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GUIÓN PRESENTACIÓN DE LA TESIS

Planteamiento del problema:

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del desarrollo neurológico
caracterizado por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el
adecuado desempeño del niño o adolescente en las áreas académica, social y familiar.

Según Santos y Vasconcelos (2010) “actualmente este es el trastorno del neurodesarrollo más frecuente
en población infantil” (p. 717). Teniendo una prevalencia a nivel mundial de 5% en niños y adolescentes
, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, (Suárez, 2017)

Algunos de los déficits observados en el TDAH han sido asociados a trastornos neurológicos en los
circuitos fronto-estriatales, los cuales están implicados en el funcionamiento ejecutivo (Castellanos, et al.,
2000; Capilla-González, et al., 2004; Epstein, et al., 2007; Carboni-Román, del Río Grande, Capilla,
Maestú y Ortiz, 2006, como se citaron en García, et al., 2013).

Las FE son definidas como “​las capacidades mentales esenciales para llevar a cabo una conducta
eficaz, creativa y aceptada socialmente” ​(Lezak, como se citó en Tirapu y Muñoz, 2005, p. 475).
Para la valoración de los ​déficits ejecutivos se han propuesto diferentes pruebas neuropsicológicas que
han mostrado su utilidad para detectar disfunciones del córtex prefrontal (Tirapu-Ustárroz,
Muñoz-Céspedes y Pelegrín-Valero, 2002).
No obstante, quedan pendientes importantes retos en la medición de las FE, entre los que destacan los
problemas de especificidad y representatividad de los test y su validez ecológica (Verdejo-García y
Bechara, 2010)

De esta forma, se hace necesario disponer de herramientas de evaluación fiables y válidas, que permitan
evaluar estos componentes y predecir en qué grado los posibles déficits en las FE condicionan el
desempeño diario de niños y adolescentes (García, et al., 2014).

Por esto, estudios previos recientes han indicado la necesidad de medir las FE en niños con TDAH
incluyendo también escalas de observación tanto por parte de la familia como de la escuela (Barkley y
Murphy, 2010; Shimoni, Engel-Yeger, y Tirosh, 2012, como se citaron en Gallego, García y Fenollar,
2018).
Gallego et al. (2018) recomiendan que se continúen realizando investigaciones en las que se lleve a
cabo una medición de las FE, que incluyan pruebas de rendimiento y escalas de observación. Además,
la literatura al respecto es escasa, especialmente en casos de pacientes con TDAH.

Ledochowski, Andrade y Toplak (2019) afirman que aún no se han realizado estudios publicados que
incluyan las correlaciones entre la reciente segunda edición publicada del Inventario de Funciones
Ejecutivas (BRIEF-2) y tareas basadas en el rendimiento.

Teniendo en cuenta lo anterior, este estudio busca responder a la pregunta: ¿Existe relación entre las
medidas cognitivas y conductuales de las FE, en niños y adolescentes con trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad (TDAH)?
Objetivos
Objetivo general
Identificar la relación existente entre el desempeño en medidas cognitivas y conductuales de
funciones ejecutivas en niños y adolescentes con TDAH.
Objetivos específicos
- Describir el desempeño en medidas cognitivas de funciones ejecutivas de niños y
adolescentes con TDAH.
- Describir el desempeño en medidas conductuales de funciones ejecutivas de niños y
adolescentes con TDAH.
- Correlacionar el desempeño en medidas cognitivas y conductuales de funciones ejecutivas de
niños y adolescentes con TDAH

Marco teorico.

Cortex prefrontal.
El córtex prefrontal (CPF) debe considerarse como un área de asociación heteromodal interconectada
con una red distribuida de regiones corticales y subcorticales (Tirapu y Luna, 2012, p.22). Según Tirapu,
Muñoz, Pelegrín y Albeniz (2005) las conductas y funciones cognitivas más específicas del ser humano,
como la inteligencia, la conciencia, la personalidad, el juicio ético, la toma de decisiones, la capacidad
para resolver situaciones novedosas o la creatividad, se han asociado directamente con esta estructura

cerebral.

Corteza Prefrontal Dorsolateral.

La porción dorsal se encuentra estrechamente relacionada con los procesos de planeación, memoria de
trabajo, fluidez (diseño y verbal), solución de problemas complejos, flexibilidad mental, generación de
hipótesis, estrategias de trabajo, seriación y secuenciación” (Stuss & Alexander, 2000, como se citó en
Flores y Ostrosky, 2008), asimismo se relaciona con los proceso de metacognición, permitiendo la
auto-evaluación o monitoreo y el ajuste/control de la actividad en base al desempeño continuo.

Corteza Prefrontal Medial.


Esta área se encuentra relacionada con los procesos de inhibición de respuestas, la regulación
conductual, atencional y de estados motivacionales, incluyendo la agresión. Las porciones más
anteriores de esta región están involucradas en los procesos de mentalización, y la detección de errores
y solución de conflictos (Lozano y Ostrosky, 2011).

Corteza Orbitofrontal.
Esta región frontal participa principalmente en la regulación de la conducta civil y socialmente apropiada,
es decir, se encuentra asociada con las funciones cognitivas que ​permiten el manejo del conocimiento
social ​por medio de la detección de riesgos y beneficios en el ambiente que generan la realización de
patrones de comportamiento. Asimismo, se encuentra ​involucrada en procesamiento y regulación de
emociones y estados afectivos, así como en la regulación y el control de la conducta, la detección
de riesgos y beneficios​ (García, Enseñat, Tirapu y Roig, 2009; Lozano y Ostrosky, 2011; Soriano et al.,
2005).

Funciones Ejecutivas.
Las FE son consideradas como “un conjunto de habilidades implicadas en la generación, supervisión,
regulación, ejecución y reajuste de conductas adecuadas para alcanzar objetivos complejos,
especialmente los novedosos para el individuo y que precisan una solución creativa” (Tirapu, Cordero,
Luna y Hernández, 2017, p.76).

Asimismo, ​Verdejo y Bechara, (2010) ) refieren que una de las principales características de las
funciones ejecutivas es su independencia del “input”, es decir, su capacidad de coordinar información
procedente de distintos sistemas de entrada (percepciones de distintas modalidades sensoriales),
procesamiento (atención, memoria o emociones) y salida (programas motores).

La mayoría de los modelos de funciones ejecutivas incluyen las siguientes funciones:

Flexibilidad cognitiva. ​capacidad para cambiar un esquema de acción o pensamiento de acuerdo a la


evaluación de sus resultados.

Inhibición de respuestas. ​Soprano (2003) define la inhibición de respuestas como “la habilidad para
resistir a los impulsos y detener una conducta en el momento apropiado” (p.45).

Memoria de Trabajo. ​Según Berrym, Waterman, Baddeley, Hitch y Allen (2017), la


memoria de trabajo es: “la capacidad de almacenar y procesar información durante cortos
períodos de tiempo” (p.5). Se mantiene en conexión con la memoria a largo plazo, lo cual permite el
acceso a conocimientos y experiencias pasadas, para operar con mayor precisión en la resolución de los
problemas planteados (Etchepareborda y Abad-Mas, 2005)

Organización y planificación.
La planificación es una operación en la que se debe monitorizar, reevaluar y actualizar constantemente”
(Martos y Pérez, 2011, p.148), Por su lado, la organización implica la habilidad para ordenar la
información e identificar las ideas principales en tareas de aprendizaje o en la comunicación de
información, ya sea por vía oral o escrita.
Iniciativa.
Soprano (2003) afirma que la iniciativa es una “habilidad para iniciar una tarea o actividad sin ser incitado
a ello. Incluye aspectos tales como la habilidad de generar ideas, respuestas o estrategias de resolución
de problemas de modo independiente” (p.45).

Control.
El control como función ejecutiva cuenta con dos aspectos: el primero se refiere a la capacidad de
controlar el propio rendimiento durante la realización de una tarea el segundo aspecto, conocido como
autocontrol, (Soprano, 2003).

Control emocional.
Garrido (2006) afirma que es un “proceso que ayuda al ser humano a manejar sus estados emocionales,
para lo que puede utilizar distintos tipos de estrategias que conducen a ese objetivo” (p.499).

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)


Actualmente, el término TDAH es definido por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales en su quinta edición (DSM-5), el cual, lo especifica como un trastorno del desarrollo
neurológico caracterizado por un ​patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad​,
que es más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo
similar e interfiere con el adecuado desempeño del niño o adolescente en las áreas académica, social y
familiar (APA, 2013, p.82)
Vélez et al, (2013) refieren que el TDAH cuenta con alta prevalencia y morbilidad, convirtiéndose
en la enfermedad crónica más frecuente del periodo escolar, esto representa un problema complejo dado
a su aparición en edades tempranas, repercutiendo así en la vida diaria del niño y probablemente a lo
largo de esta.

Comorbilidades.

FE en niños con Déficit De Atención e Hiperactividad (TDAH)

Numerosos estudios han evidenciado la relación existente entre el TDAH y las FE (Houghton, et al, 1999;
Shallice, Marzocchi, Del Savio, Meuter, & Rumiati, 2002; Martín, et al, 2008; Yáñez, et al, 2012; Matthew,
2016).
Ramos y Pérez (2015, p. 302) refieren que:
Los niños con TDAH presentan disfunciones ejecutivas en memoria de trabajo (Romero et al., 2006),
control inhibitorio (Fernández-Perrone et al., 2013), flexibilidad cognitiva (Robinson y Tripp, 2013), control
emocional (Ghassabian, et al., 2013), regulación comportamental (Navarro y García, 2011),
monitorización (Zambrano-Sánchez, Martínez-Cortés, Del Rió-Carlos, Martínez-Wbaldo y Poblano,
2010), control atencional (Arango, Mejía, Cardona y Cornejo, 2008) y planificación (Ramos, Taracena,
Sánchez y Matute, 2011).
Para la evaluación de FE se han propuesto numerosas pruebas y tests neuropsicológicos que han
demostrado de forma general su utilidad para la detección de disfunciones ejecutivas en el córtex
prefrontal.
Aun así, actualmente han surgido diferentes investigaciones (Verdejo-García y Bechara, 2010; Ardila,
2008; García et al., 2014; Tan, Delgaty, Steward y Bunner, 2018; Zorrilla et al., 2013; ​Molina, Tirapu y
Roig, 2009) ​que cuestionan la validez ecológica de las pruebas cognitivas en la evaluación de las FE​,
destacando la falta de especificidad y representatividad de los test, así como las limitaciones de las
evaluaciones realizadas en contextos de laboratorio, lo cual no refleja la capacidad real del paciente para
hacer uso de sus habilidades, y dificulta la extensión del marco de referencia a situaciones de la vida
cotidiana​.
Algunas investigaciones han encontrado relaciones muy débiles e incluso nulas entre las medidas de las
pruebas de rendimiento y escalas de observación para evaluar las FE (Zorrilla et al., 2013; Tan et al.,
2018), refiriendo que la no existencia de relación puede deberse a las condiciones físicas en las cuales
se desarrolla la evaluación neuropsicológica, ya que, dicho contexto no permite valorar en toda su
amplitud las FE (​Molina et al., 2009). En esta línea, Suchy (2016) refiere que las pruebas clásicas o de
rendimiento evalúan sólo ciertos aspectos del constructo propios de su complejidad, omitiendo procesos
meta-cognitivos y de cognición social. Por ende, aunque las evaluaciones cognitivas y conductuales
miden el mismo constructo (FE) ​los dos tipos de medidas abordan diferentes procesos ejecutivos que
pueden manifestarse dependiendo de las exigencias de las instrucciones y el contexto (Miyaque et al.,
2002, como se citó en Krieger & Amador, 2017).

Hipótesis
H0. ​No existe relación entre ​el desempeño en medidas cognitivas y conductuales de funciones ejecutivas
de niños y adolescentes con TDAH.
Hi. ​Existe relación positiva entre el desempeño en medidas cognitivas y conductuales de funciones
ejecutivas de niños y adolescentes con TDAH.
Ha​. Existe relación negativa entre el desempeño en medidas cognitivas y conductuales de funciones
ejecutivas de niños y adolescentes con TDAH.
Variables
Las variables de estudio se definen de la siguiente forma:
Funciones ejecutivas de dominio cognitivo
Definición conceptual. Las FE de dominio cognitivo, también llamadas “FE frías”, “hacen referencia a
procesos de naturaleza cognitiva que son elicitados por problemas abstractos y no sujetos a un contexto
específico” (Broche y Herrera, 2016, p. 159). Dependen del sistema ejecutivo dorsal (Zelazo, et al 2003,
como se citaron en Tirapu, García, Luna, Roig y Pelegrín, 2008).

Definición operacional. ​Se utilizará la BANFE-2, la cual, es una batería que permite obtener no solo un
índice global del desempeño del sujeto en medidas cognitivas, sino también un índice del funcionamiento
de tres áreas prefrontales evaluadas: Corteza Orbitomedial, Dorsolateral y Prefrontal anterior.
Funciones ejecutivas de dominio conductual
Definición conceptual. ​Las funciones ejecutivas de dominio conductual, también llamadas “FE
Calientes”, son aquellas que están más involucradas en valores afectivos y motivacionales y se
encuentran asociadas con la corteza orbitofrontal (Zelazo y Muriel, 2002, citados en Lozano y Ostrosky,
2001). Aluden a “aspectos emocionales, conductuales y sociales” (Maldonado, et al, 2017, p. 7) .

Definición operacional. ​Para el presente estudio se operacionaliza la variable mediante la prueba


BRIEF-2 para familiares, esta es la prueba de referencia a nivel internacional para la evaluación de las
FE por parte de padres, madres y profesores.
M​etodología
El presente estudio se enmarca en un enfoque cuantitativo, es de alcance correlacional y diseño no
experimental transversal correlacional - descriptivo. Lo anterior teniendo en cuenta que la finalidad de
este trabajo es estudiar la relación existente entre el desempeño en medidas cognitivas y conductuales
de funciones ejecutivas de niños y adolescentes con diagnóstico de TDAH de la ciudad de Cartagena,
sin manipular variables o ver los efectos de éstas a lo largo del tiempo (Hernández, Fernández y
Baptista, 2014).
Población
La población de este estudio está conformada por niños y adolescentes diagnosticados con TDAH, con
edades comprendidas entre los 6 y 16 años, de ambos géneros, vinculados a las instituciones Rehabilitar
I.P.S, Fundación los Ángeles, I.E. República de Argentina, Colegio Pitágoras y Clínica la Misericordia, de
la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia.

Muestra:
La muestra del estudio está conformada por 40 participantes, 35 (87,5%) hombres y 5 (12,5%) mujeres,
con diagnóstico de TDAH según los criterios CIE-10 o DSM IV TR. El diagnóstico fue realizado previo a
este estudio por un equipo interdisciplinario conformado por neuropediatra, psicólogo clínico,
neuropsicólogo y psiquiatra infantil. El coeficiente intelectual (CI) promedio de los participantes es de
90,70 (DE=19,26) lo que indica una capacidad cognitiva global clasificada como promedio.
La selección de los participantes se realizó mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia de
acuerdo a ciertos criterios establecidos..

Instrumentos utilizados:
Cuestionario sociodemográfico y antecedentes clínicos.
BANFE-2: Batería Neuropsicológica de Funciones Ejecutivas y Lóbulos Frontales.
BRIEF 2: Evaluación Conductual de la Función Ejecutiva. Procedimiento:

Se contactaron los centros previamente mencionados Estos centros fueron visitados por los evaluadores
encargados, quienes revisaron las historias clínicas para identificar participantes potenciales.
Posteriormente, se contactaron a los acudientes de los menores extendiéndose la misma invitación y se
procedió a la firma del consentimiento y asentimiento informado. Tras lo anterior, se dio paso a la fase de
evaluación y administración de las pruebas (BRIEF-2 y BANFE-2), con los resultados de las cuales se
entregó un informe a los acudientes de los menores como beneficio por la participación en el estudio. Por
último, se creó la base de datos en el programa de Office Microsoft Excel 2016, para luego introducir las
puntuaciones en el paquete estadístico para las ciencias sociales (​Statistical Package for the Social
Sciences​,​ IBM-SPSS-versión 25).

Análisis de datos
Se realizó un análisis de correlación entre las medidas cognitivas y conductuales de FE mediante el
estadístico no paramétrico Rho de Spearman-Brown teniendo en cuenta que los datos de los índices
evaluados por la BANFE-2 no siguen una distribución normal​[1]​(exceptuando el área prefrontal anterior).
Por lo anterior, se consideró conveniente el uso de pruebas no paramétricas para el análisis de
asociación entre variables (Hernández et al., 2014). Los análisis se realizaron con el paquete estadístico
para las ciencias sociales (SPSS), español versión 25.0 para Windows.

[1]​
Análisis realizado con el estadístico de normalidad Shapiro-Wilk (​p​<.05).

Resultados

Funcionamiento ejecutivo cognitivo en el TDAH


A continuación, se presentan los resultados de la medida cognitiva de FE obtenidos mediante la
aplicación de la batería neuropsicológica de funciones ejecutivas y lóbulos frontales BANFE-2:
Las puntuaciones medianas obtenidas en las áreas Orbitomedial, Dorsolateral y la puntuación
total en la batería de Funciones ejecutivas BANFE-2 (ver Tabla 4), corresponden a la categoría
diagnóstica alteración leve-moderada según la clasificación cualitativa de las puntuaciones normalizadas
del instrumento. Este resultado indica leves ​dificultades en la regulación y control de la conducta,
asimismo en la regulación de emociones y estados afectivos, toma de decisiones, resolución de
problemas, habilidades de planeación, memoria de trabajo, fluidez, estrategias de trabajo, generación de
hipótesis, seriación, secuenciación y procesos de metacognición.
La puntuación promedio obtenida en el área prefrontal anterior se clasifica como ​normal, ​lo que
indica que los niños con TDAH mostraron adecuada capacidad para comprender, comparar y seleccionar
respuestas con sentido figurado, asimismo, habilidad para la productividad y para desarrollar estrategias
de memoria, realizar juicios de predicción de desempeño y ajustar estos juicios con el desempeño real.

Funcionamiento ejecutivo conductual en el TDAH


Los resultados obtenidos en la medida conductual de FE del cuestionario de evaluación
conductual de funciones ejecutivas BRIEF-2, se resume en la siguiente tabla:
Las medias observadas en las escalas inhibición​, supervisión de sí mismo, flexibilidad,
control emocional, iniciativa​, ​planificación y organización, supervisión de la tarea, organización de
materiales, índice de regulación emocional y en el índice de regulación cognitiva, sugieren ligeras
dificultades en el funcionamiento ejecutivo que involucra estos procesos. Asimismo, se observan
puntuaciones con elevación potencialmente clínica en memoria de trabajo y en el índice global, lo cual
indica dificultad en la manipulación mental de información en la memoria para la resolución de problemas
y en el rendimiento global en Funciones ejecutivas en los casos de TDAH estudiados. ​En esta misma
línea, la mediana obtenida en el índice de regulación conductual indica una elevación clínica leve, sin
embargo, esta puntuación se encuentra en el límite de la clasificación para elevación potencialmente
clínica. Esto sugiere dificultad leve para regular y controlar la conducta.

Relación entre el funcionamiento ejecutivo de dominio cognitivo y conductual en el TDAH


Se analizó la relación del rendimiento en tareas cognitivas y conductuales de FE en niños con
TDAH mediante el estadístico de correlación no paramétrico Rho Spearman-Brown obteniendo los
siguientes resultados:

El análisis de correlación entre los índices globales de funciones ejecutivas de BANFE-2 y


BRIEF-2, indica que no existe asociación significativa entre las dos variables (Rho=0.040. ​p​= 0.807).
Asimismo, no se encontró relación estadísticamente significativa entre los factores evaluados por
ambos instrumentos.
Discusion.

En relación a las características de la muestra, esta estuvo conformada en su mayoría por varones
(87,5%) lo que coincide con el hecho de que el TDAH se presenta con mayor frecuencia en hombres que
en mujeres (Jiménez, Rodríguez, Camacho, Afonso y Artiles, 2012; Moraga, 2008). Según Cardo y
Servera (2005). La teoría del predominio del TDAH en hombres actualmente ha perdido fuerza ya que la
validez de los criterios diagnósticos del DSM para las mujeres ha sido desafiada, concluyendo que “las
niñas presentan el mismo riesgo a padecer TDAH que los varones, pero que el género modula una
sintomatología diferente” (Cardo y Servera, 2005, p.13), Como resultado, la discusión se ha centrado en
los criterios diagnósticos apropiados para las mujeres, para que las niñas puedan ser identificadas de
forma más eficaz (Ohan y Johnston, 2005, como se citó en Corcoran, 2010).

Las comorbilidades halladas en la muestra fueron: Trastorno específico del aprendizaje, trastornos del
lenguaje, ansiedad, depresión, y discapacidad intelectual leve. Estos hallazgos coinciden con lo afirmado
por ​Calleja-Pérez et al. (2019), quienes refieren que estas son las comorbilidades más comunes del
TDAH, añadiendo el trastorno negativista desafiante, el trastorno del desarrollo de la coordinación
motora, y el trastorno del espectro autista.

En cuanto a las FE de dominio cognitivo, los resultados del grupo TDAH indican alteraciones
leves-moderadas en las áreas dorsolateral, orbitomedial y puntuación total en la batería de FE, sin
embargo, no se observan dificultades en el índice prefrontal-anterior. Estos resultados coinciden con lo
reportado por Pérez (2015), quien encontró puntuaciones bajas en el grupo TDAH en las actividades
relacionadas con las FE evaluadas mediante la aplicación de la Batería neuropsicológica BANFE-2, la
cual arrojó alteraciones leves-moderadas en el área dorsolateral , orbitomedial y en la puntuación total
de la batería de funciones ejecutivas. Por su parte, obtuvieron una puntuación normal en el índice
prefrontal-anterior.
​Lo planteado anteriormente concuerdan con lo señalado ​por Vélez et al. (2013) quien concluye
que las funciones que están relacionadas con la planeación y la organización, la memoria de trabajo, la
fluidez gráfica y parcialmente la inhibición son las de mayor impacto en los pacientes con síntomas de
TDAH” (p.354).

Los resultados obtenidos en el FE a nivel conductual indican alteraciones leves en las áreas de
inhibición, supervisión de sí mismo y de la tarea, flexibilidad, control emocional, iniciativa, planificación,
organización y en los índices de regulación conductual, cognitiva y emocional; mientras que las
alteraciones severas se concentran en el área de memoria de trabajo y el índice global de funciones
ejecutivas. En relación a esto, Ramos y Pérez (2015) sostienen que los niños con TDAH presentan
disfunciones ejecutivas en “memoria de trabajo (Romero et al., 2006), control inhibitorio
(Fernández-Perrone et al., 2013), flexibilidad cognitiva (Robinson y Tripp, 2013), control emocional
(Ghassabian, et al., 2013), regulación comportamental (Navarro y García, 2011), monitorización
(Zambrano-Sánchez, Martínez-Cortés, Del Rió-Carlos, Martínez-Wbaldo y Poblano, 2010) y planificación
(Ramos, Taracena, Sánchez y Matute, 2011)” (p.302).

Los resultados evidencian dificultades en la memoria de trabajo tanto a nivel cognitivo (alteración
leve-moderada), como a nivel conductual (elevación potencialmente clínica); lo cual coincide con los
hallazgos de diversas investigaciones que sostienen que el déficit en la memoria de trabajo es una de las
dificultades más comunes en pacientes con TDAH (Alvarez, Oyarzún, Pacheco, Pinto y Sepúlveda, 2018;
Barkley, 1997; Karalunas, et al., 2017; Kerns, McInerney, y Wilde, 2010; Luo, et al., 2019; Martissen,
Hayden, Hogg-Johnsonn, y Tannock, 2005; Romero, Maestú, González, Romo, y Andrade, 2006). Ahora
bien, a pesar de que estas dos medidas reportan la presencia de alteraciones en esta función cognitiva,
sus puntuaciones no se correlacionan entre sí, esto se debe a que, aunque pretenden medir la misma
función, la abordan de formas diferentes (Krieger & Amador, 2017):
Finalmente, los resultados obtenidos en la correlación de medidas de FE de dominio cognitivo y
conductual indican que no existe relación significativa entre estas, a pesar de que ambas medidas
pretenden evaluar el mismo constructo. De esta manera, aceptamos nuestra hipótesis nula, la cual
afirma que no existe relación entre ​el desempeño en medidas cognitivas y conductuales de FE de niños y
adolescentes con TDAH. Estos resultados se encuentran relacionados con lo planteado en diferentes
investigaciones (Tan et al., 2018; Zorrilla et al., 2013), por ejemplo, lo señalado por Toplak, Wets y
Stanovich (2013) quienes sugieren que las relaciones entre las pruebas basadas en el rendimiento
(como BANFE-2) y las escalas de calificación (como BRIEF-2) son extremadamente débiles.

En esta línea, Molina et al. (2009), explican que la no existencia de relación puede ser debido a
que las condiciones físicas y circunstancias en las cuales se desarrolla la exploración neuropsicológica
no permiten valorar, en toda su amplitud, las FE. Asimismo, ​Ramos-Galarza et al., (2017) ​refieren que
esta discrepancia ​se debe a que el contexto de la evaluación neuropsicológica obedece a un ambiente
estructurado y no refleja la capacidad real del paciente para hacer uso de sus habilidades personales
hacia la solución de problemas reales. Otro argumento que respalda la no asociación significativa entre
las puntuaciones es el planteado por Suchy (2016), quien afirma que “las pruebas clásicas de función
ejecutiva evalúan únicamente ciertos aspectos de su complejidad, ignorando otros como los procesos
meta-cognitivos en la vida real o la cognición social”. De igual forma, debe tenerse en cuenta que ​los
niños con TDAH pueden presentarse atentos y tranquilos en las pruebas individuales cuando las
instrucciones son explícitas y las tareas son simples y cortas, sin embargo, pueden mostrar déficits en
sus actividades de la vida cotidiana (Mahone & Hoffman, 2007, como se citaron en Ledochowski et al.,
2019).
En conjunto, estos hallazgos parecen reflejar la compleja interacción entre los procesos
ejecutivos cognitivos y conductuales, y los síntomas del TDAH en la vida cotidiana (Davidson, Amso,
Cruess y Diamond, 2006). Por lo tanto, los dos tipos de medidas abordan diferentes procesos ejecutivos
que pueden manifestarse dependiendo de las exigencias de las instrucciones y el contexto. Una prueba
aplicada en un entorno estructurado puede proporcionar información valiosa sobre el rendimiento óptimo
y, por lo tanto, puede predecir el desempeño en entornos similares, como las tareas escolares en el
salón de clases. Sin embargo, las pruebas de este tipo no pueden prever con precisión el
comportamiento dirigido hacia el objetivo en entornos del mundo real, por ejemplo, en situaciones
sociales complejas (Miyaque et al., 2002, como se citó en Krieger & Amador, 2017).

Conclusiones
Del presente estudio se concluye que, en cuanto a las FE de dominio cognitivo se evidencian dificultades
en el rendimiento de los niños con TDAH en las áreas dorsolateral, orbitomedial y en la puntuación total
de funciones ejecutivas evaluadas por la batería neuropsicológica BANFE-2. Esto indica alteraciones
leves o moderadas en regulación y control conductual, regulación emocional, toma de decisiones,
resolución de problemas, planeación, memoria de trabajo, fluidez, generación de hipótesis, estrategias
de trabajo, seriación, secuenciación y procesos de metacognición. En cuanto a las FE de dominio
conductual, se observan elevaciones potencialmente clínicas en las escalas de memoria de trabajo y el
índice global, igualmente, elevaciones leves en inhibición, supervisión de sí mismo y de la tarea,
flexibilidad, control emocional, iniciativa, planificación, organización, índice de regulación conductual,
índice de regulación emocional e índice de regulación cognitiva.
Igualmente, se encontraron dificultades en los índices generales de FE tanto de dominio cognitivo como
de dominio conductual en la población con TDAH, confirmando así la existencia de alteraciones en este
constructo, lo cual demuestra que la disfunción ejecutiva es una característica de este trastorno.
Asimismo, las bajas puntuaciones en memoria de trabajo coinciden en las dos medidas, lo cual sugiere
que esta es una de las áreas más afectadas en las personas con TDAH, y por ende resulta de vital
importancia en la evaluación del trastorno.
Por otro lado, no se encontró relación significativa entre las medidas de FE de dominio cognitivo y
conductual, esto puede ser explicado por diferentes factores como las condiciones físicas y
circunstancias en las cuales se realizan las valoraciones neuropsicológicas mediante pruebas de
rendimiento, dado que estas son más estructuradas y no reflejan las habilidades del individuo para la
resolución de problemas en su vida cotidiana, por tanto, no permiten valorar en toda su amplitud las FE.
Asimismo, se argumenta que una de las posibles causas de esta discrepancia es que los niños con
TDAH pueden presentarse atentos y tranquilos en las pruebas individuales cuando les son dadas
instrucciones explícitas, las tareas son simples y de corta duración, mientras que en las actividades de la
vida cotidiana suelen mostrar mayores déficits en estas áreas.
Se observa que los resultados arrojados por las pruebas cognitivas al ser desarrolladas en un
contexto controlado, solo pueden generalizarse en ambientes de igual control como el entorno escolar,
demostrando así, una baja validez ecológica. Mientras que, las pruebas conductuales han sido
propuestas para ser contestadas de acuerdo al comportamiento observado en la vida cotidiana del
evaluado, permitiendo la extrapolación de estos resultados a diferentes contextos sociales. Lo anterior
demuestra la complejidad del perfil de FE, debido a las diferencias que caracterizan la evaluación del
funcionamiento cognitivo y conductual del TDAH, por ende, resulta de importancia en el ámbito clínico la
utilización tanto de medidas de desempeño como de medidas conductuales al momento de evaluar a
esta población dado que estas pueden complementarse entre sí y arrojar un perfil más amplio de las
afectaciones del sujeto lo que favorece el proceso de diagnóstico y el diseño de planes de intervención.
En cuanto a las limitaciones del estudio, los autores reconocen que no fue posible clasificar la muestra
en los subtipos de TDAH debido a su tamaño. En futuras investigaciones se recomienda ampliar la
muestra de tal forma que sea posible la segmentación de estos grupos para estudiar la asociación entre
FE de dominio cognitivo y conductual en función del subtipo de TDAH. Igualmente, se recomienda tener
en cuenta grupos de edades debido a las posibles diferencias en la maduración de las funciones
ejecutivas entre niños, adolescentes y adultos. Asimismo, se sugiere la evaluación de personas con
TDAH no comórbido con otros trastornos.

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