ORGANIZACIÓN HOTELERA

1. EL ALOJAMIENTO TURÍSTICO
Para empezar con este manual de Organización Hotelera, vamos a dedicar este primer
capítulo a conocer las diferentes tipologías de alojamientos turísticos, así como su
clasificación teniendo en cuenta varios ítems tales como la localización, la
especialización, el régimen de explotación y la propiedad. No obstante, y antes de
entrar directamente en materia, es interesante conocer a qué nos referimos cuando
hablamos de alojamiento turístico.

El alojamiento (sustantivo que proviene del verbo alojar) se define como la acción o
efecto de alojar o alojarse, definido este verbo por la acción de hospedar, aposentar o
colocar una cosa dentro de la otra. Refiriéndonos a la temática que aquí nos interesa,
que es el Turismo, el término alojamiento está estrictamente vinculado al lugar donde
las personas pernoctan o acampan, generalmente en medio de un viaje o durante las
vacaciones.

En otras palabras, se trata del lugar en el que las personas se hospedan durante el
período vacacional.

No obstante, y a pesar de que a simple vista la definición resulta realmente sencilla,

debido a que se refiere al sitio donde las personas pasan sus vacaciones, debemos
decir que existen varias tipologías de alojamientos turísticos, encaminadas cada una de
ellas a la satisfacción de unas necesidades determinadas.

Veamos púes a continuación los diferentes tipos de alojamientos turísticos con el fin
de comprender mejor la definición.

1.1 TIPOLOGÍA DE LOS ALOJAMIENTOS TURÍSTICOS

El artículo 2.1 del Decreto 231/1965 de 14 de enero, establece que las empresas de
hotelería son aquellas que se dedican de manera profesional o habitual, mediante
precio, a proporcionar habitación a las personas, con o sin otros servicios de carácter
complementario.

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No obstante, y cuando hablamos de alojamientos turísticos nos encontramos con dos

tipos diferentes, por un lado, los alojamientos hoteleros y, por otro lado, los
alojamientos de carácter extrahotelero, siendo estos, según la definición del artículo 3,
los albergues, campamentos, “bungalows”, apartamentos, ciudades de vacaciones o
establecimientos similares destinados a proporcionar mediante precio, habitación o
residencia a las personas en épocas, zonas o situaciones turísticas.

Veamos más detalladamente las características de cada una de estas tipologías, y en

qué se diferencian.

1.1.1. Los alojamientos hoteleros

El Real Decreto 1634/1983 de 15 de junio, excluye del concepto de establecimiento

hotelero la simple tendencia de huéspedes con carácter estable (artículo 1a) y los
apartamentos turísticos (artículo 1b).

De este modo, se consideran alojamientos de carácter hotelero los hoteles y las

pensiones.

En lo que se refiere a los hoteles, el mismo decreto señala tres modalidades:

- Hoteles: establecimientos que facilitan alojamiento con o sin servicios

complementarios, distintos a los correspondientes a cualquiera de las otras dos
modalidades.
- Hoteles-apartamentos: establecimientos que por su estructura y servicios
disponen de las instalaciones adecuadas para la conservación, elaboración y
consumo de alimentos dentro de la unidad del alojamiento.
- Moteles: establecimientos situados en las proximidades de carreteras que
facilitan alojamiento en departamentos con garaje y entrada independiente
para estancias de corta duración.

Referente a las pensiones, el artículo 3.4 del mismo decreto establece que aquellos
establecimientos que no reúnan las condiciones del grupo hoteles serán clasificados en
el grupo de pensiones o hostales, divididas en dos categorías. Del mismo modo, los
hoteles se clasifican en cinco categorías y los moteles en una única categoría. En lo que

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se refiere a las categorías, en el caso de los hoteles se identifican con estrellas y su

significado se traduce en términos de servicios y calidad de los mismos. Así, cuántas
más estrellas tenga un hotel, más servicios y de mayor calidad ofrecerá a sus clientes.
Además, també son identificativas del precio del establecimiento.

Clasificación de los hoteles

Cuando hablamos de la clasificación de los hoteles nos podemos centrar en dos

aspectos, por un lado, en las estrellas de dicho hotel, que nos indicarán aspectos tales
como la calidad, comodidad o precio, y por otro lado, en el tipo de hotel que es:
familiar, de negocio, rural, etc.

 Estrellas

La clasificación de los hoteles a través de las estrellas tiene cinco niveles.

- 1 estrella: se trata de hoteles modestos y muy económicos en los que se ofrece

a los huéspedes una habitación sencilla sin ningún tipo de lujo y un baño
privado, que suele ir vinculado a un precio por habitación más elevado, o un
baño compartido.
- 2 estrellas: se caracterizan por ofrecer un servicio de hospedaje centrado en
una habitación cómoda que dispone de un baño privado. Al igual que los
hoteles de una estrella, carecen de cualquier tipo de lujo.
- 3 estrellas: son hoteles muy parecidos a los de 2 estrellas, aunque la diferencia
es que se trata de establecimientos con servicios extras, como bar, piscina,
peluquería o espacios de ocio nocturno.
- 4 estrellas: se trata de hoteles que ofrecen a sus clientes toda una serie de
opciones para un buen confort y comodidad. Entre estos servicios tenemos
bares, restaurantes, piscina, espacios para practicar deporte, peluquería,
lavandería, servicio de Internet y teléfono privado en cada habitación, y servicio
de habitaciones, entre otros.
- 5 estrellas: son hoteles de máxima categoría que ofrecen los mismos servicios
que los de 4 estrellas. Lo único que cambia es su ubicación, ya que se trata de
hoteles situados en las zonas más importantes o céntricas de la ciudad.

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Veamos ahora las diferentes tipologías de hoteles con las que nos podemos encontrar.

 Tipología

En lo que se refiere a las tipologías de estos hoteles, nos encontramos con una gran
variedad. Veamos brevemente en qué consiste cada uno de ellos y cuáles son sus
principales características.

- Hoteles de aeropuerto: son hoteles situados en las proximidades de los

aeropuertos, cuando estos están alejados del centro urbano al que sirven. Por
norma general, suelen acoger a pasajeros en tránsito, así como al personal de
las compañías aéreas. En este caso, las estancias son realmente cortas, siendo
lo habitual pasar solo una noche.
- Hoteles de lujo: por norma general, cuando hablamos de hoteles de lujo nos
referimos, sobre todo, a los hoteles de cinco estrellas o superiores. Se trata de
establecimientos cuyo principal objetivo son sus clientes y su bienestar, hecho
que implica que aporten una experiencia a sus huéspedes. Algunos de los
factores que se destacan en este tipo de hoteles son la calidad, la privacidad y
la exclusividad.
- Hoteles de naturaleza: son hoteles que están situados cerca de zonas naturales
de interés tales como parques naturales, reservas o áreas protegidas. Los
huéspedes que acuden a este tipo de hotel buscan relax y conexión con la
naturaleza, así como realizar actividades al aire libre tales como las excursiones
o el senderismo. Por norma general, las estancias en este tipo de hoteles
suelen ser largas.
- Hoteles familiares: se trata de pequeños establecimientos caracterizados por
una gestión familiar. Suelen ofrecer a sus huéspedes alojamiento y servicio de
restaurante. A menudo, se trata de grandes casas antiguas que han sido
reformadas para llevar a cabo la actividad hotelera. En ellos, los huéspedes se
sienten en familia.
- Hoteles posada: la posada, se caracteriza por ser un establecimiento hotelero
sobre rutas que se encuentran alejadas de las grandes ciudades. Destacan por
ofrecer a sus huéspedes alojamiento y también servicio de comidas y

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restaurante. Antiguamente, servían como punto de encuentro para peregrinos,

además de para dar de comer y beber a los caballos en los largos viajes.
- Hoteles monumento: son hoteles cuya ubicación reside en edificios de interés
cultural, como puede ser un castillo, un palacio, una iglesia, un monasterio o un
convento. Este tipo de establecimientos reciben el nombre de paradores, y
destacan sobre todo por ofrecer a sus clientes un entorno tranquilo, de relax y
alejado del ajetreo de las grandes ciudades.
- Balnearios: son hoteles situados en unas instalaciones balnearias dedicadas a
los baños públicos o medicinales. Por norma general, son hoteles tranquilos, en
los que priman la calidad de los servicios y el bienestar de sus huéspedes. Su
índice de estancia es medio, oscilando entre varios días y una semana.
- Hoteles casino: tal y como su nombre indica, se trata de hoteles situados en las
instalaciones de un casino. De este modo, se caracterizan por la oferta de juego
en sus propias instalaciones, el alojamiento y los servicios de restauración. Por
el tipo de cliente que este tipo de alojamientos acostumbra a tener, su
categoría es elevada.
- Hoteles deportivos: son hoteles caracterizados por su orientación a la práctica
de determinados deportes, ya sea en sus instalaciones o en el entorno en el
que se ubica. Algunos ejemplos de este tipo de hoteles son los que se dedican a
actividades de ocio relacionadas con el mar, como el submarinismo o el surf, a
la pesca o al golf, o también los hoteles que se encuentran en las estaciones de
esquí, que incluyen en su precio el acceso a pistas y a los materiales necesarios
para realizar esta actividad deportiva.
- Hoteles gastronómicos: se caracterizan por ofrecer una oferta gastronómica
exclusiva, presentada como la principal del establecimiento. Se trata de hoteles
que poseen una cuidada cocina creativa con influencia internacional en sus
restaurantes, degustación de diferentes estilos culinarios y una variada
selección de vinos. La estancia en este tipo de establecimientos suele ser corta,
como un fin de semana. En lo que se refiere al estatus, suelen ser hoteles de
categoría alta.

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- Hoteles de montaña: se trata de hoteles situados en la montaña. Mantienen

calidad hotelera de alojamiento, gastronomía y de entretenimiento, ya que su
principal atractivo reside en las actividades y en la oferta de ocio al aire libre
que estos ofrecen a sus huéspedes. Un ejemplo muy común de este tipo de
hotel son los hoteles que se encuentran en las pistas de esquí, que ofrecen
alojamiento, comida y el acceso a pistas.
- Hoteles de acantilado: se trata de hoteles situados a la costa, pero a gran
altura por encima del nivel del mar. Son hoteles de alta categoría, en los que
sus clientes disfrutan de unas vistas privilegiadas del entorno y de una total
privacidad.
- Hoteles de temporada: son hoteles estacionales, es decir, funcionan solamente
durante una época concreta del año. Un ejemplo serían los hoteles de las
estaciones de esquí o los establecimientos hoteleros en zonas de playa. Este
tipo de hoteles pueden ser de diversas categorías, aunque en el caso de los
hoteles de las pistas de esquí, por el tipo de clientes que acogen, suelen ser de
categoría alta.
- Hotel rural: se trata de hoteles situados en pequeñas localidades o fuera del
casco urbano en localidades más grandes. Estos hoteles suelen ser masías o
antiguas casas de campo que han sido reformadas y redistribuidas para alojar a
los huéspedes. A menudo son gestionados por los mismos propietarios de la
casa, que ofrecen un servicio familiar y de calidad. No acostumbran a tener
muchas habitaciones, por lo que uno de sus principales atractivos es la
tranquilidad. Al encontrarse en un entorno rural, los huéspedes pueden realizar
actividades en la naturaleza, como montar a caballo, conocer los cuidados de la
huerta y de los animales, etc. Cabe comentar que, dependiendo de la
Comunidad Autónoma, están considerados como alojamientos extrahoteleros.
- Hoteles temáticos: son hoteles situados en complejos de ocio o resorts. Estos
acostumbran a recrear en todo su hábitat un determinado ambiente, lugar o
temática. Un ejemplo de este tipo de hoteles son los que se encuentran dentro
de los parques de atracciones, como Disneyland.

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- Hoteles vacacionales: son hoteles situados en zonas turísticas y de carácter

vacacional. Los más habituales son los que se encuentran en primera línea del
mar en las zonas de playa. Son hoteles que ofrecen a sus clientes todo tipo de
comodidades, como habitaciones amplias, piscina, acceso a la playa, un
programa diario de actividades, espectáculos por la noche y una amplia oferta
gastronómica.
- Albergues turísticos: se trata de establecimientos que atienden a turistas
durante estancias que suelen ser de entre varios días o incluso varias semanas.
Destacan por ser económicos, y entre ellos, el mejor ejemplo es el caso de los
albergues juveniles. Por norma general, los huéspedes que acuden a este tipo
de establecimiento alquilan camas en habitaciones compartidas, teniendo
derecho a usar un baño también compartido. No obstante, algunos albergues
ofrecen habitaciones y baños privados, hecho que supone un incremento en el
precio final.
- Hotel cápsula: los hoteles cápsula tienen su origen en Japón, tratándose de un
tipo de alojamiento realmente barato y sencillo. Estos ofrecen habitaciones
muy pequeñas, de no más de dos metros de largo, en las que únicamente se
encuentra una cama.
- Poshtel: se trata de albergues, pero con un toque de elegancia, destinados a
aquellos viajeros que buscan un alojamiento barato en un establecimiento de
diseño y elegante. En otras palabras, se trata de un albergue, pero con
prestaciones propias de un hotel.

Volviendo al tema referente a los hoteles y pensiones, resulta interesante conocer

algunos matices que se establecen en el Real Decreto 1634/1938 de 15 de junio.

- Artículo 2: a efectos de publicación oficial, los hoteles podrán obtener de la

Administración el reconocimiento de su especialización en determinados
servicios tales como: playa, montaña, balneario, convenciones, médicos, de
grupo, familiares, deportivos, así como cualquier otra distinción que los
empresarios hoteleros consideren de su interés.

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- Artículo 3.8: en todos los establecimientos hoteleros será obligatoria la

exhibición, junto a la entrada principal, de una placa normalizada en la que
figure el distintivo correspondiente al grupo y categoría. La placa consistirá en
un rectángulo de metal en el que, sobre un fondo azul turquesa, figuren en
blanco la letra o letras correspondientes al grupo, así como las estrellas que
correspondan a su categoría. Las estrellas serán doradas para los
establecimientos clasificados en la modalidad de “hoteles” y “hoteles-
apartamentos” y plateadas para el grupo de “pensiones”.

Para acabar con el tema referente a los alojamientos hoteleros, el mismo decreto
habla de toda una serie de requisitos técnicos que el establecimiento debe cumplir con
el fin de mantener su caracterización de hotel.

Estas normas técnicas están agrupadas en las siguientes categorías:

- Instalaciones.
- Comunicaciones.
- Zona de clientes.
- Servicios generales.
- Zona de personal.
1.1.2. Los alojamientos extrahoteleros

En lo que se refiere a la tipología de alojamientos extrahoteleros, se establece la

división en tres categorías: apartamentos, campamentos y ciudades de vacaciones.
Veamos a continuación algunas de las premisas que conforman estas tipologías, así
como la oferta que ofrecen a los usuarios.

 Apartamentos

En lo que se refiere a la tipología de apartamentos, el Real Decreto 2877/1982 de 15

de octubre señala como alojamientos extrahoteleros por un lado los apartamentos
turísticos y por otro las viviendas turísticas vacacionales.

El artículo 1 de este decreto define los apartamentos turísticos como los bloques o
conjuntos de apartamentos, y los conjuntos de villas, chalés, bungalows y similares que

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sean ofrecidos empresarialmente en alquiler, de modo habitual, debidamente dotados

de mobiliario, instalaciones, servicios y equipo para su inmediata ocupación por
motivos vacacionales o turísticos. Señalar además que en todo momento este tipo de
alojamiento extrahotelero será controlado por la Administración, con el fin de que
cumpla con los requisitos necesarios.

Comentar también que la clasificación de este tipo de alojamientos se establece en

función de sus instalaciones, mobiliario, equipo y servicios, en las categorías de lujo,
primera, segunda y tercera con los distintivos de una llave a cuatro llaves.

En referencia a las viviendas turísticas, estas son definidas en el artículo 17 como

unidades aisladas de apartamentos, bungalows, villas y chalés y similares y, en general,
cualquier vivienda que, con independencia de sus condiciones de mobiliario, equipo,
instalaciones y servicios, se ofrezcan en régimen de alquiler por motivos vacacionales o
turísticos. En este caso, este tipo de viviendas solo están obligadas a notificar al
organismo competente su dedicación al sector y tráfico turístico para su apertura y
funcionamiento.

 Campamentos

Una de las principales características de este tipo de alojamiento extrahotelero

turístico es el hecho de que sus clientes hacen vida al aire libre. Así, y según el Real
Decreto 2545/1982 de 27 de agosto, los campamentos de turismo son definidos en el
artículo 1 como el espacio de terreno debidamente delimitado, dotado y acondicionado
para su ocupación temporal con capacidad para más de diez personas que permita
hacer vida al aire libre, con fines vacacionales o turísticos y utilizando como residencia
albergues móviles: tiendas de campaña, caravanas u otros elementos similares
fácilmente transportables. Se señala además que no serán considerados como tales
aquellos espacios cuya contratación supere un período de seis meses.

Para este tipo de alojamientos se establecen cuatro categorías: lujo (L), primera (1ª),
segunda (2ª) y tercera (3ª). La categoría de este tipo de establecimientos deberá ser
visible, en una placa que incluirá la silueta frontal de una tienda de campaña junto con
el distintivo de la categoría a la que pertenece.

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 Ciudades de vacaciones

La tercera tipología de alojamientos turísticos extrahoteleros se define como aquellos

establecimientos cuya situación y servicios permiten a los clientes, bajo fórmulas
previamente determinadas, el disfrute de sus vacaciones en contacto directo con la
naturaleza, facilitándoles por un precio elevado, hospedaje en régimen de pensión
completa, junto con la posibilidad de practicar deporte, participar en programas de
ocio en grupo y disfrutar de todas las instalaciones.

En cuanto a la categoría de este tipo de establecimientos, se clasifican en estrellas, que

van de una a tres.

Finalmente, y para acabar con esta primera clasificación, comentar que hemos hablado
de las distinciones a partir de una legislación a nivel general del Estado Español. No
obstante, cabe decir que cada país dispone de su reglamentación, que puede llevar a
ciertas diferencias respecto lo que hemos expuesto aquí.

Además, y en lo que se refiere a nuestro propio país, cada Comunidad Autónoma

dispone de una legislación propia que regula y define los diferentes establecimientos y
las condiciones que estos establecimientos, ya sean hoteleros o extrahoteleros, deben
cumplir. De este modo, y en la bibliografía, hemos dispuesto una serie de enlaces con
el fin de poder consultar la legislación en materia turística de las diferentes
comunidades autónomas españolas.

1.2 OTROS CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN

Dejando de lado la clasificación que hemos presentado en materia legal sobre los
alojamientos turísticos, es interesante ver otros criterios que nos permiten clasificar
los diferentes alojamientos turísticos.

De este modo, vamos a ver las diferentes tipologías existentes de alojamientos

turísticos destacando aspectos tales como la localización, la especialización, el régimen
de explotación y la propiedad.

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1.2.1 Localización

Cuando hablamos de la localización nos referimos al emplazamiento físico en el que se

encuentra el alojamiento en cuestión.

Así, podemos hablar de cuatro tipologías diferentes.

- Urbanos: se trata de alojamientos que se encuentran en los centros urbanos de

las ciudades. Son establecimientos generalmente funcionales, frecuentados por
un público que suele estar formado por personas que se desplazan a esa ciudad
por motivos de trabajo, habitualmente de lunes a viernes, y en estancias de
corta duración. Esta característica conlleva a que sus instalaciones estén
preparadas para la celebración de convenciones, congresos y otros tipos de
eventos, contando así con los últimos avances tecnológicos. No obstante,
alguno de estos hoteles, y debido a su localización, en el caso en que se
encuentre en el centro urbano y turístico, es utilizado también por turistas,
siendo en este caso la duración, más larga. Esto implica, que junto con la oferta
de servicios encaminada a los negocios, se incluyan también servicios
relacionados con la estancia vacacional.
- Playa: se refiere a todos esos alojamientos turísticos que suponen un producto
tradicional ubicado en las zonas costeras, orientados a estancias vacacionales
de larga duración (a partir de una semana). Son alojamientos que, además de la
estancia, ofrecen a sus huéspedes servicio de restauración, animación e
instalaciones deportivas, entre otros. Para considerar un alojamiento turístico
de playa se acuerda que esté situado en primera línea del mar o, en su defecto,
a una distancia máxima de 250 metros. Por norma general, se trata de hoteles
que ofrecen el “todo incluido”, con la finalidad de que sus huéspedes pasen
todas sus vacaciones en su espacio.
- Montaña: la principal premisa que debe cumplir un alojamiento turístico para
ser considerado de montaña es que se debe encontrar a una altura superior a
los 1.000 metros. A diferencia de los alojamientos de playa, estos
establecimientos suelen tener menores dimensiones y su carácter es más
familiar. Son hoteles enfocados a las vacaciones al aire libre, y ponen en

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contacto a los huéspedes con la naturaleza. De entre los hoteles de montaña

destacan los hoteles ubicados en las estaciones de esquí, o los que se dedican a
la explotación del turismo rural, el ecoturismo y el turismo de aventuras.
- Carretera: se trata de establecimientos turísticos de baja categoría que, tal y
como su nombre indica, se sitúan cercanos a una carretera o autopista. Las
estancias en ellos suelen ser realmente cortas, generalmente de una noche, ya
que se dan entre desplazamientos. Esto implica que no ofrezcan demasiados
servicios adicionales, limitándose la mayoría a ofrecer alojamiento y servicio de
restauración.
1.2.2 Especialización

Cuando nos referimos a las tipologías de alojamientos turísticos en cuanto a su

especialización, hablamos de siete tipos diferentes.

- Vacacional: independientemente de su ubicación que, por norma general suele

ser en zonas costeras o de montaña, se trata de alojamientos orientados a las
vacaciones y que ofrecen a sus clientes toda una serie de servicios con el fin de
proporcionar una muy buena estancia. De este modo, incluye servicios de
restauración, animación, actividades recreativas y de ocio, y spa, entre otros.
- Convenciones y congresos: son establecimientos situados en grandes ciudades
y próximos a los recintos dedicados a las ferias, congresos y celebraciones de
eventos. Además, cuentan con toda una serie de instalaciones físicas y
tecnológicas para cubrir las exigencias del público asistente.
- Salud y balnearios: las instalaciones de balnearios suponen el máximo
representante de lo que se conoce como turismo de salud. No obstante, son
muchos los grandes hoteles de vacaciones que ofrecen también servicios de
balneario destinados a ofrecer relax y tranquilidad a sus clientes, como
servicios de masajes, terapias antiestrés, etc.
- Rural: por norma general se trata de establecimientos de pequeño tamaño
regentados por familias cuya actividad principal es la agropecuaria. Están
ubicados en zonas de interior o de montaña, y su filosofía reside en el máximo
respeto por el medio ambiente. Generalmente se trata de antiguas masías o

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casas de campo rehabilitadas para su uso turístico. Las estancias en este tipo de
alojamiento no suelen ser muy largas y, además de ofrecer alojamiento, se
ofrece también manutención y la posibilidad de realizar actividades deportivas,
recreativas u orientadas a las funciones de la masía, como cuidado del huerto o
de los animales.
- Deportivos: son establecimientos asociados a una práctica deportiva
determinada. Los más habituales son los referentes a actividades acuáticas,
como el surf o el submarinismo, o dedicados a deportes como el esquí o el golf.
Suelen ser establecimientos de categoría alta, ya que se dirigen a un público
con un poder adquisitivo alto. Dependiendo de la temporada, las estancias en
este tipo de alojamientos suelen ser largas.
- Familiares: se trata también de establecimientos de tipo vacacional, pero
enfocados a toda la familia. De este modo, ofrecen una oferta de actividades
recreativas y de ocio orientada a todos los miembros de la familia, como
animación para los más pequeños o espectáculos nocturnos para los padres. En
ellos prima la comodidad por encima del lujo, por lo que suelen ser de
categoría media-alta. Un ejemplo de este tipo de establecimientos podrían ser
los hoteles temáticos.
- Monasterios: son alojamientos que ofrecen un hospedaje particular, de
carácter austero y orientado a un tipo de clientela que busca tranquilidad y
recogimiento. Además del alojamiento suelen ofrecer también servicio de
restauración.
1.2.3 Régimen de explotación

En lo que se refiere al tipo de régimen de explotación de dicho establecimiento,

podemos hablar de cuatro tipologías diferentes.

- En propiedad: por norma general, se trata de establecimientos de menor

dimensión que son explotados por sus propios dueños, tratándose púes de
negocios familiares. De este modo, los propietarios buscan mantener la
independencia en su gestión, aunque resulta habitual que se asocien para
conseguir determinadas ventajas, como puede ser formar parte de las centrales

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de reservas o en agrupaciones hoteleras. Dentro de este régimen de

explotación nos encontramos también con las cadenas hoteleras que
mantienen hoteles en propiedad. No obstante, aquí la unidad en los temas de
gestión y dirección es mucho mayor.
- En arrendamiento: cuando hablamos del arrendamiento, es interesante
diferenciar entre el arrendamiento de un inmueble y el arrendamiento de un
establecimiento hotelero. En el caso del arrendamiento de un inmueble, lo rige
la Ley de Arrendamientos Urbanos del 24 de noviembre de 1994, que establece
que el arrendatario tiene derecho a subarrendar o ceder el contrato de
arrendamiento sin consentimiento del arrendador y, asimismo, cuenta con
derecho preferente de adquisición si el propietario desea vender dicho
inmueble. Cuando nos referimos a arrendamientos de establecimientos
turísticos hoteleros, la ley establece que el arrendatario asume las pérdidas y
ganancias de la actividad y, al finalizar el contrato, debe devolver las
instalaciones en el mismo estado que tenían sin perjuicio del deterioro
producido por su uso habitual. Además, y en el caso en que se deba hacer
alguna inversión para mejorar las instalaciones, la ley establece que esta debe
afrontarla el arrendatario.
- Contrato de gestión: sucede cuando el propietario del establecimiento
contrata los servicios de gestión y administración a una empresa externa, que
suele ser una cadena hotelera. De este modo, la empresa externa ejerce la
actividad en nombre y por cuenta del empresario del alojamiento, que es el
que asume el riesgo de la explotación (lo contrario que sucedía con el
arrendamiento). Lo habitual es que, además del precio de la contratación de
estos servicios, el propietario abone a la empresa un porcentaje de los
beneficios que genera el establecimiento.
- Franquicia: el fenómeno de las franquicias consiste en que una cadena hotelera
(franquiciador) se compromete con un empresario del sector del alojamiento
turístico (franquiciado) a ceder el uso de su marca comercial y de su saber
hacer, a desarrollar la publicad y a incluirle en su sistema de reservas a cambio
de una remuneración previamente establecida. Es decir, se trata de un sistema

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de colaboración en la que la empresa cede por medio de un contrato uno de

sus establecimientos a un empresario, que deberá gestionarlo siguiendo las
maneras y la filosofía de la empresa hotelera. Por norma general, se trata de
contratos de larga duración, que oscilan entre los 10 y 20 años. En algunos
contratos es frecuente que se incluya también un contrato de gestión del
establecimiento, con el fin de asegurar a la empresa la calidad de los servicios
prestados y ofrecer una cobertura mayor al franquiciado.
1.2.4 Propiedad

La propiedad de los alojamientos turísticos puede ser pública o privada. Veamos a

continuación las diferentes tipologías de una y otra.

Privada

- Familiar: como ya hemos comentado, se refiere a establecimientos pequeños y

de categoría intermedia. Los propietarios son los que se encargan de dirigir y
gestionar el establecimiento, lo cual supone que presente una estructura
organizativa jerárquica. Este tipo de establecimientos son muy habituales en lo
que se refiere al turismo rural o en pequeños hostales y pensiones.
- Cadenas: las cadenas hoteleras responden a aquellas empresas que engloban
un número determinado de hoteles a partir de una gestión unificada y con una
distribución territorial relativamente alta. Las cadenas hoteleras presentan
ventajas tales como la explotación de una imagen de marca que les otorga un
cierto valor comercial y una mayor fidelidad por parte de los clientes, una
importante reducción de costes consecuencia de las economías de escala, la
diversificación de los riesgos, una mayor facilidad para obtener financiación y
una mayor cualificación de sus recursos humanos.
- Agrupaciones de hoteles: las agrupaciones hoteleras suponen una alternativa a
las cadenas, ya que permiten gozar de ciertas ventajas manteniendo la
autonomía de los integrantes y la independencia en la gestión y dirección del
establecimiento. Gracias a estas agrupaciones, los establecimientos hoteleros
pueden competir con las grandes cadenas hoteleras, e incrementar su cuota de
mercado. Estas agrupaciones son constituidas por asociaciones empresariales

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sin ánimo de lucro cuyos ingresos provienen de las aportaciones de los socios y
de las comisiones de las reservas que generan para sus miembros. Su principal
función es la de crear centrales de reservas para dar servicio a los
establecimientos que forman parte de la agrupación.
- Tiempo compartido: legalmente se denomina a este tipo de propiedad
aprovechamiento por turnos de bienes inmuebles. Está regulado por la Ley
4/2012 de 2 de junio y consiste en el acuerdo por el que un consumidor
adquiere el derecho a utilizar, durante al menos una semana al año, un
alojamiento turístico amueblado, así como los servicios complementarios del
complejo en el que se encuentra dicho alojamiento.
Cabe comentar que en ningún caso este derecho puede denominarse
multipropiedad debido a que la propiedad es un derecho real (sobre una cosa)
mientras que el aprovechamiento por turno puede ser real pero también
personal. En este caso, la propiedad es ilimitada en el tiempo, mientras que el
aprovechamiento por turnos sucede en un período determinado de tiempo,
que puede ir de entre tres a cincuenta años.
Cuando hablamos del aprovechamiento, este debe recaer sobre un edificio o
conjunto inmobiliario. Además, este conjunto debe tener al menos diez
alojamientos, y el período anual de aprovechamiento no debe ser inferior a una
semana. No obstante, se permite que en un mismo conjunto se combine el
régimen de aprovechamiento con otro tipo de explotación turística.

Pública

Por norma general, lo más frecuente es que la propiedad de los diferentes

alojamientos turísticos, ya sean hoteleros o extrahoteleros sea privada,
independientemente del tipo que sea. No obstante, también se da el caso de que
alguno de estos alojamientos turísticos sea público, es decir, sean gestionados por el
Estado. En el caso de nuestro país, el ejemplo más claro es el que se conoce como
Paradores de Turismo de España.

Se trata de una sociedad anónima cuya titularidad es estatal y está gestionada por el
Instituto de Turismo de España, adscrito a la Secretaría General de Turismo. La

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particularidad de los paradores es que conforman una red de alojamientos turísticos

ubicados, por norma general, en inmuebles de interés histórico, artístico o cultural,
como pueden ser monasterios, antiguas escuelas o palacios.

En nuestro país, los paradores nacieron para cubrir la oferta de alojamiento en zonas
alejadas de los núcleos urbanos, presentando así alojamientos con una esencia
especial y de alta calidad.

En la actualidad, hay un total de 93 paradores repartidos por toda la geografía

española y presentan una personalidad heterogénea. De este modo, nos encontramos
con paradores ubicados en núcleos rurales, urbanos, en zonas costeras o de montaña.
A pesar de ellos, lo que les generaliza es el hecho de que la oferta gastronómica se
centra en las tradiciones culinarias de la zona geográfica en la que están ubicados.

Cabe decir que, aunque sean a nivel estatal, cada Comunidad Autónoma goza de
ciertas competencias a la hora de gestionar y administrar estos paradores.

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