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Cuadernos de Bioética XXVI 2015/2ª Pedro Talavera  La narración cinematográfica del posthumanismo

Copyright Cuadernos de Bioética

LA NARRACIÓN CINEMATOGRÁFICA DEL


POSTHUMANISMO

THE CINEMATOGRAPHIC NARRATION OF THE POSTHUMANISM

PEDRO TALAVERA
Departamento de Filosofía del Derecho. Facultad de Derecho
Universitat de València. Avda. Tarongers s/n. 46071 VALENCIA
ptalaver@uv.es

RESUMEN:

Palabras clave: El cine constituye hoy día la vanguardia estética del posthumanismo y una poderosa instancia de re-
flexión sobre el horizonte posthumano. En su dimensión más futurista nos presenta un proceso evolutivo
posthumanismo,
irreversible, vinculado al desarrollo tecnológico, que determinará el fin del hombre y su nacimiento a una
postmodernidad,
nueva realidad posthumana. Pero resulta paradójico que se presente como inevitable el proceso de deshu-
cine, biotecnología
manización de los humanos y, sin embargo, se plantee como ideal utópico el deseo de humanización de
los androides (mantener los valores humanos más allá de la especie humana). En consecuencia, la reflexión
Recibido: 15/04/2015
cinematográfica sobre el posthumanismo parece apuntar no tanto hacia la aparición de una nueva natu-
Aceptado: 12/07/2015
raleza sino hacia la recuperación de lo genuinamente humano.

ABSTRACT:
Keywords: The cinema constitutes today the aesthetic forefront of the posthumanism and a powerful instance of

posthumanism, reflection on the posthuman future. In its more futurist dimension, the films present an evolutionary irre-

postmodernity, versible process linked to the technological development, which will determine the end of the human kind

cinema, and its birth to a new posthuman reality. But it turns out paradoxical that the process of dehumanization

biotechnology of the human beings appears like inevitable and, nevertheless, appears as ideally Utopian the desire of
humanization of the androids (to support the human values beyond the human kind). In consequence, the
cinematographic reflection on posthumanism seems to be headed not towards the appearance of a new
nature but towards the recovery of the genuine human values.

1. Imagen, tecnología y posthumanismo de esta primacía contribuyó decisivamente el descubri-


El trascendental cambio epistemológico producido miento de la perspectiva –y con ella la posibilidad de
por la Modernidad –como ha subrayado J. Ballesteros– representar la infinitud del espacio en las reducidas di-
comenzó con la afirmación de una absoluta primacía de mensiones de un cuadro–, lo que convirtió a la imagen
la imagen en detrimento de la palabra. Al asentamiento (pintada) en el medio por antonomasia de conocer la

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realidad1. Pero esa hegemonía de la imagen frente a la la tecnología8. En efecto, la tecnología permitiría una
palabra acarreó también otra importante consecuencia: re-creación estético-genética del ser humano9; e incluso
un progresivo y creciente desencanto frente a la autén- la ubicación del nuevo sujeto posthumano en una nueva
tica realidad del mundo. La imagen representada de realidad (quasi-virtual), también diseñada a la medida
la realidad exaltaba la sublimidad de lo aparente. La estética del nuevo relato.
perfección estaba en la obra de arte, cuyo contraste con Sin duda, el precursor y padre filosófico del posthu-
la auténtica realidad –siempre imperfecta y defectuo- manismo ha sido Nietzsche, cuya famosa máxima, “es-
sa– contribuía a devaluarla o incluso despreciarla2. Esta tamos cansados del hombre”10, refleja perfectamente la
devaluación de la realidad, reducida a materia prima del clave de este pensamiento, que apuesta por el adveni-
arte, justificaba el imperativo de manipularla para trans- miento de un nuevo hombre: “Y Zarathustra habló así a
formarla y aproximarla así al ideal estético3. Con este la multitud: yo os enseño el superhombre. El hombre es
planteamiento se sentaron las bases para el desarrollo algo que debe ser superado”11. Nietzsche y el posthuma-
exponencial de la tecnología como medio para convertir nismo no plantean una evolución del hombre en clave
en realidad lo imaginado, reduciendo la razón a su di- darwinista (fruto de la selección natural), sino que pre-
mensión puramente instrumental y manipuladora4. tenden la creación de una nueva naturaleza, partiendo
El pensamiento de la postmodernidad nace como con- de que el hombre actual no es más que un ‘puente’
secuencia del profundo desencanto ante el fracaso de la entre el simio y el posthumano12. El superhombre, ese
razón instrumental en su prometeica tarea de construir nuevo ser diseñado por el propio hombre para sucederle
el imaginado mundo feliz . Afirmando que la realidad
5
y superarle, no es un ser con mayores facultades y capaci-
ha perdido toda su consistencia ontológica y metafísi- dades, es un ser que está ‘más allá’ del hombre (Vattimo
ca (no está condicionada por ningún ‘meta-relato’)6, la lo denomina ultra-hombre). No se trata de una especie
postmodernidad otorga al sujeto la capacidad de ‘cons- de intensificación de la naturaleza humana, sino de algo
truir’ la realidad según su propio ‘relato’. De manera muy distinto: una posthumanidad que se sitúa más allá
que el hombre puede llegar a concebirse (imaginarse a del hombre tal y como lo conocemos ahora y que la tec-
sí mismo) incluso en una dimensión posthumana7. So- nología hace concebible y posible.
bre esta base emerge el posthumanismo, que pretende La tecnología se presenta así como el instrumento
construir un nuevo relato del ser humano sin humanidad por antonomasia para la verdadera liberación humana a
y está convencido de poder llevarlo a cabo a través de través de la construcción del sujeto posthumano13. Como
ha señalado Gilbert Hottois, la tecno-ciencia es hoy el
presupuesto de la auténtica emancipación: permite al
1 Ballesteros, J. Postmodernidad: Decadencia o Resistencia, sujeto escapar de los condicionamientos de su propia
Tecnos, Madrid, 1994, p. 19-20.
2 Ballesteros, J. Postmodernidad: Decadencia o Resistencia, humanidad14. En el mismo sentido se manifiesta Vatti-
op. cit., p. 20.
3 La creencia ilustrada en un progreso indefinido e irreversi-
ble de la humanidad casi se acerca más a un paradigma estético que 8 Vattimo, G. La fine della Modernità, op. cit., p. 25.
ético. Vid. Talavera, P. “Kant y la idea de progreso indefinido de la 9 Ballesteros, J. “Biotecnología, biolítica y posthumanismo”,
humanidad”, Anuario Filosófico 2 (2011), p. 335-371. en Ballesteros, J. (coord.) Biotecnolgía y posthumanismo, Thomson-
4 Adorno, T. y Horkheimer, M. Dialéctica de la Ilustración, Aranzadi, 2007, p. 21-46.
Akal, Madrid, 2007. 10 Nietzsche, F. La Genealogía de la moral, Alianza, Madrid,
5 Lyotard, J. F. La Condition postmoderne: Rapport sur le 1996, I - 12, p. 33.
savoir, Éditions de Minuit, Paris, 1979, p. 12-22. 11 Nietzsche, F. Así habló Zaratustra: Un libro para todos y
6 Vattimo afirma, sin matices, la definitiva superación de la para nadie, Alianza, Madrid, 2003, Prefacio, n. 3, p. 5-6.
metafísica, sin que debamos lamentarnos por ello. No se trata de 12 Nietzsche, F. Más allá del bien y del mal, Madrid, Alianza
buscar un nuevo fundamento, sino de prescindir de todos ellos. El 2012, VII, p. 146.
hombre postmoderno ha comprendido que no existe el sentido, 13 Pastor, L.M. y García-Cuadrado, J.A. “Modernidad y post-
que “del ser como tal ya no queda nada” (Vattimo, G. La fine della modernidad en la génesis del transhumanismo-posthumanismo”,
Modernità, Einaudi, Torino, 1985, p. 21-23). op. cit., p. 341-342.
7 Pastor, L.M. y García-Cuadrado, J.A. “Modernidad y post- 14 Hottois, G. Essais de philosophie bioéthique et biopolitique,
modernidad en la génesis del transhumanismo-posthumanismo”, Vrin, París, 1999, p. 68. En esta línea de afirmación liberadora de la
Cuadernos de Bioética, XXV, (2014/3ª), p. 342-343 y 348. tecno-ciencia se mueve también el conocido y polémico ensayo del

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mo: “El hombre encuentra en la ciencia y en la técnica gital) que permite acceder a esa realidad alternativa de
el marco dentro del cual puede liquidar todas las es- lo posthumano como una auténtica experiencia, como
tructuras, íntimas y externas, del dominio; puede libe- algo muy cercano que ya está sucediendo19.
rarse de todo condicionamiento, incluso del biológico y En efecto, a través del extraordinario desarrollo de
del genético”15. Se abre así la expectativa de un mundo la imagen virtual, tenemos la posibilidad no sólo de
posthumano, firmemente sostenido por los defensores concebir o imaginar esa ‘experiencia fabulizada de la
de la denominada ‘revolución biolítica’, para quienes la realidad’ que es el posthumanismo, sino de verla e in-
especie humana se ha convertido en un concepto revi- cluso experimentarla virtualmente (en tres dimensiones)
sable, por no decir obsoleto16. gracias a la estrecha alianza existente entre imagen y
En definitiva, el objetivo de la acción tecnológica tecnología20. De ahí que el cine se esté convirtiendo cada
posthumanista no es de índole cualitativa o moral: no vez más en la vanguardia estética del posthumanismo
pretende mejorar o perfeccionar la naturaleza humana y en la más poderosa instancia de reflexión sobre el
a través de la tecnología, como indirectamente parecía horizonte posthumano planteado por la postmoderni-
plantear Peter Sloterdijck, tras proclamar el fracaso del dad. En su dimensión más futurista, el cine no cuestiona
humanismo en su intento de domesticación del hombre (ética o técnicamente) esa supuesta e inminente reali-
por medio de la cultura . El horizonte posthumanista
17
dad posthumana; al contrario, la da por descontada y
pretende superar la propia naturaleza humana de un se recrea en presentárnosla bajo muy diferentes versio-
modo absolutamente indeterminado y pluriforme , que 18
nes. Pero si hay algo común a todas esas visiones, como
se irá materializando en función de los infinitos relatos trataré de mostrar a continuación, es una especie de
subjetivos en los que cada sujeto desee vivir. pesimismo hobbesiano redivivo; una profunda y radical
desconfianza en que la superación de los límites de la
2. El cine como ámbito privilegiado de reflexión condición humana, sea cual sea la versión en la que
sobre el futuro posthumano esto se produzca, comporte la superación de los graves
estigmas que han acompañado la historia del convivir
Como hemos apuntado, la deriva posthumanista del
humano: explotación, dominación y violencia.
pensamiento postmoderno se sustenta sobre una fuerte
componente estética, anclada en la absoluta hegemonía
de lo visual; si bien la tecnología ha hecho posible que 19 Es a finales los años 90 cuando los relatos cinematográficos
comienzan a mostrar al posthumanismo como una realidad ya pre-
lo visual se haya desplazado, casi por completo, desde la sente, a través de filmes que cabría calificar como de “transición
mera contemplación estática de la imagen representada tecno-ética”. Es el caso de la película ‘Gattaca’ (A. Niccol, 1997), en
la que ya no se dibuja el horizonte futurista de la humanidad (al
(que sólo permite imaginar) hacia una percepción abso- estilo de los filmes clásicos de la ciencia ficción), sino que se plan-
tea el dilema de un presente ‘inminente e inquietante’ dominado
lutamente dinámica de la imagen (realidad virtual y di- por la posibilidad del perfeccionamiento genético y la procreación
artificial, que generan un nuevo modo de discriminación definitiva-
mente insuperable: la que proviene del enriquecimiento genético.
profesor alemán Peter Sloterdijk, Regulations for the Human Park, 20 La revolución tecnológica de la imagen ha consistido en
al que luego haremos referencia. pasar de la imagen representativa a la imagen reproductora de
15 Vattimo, G. La fine della Modernità, cit., p. 149. la realidad, que comenzó con la fotografía y hoy se da en los
16 Kempf, H. La Révolution Biolithique. Humains artificiels et experimentos cada vez más sofisticados de realidad virtual, que
machines animées, PUF, Paris,1998. tienden a borrar la diferencia entre realidad y representación. En
17 Sloterdijk, P. Normas para el parque humano. Prólogo y tra- sus desarrollos más actuales incluyen una progresiva aceleración de
ducción, Teresa Rocha (5ª ed.), Siruela, Madrid, 2008. Originalmente las imágenes (estéticas propias de los videoclips) que contribuyen
constituye una respuesta al Brief über den Humanismus (‘Carta sobre a borrar también el sentido del tiempo, como continuidad entre
el Humanismo’) de Martin Heidegger, en el cincuenta aniversario presente y pasado, a través de la fragmentación, la simultaneidad,
de su publicación. Los términos utilizados en el texto resultan muy la yuxtaposición, etc., generando la sensación de un presente con-
esclarecedores, sobre todo al definir la humanidad como un “zoo tinuo. Vid. Huyssen, A. Después de la gran división. Modernismo,
park humano” y al hablar de “domesticación” (Zahmüng) como la cultura de masas, posmodernismo, Buenos Aires, 2006 y Jameson,
tarea del nuevo hombre, que debe ser como “un domador para el F. “Posmodernismo y sociedad de consumo”, en: Foster H. (ed.)
ser humano” y utilizar para ello el poder de la biotecnología. La postmodernidad, op. cit. Este último alude expresamente a la
18 Ballesteros, J. “Más allá de la eugenesia: el posthumanismo transformación de la realidad en imágenes y a la fragmentación del
como negación del homo patiens”, Cuadernos de Bioética, XXIII, tiempo en una sucesión de presentes perpetuos, que reproduce la
(2012/1ª), 17. lógica del capitalismo de consumo (p. 165-186).

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La reflexión posthumanista avanza, así, sobre dos ex- ne una ineludible componente elitista, mientras que
tremidades muy sólidas, tecnología e imagen, que con- el cine nace como un arte esencialmente popular,
vergen y se fusionan de manera paradigmática en el que permite el acceso a la obra no desde la razón (el
cine. La tecnología transforma en imagen virtual todo conocimiento del iniciado o especialista) sino desde
aquello que la imaginación concibe como nuevos mun- la emoción; una emoción que, además, es compartida
dos posthumanos y, al mismo tiempo, nos los presenta simultáneamente por millones de personas24. De ahí
con todo el realismo y la cercanía de una experiencia la cercanía y naturalidad con las que hoy percibimos el
cotidiana. Pero es que, además, como ha señalado Alain horizonte posthumano y la trascendencia de las emocio-
Badiu, el cine no sólo es estética y narrativa, sino un nes que suscita25.
nuevo modo ‘no racional’ de reflexionar, que ha susti-
a que es el arte de la imagen y la imagen es lo único capaz de fas-
tuido definitivamente el pensamiento especulativo por cinar a todo el mundo. La fascinación por el cine es inherente a la
la vivencia (experiencia) de la imagen; porque para el fascinación por las imágenes. Y la imagen es el medio que permite
al cine asumir y retener algo de todas las artes. No la técnica propia
hombre postmoderno la razón debe ser sustituida por que las convierte en artes, sino aquello que las hace más accesibles,
la relación sensible que transmiten. De la pintura, por ejemplo, re-
la sensación, que es el medio a través de la cual pode- tiene la posibilidad de la belleza del mundo sensible. De la música,
mos experimentar (realmente) otra realidad21. Así pues, la posibilidad de acompañar al mundo con el sonido, suscitando la
emoción. De la novela retiene la forma del relato, contar grandes
el cine –sostiene Badiu- nos exige reflexionar de otra historias a toda la humanidad. Del teatro retiene a los actores que
transforma en estrellas. El cine abre las artes, las despoja de sus as-
manera: no con las categorías abstractas de la razón pectos más complejos, más aristocráticos, y los entrega a la imagen.
(tratando de desentrañar un sentido del que la realidad El cine es la popularización de todas las artes y por eso tiene voca-
ción universal. Pero ¿dónde reside la paradoja del cine como arte
carece), sino a través de la ‘emoción estética’, que se de masas? Pues reside en el hecho de que ‘arte’ es una categoría
elitista, ‘aristocrática’, exige una educación particular en función de
expresa siempre en clave de paradoja22. Una paradoja la rama del arte que se trate; mientras que la idea de ‘masas’ es una
que Badiu sitúa en dos terrenos. Por un lado, en la categoría popular, ‘democrática’, algo que se opone expresamente
a lo elitista. De ahí que hablar de ‘arte de masas’ representa una
relación totalmente singular que el cine, como ima- relación paradójica entre lo democrático y lo aristocrático. Todas las
artes (pintura, poesía, música) fueron vanguardia en algún momen-
gen, plantea entre lo artificial y lo real: la relación to, hasta que entraron en los museos o en la historia. El siglo XX
paradójica entre el ser y el parecer. En este sentido, fue el siglo de las vanguardias pero también el siglo en el que nace
y se desarrolla el primer gran arte de masas que es el cine (Badiu,
la alianza entre tecnología e imagen ha sido capaz A. “El cine como experimentación filosófica”, op. cit., p. 30).
24 Pero un arte es de masas cuando las obras artísticas que
de fusionar estos dos ámbitos y ha dotado de ser (de produce, por su calidad incontestable, son vistas y amadas por mi-
realidad) al simple parecer (la imagen), haciéndolo llones de personas en el momento mismo de su creación. Hay que
subrayar esto, porque en el arte existe también un efecto de pasa-
así concebible y asequible. Por otro lado, también do. Pero no se trata de un efecto meramente cuantitativo (millones
de personas pueden ir a los museos), sino del amor por algo, por
resulta paradójica la condición del cine como arte de una creación, en el momento mismo de su creación, y de millones
masas23, en el sentido de que el resto de las artes tie- de personas que aman la obra de arte en el momento en que apa-
rece. Tenemos ejemplos indiscutibles en el cine, como los grandes
filmes de Charles Chaplin que fueron vistos en el mundo entero, in-
21 Para Badiu, el cine no es sólo un medio que provoca la cluso los esquimales los vieron. Y todos comprendieron inmediata-
reflexión filosófica (como una fábula la moraleja); sino que en el mente que estos filmes hablaban de manera profunda y decisiva de
contexto de la postmodernidad, dominado por el indiscutible pri- la humanidad. De lo que podría llamarse la humanidad genérica, es
mado de lo estético y la mediación universal de la imagen, el cine decir la humanidad más allá de las diferencias. Eso hizo que el per-
se ha convertido en algo más que un ‘locus philosophicus’ (una sonaje de Charlot, aunque muy bien situado, fuera el representante
fuente de reflexión), es un nuevo modo no racional de acercarse de la humanidad genérica para un africano, para un japonés o para
a la realidad. (Badiu, A. “El cine como experimentación filosófica”, un esquimal. Badiu alude a otros ejemplos, que no están en el cine
en Yomel G. (coord.), Pensar el cine, vol. I, Buenos Aires, Manantial cómico o sentimental. En este sentido cita un filme que, a su juicio,
2004, p. 23-24). continúa siendo a día de hoy uno de los poemas cinematográficos
22 Ibid, p. 24. más sublimes: se trata de Sunrise (Amanecer) de Murnau, que fue
23 El segundo modo de explicar esa paradoja supone, para un impresionante e inesperado éxito, algo parecido a lo que supuso
Badiu, constatar que el cine es indiscutiblemente un arte de masas; el fenómeno Titanic, salvadas las distancias. Grandes filmes de todo
pero es un arte incomparable con el resto de las artes. En el siglo tipo fueron amados por millones de personas, como los de Fritz
XIX, por ejemplo, hubo escritores de masas y poetas de masas. Bas- Lang, Hitchcock, Ford, Hawks, Raoul Walsh y tantos otros (Badiu,
te aludir al caso de Víctor Hugo en Francia, que aún hoy continúa A. “El cine como experimentación filosófica”, op. cit., p. 31-35).
siendo un escritor de masas. Los Miserables, por ejemplo, es una 25 Debo dejar constancia aquí de la impugnación que algunos
novela de éxito eterno; en su versión musical lleva más de 25 años autores hacen sobre la posibilidad de hablar, en sentido estricto,
siendo representada en Broadway (sin contar con su multioscari- de una filmografía realmente posthumanista, dado que el cine está
zada versión cinematográfica de 2011). Pero el cine es un arte de confeccionado y planteado por humanos, se expresa en lenguaje
masas en un sentido diferente y mucho más intenso, y esto se debe humano, desarrolla una acción humana y transmite sentimientos

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3. La narración cinematográfica del del cyborg. Una síntesis entre lo natural y lo artificial
posthumanismo que, en ambos casos, presenta esas dos caras a las que

En la última parte de la famosa película 2001. Odisea hemos aludido: los centauros fueron los profanadores

en el espacio, Stanely Kubric describe –ya en 1968- el bestiales de las bodas de Hipodamia; pero también Qui-

tránsito desde una humanidad extenuada y agonizante, rón, uno de ellos, fue el sabio maestro de Aquiles. Del

representada por el cosmonauta David Bowman, hacia mismo modo, la mezcla entre hombre y máquina po-

una nueva forma de vida, simbolizada por un feto en el dría representar una amenaza, dando lugar a criaturas

que Bowman se contempla a sí mismo en el momento monstruosas y destructoras, pero no necesariamente

de su nacimiento a un nivel superior. Este salto a una debe ser así; también puede ofrecer aspectos insospe-

realidad posthumana se corresponde con el que apa- chados que representen una evolución superadora del

rece en las primeras escenas de la película, en las que ser humano. No obstante, la narración cinematográfica

los homínidos, gracias a la técnica, evolucionan hasta del horizonte posthumano no asume esta ambivalen-

convertirse –como el propio Bowman- en exploradores cia; al contrario, se decanta fundamentalmente por su

espaciales. En esta escena (genial en lo cinematográfico) vertiente más ‘siniestra y oscura’, presentándola como

aparecen representados dos elementos fundamentales una lucha por preservar (salvaguardar) ‘lo natural’ (lo

del posthumanismo: de una parte, la afirmación de un específicamente humano) frente al avance dominador

proceso evolutivo irreversible, vinculado indisoluble- y tiránico de ‘lo artificial’28. En esa línea se mueven

mente al desarrollo tecnológico, que determinará el fin filmes emblemáticos de la década de los 70, como la

del hombre y su nacimiento a una nueva realidad26; y ya citada ‘2001. Una odisea del espacio’ (S. Kubric,

de otra parte, la constatación de que, en ese proceso, la 1968) y de los años 80, como ‘Blade Runner’ (R. Scott,

relación entre lo natural y lo artificial resultará proble- 1982) o ‘Terminator’ (J. Cameron 1984). A estos siguie-

mática. De modo que el encuentro entre la naturaleza ron otros como ‘The Matrix’ (Hnos. Wachowsky, 1999)

y la técnica ha perdido el carácter idílico que le otorgó o ‘Inteligencia artificial’ (S. Spielberg, 2001), que han

la Modernidad (la técnica como instrumento de ‘per- sido referentes del posthumanismo en el final del siglo

fección’ de la naturaleza) y tiene mucho de ambiguo e XX y comienzo del XXI, completados con una especie

imprevisible (sin descartar lo amenazante)27. de subgénero de transición hacia el ciborg, en filmes


como ‘Los sustitutos’ (R. Mostow, 2009) o ‘Avatar’ (J.
En efecto, a la antigua imagen mitológica del cen-
Cameron, 2009), que plantean la transferencia mental
tauro corresponde ahora la propuesta postmoderna
a cuerpos artificiales, superando así las limitaciones de
la naturaleza humana. También, como otra especie de
humanos. No obstante, aquí abordamos la narración cinematográ-
fica del posthumanismo desde la clave nietzscheana que, a nuestro subgénero, ligado a las inquietantes posibilidades de la
juicio, adoptan estos films; es decir, la que considera al ser humano
como el creador y diseñador del nuevo sujeto posthumano a través
clonación, han aparecido filmes como ‘La isla’ (M. Bay,
de su acción tecnológica. 2005) o ‘Never let me go’ (M. Romaneck, 2010)29. Todos
26 El posthumanismo en el cine se ha presentado a veces desde
una óptica “involutiva” como muestra la película El planeta de los ellos continúan y desarrollan el planteamiento distópi-
simios (F. Shaffner, 1968), donde los humanos se ven reducidos a la
categoría de animales bajo el control de los que un tiempo atrás
co respecto a la tecnología, iniciado por la literatura a
habían sido considerados como tales (intercambio de roles) . Pero
la principal expresión cinematográfica del posthumanismo ha sido
siempre la “evolutiva” que, como ya dijimos, se presenta cargada 28 Ibid, p. 191.
de reflexiones y consecuencias éticas y políticas. El planteamiento 29 Últimamente, a los relatos cinematográficos de este género
de este mítico film ha sido completado y, en cierto modo, des- parece interesarles una previsible etapa intermedia de ‘tránsito’ ha-
virtuado por la reciente “precuela”: El origen del planeta de los cia el definitivo futuro posthumano, que pasaría por buscar nuevos
simios (R. Wyatt, 2011) que, en clave postmoderna, proyecta sobre planetas en los que vivir, una vez que las condiciones de vida en la
un mero error o consecuencia inesperada de la biotecnología, la tierra resulten insoportables debido a su irreversible devastación
responsabilidad de provocar el salto evolutivo en los simios y sus –así lo plantea ‘Interstellar’ (C. Nolan, 2014), en una línea inversa a
desafortunadas consecuencias para los humanos. lo que ya planteó ‘Desafío total’ (P. Verhoeven, 1990)-; o bien, por
27 Savagnone, G. “Posthumanismo y cine”, en Ballesteros J. y la fabricación de gigantescas y exclusivas estaciones espaciales (para
Fernández E. (coord.), Biotecnología y Posthumanismo, op. cit., p. ricos) en las que reproducir una utópica y placentera vida terrestre,
189-190. como se describe en ‘Elysium’ (N. Blomkamp, 2013).

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partir de los años treinta en obras inmortales como: ‘Un 3.1. El proceso de deshumanización de los humanos
mundo feliz’ (A. Huxley, 1932); ‘1984’ (G. Orwell, 1949) La obra cinematográfica que mejor ha relatado el
o ‘Yo robot’ (I. Ashimov, 1950). horizonte posthumano, ‘Blade runner’, en su didascalia
En definitiva, la singular unanimidad con la que todo inicial, muestra de manera paradigmática el irreversible
un género cinematográfico valora el uso indiscriminado proceso de deshumanización al que conduce la hiper-
de la tecnología (no regida por la ética) en su visión del tecnologización. A través de una sucesión de imágenes,
horizonte posthumano podría resumirse en esta parado- estéticamente fascinantes, Ridley Scott nos introduce en
ja: irreversible pero amenazante. La irreversibilidad se una megalópolis desdibujada por la niebla y el smog,
asume como consecuencia del carácter liberador que el entre gases y llamaradas, luces de neón y anuncios lu-
pensamiento postmoderno ha otorgado a la tecnología minosos, sonidos estridentes y enormes video-pantallas
y que la convierte necesariamente en algo incontrolable que emiten incesantemente publicidad. Una ciudad en
(todo intento de control es interpretado como atentado la que destacan inmensas construcciones triangulares
al progreso y a la libertad). Ya hemos hablado de esto (las sedes de las grandes corporaciones que dominan el
con anterioridad. Por otra parte, su contemporáneo ca- mundo) que asemejan y simbolizan los nuevos templos
rácter amenazante proviene de una duda trascendental: (pirámides) de la postmodernidad y que rinden culto
¿podrán subsistir esos que llamamos ‘valores humanos’ a los nuevos dioses: el poder y el dinero a través de la
–cuya realización constituye nuestro ideal utópico como explotación de las nuevas tecnologías. Las calles están
especie- una vez que la naturaleza humana se haya repletas de gente que corre de un lado a otro sin mirarse
transmutado en posthumana? La respuesta cinemato- siquiera la cara (se deja sentir una fuerte presencia de
gráfica del posthumanismo resulta ciertamente original: orientales que presagia su dominio del mundo futuro).
los valores humanos son el presupuesto y el eje de toda En definitiva, la ciudad del futuro se presenta como un
civilización y como tales necesariamente habrán de per- lugar infernal e inhabitable en el que dominan la vio-
manecer; pero los seres humanos ya no son capaces de lencia, la soledad y la pobreza (se nos dice que el hom-
encarnarlos. De ahí que se relate fílmicamente un singular bre busca conquistar lugares en el espacio para crear
proceso: la inevitable deshumanización de los humanos y colonias habitables). Pero ese mundo, por otra parte,
la correlativa humanización de los androides (valores hu- se presenta como ultra-tecnologizado –hasta el punto
manos más allá de la especie humana). En el proceso de de haber creado replicantes (seres biomecánicos, en casi
deshumanización de los humanos la narración cinemato- todo iguales a los seres humanos)–, pero cuyo hiper-
gráfica hace confluir dos poderosos factores: por un lado, desarrollo no ha generado bienestar, paz, ni felicidad;
la constatación evidente de que el fin primordial de la sino que ha propiciado una gravísima crisis ambiental y
biotecnología no está en remediar las necesidades huma- social, con luchas, explotación y violencia.
nas sino al servicio del poder y del dinero; y por otro lado, Con esta perspectiva, Ridley Scott pretende refutar,
que la confusión propiciada por la biotecnología entre casi punto por punto, la visión optimista y racionalista
lo natural y lo artificial devalúa definitivamente toda la que traslucía el film ‘2001. Odisea en el espacio’, con
realidad (especialmente la humana) y la convierte en un el que Kubric parecía querer consagrar a la tecnología
mero material manipulable. Por otra parte, en el correla- como el instrumento por antonomasia de la evolución
tivo proceso de humanización de los androides, subyace del ser humano. En efecto, Kubrick asume en cierta
una constatación fundamental: la esencia de lo humano medida el paradigma ilustrado: la ciencia y la técnica
es algo tan valioso que los propios seres posthumanos propiciarán el bienestar futuro de la humanidad y la
desean asumirla (e incluso luchan por ello). Analicemos razón instrumental conducirá necesariamente hacia un
brevemente dos ejemplos paradigmáticos de la narra- indefinido progreso social y moral; si bien es verdad
ción cinematográfica de estos procesos. que, como dijimos, no oculta los problemas inherentes

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a la etapa de tránsito hacia la posthumanidad, genial- perdido su sentido, por cuanto la tecnología ha sido ca-
mente reflejados en la lucha del ordenador ‘Hal’ contra paz de crear objetos (replicantes) que se asemejan a una
el cosmonauta Bowman. Desde las primeras imágenes, realidad personal y ha reducido la condición humana a
Scott desenmascara el verdadero objetivo de la tecnolo- mero material biológico disponible.
gía (obtener poder y beneficios económicos) y evidencia
sus dramáticas consecuencias deshumanizadoras: desas- 3.2. El proceso de humanización de los androides
tre ecológico, atomización social, anomia, alienación y
Uno de los temas fundamentales de reflexión so-
violencia. En definitiva, la perspectiva que Blade Run-
bre el posthumanismo radica precisamente en la rede-
ner ofrece de un desarrollo tecnológico sin límites, no
finición de la identidad humana sobre la base de un
sólo no conduce a un mejoramiento de las condiciones nuevo tipo de seres vivientes, racionales, cuya existen-
de vida de la especie humana, sino que hace presagiar cia se deberá al exclusivo concurso de la biotecnología.
su necesaria e inevitable sustitución por otra realidad La cuestión no es un puro divertimento intelectual sino
posthumana. una acuciante realidad, porque exige dar respuesta a las
Pero la narración cinematográfica no sólo muestra el preguntas esenciales: ¿quién puede llamarse humano?,
efecto deshumanizador externo provocado por la hiper- ¿dónde reside la esencia de lo humano? En la narración
tecnologización, sino que lo proyecta también sobre un fílmica de ‘Blade Runner’, la raza biológicamente huma-
ámbito más íntimo y radical: la propia identidad de lo na, desde el punto de vista moral, tiene pocos activos
humano. En efecto, desde las primeras secuencias somos para reclamar ese título: ha devastado el planeta, lo
conscientes de la absoluta imposibilidad de reconocer lo ha convertido en inhabitable, ha generado violencia,
que los seres son en realidad, y lo que la propia realidad pobreza y explotación sin límites y está dominada por
es. En el mundo del film, la ‘simple vista’ ya no nos per- una tecnocracia cínica y mercantil. El paradigma viene
mite comprender aquello que vemos. El mundo domina- representado por la figura histriónica del ingeniero jefe
do por la biotecnología se ha convertido en ‘opaco’ para de la ‘Tyrrell Corporation’ (el padre de los replicantes),
nuestra mirada. Se vive en una situación de incertidum- con una casa a modo de templo budista (que parece
bre perceptiva en la que resulta prácticamente imposi- indicar un máximo nivel de espiritualidad), pero a quien
ble distinguir lo real de lo artificial (se fabrican y venden sólo preocupan las cuestiones comerciales y que ha lle-
todo tipo de órganos y tejidos, todo tipo de animales y gado al extremo de inocular falsos recuerdos sobre un
plantas: todo tipo de seres vivos). Las intervenciones de inexistente pasado en la mente de los replicantes, para
la tecnología resultan tan invasivas y penetrantes que hacerles creer que son humanos y favorecer así su ren-
han provocado la pérdida de identidad de lo natural y dimiento evitando problemas. Un sujeto despiadado, al
de lo humano, reduciendo toda la realidad (y en especial que no preocupan en absoluto las cuestiones éticas, ni
la realidad personal) a una sola naturaleza, la del objeto las consecuencias de sus experimentos biotecnológicos,
y, por tanto, radicalmente manipulable. De ahí que para sino sólo el beneficio económico que puedan reportar.
saber si estamos ante un humano (natural) o ante un ¿Qué queda de lo humano en ese sujeto?
replicante (artificial) el film nos muestra la realización Por otro lado, los replicantes, creados para trabajar
de un complejísimo test de difícil interpretación y de en las colonias exteriores, son tratados como esclavos y
resultados no concluyentes (precisamente el protagonis- programados para vivir sólo cinco años, evitando así que
ta es un cazador de replicantes, una siniestra profesión generen problemas de convivencia y desarrollen apego
parapolicial a la que se denomina blade runner). Así a la vida. No obstante, se han rebelado porque desean
pues, la clásica distinción kantiana entre cosas (lo que vivir más. Su presencia en la tierra está prohibida y se
tiene precio y es intercambiable) y personas (lo que es les persigue para matarlos (bajo el eufemismo de “re-
insustituible y por ello no tiene precio sino dignidad) ha tirarlos”) porque su vida es una propiedad que está al

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servicio de las grandes corporaciones. Son considerados un momento de exquisita belleza cinematográfica y de
simples objetos, creados por la tecnología, sin dignidad enorme intensidad emocional, que viene subrayada por
ni derechos, que no pasan de tener la despectiva consi- la desconcertada mirada del blade runner Deckart que
deración y denominación de “máquinas”. Sin embargo, reconoce en ese ser que está agonizando no a una sim-
todos ellos experimentan durante el film un irresistible ple máquina, sino un semejante, un alguien que encarna
deseo de humanizarse, de reivindicarse como humanos todos los valores humanos que él ya ha perdido.
y de luchar por asumir la condición humana: de ahí su Esa mirada de Deckart constituye la tesis ontológica
extraordinario apego a los (falsos) recuerdos y su deses- y ética que subyace en la narración cinematográfica del
perada búsqueda de hogar, familia y amistad. posthumanismo: la biología tan sólo identifica a los hu-
En las apoteósicas escenas finales del film se produce manos como especie, pero la auténtica humanidad no se
un giro de 180 grados en la percepción del espectador: mide en genética sino fundamentalmente en valores. La
el replicante se ha humanizado hasta el extremo de sen- condición de humano está más allá de la herencia bio-
tir compasión y salvar la vida de quien ha perdido todo lógica natural, puesto que la tecnología puede recrear y
vestigio de humanidad y pretende matarle. En efecto, mejorar artificialmente la biología; la humanidad radica
el líder de los replicantes rebeldes, Nexus 6, que has- fundamentalmente en asumir una dimensión ética de la
ta entonces se ha mostrado implacable, frío, violento existencia. En consecuencia, merecerá ostentarla cual-
y “maquinal” (llegando a matar con sus propias manos quier ser que haya tenido o tenga (ahora o en el futuro)
a Tyrrell, su inventor, cuando le confiesa que no puede la capacidad de pensar y sufrir, de establecer relaciones,
desactivar el mecanismo que le obliga a morir a los cin- de experimentar afectos, de creer y entregarse por idea-
co años), después de luchar cruentamente con el blade les que trascienden el ámbito de su limitada existencia.
runner Deckart, en lugar de matarle manifiesta un gesto Una tesis que se completa en la escena final cuando
supremo de humanidad: en lugar de vengarse cuando Deckart huye con Rachel, una replicante de última ge-
está a su merced, se compadece de él y sacrificando lo neración que desconoce su fecha de caducidad. Mirando
poco que le queda de vida, se convierte en su salvador. fijamente al horizonte parece afirmar que la incertidum-
Resulta inolvidable su célebre monólogo en el que bre sobre el momento de la muerte constituye también
deja entrever el abismo insondable, la grandeza e irre- una parte ineludible de la esencia humana.
petibilidad de toda existencia personal: “Yo he visto co- Esta tesis fundamental del posthumanismo se desa-
sas que vosotros humanos no podéis siquiera imaginar rrolla, con mayor profundidad si cabe, en otra de las
(…) pero todos esos momentos se perderán en el tiempo grandes películas del género -‘Inteligencia Artificial’-, en
como lágrimas en la lluvia. Es tiempo de morir”. Estas la que el proceso de interacción inversa entre la des-
palabras sublimes nos muestran al replicante como por- humanización de los humanos y la humanización de los
tador de una intensa humanidad y de un enorme halo de androides, se transmite con una fuerza sobrecogedora.
espiritualidad (la extraordinaria banda sonora y la bellí- La escena inicial de esta película incide también en la
sima estética de la secuencia potencian esta percepción), dialéctica entre diversidad y parecido, en la incapacidad
tristemente ausente en quienes son biológicamente hu- para reconocer la realidad: de modo inesperado, la ca-
manos, y que se erige en una metáfora salvífica ‘quasi beza de una chica bellísima se abre al apretar un botón
cristológica’, puesto que el replicante está con el torso y deja al descubierto los circuitos electrónicos que se
desnudo, bajo la lluvia, con el rostro ensangrentado y con esconden tras una sublime apariencia humana. Pero la
una mano atravesada por un clavo (con el que ha querido narración se centra en el androide David (un niño ‘meca’)
sentir el último aliento de vida en su organismo), mien- que encarna y expresa, paradójicamente, lo más profun-
tras que en la otra sujeta una paloma blanca que inicia do de la esencia humana, que parece haber desapareci-
su vuelo en el instante en que éste muere. Se trata de do de quienes pertenecen biológicamente a la especie

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humana: la capacidad de amar. Al igual que en el mun- amor de su madre. Ni siquiera la profunda crueldad del
do tecnológicamente despiadado de los blade runner la abandono ha conseguido borrar en él el sentido último
verdadera humanidad se acaba manifestando en los re- de su existencia: amar y ser amado. En realidad, su ince-
plicantes, también en el mundo del ‘meca’ David queda sante búsqueda del Hada Azul responde a una sola idea:
claro que no son los cromosomas los que propician la si consigue ser un ‘niño de verdad’ conseguirá, al fin, ser
humanidad (las escenas de orgía y violencia de la ‘Feria querido por su madre.
de la carne’ no dejan lugar a dudas), sino que es la ‘capa- El amor viene señalado por Spielberg como el valor
cidad de amar y ser amado’ la que realmente humaniza. fundamental, la esencia última e íntima de lo humano.
El modo en el que la tecnología pretende sustituir y No se trata del sucedáneo vacío de la pulsión sexual, a
satisfacer, artificialmente, tanto el amor filial (un niño la que suele aludirse con la fórmula “hacer el amor” y
robot programado para amar a sus padres) como el que el meca-gigoló Joe está habituado a dispensar a las
amor de pareja (el meca-gigoló Joe que satisface todo señoras que se lo piden; se trata del amor profundo,
capricho sexual), queda desenmascarado como un bur- de esa realidad arraigada en lo más íntimo del alma
do simulacro que contribuye a una triste y profunda humana, cuya fuerza es capaz de arrancar a David de
deshumanización (las secuencias del abandono de Da- la soledad cósmica que lo aplasta y de la que busca des-
vid y de las prestaciones ‘amorosas’ de Joe muestran lo esperadamente escapar. En última instancia, la película
desgarrador y patético de ese simulacro). De ahí que acaba por ofrecer la misma patética imagen del mundo
al final de esta parábola, que reproduce en términos posthumano que ya reflejaba ‘Blade runner’: una reali-
postmodernos el cuento de Pinocho, el protagonista se dad siniestra y deshumanizada cuya única expectativa
convertirá en un niño de verdad, pero no por la magia consiste en la esperanza de que los valores humanos
del Hada Azul, como él esperaba, sino por la potencia de acaben arraigando en los seres artificiales creados por
su amor, que no puede cambiar su estructura ontológi- los propios humanos.
ca (como sí le sucedió a Pinocho) pero que lo hace más
humano que todos los demás personajes que se mueven 4. A modo de conclusión: posthumanismo y
a su alrededor. ‘género’
Terribles resultan las escenas del abandono de Da- La orientación posthumanista por la que se decanta
vid en el bosque, que manifiestan la reducción de los el pensamiento postmoderno más decadente tiene tam-
sentimientos más profundos a un mero juego conso- bién una notable impronta ‘de género’, singularmente
lador, fuera de toda lógica y responsabilidad sobre el representada por Donna Haraway, una de las figuras
otro. El marido advierte a su mujer que debe estar muy más reconocidas del feminismo contemporáneo. En su
segura antes de introducir en el pequeño robot el “im- emblemática obra ‘El Manifiesto Cyborg’, afirma que
printing” que establecerá entre ella y el meca un lazo la naturaleza no es un complejo dado de característi-
filial irreversible. Pero el amor es una cosa demasiado cas a las que estamos condenados para siempre, sino
seria que no se puede reducir a un contrato a plazo, so- que la naturaleza es algo construido; de ahí que todos
metido a condiciones o expectativas. Establecer vínculos debamos abordar la tarea de re-construirnos de mane-
profundos con la reserva de abandonarlos cuando ya no ras diferentes a fin de subvertir las normas culturales
“convienen” o no “apetecen” implica un grave descono- de nuestro tiempo y liberarnos definitivamente de la
cimiento del amor mismo. Porque es justamente en esta tiranía impuesta por el género. Debemos concebirnos
trágica circunstancia cuando el verdadero amor revela a nosotros mismos como proyectos abiertos antes que
su fuerza invencible que lo hace inatacable. Precisamen- como entidades terminadas. Para ello, Haraway plantea
te por eso, incluso después de haber sido abandonado “reelaborar” nuestros cuerpos y convertirnos en cyborgs,
y traicionado, David seguirá buscando toda su vida el criaturas que socavan las estructuras de poder sobre las

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cuales está basada la desigualdad de los géneros, y con- tras están inquietantemente vivas y nosotros aterrado-
sidera que la tecnología es el instrumento fundamental ramente inertes. La determinación tecnológica es sólo
para conseguir esta liberación30. un espacio ideológico abierto para los replanteamientos
Desde esa perspectiva de género el posthumanis- de las máquinas y de los organismos como ‘textos co-
mo asume una definitiva y crucial misión: derribar los dificados’, a través de los cuales nos adentramos en el
fuertes dualismos que han marcado el pensamiento juego de escribir y leer el mundo”33. Junto a estas dos,
moderno (yo/otro, mente/cuerpo, cultura/naturaleza, la tercera gran barrera destinada a caer es “la frontera
hombre/mujer, civilizado/primitivo, realidad/apariencia, entre lo físico y lo no físico”. Con ello alude Haraway al
bien/mal, verdad/ilusión, Dios/hombre), creando de este espacio cibernético virtual, como por ejemplo hizo Wi-
modo una ‘nueva ontología’, una nueva concepción de lliam Gibson en su novela ‘Neuromante’ (1984), que dio
la realidad y de nuestra presencia en ella . 31 lugar al enigmático e inquietante mundo recreado en
La superación de estos dualismos, por medio de la la película ‘The Matrix’. “Las máquinas modernas son la
tecnología, conducirá a la definitiva emancipación que quintaesencia de los aparatos micro-electrónicos: están
el posthumanismo propugna, superando finalmente la en todas partes, pero son invisibles. La máquina moder-
categoría biológica y ontológica más resistente de la na es un advenedizo dios irreverente, que se burla de la
epistemología occidental: la diferencia de género. Para ubicuidad y de la espiritualidad del Padre”34.
que esto se produzca, Haraway entiende que debemos Eliminar las fronteras existentes entre estas cate-
comenzar derribando tres grandes muros o fronteras so- gorías tradicionales del pensamiento supone, en defi-
bre los que se han asentado siempre aquellos dualismos: nitiva, destruir la categoría de “hombre en el sentido
hombre/animal; organismos/máquinas; lo físico/lo virtual. occidental”35 y construir una nueva categoría, el cyborg
El primer muro en ser derribado es aquel que señala (el organismo cibernético), en la cual puedan converger
una frontera entre el hombre y el animal: “Ni el lenguaje, y compenetrarse: humanidad, animalidad y artificialidad
ni el uso de herramientas, ni el comportamiento social, (la máquina). Haraway lo expresa así: “La cultura de la
ni los acontecimientos mentales han logrado establecer alta tecnología desafía esos dualismos de manera curio-
una separación entre lo humano y lo animal de manera sa. No está claro quién hace y quién es hecho en la rela-
convincente. Mucha gente ya no siente la necesidad de ción entre el humano y la máquina. No está claro qué es
tal separación. (…) Los movimientos de defensa de los la mente y qué el cuerpo en máquinas que se adentran
derechos de los animales no son negaciones irracionales en prácticas codificadas”36. “No existe separación onto-
de la unicidad humana, sino un reconocimiento claro de lógica, fundamental en nuestro conocimiento formal de
la conexión hombre-animal a través de la desacreditada máquina y organismo, de lo técnico y de lo orgánico”37.
ruptura entre la naturaleza y la cultura”32. La segunda Pero el objetivo emancipador, para Haraway, va mu-
barrera que debe derribarse es la existente entre orga- cho más allá y plantea la liquidación de la barrera onto-
nismos (animales-humanos) y máquinas: “Las máquinas lógicamente más resistente, atacada desde siempre por
de este fin de siglo han convertido en algo ambiguo la la cultura feminista: la del género. Para ello, propone
diferencia entre lo natural y lo artificial, entre el cuerpo una profunda deconstrucción de la corporeidad sexua-
y la mente, entre el desarrollo personal y el planeado da, liberándola de la diferencia de géneros: “los cuerpos
desde el exterior; y otras muchas distinciones que solían no nacen, se hacen”38. Con ello se pretende establecer
aplicarse a los organismos y a las máquinas. Las nues- una nueva ontología; es decir, una nueva concepción de

30 Haraway, D. “A Cyborg Manifesto: Science, Technology, 33 Ibid., p. 153.


and Socialist-Feminism in the Late Twentieth Century”; en Simians, 34 Ibid., p. 154.
Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature; New York, Rout- 35 Ibid., p. 157.
ledge, 1991, p. 149-173. 36 Ibid., p. 162.
31 Ibid., p. 169. 37 Ibid., p.169.
32 Ibid., p. 152. 38 Ibid., p. 163.

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la realidad que fulmina no sólo la metafísica sino tam- forma más o menos cercana a lo masculino o lo femenino.
bién la física. Una ontología de matriz tecnológica, que Es decir, no tenemos un imaginario capaz de superar los
alumbra un nuevo constructivismo biológico liberado modelos sexuados de ser humano, lo que nos obliga a
del orden natural, en virtud del cual “se puede pensar constatar –frente al planteamiento de Haraway- que la
razonablemente en cualquier objeto o persona en tér- diferenciación sexual no es una mera construcción cultu-
minos de desmontaje o ensamblaje, porque ninguna ar- ral, sino un elemento esencial constitutivo de lo humano.
quitectura ‘natural’ vincula la proyección del sistema”39. En efecto, podemos suplantar e intercambiar las funcio-
El cyborg se constituye, así, en el centro de un nuevo nes propias del sexo y sus consecuencias en los sujetos,
‘meta-relato’, en el sujeto de la nueva ‘gran narrativa’ pero nos resulta imposible imaginar un sujeto humano o
del pensamiento feminista postmoderno. Es “la criatura posthumano al margen del género.
del mundo post-genérico”: una realidad libre de todo
En este sentido, la incapacidad de la narración ci-
condicionamiento biológico y ontológico (de toda refe-
nematográfica del posthumanismo para presentar una
rencia al género), que rompe finalmente la estructura
realidad auténticamente alternativa al humanismo (ca-
dualista hombre-mujer, masculino-femenino y que aca-
rente de todo valor y forma humanas) demuestra la im-
ba definitivamente con las estructuras de dominación
posibilidad de concebir un mundo donde lo humano se
subyacentes en el modo sexual de la procreación huma-
haya perdido absolutamente. Es decir, del mismo modo
na y en el modo sexuado de ser humano40.
que no cabe concebir un nuevo individuo al margen el
Como vemos, para el pensamiento feminista postmo-
género, tampoco cabe concebirlo al margen de todo
derno, la liberación del género constituye la aportación
valor y de todo sentimiento. En efecto, lo que el posthu-
más significativa que la tecnología puede realizar en el
manismo cinematográfico denota, fundamentalmente,
futuro posthumano. Sin embargo, la narrativa cinemato-
es una nostalgia de lo humano que paradójicamente
gráfica del posthumanismo, que desde el primer momen-
podría calificarse de ontológica y que, en su versión más
to asumió como ineludible el carácter artificial de los nue-
conmovedora, se plasma en la singular utopía de un pe-
vos sujetos posthumanos, no ha incorporado en sus rela-
queño robot, al que nada importan su invulnerabilidad
tos a ese último y definitivo sujeto post-genérico. Por el
o inmortalidad, porque aquello que más intensamente
contrario, la diferenciación sexuada de los sujetos posthu-
anhela es ser un “niño de verdad”.
manos (artificialmente producidos, en todo o en parte)
En definitiva, la emblemática imagen del posthuma-
no sólo continúa presente, sino que es un presupuesto
nismo (plasmada por Kubrick en ‘2001. Una odisea del
indiscutido en cualquiera de los enfoques que adoptan
espacio’), en la que el cosmonauta Bowman, transfor-
los filmes del género. Precisamente ahí radica una de las
principales debilidades del pensamiento posthumanista mado en un feto, representa el nacimiento de la hu-

que la cinematografía ha puesto en evidencia: la impo- manidad a un nivel superior, debe interpretarse en una

sibilidad de plasmar visualmente la imagen de un sujeto clave totalmente diferente a la tópica. Es cierto que la

post-genérico sin que éste adopte (necesariamente) una humanidad futura parece necesariamente avocada a un
‘nuevo nacimiento’; pero no para dar a luz a la nue-
va naturaleza del mítico ‘superhombre’; sino más bien
39 Ibid., p. 165.
40 Nos encontramos ante una “radical secularización de la na- para alumbrar el ‘redescubrimiento’ del propio hombre.
rrativa cristiana”, dice Celia Amorós. “La encarnación del cyborg,
En otras palabras, las narraciones cinematográficas del
situada fuera de la historia de la salvación, es la solución a un
futuro post-acopalíptico”. Con ello asume que la biotecnología aca- posthumanismo parecen querer ayudarnos a entender
bará con la muerte. He ahí el optimismo ilustrado invocado por el
feminismo (la salvación por medio de la ciencia, la biomedicina, que la realidad de un mundo hipertecnologizado no
la biotecnología y la ingeniería genética). Se trata de una especie
de mesianismo histórico; el Mesías es el cyborg que –escribe Celia debe hacernos presagiar la superación de lo humano
Amorós- , “puede ser asumido como alpha y omega de la vida mis- sino, por el contrario, hacernos cada vez más conscientes
ma”. Vid. Amorós, C. y De Miguel A. (eds.), Teoría feminista. De la
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