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CARTA ENCICLICA LABOREM EXCERSENS DEL SUMO PONTIFICE DEL PAPA JUAN PABLO II

La presente encíclica trata la concepción del hombre y del trabajo. El enfoque general responde a un análisis de la
época moderna, en que se han desarrollado con enorme profusión experiencias de carácter económico, social,
histórico, teológico, antropológico, etc. Generalmente acerca del trabajo humano, que se ha ignorado su concepto
exacto. La Encíclica va más al fondo, llega al corazón del concepto mismo del trabajo humano. En lugar de trazar un
modelo ideal, Juan Pablo II ayuda a comprender lo que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué
modo puede el hombre transformarse con su trabajo, hacerse más hombre. Además, Laborem Exercens muestra cómo
los socialismos tratan a los seres humanos como instrumentos de producción y no como personas-sujetos de trabajo.
Por otra parte, con la proletarización de los intelectuales y su desempleo, se incrementa el problema social.

Enfatiza los elementos de una espiritualidad del trabajo: los seres humanos comparten sus actividades con la acción
de Dios; el trabajo imita la acción de Dios y otorga dignidad al trabajador. Nuestro Señor Jesucristo fue un hombre
de trabajo ya que es necesario para el progreso terreno y para el desarrollo del Reino.

1° Introducción
El papa quiere que se descubran los nuevos significados del trabajo humano y que se formulen a cada hombre, a
cada familia, a cada nación, a todo género humano y finalmente a la misma iglesia. (n°2) Porque la iglesia considera
deber suyo recordar siempre la dignidad y los derechos de los hombres del trabajo, denunciar las situaciones en la
que se violan dichos derechos y contribuir y orientar estos cambios para que se realice un auténtico progreso del
hombre y la sociedad. (n°1) como elemento clave y permanente tanto de la vida social como de las enseñanzas de
la iglesia. (n°3) desde el punto de vista del bien del hombre.
2° El trabajo y el hombre
Según el libro del Génesis el trabajo humano constituye una dimensión fundamental de la existencia humana sobre
la tierra; confirma su dominio sobre el mundo. El hombre se coloca a través del trabajo en la línea del plan original
del creador (n°4) se haya tres aspectos que definen con mayor aproximación la dignidad del trabajo humano Gn 3,
19 el trabajo es un bien para el hombre, y es un bien digno, es bien de la humanidad, construye la vida en
familia, sin trabajo es imposible disponer de medios de subsistencia para la familia. Todo ser humano se ubica en
una sociedad con la cual tiene particulares vínculos culturales e históricos. De esta forma el hombre toma conciencia
de su “trabajo como incremento del bien común elaborado juntamente con sus compatriotas, dándose así cuenta de
que por ese camino el trabajo sirve para multiplicar el patrimonio de toda la familia humana, de todos los hombres
que viven en el mundo.

Otro aspecto, la técnica facilita el trabajo, lo perfecciona, lo acelera, lo multiplica (nº5) y puede correr el riesgo de
convertirse de aliada en “adversaria” del hombre. Cuando quita el puesto de trabajo a muchos trabajadores antes
ocupados o cuando, mediante la exaltación de la máquina, reduce al hombre a ser su esclavo. El primer fundamento
del valor del trabajo es el hombre mismo, el trabajo está en función del hombre, y no el hombre en función del
trabajo.

3°Conflicto entre trabajo y capital en la presente fase histórica


El Conflicto que se da es entre: “mudo capital” y “mundo trabajo”. Entre el grupo restringido, pero muy
influyente, de los empresarios, propietarios o poseedores de los medios de producción y la más vasa multitud de
gente que no disponía de estos medios, y que participaba, en cambio, en el proceso productivo exclusivamente
mediante el trabajo (n°11) se ha interpretado como un conflicto socio-económico de carácter “clasista” y apareció
como un “conflicto ideológico entre el liberalismo, entendido como ideología del capitalismo, que pretende
intervenir como portavoz de la clase obrera, y aun de todo el proletariado mundial”. Habla de la ideología marxista
que suprimen la propiedad privada de los medios de producción, el sistema colectivista. Ante esta coyuntura el
Papa recuerda un principio enseñado siempre por la iglesia: la prioridad del trabajo sobre el capital. El trabajo es
siempre una causa eficiente primaria, mientras que el capital, siendo el conjunto de los medios de producción, es
sólo un instrumento o la causa instrumental. Conviene subrayar la primacía del ser humano sobre las cosas. Todo
lo que está contenido en el conjunto de “capital” es solamente un conjunto de cosas. n°12 Esto tiene sus
consecuencias: No puede ni separar ni contraponer capital y trabajo. Se da primacía a lo material.
El economismo sitúa lo que es espiritual y personal (acción del hombre, los valores morales), directa o
indirectamente en una posición subordinada a la realidad material. El papa llama a cambios para superar está
concepción: la decisiva convicción de la primacía de la persona sobre las cosas, del trabajo del hombre sobre el
capital como conjunto de los medios de producción y la consideración sobre la propiedad. n°15 Desde este
postulado nacen derechos específicos: El derecho a la justa remuneración; y que está trabajando en algo que le es
propio. Sin embargo, este pensamiento se ve oscurecido cuando el trabajador se experimenta como un engranaje de
un mecanismo movido desde arriba; se siente, por una u otra razón, un simple instrumento de producción, más que
un verdadero sujeto dotado de la iniciativa propia.
4° Derechos de los hombres del trabajo
Destaca el trabajo como una obligación, como un deber del ser humano. Este deber se deriva de muchas
circunstancias: porque el Creador lo ha ordenado, por el hecho de su propia humanidad, por respecto al prójimo, a
la propia familia y a la sociedad. El Papa establece una distinción entre el empresario directo e indirecto:
Empresario directo: es la persona o institución con la que el trabajador pacta el contrato de trabajo.
Empresario indirecto: comprende un conjunto de factores o influencias que determinan las modalidades y
condicionamientos que determinan el contrato y las relaciones laborales.
Tal política es correcta cuando los derechos objetivos del ser humano del trabajo son plenamente respetados. N°17.
Otro de los problemas “es encontrar un empleo adecuado para todos los sujetos capaces de él n°18.El desempleo
se convierte en una calamidad social; y aunque más dolorosa cuando afecta a generaciones jóvenes que se ha
esforzado, mediante estudios adecuados, a prepararse para asumir la responsabilidad del desarrollo económico de
la comunidad. Por ello se plantea el tema del subsidio a los desocupados.
5° Elementos para una espiritualidad del trabajo.
La reflexión teológica gira alrededor de tres ejes:
El trabajador como participación en la obra del Creador. Está conciencia de ser co-creadores con Dios debe llegar
en el hombre incluso en los quehaceres más ordinarios de la vida y constituir la espiritualidad del trabajo como
fuente segura de santificación. Cristo el hombre del trabajo: n°26 El trabajo humano a la luz de la cruz y
resurrección de Cristo. N°27
El Papa exhorta a los cristianos para que se renueven su conciencia de que con el trabajo que realizan, colabores
“no solo con el progreso terreno, sino también en el desarrollo del Reino de Dios, al que todos somos llamados con
la fuerza del Espíritu Santo y con la palabra del Evangelio”.
CONCLUSIONES

 Gracias a la encíclica se tuvo en cuenta los derechos de los trabajadores.


 Se tuvieron en cuenta los valores para vivir en sociedad de trabajo.

CURSO: Doctrina social de la Iglesia.


ESTUDIANTE: America Victoria Marcos Maximo.

CONGREGACIÓN: Hnas. Franciscanas del Espíritu Santo.

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