ALVARO MIRANDA VILLALOBOS
EL COMPLEJO DE UN
(Santa Cruz de Mompox, 1942). Fruto de la unión del médico Manuel
Miranda Barraza y Regina Villalobos Alvarado. Su estilo narrativo
enfocado en la fábula no llegó a él por antojos, sino por algo de
tradición oral. Desde niño se extasiaba oyendo los relatos de sus
abuelos y de su madre, quien cuenta que mientras ella se sentaba a
descansar él se quedaba a su lado a escuchar fantásticas pláticas de Tío
Conejo, de Tío Tigre, de Tía Zorra y otros, lo que influyó notablemente
en la personalidad de nuestro escritor en el género de las fábulas.
Cursó estudios secundarios en el Colegio Nacional Pinillos y buscando
nortes promisorios fue a Barranquilla donde estudió Contabilidad en el
Liceo Colombiano de Comercio, e hizo curso de inglés. Trabajó en
Seguros Bolívar. Graduado como catequista de la Parroquia Santa Cruz
de Mompox.
Fue miembro del Consejo de Redacción del periódico La Brisa; de igual
forma en la Revista Cultural La Taruya siendo miembro cofundador y su
primer presidente. Ganador del primer concurso de poesías celebrado
en Mompox con el poema “Mompox y Obeso”, en el año de 1998, en
homenaje al gran vate momposino.
Durante su juventud tuvo como afición la caza, inclinación que
contribuyó a su profundo conocimiento de la fauna y la flora de
nuestra región, lo que más tarde le sirvió como marco literario para
crear sus fábulas que son de un gran contenido social.
Obras inéditas: Los Cuentos de Don Bertja y de Alvaro, Poesías
de hoy, y Juan el perseverante (novela).
DOS ORANGUTANES ADOLESCENTE Y EL SAPO
ENAMORADOS
En un pueblo pequeño había un solo colegio: k»
En un grandioso zoológico, un orangután vivía de muchachos en la hora de recreo jugaban y hacían
mal humor; golpeaba el suelo, los barrotes de hierro travesuras propias de la juventud.
los quería doblar con su descomunal fuerza y todo se Uno de tantos estudiantes por lo general se aparraba
debía a una locura de amor. del grupo y andaba retraído y se le notaba un gran
Desde que había conocido a una hermosa dama desánimo en todo su ser, que se traslucía hasta en
orangután, no dejaba de hacer berrinches. No había su propio rostro. Podría afirmarse que padecía un
ninguna golosina que satisficiera su mal trauma psicológico en su personalidad introvertida.
comportamiento. Por los costados albergaban Una tarde cualquiera se retiró a un manso riachuelo
muchos tigres y leones a quienes no les agradaba la que había por esos lares. Se sentó sobre un rústico
bulla de éste, su mal humor se debía a la soledad peñasco y se quedó mirando el horizonte; de repente
porque su apasionado corazón pedía a gritos una todo despreocupado se agachó y tomó unas
compañera. piedrecillas entre sus tiernos dedos, e in-
conscientemente comenzó a tirarlas de a una; al
Los dueños del circo le manifestaron que no se de- instante se escuchó una voz que decía: “¡Cuidado me
sesperara; mientras tanto esa noche soñó que del pegas compañero!”.
cielo bajaba una hermosa y bella dama orangután,
que le dijo: “Hola amor mío, me he vestido de novia,
con una corona de relucientes diamantes sobre mi
ilusionada cabeza, sólo para que tú puedas apreciar
el brillo de mis deseos, yo también estoy sola, y mi
aspiración es unirme a ti, casarme y no importa que
permanezcamos en una jaula; sólo quiero estar a tu
lado”.
Al día siguiente despertó y escuchó la voz del dueño
del circo que le decía: “Sé que anoche soñabas y te oí
todo lo que decías pero no te preocupes que tus
sueños se harán realidad, no te desesperes
EL CARACOL Y EL NIÑO EL RATON CANGURO

En la orilla del mar el pequeño Carlos encontró un En una pequeña aldea un poco apartada de la ciu-
caracol sobre la arena húmeda; no era un molusco dad. se había establecido un ratón distinto a los
cualquiera, sino un ejemplar salido del mar con
grandes ensueños y esperanzas. demás de su especie, pues poseía las patas delan-
teras muy cortas; en cambio las traseras eran tan
El niño por pura casualidad vio el caracol cuando se
bamboleaba sobre las agitadas olas al pie de la orilla largas que parecía en su estructura física un verda-
del océano, éste curioso y sin preocupación alguna lo dero canguro.
tomó entre sus manos tiernas y con aire tranquilo se
lo llevó a su oído. De inmediato comenzó a escuchar Ah: escondido en un grandioso granero se establecí:
una sinfonía celestial, unos vientos suaves silbaban
y parecía que se acercaban voces y murmullos raros, para alejarse de un posible perseguidor.
propios de una dimensión desconocida.
El dueño sí observó los carrerones y brincos de
Insistente el chiquillo se sentía entusiasmado al oír
aquél, T celoso por unos cuantos granos de maíz y de
aquella música jamás imaginada; de pronto se
escuchó una voz que decía: “Hola niño Carlos, sé fríjol, alejó la caridad de su corazón y prefirió
incluso tu nombre. informar a un par de científicos que vivían en la
Tú has sido seleccionado entre todos los chiquillos de
la tierra, se trata de una equilibrada decisión que ciudad cercana.
viene del mar profundo. Todos los peces se reunie-
ron: el temible tiburón
.