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(Julian David Ortiz Reinos)

DEL PODER CUERPO AL PODER SOBERANO HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA TEORÍA DEL SUJETO
POLÍTICO.

La razón es lo que distingue al hombre de los animales, lo que mueve el accionar del hombre es el
deseo. La alegría, la tristeza y el deseo, son los afectos primarios, todo lo demás se deriva de ello.
La acción como posibilidad de realización humana, pensaba el deseo como motor de la satisfacción
de necesidades, apetencias, de la realización de demandas tanto de orden efectivo como en el orden
material y cultural. Las diferentes concepciones de deseo las veremos por medio de Freud, Lacan y
Hegel, estos nos aproximan a entender como el deseo se configura con el poder. A través de la
estructura del deseo no se puede plantear entre un yo quiero y un objeto por alcanzar. Lo que yo
deseo es ser dueño del deseo del otro, que el otro me ame y me desee. Lo que quiere es una
voluntad de dominio, adueñarse del deseo del otro, desposeerlo de su personalidad.

El deseo y el poder del deseo enseñan que no puede darse ese un estado terminal. Como lo expone
Spinoza “cada cosa se esfuerza, cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser”, El ser de cada
hombre es lo que determina su proyecto de vida, o cuando este no existe, la perspectiva de vida de
cada uno. La voluntad del poder o el esfuerzo de cada cosa por permanecer en su ser. La
permanencia en el ser no es pasiva sino activa, permanecer en el ser es proyectarse a lo que uno es.
El poder aparece precisamente en que solo lo que queremos y deseamos es bueno. Como corolario,
podemos sostener que la capacidad de crear valores es poder. Los valores impuestos son la
enajenación del poder del individuo. La dominación social y política se sirve de un manejo de los
valores: de ahí la solidaridad entre el poder religioso y el poder político. En consecuencia, para
subvenir el orden social no como golpe de estado, que no es más que un relevo en los mecanismos
de poder es necesario formar individuos que desafíen los valores dominantes.

El poder es la condición del ejercicio del deseo, pero el deseo es el orientador del poder. Para
Spinoza, Nietzsche y Foucault, el cuerpo es el lugar del privilegio del poder, además es a través del
que se libran las batallas políticas por la sujeción o la liberación humana. La moral es un instrumento
que a través del poder- cuerpo se orienta al poder soberano. La moral es la forma más educada para
pasar del control del individuo al control social. La masa, antes que un fenómeno externo, lo cual es
más bien un resultado, está constituida por un fenómeno psíquico y moral de los individuos, por la
configuración de conciencias dependientes. Nietzsche, sabía que la ética es fundamental en la vida
social, pero la moral, en cambio, es una forma de dominación social y política.

La ética es una auto-legislación, la moral es una prescripción externa; en tanto la ética es


fundamento de autorresponsabilidad de los individuos, la moral es el instrumento favorito de las
religiones y los gobiernos para dominar a los ciudadanos, para sujetarlos a la obediencia y a la
sumisión. En el individuo hay siempre una tensión entre lo social y el egoísmo. El individuo concreto
no solo es participante en la comunicación, sino que es una conciencia crítica, un conjunto de
posibilidades en potencia, una conciencia ética que se va proyectando en la acción.

El individuo es el único sujeto en acto, todo los demás son sujetos en potencia; es el único sujeto
concreto, todos los demás son sujetos abstractos; es el único sujeto determinado, todos los demás
son sujetos indeterminados. El individuo es la resistencia al estado, y cuerpo el fin del poder político.
Aristóteles define al hombre como ser racional, Spinoza lo define como ser deseante. La razón
distingue al hombre de los animales. El hombre por el deseo es lo que mueve su acción.

Spinoza en su filosofía considera el hombre, es un ser de deseo, la alegría, la tristeza y el deseo,


son los afectos primarios, todos los demás son derivados. “ el deseo es el apetito con conciencia
de sí mismo, y que el apetito es la esencia misma del hombre, en cuanto determinada a obrar
aquellas cosas que sirve para su conservación” la acción como posibilidad de realización human,
pensaba el deseo como motor de la satisfacción de necesidades, apetencias, de la realización de
demandas tanto de orden efectivo como en el orden material y cultural.

Freud caracteriza el deseo como deseo inconsciente. Un deseo que se realiza en el sueño o en
algunas idealizaciones.

Lacan, el deseo frente a la necesidad y la demanda. La necesidad implica la búsqueda de un objeto


especifico real para satisfacerla; la demanda es demanda de amor del otro, pero se dirige a un
objeto sustitutivo. (Lacan sostienen que lo que cada amante aporta no es un complemento del
amor del otro, cada uno solo aporta sus carencias, el amor se configura más bien por dos
soledades que se acercan o se confrontan. Esto es consecuencia de la demanda que no tiene más
que una realización simbólica o imaginaria; en cambio el deseo, como demanda inconsciente,
busca obtener de otro una satisfacción sin salir de sí mismo.

Hegel “el deseo del hombre es el deseo del otro”. La estructura del deseo no se puede plantear
entre un yo quiero y un objeto por alcanzar. Lo que yo deseo es ser dueño del deseo del otro, que
el otro me ame y me desee. De tal manera que el amor no se satisface con un cuerpo, lo que
quiere es una voluntad de dominio, adueñarse del deseo del otro, desposeerlo de su personalidad.
Por esa razón, el amor no es nunca una posesión tranquila y pacífica, sino una fuente de
contradicciones, de inquietudes. Si el deseo pertenece al orden del imaginario y de lo simbólico
no tiene una relación de causa a efecto con las conquistas y los logros de un individuo.

El deseo siempre reaparece, al hombre jamás se sentirá pleno, logrado, completo. Esa podría ser a
lo sumo una perspectiva de la esclerosis y la muerte, pero jamás de la vida. La vida es una lucha,
inconformidad, búsqueda de algo en el orden afectivo, material, cultural, político… Nietzsche lo
capto ambiciosamente en la voluntad del poder.

Nietzsche, la voluntad del poder controvierte la concepción de la vida eudemonista: la felicidad


como un goce de definitivo y que permanece dentro de determinados límites. El deseo y el poder
del deseo enseñan que no puede darse ese estadio terminal. El concepto de poder en Spinoza
puede comprenderse a partir del principio de la proposición VI de la Etica: “cada cosa se esfuerza,
cuanto está a su alcance, por perseverar en su ser”. El ser de cada hombre es lo que determina su
proyecto de vida, o cuando este no existe, la perspectiva de vida de cada uno. La voluntad del
poder o el esfuerzo de cada cosa por permanecer en su ser. (la permanencia en el ser no es pasiva
sino activa). Permanecer en el ser es proyectarse a lo que uno es.

El poder aparece precisamente en que solo lo que queremos y deseamos es bueno. Como
corolario, podemos sostener que la capacidad de crear valores es poder. Los valores impuestos
son la enajenación del poder del individuo. La dominación social y política se sirve de un manejo
de los valores: de ahí la solidaridad entre el poder religioso y el poder político. En consecuencia,
para subvenir el orden social no como golpe de estado, que no es más que un relevo en los
mecanismos de poder es necesario formar individuos que desafíen los valores dominantes.

El poder es la condición del ejercicio del deseo, pero el deseo es el orientador del poder. Para
Spinoza, Nietzsche y Foucault, el cuerpo es el lugar del privilegio del poder, además es a través del
que se libran las batallas políticas por la sujeción o la liberación humana.

La moral es un instrumento que a través del poder- cuerpo se orienta al poder soberano. La moral
es la forma más educada para pasar del control del individuo al control social. {----------

La masa, antes que un fenómeno externo, lo cual es más bien un resultado, está constituida por
un fenómeno psíquico y moral de los individuos, por la configuración de conciencias dependientes.

Nietzsche, sabía que la ética es fundamental en la vida social, peor la moral, en cambio,, es un
forma de dominación social y política.

La ética es una auto-legislación, la moral es una prescripción externa; en tanto la ética es


fundamento de autorresponsabilidad de los individuos, la moral es el instrumento favorito de las
religiones y los gobiernos para dominar a los ciudadanos, para sujetarlos a la obediencia y a la
sumisión.

El problema que Nietzsche muestra muy bien es que la responsabilidad no se puede individualizar
quizás nunca. Todo acto humano, por más que sea individual, por más que el individuo lo haya
decidido conscientemente es social, es producto de la influencia del grupo, de los amigos, de la
familia, de los compañeros de trabajo, de los maestros.

Los actos humanos son en alguna medida inconscientes: lo cual implica que lo que motiva la
acción, en este caso, son rasgos de personalidad causados por la relación del individuo con la
familia, con el grupo.

En el individuo hay siempre una tensión entre lo social y el egoísmo. El individuo concreto no solo
es participante en la comunicación, sino que es una conciencia crítica, un conjunto de
posibilidades en potencia, una conciencia ética que se va proyectando en la acción.

El individuo es el único sujeto en acto, todo los demás son sujetos en potencia; es el único sujeto
concreto, todos los demás son sujetos abstracto; es el único sujeto determinado, todos los demás
son sujetos indeterminados.

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