En esa línea de lectura, el animal, la relación con el animal, es
decisiva en la medida en que condensa ese revés de la civilización que es la
violencia soberana: el animal es la “bestia” derridiana, irracional pero también cruel y estúpida, que encarna la amenaza absoluta al orden civil, a la ley y a las pedagogías civilizatorias; es el bárbaro, el animal con forma humana, como dice Agamben Esto no es un documento