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EL PSICÓPATA – La Máscara de la Cordura

Proyecto de investigación especial del Grupo del Futuro Cuántico (Quantum Future Group)

Imagine - si puede - no tener una conciencia, ninguna en absoluto, ningún sentimiento de


culpa o de remordimiento, sin importar lo que haga, ningún sentido de preocupación por el
bienestar de gente ajena, amigos, o hasta miembros de su familia, que pueda limitarlo.
Imagine no vivir ninguna lucha contra la vergüenza, ni siquiera una en toda su vida, sin
importar qué clase de acción egoísta, perezosa, dañina o inmoral usted haya realizado.

Y finja que el concepto de responsabilidad le es desconocido, excepto como una carga que
otros parecen aceptar sin discutir, como tontos crédulos.

Ahora agregue a esta fantasía extraña la capacidad de esconderle a la gente que su


psicología es radicalmente diferente a la suya. Puesto que todos asumen simplemente que
la conciencia es universal entre seres humanos, ocultar el hecho de que usted no tiene
conciencia no necesita casi ningún esfuerzo de su parte.

No es frenado de ninguno de sus deseos por culpabilidad o vergüenza, y otros nunca lo


enfrentan por su sangre fría. El agua congelada en sus venas les es tan extraña, tan
totalmente fuera de su experiencia personal, que raramente llegan a conjeturar siquiera
sobre su condición.

En otras palabras, usted está totalmente libre de restricciones internas, y su libertad


desenfrenada para hacer lo que le apetezca, sin remordimientos de conciencia es,
favorablemente para usted, invisible al resto del mundo.

Usted puede hacer cualquier cosa, y así y todo su extraña ventaja sobre la mayoría de la
gente, que está alineada por sus conciencias, seguirá muy probablemente sin ser
descubierta.

¿Como vivirá usted su vida?

¿Qué hará con su ventaja enorme y secreta, y con la incapacidad correspondiente de la


gente (conciencia)?

La respuesta dependerá en gran parte de tan sólo lo que sus deseos terminen siendo,
porque no toda la gente es igual. Incluso los extremadamente inescrupulosos no son
todos iguales. Alguna gente – así tengan o no una conciencia - honran la tranquilidad de la
inercia, mientras que otras se llenan de sueños y de ambiciones salvajes. Algunos seres
humanos son brillantes y talentosos, algunos son poco despiertos, y la mayoría, con o sin
conciencia, se encuentran en algún lugar en medio. Hay gente violenta y no violenta,
individuos a quienes los motiva el ansia de la sangre y otros que no tienen tal apetito. [... ]

Siempre y cuando no lo paren por la fuerza, usted puede hacer todo lo que quiera.

Si nace en el momento correcto, con un cierto acceso a alguna riqueza familiar, y


poseyendo un talento especial para avivar el odio de la gente y el sentido de la pérdida, se
las puede arreglar para matar a una gran cantidad de gente que ni lo sospeche siquiera.
Con bastante dinero, usted puede lograr esto a distancia, y descansar con confianza
observando todo con satisfacción. [... ]

Loco y espantoso - y verdadero, en aproximadamente un 4 por ciento de la población...

La tasa predominante de los desórdenes alimenticios anoréxicos se estima en un 3.43 por


ciento, y se los juzga como casi epidémicos, pero esta cifra es una fracción más baja que la
tasa de personalidad antisocial. Los desórdenes prominentes clasificados como
esquizofrenia ocurren en solamente un 1 por ciento de [la población] – apenas un cuarto
del índice de la personalidad antisocial - y los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades dicen que el índice del cáncer de colon en los Estados Unidos, considerado
como "alarmantemente alto," es aproximadamente de 40 por cada 100.000 – cien veces
más bajo que el índice de la personalidad antisocial.

La gran incidencia de la sociopatía en la sociedad tiene un efecto profundo en el resto de


nosotros, quienes también debemos vivir en este planeta, e incluso para los que no hemos
sufrido trastornos clínicos. Los individuos que constituyen este 4 por ciento agotan
nuestras relaciones, nuestras cuentas bancarias, nuestras realizaciones, nuestra
autoestima, nuestra mismísima paz en la tierra.

Sin embargo, sorprendentemente, mucha gente no sabe nada sobre este desorden, o si lo
hacen, sólo piensan en términos de psicopatía violenta - asesinos, asesinos en serie,
asesinos de multitudes - gente que visiblemente ha quebrantado la ley muchas veces
consecutivas, y que, si son detenidos, serán encarcelados, incluso llevados a la muerte por
nuestro sistema jurídico.

No estamos comúnmente enterados, y por lo general tampoco identificamos a la gran


cantidad de sociópatas no violentos que se encuentran entre nosotros, gente que a
menudo no son infractores descarados, y contra quienes nuestro sistema jurídico oficial
proporciona poca defensa.

La mayoría de nosotros no podría imaginar ninguna correspondencia entre la concepción


de un genocidio étnico y, por ejemplo, el hecho de mentirle a su jefe sobre un compañero
de trabajo sin sentir culpa alguna. Pero la correspondencia psicológica no sólo está allí; es
escalofriante. Sencillamente, la relación está en la ausencia del mecanismo interno que
nos tortura emocionalmente cuando elegimos hacer algo que vemos como inmoral, falto
de ética, negligente o egoísta.

La mayoría de nosotros se siente ligeramente culpable si se come el último trozo de torta


que queda en la cocina, e imagínese pues lo que sentiríamos si nos pusiéramos a lastimar
a otra persona a propósito y de manera metódica.

Los que no poseen absolutamente ninguna conciencia constituyen un grupo por sí solos,
así sean tiranos homicidas o simplemente francotiradores sociales despiadados.

La presencia o la ausencia de conciencia son una seria división humana, y podría decirse
que es más significativa que la inteligencia, la raza, o hasta el género.

Lo que diferencia a un sociópata que vive del trabajo de otros de alguien que roba de vez
en cuando en almacenes, o de uno que es un barón contemporáneo de ladrones - o lo que
hace la diferencia entre un simple matón y un asesino sociopático - no es nada más que el
estatus social, el instinto, el intelecto, el ansia de la sangre, o la simple oportunidad.
Lo que distingue a toda esta gente del resto de nosotros es un agujero completamente
vacío en la psique, en donde deberían estar las funciones de humanización más
desarrolladas.

"Agradable," "encantador," "inteligente," "despierto," "impresionante,"


"inspirador de confianza," y "un gran éxito con las damas": estas son las
clases de descripciones usadas en varias ocasiones por Cleckley en su
famoso estudio sobre psicópatas. También lo son, por supuesto,
"irresponsable," "autodestructivo," y adjetivos semejantes. Estas
descripciones destacan la gran frustración y los misterios que rodean el
estudio de la psicopatía.

Los psicópatas parecen tener en abundancia aquellos rasgos más


deseados por las personas normales. La despreocupada confianza en sí
mismo del psicópata parece casi como un sueño imposible, y es
generalmente lo que la gente "normal" intenta adquirir cuando asiste a
talleres para ganar seguridad en sí mismo. En muchos casos, la
atracción magnética del psicópata hacia los miembros del sexo opuesto
parece casi sobrenatural.

La hipótesis seminal de Cleckley en lo que se refiere al psicópata es que


sufre, de hecho, de una verdadera enfermedad mental: un déficit
afectivo profundo e incurable. Si realmente llega a sentir algo, son
solamente emociones de las menos profundas. Él hace cosas extrañas y
autodestructivas porque las consecuencias que llenarían al hombre
normal de pena, de odio a sí mismo, y de vergüenza simplemente no
afectan en lo más mínimo al psicópata. Lo que para otros sería un
desastre, para él no es más que un inconveniente pasajero.

Cleckley también nos presenta la visión de que la psicopatía es


absolutamente común en la comunidad en general. Él ha recopilado
algunos casos de psicópatas que funcionan por lo general normalmente
en la comunidad como hombres de negocios, doctores, e incluso
psiquiatras. Algunos investigadores ven la psicopatía criminal -
designada a menudo bajo el nombre de desorden antisocial de la
personalidad - como un extremo de una dimensión (o dimensiones) de
la personalidad “normal”.

Podríamos clasificar a los psicópatas criminales como "psicópatas que


han fracasado." La implicación de este fenómeno, por supuesto, es que
muchos psicópatas pueden existir en sociedad arreglándoselas
mejor que los que atraen la atención del sistema judicial y el de la
asistencia social.

Harrington llega hasta a decir que el psicópata es el nuevo hombre,


producido por las presiones evolucionarias de la vida moderna. Otros
investigadores critican este punto de vista, señalando las verdaderas
incapacidades de las cuales el psicópata clínico también sufre.

El estudio de los psicópatas "ambulatorios" – lo que llamamos "El


Psicópata de la Variedad Jardín"-, acaba, sin embargo, apenas de
comenzar. Muy poco se sabe sobre psicopatía subcriminal. Sin embargo,
algunos investigadores han comenzado a considerar seriamente la idea
de que es importante estudiar la psicopatía, no como una categoría
clínica artificial sino como un rasgo general de la personalidad en la
comunidad entera. Dicho de otro modo, la psicopatía se está
reconociendo más o menos como un tipo diferente de ser humano.

Un aspecto muy interesante del psicópata es su “vida oculta” que a


veces no está tan bien oculta. Pareciera que el psicópata tiene una
necesidad regular de tomarse “unas vacaciones dentro de la inmundicia
y la degradación" de la misma manera que la gente normal puede
necesitar unas vacaciones en un complejo turístico en donde pueda
disfrutar de alrededores y una cultura magníficos. Para lograr hacerse
una mejor idea de esta "necesidad extraña" del psicópata - una
necesidad que parece ser una prueba de que el "actuar humanamente"
es muy estresante para el psicópata - lea más de La Máscara de la
Cordura, capítulos 25 y 26.

También lea las especulaciones de Cleckley sobre lo que de


verdad “era realmente anormal” en esta gente. Llega a estar
muy cerca de sugerir que son humanos en todos sus aspectos –
salvo en el hecho de que carecen de alma. Esta carencia de “calidad
de alma” hace que sean “máquinas” eficientes. Pueden ser brillantes,
escribir obras eruditas, imitar las palabras de la emoción, pero con el
tiempo llega a estar claro que sus palabras no corresponden a sus
acciones. Son el tipo de persona que pueden quejarse de estar siendo
devastadas por la pena y que después van a una fiesta "para olvidar." El
problema es que realmente SE OLVIDAN.

Siendo máquinas muy eficientes, como una computadora, son capaces


de ejecutar rutinas muy complejas diseñadas para obtener de otras
personas apoyo para lo que desean. De esta manera, muchos psicópatas
son capaces de alcanzar posiciones muy altas en la vida. Es solamente
al cabo de un cierto plazo que sus socios se dan cuenta del hecho de
que su subida en la escalera del éxito está basada en la violación de los
derechos ajenos. "Hasta cuando son diferentes de los derechos de
sus socios, son capaces a menudo de inspirar esperanza y
confianza”.

El psicópata no reconoce ningún defecto en su psique, ninguna


necesidad de cambiar.

Psicópatas en la Nueva Era

Actualmente hay una verdadera explosión de informes de nuestros


lectores sobre sus experiencias con individuos con quienes se han
encontrado en los campos de “investigación alternativa”, así como en
interacciones generales de sus vidas. Lo que es muy chocante es la
cantidad de tales individuos que debe existir, basándonos en esos
informes. ¡Esto no es sólo un acontecimiento ocasional, pareciera ser
casi pandémico!
Nuestro equipo y nuestro e-grupo de investigación se han estado
encargando por un tiempo de investigar y analizar estas interacciones y
las características y la dinámica y las personalidades. Nuestra
investigación nos ha llevado a identificarlos con lo que comúnmente se
conoce como "Psicópatas." Pueden también ser Narcisistas dado que el
Narcisismo parece ser simplemente una “faceta” del psicópata o una
manifestación “más ligera” del mismo. Se podría decir que el Narcisista
es un “psicópata de la variedad jardín” quien, debido a su
“programación social”, tiene menos probabilidades de meterse en
problemas con la ley. De esta manera, son "máquinas de supervivencia"
muy eficientes que se pasan la vida causando un daño inmenso a sus
familias, amigos y socios en los negocios.

Es solamente cuando una persona observa detenidamente y durante un


tiempo largo al psicópata desarrollado - una suerte de Narcisista
exagerado - que es capaz de ver la caricatura de los rasgos, lo que le
hace entonces más fácil de identificar "al psicópata de la variedad
jardín" - y/o al Narcisista.

Nuestro mundo parece haber sido invadido por individuos para quienes
la visión de la vida y del amor es tan drásticamente diferente de lo
establecido por la norma hace mucho tiempo que estamos mal
preparados para tratar con sus tácticas de lo que Roberto Canup llama
la "mentira verosímil.” Como él lo demuestra, esta filosofía de la
"mentira verosímil" ha alcanzado los sectores legal y administrativo de
nuestro mundo, convirtiéndolos en máquinas dentro de las cuales los
seres humanos con emociones verdaderas son destruidos.

La película reciente, “Matrix” ("La Matriz") tocó una cuerda profunda en


la sociedad porque ejemplificaba esta trampa mecánica en la cual tanta
gente encuentra sus vidas enredadas, y de la cuál son incapaces de
salirse porque creen que todos los que los rodean y que “parecen
humanos” son, de hecho, igual a ellos – emocionalmente,
espiritualmente u otros.

Tome, por ejemplo, el “argumento legal” como es explicado por Roberto


Canup en su investigación sobre “el Psicópata Perito en Sociedad”. El
argumento legal parece estar en los cimientos de nuestra sociedad. Esto
equivale a nada más y menos que a al arte de la estafa: quien sea más
hábil en el uso de la estructura para convencer de algo a un grupo de
personas, es a quien se le cree. Puesto que este sistema de “argumento
legal” ha sido establecido lentamente como parte de nuestra cultura,
cuando invade nuestras vidas personales, por lo general no lo
reconocemos inmediatamente.

Los seres humanos han sido acostumbrados a asumir que otros seres
humanos - por lo menos - están intentando "hacer el bien" y "ser
buenos" y justos y honestos. Y por eso, muy a menudo no nos tomamos
el tiempo necesario de hacer una investigación profunda para
determinar si una persona que ha entrado en nuestras vidas es, de
verdad, una "buena persona." Y cuando luego nace un conflicto, caemos
automáticamente en la suposición cultural de que en cualquier conflicto,
una de las partes tiene parcialmente razón de algún modo, y la otra de
algún otro, y que podemos formarnos una opinión sobre qué parte está
más o menos en lo correcto. A causa de nuestra exposición a las normas
del "argumento legal", cuando se presenta cualquier conflicto, pensamos
automáticamente que la verdad se encontrará en alguna parte entre los
dos extremos. En este caso, quizás sea útil aplicar una pequeña lógica
matemática al problema del argumento legal:

Imaginemos que en una pelea, un lado es inocente, honesto, y dice la


verdad. Es obvio que mentir no le aporta ningún beneficio a una
persona inocente; ¿qué mentira puede decir? Si es inocente, la única
mentira que puede decir es confesar falsamente "Fui yo quien lo hizo."
En cambio, la mentira no es más que buena para el mentiroso. Él puede
declarar ese "Yo no lo hice," y acusar a otro de haberlo hecho, al mismo
instante que la persona inocente a quien ha acusado está diciendo “Yo
no lo hice,” y está realmente diciendo la verdad.

La verdad – cuando está bien distorsionada por buenos mentirosos,


siempre puede hacer que una persona inocente parezca mala –
especialmente si el inocente es honesto y admite sus errores.

La suposición básica de que la verdad se encuentra entre el testimonio


de las dos partes siempre se torna en ventaja hacia el que miente y en
contra del que dice la verdad. Bajo la mayoría de las circunstancias, esta
desviación sumada al hecho de que la verdad también va a ser
deformada de tal manera a perjudicar a la persona inocente, resulta en
que la ventaja siempre queda en manos de mentirosos - psicópatas.
Hasta el simple acto de hacer una declaración bajo juramento es inútil.
Si alguien es mentiroso, hacer un juramento no significa nada para esa
persona. Sin embargo, hacer un juramento actúa fuertemente en un
testigo serio, veraz. Una vez más la ventaja va para el lado del
mentiroso. [Robert Canup ]

Esto subraya una de las únicas cosas sobre un psicópata: su aparente


incapacidad de concebir la idea abstracta “del futuro”.

Se ha observado a menudo que los psicópatas corren con una clara


ventaja sobre los seres humanos con consciencia y sentimientos, porque
el psicópata no tiene consciencia ni sentimientos. Lo que parece ser es
que la consciencia y los sentimientos están relacionados con el concepto
abstracto de “futuro” y de “otros”. Es “espacio-temporal”. Podemos
sentir miedo, condolencia, empatía, tristeza, y demás porque podemos
IMAGINAR el futuro de una manera abstracta, basándonos en nuestras
propias experiencias pasadas, o aunque no sea más en “conceptos de
experiencias” en innumerables variaciones. Podemos “predecir cómo van
a reaccionar los otros, porque podemos “vernos a nosotros mismos” en
ellos, aunque estén “ahí afuera” y que la situación sea de algún modo
diferente vista desde el exterior, aunque similar en su dinámica. Es
decir, no sólo podemos identificarnos con otros espacialmente – por
decirlo de algún modo - sino también temporalmente - en el tiempo.
El psicópata no parece tener esta capacidad.

Son incapaces de “imaginar” en el sentido de poder realmente


conectarse con imágenes en algo así como una manera directa de “un
ser conectándose con otro ser”.

Ah, de hecho, pueden imitar sentimientos, pero los únicos verdaderos


sentimientos que parecen tener – eso que los conduce y los hace fingir
diversos dramas para causar efecto - son una especie de "hambre
predatoria", de lo que desean. Es decir, "sienten" la necesidad/el deseo
como amor, y el no ser satisfechos en sus necesidades/deseos es
descrito por ellos como el "no ser amados". Además, esta perspectiva de
"necesidad/deseo" determina que solamente el "hambre" del psicópata
es válida, y cualquier cosa que esté "allí afuera," todo lo que está fuera
del psicópata, no es verdadero, excepto en tanto tenga la capacidad de
ser asimilado por el psicópata como una clase de "alimento". "¿Puede
ser utilizado o proporcionar algo?" es la única preocupación que el
psicópata parece tener. Todo el resto - toda actividad – está subsumido
en esta tendencia.

En pocas palabras, el psicópata - y el narcisista en un menor grado - es


un depredador. Si pensamos en la interacción entre los depredadores y
sus presas en el reino animal, podemos llegar a tener una cierta idea de
lo que se esconde detrás de la "máscara de la cordura" del psicópata.
Del mismo modo que un animal depredador adoptará toda clase de
funciones furtivas posibles para acechar a su presa, sacarla fuera de la
manada, acercársele y disminuir su resistencia, el psicópata construye
todo tipo de camuflaje elaborado compuesto de palabras y apariencias -
mentiras y manipulación - para "asimilar" a su presa.

Esto nos conduce a una pregunta importante: ¿qué es lo que el


psicópata REALMENTE obtiene de sus víctimas? Es fácil ver lo que
buscan cuando mienten y manipulan por dinero, bienes materiales o
poder. Pero en muchos casos, tales como en las relaciones amorosas o
en las falsas amistades, no es tan fácil ver lo que el psicópata está
buscando. Sin desviarnos demasiado en especulaciones espirituales - un
problema que Cleckley también confrontó - podemos decir solamente
que pareciera ser que el psicópata GOZA de hacer sufrir a otros. Del
mismo modo que los seres humanos normales disfrutan de ver a otra
gente feliz, o de hacer cosas que hagan reír a otros, el psicópata disfruta
de todo lo contrario.

Cualquiera que haya observado alguna vez a un gato jugando con un


ratón antes de matarlo y de comerlo, se explicó probablemente a sí
mismo que el gato “se entretiene” simplemente con las travesuras del
ratón y que es incapaz de concebir el terror y el dolor sentidos por el
ratón. Y el gato, por lo tanto, es inocente de cualquier intento malvado.
El ratón muere, el gato se alimenta, y eso es la naturaleza. Los
psicópatas por lo general no comen a sus víctimas.

Sí, en casos extremos la dinámica del gato y el ratón son llevados a


cabo y el canibalismo posee una larga historia, en la que se asumía que
ciertos poderes de la víctima podían ser asimilados comiendo alguna
parte de ella en especial. Pero en la vida cotidiana los psicópatas y los
narcisistas no llegan a tanto, por así decirlo. Eso hace que observemos
con otros ojos la situación del gato y del ratón. Ahora preguntamos: ¿Es
demasiado simplista pensar que el gato, inocente, se divierte
simplemente con el ratón que corre por todo lados y que intenta
frenéticamente escaparse? ¿Hay algo más en esta dinámica que salte a
la vista? ¿Hay algo más que el hecho de estar "entretenido" con las
travesuras del ratón que intenta huir? ¿Después de todo, en términos
de evolución, por qué tal comportamiento sería atribuido al gato? ¿Es el
ratón más sabroso debido a las substancias químicas del miedo que
corren por su cuerpecito? ¿Es un ratón paralizado de terror una mejor
comida de “gourmet”?

Esto sugiere que debamos rever nuestras ideas sobre los psicópatas con
una perspectiva levemente diferente. Algo que sí sabemos es: mucha
gente que experimenta interacciones con psicópatas y narcisistas dice
sentirse “agotada” y confundida, y a menudo notan posteriormente un
deterioro en su salud. ¿Quiere esto decir que parte de la dinámica, parte
de la explicación del porqué los psicópatas perseguirán "relaciones
amorosas" y "amistades" que ostensiblemente no pueden dar lugar a
ningún beneficio material observable, es que hay una consumo real de
energía?

No conocemos la respuesta a esta pregunta. Observamos, teorizamos,


especulamos y formulamos hipótesis. Pero al fin y al cabo, solamente la
víctima como individuo puede determinar lo que ha perdido en la
dinámica - y es a menudo mucho más que bienes materiales. En cierto
modo, parece que los psicópatas son comilones de almas o "Psicófagos."

El siguiente enlace conduce a una discusión, a una lista de puntos, y a


una "guía de supervivencia" para tratar con el psicópata en sus tantos
disfraces, compuesta por un individuo con experiencia personal.
Esperamos que ayude al lector a evitar interacciones perjudiciales, y que
usted pueda aprender de nuestros errores y de los errores de otros que
han compartido sus historias con nosotros.

El GFC se encarga de atraer su atención a toda información que le


ayudará a vivir una vida al resguardo de las manipulaciones asesinas de
almas de otros.

Nuestro Sincero Agradecimiento a la dueña del sitio web sobre


el Psychopathic Personality Desorden (Desorden Psicopático de
la Personalidad) por su cordial permiso para citar su investigación
cuando armamos este informe. Hasta que comenzamos a investigar, NO
teníamos LA MENOR idea de lo extenso que era el problema, ni de
cuántas victimas hay. Visite su sitio, vaya a sus enlaces para apoyar a
grupos. Para una mirada más comprensiva del problema, basada en
nuestra PROPIA investigación, lea por favor nuestro nuevo artículo:
"Cultura Oficial" en Estados Unidos
de América:
¿Un Estado Natural de Psicopatía?
Julio 30, 2003: KAH - El tema del punto de vista extremadamente
estrecho de la mayoría de norteamericanos en contraste con la
mayoría de la gente en el mundo salió a colación en una
conversación el otro día. Resulta que la mayoría de la gente
conversando era norteamericana. Una de ellos comentó que los
norteamericanos habían sido "programados" en su punto de vista
por la propaganda de los medios masivos desde hace mucho
tiempo y que simplemente era una parte muy normal de la vida
norteamericana y básicamente, siempre había sido. Ella concluyó:
"Quienquiera que lo niegue es o ignorante o tiene una agenda".

Puede ser. Puede ser cierto que los "flautistas" de la negación


tengan una agenda. Pero entonces, ¿qué hace o dice uno acerca
de la ignorancia de la vasta mayoría de norteamericanos?

¿Por qué y cómo es que la puerta de la trampa del Fascismo se está


cerrando tras ellos ante sus propios ojos y no importa cuántas voces -el
número se incrementa cada día- se levantan para señalar el peligro,
simplemente no parecen entenderlo?

La conversación continuó con un comentario de otro individuo sugiriendo


que uno debe de tomar en cuenta cuán efectiva es de hecho la "cultura
oficial" en los EUA. No es sólo una cuestión de ignorancia, sino una
cuestión de la minuciosidad a largo plazo de la propaganda que inició en
los primeros días del siglo pasado. Se dijo que esta propaganda es tan
completa que no sólo es la gente de EUA ignorante de lo que ocurre en
la escena política de EUA, y en el mundo como resultado directo de la
política de EUA, sino que ignora que es ignorante. Ha sido inculcada con
el punto de vista de que su punto de vista es el único "correcto" y,
consecuentemente, la gente realmente "no conoce nada mejor". En
breve: "¿Qué haces si no sabes que no sabes algo?"

Bueno, la cosa es que, en algún momento, no importa cuán minuciosa


ha sido la programación, la mayoría de la gente eventualmente
terminará enfrentándose con información que realmente no "embonará"
con la "cultura oficial"; no va a "encajar" con su punto de vista de la
realidad, con lo que han sido enseñados, y normalmente es un poco
incómodo cuando ocurre. O debería de serlo.

Mi pregunta es, ¿por qué es la reacción de algunos de completa


negación, incluso de comportamiento agresivo, cuando se les muestran
los hechos objetivos de la realidad, mientras que hay otros que
reaccionan con un creciente sentido de curiosidad y un creciente deseo
de información adicional?

¿Por qué unos rehuyen al conocimiento mientras que otros lo ansían?

¿Por qué unos se resisten a la programación mientras que otros la


reciben con los brazos abiertos?

Es como si unas personas -aquéllas que más ávidamente se adhieren al


punto de vista de "nosotros tenemos la razón"- tuvieran mentes
cerradas desde el arranque, y fueran enteramente incapaces de abrirlas,
aunque sea una rendija. No hay curiosidad en ellos. No hay preguntas
en sus mentes. No hay "¿qué tal si?" o "tal vez".

A mí me parece que la propaganda de la Cultura Oficial, mientras que es


muy efectiva, podría no ser la única razón del por qué tantos
norteamericanos son apáticos cuando se refiere a lo que está haciendo
su gobierno, tanto en EUA como en el extranjero. Es como si hubiera
diferencias entre seres humanos a un nivel muy básico que tendrían que
ser tomadas en cuenta aquí.

En mi opinión (KAH), todos los que fuimos criados en los EUA hemos
sido embaucados vía este control mental de la Cultura Oficial impuesto a
través del sistema educacional y los medios masivos. Pero hay algunos
de nosotros que al parecer tenemos la habilidad de cuestionar, de
preguntarnos, de abrir nuestras mentes a otras posibilidades -aun
cuando parezcan descabelladas. E invariablemente, este abrir de la
mente a otros puntos de vista ha sido enriquecedor y una recompensa
en muchos niveles, de los cuáles un punto de vista humanitario de toda
la gente y todas las culturas no es el menor.

¿Es sólo una cuestión de "coraje" la capacidad de abrir la mente y hacer


preguntas? ¿Es una mente cerrada simple evidencia de cobardía? ¿Es la
resistencia a la "cultura oficial" una consecuencia de una "naturaleza
rebelde" fundamental y son aquellos que "van con las masas" mejores
para "trabajo en equipo", incluso si el equipo tiene una moralidad
cuestionable?

¿Es la diferencia una que existe entre gente que está dispuesta a
encarar el "terror de la situación" y aquellos que simplemente no
pueden vivir en el estado de tensión producido por tener que tomar
decisiones morales ellos mismos?

¿O hay algo más profundo aquí? ¿Qué? Y sea lo que sea, ¿por qué es
tan "activo" hoy en día? ¿Qué es esa "neblina" que rodea Norteamérica
y las mentes de su gente?

En el pasado, he encontrado mucha gente a quienes considero de mente


abierta, pero que finalmente he descubierto que no lo son cuando
absolutamente se rehúsan a admitir la posibilidad de lo que es tan obvio
para tanta gente inteligente y compasiva. Por ejemplo, la obvia
psicopatía de Bush y otros líderes mundiales ciertamente nos revela que
el "terror de la situación" se está manifestando en una escala mucho
más grande de lo que cualquiera de nosotros hubiéramos soñado posible
hace unos cuántos años. Ahí está. Pistas y señales por todas partes. Es
tan simple como la nariz en tu rostro. Pero la mayoría de
norteamericanos preferiría cortarse esa nariz con el resultado de que se
fastidian la cara.

Es lo suficientemente terrorífico cuando uno se da cuenta de que el


Reich Bush y otros grupos de elite alrededor del globo están haciendo
estragos en el planeta sin respeto por la vida en cualquier forma, aparte
de las suyas, pero cuando además tenemos que enfrentar el hecho de
que hay tantas personas allá afuera que -incluso cuando se les enfrenta
con la certeza de los hechos de esta hoguera global- o no pueden verlo
o no quieren verlo, bueno, la situación se torna un poco más
aterrorizante.

Una vez más, volvemos al problema: ¿qué está MAL con los
norteamericanos?

Ya sabemos que la "Tierra de la Libertad" ya no existe, ¿pero qué tal el


"Hogar de los Valientes"? No hace falta coraje para apoyar a un matón -
pero hace falta MUCHO coraje para levantarse contra uno. ¿Ha perdido
Norteamérica el coraje que la dio la fortaleza de estómago para
levantarse ante una de las potencias militares más poderosas del mundo
en su época -Inglaterra- para declarar su independencia y levantarse
por lo que es correcto? ¿Qué pasó con "Denme libertad o denme la
muerte"? ¡Porque ciertamente Norteamérica ha elegido la muerta al
renunciar a su libertad!

Mientras crecía en el oeste, mis hermanos y yo fuimos sujetos a


intensas "actitudes racistas" de nuestros padrastros. Vivíamos en una
pequeña comunidad granjera donde tal sistema de creencias es
generalmente pasado de una generación a la otra y sin que nadie la
cuestione realmente.

Sin embargo, a muy temprana edad, instintivamente me rebelé ante


esta visión del mundo. Parece que yo tenía una especie de amor
intrínseco y natural, respeto y fascinación por otras culturas y gente. Por
supuesto, eso volvió LOCOS a mis padrastros. Hubo mucha tensión
entre nosotros por esto.

Mi amor por y curiosidad por otras culturas me llevó a viajar


extensamente mientras crecía. Yo era curioso; quería explorar; quería
CONOCER. Cuando eventualmente me casé fuera de mi propia cultura,
bueno, había cruzado la línea y todo contacto con mi familia tuvo que
acabar. El precio que ellos estaban dispuestos a pagar por sus creencias
racistas era elevado -en mi opinión, más para ellos que para mí, aunque
ciertamente este rechazo fue doloroso.

Mi punto es, resistí este programa racista intensamente. Estaba todo el


tiempo alrededor de mí, en el pueblo, en las escuelas, en la iglesia a la
que asistíamos. Pero yo no quería ser parte de eso. Parece que iba en
contra de mi propia naturaleza. Pero para otros, parecía muy "natural"
aceptar esta programación cultural -estar "cómodo" en un entorno que
excluía prácticamente a todos los demás como seres humanos.

¿Es sólo "ignorancia"? ¿Son los norteamericanos sólo ignorantes e


ignorantes de su propia ignorancia? ¿Es esta ignorancia estrictamente
debido a la "programación de la cultura oficial" -programación que
parece estar diseñada para motivar ignorancia?

Una vez más parece como si hubiera dos tipos diferentes de personas y
dos modos diferentes de tratar con la cuestión de la ignorancia propia.

Cuando se les enfrenta con ciertos hechos de su propia ignorancia,


algunos individuos rechazan vehementemente SER ignorantes y
recurren a clichés y lugares comunes, incluso incluyendo el viejo dicho
sobre la diferencia entre "conocer a través de los libros" y "sentido
común". Otros, cuando se les confronta con su propia ignorancia,
inmediatamente se dan a la tarea de rectificarla no importa cuán
doloroso pueda ser.

La primera vez que me mudé al extranjero a los 21, rápidamente me di


cuenta de que era, como la mayoría de norteamericanos, abismalmente
ignorante con respecto a política. Descubrí -para mi gran pesar- que en
el país anfitrión, la mayoría de la gente promedio alrededor mío -
tenderos, estilistas, conductores de taxi- sabía más de lo que ocurría en
los EUA y el resto del mundo que yo; ¡MUCHO más! Yo no tenía IDEA de
las cosas que ocurrían que eran conocimiento común para otras gentes
en el mundo. Y aquí, no era simplemente una cuestión de tener una
opinión diferente a los demás. Era una cuestión de una casi completa
falta de INFORMACIÓN dentro de la misma nación que promueve la
democracia como la regla de una "ciudadanía informada". Me di cuenta
con asombrosa claridad de exactamente cuán ignorante era yo en ese
momento, y lo admití a mí mismo. Más aún, estaba avergonzado por mí
mismo y otros norteamericanos que eran vistos (y correctamente) como
igualmente ignorantes y "perdidos" política y culturalmente hablando.
PERO, debido a esta vergüenza y la comprensión de la extraordinaria
magnitud de mi ignorancia, determiné que debía hacer algo al respecto.

Pero hay tantos norteamericanos que -cuando encaran situaciones


similares, encaran su propia ignorancia- lo niegan agresivamente. Y
generalmente, la "última palabra" para ellos es: "¡Ah, el/ella no sabe de
qué demonios está hablando! Son ' extranjeros '". Y esa es la clave:
"extranjeros".

Los "extranjeros" simplemente no pueden saber nada porque no son


norteamericanos. Y los norteamericanos, por el simple hecho de tener el
mayor número de bombas en el planeta, siempre "saben" qué ocurre. O,
al menos, los líderes hacen y nosotros no tenemos que pensar en esas
cosas. Para eso elegimos a nuestros líderes, ¿no? ¡Para que ellos se
hagan cargo de toda la política aburrida y tediosa y nos dejen en paz
para ver "Sobreviviente" y el Súper Tazón y lavar nuestros nuevos
automóviles deportivos para que los vecinos se pongan verdes de
envidia!

Y lo dejan en eso. Es el modo preferente de manejar esas preguntas.


¡Olvídate de ese asunto de una "ciudadanía informada" y de cualquier
posible escándalo de que los ciudadanos de EUA no sólo NO están
informados, sino que están siendo deliberadamente DESinformados!

Ni siquiera se dan cuenta de que "Sobreviviente" lo está programando


con las mismas actitudes que muestran sus líderes -normalizándolas,
para decirlo de algún modo- y en el momento actual estas actitudes
están siendo manifestadas en sus propias vidas de un modo directo y
terrorífico. Para muchos en los EUA, su futuro es que no va a haber más
Súper Tazones, y el automóvil deportivo ciertamente no tiene suficientes
kilómetros por litro para llevarlos lo suficientemente lejos del terror que
los confrontará cuando sean "votados fuera de la isla" en el juego global
de "Sobreviviente".

¿Por qué existe esta condición? ¿Por qué hay tanta gente tan susceptible
a la "cultura oficial" y la propaganda de los medios masivos? ¿Por qué
hay tantas personas que son esclavos voluntarios de ella? ¿Y por qué
hay otros -una vez que la pregunta ha sido planteada- que comienzan a
buscar el conocimiento que revela al hombre detrás del telón?

Quizá es simplemente un asunto de una muy astuta e intensa


programación. ¿Quizá también es un asunto de la naturaleza de la
persona?

LKJ: Recientemente he considerado muchas ideas en un intento de


contestar esta pregunta. Los miembros de la Escuela del Futuro
Cuántico se han ocupado del estudio de la psicopatía y la seudo-
psicopatía desde hace ya dos años. Esto ciertamente ha preparado a la
mayoría de nosotros para ver al hombre atrás del telón, o, en este caso,
atrás de la "máscara de la cordura". Pero esto todavía no contesta la
pregunta de por qué el comportamiento psicopático parece estar tan
extendido en los EUA. (Eso no quiere decir que no exista en todas partes
-eso está dado por hecho.)

Linda Mealey, del Departamento de Psicología en el Colegio de St.


Benedict en St. Joseph, Minnesota, ha propuesto recientemente ciertas
ideas en su artículo: La Sociobiología de la Sociopatía: Un Modelo
Evolutivo Integrado. Estas ideas abordan la creciente psicopatía en la
cultura norteamericana al sugerir que en una sociedad competitiva -
capitalismo, por ejemplo- la psicopatía se adapta bien y es probable que
se incremente. Ella dice:

Hasta ahora he argumentado que hay algunos individuos que parecen


tener un genotipo que los dispone a [la psicopatía].

[La psicopatía describe] diferencias individuales dependientes de


frecuencia, genéticamente basadas, en estrategias de vida y empleo.
[Los psicópatas] siempre aparecen en todas las culturas, no importa
cuáles sean las condiciones socio-culturales. […]

La competencia incrementa el uso de estrategias antisociales y


maquiavélicas y pueden contrarrestar comportamiento pro-social…

Algunas culturas motivan la competitividad más que otras y estas


diferencias en valores sociales varían temporalmente y a través de las
culturas. […] A lo largo de ambas dimensiones, altos niveles de
competitividad son asociados con altos índices de crimen y
maquiavelismo.

Alta densidad de población, una forma indirecta de competencia, es


también asociada con una reducción de comportamiento pro-social y un
incremento de comportamiento anti-social. […] [Mealey, op. cit.]

La conclusión es que el modo de vida norteamericano ha optimizado la


supervivencia de psicópatas con la consecuencia de que es una
"estrategia de vida" que se adapta fácilmente y que es extremadamente
exitosa en la sociedad norteamericana, y por lo tanto ha incrementado
en la población en términos estrictamente genéticos. Aún más, como
consecuencia de una sociedad que se adapta para la psicopatía, muchos
individuos que NO son genéticamente psicópatas se han adaptado de
forma similar, volviéndose psicópatas "efectivos", o "sociópatas
secundarios".

(Muchos expertos diferencian entre sociópatas primarios y secundarios.


El primero es un sociópata porque tiene los "genes" y el segundo es más
o menos "creado" por su medio ambiente de víctima. Otros expertos se
refieren a estas dos categorías como "psicópatas" para el tipo genético y
"sociópatas" para el tipo reactivo. Nosotros preferimos esta última
distinción.)

Por supuesto, porque no tienen incapacidad intelectual, estos individuos


[psicópatas] progresarán normalmente en términos de desarrollo
cognitivo y adquirirán una teoría de la mente. Sus teorías, sin embargo,
serán formuladas puramente en términos instrumentales [¿qué puedo
conseguir por decir esto o aquello?], sin acceder a la comprensión
empática con la que la mayoría de nosotros contamos durante tanto
tiempo.

Pueden tener una excelente habilidad para predecir el comportamiento


de otros, sin la desventaja de emociones que "intervengan", actuando,
como hacen los jugadores profesionales de apuestas, basados
únicamente en leyes nomotéticas y datos actuariales en lugar de
corazonadas o sentimientos.

Para determinar cómo "jugar" en los encuentros sociales de la vida


diaria, utilizarán un acercamiento puramente de costo-beneficio, basado
en resultados personales inmediatos, sin "tomar en cuenta" las
reacciones emocionales de aquéllos con quienes están tratando.
Sin ningún amor real que los "comprometa" a cooperar, sin ninguna
ansiedad para prevenir el miedo a la "deserción", sin culpa para inspirar
arrepentimiento, son libres para jugar continuamente para el beneficio a
corto plazo.

Al mismo tiempo, debido a que cambios en la frecuencia de genes en la


población no serían capaces de llevar el paso con los rápidamente
cambiantes parámetros de interacciones sociales, una proporción
fluctuante adicional de sociopatía debería de resultar porque, en una
sociedad de [psicopatía], las circunstancias del medio ambiente hacen
una estrategia de vida antisocial más redituable que una pro-social.
[Mealey]

En otras palabras, en un mundo de psicópatas, quienes no son


psicópatas genéticos son inducidos a comportarse como psicópatas
simplemente para sobrevivir. Cuando las reglas están diseñadas para
hacer a una sociedad "adaptiva" a la psicopatía, todos se vuelven
psicópatas.

No se engañen por la palabra "psicópata". Muchos individuos creen que


el término describe a asesinos en masa o locos "con espuma en la
boca". Sea cual sea el nombre, este peligroso desorden de la
personalidad presenta tres realidades inquietantes: Su presencia parece
estar incrementando, es mucho más común de lo que se creía con
anterioridad, y no hay cura.

Lo que hace al psicópata tan aterrorizante y peligroso es que él o ella


porta una "Máscara de Cordura" completamente convincente. Al
principio esto puede hacer a dicha persona totalmente persuasiva y
convincentemente saludable, de acuerdo al psiquiatra Harvey Cleckley.
El Dr. Cleckley fue el primero en describir los síntomas clave de este
desorden.

Los psicópatas pueden ser muy sociables, aunque son antisociales


detrás de su "máscara" en el sentido de que sus "emociones" son una
completa farsa. Son maestros de manipular a otros para su beneficio
personal. Su encanto, de hecho, es legendario. "Como terapista, te
atraviesas con ello todo el tiempo, cuando un hombre es
misteriosamente controlado por un sociópata", explica el psicólogo
Melvin Zinder, coautor de Hombres Listos Malas Decisiones.

Los psicópatas son expertos para utilizar a la gente. Pueden pedir lo que
sea de quien sea sin sentir vergüenza y por su extrovertida y seductora
cordialidad, y su manejo de "¡pobre e inocente de mí! ¡Soy tan BUENA
persona y he sido tratado tan MAL!", la víctima invariablemente se ve
envuelta en una situación en la que le da al psicópata lo que está
pidiendo -sin importar cuán escandaloso sea.

Los psicópatas son maestros de falsificar emociones para manipular a


otros. Un psicólogo reportó que si de hecho los sorprendes cometiendo
un crimen, o diciendo una mentira, "inmediatamente van a justificar sus
acciones con autocompasión y echando la culpa a otro, creando una
escena que llegue al corazón con falsos sentimientos emocionales."
Estas emociones falsas son sólo para producir un efecto, como el
observador cuidadoso notará. El psicópata considera una victoria sobre
otra persona salirse con la suya o salir de un problema usando
emociones falsas.

Los psicópatas son incapaces de sentir angustia o remordimiento por las


consecuencias de sus actos. Pueden tranquilamente racionalizar su
insensible y extraño comportamiento mientras atribuyen malicia a todos
excepto a ellos mismos. Cuando se les sorprende en una mentira,
manipulan a otros o historias para su ventaja personal sin ningún miedo
de ser descubiertos -incluso si es obvio para todos alrededor que SERÁN
descubiertos.

Los psicópatas no pueden sentir miedo por ellos mismos, mucho menos
empatía por otros. La mayoría de la gente normal, cuando van a hacer
algo peligroso, ilegal o inmoral, sienten un incremento de preocupación,
nerviosismo o miedo. La culpa los puede abrumar e impedir que lleven a
cabo la acción.

El psicópata siente poco o nada.

Como resultado, la amenaza de castigo, incluso castigo doloroso, es un


asunto para reír para el psicópata. Pueden repetir los mismos actos
destructivos sin un solo sobresalto del corazón, así como buscar
emociones y peligros sin consideración de los posibles riesgos. Esto se
conoce como "hipoexcitación". O sea, muy poco -si es que hay algo-
realmente los excita; son más como máquinas que como humanos.

El psicópata parece estar lleno de algo equivalente a una gran codicia.


Manifiesta este estado interno de muchas formas. Una de las formas
más comunes es robar algo de valor de sus víctima (algo de valor), o
lastimar/calumniar a la víctima o algo o alguien que la víctima ama. En
la mente del psicópata, eso está justificado porque la víctima lo
contrarió, no le dio lo que quería, o lo rechazó.

Los psicópatas mienten por mentir. Pueden expresar el más profundo y


conmovedor mensaje sin que una sola palabra signifique nada para
ellos. También pueden contar las historias más extravagantes
simplemente para estar al centro de la atención y obtener lo que
quieren.

Un investigador de la psicopatía cuenta un ejemplo: Melissa era una


chica muy atractiva y extrovertida. Contactó a un abogado para
divorciarse y lo convenció de que su esposo le estaba arruinando la vida.

El abogado sintió lástima por ella mientras contaba los abusos que había
sufrido. Era tan convincente, que el abogado quiso ayudarla
personalmente. Con su carisma seductor, el abogado quedó
irremediablemente enamorado y comenzó a salir con Melissa. En cierto
punto, el abogado se rehusó a tomar acciones morales e ilegales que
Melissa pedía en contra del esposo ya separado.

En ese momento, ella levantó cargos por acoso sexual contra el abogado
para intentar forzarlo a hacer lo que ella quería. No se dio cuenta de
que, al hacer esto, se había expuesto por lo que era y no había ya
ninguna posibilidad de que el abogado se inclinara ante las presiones de
su chantaje. Después de mucho dolor y rompimiento de corazones,
Melissa renunció a los cargos y se mudó a otro estado. El abogado
comentó que nunca había estado tan emocionalmente abrumado en
toda su vida.

En efecto, usando su "actuación emocional", estos individuos pueden ser


realmente abrumadores. Su carisma puede inspirar tanto -su emoción
tan profunda y tan aparentemente sincera- que la gente simplemente
quiere estar a su alrededor, quiere ayudarlos, quiere dar todo y ayudar
a tan noble y atormentado ser. Lo que generalmente la víctima no ve es
que están alimentando una interminable hambre interna de control,
entusiasmo y reconocimiento del ego.

El psicópata está obsesionado con el control aún si dan la impresión de


ser desamparados. Su aparente sensibilidad emocional es realmente
parte de su función de control: Mientras más alto sea el nivel de
credibilidad que el psicópata pueda inducir en sus víctimas a través de
sus dramas, mayor será el "control" que el psicópata crea tener. Y de
hecho, es cierto. TIENEN el control cuando otros creen en sus mentiras.
Tristemente, el grado de creencia, el grado de "sumisión" a este control
vía una falsa representación, generalmente produce tanto dolor cuando
la verdad se vislumbra que la víctima preferiría continuar en la mentira
que encarar el hecho de que han sido embaucados. El psicópata cuenta
con ello. Es parte de sus "cálculos actuariales". Les da un sentimiento de
poder.

Es demasiado fácil caer bajo el hechizo de un psicópata carismático. Hay


muchos que cumplen las órdenes del psicópata sin darse cuenta de que
han sido sutil y astutamente controlados. Incluso pueden ser
manipulados para realizar actos criminales, o actos de sabotaje contra
otra -inocente- persona en nombre del psicópata. Muy a menudo,
cuando la víctima se da cuenta de esto, de que han ocasionado
sufrimiento en gente inocente a petición de un mentiroso, una vez más
prefieren negar esto que enfrentar la verdad de su propia perfidia y
credulidad.

El comportamiento psicopático parece ir al alza debido a la misma


naturaleza de la sociedad capitalista norteamericana. Los grandes
estafadores, encantadores y promotores de sí mismos en el área de
ventas son ejemplo perfecto de dónde puede el psicópata puede
prosperar. La industria del entretenimiento, la industria del deporte, el
mundo corporativo en el sistema capitalista, son todas áreas donde los
psicópatas naturalmente suben a la cima. Algunos observadores creen
que existe una conexión psicológica entre psicópatas (que tienden a ser
fracasados profesionalmente) y emprendedores narcisistas (que son
exitosos), porque ambos grupos comparten la altamente desarrollada
habilidad de manipular a otros para su propio beneficio. Ahora se piensa
que realmente son "lo mismo" pero que el psicópata "fracasado"
simplemente tiene un defecto en sus habilidades de cálculo. Los
narcisistas exitosos parecen ser perfectamente capaces de añadir a su
base de datos actuarial y "recalcular" y cambiar de curso y desarrollar
nuevas subrutinas con base a una continua entrada de información.

En general, el psicópata exitoso "calcula" cuánto pueden ganar en una


proporción de costo-beneficio de las alternativas. Entre los factores que
consideran más importante están dinero, poder, y gratificación de
deseos negativos. No son motivados por el refuerzo social como elogio o
por beneficios futuros. Se han hecho estudios que muestran que
encerrar a un psicópata no tiene absolutamente ningún efecto en ellos
en términos de modificar estrategias de vida. De hecho, se muestra que
los hace peores. Efectivamente, cuando se les encierra, los psicópatas
simplemente aprenden a ser mejores psicópatas.

Dado que el psicópata basa sus actividades en un diseño de cómo


obtener lo que quiere en su particular "teoría de la mente", resulta
didáctico echar un vistazo a este asunto. Tener una "teoría de la mente"
permite al individuo atribuir estados mentales (pensamientos,
percepciones y sentimientos) no sólo a uno mismo, sino a otros
individuos. Es, en efecto, una herramienta que nos permite predecir el
comportamiento de otros. Los individuos más exitosos son aquellos que
predicen más certeramente lo que otra persona hará dadas ciertas
circunstancias. Hoy en día, tenemos la Teoría del Juego que está siendo
utilizada para modelar muchos problemas sociales incluyendo la
psicopatía.

Cuando dos individuos interactúan uno con el otro, cada uno debe
decidir qué hacer sin conocimiento de lo que está haciendo el otro.
Imaginen que los dos jugadores son el gobierno y el público. En el
siguiente modelo, cada jugador enfrenta sólo una elección binaria:
comportarse éticamente ya sea haciendo leyes u obedeciéndolas.

Se asume que ambos jugadores están informados sobre todo excepto el


nivel de comportamiento ético del otro. Saben lo que significa
comportarse éticamente, y saben las consecuencias de ser expuesto
como no ético.

Hay tres elementos en el juego. 1) Los jugadores, 2) las estrategias


disponibles para cada uno de ellos, y 3) la recompensa que cada jugador
recibe por cada posible combinación de estrategias.

En un régimen legal, una parte está obligada a compensar a la otra por


daños bajo ciertas condiciones pero no bajo otras. Vamos a imaginar un
régimen donde el gobierno nunca sea tomado como responsable por las
pérdidas que sufra el público por su comportamiento no ético -en lugar
de eso, el público tiene que pagar por los daños infringidos por el
gobierno por comportamiento no ético.
La forma en que la recompensa es representada es generalmente en
términos de dinero. Esto es, cuánta inversión cada jugador tiene que
hacer en comportamiento ético y cuánta recompensa recibe cada
jugador por su inversión.

En este modelo, comportarse éticamente, de acuerdo a los estándares


sociales que son considerados la "norma", cuesta a cada jugador
$10.00. Cuando una ley perjudicial para el público es aprobada, le
cuesta al público $100.00. Damos por hecho que tales leyes serán
aprobadas a menos que ambos jugadores se comporten éticamente.

Luego, asumimos que la probabilidad de que una ley perjudicial sea


aprobada en el evento de que tanto el público como el gobierno se
comporten éticamente es de una en diez.

En un régimen legal en donde el gobierno nunca es tomado como


responsable por su comportamiento no ético, y si ni el gobierno ni el
público se comportan éticamente, el gobierno goza de una recompensa
de $0 y el público pierde $100 cuando una ley perjudicial al público es
aprobada.

Si ambos "invierten" en comportamiento ético, el gobierno tiene una


recompensa de menos $10 (el costo de comportarse éticamente) y el
público menos $20, que es la suma de los $10 invertidos en
comportarse éticamente MÁS los $10 de la probabilidad de uno en diez
de la pérdida de $100 si una ley perjudicial es aprobada.

Si el gobierno se comporta éticamente y el público no, resultando en la


aprobación de una ley perjudicial para par ala población, el gobierno
pierde los $10 invertidos en comportarse éticamente y el público pierde
los $100.

Si el gobierno no se comporta éticamente y el público sí, el gobierno


tiene una recompensa de $0 y el público pierde $110 del "costo de ser
ético" más la pérdida de la aprobación de leyes perjudiciales. Modelado
en una bi-matriz de Teoría del Juego, se ve así, con los dos números
representando la "recompensa" para la gente -el número de la izquierda
de cada par- y el gobierno -el número de la derecha de cada par.

Gobierno

No ético Ético

No Ético -100, 0 -100, -


Sociedad/Gente 10
Ético -110, 0 -20, -10

En breve, en este juego, al gobierno siempre le va mejor si no es ético y


podemos predecir la elección de estrategia del gobierno porque hay una
sola estrategia -no ética- que es mejor para el gobierno sin importar qué
elección tome el público. Ésta es una "estrategia estrictamente
dominante", o una estrategia que es la mejor elección para el jugador
sin importar qué decisiones tome el otro jugador.

Lo que es todavía peor es el hecho de que el público es PENALIZADO por


comportarse éticamente. Dado que sabemos que el gobierno, en el
régimen de arriba, nunca se comportará éticamente porque es su
estrategia dominante, nos encontramos con que el comportamiento
ético de parte del público en efecto cuesta MÁS que el comportamiento
no ético.

En breve, el comportamiento psicopático es de hecho una ADAPTACIÓN


POSITIVA en tal régimen.

El público, como pueden ver, ni siquiera puede minimizar sus pérdidas


comportándose éticamente. Le cuesta $110 ser ético, y sólo $100 no ser
ético.

Ahora, simplemente substituyan "psicópata" en el lugar del gobierno y


no-psicópata en el lugar del público, y comenzarán a entender por qué
el psicópata siempre va a ser psicópata. Si la "recompensa" es dolor
emocional de ser lastimado, o vergüenza por ser expuesto, en el mundo
del psicópata, esa consecuencia simplemente no existe, igual que en el
régimen legal de arriba el gobierno nunca es responsable por
comportamiento no ético. El psicópata vive en un mundo en que es
como un gobierno que nunca es tomado como responsable por el
comportamiento que es perjudicial a otros. Es así de simple. Y la forma
del juego arriba les dirá por qué los psicópatas en la población, igual que
en el gobierno, son capaces de inducir al público a aceptar leyes
perjudiciales. Simplemente no vale la pena ser ético. Si le sigues la
corriente al psicópata, pierdes. Si resistes al psicópata, pierdes aun más.

El [psicópata] no está familiarizado con los hechos primarios o datos de


lo que podrían ser llamados valores personales y es del todo incapaz de
entender tales asuntos. Es imposible para él tomar siquiera un leve
interés en la tragedia o alegría o la lucha de la humanidad como se
presenta en literatura seria o arte. También es indiferente a todos estos
asuntos en la vida misma. Belleza y fealdad, excepto en un sentido muy
superficial, bondad, maldad, amor, horror, y humor no tienen significado
real ni poder para conmoverlo. Más aun, carece de la habilidad para ver
que otros se conmueven. Es como si fuera ciego al color, a pesar de su
gran inteligencia, ante este aspecto de la existencia humana. No puede
serle explicado porque no hay nada en su órbita de conciencia que
pueda superar el hueco con una comparación. Puede repetir las palabras
y decir convincentemente que entiende, y no hay modo alguno para que
él se de cuenta de que no entiende. [Cleckley, H.M. (1941). La máscara
de la cordura: Un intento de reinterpretar la llamada personalidad
psicopática. St. Louis: The C.V. Mosby Company]

También quiere decir que tal persona es libre de escoger hacer cosas
que son potencialmente autodestructivas sin dar una sola indicación a
otro "jugador" de que su elección está basada enteramente en una falsa
ilusión. Muy a menudo, ellos "ganan" debido al total atrevimiento de sus
acciones que no está restringida por la conciencia que es una
construcción de emociones.

Es como un jugador de poker que no tiene absolutamente nada en la


mano, pero como está tan decidido a ganar, y está tan poco preocupado
por la posibilidad de perder porque mentir no produce absolutamente
ninguna reacción interna y emocional de miedo de ser descubierto o la
potencial vergüenza o desastre inherente a tal evento, es capaz de
blofear tan convincentemente que los otros jugadores -cualquiera de los
cuales podría tener una mano ganadora, se doblan y se retiran porque
están convencidos de que, por la confianza del psicópata, debe tener la
mano ganadora todo el tiempo.

Sólo que no la tiene.

Y esto quiere decir que la fuerza del psicópata también es su talón de


Aquiles. Una vez que ha sido observado, identificado, comprendido,
pierde su capacidad de blofear. Una vez que el conocimiento entra al
juego, el psicópata es expuesto, y pierde su habilidad de embaucar a los
otros jugadores. La parte triste es: tampoco tiene la habilidad de
aprender nada de esta experiencia aparte de cómo blofear mejor y más
convincentemente la próxima vez. El psicópata nunca se enoja cuando
es sorprendido en una mentira; solamente está preocupado con el
"control de daños" en términos de su habilidad de continuar
embaucando a otros.

Las sociedades pueden ser consideradas como "jugadores" en el modelo


de juego del psicópata.

El comportamiento pasado de una sociedad será usado por el psicópata


para predecir su comportamiento futuro. Como un jugador individual,
una sociedad tendrá una cierta probabilidad de detectar el engaño y una
memoria más o menos precisa de quién los ha engañado en el pasado,
así como una proclividad desarrollada o no a tomar represalias contra un
mentiroso o embaucador. Dado que el psicópata está utilizando un
acercamiento actuarial para determinar los costos y beneficios de
diferentes comportamientos (qué tanto se puede salir con la suya), es el
comportamiento pasado de la sociedad el que entrará en sus cálculos
más que la determinación del riesgo basado en cualquier "miedo o
ansiedad" de ser atrapado y castigado que la gente sentiría ante la
anticipación de hacer algo ilegal.

Por lo tanto, para reducir el comportamiento psicopático en la sociedad


y en el gobierno, una sociedad DEBE establecer y hacer respetar una
reputación de altos índices de detección del engaño e identificación de
los mentirosos, y una disponibilidad a tomar represalias. En otras
palabras, debe establecer una estrategia exitosa de disuasión.

Ya que el psicópata es particularmente incapaz de tomar decisiones


basado en consecuencias futuras, y es capaz sólo de enfocar su atención
en la gratificación inmediata -metas a corto plazo- es posible que se
pueda hacer cargo de tales individuos estableciendo una historia de una
expedita toma de represalias social. Esto es, identificar y castigar
mentirosos y embaucadores debe de ser tanto inmediato y predecible
que será inmediato.

Y aquí llegamos al asunto: en relación al mundo real, interacciones de


sociedades humanas a grande escala, reducir la psicopatía en nuestros
líderes depende de expandir la memoria colectiva de la sociedad del
comportamiento pasado de jugadores individuales.

Una ojeada razonable a las noticias revelará que las mentiras y el


engaño no son "cubiertas" tan minuciosamente como los apologistas
norteamericanos quisieran creer.

Incluso los norteamericanos menos informados tienen una idea de que


ciertamente hubo algo raro con la investigación del asesinato de John F.
Kennedy. En años recientes, el hombre a cargo de la Comisión Warren,
Gerald Ford, también un ex presidente, admitió haber "hecho trampa"
en el reporte.

Después vino Watergate, seguido del asunto de Irán-Contra, para no


mencionar el "Monica-gate". Y aquí sólo estamos mencionando algunos
asuntos sobresalientes familiares a todos los norteamericanos.

¿Qué consecuencias sufrieron los embaucadores de la sociedad?

Ninguna de la cual podamos hablar. De hecho, en casi cada caso, fueron


recompensados generosamente con aquellas cosas valiosas para el
psicópata: dinero y bienes materiales. ¡Si alguien piensa que se
sintieron avergonzados al ser expuestos públicamente, que piense otra
vez!

Pero lo que es de interés CRUCIAL aquí es el hecho de que el pueblo


norteamericano simplemente NO ha respondido a las revelaciones de
mentiras en el gobierno sin ninguna indignación que pudiera servir como
señal. En este momento, ni siquiera hay "indignación simbólica".

¿No les parece extraño?

Pero ya hemos notado la razón: el estilo de vida norteamericano ha


optimizado la sobrevivencia del psicópata, y en un mundo de psicópatas,
quienes no son psicópatas genéticos son inducidos a comportarse como
psicópatas simplemente para sobrevivir. Cuando las normas están
diseñadas para hacer a una sociedad "adaptiva" a la psicopatía, todos se
vuelven psicópatas. Como consecuencia, una gran cantidad de
norteamericanos son en efecto sociópatas. (Aquí usamos "sociópata"
como una designación de los individuos que no son psicópatas
genéticos.)
Y así, tenemos a George Bush y al Tercer Reich calculando qué tanto se
pueden salir con la suya viendo a la historia de las reacciones de los
norteamericanos al engaño.

No hay ninguna porque el sistema es adoptivo a la psicopatía. En otras


palabras, los norteamericanos apoyan a Bush y su agenda porque la
mayoría de ellos son COMO él.

Pero eso no es porque TODOS hayan nacido así. Es porque la psicopatía


es casi un requerimiento para sobrevivir en los Estados Unidos
Competitivos y Capitalistas.

Mientras que una sociedad se vuelve más grande y competitiva, los


individuos se vuelven más anónimos y más maquiavélicos. La
segregación y estratificación social llevan a sentimientos de inferioridad,
pesimismo y depresión entre las carencias, y esto promueve el uso de
"estrategias de engaño" en la vida, lo que luego hace el medio ambiente
más adoptivo para la psicopatía en general.

El comportamiento psicopático entre psicópatas no-genéticos podría ser


visto como un método funcional de obtener recursos atractivos,
incrementando el estatus de un individuo en un grupo local, e incluso
como un medio de proveer estímulo que la gente social y
financieramente exitosa encuentre como retos física e intelectualmente
aceptables. En otras palabras, el psicópata es un buscador de
sensaciones aburrido y frustrado que "no tiene la capacidad intelectual
para entretenerse y ocuparse" internamente. Tales individuos pueden
comenzar sus vidas en los niveles socio-económicos bajos, pero a
menudo suben a la cima.

En Estados Unidos de América muchos hogares son afectados por el


hecho de que el trabajo, divorcio, o ambos, han excluido a uno o ambos
padres de la interacción con sus hijos por la mayor parte del día. Esto es
una consecuencia de la economía Capitalista.

Cuando los padres están ausentes, o incluso cuando uno está presente
pero no posee suficiente conocimiento o información, los niños quedan a
merced de otros niños, una cultura moldeada por los medios. Armados
con controles de videojuegos y de televisores, los niños son guiados de
South Park y Jerry Springer a Mortal Kombat en el Nintendo. Los niños
normales se vuelven insensibles a la violencia. Niños más susceptibles -
niños con una herencia genética de psicopatía- son empujados hacia un
peligroso precipicio mental. Mientras tanto, el gobierno pasa leyes
regularmente, a demanda de los padres y la comunidad de psicólogos,
diseñadas a evitar imponer consecuencias al violento comportamiento
de junior.

En lo que respecta a la violencia de los medios, pocos investigadores


continúan disputando que las matanzas en la TV y en las películas tienen
un efecto en los niños que lo atestiguan. Abordados por los gráficos, los
niños aprenden a asociar chorros de "sangre" con la gratificación
primaria de anotar un "punto".

Una vez más, la economía controla la realidad.

Mientras que todos se apresurarán a admitir que probablemente hay


demasiada violencia en la televisión y que los comerciales son
probablemente puros desatinos, muy poca gente tiene un concepto real
de la precisa naturaleza y el grado de la influencia hipnótica de los
medios. Todavía menos tienen una idea de los propósitos tras este
aliciente. Wallace y Wallechinsky escriben en El Almanaque de la Gente:

"Después de la Segunda Guerra Mundial, la televisión floreció…


Psicólogos y sociólogos fueron llamados para estudiar la naturaleza
humana en relación con las ventas; en otras palabras, para averiguar
cómo manipular a la gente sin que se sienta manipulada. El Dr. Ernest
Dichter, Presidente del Instituto para la Investigación Motivacional
declaró en 1941… 'la agencia publicitaria exitosa manipula las
motivaciones y deseos humanos y desarrolla una necesidad de bienes
con los que el público en algún momento no fue familiar -quizá incluso
que no deseaba comprar.

Analizando la influencia de la televisión, Daniel Boorstin escribió:

'Aquí finalmente se encuentra un mercado de experiencia sustituta. Una


programación exitosa ofrece entretenimiento - bajo el disfraz de
instrucción; instrucción - bajo el disfraz de entretenimiento; persuasión
política - con el atractivo de la publicidad; y publicidad - con el atractivo
del drama.'

"La televisión programada no sólo sirve para esparcir aquiescencia y


conformidad, sino que representa un acercamiento industrial
deliberado." [citado por Wallace, Wallechinsky]

Aparte del hecho de que se ha conjeturado que la televisión es


extremadamente perjudicial para los niños y de que ahora se piensa que
la mayoría de los aspectos de deterioro de la sociedad pueden ser
atribuidos a los valores decadentes mostrados por la televisión, hay un
efecto más profundo e insidioso sobre la psique humana. Como dice la
cita, es una manipulación planeada y deliberada para esparcir
aquiescencia y conformidad y para hipnotizar a las masas a que se
sometan a la autoridad de los amos de la economía a través de su falso
profeta, la televisión.

Allen Funt, el conductor de un programa popular, Cámara Escondida, fue


una vez cuestionado sobre qué era lo más perturbador que había
aprendido sobre la gente durante los años de tratar con ellos a través de
los medios. Su respuesta fue espeluznante por sus ramificaciones:

"Lo peor, y lo veo una y otra vez, es qué fácil puede la gente ser guiada
por cualquier clase de figura de autoridad, o incluso la más mínima clase
de autoridad. Un hombre bien vestido camina hacia arriba por la
escalera eléctrica que baja y la mayoría de la gente se da la vuelta e
intentará desesperadamente subir también… Pusimos una señal en una
carretera, 'Delaware Cerrado Hoy'. Los automovilistas ni siquiera lo
cuestionaban. En lugar de eso preguntaban: '¿Está Jersey abierto hoy?'"
[citado por Wallace, Wallechinsky]

Un panorama se está formando de una sociedad deliberadamente ideada


para la conformidad televisada, insuficiencia literaria y creativa, e
inquietud social y decadencia. Tal parece ser que los medios son quienes
están a cargo de propagar estas condiciones, ¿y qué controla los
medios?

La economía capitalista y competitiva.

Parecería que los amos de la motivación, en los intereses de sus clientes


industriales, planearían la programación para traer condiciones sociales
benéficas - lo que de hecho podrían hacer. Tal parece que la autoridad
última en la programación televisiva se encuentra en las manos de los
publicistas, apoyados por las industrias cuyos productos han sido
vendidos. Con toda la información psicológica a la que tienen acceso,
parecería que utilizan la programación para corregir condiciones sociales
que les cuestan dinero. Más de 25 mil millones de dólares se gastan al
año para enseñar a trabajadores a leer y a escribir, después de
graduarse de los efectos combinados de un sistema de escuela pública y
la televisión. Se acepta que el floreciente índice de crimen, que también
le cuesta a estos gigantes industriales vastas sumas de dinero, es
principalmente atribuible a las frustraciones e insatisfacciones generadas
por la visión falsa de la realidad presentada en televisión.

¿Por qué no usan sus recursos financieros para ayudar a los amos de la
motivación a comprender cómo presentar programación que pueda
generar cambios positivos?

¿Es posible que las condiciones de la sociedad, incluyendo la respuesta


programada a una "mínima señal de autoridad" sean planeadas?
¿Alguien se tomaría la molestia de sugerir que las figuras y estudios
relacionados con la influencia perjudicial de la programación no les están
disponibles y que no se dan cuenta de que les está costando dinero? Si
ese es el caso, entonces son demasiado estúpidos para ser los árbitros
de nuestros valores y deberíamos descartarlos enteramente en cualquier
caso. Si este no es el caso, entonces debemos asumir que esta
manipulación tiene un objetivo.

Hay mucha evidencia para sustentar la idea de que este propósito, o el


objeto de esta manipulación, es crear suficiente desunión psicológica y
social - psicopatía social - para permitir la formación de un gobierno
totalitario a petición de la gente. También se teoriza que la "elite de la
riqueza" busca controlar el mundo entero desde atrás de la escena y es
para este fin que planean y financian varias acciones que aparecen ante
las masas como "accidentes" políticos e internacionales.
Franklin Delano Roosevelt dijo:

"En política nada ocurre por accidente; si ocurre, ¡pueden apostar que
fue planeado!"

Y se encontraba en una posición de saber.

Hay mucha evidencia para sustentar la noción de que las guerras son
fomentadas y peleadas para redistribuir estos balances de poder
financiero atrás de las escenas y que, a pesar de que nuestros padres,
hermanos, abuelos, tíos, primos e hijos mueran en estas acciones, son
meramente juegos de "Relaciones Internacionales" jugados por aquellos
cuyo dinero y posición les da poder absoluto para moldear nuestra
realidad para un fin infame.

El estrés psíquico de nuestro mundo se encuentra justo en el hogar. Allí


puede fácilmente actuar en cualquier niño que piense que "el mundo me
ha tratado mal" - un sentimiento expresado desde la realidad de la
existencia - una realidad creada por presiones económicas instituidas vía
Teoría del Juego.

¿Hay una solución?

La solución obvia sería un mundo en el que, como mínimo, el psicópata


- en el gobierno y en la sociedad - sea forzado a responder por su
comportamiento no ético. Pero los modelos de la Teoría del Juego
demuestran que el egoísmo es siempre la estrategia posible más
redituable para unidades que se reproducen.

¿Podría algún día ser una estrategia de evolución estable para la gente
ser innatamente desinteresada?

En general, la capacidad de engañar, competir y mentir ha probado ser


una adaptación estupendamente exitosa. Por lo tanto la idea de que la
presión de selección pueda causar que la impecabilidad se extienda en la
sociedad no parece posible en la práctica. No parece factible aventajar
genes que promueven la competitividad. Los "chicos buenos y amables"
son comidos o superados en reproducción. La gente feliz que se
encuentra inconsciente es comida o superada en reproducción. La
felicidad y la amabilidad son raras al punto del desvanecimiento, y la
miseria y sufrimiento de quienes son capaces de verdaderamente sentir,
quienes sienten empatía hacia otros seres humanos, quienes tienen
conciencia, son demasiado comunes.

Sin embargo, una predisposición a la conciencia y la ética puede


prevalecer si y cuando también sea capaz de implementar el más
profundo nivel de altruismo: haciendo del objeto de su empatía el más
alto ideal de mejorar el libre albedrío en un sentido abstracto, en
nombre de otros, incluyendo nuestros descendientes.
En breve, nuestro "interés personal" debe de ser conferido con la meta
de asegurar colectivamente que todos los demás sean felices y estén
bien; y asegurar que los niños que traemos al mundo tengan la opción
de ser constitutivamente felices y benevolentes unos hacia los otros.

Esto quiere decir que si la psicopatía amenaza el bienestar del grupo


futuro, entonces sólo puede ser enfrentada rehusándonos a permitir que
el ser sea dominado por ella en un sentido personal e individual.
Preservando el libre albedrío para el ser en un sentido práctico a fin de
cuentas también preserva el libre albedrío para otros. La protección de
nuestros derechos, así como de los derechos de otros, sustenta la
posición de libre albedrío y potencial para la felicidad de todos. Si los
psicópatas mutantes representan un peligro potencial entonces la
empatía verdadera, la ética verdadera, la conciencia verdadera, dictan
utilizar terapia profiláctica en contra de los psicópatas.

Y así es que identificar al psicópata, cesar nuestra interacción con él,


cortarlo de nuestra sociedad, volvernos no disponibles como "comida" u
objetos a ser embaucados y utilizados, es la única y más efectiva
estrategia que podemos jugar.

Parece ser una certeza, debido a la evidencia, que una transformación


positiva de la naturaleza humana no va a llegar a través un gran
despertar espiritual, reformas socio-económicas, o un deseo espontáneo
entre la gente del mundo de ser buena una con la otra. Pero es muy
posible que, a la larga, el programa psicopático del sufrimiento pierda
ímpetu porque la miseria no es una estrategia estable. En un estado de
miseria creciente, las víctimas intentarán escapar; y esta búsqueda los
llevará finalmente a preguntarse sobre el verdadero estado de su
miseria, y eso puede llevar a una sociedad de gente inteligente que
tenga la capacidad colectiva de hacerlo.

La perversion es el negativo de la neurosis (Sigmund


Freud). Mucho se habla hoy en
todos los entornos, clínicos, psicológicos y periodísticos sobre los
psicópatas. Yo mismo en este blog he hablado últimamente de los
aspectos benéficos que subyacen en la personalidad psicopática. Pero
lo cierto es que cuanto más leo sobre psicópatas más me doy cuenta
de que existe una enorme confusión entre esta palabra (que es un
término clásico y no un diagnóstico DSM) por ejemplo la palabra
“narcisismo” o la misma confusa etiqueta de “trastorno antisocial de la
personalidad”.

En mi opinión la confusión procede de un repudio. Del repudio de la


palabra “perversión” que en si misma como se verá enseguida supone
el ejercicio de un repudio, de un rechazo. Y en mi opinión es imposible
entender qué es un psicópata si antes no hemos sido capaces de
entender qué es perversión. Aunque naturalmente no todos los
perversos son psicópatas.
Probablemente la palabra “perversión” ha sido excluida del discurso
psiquiátrico y psicológico por mala conciencia. Está demasiado
vinculada a lo sexual. Y lo políticamente correcto hoy es considerar que
todos somos en cierta forma pervertidos sexuales, en el sentido de que
el sexo oral, los juegos sadomasoquistas o el fetichismo de la lencería
están tan extendidos en nuestras pulcras sociedades que
prácticamente todos estaríamos de acuerdo como dice Jesse Behring en
que todos somos perversos, sin embargo lo que define la perversión no
son las prácticas sexuales en concreto sino la manera en que volvemos
la espalda a un significante concreto.
Y si todos somos perversos lo mejor es liquidar esa palabra de los
diagnósticos operativos. Será por eso que las perversiones sexuales
han tomado el nombre criogénico de parafilias que le quita a las
palabras “desviaciones o aberraciones sexuales” todo el hierro y toda la
condena al infierno con que nos viene dada por la historia.

En realidad todos poseemos algunos rasgos perversos pero no todos


somos perversos. Y no siempre sexuales. De manera que Behring se
equivoca, todos somos, en cierta manera neuróticos con algunos
rastros perversos colgando pero los perversos son en realidad una
minoría. Y es una minoría porque ser perverso es bastante difícil y
exige operaciones psíquicas muy sofisticadas y extravagantes.

La operación más sofisticada que hacen los perversos es lo que


podemos llamar repudio o denegación. Pero lo importante, más allá del
rechazo moral que algunos actos perversos tienen para nosotros, es la
consideración freudiana de que perversión es algo así como “poner del
revés” o “invertir”. La idea fundamental es que los perversos no son
aquellos que cometen simples actos inmorales, pues lo perverso no es
una conducta: es una estructura psíquica.
Según Freud existen tres posiciones o estructuras psíquicas: la neurótica, la
psicótica y la perversa. Cada una de ellas utiliza un mecanismo nuclear
fundamental como defensa de los afectos, ideas, emociones o
sentimientos que entran en conflicto con el Superyó: los neuróticos
utilizan la represión, es decir ese no saber que pregunta, que interroga
y que plantea dilemas. El psicótico utiliza el rechazo absoluto, lo que
Lacan ha llamado la forclusión, una especie de obturación del agujero
psíquico que se agranda con cada embestida libidinal y el perverso que
utiliza el “repudio” que Freud llamaba “verleugnung”, que es un saber
que ya sabe y que por tanto no pregunta ni inquiere. El perverso sabe
que sus actos son inmorales, abyectos, irresponsables o ignominiosos
pero no le importa pues se comporta como un hombre hueco, una
conciencia vacía, a cambio mantiene la apariencia, la máscara de
normalidad, incluso su capacidad de dar una buena impresión a los
demás, pues conoce perfectamente las leyes que gobiernan entre las
personas.
Lo importante es comprender que la máscara del psicópata esconde un
vacío, una oquedad y que a veces puede ser compensado con una
gran hiperempatía, una empatía fría que se ocupa de saber cómo
piensan los demás, en esa dinámica depredador-presa que se
establece entre Brandon y sus “víctimas” como en esta escena de la
película de Steve Mc Queen (no confundir con el actor), titulada
“Shame” un verdadero tratado sobre esa perversión sexual que
llamamos “adicción al sexo” y que más que una adicción es una manera
de llenar ese vacío interior, ese despoblamiento de objetos interiores
que es el background del narcisismo, de la psicopatía y claro está de la
perversión..

¿Qué es la psicopatía?

El psicópata es el enfermo que sufre un trastorno de personalidad


caracterizado por un comportamiento eminentemente antisocial,
siendo frecuente la realización de actos en donde se infringen las
leyes, ya sean hurtos, estafas o similares, pudiendo llegar hasta el
secuestro o la agresión contra sus semejantes, todo ello sin que la
persona con psicopatía tenga reducida su inteligencia, y con una
aparente insensibilidad ante el dolor que pueda provocar en otros.

El término psicópata –ahora en desuso en el ambiente clínico– se


empieza a sustituir por el de sociópata. Actualmente está
encuadrado dentro de lo que se conoce como conducta antisocial,
que es aquella en la que el individuo manipula, transgrede y en
algunos casos violenta las normas sociales en beneficio propio, sin
importarle la moralidad, ni las consecuencias que sus actos puedan
tener sobre los demás.

Algunos estudios indican que en los últimos años se ha producido


un incremento de personas con este trastorno de la personalidad
antisocial, pudiendo llegarse a presentar en cuatro de cada cien
personas, dándose casi tres veces más en hombres que en mujeres.
Uno de los motivos puede estar en que en una sociedad cada vez
más competitiva, están mejor considerados aquellos individuos que
progresan, independientemente del medio que usen para
conseguirlo, fomentando así este individualismo, que a veces puede
ser el germen de una tendencia psicópata. A lo que, además, se une
un deseo en algunas personas de aprovecharse del otro e incluso de
hacer daño, sin sentimiento de culpa. A aquellos que no llegan a
expresarse violentamente se les denomina ‘psicópatas de guante
blanco’.
La mayoría de casos de psicopatía son precisamente de tipo no
violentos, más bien manipuladores, que consiguen lo que quieren a
cualquier precio, sin preocuparse de las consecuencias de sus actos.
Son personas que suelen llevar una vida aparentemente normal, a
pesar de lo cual el término ‘psicópata’ suele estar más asociado a
los casos de extrema violencia, debido a que son también los más
llamativos, pero en proporción el número de psicópatas que se
expresan así es ínfimo.

Causas de la psicopatía: ¿qué les lleva a actuar


así?
Sobre las causas que originan la psicopatía, todavía no están claras,
existiendo un factor genético que puede expresarse en éste u otro
trastorno, en función del ambiente en donde se desarrolle la
persona, pero lo que sí parece determinante es la falta de cariño
recibido de los padres durante la infancia del individuo afectado, así
como la despreocupación de estos por su educación moral; lo que
se proyecta en el afectado, ya desde la etapa escolar, en problemas
de conducta con sus compañeros.

Aunque no toda conducta inadecuada de este tipo durante la


infancia va a desembocar en una psicopatía, si es suficientemente
importante explorar los motivos por los que el pequeño molesta e
incluso agrede a sus compañeros, sin que en apariencia medie causa
para ello, con el fin de poder descartar la patología o, de
diagnosticarse, intervenir a tiempo, ya que cuanto antes se haga
mayor eficacia tiene el tratamiento para la psicopatía.

Igualmente, cabe reseñar que este trastorno de la personalidad


puede deberse a determinadas alternaciones cerebrales, sobre todo
en el lóbulo frontal, ya sea por malformación, enfermedad o lesión
cerebral.

Retrato de las emociones vistas por un


psicópata
“Casi todo el mundo piensa que sabe qué es una emoción
hasta que intenta definirla. En ese momento prácticamente
nadie afirma poder entenderla” (Wenger, Jones y
Jones,1962, pg. 3)
Desde 1987 la American Psychiartric Asocciation ha reemplazado el término
psicópata por el trastorno antisocial de la personalidad, aunque varios autores
optan por denominaciones diferentes en función a la agresividad, criminalidad,
conducta antisocial y sociopatía. Al hablar de personas con psicopatía lo hacemos
de individuos que procesan las emociones con áreas del cerebro que el común de
la población -sin esta patología mental- utilizan para funciones más cognitivas,
como la memoria o la planificación (datos tesis de la Universitat de Lleida).

Este tipo de individuos (un 1% de la población general; entre el 8 y el 18% de la


población penitenciaria europea) son una gran alarma social debido al alto índice
de delitos cometidos. Se distinguen por su asociabilidad y por la ausencia de
sentimiento de culpa.

Los primeros síntomas aparecen en la niñez, con bajo rendimiento educativo y


difícil inserción laboral. La conducta antisocial y, sobre todo, la delictiva,
comienzan a disminuir a partir de los 30 años, si bien, nunca suelen llegar a vivir
de una forma totalmente normalizada.

Estas personalidades antisociales, psicópatas o sociópatas sufren vacío


afectivo y hastío profundo. Son impulsivos, egocéntricos, narcisistas,
dominantes y carentes de remordimientos. Buscan, compulsivamente,
sensaciones intensas. No suelen mostrar signos de psicosis y nunca pierden el
contacto con la conciencia de la realidad, aunque cometan los crímenes más
atroces. Son fríos, calculadores y sistemáticos.

No obstante, todavía no se ha podido clarificar cuál es la causa de la


psicopatía, ni tampoco la diferencia de la mente del psicópata con respecto a la
de personas normales.

Criterios Según American Psychiatric Association para distinguir a una


persona de un trastorno antisocial:

Según el DSM IV (American Psychiatric Association, 2012), la psicopatía es un


síndrome de raíces biológicas que se manifiestan en patrones de conducta
determinados y en rasgos que denotan asociabilidad, a diferencia del resto de los
delincuentes que, al menos, poseen una subcultura delictiva con la que se pueden
identificar. Siguiendo los criterios del DSM IV, para diagnosticar a un individuo
de trastorno antisocial de la personalidad, se deben dar estas
características:

 (1) fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al


comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que
son motivo de detención
 (2) deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias,
estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer
 (3) impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
 (4) irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o
agresiones
 (5) despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
 (6) irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener
un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
 (7) falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación
del haber dañado, maltratado o robado a otros

Su relación con las emociones

Hay evidencias de que las emociones están involucrados en la activación de


uno de los sistemas cerebrales básicos:

1. El aversivo que se considera el negativo, controla el comportamiento de


rechazo.
2. El apetitivo llamado positivo, controla el comportamiento de aproximación.

Existe una comunicación entre estos sistemas básicos de aproximación y huida


con otras áreas cerebrales, incluyendo: el sistema de control de la atención,
memoria y el pensamiento, en las emociones pueden estar influidas por el
aprendizaje, las circunstancias y la información que se procese en ese momento.

La teoría de las emociones como el miedo, la aversión o la ira pueden


considerarse como reacciones defensivas fruto de experiencias pasadas y las
circunstancias de ese momento, este modelo no establece que el procesamiento
cognitivo se produzca con anterioridad o posterioridad a las emociones, en
realidad, el modelo permite ambas posibilidades.

El trastorno antisocial de la personalidad tal y como se describe en el DSM-IV está


muy relacionada con el factor comportamental pero no con el emocional de la
PCL.

La presión del trastorno antisocial de personalidad es mucho mayor (70-80%) que


la de psicopatía (25-30%), tal y como se define en el PCL-R.

¿Cómo estudiar la emoción?


Explicación desde dentro del individuo

Estudios de la emoción que no emplean lenguaje

 Explorar la capacidad de los sujetos de anticipar miedo o ansiedad cuando


esperan recibir un estímulo doloroso.
 Se considera que los psicópatas experimentan mucho menos miedo que los
no psicópatas, son menos sensibles frente al miedo a un castigo.
 Los psicópatas disminuyen la tasa cardiaca, es decir trataban al estímulo
doloroso como si fuera algo simplemente interesante.
 La respuesta al parpadeo: donde los psicópatas parpadean lo mismo frente
a imágenes desagradables o agradables, lo que siguiere que el valor
emocional que para ellos tiene ambas imágenes es muy parecido.
 La evaluación de contenido emocional que confieren las imágenes: Se les
pide que imaginen frases aprendidas previamente, unas neutras y otras con
elevada carga emocional, así un sujeto imagina cada frase con carga
emocional la tasa cardiaca aumenta
 En los sujetos psicópatas no existe apenas diferencia en el asa cardíaca
entre distintos estímulos porque lo que revela es una capacidad limitada
para sentirse afectados por las emociones.

Estudios de la emoción que sí emplean el lenguaje

Potenciales Evocados: colocando electrodos en la parte superior de la cabeza


de los sujetos, con la finalidad de medir la actividad cerebral que se desarrolla
como consecuencia de los estímulos que se presentan.

Los estudios dicen que los sujetos no psicópatas reaccionan con mayor rapidez y
acierto ante palabras emocionales, mientras que los psicópatas dan la misma
respuesta ante los estímulos con palabras, sin diferenciar las palabras neutrales
de la emocionales.

Psicópatas en el escáner: mediante un escáner se realiza el registro de la


actividad del flujo sanguíneo que circula en las diferentes partes del cerebro.

 Los cerebros de los psicópatas mostraron mayor actividad que los cerebros
de los no psicópatas ante las palabras emotivas que ante las neutras.
 Metáforas. Se explora la capacidad de comprender las metáforas. – Los
psicópatas emplean metáforas, ya que, en su comportamiento engañoso y
manipulativo, el lenguaje florido y figurativo juega un papel importante.
 No hubo diferencias en la comprensión del sentido literal de las metáforas,
pero cuando tenían que decidir la orientación emocional de las frases, los
psicópatas cometían errores graves.
 Lenguaje incongruente. Si un psicópata tiene dificultades para comprender
el sentido real, emocional, de las palabras, es lógico que muestre
incongruencias en las cosas que dice, pasando de un asunto a otro, y
concluyendo cosas que no siguen de lo dicho con anterioridad.
Autora: Raffaela Ricaurte, coordinadora de Desarrollo Externo de AEMPPI
Ecuador

Bibliografía:

-Raime, Adrian; Sanmartín, José. Violencia y psicopatía. Barcelona: Ariel, 2000.


304 p. 2ª ed. ISBN: 84-344-7470-0

-Leganés Gómez, Santiago; Ortolá Botella, María Ester. Criminología: parte


especial. Valencia: tirant lo blanch, 1999. 44 p. ISBN: 84-8002-816-5

-Revista internacional PLOS ONE Investigación del grupo Fundamentos biológicos


de los trastornos mentales del IRBLleida

-Los psicópatas procesan las emociones con áreas cognitivas del cerebro, según
una tesis de la UdL
Las personas con psicopatía procesan las emociones tesis de la Universitat de
Lleida (UdL). : http://www.europapress.es/catalunya/noticia-psicopatas-procesan-
emociones-areas-cognitivas-cerebro-tesis-udl-20170725111615.html

-Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales,


2012: https://psicovalero.files.wordpress.com/2014/06/manual-diagnc3b3stico-y-
estadc3adstico-de-los-trastornos-mentales-dsm-iv.pdf

Los psicópatas también tienen sentimientos. ¿Es posible curarles?

Saben manejar emociones si están vinculadas a sus


objetivos, como engañar y manipular a sus víctimas
Hace mucho que los psicópatas rondan nuestra imaginación. Nombres de
famosos asesinos como Jeffrey Dahmer y Ted Bundy nos despiertan una
curiosidad morbosa. Estos hombres cometieron crímenes tan salvajes, tan
increíblemente crueles, que resulta imposible entender cómo alguien pudo
hacer algo así. Las cabezas cortadas que Bundy guardaba como recuerdos en su
piso o las partes de cuerpos a medio comer almacenadas en la nevera de Dahmer
son el resultado de personalidades que simplemente no tienen explicación. Por
eso tiene sentido que al psicópata se le retrate con frecuencia como alguien frío y
sin miedo, y, sobre todo, como un depredador incapaz de sentir emociones
humanas. Sin embargo, la ciencia comienza ahora a sugerir que esto podría no
ser exactamente así.
Hoy en día existen evidencias suficientes de que los psicópatas pueden
experimentar emociones, aunque sólo en circunstancias concretas. Y de
que pueden reaccionar de manera emocionalmente normal cuando dicha
emoción es parte de su objetivo, o cuando se les invita a hacerlo ante formas
básicas y fáciles de percibir, o ante objetos individuales. Sin embargo,
sus reacciones a estos mismos estímulos son deficientes cuando su atención está
puesta en un objetivo diferente o en una situación compleja. Esto significa que,
aunque hay situaciones en las que los psicópatas son capaces de experimentar y
mostrar emociones, la complejidad les confunde.
Pensemos en uno de los déficits fundamentales de los psicópatas: su
incapacidad para experimentar arrepentimiento. En un estudio que
realizamos con el neurocientífico Joshua Buckholtz, de Harvard, pedimos a los
participantes que eligieran entre dos ruletas con las que había diferentes
probabilidades de ganar o perder dinero. Esta actividad permite medir dos tipos
de arrepentimiento: el retrospectivo, que es la experiencia emocional tras
descubrir que la otra opción habría sido mejor, y el arrepentimiento prospectivo,
cuando ponderamos los potenciales resultados de cada opción y qué decisión nos
causaría mayor arrepentimiento, todo lo cual nos ayuda a tomar una mejor
decisión. Los psicópatas afirmaron sentir arrepentimiento al comprobar cuánto
podrían haber ganado con el juego. Sin embargo, no fueron capaces de utilizar la
información de la que disponían sobre las diferentes opciones para anticipar el
arrepentimiento que podían llegar a sentir en el futuro, y para ajustar su toma de
decisiones de manera acorde. Es decir: padecen una falta de arrepentimiento
prospectivo, no retrospectivo.
Esta disfunción en concreto se hizo evidente en nuestro estudio al confrontar a un
participante con sus crímenes, que incluían robos, agresiones, drogas y muerte.
Este psicópata afirmó sentirse «mal por lo que había sucedido». Sin embargo,
también argumentó que sus crímenes le habían afectado mucho a él, no sólo
a su víctima, y que había muchas otras personas culpables de que hubiera
acabado en prisión, incluyendo el individuo que le delató, su horroroso abogado
de oficio que «no sabía organizarse», a todo lo cual se unía un juicio amañado.
Al preguntarle sobre su futuro, enumeraba con tono confiado y despreocupado
toda una lista de proyectos tales como montar su propio negocio como
desarrollador de aplicaciones para citas y «no buscarse problemas». Durante sus
declaraciones mostró un momento de arrepentimiento, pero su incapacidad para
entender las consecuencias de su comportamiento a largo plazo, tanto para la
víctima, como para su familia y para él mismo, sugerían que el momento
presente estaba desconectado de sus pensamientos futuros.
En otro estudio, con presos de una cárcel de máxima seguridad, nos enfocamos
en la presunta falta de miedo de los psicópatas. Nuestro laboratorio utilizó una
actividad que condicionaba a través del miedo, y que mostraba en una pantalla la
letra N (tanto en mayúscula como en minúscula), y una caja coloreada (roja o
verde). La caja roja significaba que el preso recibiría una descarga eléctrica y una
caja verde que no pasaría nada. En ciertos ejercicios el preso nos tenía que decir
el color de la caja (concentrándose así en aquello que representaba peligro). En
otros, si la letra era mayúscula o minúscula (concentrándose en aquello que no
representaba peligro), con la caja aún en pantalla. Los psicópatas reaccionaron
con miedo (según nos indicaba una alarma de actividad en la amígdala) cuando
tenían que fijarse en la caja (es decir, en el peligro). Sin embargo, mostraron un
déficit de temor en sus reacciones cuando tenían que decirnos el tipo de letra (con
la caja como objetivo secundario). Una vez más, no es que los psicópatas no
puedan experimentar emociones, sino que tienen una respuesta emocional
menor que los no psicópatas cuando están concentrados en otra cosa (la
emoción no era parte de su primer objetivo).
Los psicópatas tienen la capacidad de procesar y utilizar información si está
directamente vinculada con sus objetivos. Son, por ejemplo, excepcionales en
regular su comportamiento y utilizar las emociones para engañar, como
reconoció un participante en nuestro estudio en la prisión que afirmó que fingía
emociones de amor y protección para engatusar y manipular a sus parejas y
conseguir así alojamiento gratis, dinero y sexo. Pero cuando esta información
no tiene un interés prioritario para ellos, los psicópatas son menos capaces
de usarla y adaptarla para que tenga una función, como cuando dejan un trabajo
sin tener otro, aunque lo necesiten para mantener la libertad condicional, o
cuando buscan publicidad por un crimen aunque estén en busca y captura, a pesar
de las obvias consecuencias de semejante acción.
Compartir habitación con un psicópata hace que sientas que las paredes se te
caen encima, pero al mismo tiempo te lo puedes pasar bien con él. La
grandiosidad, el encanto y el control que despliega un psicópata hace que te
sientas desbordado e inseguro. Estos rasgos, junto con la falta de auténtica
emoción que muestran, contribuyen a la creencia de que son villanos y deberían
estar separados del resto de la sociedad. Pero ésta es una idea equivocada. Los
psicópatas son un problema no porque no sientan, sino porque tienen
dificultades para procesar la información de forma efectiva. No son personas
de sangre fría, simplemente son muy malos haciendo varias cosas a la vez. Así
que tenemos que averiguar cómo dirigirnos a la mente de un psicópata para
ayudarle a captar más información de su entorno, y reforzar su experiencia
emocional.
Parte de nuestras investigaciones más recientes se ha centrado en cómo cambiar
la mente de un psicópata. En 2015, trabajando con John Curtin y Joseph Newman
de la Universidad de Wisconsin-Madison, desarrollamos un programa de
rehabilitación por ordenador para ayudar a los psicópatas a estar más atentos a la
información que no estaba directamente relacionada con sus metas más
inmediatas. Durante seis semanas, a razón de una hora por semana, los
participantes practicaron juegos que incluían aprender a integrar información
emocional y no emocional con sus objetivos inmediatos. Al final, los psicópatas
mostraron signos de mejoría, lo cual sugiere que es posible identificar y tratar
las disfunciones cognitivo-emocionales de la psicopatía, y que los patrones
neuronales de comportamiento se pueden cambiar, incluso en aquellos
ciudadanos considerados como los más recalcitrantes de nuestra sociedad.

Así funciona la mente de un psicópata: «Su


sensación interna de impunidad es brutal»
«Yo estaba nervioso y sabía que en seguida la iba a estrangular.
Tenía una ligera erección, mi miembro estaba un poco duro. Me había
bajado el pantalón hasta las rodillas. Ella tenía un condón y me lo puso
sobre mi miembro. Me arrodillé sobre ella como siempre. Estaba sentado
bastante cerca de su cuello. Ella metió mi miembro en su boca, entonces
no podía mover mucho la cabeza porque se lo impedía mi pantalón, que
estaba bajado. Entonces revolví con mis manos su pelo rubio. Le dije que
tenía un pelo bonito y suave. Ella no respondió nada, parecía que no
había entendido nada. Entonces saqué mi miembro de su boca, puse mis
manos sobre su cuello y apreté fuerte».
Seis meses después de hacer esta confesión, en julio de 2007, Volker
Eckert se suicidó. El camionero alemán que relató el asesinato de
seis mujeres, el primero cometido a los quince años, ha sido uno de los
casos estudiados en el curso «Psicópatas: Cómo son, Acción Policial y
Respuesta Jurídica», organizado por el Instituto de Ciencias Forenses y
Seguridad (ICFS) y celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid.
«Los psicópatas se recrean tanto en los detalles que no los olvidan
nunca», reconoce Carlos Segarra, subinspector de la Unidad Central de
Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría General de la
Policía Judicial. Pero, ¿era un psicópata? Una respuesta afirmativa
parece encajar con el imaginario colectivo: a todas las mujeres las mató
de igual forma, guardaba trofeos, disfrutaba con la violencia, se recreaba
en los detalles. Pero la pregunta se plantea porque Eckert, una vez
detenido, confesó con todo lujo de detalles y poco después se suicidó,
pero los psicópatas no se arrepienten de sus actos. Uno de sus
rasgos definitorios es que no tienen remordimientos.
No siempre es fácil identificar un psicópata. Ni siquiera tener rasgos
psicopáticos implica acabar delinquiendo. De hecho, se calcula que entre
el 1,4 y el 3,4 por ciento de la población tiene estos rasgos en diferente
grado, pero entre la población carcelaria solo suponen un 16-24 por
ciento de los reclusos. Según los cálculos de los expertos, tres cuartas
partes de los psicópatas viven en la sociedad.
«Son gente con cara normal», resume Manuel de Juan Espinosa,
catedrático de Psicología de la UAM y director del ICFS. Entre los
psicópatas primarios, según la definición clásica, sus rasgos se basan en
la falta de empatía y remordimientos, pero también la facilidad de
palabra, el narcisismo, la mentira patológica, la manipulación, los afectos
superficiales o la incapacidad para aceptar la responsabilidad de sus
actos. Eso sí, «son las personas que querrían tener al lado en una
situación de peligro: son capaces de tomar decisiones cuando ustedes
están helados de miedo», explica. En los psicópatas secundarios los
rasgos cambian. Necesitan estímulos fuertes, se aburren con facilidad,
son más impulsivos, irresponsables y tienen un pobre autocontrol, entre
otros rasgos.
La prisión no los rehabilita. Al tercer año de libertad, entre el 70-80
por ciento de ellos ha reincidido. A los cinco años, el 90 por ciento. Hay
incluso estudios que aseguran que los psicópatas primarios que son
tratados psicológicamente reinciden más que los que no.
Sin miedo al castigo

En parte, esto se debe a que no sienten miedo ante el castigo y, sin ello,
es mucho más complicado formar una conciencia que impida que
delincan o que les provoque remordimientos después de actuar. «Su
sensación interna de impunidad es brutal», reconoce Manuel de Juan.
Un problema de base biológica que sin embargo no implica que no
puedan aprender.
Algo parecido ocurre con su falta de empatía. En diferentes estudios se
comprobó que no la sentían hacia los demás, pero sí hacia sí
mismos. Al final, los expertos han comprobado que que son capaces de
sentir pero no quieren. Tanto es así que es más fácil «crear un psicópata»
a través de la despersonalización (un proceso que llevan a cabo los
grupos terroristas con sus miembros), que lograr el proceso inverso de
una psicopatía hacia la normalidad.
La falta de miedo y de empatía, sin embargo, no les impide distinguir qué
está bien y qué está mal. Racionalmente son capaces de distinguir
perfectamente entre ambas y del daño que causan. «Saben lo que están
haciendo, pero con demasiada frecuencia tendemos a quitarles
responsabilidad», dice el director del ICFS. Una consideración crucial a
la hora de juzgar sus actos: por ello, en la mayoría de los tribunales está
arraigada la premisa de que la psicopatía no merma la culpabilidad.
Si actúan con mayor o menor frecuencia depende de si sienten colmados
sus deseos o si se sienten perseguidos. Eckert mató a su primera víctima
a los 15 años. El siguiente asesinato que confesó se produjo más de 20
años después. Para el alemán, el remordimiento llegó cuando vió que
estaba acabado. «No creo que los psicópatas tengan que mostrar
todos los rasgos de libro, no hay verdades absolutas», opina Segarra.
Aunque este es un caso claro, en la práctica hay muchas ocasiones en las
que los expertos se quedan con la duda. ¿Es un psicópata?

¿Cuántos psicópatas hay en el mundo?

Están entre nosotros, pueden ser nuestros vecinos o la persona que tenemos sentada al lado nuestro en la
barra de la cafetería que desayunamos, puede ser nuestro jefe en el trabajo o nuestro médico en el
consultorio… Cualquiera de ellos puede ser psicópata, un 1% de la población mundial lo es, lo que significa
que hay en el mundo 60 millones de psicópatas.

A mi la cifra me ha sorprendido, y sólo se refiere a los psicópatas que tiene censados la Organización Mundial
de la Salud.

Estoy trabajando en un libro sobre el cerebro y el tema de las enfermedades mentales es obligatorio. Quiero
recordar que los psicópatas pueden ser asesinos en serie, y lo más grave es que su particularidad principal es
su inteligencia, son terriblemente inteligentes. Otro de sus atributos importantes es su capacidad de manipular
a las personas a través de su gran persuasión, y esto lo consiguen porque, entre otras cosas, son seductores,
tienen encanto y carisma. Son personas que aparentan, y en realidad tienen, una gran seguridad de si
mismas.
Evidentemente también son egocéntricos, mentirosos, promiscuos, irresponsables, insensibles, carentes de
ansiedad y miedo, faltos de conciencia y remordimiento, y sin ninguna empatía. Pueden llegar a saber lo que
piensa otra persona, es decir, “entrar” en su cerebro sin que esto les produzca ningún tipo de emoción.

Tenemos psicópatas como Charles Manson, gran persuasor cuya psicopatía degeneró en locura; Calígula fue
otro psicópata que también degenero en loco. Jean-Bédel Bokassa que se comían a sus víctimas. Tal vez en
los aspectos de canibalismo, el autor de las historias de Hannibal Lecter, se inspiró en Bokassa, que invitó a
comer en una elegante y sibarítico ambiente de su palacio a un emisario de Giscard d’Estaing que, a media
comida, le solicitó que dejase en libertad a cierto prisionero que era conocido del presidente francés. Bokassa
impasible siguió comiendo y entre bocado y bocado, le explicó al emisario que era imposible liberar a la
persona que le solicitaba porque en ese momento se lo estaban comiendo.

Mi psicópata favorito en la ficción cinematográfica de “El silencio de los corderos” es Hannibal Lecter, que le
gusta la gastronomía hasta los límites de convertirse en un gourmet al que le encanta la carne humana bien
cocinada de sus víctimas. Culto, refinado y sibarita; amante del arte y de la música clásica. Adora a las
personas cultas y asesina y se come a los cretinos y los incultos. Aún lo recuerdo explicándole a Claris:
“Me comí el hígado acompañado de habas y un buen Chianti”.

¿Existen varios tipos de psicópatas?

¿Existen varios tipos de psicópatas? La respuesta es sí. Recordando la definición


proporcionada por el DSM-IV, consideramos la psicopatía como un trastorno de la
personalidad que se caracteriza por «un patrón general de desprecio y violación de los derechos de
los demás, que comienza en la niñez o la adolescencia temprana y continúa hasta la edad adulta.»
En ésta definición no se entiende que pueda existir más de una clase de psicopatía, sin
embargo, el doctor R. Hare llegó a la conclusión que dentro de ésta, pueden distinguirse tres
tipos de psicópatas:
 Psicópata primario
 Psicópata secundario
 Psicópata disocial.
A continuación, detallamos las características de cada uno de los tipos de psicópatas:

Tipos de psicopatía según Hare:


Psicópata Primario:
Se trata del tipo de psicopatía «más conocido» por todos. Representan al psicópata «perfecto»,
al perfil que todos conocemos y que durante los años se ha probado a representar en historias
y en el cine.
Su tratamiento es el más difícil de los tres casos. Se cree que no son capaces de entender el
significado de las palabras que designan a las emociones, como cualquier persona podría
hacer. Es lo que Cleckey llamó «afasia semántica».

Rasgos del psicópata primario:


 Encanto superficial: Si lo conocemos nos parecerá perfecto e irresistible. Una persona con una
buena apariencia física y que destaca por su carisma. Un profesional a la hora de disimular, de
disfrazarse de una persona atractiva y con un encanto especial. Aparenta ser digno de confianza,
pero lo hace solo para lograr lo que desea. Es capaz de disimular, de tapar su falta de empatía y
disfrazarse de una persona encantadora y atractiva, rebosante de confianza, sólo para lograr aquello
que desea.
 Manipulador: Su habilidad para controlar a las demás personas es uno de sus rasgos más
sobresalientes. Conoce lo que importa a otras personas, por lo que utilizará estos conocimientos
para obtener lo que quiere de ellas y conseguir sus propios objetivos.
 Inteligente: Sabe lo que quiere y como conseguirlo.
 Ausencia de delirios o pensamientos irracionales: En ningún momento podemos considerar que
su mente esté viendo cosas que no existen o se deje llevar por algún tipo de trastorno que domina
su comportamiento. Existe una ausencia total de ideas delirantes. Son conscientes al 100% de todo
lo que hacen, y tienen la total voluntad de realizar las acciones que realizan.
 Informal: Son casi incapaces de mantener compromisos o cumplir obligaciones.
 Ausencia total de sinceridad: Utilizan el engaño sin ningún pudor para conseguir sus objetivos.
Mienten por sistema, ya sea afirmando cosas que no son ciertas o simulando aspectos que no
existen. Estas conductas no les harán sentirse nerviosos en ningún momento y las desarrollan con
total tranquilidad. Si en algún momento son descubiertos, inventarán otra historia para continuar
con la artimaña que comenzaron y seguir sembrando la confusión en la otra persona.
 Incapaz de experimentar culpa o remordimiento: No experimentan algún tipo de culpabilidad
cuando hacen daño a otros. La empatía brilla totalmente por su ausencia.
 Incapaz de aprender de las experiencias: Ningún estímulo orientado a la modificación de la
conducta hará algún efecto en ellos. La probación o el castigo son técnicas inútiles para intentar
trabajar con ellos. No valoran las consecuencias de sus acciones.
 Extremamente egocéntrico: la única persona a la que aman son ellos mismos, por lo que su
autoestima solo les permite hablar de ellos mismos y sus magníficas cualidades.
 Incapacidad de amar: Si aman a alguien será de forma superficial. Es decir, harán parecer aman a
la otra persona, cuando en realidad no les despierta algún sentimiento. Saben que son conductas
socialmente aceptadas, por lo que simular que quieren a las personas de su entorno es una
asignatura obligada para parecer normal.
 Escasas relaciones interpersonales: En ningún momento mostrarán algún tipo de interés en
mantener una relación a largo plazo con una persona. Lo harán durante el tipo que la otra persona
le sirva para alcanzar el objetivo que se han fijado.
 Dificultad para seguir un plan de vida estable: Son personas irresponsables y con una necesidad
continua de experimentar estímulos. Por este motivo no se marcarán un plan de vida estable,
porque para ellos sería un aburrimiento. Van satisfaciendo las necesidad que le van surgiendo,
viviendo día a día en búsqueda de nuevas «emociones».

Psicópata Secundario:
La diferencia más importante con el psicópata primario es que pueden desarrollar algún
afecto hacia las personas que le rodean. De este modo, son capaces de experimentar algún
sentimiento de culpa, remordimiento o ansiedad.
Su personalidad es bastante parecida al psicópata primario, pero tendrán una tendencia a la
culpabilidad. Si llegan a vivir este sentimiento, les creará un desequilibrio que produce en ellos
angustia, crisis y una gran intranquilidad. Su conducta estaría motivada por problemas de
carácter neurótico.

Rasgos del psicópata secundario:


 Necesidad de estímulo continuo: cambian continuamente de actividad, sienten insatisfacción
general. El aburrimiento es insoportable para ellos.
 Son compulsivos: necesitan sensaciones cada vez más fuertes que les hagan aumentar
continuamente los niveles de adrenalina.
 Impulsivos e impacientes: no pueden esperar entre un suceso y otro, necesitan pasar a la acción
inmediatamente.
 Necesidad de afirmar su poder y dominación: la otra persona no puede tener alguna duda de que
él es un ser superior, y no dudará en usar la violencia para demostrarlo.
Psicópatas Disociales:
Son individuos que al igual que en los otros dos tipos de psicopatía, presentan conductas
antisociales. Es capaz de experimentar sentimientos de culpa, afecto y lealtad, al igual que el
psicópata secundario.
Sin embargo, no se esforzarán tanto en parecer «normales» e integrarse en la sociedad
mayoritaria en la que viven. Estarán integrados en ambientes marginales, con una subcultura
propia. Dentro de estos entornos sociales, tendrán una personalidad «normal» y se
desenvolverán adecuadamente en el grupo.

10 rasgos que definen a un


psicópata
No todos los criminales son psicópatas ni todos los psicópatas son
criminales. Veamos cualidades de personalidad que evidencian a un
psicópata.

El cine, sobre todo el proveniente de Hollywood, nos ha condicionado a asociar


psicópatas con asesinos sedientos de sangre, pero veremos que algunos de los rasgos
más comunes que se encuentran en las personalidades con un alto nivel de puntaje
en la escala psicopática no son específicamente negativos. Quizá te sorprendas al ver
que posees alguno de ellos. Los examinamos:

1. Falta de empatía
Un psicópata no puede sentir lo que sienten los demás. Un individuo con personalidad
psicópata entiende sus sentimientos pero no los siente. Así, si te ven llorando a causa de la
muerte de un ser querido, mostrará cierta compasión, pero no porque sienta una empatía
emocional real, sino solo por complacerte o por pura cortesía.

2. Poder de manipulación
Según The Sociopathic Style, el psicópata es capaz de reconocer de qué cuerda debe tirar o
qué botón es el que debe pulsar para engañar a otras personas, manipularlas y hacerles
creer lo que sea necesario para obtener un beneficio personal sin preocuparse del
impacto que esto pueda tener en los demás o en sus sentimientos.

3. Irresponsabilidad
El comportamiento impulsivo y la irresponsabilidad forman parte de su estilo de vida. Un
psicópata nunca admitiría sus errores y son capaces de volverse iracundos con cualquiera
que les acuse de algo. El objetivo de este comportamiento es conseguir que el que acusa
reflexione sobre ello y acabe sintiéndose culpable por haberse quejado o por haberle
hecho responsable de algo.

4. Narcisismo
El narcisismo es una cualidad con mucho peso. Los psicópatas generalmente se ven a sí
mismos como más inteligentes, más poderosos y más valiosos que cualquier otra persona
sobre la faz de la tierra. Suelen tener una extravagante percepción sobre sí mismos,
pensando que el mundo gira en torno a ellos mismos.

5. Mentirosos patológicos
La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente. Sus
vidas conforman una interminable tela de araña de mentiras. Las mentiras pueden
encuadrarse en muchos niveles: de niveles moderados hasta niveles exacerbados de
mentiras.

6. Encanto superficial
Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es
extrovertido, decidido y valiente. En ningún caso son tímidos ni temerosos de hacer o decir
lo que quieran, lo que puede ser malinterpretado como una alta autoestima. Sus miradas
siempre son inquisitivas.

7. Falta de remordimientos

Los psicópatas no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a


otros, o por cualquiera de sus acciones en general. La desazón o la pesadumbre no están en
su vocabulario.

8. Se aburren con facilidad


Los psicópatas tienen una necesidad irrefrenable de sobredosis de adrenalina,pues se
aburren con facilidad, por lo que siempre están buscando situaciones en las que la
excitación y la emoción sea el factor común.

9. Acoso o Bullying
Abusones de libro. Los psicópatas suelen hostigar a aquellos que no les aportan algún
beneficio, lo que implica que subordinados, ancianos, niños o, en la mayoría de los casos,
animales, se conviertan en víctimas. Disfrutan ejerciendo su poder sobre los más frágiles.
Intimidar o escupir palabras es lo suyo.

10. Poder y control


Ya hemos visto que los psicópatas tienen una necesidad obsesiva por ejercer poder y
control sobre otros. Sumado a esto, también son unos obsesos del control. Todo debe
hacerse de la manera en la que deseen o han expuesto.

curiosidades
Carismáticos, persuasivos, manipuladores, impulsivos, pero encantadores en un
principio. Así son los individuos que presentan psicopatía. Según algunos
estudios, un 1 % de la población es psicópata y, la mayoría de ellos, se
encuentran entre nosotros.
No todos los psicópatas son criminales ni se encuentran en prisión. Tampoco son
asesinos encapuchados ni individuos de apariencia siniestra, aunque el cine y la
literatura hayan publicitado ese retrato. Según Robert Hare, doctor en Psicología
y experto en psicopatía, la mayoría de ellos se encuentran entre nosotros, en el
ámbito político o en los negocios. Increíble, ¿verdad?
Los psicópatas no se encuentran desorientados ni presentan delirios o
alucinaciones; tampoco experimentan un gran estado de malestar. De hecho, son
personas bastante racionales, que son conscientes de lo que hacen y su
porqué. Es decir, sus comportamientos son frutos de elecciones libres. Ahora
bien, ¿qué hay detrás de esa fachada carismática y atractiva que suele
caracterizarlos? ¿Cuáles son sus mecanismos de actuación? ¿El funcionamiento
de su mente es diferente al de una persona empática? Profundicemos.

«No es sorprendente que muchos psicópatas sean considerados oficialmente


como criminales, pero muchos otros se hallan fuera de las prisiones y usan su
encanto y sus habilidades camaleónicas para abrirse camino en la
sociedad y dejar un rastro de vidas arruinadas detrás de él».

-Robert Hare-
Visión histórica
El término psicopatía significa literalmente ‘enfermedad mental’ (de psique,
‘mente’ y de pathos, ‘enfermedad’). No obstante, los medios de comunicación
suelen utilizarlo de forma indebida, ya que suelen emplearlo como sinónimo de
loco. La cuestión es que la psicopatía no debe entenderse como el resto de
enfermedades mentales; ya que, como dijimos anteriormente, los psicópatas son
racionales, eligen cómo comportarse y no experimentan malestar por su
condición.
A principios del siglo XX, el psiquiatra francés Philippe Pinel fue uno de los
primeros autores en escribir sobre psicópatas. Utilizaba el término
enfermedad mental sin delirio, para describir a esos individuos con conductas
caracterizadas por una marcada implacabilidad y una falta de restricciones.
Además, consideraba que eran moralmente neutros, concepción con la que no
están de acuerdo todos los autores, ya que para algunos los psicópatas se
encuentran moralmente enfermos.
En 1941, el psiquiatra americano Hervey Cleckley realizó la primera
descripción detallada de la psicopatía en su obra The Mask os Sanity. Este
libro se convirtió en toda una referencia entre los investigadores de la época.

«El [psicópata] no está familiarizado con los hechos o datos que definen lo que
podríamos llamar valores personales. Tiene una gran incapacidad para entender
tales temas. Por ejemplo, le es imposible dedicarle el más mínimo interés a la
tragedia o a la alegría humana representada en la literatura o el arte. También
permanece indiferente a esas mismas emociones en la vida real. Belleza y fealdad
(excepto de una manera muy superficial), bondad, maldad, amor, horror y
humor no tienen significado para él, no le motivan. Le falta,
desafortunadamente, la capacidad de ver que los demás se conmueven».

-Hervey Cleckley-

Más adelante, numerosos psiquiatras y profesionales de la investigación se han


dedicado al estudio de la psicopatía, pero si debemos destacar alguno por sus
avances, datos y resultados es Robert Hare. Este psiquiatra ha dedicado más de
tres décadas a la psicopatía, generando las escalas más utilizadas para valorar
esta dimensión: la PCL y la PCLR.
No obstante, Kent Kiehl, profesor de Psicología en la Universidad de Nuevo
México, y Kevin Dutton, psicólogo de la Universidad de Oxford, también son
autores muy reconocidos en el estudio de la psicopatía.
Como curiosidad, existe un extracto de una entrevista que realizó Dutton a un
psicópata en prisión que muestra la habilidad de este para cuestionarlo y
crearle confusión. En un momento determinado, el psicópata da a entender que si
una chica se negase a tener relaciones con él, sería capaz de conseguirlas de otra
manera. Dutton comienza a recoger para marcharse y le expresa que con la
entrevista ha aprendido que ellos dos están cableados de manera diferente y por
esa razón, el psicópata está en la cárcel y él fuera. Y el entrevistado le respondió:
“No dejes que te engañe tu cerebro, Kev, con todos esos exámenes que no te
dejan ver la realidad. Solo hay una diferencia entre tú y yo: yo lo quiero y voy a
por ello, tú lo quieres y no vas a por ello”.
“Estás asustado Kev, tienes miedo. Tienes miedo de todo, lo veo en tus
ojos.Miedo de las consecuencias. Miedo de que te cojan. Miedo de lo que
pensarán. Miedo de lo que te harán cuando vengan a llamar a tu puerta. Tienes
miedo de mí”.
“Mírate. Tienes razón, tú estás fuera y yo estoy aquí dentro. Pero… ¿quién es
libre, Kev? Libre de verdad, quiero decir. ¿Tú o yo? Piensa en ello esta
noche. ¿Dónde están los barrotes de verdad Kev? ¿Ahí afuera? (señala la
ventana). ¿O aquí dentro? ( y se toca la sien). Sin duda alguna, la conversación
sorprende y da para reflexionar.

Estilo de vida
Los psicópatas se caracterizan por llevar un estilo de vida crónicamente
inestable, sin dirección y en el que la violación de las normas sociales es un
factor común. «Lo hice porque así lo sentía» suele ser una de sus respuestas más
frecuentes ante cualquier cuestionamiento de sus acciones.
A menudo, son impulsivos para satisfacer su principal motivación, como
puede ser la obtención del placer o el alivio inmediato de cualquier
necesidad. Según los psicólogos Willian y Joan McCord son como niños
centrados en sus necesidades y que demandan que sean saciadas inmediatamente.
Otro rasgo característico es que su grado de control suele bajar cuando sienten
que alguien ataca su yo o compromete sus intereses. Cuando esto sucede, son
muy reactivos. Ahora bien, a pesar de que, en ocasiones, este control disminuya,
rara vez olvidan cuál es el propósito de lo que hacen, manteniendo la frialdad en
su comportamiento.
La necesidad de excitación es otro punto fuerte en su estilo de vida. Pueden
llegar a desear vivir en la cuerda floja o al límite porque es ahí donde encuentran
la acción, la intensidad o ese subidón que a veces, necesitan. De hecho, suelen
entregarse a situaciones de desenfreno emocional y son bastante intolerantes con
las rutinas.

Otros datos de curiosidad sobre la psicopatía


Los psicópatas conocen el significado de las palabras, pero cometen errores
al comprender su valor emocional. Es decir, les falta la dimensión emocional
del lenguaje. Esta carencia la suplen empleando frases que han visto utilizar a los
demás en situaciones parecidas. Sentencias que han tenido éxito para quienes las
emplearon y que pueden estar totalmente desconectadas de su estado emocional.
También suelen irse por las ramas en sus explicaciones, fracasar al conectar
frases de manera coherente y, gracias a una habilidad perfeccionada con la
práctica, son capaces de esquivar preguntas sin dar esta sensación.
Su discurso es fragmentado -muestran incoherencias y contradicciones-. Por
ejemplo, un psicópata en una entrevista afirmó que nunca había sido violento,
pero en otro momento confesó que tuvo que matar a alguien. Como curiosidad,
según las últimas investigaciones sugieren que los psicópatas mueven más las
manos, sobre todo, cuando hablan sobre aspectos emocionales.
Por otro lado, trabajan con una definición de conciencia muy intelectual.
Consideran que es el producto de las normas que los demás se inventan y que, al
igual que la culpabilidad, sirve como mecanismo de control social. Tiene muy
poco valor para ellos, como el amor y la compasión. Como vemos, el espectro
de la psicopatía es misterioso… a la par que interesante. De ahí que las
investigaciones sobre el tema sean tan importantes para seguir avanzando en el
conocimiento de la personalidad psicopática.
«Los psicópatas son depredadores que encandilan, manipulan y se abren camino
en la vida sin piedad, dejando una larga estela de corazones rotos, expectativas
arruinadas y billeteras vacías. Con una total carencia de conciencia y
sentimientos por los demás, toman lo que les apetece de la forma que les viene en
gana, sin respeto por las normas sociales y sin el menor rastro de arrepentimiento
o piedad».

-Robert Hare-

Perfil de un psicópata
En el cine se presentan los casos más llamativos de psicópatas, fríos y
calculadores, que cometen actos deplorables, sin sentir remordimiento por ello.
Sin llegar a los extremos de los casos excepcionales, el observar alguno de los
siguientes rasgos en un familiar o ser querido sería un buen indicio para llevarle a
consulta y empezar así a explorar si la persona sufre o no de psicopatía.

A pesar de que la psicopatía en grado extremo se suele reconocer por sus actos
delictivos, también existen otras manifestaciones que caracterizan a una persona
con este trastorno de la personalidad. Estos podrían ser algunos síntomas y rasgos
típicos del perfil de un psicópata:

 Muestra impasividad, e incluso frialdad, y falta de empatía con los


sentimientos de los otros.
 Manipulador, con cierto encanto personal, capaz de conseguir lo que
quiera de los demás.
 En su grado extremo se muestra eminentemente transgresor de las normas
sociales de convivencia, caracterizado por su conducta criminal y su
crueldad.
 Falta de culpa y de remordimiento en aquello que hace, a sabiendas del
daño que pueda estar causando.

 Tienen una capacidad de juicio claro, distinguiendo entre el bien y el mal,


con una inteligencia normal e incluso a veces superior a la media.

 Con incapacidad para formar relaciones personales o sociales sanas,


estables y duraderas.

 Ausencia de alucinaciones o delirios, o de estado de irritabilidad


o ansiedad que puedan conducir su comportamiento.
 Pensamiento y conducta guiados por el raciocinio y el pragmatismo, con
un escaso papel otorgado a los sentimientos, imbuido de lo que algunos
autores han denominado narcisismo social.

 No suelen sentir miedo ni responden temor al castigo de sus actos.

 No tienen en consideración la opinión de los demás, y no sufren tensión


por la desaprobación social por sus actos.

 Son personas aparentemente controladas, que tratan de llevar una vida


normal, ocultando sus verdaderas tensiones e intenciones.
 Son personas que no huyen de las situaciones de estrés y de riesgo, sino
que lo buscan, por ejemplo practicando deportes extremos como forma de
liberar sus tensiones internas.

 En algunos casos pueden mostrarse irritables e irascibles, pudiendo


desencadenarse una situación de violencia física o verbal sin que haya
motivo aparente para ello.

 Los psicópatas son personas que, además, suelen mostrar conductas


adictivas, ya sea en el ámbito comportamental como en el caso de
la cleptomanía o del consumo de sustancias ilegales.

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