerzas de Seguridad y otros funcionarios, por ac-
ción u omisión, sean parte del delito, lejos estaremos
de terminar con ese crimen que se roba a diario mi-
les de vidas de mujeres, hombres, niños y niñas para
la explotación sexual y/o laboral.
Además, con la excusa de enfrentar a la inseguri-
dad, nuevamente, sectores de derecha pretenden cri-
minalizar a los jóvenes, bajando la edad de imputa-
bilidad. El Estado debe garantizar derechos, no vul-
nerarlos. El Estado no puede actuar en contra de
tratados de protección de los derechos de niños, ni-
ñas y adolescentes. Debe tomar medidas inclusivas y
de promoción de derechos. Hoy vemos funciona-
rios más preocupados por meter presos a pibes de
14 años que por garantizarles salud y educación.
A 35 años de la Guerra por Malvinas, con un go-
bierno servil de las grandes potencias mundiales, te-
nemos que defender más que nunca nuestra sobera-
nía. No podemos aceptar que organismos del Esta-
do distribuyan mapas oficiales sin nuestras islas, como
hizo el Ministerio de Desarrollo Social. Y así como
apoyamos el proceso de identificación de los 123
cuerpos que siguen sin nombre en el cementerio de
Darwin, acordado entre Argentina, Inglaterra y la
Cruz Roja, seguimos exigiendo que se investiguen los
crímenes de lesa humanidad cometidos contra los
soldados argentinos y que se apoye y acompañe des-
de el Estado a los ex combatientes. ¡Las Malvinas
son argentinas!
Nuestra identidad está en permanente construcción.
Día a día, seguimos buscando a los nietos y nietas
que faltan. Nacieron en el cautiverio de sus madres o
fueron secuestrados junto a sus padres. Desde en-
tonces, los seguimos buscando. Hasta ahora, hemos
encontrado 121 de esas verdades, pero faltan mu-
chas más. Por eso, al cumplirse 40 años de lucha de
las Abuelas de Plaza de Mayo, seguimos necesitando
que todo el pueblo se comprometa en la búsqueda
de los más de 300 hombres y mujeres que viven bajo
una identidad falsa. Si tienen algún dato que pueda
contribuir a ese encuentro, por favor, díganlo. Ha-
blen con ese posible hijo de desaparecidos para que
se anime a dar el paso. Si dudan sobre su identidad,
por favor, acérquense. También necesitamos que se
rompan los pactos de silencio de los genocidas, quie-
nes saben qué niños y niñas nacieron, en qué centro
clandestino, a dónde fueron entregados y cuáles son
las familias apropiadoras. Sin esa verdad, sin cada
nieto con su familia, la deuda de nuestra democracia
sigue siendo enorme.
En esta Plaza somos miles. Incluso, tal vez ya estén
por acá los bisnietos, quienes también tienen derecho
a conocer su identidad. Por eso, porque la identidad
es un derecho, les pedimos que no se queden con la
duda y se acerquen a las Abuelas: no sólo se van a
encontrar con la verdad, sino también con el abrazo y
el amor de la familia. Son 40 años buscando encuen-
tros, 40 años encontrando verdades. Juntos, podemos
vencer al miedo: ya es tiempo de encontrarnos.
En esos mismos pactos de silencio de los genoci-
das está la información para saber dónde están los
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 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
cuerpos de los miles de desaparecidos. Nos deben
eso: después de 41 años, seguimos necesitando saber
dónde están. A la desaparición forzada le siguieron
años, y luego décadas, sin saber dónde están los cuer-
pos de nuestros familiares y compañeros. Necesita-
mos esa verdad de manera urgente, como también
necesitamos que el Estado responda dónde está Jor-
ge Julio López, a más de 10 años de su segunda des-
aparición forzada.
La búsqueda de justicia comenzó en pleno genoci-
dio con la presentación de habeas corpus y reclamos
y denuncias ante organismos nacionales e internacio-
nales. La recuperación de la democracia permitió que
las Juntas militares fueran juzgadas en 1985, pero las
leyes de impunidad volvieron a poner a los genoci-
das en las calles. Sin embargo, nuestro pueblo siem-
pre siguió luchando por Memoria, Verdad y Justicia
en la Argentina y otros países. Así, se abrieron proce-
sos judiciales en el exterior, mientras en el nuestro
sólo podían avanzar las causas por apropiación. En
el 2003, las luchas del pueblo fueron reconocidas en
políticas de Estado. Desde el año 2003 hasta el 2015,
con los Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina
Fernández, se tomaron decisiones históricas en nues-
tro país, especialmente en las respectivas a las políti-
cas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia: se de-
claró la nulidad e inconstitucionalidad de las leyes de
Obediencia Debida, Punto Final e Indultos, se re-
abrieron los juicios, fueron señalizados los ex centros
clandestinos de detención, tortura y exterminio, y
muchos de ellos recuperados como espacios de
memoria. Un Presidente de la Nación, Néstor Kir-
chner, pidió perdón en nombre del Estado.
Hoy vemos cómo Mauricio Macri retrocede y se
niega a hablar de los desaparecidos. A la par, vemos
cómo sus funcionarios se reúnen con asociaciones
que reivindican el terrorismo de Estado y además
ejerce el negacionismo, como Gómez Centurión o
Darío Lopérfido.
Los juicios a los genocidas se constituyeron en un
ejemplo ante el mundo. Con todas las garantías cons-
titucionales respetadas para los imputados y sin tri-
bunales especiales, los juicios siguen en todo el país,
porque ya son parte del pueblo argentino. Ya hay
más de 750 genocidas condenados y vamos a seguir
luchando por más Memoria, Verdad y Justicia, y para
que el Estado no retroceda en sus responsabilidades.
No vamos a permitir impunidad: el único lugar para
un genocida es la cárcel común, perpetua y efectiva,
94
no lo son sus casas ni las cárceles de lujo, como Cam-
po de Mayo.
Tenemos que volver a denunciar que el Gobierno
de Mauricio Macri no sólo cobija funcionarios ne-
gacionistas, sino que, además, gestiona retrocesos en
las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Desde la
Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que
dirige Claudio Avruj, se retiró la querella contra el
civil de la dictadura Alejandro Reynal, no se apeló el
sobreseimiento a Magnetto, Herrera de Noble y Mitre
por Papel Prensa y se vaciaron espacios como el
Programa «Verdad y Justicia», clave en la colabora-
ción con el Poder Judicial para impulsar investiga-
ciones y causas. También fueron desmanteladas las
Direcciones de Derechos Humanos del Ministerio
de Seguridad y el Banco Central, dedicadas a buscar
documentación de la dictadura y corre el mismo ries-
go el equipo de Derechos Humanos del Ministerio
de Defensa. Hoy vemos cómo estos discursos ne-
gacionistas y estos mensajes de desidia y desinterés
del Gobierno operan sobre el Poder Judicial.
Repudiamos el accionar de una parte del Poder
Judicial que hoy representa un peligro para el juzga-
miento de los responsables del horror. Denuncia-
mos las sentencias que consagran la «teoría de los
dos demonios», como el de la Masacre de Capilla
del Rosario, y la impunidad de la participación civil,
casos como el de Carlos Pedro Tadeo Blaquier, dic-
tados por las Salas III y IV de la Cámara Federal de
Casación Penal. En ese sentido, es responsabilidad
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación impe-
dir que la Cámara de Casación vuelva a frenar estos
juicios, revocando estos fallos y también confirman-
do otros que dejaron en claro que el terrorismo de
Estado empezó mucho antes del Golpe del ´76,
como el de la Masacre de Trelew. No alcanza con
reuniones y declaraciones: de los jueces, queremos
que agilicen los juicios, sentencias que reconozcan el
terrorismo de Estado y que hagan justicia.
En el año que pasó también se consiguieron lo-
gros importantes. Por primera vez un empresario,
Marcos Levín, fue condenado por crímenes de lesa
humanidad. Por primera vez un juez fue condenado
por entregar a una hija de desaparecidos, adoptada
ilegalmente. En Córdoba se dictó una sentencia his-
tórica por los crímenes de La Perla. Vamos a seguir
militando para que cada vez sean más, para que cada
vez haya más genocidas en la cárcel. En esta misma
plaza reclamamos que el Poder Judicial investigara si
 D · O · C · U · M · E · N · T · O · S
César Milani había cometido delitos de lesa humani-
dad. Hoy celebramos que la justicia haya avanzado y
una vez más gritamos bien fuerte ¡JUICIO Y CAS-
TIGO A TODOS LOS GENOCIDAS!
Los juicios por delitos de lesa humanidad necesi-
tan el compromiso de los tres Poderes del Estado.
Una vez más, exigimos al Poder Legislativo que con-
forme la Comisión Bicameral para la investigación
de la participación civil en delitos de lesa humani-
dad, como también reclamamos que cesen los in-
tentos de remover a la Procuradora General, Ale-
jandra Gils Carbó.
Estamos acá, en esta Plaza, en el Día Nacional de
la Memoria por la Verdad y la Justicia. Meses atrás,
el Gobierno intentó mover este feriado para con-
vertirlo en un día de paseo y con el objetivo de re-
ducir las movilizaciones. Pero eso es imposible: nue-
vamente, somos miles en las calles y plazas del país.
El 24 de marzo es una fecha en la que nuestro pue-
blo recuerda, reivindica, denuncia y fortalece la lu-
cha. Por eso, porque pasaron 41 años del Golpe,
reafirmamos nuestro compromiso con el proyecto
de país por el que lucharon los 30.000 y todos los
compañeros y compañeras de nuestros países her-
manos, organizados contra las dictaduras de la re-
gión. Seguimos defendiendo esta Patria Grande, a
pesar de los ataques permanentes, como el año pa-
sado con el golpe a la compañera Dilma Rousseff,
con los intentos de derrocar a Nicolás Maduro o de
debilitar el Gobierno de Evo Morales. ¡Fuerza, com-
pañeros y compañeras de la Patria Grande!
Basta de discriminar a las personas migrantes. Re-
pudiamos enérgicamente las medidas dispuestas para
poner en funcionamiento una cárcel para migrantes,
como también los intentos para institucionalizar la
discriminación y xenofobia. Somos pueblos herma-
nos y lo seguiremos siendo. Quienes gobiernan, de-
ben entenderlo y respetarlo.
Los gobernantes también deben escuchar los re-
clamos por la libertad de Milagro Sala, Gladys Díaz,
Mirta Aizama, Alberto Cardozo, Mirta Rosa Gue-
rrero, Javier Nievas y Graciela López, integrantes de la
Organización Tupac Amaru, presos y presas políticas
del Gobernador Gerardo Morales, el Presidente Mau-
ricio Macri y el empresario responsable de crímenes de
lesa humanidad, Carlos Pedro Tadeo Blaquier.
Una Argentina con presos y presas políticas como
Milagro Sala, situación cuestionada incluso por or-
ganismos internacionales, con miseria planificada
como realidad en cada familia, con precios que suben
mientras los salarios bajan, con represión como res-
puesta sistemática a la protesta social, con desocupa-
ción masiva, con fábricas que deben cerrar mientras
se abren todas las puertas del país a la importación,
con el miedo y la persecución política como amena-
za, la persecución a sindicatos opositores, con un mer-
cado interno que privilegia a las multinacionales por
sobre las pequeñas y medianas empresas nacionales,
con un plan económico de exclusión de las mayorías,
con genocidas y golpistas desfilando en actos oficiales.
Éste no es el país por el que lucharon los 30.000.
Por eso, porque nacimos en sus luchas y viven en las
nuestras, vamos a seguir luchando por una Argentina
para todos y todas, con libertad, inclusión, igualdad y
solidaridad. Cuando la violencia, el hambre y la exclu-
sión son organizados desde el Estado de manera sis-
temática, no hay errores: lo que hay es un Gobierno
que avasalla los derechos del pueblo.
A 41 años del Golpe cívico-militar, denunciamos
el mismo plan económico y sostenemos la misma
lucha. Por eso, exigimos: ¡BASTA DE MISERIA
PLANIFICADA!
Ante un Gobierno que vulnera los derechos del
pueblo, seguimos respondiendo con lucha, compro-
miso y solidaridad. Vamos a seguir en las calles, las
plazas, las luchas. Vamos a seguir gritando ¡PRESEN-
TES! por los 30.000, porque detrás del negacionis-
mo está el intento de olvido, y detrás del intento de
olvido está la intención de desmovilizarnos, de vol-
ver a «foja cero» las luchas. No nos han vencido: ¡es-
tamos acá, en unidad, con el pueblo, con las banderas
de los 30.000 en alto!
¡LIBERTAD A LAS PRESAS Y PRESOS POLÍ-
TICOS!
¡RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LOS
NIETOS Y NIETAS!
¡JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENO-
CIDAS!
¡BASTA DE REPRESIÓN AL PUEBLO!
¡BASTA DE MISERIA PLANIFICADA!
¡30.000 DETENIDOS-DESAPARECIDOS: PRE-
SENTES, AHORA Y SIEMPRE!
¡30.000 DETENIDOS-DESAPARECIDOS: PRE-
SENTES, AHORA Y SIEMPRE!
¡30.000 DETENIDOS-DESAPARECIDOS: PRE-
SENTES, AHORA Y SIEMPRE!
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 Impreso en el mes de Junio de 2017 en Altuna Impresores, Doblas 1968 (C1424BMN)
Buenos Aires, Argentina. altunaimpresores@altunaimpresores.com.ar

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