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Grüner, Eduardo (2002). El fin de las pequeñas historias. Buenos Aires: Paidós.

Reseña: Literatura, arte e historia en la era poscolonial de la mundialización


capitalista

WILSON BARBOSA MARTÍNEZ

PROFESOR ADRIÀN SERNA

El texto de Eduardo Grüner pretende dar una idea del papel y el lugar de la
literatura en la llamada era poscolonial en Latinoamérica. La teoría poscolonial
concibe a la literatura como un espacio de ficcionalización del in-between, como
derivación de su interés por las teorías postestructuralistas y desconstruvistas.
Plantea que hay un efecto sujeto cruzado con un efecto historia que a través de, y
originados en los juegos del lenguaje, generan un efecto identidad (nacional,
étnica, de clase, etc.).

En el contexto poscolonial, el término identidad cultural es problemático debido a


que el efecto historia es indeciso e incierto, en la medida en la que la colonización
le arrebató a las sociedades poscoloniales la posibilidad de generar una ilusión de
identidad por sí mismas en su propia escritura.Posteriormente, la noción de
identidad, que en sus orígenes era utilizada para hablar de los individuos, se
trasladó al ámbito de las sociedades y surgió el término de identidad nacional,
vinculado a la emergencia de los estados nacionales durante la era moderna.

La construcción de esta identidad nacional buscaba que todos los súbditos de un


estado pudieran reconocerse simbólicamente en una cultura común, y es ahí
donde la lengua y literatura fueron fundamentales en la construcción de esta
identidad, pues el escribir en la lengua nacional y popular de la comunidad era
indispensable para lograr la identificación con el estado.

Este proceso de creación y definición de las llamadas culturas nacionales tuvo


mucho de ficción de autonomía al aspirar a la autonomía de las madres patrias,
pero inspirándose en la cultura de las nuevas patrias informales, las nuevas
metrópolis neocoloniales, poscoloniales e imperialistas.Esto dio origen a las
culturas intersticiales o culturas in-between en las que la noción de cultura
nacional sufrió numerosos desplazamientos según la ideología, posición política,
posición étnica o de clase de quienes intentaban apropiarse de esta noción.

Para Grüner, en todo intento de definir una cultura bien sea nacional o regional, la
literatura tiene un papel fundamental y decisivo. En el caso de Latinoamérica, fue
el espacio dominante y el único relativamente exitoso de construcción de dicha
cultura. En este punto, el autor propone que la literatura tomó como sustrato
mismo, como escenario o telón de fondo el malentendido originario de nuestra
propia identidad nacional y que la literatura latinoamericana es el subproducto
paradójico, en el plano de lo imaginario, de la impotencia de una praxis política y
social renovada en el plano de lo real.

Posteriormente aparece una noción central para la teoría literaria y la crítica


cultural contemporáneas: la noción de límite, definido como la línea entre los
territorios materiales y simbólicos.Sin embargo, esta noción implica la idea de un
borde preexistente, de un punto ciego preconstruido. Es por esto que se sustituye
el término límite por el de linde para indicar ese entre-dos que crea un tercer
espacio de indeterminación, una “tierra de nadie” donde las identidades están en
suspenso o en vías de redefinición. Y este tercer espacio también tiene sus
propios lindes en la medida en que supone en un extremo la disolución de las
lenguas e identidades, y en el otro extremo, el enfrentamiento permanente por un
reordenamiento del texto en sus límites genéricos, estilísticos y nacionales.

El autor postula que la producción cultural, estética y literaria de las sociedades


colonizadas, descolonizadas y re/neo/poscolonizadas no más que una búsqueda
consciente o inconsciente de la definición de nuevos lindes simbólicos,
lingüísticos, identitarios y subjetivos, se trata de una “huida hacia adelante” como
reacción de los efectos de la posmodernidad sobre esas sociedades. Y en este
punto, la literatura es un caldero en ebullición, en el que se cocinan procesos de
resignificación de destino incierto y de origen contingente.
Teniendo en cuenta que más de cinco mil lenguas son habladas en los países
poscoloniales sumado a la serie de dialectos, idiolectos u sociolectos de la mezcla
entre culturas, Grüner cuestiona lo que puede decir la expresión “literatura
universal” aparte de adjudicarle una clase de universalidad a las cuatro o cinco
lenguas que sólo algunos pocos son capaces de leer. En este sentido, propone la
aparición de un nuevo linde entre el desorden de producción textual y nuestra
imposibilidad de acceder a este y afirma que la teoría poscolonial debe atender a
dos riesgos: el textualismo y el de la universalización abusiva o el “orientalismo al
revés”.

El autor define las literaturas latinoamericanas como un modo de usar las


llamadas lenguas nacionales en descomposición como alegoría de un mundo que
se nos ha vuelto ajeno e incomprensible dentro de una situación de conflicto con
nuestros propios lindes. Además, critica la manera reduccionista y empobrecedora
con la que se busca homogeneizar todo tipo de estilos revolucionarios
(revoluciones anticoloniales del siglo XIX y revoluciones poscoloniales del siglo
XX) bajo fórmulas teóricas generales.

El texto proporciona una fuerte crítica al intento por generalizar toda la literatura
del Tercer Mundo bajo el concepto de “alegoría nacional”, pues esto no es más
que una forma de supresión de las riquezas estilísticas, semánticas y retóricas
atravesadas por la dimensión histórica y critica a Edward Said, al sugerir una
simplicidad artística de los textos poscoloniales, desestimando su complejidad y
sofisticación.

Finalmente, Grüner propone que los textos poscolonialesson híbridos, mixtos e


impuros al ser sometidos al entrecruzamiento de lenguas, culturas y
constelaciones simbólicas y constituyen sus propias alegorías sobre las ruinas del
equivoco primigenio de sus culturas nacionales. El autor concluye el texto
afirmando que la teoría poscolonial ha reintroducido una dimensión histórica y
estético-filosófica de las ciencias sociales y define la literatura latinoamericana
como equívoco original tributario de una supuesta completudidentitaria en proceso
de retotalización de una causa identitaria perdida en el origen.

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