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con Manuel Freiría

III
El sustrato
Manual de Cultivo letras@growlandia.com

III
El Sustrato

EL SUELO

El suelo es el lugar físico donde se asientan las actividades humanas. En el posamos nuestros pies,
construimos nuestras casas y cultivamos nuestra comida.

Desde un punto de vista del cultivador, el suelo es un ecosistema compuesto de una parte mineral,
otra animal (visible y microscópica) y también de agua y aire.

En el radica el funcionamiento del sistema agrario, ya que en el suelo habitan los des-compone-
dores, que son bacterias que se encargan de convertir la materia orgánica en alimentos asimila-
bles por las plantas.

Este complejo sistema se alimenta de energía solar y trabaja como una especie de circuito cerrado, una
especie de círculo donde cada ser primero come para luego de una forma u otra servir de alimento a
otros seres.

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Desde el punto de vista de la planta, el suelo es el lugar donde enterrar sus raíces para sujetarse,
lo primero, y de donde tomar alimento y agua.

La elección de la tierra, es junto con la de las semillas la decisión más importante que vamos a tomar
como cultivadores. Tanto si plantamos en interior como en exterior -jardín o guerrilla- debemos con-
seguir SIEMPRE:

• Una cantidad suficiente de tierra donde las raíces puedan penetrar fácilmente. La cantidad
“suficiente” dependerá del tamaño que llegue a alcanzar la planta que estemos cultivando, y
debemos hablar de como mínimo 25 o 30 litros en maceta, así que vayan olvidando las macetas
de 4 litros donde las abuelas cultivan geranios. Es necesaria la abundancia de tierra para que las
raíces puedan extenderse.

• Que la tierra contenga suficiente cantidad de nutrientes para dar comida a la planta du-
rante todo su ciclo de vida, desde que nace hasta que es cosechada.

• Que tenga capacidad de aireación para que como os decía las raíces puedan extenderse
sin dificultad hasta donde les venga bien.

• Que retenga la humedad, pero que a la vez no se quede encharcada cuando reguemos.

Una tierra de buena calidad, comprada en el vivero o en el grow, cuando se aprieta en el puño hace
como una esponja, que tiende a recuperar su forma en cuanto aflojas la presión. Además vemos que
tiene un peculiar olor a musgo, a bosque.

Si por el contrario deseamos fabricar nuestra propia tierra, podemos usar la siguiente mezcla: 50 partes
de turba, 20 partes de humus de lombriz, 20 partes de perlita y 10 partes de tierra para orquídeas. El
humus de lombriz son los restos (la caca) de la materia orgánica que se han comido las lombrices.
La perlita es una roca a la que se le proporciona un tratamiento térmico que le proporciona una gran
esponjosidad y ligereza, lo que le permite retener agua y dar mucha aireación al suelo. La tierra para
orquídeas es un sustrato especialmente poroso, fabricado a partir de musgo, pequeños trozos de cor-
teza, y restos de madera.

Esta es una mezcla altamente recomendable para cualquier tipo de cultivo ya que: Drena y mantiene la
humedad gracias a la perlita, se consigue un notable incremento de la aireación con las partículas más
gruesas aportadas por el sustrato para orquídeas, y tendremos un abono equilibrado y de liberación
lenta proporcionado por el humus de lombriz.

Si vamos a cultivar en exterior, podemos hacer un buen hoyo y rellenarlo de nuestra tierra fa-
vorita, o bien podemos preparar el suelo con abono con unos meses de antelación, para que se
vaya descomponiendo y tenga los nutrientes disponibles para primavera, cuando plantemos a
nuestras niñas.

Si el cultivo lo vamos a realizar en guerrilla, debemos buscar un lugar donde el suelo sea de color oscu-
ro y tenga algo de humedad. En este caso, es inevitable anticiparse unos meses a la plantación y prepa-
rar los hoyos donde vayamos a poner las plantas y dejarlos abiertos para que la naturaleza se encargue
de llenar la tierra (tanto la del agujero como la que hará de relleno) de organismos beneficiosos.

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Esto no será necesario si somos capaces de transportar la tierra preparada necesaria hasta nuestra
plantación.

Una cuestión que no debemos pasar por alto es el color de las macetas donde plantaremos a
nuestra medicina. Sí, el color. Parece una guasa, pero las macetas de color negro, cuando están
expuestas al sol veraniego durante toda una jornada actúan como colectores solares acele-
rando la evaporación y cociendo literalmente las raíces. Por ello nos decantaremos por colores
claros o bien por cubrir los maceteros de papel de aluminio que refleje la luz del sol para que
no se nos achicharren.

Bien, te esperamos mientras vas a preguntar por las semillas y la tierra a tu grow favorito.
Estamos a punto de iniciar una aventura fascinante:

¡El cultivo de nuestra propia Marihuana!

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