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Vuelve Freud Los neurólogos están

cayendo en la cuenta
de que las descripciones
biológicas del cerebro
resultan más coherentes
si se las integra
en las teorías psicológicas
que Freud enunció
hace un siglo

Mark Solms
D
urante la primera mitad del siglo XX, las ideas de Sig-
mund Freud predominaban cuando se trataba de expli-
car la naturaleza de la mente o psique humana. Su te-
sis básica decía que nuestras motivaciones permanecen
en muy buena medida ocultas en nuestro inconsciente.
Más aún, una fuerza represiva las aparta activamente de la cons-
ciencia. El aparato activo de la psique (el “yo”) rechaza todos
aquellos impulsos inconscientes (el “ello”) que puedan promover
una conducta incompatible con la civilizada idea que nos hace-
mos de nosotros mismos. Tal represión es necesaria porque los
impulsos instintivos se expresan en forma de pasiones incontro-
ladas, fantasías infantiles y deseos sexuales y agresivos.
Hasta su muerte en 1939, sostuvo que la enfermedad mental se
produce cuando falla la represión. Las fobias, los ataques de pá-
nico y las obsesiones se deberían a que en la conducta volunta-
ria se introducen furtivamente pulsiones ocultas. Correspondía,
pues, a la psicoterapia rastrear los síntomas neuróticos hasta dar
con sus raíces inconscientes y exponerlas al juicio maduro, ra-
cional, quitándoles así su fuerza compulsiva.
Sin embargo, al ir adquiriendo las investigaciones sobre la
mente y el cerebro mayor complejidad a partir del decenio de
1950, a los especialistas les fueron pareciendo poco sólidas las
pruebas que Freud adujo en pro de sus teorías. No las sometía
a la experimentación controlada; sólo entreveraba inferencias teó-
ricas y observaciones simples de pacientes en entornos clínicos.
1. FREUD JOVEN, hacia 1891.

que llegan a la misma conclusión que


Eric R. Kandel, de la Universidad
de Columbia, premiado el año 2000
con el Nobel de fisiología o medi-
cina: que “acerca de la mente, no
hay todavía concepción más cohe-
rente e intelectualmente satisfactoria
que el psicoanálisis”.
Freud vuelve, pues, y no sólo a la
teoría. En casi todas las grandes ciu-
dades del mundo se han formado
grupos de trabajo interdisciplinario
que unen los campos, antes dividi-
dos y con frecuencia antagónicos,
de la neurología y del psicoanálisis.
Estas redes de investigación, a su
vez, han constituido la Sociedad
Internacional Neuropsicoanalítica,
que organiza un congreso anual y
Los tratamientos por medio de ciones del yo y el ello estaban irre- publica la prestigiosa revista Neuro-
drogas ganaron terreno y la ten- mediablemente anticuadas. Freud era Psychoanalysis. Testimonia el re-
dencia a explicar biológicamente las ya historia. En la nueva psicología novado respeto por las ideas de Freud
enfermedades mentales fue des- prevaleció la idea de que los de- el consejo editorial de esta revista,
prestigiando al psicoanálisis. Freud, primidos padecían su mal no por- donde figura la plana mayor de la
de haber vivido por aquellos años, que algo socavase sus primeros afec- actual neurología del comporta-
hasta puede que hubiese dado por tos en la infancia, sino a causa de miento: Antonio R. Damasio, Kandel,
bueno el cambio de enfoque. En su desarreglos de los componentes quí- Joseph E. LeDoux, Benjamin Libet,
época, contó con una reputación micos del cerebro. La psicofarmaco- Jaak Panksepp, Vilayanur S. Rama-
como neurólogo muy alta. Hizo a logía, sin embargo, no proporcionó chandran, Daniel L. Schacter y Wolf
menudo comentarios de este tipo: una teoría general de la personali- Singer.
“Es de creer que las deficiencias dad, la emoción y la motivación, Estos investigadores están for-
de nuestra teoría se subsanarían si una concepción nueva de “lo que jando, en palabras de Kandel, “un
fuésemos capaces de sustituir los nos conmueve”, que sustituyese a nuevo marco intelectual para la psi-
términos psicológicos por formula- la de Freud. Sin un modelo así, los quiatría”. Dentro de este marco,
ciones fisiológicas y químicas”. Pero neurólogos restringieron su enfoque parece que la organización general
no disponía aún de la ciencia o la y prescindieron de las visiones de de la mente que a grandes rasgos
técnica necesarias para conocer la conjunto. esbozó Freud está destinada a de-
organización y las funciones del Hoy día se está volviendo a la vi- sempeñar un papel semejante al que
cerebro, ni de la personalidad nor- sión de conjunto, y lo sorprendente representa la teoría de la evolución
mal ni de la neurótica. es que el cuadro resultante se parece de Darwin para la genética mole-
A la altura del decenio de 1980, al que hace un siglo pergeñó Freud. cular: una plantilla sobre la que se
hasta en algunos círculos psicoa- Aún se está lejos del consenso, pero podrán ir colocando coherentemente
nalíticos se consideraba que las no- cada vez son más los neurólogos los detalles que se vayan descu-
briendo. Los neurólogos están en-
contrando pruebas que avalan al-
Resumen/Teorías sobre el psiquismo
DUSAN PETRICIC (páginas anteriores); BETTMANN/CORBIS

gunas de las teorías de Freud y, a


la vez, van atando cabos acerca de
■ Durante décadas, los conceptos freudianos —el yo, el ello, los deseos los mecanismos subyacentes a los
reprimidos— dominaron la psicología y los esfuerzos psiquiátricos por procesos mentales que describió.
curar las enfermedades mentales. Pero una mejor comprensión de la
química del cerebro fue sustituyendo este modelo por una explicación
Motivación inconsciente
biológica de cómo se originan las funciones psíquicas en la actividad Cuando Freud introdujo su idea fun-
neuronal. damental, que la mayoría de los
■ Sin embargo, las más recientes tentativas de conjuntar diversos des- procesos mentales que a diario de-
cubrimientos neurológicos van conformando una concepción química terminan nuestros pensamientos,
de la mente que revalida el esquema general propuesto por Freud sentimientos y voliciones ocurren
hace casi un siglo. Hoy en día, cada vez es más numeroso el grupo
de científicos dispuestos a conciliar la neurología y la psiquiatría den-
inconscientemente, sus contempo-
tro de una teoría unificada. ráneos la rechazaron por imposi-
ble. Pero hoy las investigaciones

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confirman cada vez más la exis- cerebrales hasta el punto de confi- mente informaciones insoportables.
tencia y la importante función de gurar los fundamentos de nuestra Pero cada día son más numerosos
los procesos mentales inconscien- personalidad y nuestra futura salud los estudios de casos que abonan
tes. Por ejemplo, la conducta de mental. Y, sin embargo, ninguna tal idea. El más famoso fue el rea-
pacientes incapaces de recordar de tales experiencias puede ser cons- lizado en 1994 por el neurólogo
conscientemente sucesos acaecidos cientemente rememorada. Se va ha- conductual Ramachandran, de la
después de que se les dañaran cier- ciendo cada vez más claro que gran Universidad de California en San
tas estructuras cerebrales codifica- parte de nuestra actividad mental Diego, con anosognósicos. A esos
doras de la memoria se halla a las está motivada inconscientemente. pacientes el deterioro de la región
claras influida por esos sucesos “ol- parietal derecha del cerebro les im-
vidados”. Los neurólogos cognitivos Se reivindica la represión pedía tener consciencia de sus pro-
interpretan estos casos bosquejando Sin embargo, aun suponiendo que pias, y muy graves, deficiencias fí-
dos sistemas mnémicos diferentes, la mayoría de las veces nos mue- sicas, la parálisis de un miembro
uno que procesa la información “de ven pensamientos inconscientes, no por ejemplo. Observó Ramachandran
modo explícito” (conscientemente) quedaría probada la tesis de Freud que una mujer adquirió de pronto
y otro que la trata “de modo implí- según la cual reprimimos activa- conciencia, tras activarle artificial-
cito” (inconscientemente). Pues bien,
Freud dividió la memoria de la
misma manera.
Se han identificado también sis-
MENTE Y MATERIA
temas de memoria inconsciente que Freud elaboró su modelo definitivo de la mente en 1933 (a la derecha; se
intervienen en el aprendizaje emo- han añadido colores a su esquema). Las líneas de puntos representaban el
cional. En 1996, en la Universidad umbral entre los procesos inconscientes y los conscientes. El ‘super-yo’ re-
de Nueva York, demostró LeDoux primía las pulsiones instintivas (el “ello”) e impedía así que trastornaran el
que bajo el córtex consciente hay pensamiento racional. La mayoría de
una vía neuronal que conecta las los procesos racionales (‘el yo’) eran
informaciones de la percepción con automáticos e inconscientes, de modo
que para dirigir la experiencia cons-
las primitivas estructuras del cere-
ciente, estrechamente vinculada a la
bro que generan las reacciones de percepción, sólo quedaba una pequeña
temor. Como esta vía elude el hipo- parte del yo (bulbo superior). El ‘super-
campo —generador de los recuer- yo’ mediaba en la lucha que por la do-
dos conscientes—, los acaecimien- minación mantenían el ‘yo’ y el ‘ello’.
A. W. FREUD ET AL., POR ACUERDO CON PATERSON MARSH LTD., LONDRES (arriba); OLIVER TURNBULL (abajo y coloreado)

tos presentes suscitan de ordinario La cartografía neurológica reciente


recuerdos inconscientes de sucesos (abajo) tiene bastante correlación, en
pasados que tuvieron importancia líneas generales, con la concepción
emocional; por eso se producen sen- freudiana. Los centrales tallo cerebral
timientos conscientes que parecen y sistema límbico —responsable de los
instintos y pulsiones— corresponden
irracionales, como, digamos, una ani-
aproximadamente al ‘ello’ de Freud.
madversión hacia quienes lleven La región ventral del córtex frontal,
barba. controladora de la inhibición selectiva,
La neurología ha demostrado que la región dorsal frontal, controladora
las estructuras cerebrales principa- del pensamiento consciente de sí, y el
les de las que depende la forma- córtex posterior, que rige las represen-
ción de los recuerdos conscientes taciones del mundo externo, equivalen
(explícitos) no funcionan durante los al ‘yo’ y al ‘super-yo’.
dos primeros años de la vida, pro-
porcionando con ello una elegante
explicación de lo que Freud llamaba
amnesia infantil. Tal y como Freud
conjeturó, no es que olvidemos nues-
tras primeras impresiones mnémi-
cas, sino simplemente que no po- Córtex
demos evocarlas, hacerlas venir a frontal
la consciencia. Pero esta impoten- dorsal Córtex
cia no impide que aquellas impre- posterior
siones afecten a los sentimientos y
a la conducta del adulto. Sería difí-
cil encontrar un neurobiólogo ex-
perimental que discrepe de que las Córtex
primeras experiencias, sobre todo frontal
las que se dan entre una madre y ventral Tallo cerebral
su bebé, influyen en las conexiones

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mente el hemisferio derecho, de que de la realidad de los fenómenos de amnésicos y colman las lagunas de
tenía paralizado el brazo izquierdo; represión que constituyen la piedra su memoria con fabulaciones.
cayó también en la cuenta de que angular de la teoría psicoanalítica Aikaterini Fotopoulou, neurop-
lo había tenido así los ocho días clásica”. sicóloga de Durham, estudió hace
pasados desde que sufrió un acci- Como les ocurre a los sujetos con poco en mi laboratorio a uno de es-
dente cerebrovascular. Demostraba “cerebro dividido”, cuyos hemisfe- tos pacientes. En ninguna de las se-
que era capaz de reconocer su im- rios han quedado separados —fa- siones de 50 minutos celebradas en
pedimento y que lo había tenido mosos gracias a los estudios que mi despacho durante doce días se-
inconscientemente registrado durante en las décadas de 1960 y 1970 guidos fue capaz aquel hombre de
los ocho días anteriores, pese a que realizó el hoy ya fallecido premio recordar que me había visto antes
durante todo ese tiempo negara cons- Nobel Roger W. Sperry, del Instituto alguna vez, ni tampoco que le habían
cientemente que sufriese problema de Tecnología de California—, los operado para extirpar de sus lóbu-
alguno. pacientes anosognósicos urden ra- los frontales el tumor que le pro-
Es significativo que, una vez de- zones que les libren de tener que dujo la amnesia. En cuanto a él se
saparecidos los efectos de la esti- enfrentarse a lo que no querrían re- refería, no había deficiencia alguna.
mulación, la mujer no sólo volvió conocer y se inventan explicacio- Al preguntarle por la cicatriz de su
a creer que su brazo estaba en con- nes verosímiles pero irreales de sus cabeza, fabulaba explicaciones de lo
diciones normales, sino que además actos inconscientemente motivados. más inverosímiles: que le había ope-
olvidó la parte de la entrevista en De este modo, dice Ramachandran, rado un dentista o que habían teni-
la que había reconocido que tenía el hemisferio izquierdo recurre de do que implantarle un bypass coro-
el brazo paralizado, aunque sí si- manera manifiesta a “mecanismos nario. Era cierto que había sufrido,
guió recordando los demás detalles de defensa” freudianos. años antes, esas intervenciones; a di-
de la entrevista. Ramachandran con- Análogos fenómenos se ha de- ferencia de la del cerebro, habían
cluía: “De estas observaciones se si- mostrado ahora que se dan también sido enteramente satisfactorias.
gue una conclusión: que es cierto en sujetos con el cerebro intacto. De manera parecida, al preguntarle
que los recuerdos se pueden repri- Según hizo notar el neuropsicólogo quién era yo y qué estaba haciendo
mir selectivamente. ... Fue ver [a Martin A. Conway, de la Universidad él en mi laboratorio, sus respuestas
esa paciente] lo que me convenció de Durham, Inglaterra, en un co- variaban: yo era un colega, o un
mentario publicado el año 2001 en amigo con el que se iba de copas,
Nature, si en condiciones de labo- o un cliente que le consultaba sobre
ratorio se pueden generar claros efec- asuntos de su especialidad profesio-
tos de represión en individuos co- nal, o un compañero de equipo en
munes, en situaciones traumáticas un deporte que él no había vuelto a
de la vida real debe de haberlos mu- practicar desde que abandonara, do-
cho más vivos. cenas de años antes, la universidad,
o un mecánico que reparaba uno de
El principio del placer sus muchos coches deportivos (que
Pero Freud fue aún más lejos. No en realidad nunca había tenido). Su
sólo dijo que mucha de nuestra vida actitud era también coherente con es-
mental es inconsciente y reprimida, tas falsas creencias: recorría con la
sino también que la parte reprimida mirada toda la habitación en busca
de la mente inconsciente sigue un de su cerveza, o miraba por la ven-
principio distinto del “principio de tana para ver el coche.
realidad” por el que se rige el yo Al observador casual le llama la
consciente. Este tipo de pensamien- atención la cualidad desiderativa de
to inconsciente sólo se atiene a sus estas falsas ideaciones; Fotopoulou
deseos y se salta alegremente las ha confirmado objetivamente esa im-
2. CON UN ESCANEADO DEL CERE- leyes de la lógica y del curso del presión mediante el análisis cuanti-
BRO se pueden hoy ver las lesiones tiempo. tativo de una serie de 155 fabula-
de disfunciones psíquicas que Freud De estar Freud en lo cierto, las ciones sucesivas del paciente. Sus
sólo podía estudiar clínicamente. En lesiones de las estructuras cerebra- falsas creencias no se debían a es-
esta imagen del cerebro, tomada por les inhibidoras (sede del yo “repre- timulaciones fortuitas, sino que nacían
resonancia magnética, de un paciente sor”) darían suelta a modos de actua- del “principio del placer”, al que
que fabula inventando grandiosas his- ción mental ilusorios, irracionales. Freud atribuía un papel central en el
CORTESIA DE OLIVER TURNBULL

torias de su vida se nota (flecha) una Pues bien, esto es lo que se ha obser- pensamiento inconsciente. El hom-
lesión en el giro cingulado, la parte vado en pacientes que sufren algún bre no hacía más que reformar o re-
del lóbulo frontal medio cuyo funcio- deterioro de la región límbica fron- fundir la realidad como él deseaba
namiento normal, suponía Freud, im- tal, que controla aspectos funda- que fuese. Otros investigadores, en-
pedía a los deseos inconscientes alte- mentales de la consciencia de sí tre ellos Martin Conway, de Durham,
rar la imagen racional que de sí mismo. Algunos sujetos muestran un y Oliver Turnbull, de la Universidad
mismo tuviera el sujeto. peculiar síndrome, la psicosis de de Gales, han informado de obser-
Korsakov: no se percatan de que son vaciones semejantes. Aunque son

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neurólogos cognitivos y no psicoa-
nalistas, interpretan sus hallazgos
en términos freudianos; en esencia,
nos dicen que el daño de la región
límbica frontal, la que produce las
fabulaciones, deteriora los mecanis-
mos de control cognitivo de los que
depende la captación normal de la
realidad y libera de la inhibición las
implícitas pulsiones desiderativas que
influyen en la percepción, en la me-
3. FREUD DIBUJO en 1895 este esquema de un
moria y en el juicio.
mecanismo neuronal de la represión (arriba); espe-
El animal interior raba que las explicaciones psicológicas del psi-
quismo serían un día remplazadas por explicacio-
Freud sostenía que el principio del
nes biológicas como ésa. En su esquema, un
placer da expresión a las pulsiones
recuerdo desagradable sería activado normalmente
animales primitivas. Para sus victo-
por un estímulo (‘Qn’ en el extremo izquierdo) que
rianos contemporáneos, la implica-
va de la neurona ‘a’ hacia la neurona ‘b’ (abajo).
ción de que la conducta humana
Pero la neurona ‘alfa’ (a la derecha de ‘a’) podía
estuviese en el fondo regida por im-
desviar la señal e impedir con ello la activación
pulsos cuya más alta finalidad no
si otras neuronas (arriba a la derecha) ejercían
era sino la plena satisfacción de los
un influjo “represor”. Nótese que Freud (aquí, en
propios deseos carnales resultaba to-
un momento muy posterior de su vida) situó entre
talmente escandalosa. La indigna-
las neuronas unos hiatos que, predecía, servirían
ción moral se fue debilitando duran-
como “barreras de contacto”. Dos años después,
te los decenios subsiguientes, pero
el fisiólogo inglés Charles Sherrington los descu-
los investigadores del conocimiento
brió y los llamó sinapsis.
fueron dejando de lado la visión freu-
diana del hombre como animal.
BETTMANN/CORBIS (Fotografía de Freud circa 1930); A. W. FREUD ET AL., POR ACUERDO CON PATERSON MARSH LTD., LONDRES (Dibujos)

Ahora vuelve a estar en boga. Neu- no la depredadora); el sistema de “te- coanálisis y la psicofarmacología.
rólogos como Donald W. Paff, de mor-ansiedad”; y el sistema “pánico” Predijo con entusiasmo que llegaría
la Universidad Rockefeller, y Jaak (que incluye instintos complejos, así un día en el que “las energías del
Panksepp, de la Universidad estatal los que rigen los vínculos sociales). ello” serían controladas por “deter-
de Bowling Green, creen que los También se está investigando si exis- minadas sustancias químicas”. En la
mecanismos instintivos que rigen la ten más fuerzas instintivas, por ejem- actualidad, los tratamientos que unen
motivación humana son aún más plo un díscolo sistema “lúdico”. Neu- la psicoterapia y las medicaciones
primitivos de lo que Freud se ima- rotransmisores específicos (sustancias psicoactivas son ampliamente reco-
ginó. Los hombres compartimos con químicas que en el interior del ce- nocidos como la mejor manera de
nuestros parientes los primates y con rebro llevan mensajes de unas neu- hacer frente a muchas dolencias psí-
todos los mamíferos sistemas bási- ronas a otras) modulan estos siste- quicas. Y las técnicas de formación
cos de control de las emociones. En mas cerebrales. de imágenes cerebrales muestran que
el profundo nivel de la organización El sistema anhelante, regulado por la terapia verbal afecta al cerebro
mental que Freud llamaba el ello, el neurotransmisor dopamina, guarda de modo no muy diferente a como
la anatomía funcional y la química una notable semejanza con la “li- le afectan esos fármacos.
de nuestros cerebros no se diferen- bido” freudiana. Según Freud, la
cian mucho de las de nuestros ani- pulsión libidinal o sexual es un sis- Los sueños tienen significado
males domésticos. tema de busca de placer que activa Las ideas de Freud están volviendo
Pero los neurólogos modernos no enérgicamente la mayoría de nues- a tener vigencia también en los es-
aceptan ya la manera en que Freud tras interacciones con el mundo di- tudios del dormir y los sueños. Su
clasificó la vida instintiva humana, rigidas a alcanzar objetivos. La in- teoría de que las visiones nocturnas
mediante una simple dicotomía en- vestigación moderna patentiza que son vislumbres de deseos inconscien-
tre la sexualidad y la agresividad. su equivalente neural interviene mu- tes quedó desacreditada cuando, en
Gracias al estudio de los efectos de cho en casi todas las formas de an- los años cincuenta, se descubrieron
lesiones, drogas y estimulaciones sia y de adicción. Los experimen- la fase ‘REM’ del sueño —o ‘del
artificiales del cerebro, han identi- tos que Freud efectuó en la primera movimiento rápido de los ojos’— y
ficado en los mamíferos al menos parte de su carrera con la cocaína su estrecha correlación con los sue-
cuatro circuitos instintivos básicos, —sobre todo en sí mismo— le con- ños. Y pareció perder toda credibi-
algunos de los cuales se superpo- vencieron de que la libido ha de te- lidad cuando, por los años setenta,
nen: el sistema “anhelante” o “de re- ner una base neuroquímica especí- se demostró que el ciclo del sueño
compensa” (que motiva la busca del fica. A diferencia de sus sucesores, estaba regulado por una sustancia
placer); el sistema de “enfado-ra- no vio que hubiese razón alguna química ubicua, la acetilcolina, que
bia” (que rige la agresión furiosa pero para un antagonismo entre el psi- se producía en una parte del tallo

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cerebral “ajena a la mente”. El sueño sin réplica entonces— que el conte- la que quizá le falte tener en cuenta
REM ocurría automáticamente cada nido de los sueños no responde a la relación entre la química cere-
90 minutos, poco más o menos, pro- mecanismos emocionales primarios. bral sobre la que actúa y las com-
movido por sustancias químicas y plejas trayectorias de la vida real
estructuras cerebrales que nada te- Acabar la tarea que culminan en el trastorno emo-
nían que ver con la emoción ni con Desde luego que no a todo el mundo tivo. La psiquiatría del mañana pro-
la motivación. Este descubrimiento le entusiasma la reaparición de las mete proporcionar a los pacientes
implicaba que los sueños no signi- nociones freudianas, no ya en los una ayuda que se base en la com-
ficaban nada, sino que eran simple- márgenes, sino en la corriente prin- prensión integral del funcionamiento
mente historias inventadas por el ce- cipal de la investigación de la mente. de la mente humana.
rebro superior para tratar de reflejar A los psicoanalistas de más edad Sean cuales fueren las insospe-
la aleatoria actividad del córtex cau- no les es fácil aceptar que sus co- chadas terapias que aporte el futuro,
sada por el REM. legas y discípulos más jóvenes pue- el mejor conocimiento de lo que ocu-
Pero investigaciones más recien- dan y deban hoy someter los sabe- rre en el cerebro sólo puede benefi-
tes han revelado que el sueño oníri- res clásicos a un tipo de escrutinio ciar a los pacientes. Puesto que los
co y el sueño REM son dos estados biológico totalmente nuevo. Pero un neurocientíficos modernos abordan
diversos, controlados por mecanis- alentador número de veteranos de una vez más las profundas cuestio-
mos distintos, aunque interactivos. ambas orillas del Atlántico se empe- nes de la psicología humana que tanto
Genera los sueños una red de es- ñan, por lo menos, en mantener una preocuparon a Freud, es gratificante
tructuras cuyo centro son los circui- mentalidad abierta, como lo atesti- caer en la cuenta de que podemos
tos instintivo-motivacionales del guan los eminentes psicoanalistas construir sobre los cimientos que él
prosencéfalo o parte frontal del ce- del consejo editorial de la revista puso, en vez de tener que empezar
rebro. Este descubrimiento ha ori- Neuro-Psychoanalysis y otros mu- todo de nuevo. Aun advirtiendo pun-
ginado numerosas teorías sobre el chos que, entrados ya en años, for- tos débiles en las ricas teorías de
cerebro durmiente, en muchas de las man parte de la Sociedad Interna- Freud y tratando por ende de corre-
cuales hay claras reminiscencias de cional de Neuro-Psicoanálisis. gir, revisar y complementar su obra,
la de Freud. Destaca sobre todo la Lo que a los neurocientíficos les nos sentiríamos privilegiados si lográ-
observación, que otros y yo hemos hace resistirse al retorno de las ideas semos, en efecto, concluir la tarea.
hecho, de que cuando se cortan cier- psicoanalíticas es el fantasma de la
tas fibras del interior del lóbulo fron- mole freudiana que conocieron en
tal, los sueños cesan por completo, los primeros años de sus carreras y El autor
síntoma que coincide con una re- que tan indestructible parecía. No
Mark Solms es profesor titular de
ducción general del comportamiento pueden reconocer ni siquiera una
neuropsicología de la Universidad de
motivado. Dicha lesión es justo la confirmación parcial de las intui- Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y profesor
que se producía deliberadamente ciones fundamentales de Freud; pi- no titular honorario de neurocirugía en
con la lobectomía frontal, obsoleto den una purga total (véase el recua- la Escuela Real de Medicina y Odonto-
procedimiento quirúrgico al que se dro “¿Vuelve Freud? Como un mal logía de Londres. Es también director
recurría antes para controlar las alu- sueño”). Para J. Allan Hobson, fa- del Centro Arnold Pfeffer de Neuropsi-
cinaciones y los delirios. La susti- moso investigador del sueño y psi- coanálisis del Instituto Psicoanalítico
tuyó en los años sesenta el sumi- quiatra de la facultad de medicina neoyorquino y consultor neuropsicológi-
nistro de fármacos que aminoran la de Harvard, el renovado interés por co del Centro Anna Freud de Londres.
actividad de la dopamina en esos Freud es poco menos que un inútil Agradece a Oliver Turnbull, profesor
no titular del Centro de Neurología
mismos sistemas cerebrales. El sis- vertido de datos modernos en un
Cognitiva de la Universidad de Gales
tema anhelante podría ser, pues, el viejo odre conceptual. Pero, como de- en Bangor, la ayuda prestada para la
generador primario de los sueños. cía Panksepp en una entrevista pu- realización de este artículo.
Esta posibilidad se ha convertido en blicada en 2002 en Newsweek, para
un importante foco de la investiga- los neurólogos a los que entusiasma Bibliografía complementaria
ción actual. la reconciliación de la neurología
DREAMING AND REM SLEEP ARE CONTRO-
De confirmarse la hipótesis, la con la psiquiatría “no se trata de LLED BY DIFFERENT BRAIN MECHANISMS.
teoría de que soñamos para satis- demostrar si Freud estaba o no en Mark Solms en Behavioral and Brain
facer deseos reprimidos o suprimi- lo cierto, sino de concluir la tarea”. Sciences, vol. 23, n.o 6, págs. 843-
dos podría ocupar de nuevo un lu- Si puede ser llevada a cabo, si se 850; diciembre, 2000.
gar central en las investigaciones logra establecer ese “nuevo marco FREUDIAN DREAM THEORY TODAY. Mark
sobre el sueño. Pero aun suponien- intelectual para la psiquiatría” de Solms en Psychologist, vol. 13, n.o 12,
do que prevalezcan otras interpre- que habla Kandel, quedará atrás el págs. 618-619; diciembre, 2000.
taciones de los datos neurológicos tiempo en que las personas con di- CLINICAL STUDIES IN NEURO-PSYCHOANALY-
más recientes, en conjunto vienen ficultades emocionales debían ele- SIS . K. Kaplan-Solms y M. Solms. Kar-
todas ellas a demostrar que las con- gir entre la terapia verbal del psi- nac Books, 2000.
ceptualizaciones “psicológicas” del coanálisis, ajena tal vez a la moderna THE BRAIN AND THE INNER WORLD. Mark
sueño tornan a ser científicamente medicina basada en pruebas empí- Solms y Oliver Turnbull. Other Press,
respetables. Pocos neurocientíficos ricas, y la terapia con drogas pres- 2002.
pretenden aún —como antaño, y crita por una psicofarmacología a

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CONTRAPUNTO
¿VUELVE FREUD? COMO UN MAL SUEÑO
por J. Allan Hobson
Las opiniones de Sigmund Freud Otro pilar de la teoría de Freud es fuera de la fase REM, pero en la teo-
acerca del significado de los sueños que, como el verdadero significado de ría de la activación química nada im-
constituían el núcleo de su teoría so- los sueños yace oculto, las emociones pide que así ocurra; sólo establece
bre el funcionamiento de la psique. que reflejan sólo pueden revelarse por que la frecuencia de los sueños es
Mark Solms y otros investigadores medio del tortuoso método de la libre exponencialmente mayor en esa fase.
aseguran que los actuales estudios de asociación, conforme al cual el sujeto El psicoanálisis se halla en graves
imágenes y lesiones del cerebro están analizado ha de ir refiriendo cuanto le apuros, y ninguna componenda neuro-
revalidando la concepción freudiana venga a las mientes, a la espera de biológica lo sacará de ahí. Tan radical
del psiquismo. Pero investigaciones dar con alguna conexión significativa. es la revisión que necesita, que mu-
científicas similares a ésas hacen ver Mas este esfuerzo es innecesario, por- chos neurocientíficos prefieren empe-
que algunas de las principales tesis que en realidad no hay tal ocultación zar de nuevo y crear un modelo neu-
de Freud son seguramente erróneas.
Según Freud, la extraña naturaleza
de los sueños se debería al
complicado esfuerzo con que la psique
trata de conciliar, mediante el disfraz
simbólico y la censura, los inacepta-
bles deseos instintivos que surgen del
inconsciente cuando, al dormir, relaja
el yo su prohibición del ello. Pero la
mayor parte de los elementos de juicio
empíricos de índole neurobiológica res-
palda más bien la opinión contraria: lo
extraño de los sueños es debido a
cambios normales del estado del cere-
bro, generados por unos mecanismos
químicos del tallo cerebral que modu-
lan la activación de varias regiones del
córtex. Numerosos estudios han indi-
cado que los cambios químicos deter-
minan la cantidad y la cualidad de las
visiones oníricas, de las emociones y
de los pensamientos. La noción freu-
diana de ‘disfraz-y-censura’ se ha de
desechar; nadie cree que la lucha en-
tre el yo y el ello, si es que existe,
controle la química del cerebro. La
mayoría de los psicoanalistas no sos-
tienen ya que el modelo disfraz-cen-
sura tenga validez.
Sin disfraz ni censura, ¿qué queda
de la freudiana teoría del sueño? No
gran cosa; tan sólo que las pulsiones del significado. En los sueños, lo que rocognitivo de la psique. La teoría
instintivas podrían impeler la formación se ve es lo que hay. Las emociones psicoanalítica abarca mucho, sin duda,
de los sueños. Ciertamente, las prue- quedan de manifiesto en el contenido pero si sus errores son gravísimos, no
bas empíricas indican que activar las de los sueños, y para advertir qué sen- cabe decir que esa amplitud sea una
partes del sistema límbico que produ- timientos representan éstos basta con virtud. Los científicos que comparten
cen ansiedad, enfado y gozo configura que quienes los sueñan y sus terapeu- esta opinión se declaran a favor de
los sueños; pero esas influencias no tas les presten la debida atención. que se investiguen los sueños, las en-
son “deseos”. El análisis de los Solms y otros freudianos dan a en- fermedades mentales y la experiencia
sueños muestra que en ellos las emo- tender que atribuir los sueños a la quí- consciente normal por medio de mode-
ciones son negativas tan a menudo mica equivale a negar que contengan los con mayor fundamento biológico
como positivas, lo que querría decir mensajes emocionales. La teoría de la que los ofrecidos por el psicoanálisis.
que la mitad de nuestros “deseos” activación-síntesis química, que propu-
para con nosotros mismos son negati- simos en 1977 Robert W. McCarley,
vos. Y como cualquiera que haya de la facultad de medicina de Harvard, J. Allan Hobson, profesor de
soñado sabe, en los sueños las emo- y yo, sólo mantenía que la explicación psiquiatría de la facultad de medicina
ciones raramente llevan disfraz: se in- psicoanalítica de las peculiaridades de Harvard, ha escrito mucho sobre
troducen sin tapujos en la trama del oníricas por medio de un significado las bases cerebrales del psiquismo
sueño, produciendo con frecuencia y sus implicaciones psiquiátricas.
DUSAN PETRICIC

oculto era errónea. Nosotros hemos


efectos desagradables, pesadillas. sostenido siempre que los sueños tie- Para más detalles, véase su libro
Freud nunca fue capaz de explicar por nen carga emocional y significado. Dreaming: An Introduction to the
qué son negativas tantas de las emo- Y ¿qué decir del sueño REM? Nuevos Science of Sleep (Oxford University
ciones oníricas. estudios revelan que se puede soñar Press, 2003).

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2004 57

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