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Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Vicerrectoría Académica y de Investigación


Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades
Programa de Psicología
Ejercicio de Emoción

Temáticas que aborda el recurso

Identificar las relaciones fisiológicas y las respuestas psicológicas de cara a los

estímulos emocionales los que nos enfrentamos cotidianamente, así mismo

identificar las aplicaciones de este proceso en las tendencias actuales de la

Psicofisiología.

Fundamentación:

El placer, la tristeza, la depresión, el miedo, el enojo, la hostilidad, la ansiedad,

son emociones que dan ciertas tonalidades a nuestra vida cotidiana, que enriquecen

cada una de nuestras experiencias y nos permiten aplicar el conocimiento obtenido

con pasión y carácter.

Las emociones tienen mediadores neuroanatómicos. Estas son estructuras

anatómicas interconectadas en redes neurales a saber: Corteza Paracingulada

Anterior: Posibilita la representación mental de situaciones del entorno. Se activa

cuando se adjudican finalidad, creencias o características humanas a los objetos o

situaciones. Surco Temporal Superior: Es responsable de la percepción de conductas

planificadas y las señales sociales. Polos Temporales: Media la evocación de


recuerdos de la memoria. Aparecen activos cuando se detectan rostros y objetos, o

cuando se reconocen o evocan recuerdos autobiográficos. La amígdala: Es una

estructura subcortical ubicada dentro del lóbulo temporal medio. Su vecino más

cercano es el hipocampo (estructura relacionada con la función de la memoria). Esta

cercanía permite el recuerdo de las emociones de manera tal que lo que se siente

puede ser recordado y lo que es recordado puede ser sentido. La amígdala es vecina

de los bulbos olfatorios. Actúa como un “disparador” que se activa en forma rápida

ante situaciones sociales. Se relaciona con las funciones no conscientes. Tiene una

función central en la relación de la emoción con la conducta social, es decir,

relaciona las representaciones cognitivas y conductuales según el valor social que

tiene el estímulo (si es bueno o malo, si asusta, o no). Nauta y Feirtag (1986)

afirman que la amígdala es la estructura que determina la actitud del organismo

hacia el entorno. El consenso es que la amígdala es más sensible a las emociones y

a los estímulos negativos. Sus conexiones con el resto del cerebro (corteza cerebral,

tronco encéfalico, tálamo, hipotálamo, hipocampo) son múltiples. La corteza

prefrontal: Se divide en la corteza órbitofrontal, la ventromedial y la dorsolateral.

Las funciones de la corteza prefrontal son varias. Posibilita el cambio del foco

atencional y la flexibilidad cognoscitiva, facilita la capacidad de adaptación a

situaciones nuevas, contribuye al cambio de estrategia de acción, hace posible tomar

en cuenta diferentes opciones en una situación nueva o vieja y facilita la mediación


de la conducta cooperativa. Esto explica por qué un trauma en la corteza

órbitofrontal produce dificultades en la capacidad de percibir y reconocer los

aspectos específicos de la conducta en situaciones sociales y en la toma de

decisiones (Baron-Cohen y cols., 1994). Traumas en la corteza prefrontal pueden

producir desórdenes variados: tendencia a la preocupación; fijación de experiencias

dolorosas pasadas; obsesividad; compulsiones y conducta oposicional; conducta

querellante; conducta negativista; adicciones (alcohol, droga, ingesta); rigidez

cognoscitiva; trastorno obsesivocompulsivo; trastornos de la alimentación;

conductas violentas en la calle; déficit atencional.

William James (1842-1910), autor de Principios de la Psicología, científico y

pensador dotado de una extraordinaria capacidad de observación de la conducta

humana, reafirmó la relación estrecha y la dependencia que existen entre la

expresión emocional y la reacción fisiológica. Sostuvo también que es posible

“recrear una reacción emocional si recordamos un momento o un tema determinado

relacionado con esa emoción”. La rabia puede ser aún más intensa cuando

recordamos la situación que la provocó, incluso cuando no fuera tan intensa durante

el suceso mismo. Estímulos relacionados con los sentimientos (amor, miedo, rabia)

provocan alteraciones fisiológicas, afectan el ritmo de la respiración, la circulación

sanguínea y otras funciones orgánicas que se suceden al unísono con la expresión

emocional. Así Los cambios fisiológicos son los que nos indican (informan) lo que
estamos sintiendo. Desde aquí, Ekman (2003) señala que la vía de la expresión

emocional no es solamente facial: puede incluir el movimiento corporal, el color, el

tono de voz, la prosodia y las reacciones fisiológicas.

Los estudios más recientes sobre las relaciones entre consciencia y reactividad

fisiológica emocional suponen un avance importante sobre los estudios anteriores, al

emplear técnicas que garantizan con mayor seguridad que el sujeto no detecta

conscientemente el estímulo y permitir excluir, por lo tanto, explicaciones

alternativas. La más utilizada es la técnica de enmascaramiento hacia atrás, en la

que el estímulo crítico se expone brevemente e inmediatamente lo sigue un estímulo

enmascarador. Dadas las condiciones paramétricas adecuadas en cuanto a tiempos

de exposición e intervalo entre el estímulo crítico y la máscara, es posible lograr que

el individuo no llegue a ser consciente de la naturaleza del estímulo y demostrar

que, a pesar de ello, éste determina las respuestas del individuo. Respuestas como

los cambios en el ritmo cardíaco, la respuesta electrodérmica (RED), basada en el

incremento de sudoración de la piel, y otros cambios orgánicos dependientes de la

activación de la rama simpática del sistema nervioso autónomo han sido utilizados

tradicionalmente por los psicólogos como índices de la activación fisiológica de

origen emocional.
Bibliografía

Aguado, L. (2002). Procesos cognitivos y sistemas cerebrales de la emoción. Revista

de neurología, 34(12), 1161-1170.

Baron-Cohen S. (2001). Reading the mind eyes. Journal of Developmental Learning

Disabilities, 5:47-78.

Nauta, W.J., Feirtag, M. (1979). The organization of the brain. Scientific American,

Sep. 241(3):88-111.

Levav, M. (2005). Neuropsicología de la emoción. Particularidades en la

infancia. Revista Argentina de Neuropsicología, 5, 15-24.

Actividades a desarrollar

La activación de las estructuras cerebrales implicadas en la emoción responde a

los estímulos a los que nos enfrentamos por ello se sugiere para el desarrollo del

ejercicio práctico:

1.

 Identificar un estímulo sonoro que genere emociones, una pieza musical

relajante o una pieza musical de suspenso, un grito, un llanto, una risa, etc.

 Identificar un estímulo táctil que genere emociones, por ejemplo, una

“peluche”, una textura suave o áspera…. Entre otras.

 Identificar un estímulo visual que genere emociones, una imagen visual

o audio visual que trasmita, miedo, tranquilidad, felicidad, placer, etc.


2. Una vez identificado cada uno de los estímulos que utilizará los relacionará en una

tabla como la siguiente:

Sujeto : (1, 2, 3) Fecha:


Sensación Observaciones
fisiológica
Descripción del sujeto Qué reacciones se
Estimulo Identificación (aumento de frecuencia observan.
cardiaca, sudoración en
manos, contracciones
musculares
Sonoro Pieza musical
de terror,
grito, llanto de
bebe…..
Táctil
Visual
Individual:

 Presentar en el foro los resultados de la Auto-aplicación y su respectivo análisis.

 Presentar en el foro los resultados de la Aplicación y su respectivo análisis. De

manera individual y grupal es decir los resultados tanto de cada sujeto como de

los dos sujetos en consolidado.

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