Sei sulla pagina 1di 7

Que influyo al gobierno de reino unido a mantener una política de

apaciguamiento frente a las acciones alemanas

Política de apaciguamiento:
A partir de 1935, la política exterior del nazismo estará dirigida a recuperar parte de las

posiciones perdidas con el Tratado de Versalles. En 1935, inició un plebiscito en el Sarre

para volver a incorporar ese territorio dentro de las fronteras alemanas. En 1936 invadirá la

Renania y la convertirá en una provincia alemana. Al mismo tiempo, ese año comenzará la

remilitarización del ejército y las fuerzas armadas, rompiendo con las cláusulas del Tratado

que limitan la cantidad de efectivos militares y el armamento. Un año después de estos

acontecimientos, Japón invadía China y la guerra estallaba en el pacífico. La búsqueda de un

Nuevo Orden Asiático por parte de la potencia nipona y sus dirigentes nacionalistas llevaron

a acelerar la política expansionista japonesa. Al ver que ni Japón ni Italia recibían fuertes

castigos por los atropellos a otras naciones, Hitler dará su primer movimiento fuerte en

política exterior: el 12 de marzo de 1938 comenzará la anexión de Austria conocida como

Anschluss. Austria quedaba incorporada a la nación alemana y se cumplía el sueño de

algunos viejos pangermanistas que venían pidiendo esta unión hace mucho tiempo. Pero la

ambición de Hitler no se detendrá con la incorporación de Austria. Seguida a la misma,

iniciará los planes para incorporar a Checoslovaquia. Ante esta situación, tanto Francia como

Inglaterra intentaron por todos los medios posibles no llegar a una guerra. Para ello, el primer

ministro inglés llevó adelante una política conocida como “el apaciguamiento” en la cual

intentaba contener las ambiciones de Hitler y evitar de esta manera, bajo acuerdos, la guerra.

Esta política tendrá su apogeo el 30 de junio de 1938 cuando se reúnan en Múnich las cuatro
grandes potencias, Francia, Italia, Inglaterra y Alemania, para solucionar la crisis de los

sudetes (Checoslovaquia).

El acuerdo final fué la concesión de Francia e Inglaterra a Hitler de los sudetes checoslovacos

a cambio de frenar todo futuro anhelo expansionista en el continente. Los recibimientos tanto

para Chamberlain como para Daladier, primer ministro inglés y francés, fueron de una

ovación inimaginada. Sin embargo, sólo consiguieron darle más tiempo a Hitler para que

reorganice sus fuerzas para los acontecimientos venideros, 14 Overy, Richard. Por qué

ganaron los Aliados. Ed. Tusquets, 2011. Revista Relaciones Internacionales – Nº 48

(Segmento Digital) Instituto de Relaciones Internacionales - U.N.L.P - 2015 15 nunca

comprendieron el programa que intentaba llevar adelante el nazismo. El error aquí presente

fue creer que cediendo a algunas concesiones se podría evitar la guerra. La guerra era

inevitable desde el momento en que Hitler observó la debilidad de las democracias liberales

y la posibilidad de concretar sus planes sin grandes enfrentamientos

El apaciguamiento significa hacer concesiones a un contrincante peligroso, pero todavía en

apariencia controlable, con la esperanza de que sus aspiraciones queden satisfechas sin

necesidad de ir a la guerra o entregarle intereses vitales. El apaciguamiento, por tanto, se

sustenta en la expectativa de que el adversario evalúe racionalmente las diferencias en juego

y sea capaz de llegar a compromisos mutuamente aceptables. En sí misma, una política de

apaciguamiento no es buena ni mala; todo depende de las circunstancias y de la naturaleza

del contrincante con el que se negocia. El desafío fundamental para toda política de

apaciguamiento consiste entonces en comprender la naturaleza del enemigo.

Este concepto de apaciguamiento (appeasement) está normalmente asociado a la figura de

Neville Chamberlain y tiene un claro matiz peyorativo.


Sin embargo, para comprender plenamente la postura del líder conservador británico es

necesario remontarse al Tratado de Versalles (1919). Muchos, especialmente entre la opinión

pública británica, consideraban que Alemania había sido maltratada en la Conferencia de

París. Las exorbitadas reparaciones de guerra o la injusta aplicación del principio de las

nacionalidades en Austria, Danzig o los Sudetes, hacían que muchos fueran proclives a una

revisión del Tratado. A todo ello se le unía el vivo deseo de evitar de nuevo los horrores de

la Gran Guerra y la conciencia del relativo declive de un poder británico que debía hacer

frente a múltiples desafíos en todo el planeta.

La falta de reacción ante la invasión japonesa de Manchuria en 1931, el acuerdo naval anglo-

alemán de 1935, en el que Londres se avenía a ignorar las cláusulas de Versalles, la nula

respuesta a la ocupación de Renania en 1936... son claras muestras de la actitud británica.

Cuando Neville Chamberlain accede al cargo de primer ministro lo único que hace es

continuar una política bien asentada. Chamberlain, por un lado, pensaba, equivocadamente,

que Hitler era un hombre con el que se podía llegar a acuerdos, por otro lado, desconfiaba

profundamente de la URSS. Esto explica su tácita aprobación del Anschluss en 1938 y su

convicción, cuando estalló la crisis de los Sudetes en 1938, de que el pueblo británico no iría

a la guerra "por una disputa en un lejano país entre gente de la que no conocemos nada". La

firma del Pacto de Munich era la consecuencia evidente de este planteamiento. Lo cierto es

que la mayor parte de la opinión pública británica vitoreó a Chamberlain a su regreso de

Munich. Era el hombre que había conseguido "la paz para su tiempo".

La realidad estalló ante los ojos británicos en marzo de 1939 con la ocupación nazi de

Checoslovaquia. El apaciguamiento había llegado a su fin y Gran Bretaña y Francia

prometieron apoyar a Polonia en caso de ser atacada. El pacto germano-soviético en agosto

de 1939 abrió el camino al ataque alemán a Polonia y a la guerra general.


La política de apaciguamiento se reveló como un rotundo fracaso: lejos de satisfacer a Hitler,

la actitud de Chamberlain persuadió a Alemania de que Francia y Gran Bretaña

permanecerían de nuevo inactivas si atacaba a Polonia. De hecho, facilitó el estallido de un

conflicto que iba a superar con creces los horrores de la primera guerra mundial.

Las constantes violaciones de Adolf Hitler a los distintos tratados internacionales, como

sucedió con la militarización de Renania, región occidental alemana donde el Tratado de

Versalles en 1918 había prohibido a Alemania establecer fuerzas militares, arsenales o

fortificaciones. Cuando Hitler envía en 1936 tropas de la Wehrmacht a estacionarse en

Renania, Gran Bretaña se niega a protestar por esta ruptura del Tratado de Versalles. Sin

apoyo británico, Francia acepta también sin queja alguna esta violación de dicho tratado. La

política de apaciguamiento impide el mismo año de 1936 que Gran Bretaña y Francia

impongan sanciones a Alemania e Italia por su intervención militar en la Guerra Civil

Española, en contra de los acuerdos tomados entre estos países para no prestar apoyo bélico

a los bandos españoles en pugna.

Ni Francia ni Gran Bretaña protestaron ante el rearme alemán llevado a cabo por el Tercer

Reich desde 1933, a pesar de que el Tratado de Versalles establecía límites máximos de

tropas para el Reichswehr (el ejército alemán de la República de Weimar) y reducía

muchísimo el alcance de la marina de guerra y la aviación militar germana. La política de

apaciguamiento, fue una de las causas de la II Guerra Mundial. Si bien la responsabilidad

fundamental fue, evidentemente, de Hitler, lo cierto es que, si Francia y Gran Bretaña

hubiesen mostrado determinación en la defensa del derecho internacional a lo largo de la

década de 1930, quizá el destino europeo habría sido otro.


Gran Bretaña y Francia consideraban que la Unión Soviética gobernada por Iósif Stalin era

un enemigo más formidable y temible que la Alemania Nazi; confiaban también en que, al

tener ideologías tan contrapuestas y una mayor cercanía geográfica, las ambiciones nazis se

dirigirían sólo hacia una amenazante Unión Soviética y no hacia Europa Occidental, lo cual

fue un error.

Las potencias europeas democráticas, Reino Unido y Francia, desplegaron una política débil

y dubitativa frente a Hitler. El primer ministro británico, Chamberlain, personificó lo que se

vino a conocer como la “política de apaciguamiento”. Chamberlain trató de negociar con

Hitler y concederle algunas de sus demandas en la esperanza de que el líder nazi finalmente

“se apaciguaría”. Esta política solo sirvió para envalentonar a la Alemania nazi. Mientras

tanto, el dictador soviético Stalin, tras diversos intentos frustrados de pacto con Gran Bretaña

y Francia, acabó pactando con Hitler en 1939 alentando el ataque alemán a Polonia que

finalmente desencadenó la guerra.

El gobierno británico, siguiendo con su actitud conciliadora y de "apaciguamiento" hacia

Hitler, propuso realizar una conferencia de todos los Estados europeos, Alemania incluida, a

fin de que se resolviera de forma pacífica el asunto de Checoslovaquia. Se trataba de evitar

una nueva guerra, puesto que la opinión pública tanto en Inglaterra como en Francia era

favorable a mantener la paz a toda costa, aunque fuera necesario convencer a los

checoslovacos para que cedieran a Alemania el territorio de los Sudetes. Además, la política

de Arthur Neville Chamberlain, primer ministro inglés, se basaba en la creencia de que al dar

satisfacción a las demandas de Hitler respecto de unir los territorios habitados por alemanes,

se evitaría que extendiera sus ambiciones expansionistas al resto de Europa.


Que influyo al gobierno de reino unido a mantener una política de
apaciguamiento frente a las acciones alemanas
 Quieren evitar una guerra por sus horribles consecuencias como el bombardeo de

ciudades recordando la PGM

o Ejemplo. En 1938 el pacto de Múnich donde GB y FR intentaban evitar una

nueva guerra, aunque ponían en peligro la integridad de Checoslovaquia.

o Ejemplo. En 1931 Manchuria y 1935 Abisinia se imponen medidas muy

débiles en para evitar conflicto con Japón e Italia respectivamente.

o Ejemplo. Gobierno británico aceptó concesiones a Hitler en el asunto del

rearme para para que Alemania no se retirara de la Conferencia de Desarme

(1933).

o Gran Bretaña no estaba preparada para la guerra en 1937.

 Empatía de Gran Bretaña con Italia y Alemania, por las duras consecuencias de

Versalles.

o Ejemplo. Ya desde la década de los 20, GB trató de revisar el Tratado de

Versalles por considerarlo injusto.

o Opinion publica británica estimaba que el Anschluss (anexión de Austria) o

la incorporación de los Sudetes eran reclamaciones justas. Se vieron como

revisiones parciales de Versalles

 Como había fracasado la SDN, Chamberlain creía que los problemas se debían solucionar
con contacto personal entre los líderes
o Se podría reunir con Hitler para controlarlo, con Mussolini para incluirlo en la
operación y hacerlos respetar los acuerdos internacionales.
o Ejemplos. Hitler con Chamberlain se encuentran en la conferencia de Munich de
1938
o Ejemplo. Hitler y Schuschnigg (caniller Austria) se reúnen en el "Nido del Águila",
en Berchtesgaden, el 12 de febrero de 1938.
 Gran Bretaña y Alemania se podrían ayudar económicamente
 Miedo al comunismo
o Francia y GB temen al comunismo más que a Hitler y lo consideran a él una
defensa contra el comunismo.
o Ejemplo: Gran Bretaña no interviene en la Guerra Civil Española porque considera
que la victoria nacionalista supone un tapón frente a posible comunismo de la
República.
 Evitar la guerra para la que no estaba preparada. Esta se ve en el pacto naval anglo-
germano de 1935

Consecuencias de la política de apaciguamiento


 Permite a los estados autoritarios avanzar sin que nadie los intente detener
 No se hace nada con el rearme obvio de lo alemanes en 1935 , con Abisinia 1935, invasión
del renania 1936, en la Guerra Civil Española
 Acuerdo naval anglo-germano, se favorece el rearme en este sentido y se rompe el Frente
de Stressa (pacto IT-FR-GB para frenar el avance de Hitler)
 Se deja el Anschluss y se hace el pacto de Múnich
 Cuando se termina la política de apaciguamiento en 1939 con Polonia es cuando estalla la
guerra. Así que no puede ser tan mala.
 De todas formas, solo contribuye a fracasos de la seguridad colectiva menos con Locarno
si es que se puede considerar. Algunos consideran que el pacto de Locarno fue un éxito de
la seguridad colectiva, otros que fue un fracaso.
 Cita. H Kissinger cree que Locarno no pacificó sino que preparó el
siguiente campo de batalla
 Cita. Chamberlain ve los acuerdos de Locarno como un gran triunfo.
 Sucesos en los que influye la política de apaciguamiento
o Tratado de Locarno 1935 (éxito para el reconocimiento de la independencia e
integridad territorial de los estados)
o Checoslovaquia 1938 (fracaso para el reconocimiento de la independencia e
integridad territorial de los estados)
o Invasión del Renania 1936 (fracaso para el reconocimiento de la independencia e
integridad territorial de los estados)
o Rearme alemán 1935 (fracaso para el desarme)
o Pacto de munich 1938 (éxito para el arbitraje)
o Abisinia 1935 (fracaso para el arbitraje y para el reconocimiento de la
independencia e integridad territorial de los estados)

Potrebbero piacerti anche