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Vida y obra del príncipe de las letras castellanas: Rubén Darío

Rubén Darío, la figura más representativa del modernismo literario, vivió


intensamente los cuarenta y nueve años de su existencia, teniendo una
personalidad difícil y compleja, siendo apasionado, errabundo y bohemio, pero con
una poesía que aglutinó perfectamente todas las características del modernismo,
estando claro para él, que la supremacía del arte estaba por encima de todos los
intereses humanos, resaltando en sus poemas los valores de amor, paz y justicia.

Para conocer más de cerca a nuestro grandioso poeta, Rubén Darío, orgullo
nicaragüense, es necesario hacer un estudio de su vida, obra y legado que nos
dejó. Así nos daremos cuenta de lo importante que fue y continúa siendo en
nuestros días el aporte que le dio a la literatura universal, consagrándose como
padre y creador del modernismo literario y príncipe de las letras castellanas,
dejando su nombre a la altura de los grandes literatos de su época. A continuación
se sintetizan los aspectos más importantes de la mayor gloria de nuestra patria.

Rubén Darío es el seudónimo del gran poeta nicaragüense Félix Rubén García
Sarmiento, primogénito del matrimonio de Manuel García y Rosa Sarmiento, nació
el 18 de enero de 1867, en el pequeño poblado de Metapa, hoy conocido como
Ciudad Darío, nombre que le es asignado en su honor al municipio que está
ubicado en el departamento de Matagalpa al norte del país.

Se dice que el nombre de Darío lo adoptó debido a que era el nombre de su


tatarabuelo cuyos hijos e hijas eran conocidos como los y las Darío. El nombre
llegó a ser tan popular que su bisabuela paterna lo utilizaba como apellido, lo
mismo que su bisnieto, el padre de Rubén, Manuel Darío.

La niñez de Darío transcurre en la ciudad de León, criado por sus tíos abuelos, a
quienes consideró en su infancia como sus verdaderos padres; ahí aprendió a leer
y a escribir a los tres años, teniendo famosas obras literarias como lecturas
predilectas, consideradas muy complejas para su edad (La Biblia, El Quijote de
Cervantes, Las Mil y Una Noche, Los oficios de Cicerón). Es así que empieza a
escribir numerosos versos para celebraciones regionales y antes de sus trece
años, algunos de estos fueron publicados en un periódico de la ciudad de Rivas
llamado “El Termómetro”, desde entonces comenzó a ser conocido como “el
poeta niño” en toda Nicaragua, siendo así invitado a participar en la redacción de
un periódico llamado “La Verdad”, que era de oposición al gobierno de la época.

Debido al reconocimiento como poeta niño, Darío se traslada a Managua por


iniciativa de algunos políticos liberales que habían concebido la idea de que dadas
sus dotes poéticas, debería educarse en Europa. No obstante el tono anticlerical

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de sus versos no convenció al presidente del congreso, el conservador Pedro
Joaquín Chamorro, resolviéndole que estudiara en la ciudad nicaragüense de
Granada. Rubén sin embargo, decidió quedarse en Managua y ahí se enamoró de
una muchacha de once años llamada Rosario Emelina Murillo, pero poco después,
en agosto de 1882 se embarca hacia El Salvador.

Estando ya en El Salvador, fue presentado al entonces presidente Rafael


Zaldívar, quien lo acogió bajo su protección. Allí conoció al poeta salvadoreño
Francisco Gavidia, gran conocedor de la poesía francesa y bajo sus auspicios,
Darío intentó por primera vez adoptar el verso alejandrino francés a la métrica
castellana. El uso de este verso se convertiría después en un rasgo distintivo, no
solo de la obra de Rubén, sino de toda la poesía modernista. Sin embargo perdió
el apoyo gubernamental, por esta razón regresó finalmente a Managua, en donde
retoma su relación amorosa con Rosario Murillo. No obstante, encontraba
insatisfactoria la vida en Managua y aconsejado por algunos amigos optó por
embarcarse hacia Chile.

Regresó a Nicaragua, siendo recibido en León con gran alegría y admiración,


aunque solo se quedó un tiempo breve, pues partió hacia El Salvador donde fue
nombrado director del diario “La Unión”. En junio de 1890 contrae matrimonio con
Rafaela Contreras y al año siguiente nace su primer hijo Rubén Darío Contreras.

En 1892 siendo figura nacional, el gobierno de Nicaragua lo envió a España para


asistir a la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América.
Tiempo después vuelve a su país natal, donde no encontró apoyo gubernamental
como él esperaba, además recibió la dolorosa noticia en la que se le anunciaba el
deceso de su esposa Rafaela Contreras y toda esta situación lo arrastró a llevar
una vida bohemia.

En 1905 regresó a Madrid, España como representante del gobierno


nicaragüense en una delegación diplomática. En ese tiempo Darío, ya sufría los
efectos del alcoholismo, que le causaban repetidas crisis psicológicas y
afectaciones a su salud física. En enero de 1914, estando en Paris, estalló la
Primera Guerra Mundial y Rubén decide regresar a América para defender el
pacifismo de las naciones americanas.

A su regreso por Nueva York y Guatemala, el 7 de enero de 1916 llega a León,


su ciudad de infancia, en donde es intervenido quirúrgicamente sin conseguir
mejorías, el 6 de febrero de este mismo año expira a las 10:15 pm, el gobierno y
la iglesia le rinden tributo, sus restos en la actualidad están conservados en la
catedral de León.

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Tras varias obras primerizas, nuestro máximo representante en la literatura, el
príncipe de las letras castellanas Rubén Darío, logró crear tres primigenias obras,
cada una de ellas distintas entre sí, pero con un mismo objetivo, que fue lograr
una revolución llamada modernismo. Las tres grandes obras capitales son las
siguientes:

Azul…: es el libro con el cual se inicia el modernismo, fue publicado en Chile por
un Darío juvenil, abierto a todas las influencias de la poesía francesa del
momento.

Fue publicado luego de que el poeta joven, se diera a la tarea de reunir sus
relatos escritos en un diario de Chile entre los años 1886 a 1888. La conforman
dos partes que son: Cuentos en prosa y El año lirico. El primero lleno de
pequeños relatos, mientras, el segundo con los versos y poemas que hicieron
famoso a Darío por todo el mundo.

De Darío se ha dicho que con Azul…, logró traslucir la sensualidad de una


manera elegante, que la hizo sin que el mundo le reconviniera al orden. Y es que
la sensualidad no es más que el nombre elegante o la forma de expresar con un
poco de tacto, los placeres ocultos tras la sexualidad. Porque Darío, emblema del
modernismo, no tuvo nunca intención alguna de ocultar los sentimientos que le
inspiraban para realizar sus obras.

En los más de 125 años de publicación, Azul… sigue siendo la obra emblemática
de nuestro poeta, y una de las más admiradas tanto como referidas por otros
grandes de la literatura que ven en Azul… la manifestación pura del gran talento
de Darío.

Prosas Profanas y Otros poemas: Prosas Profanas, título que despierta el


interés en cualquier lector, este libro marcó el momento culminante de esta
primera etapa en el desenvolvimiento literario de Darío. En la edad media se
llamaba “prosa” a un poema en latín en homenaje a los santos y esto lo sabía
Rubén. Por eso llama profanas a sus prosas, porque son poemas de temas
mundanos, no dedicados a cosas religiosas.

Prosas Profanas, aparece en dos ediciones. La primera edición fue publicada en


Buenos Aires, Argentina en 1896; la segunda edición fue editada y publicada en
París en 1901, aquí se agregaron los tres últimos poemas: “Cosas del Cid”,
“Dezires, Layes y Canciones” y “Las Ánforas de Epicuro”.

La poesía de Prosas Profanas representa la esencia del modernismo tanto en el


predominio de las imágenes exóticas y los ambientes aristocráticos, los
personajes idealizados, lo cosmopolita, la elegancia y las danzas son

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manifestaciones de un culto al arte puro, es un esteticismo que considera el arte
como superior a la vida e implica una voluntad seria.

Cantos de Vida y Esperanza, los cisnes y otros poemas: libro otoñal


publicado en 1905, representa la cima y síntesis de la obra lírica de Rubén Darío.
En esta obra canónica, el poeta nicaragüense reorientó una escritura que sin
abandonar los mundos de Azul… y Prosas Profanas, da espacio a la irrupción
impetuosa de lo personal en su poesía: dramas íntimos y nunca ocurre en Darío
la gran tragedia, fue siempre aquel niño grande que le tuvo miedo a la muerte,
pero un miedo físico corporal. El miedo de un gran sensualista enfermo de
soledad espiritual, eso está reflejado en su poema titulado, Lo fatal en los
siguientes versos de la segunda estrofa: “Y el temor de haber sido y un futuro
terror… Y el espanto seguro de estar mañana muerto”.

De esta manera Rubén cierra esta obra culminante de su lírica: Cantos de Vida y
Esperanza. Ha cantado a la vida, a la esperanza, ha concedido consejos de buen
vivir, pero no puede evitar dar testimonio de su amargura existencial. Pese a todo,
reafirma su fe en la vida y su esperanza en un mañana mejor.

La influencia de Rubén Darío fue inmensa en los poetas de principios de siglo,


tanto en España como en América, lo que han mostrado hacia él, admiración a su
estilo tanto de forma como de contenido.

Darío llegó a ser un poeta extremadamente popular, cuyas obras se memorizan


en las escuelas de todos los países hispanohablantes y son imitadas por cientos
de jóvenes poetas, lo que llegó a ser perjudicial en el reconocimiento de su obra,
sin embargo, con el tiempo la obra de Darío permanece firme gracias a los
grandes literatos admiradores del estilo único de Rubén.

Los poetas del siglo XX han mostrado hacia la obra de Darío actitudes
divergentes. Muchos poetas detractores, reprochaban al nicaragüense su
afrancesamiento superficial, su trivialidad y su actitud escapista. En cambio fue
admirado por poetas tan distanciados de su estilo.

En sí, su legado más importante es que sus narraciones, sus ficciones o relatos
cortos tienen un profundo vacío nostálgico, una prosa brillante calificada de
formación intelectual y magistral, dominio del lenguaje que el mismo creó. Siendo
su propósito renovar la lengua castellana, darle al español más flexibilidad y
sonoridad, sacarlo del acartonamiento en que lo habían dejado los escritores
españoles de finales del siglo XVII y comienzos del XlX.

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En sus cuentos se muestra como un escritor sincero, practicante de una suave
ironía y capaz de dejar en el lector la inquietud sobre el significado de la vida
misma con un estilo elogiante, claro y asimilable.

Gracias a sus innovaciones incluidas por el modernismo, Rubén Darío ha


marcado en la historia de la literatura el amor e interés a leer sus poemas
elaborando el proceso de enseñanza y aprendizaje en los estudiantes.

También Darío nos deja un legado de pensamiento político, social, profundo y


defensor de nuestras raíces indo hispanas, reflejado en obras como; La Oda A
Roosevelt, El Zorzal y El Pavo Real.

Como estudiante de undécimo grado en lo personal la herencia de nuestro poeta


debe ser una motivación e inspiración para continuar cultivando el amor a la
literatura promoviendo en cada centro de estudio festivales de poesía, no solo
dariana sino a los precursores de Darío practicando la paz y la justicia que nuestro
insigne bardo lo refleja como una resonancia en los diferentes poemas, uno de
ellos es Caupolicán citando el último verso de la tercera estrofa: “Y siempre el
tronco de árbol a cuestas del titán”, se puede notar como en este soneto Rubén
exalta los valores de civismo, perseverancia y liderazgo.

En conclusión, todo lo visto en este ensayo y haciendo una síntesis desde la vida
del príncipe de las letras castellanas Rubén Darío, pasando por su obra literaria y
terminando con un análisis de sus tres grandes obras, se ha podido comprobar;
que junto con este autor vino una gran revolución sobre la concepción de la
poesía, ubicando diferentes influencias, corrientes y temáticas sobre cada una de
las obras que creó, en donde la parte estética, rítmica y musical, van a la par del
contenido poético de cada poema, buscando así un equilibrio y una belleza que
alguna vez se tuvo y se perdió, una revolución donde se olvidan los principios
planos del realismo y se rescatan los más importantes del romanticismo. Siendo
Rubén un hombre que con su vida pesada y llena de obstáculo, y con tan solo un
sin número de hermosos poemas, logró crear una pacífica revolución llamada
modernismo, dándole así una nueva dimensión a la literatura universal.

“A través de las páginas fatales de la historia,

Nuestra tierra está hecha de vigor y de gloria,

Nuestra tierra está hecha para la humanidad”

(Rubén Darío)

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Bibliografía
Alfonso Morales, Pedro (2012): Curso de Lengua y
Literatura de 10mo grado primera edición, Managua,
Ediciones Distribuidora Cultural.

Matus Lazo, Roger (2008): Español 3, Managua,


Nicaragua, Matus Lazo Ediciones.

Museo Archivo Rubén Darío, León:


http://www.rubendario.org/biografia.htm#sthash.kxDLiTQO.dpbss

Museo Archivo Rubén Darío, Biblioteca Enrique Bolaños:


http://rubendario.enriquebolanos.org/biografia.cfm

Poesía Autores, Introducción a la literatura:


http://www.ensayistas.org/curso3030/autores/poesia/dario.htm

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