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Cómo Integrar la Técnica del Jhong-So

en el Flujo de la Meditación

1. Preparación: Relajación del cuerpo y la mente


Preparación: Jhongh-So puede practicarse en cualquier momento, en cualquier lugar. Es ideal practicar los
ejercicios de Energetización, oración y el canto justo antes de practicar Jhongh-So.

Postura: Siéntate derecho. Coloca las manos con las palmas hacia arriba, en los muslos, en la unión de los
muslos y el abdomen. Mantén el corazón elevado y la barbilla al nivel del piso/suelo.

Ojos: Con los ojos cerrados, eleva la mirada (Ver la foto para que te ayude a buscar la posición de los ojos,
elevando el brazo, luego relaja el brazo.) Es como si estuvieras mirando hacia la cima de una montaña. Siente
como si tus ojos estuvieran descansando en esta posición, no intentando mirar algo concreto en la distancia.
Si los ojos se cruzan, como si estuvieras viendo a la punta de la nariz o a la frente, producirá tensión y posi-
blemente dolor de cabeza.

Tensa y relaja con doble respiración (también conocida como la Respiración Medida): Inhala con una
respiración doble, por la nariz, retén la respiración y tensa todo el cuerpo. Después exhala con una respiración
doble a través de la boca y relájate completamente. Haz esto al menos 3 veces.

Respiración medida: Inhala lentamente por la nariz de 5 a 8 tiempos. Mantén la respiración el mismo número
de tiempos. Exhala por la nariz el mismo número de tiempos. Y comienza la siguiente inhalación inmediata-
mente después de la exhalación. Hacer de 6 a 10 ciclos, haciéndolo tan lentamente como sea posible y con
comodidad.

2. Concentración: La Técnica de Jhong-So


Observa la respiración: Cuando el aire quiere entrar de nuevo, observa su movimiento, sin controlarlo. Ob-
serva la respiración donde la sientas, sin controlarla, ya sea en los pulmones, o en las fosas nasales. Se un
observador imparcial. Simplemente permanece atento a lo que la respiración hace por sí misma de forma na-
tural. El lugar más importante para notar el aire es dentro de la nariz. Para ayudarte a sentir el movimiento del
aire, relaja el interior de la nariz. A medida que se calma, observa el aire como se va elevando dentro de la
nariz, hasta que tu atención esté en la parte superior de la nariz. Siente como si el movimiento del aire estimu-
lase el ojo espiritual.

Repite Jhong So: Cuando la respiración fluye con la inhalación, mentalmente repite "Jhooong". Cuando el

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aire sale con la exhalación, mentalmente repite "Sooo". Deja que el flujo natural de la respiración dicte el
ritmo. Si las pausas comienzan a suceder naturalmente entre las respiraciones, disfruta de esas pausas sin
forzar a que sean más largas. Jhong-So es un mantra sánscrito que significa "Yo soy Espíritu", o "Yo ofrezco
mi pequeño yo en mi Ser Superior".

Integra Movimiento del Dedo derecho: Cuando el aire quiere entrar, lleva ligeramente el dedo índice dere-
cho hacia la palma de la mano. Cuando el aire quiere salir, retirar el dedo de la palma. Este movimiento puede
ayudarte a sintonizar la respiración y profundizar tu concentración. También puede ser útil para sintonizar con
los aspectos más profundos y espirituales de la práctica de Jhong-So.

Recuerda que es un movimiento pequeño y a medida que tu mente y respiración se vuelven más silenciosas,
el movimiento disminuirá naturalmente, tal vez llegando a ser tan leve que un observador no lo notará.
Cuando estás profundamente interiorizado, el movimiento puede detenerse de forma natural por completo.

Cómo terminar la práctica de Jhong-So:

Práctica Jhong-So durante los primeros 3/4 del tiempo de meditación. Al final, después de inhalar una vez,
exhala suavemente, tres veces en rápida sucesión. Esta triple exhalación será principalmente a través de la
boca, pero deja la nariz relajada y abierta.

Después de esto, disfruta ese momento en que no se produce la respiración, no lo fuerces, deja que sea natu-
ral y agradable. Cuando la respiración empiece a fluir de nuevo, ignórala y deja que el cuerpo respire como lo
desee. NO reanudar el mantra de Jhong-So ni mover el dedo.

Ahora estás entrando en la tercera fase de la meditación: la expansión.

3.- Expansión: La verdadera meditación


Durante el último ¼ del tiempo de meditación, disfruta de los frutos de tu práctica: quizás puedas sentir una
sensación de paz profunda, alegría, amor u otra cualidad divina. Disfruta, profundiza en ellos, absorbete en
esa cualidad mientras te sientas en esa tranquilidad física y mental. Esta es la verdadera meditación: un es-
tado de ser, no una técnica.

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