TU ENFOQUE EN LA ADVERSIDAD
¿Alguna vez ha estado en una situación desesperante?
¿Alguna vez se ha sentido perseguido por toda clase de
males? ¿El enemigo respirando en la nuca? ¿La deuda lo
tiene asfixiado? ¿La enfermedad es un caos? En esos
momentos nos sentimos sin salida, creemos es nuestro final,
pero algo pasa cuando Dios te ha impartido propósito a tu
vida y sabes que has estado caminando hacia ese propósito;
cuando esa adversidad aparece tu debes saber que algunas
veces es necesario pasar por ello para poder llegar al
propósito, no es el final sino el comienzo de una temporada
poderosa en Dios. El Salmo 3 es un himno que David escribió
después de que salió huyendo de su palacio, ya que su hijo
Absalón se había revelado en su contra y le quito el reinado,
así que este salmo nos enseña que hizo el rey David para
superar la adversidad.
Antes de analizar este salmo lleno de lecciones poderosas
quiero mencionar algunos detalles sobre la vida de David. A
estas alturas el reinado de David se había expandido tanto
que Dios le había muchas victorias, II Sam. 8:12 nos cuenta
que Edom, Moab, Amón, los filisteos y los amalecitas
habían sido conquistados, y el v. 13 dice: “La fama de David
creció aún más cuando regresó victorioso del valle de la Sal, donde
aniquiló a dieciocho mil edomitas”, Y la parte final del v. 14 dice: “En
todas sus campañas, el Señor le daba la victoria”. Eran los tiempos
donde la gente decía: es el ungido de Dios, de hecho la Escritura
lo llama “un hombre conforme al corazón de Dios”: He encontrado
en David, hijo de Isai, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo
lo que yo quiero” (Hechos 13:22).
Eran las horas más altas de David, pero de repente todo se
vino abajo producto de pecar terriblemente delante de Dios, y
allí la adversidad se le levanta al “hombre conforme al corazón
de Dios”, a pesar de su arrepentimiento viene una serie de
desgracias sobre si mismo, su familia, y su reinado, el profeta
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Nátan le da una profecía desagradable por haber pecado
delante de Dios: “Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la
espada, así ha dicho Jehová: Yo haré que de tu misma casa se alce el
mal contra ti. Tomaré a tus mujeres delante de tus ojos y las entregaré a
tu prójimo, el cual se acostará con ellas a la luz del sol. Porque tú lo
hiciste en secreto; pero yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol
(II Sam. 12:10-12), la adversidad se había alzado de su misma
casa como Dios lo había profetizado, así que el Salmo 3 es el
reflejo de cómo David resolvió la adversidad.
Esta experiencia de dificultad añadida a otros Salmos donde
pide el perdón de Dios como el Salmo 51 hicieron que la vida
de David fuera distinta, si hasta ese momento entonaba
canticos reveladores que aprendió a darle a Dios cuando el
rey Saúl lo perseguía por el desierto, ahora volvía a refrescar
en la adversidad su entusiasmo por Dios, uno se da cuenta
que la mayoría de los salmos atractivos de David se
escribieron en dos ambientes: Cuando huía de Saúl por el desierto,
y cuando huía de Absalón que procuraba matarlo, de aquí surge la
idea mas relevante que deseo plasmar: en la adversidad Dios
puede cambiar tu tristeza en gozo. Veamos cuales deben ser
tus enfoques en la adversidad.
I. Llevar La Adversidad a Dios. (Vv. 1-2).
Cuando David se ve en la adversidad lo primero que hace es
acudir al trono de Dios con su aflicción: "¡Oh Jehová, cuánto se
han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra
mí. Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios".
David abre su corazón en la presencia del Señor. Aquellas
angustias que oprimían su pecho, las saca fuera en alta voz y
las pone ante el trono de la gracia del Todopoderoso. Qué
bien nos hace llevar toda nuestra pena y dolor en oración
hasta aquel que no solamente nos ama, sino que también
puede compadecerse de nuestra aflicción; porque él mismo
fue varón experimentado en quebrantos, vaya que dolor que
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aquellos a quienes más amaba se habían rebelado contra él,
sus asesores en quienes había confiado lo abandonaron.
La palabra hebrea traducida como multiplicado procede de la
misma raíz que la usada en 2 Sam. 15:12 para describir una
rebelión creciente. En el v. 4 el salmista declara: Con mi voz
clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Selah”. Su
monte santo: Alude al lugar donde estaba colocada el arca
que señalaba la presencia de Dios (2Sa_15:25). V.6 No temeré
a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí”, nos habla como
muchos israelitas se unieron a la revuelta de Absalón
(2Sa_15:12-13), pero la victoria no dependía del número de
los rebeldes (1Sa_14:6). Con millares como oposición y
creciendo la oposición David entiende que la única solución
es exponerle a su Señor cual es su situación: Los adversarios
se han multiplicado, ellos no creen que eres grande y
poderoso, no creen que tu tengas poder para salvarme…
Vaya que bella forma de clamar a Dios por ayuda, no solo se
queja, no solo reconoce que la adversidad es enorme, sino
que afirma que confía en que él tiene poder para salvarlo.
II. Proclamar Quien Es Tu Dios. (v.3).
Cuanto bien le hizo a David llevar sus angustias en oración
hasta el trono de la gracia, porque fue cuando entró a la
presencia del Señor que pudo ver más allá de su problema.
Mirar a su alrededor y contemplar quien era su Dios: Jehová
es Mi Escudo. Vv. 3ª David tuvo que huir de su propio hijo y
de su pueblo, y cruzar el torrente de Cedrón con un grupo
pequeño de fieles y refugiarse en el desierto. La ofensiva de
Absalón apoyada por toda la casa de Israel era numerosa,
con personas como Joab que era un estratega militar capaz,
Ahitofel que fungía como consejero de David. Pero la escena
no se queda allí, ya que cuando el rey David llegó a Bahurim
salió uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba
Simei y comenzó a maldecirlo, arrojar piedras contra David y
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contra todos los siervos del rey David, Simei lo maldecía
diciendo: "¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso!
Jehová te ha dado el pago por toda la sangre de la casa de
Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová ha
entregado el reino en manos de tu hijo Absalón” (II Sam.
16:5-8).
Hay un intento de quitarle el reino, algunos de su gente afín
lo traicionan, va llorando con la cabeza cubierta, y los pies
descalzos, y de remate un tipo sale a maldecirlo, y
apedrearlo; es conociendo este contexto que podemos
entender que la exclamación: ¡Jehová, cuánto se han
multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan
contra mí; muchos son los que dicen de mí: "No hay para él
salvación en Dios". David en esa condición se siente
perseguido, está afectado emocionalmente, siente que quizás
todo lo que levanto se viene abajo de la noche a la mañana,
pero aun le queda una esperanza: Sabe que el Dios que lo
ungió como Rey es escudo alrededor de él, es su fortaleza, y
a él es que debe acudir en el desierto. Quizá esa
circunstancia lo lleva a recordar que tiempo atrás cuando
Saúl lo perseguía tenía la convicción férrea de que Dios era
su escudo, pero las ocupaciones en el palacio, la grandeza
de su ejército le había sacudido esa convicción, y es en el
desierto que David vuelve a exclamar: Jehová es mi escudo, el
es la fortaleza de mi vida.
Jehová es Mi Gloria. Se ha preguntado porque es que dice,
y que significa ¿Mi gloria? David sintió que su reino, es decir,
la honra que Dios le había dado como Rey estaba siendo
socavada, la dignidad como Rey estaba siendo pisoteada, el
respeto como Rey estaba siendo puesto en entredicho. Su
hijo le estaba poniendo las barbas en remojo amenazándolo
seriamente con quitarle el reino de su mano, la ciudad en
donde había edificado su imperio, la que el astutamente
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había conquistado le estaba siendo quitada por Absalón (II
Samuel 15:37). No cree usted que tenía razón de decir:
Jehová es mi Gloria. En II Samuel 7 se ve como Dios le dio la
promesa de que en su trono no faltaría un descendiente
suyo, su reinado iba ser duradero, pero en ese momento el
reino tendía de un hilo, su hijo lo amenazaba no por voluntad
de Jehová sino por traición. Jehová es Quien Levanta Mi
Cabeza: En esa travesía con el fin de huir para evitar un
baño de sangre la Escritura dice en II Samuel 15:30: “David
subió la cuesta de los Olivos, e iba llorando, con la cabeza cubierta y los
pies descalzos. Todo el pueblo que traía consigo cubrió también cada uno
su cabeza, e iban llorando mientras subían”. Tanta vergüenza con su
caída, dejo todo lo construido, y de remate en 2 Sam. 16: 21-22
Ahitofel dijo a Absalón: Llégate a las concubinas de tu padre, y así todo el
pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre; entonces
pusieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a
las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel.
cuerpo, por angustia mental o por la alarma continua del
terror nocturno. Pero aquí más bien parece que se refiere a la
calma del espíritu de David en medio del peligro. El Señor lo
puso en paz por su gracia y por las consolaciones de su
Espíritu. Gran misericordia es que nuestra mente persevere
en Dios cuando estamos con problemas.
Salmos 3:7 Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste
a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos
quebrantaste. David estaba seguro de que Dios peleaba sus
batallas, lo mismo tenemos que hacer nosotros, pero para
eso hay que hacer lo que David hizo anteriormente.

III. Esperar La Respuesta de Dios. (v.4)

Que bella seguridad la que nos da David, que si clamamos a
Dios el nos responderá desde su monte alto, desde las
alturas, desde su morada eterna. David siempre halló que
Dios estaba dispuesto a responder sus oraciones. El dice que
le rrespondió: Esto es, escuchó el clamor y ofreció ayuda.
Tanta fue la respuesta de Dios que pudo dormir, ya que sabia
que Dios lo sustentaba: La oración supera la falta de sueño
provocada por la ansiedad que ocasionan las tensiones de la
vida (Fil. 4:6). Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias. Quebrar los dientes significa reducir a la impotencia.

Cuando tenemos a Dios de nuestro lado no debemos de

temer de nadie, ni de nada. Nos la confianza de poder dormir
y descansar sabiendo que es Jehová quien nos sustenta.
Muchos se acuestan y no pueden dormir por dolor del