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Cápac Cuna (lista real de incas)

Dinastía Hanan Cusco (Alto Cuzco)

Dinastía Hurin Cuzco (Bajo Cuzco)

1. Inca Roca Ser luminoso

2. Yahuar Huacca El que llora sangre

3. Wiracocha Salvador del imperio

4. Pachacútec Transformador del mundo

5. Inca Yupanqui (Amaru Yupanqui)

1. Manco Cápac Jefe poderoso 6. Túpac Inca Yupanqui Resplandor luminoso

2. Sinchi Roca Demasiado poderoso 7. Huayna Cápac Mozo poderoso

3. Lloque Yupanqui zurdo memorable 8. Huáscar Cadena de oro

4. Mayta Cápac donde esta el poderoso? 9. Atahuallpa

5. Cápac Yupanqui Perdurable, poderoso

La Medicina maya se practica a partir de cada región de una forma particular, sin embargo, a pesar de
las diferencias que puedan presentarse, comparten aspectos que, de cierto modo, hacen similar esta
práctica: el origen, las causas y el tratamiento.
Para los mayas, el origen de los males y las enfermedades estaba íntimamente relacionado con los
aspectos morales y religiosos. La principal creencia era que éstas provenían del enojo de los dioses, sin
embargo también se contemplaba la presencia de "malo" que se usaba para las enfermedades mas
mortales.

Dzac Yah[editar]
Estos eran los verdaderos médicos mayas, puesto que tenían un amplio conocimiento de las plantas
medicinales y sus propiedades curativas. Fueron, tal vez, los únicos que establecieron tratamientos de
acuerdo con la sintomatología o diagnóstico de las enfermedades de las que elaboraban amplios
registros. Los hierberos o hierbateros como también se les denomina, son personas que poseen la
habilidad de interpretar las características somáticas de una enfermedad (mediante la plática con el
paciente y la auscultación, si es necesario) y establecer acciones basadas en el diagnóstico de la misma.
La fortaleza de los tratamientos de las enfermedades residía principalmente en el uso de las hierbas, sin
embargo también empleaban métodos complementarios tales como el sangrado mediante el uso
de sanguijuelas o utilizando colmillos secos de víbora de cascabel, el punzado con espinas de puerco
espín, pescado o maguey, al igual que los apretones y masajes para curar ciertas dolencias.
De todos los curanderos o “médicos mayas”, los dzac-yahes son los que cuentan con un método de
curación muy reconocido por su alta eficacia. Incluso gran cantidad de remedios y sanaciones
practicadas por estas personas aún tienen gran uso y aceptación entre los descendientes del pueblo
maya.
Un ejemplo esta en la población de Dziuché en el estado de Quintana Roo. Estos se han popularizado
mucho por curar todo tipo de enfermedades y han sido muy recurridos por la gente que prefiere la
medicina natural que la medicina moderna.

Plantas y derivados utilizados por los mayas[editar]


Planta de belladona.

Entre las hierbas que los curanderos mayas utilizan para hacer sanaciones se
encuentran:

 Azahar: Es un calmante para los que padecen tensión nerviosa y también sirve
como diurético
 Pomolché: La savia de esta planta sirve para el tratamiento de granos difíciles y la
viruela.
 Guayaba: Las hojas de esta planta sirven para el tratamiento de la escabiosis o sarna y para bajar de
peso
 Ciruela: Las hojas de este árbol son usadas para eliminar el sarpullido
 Granos de maíz: era medicina espiritual ya que era muy importante , también el cabello del maíz era
utilizado para las enfermedades de los riñones.
 El Copal: La resina sacada por decocción de la raíz y corteza fue utilizada como incienso para la
purificación ritual y sanación espiritual, física y mental , se sigue usando hoy en día por sus
descendientes.De uso delicado ya que se dice que saca el frío del interior y lleva un tabú en el que es
prohibido bañarse en los días posteriores al ritual.
 La miel de abejas silvestres: De variedades de abejas originarias de la región como ser de jimerito y miel
grande.
 Resinas de árboles además del copal utilizaban resinas de muchos otros arboles de la región para sus
rituales.

¿Qué tratamientos médicos conocían los Incas?


Los incas lograron tratar enfermedades como trastornos respiratorios, enfermedades del sistema
inmunológico, gastrointestinales, problemas en los ojos y distintos dolores; con remedios hechos a base
de plantas medicinales traídas de todos los extremos del imperio; la privilegiada ubicación y el clima de
Machu Picchu hizo que se pudiera cultivar plantas medicinales, provenientes de todas partes del
Imperio; tabaco silvestre, hojas de Coca (hoja sagrada de los incas) u otras como ayahuasca y chacruna,
provenientes de la selva del imperio; las cuales son utilizadas hasta hoy, para entrar en estados alterados
de consciencia; pero también usaron hipnosis y anestesia hecha a base de hojas de coca, licores naturales
y otras hierbas.
Asombrosamente pudieron llevar a cabo desde transfusiones de sangre y pequeñas amputaciones
hasta complicadas cirugías del cerebro. Curaron las heridas utilizando la corteza hervida del árbol de
pimienta, colocando emplastos sobre ellas, mientras todavía estaba caliente; para cerrar las heridas
abiertas utilizaron las mandíbulas de algunas especies de hormigas (sutura natural de insectos).
La trepanación craneana
Esta complicada operación del cerebro fue llevada a cabo desde el año 1,000 por la cultura pre-inca,
Paracas; se trato de una operación de alto riesgo, que fue perfeccionada por los incas hacia el 1,400,
logrando la supervivencia de hasta el 90 % de las personas operadas; hoy en día existen procedimientos
similares para aliviar la presión del cerebro. Se tiene registro de personas que fueron operadas más de
una vez; se sabe de un individuo que fue operado hasta siete veces. Las personas sometidas a esta
operación, eran hombres que sufrieron lesiones en combate o para curar la epilepsia o hasta infecciones
crónicas en el cráneo.
Astrología

Además de la adivinación, para el médico-mago era importante saber si la enfermedad era


fría o caliente, considerar el día del calendario azteca y saber en qué posición se encontraban
los planetas y las estrellas en el momento en que emitía su diagnóstico. Una vez determinada
la naturaleza y la causa de la enfermedad empezaba el tratamiento. Si la dolencia no había
sido enviada por un dios --aspecto del que luego hablaremos--, los métodos terapéuticos
combinaban, en proporciones variables, actuaciones mágicas tales como invocaciones o
insuflaciones con las prácticas medicales fundadas en el conocimiento empírico. Entre estas
últimas se incluían sangrías, vendajes, colocación de tablillas sobre piernas y brazos rotos,
purgas, emplastos y la administración de extractos, pomadas o pociones vegetales.

Farmacopea azteca

Además de las invocaciones, los gestos y las fórmulas mágicas, los médicos aztecas utilizaban
numerosas prácticas terapéuticas basadas en un conocimiento, muy avanzado para la época, de
la anatomía y el funcionamiento del cuerpo humano y de las propiedades de las plantas y los
minerales. Su farmacopea comprendía algunos minerales, la carne de algunos animales y un
asombroso número de plantas. Entre los remedios minerales figura la obsidiana, que finamente
molida servía de emplasto para cicatrizar las heridas con rapidez, y también unas misteriosas
«piedras de sangre» cuyas virtudes fueron exaltadas por Sahagún y que, según él, permitían
curar las graves hemorragias nasales que asolaban Nueva España. Otro misterioso remedio
mineral citado por Sahagún era la piedra de lluvia «que caía de las nubes, penetraba dentro de
la tierra y engordaba de año en año» y que, según el misionero cronista, servía para curar la
fiebre y el espanto causado por el trueno.

Igualmente fantásticos, los efectos de muchos remedios animales variaban desde la


estimulación excesiva de los deseos sexuales masculinos, seguida eventualmente por la
muerte, producida, según se creía, por las serpientes de distintas especies designadas con el
término genérico mazacoatl, hasta la capacidad de impedir por completo la erección que se
atribuía a la excrecencia carnosa del pico del ave huexololl. Más eficaz debía ser, en cambio,
la administración del axin, una pasta amarilla y cerosa que se obtenía haciendo hervir y
aplastando unos insectos homópteros (Coccus axin) cosechados en árboles de los
géneros Jatropha y Spondias, entre otros.

El axin, cuya eficacia fue corroborada por Sahagún y por otros cronistas de Nueva España,
servía para curar las quemaduras y las enfermedades de la piel. Las mujeres también lo
utilizaban para untar sus mejillas y conseguir así la tez amarilla que exigían los cánones de
belleza de la época y lo empleaban, asimismo, los viajeros para prevenir los labios partidos y
para proteger la piel de los efectos del frío.

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