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LA MUJER: ¿EJE FUNDAMENTAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA POLIS?

ESTUDIANTE: ANGÉLICA MARÍA BECERRA ESTRADA

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER


FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PREGRADO EN FILOSOFÍA
ESCRITURA DE TEXTOS FILOSÓFICOS
BUCARAMANGA
2018
LA MUJER:¿ EJE FUNDAMENTAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA POLIS?

ESTUDIANTE: ANGÉLICA MARÍA BECERRA ESTRADA

ENSAYO

DIRECTORA: MÓNICA MUÑOZ REYES

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER


FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PREGRADO EN FILOSOFÍA
ESCRITURA DE TEXTOS FILOSÓFICOS
BUCARAMANGA
2018

Hola v: 2
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 4
MUJER, ESTADO Y EROS ................................................................................................6
MUJER, EDUCACIÓN Y POLIS.........................................................................................9
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................13

Hola v:
3
INTRODUCCIÓN

El número de habitantes, las leyes, y las líneas fronterizas invisibles, se tienen como
características de un estado, y éstas, sin duda, no son las más relevantes para
definirlo como tal, debido a que estas características pasan a un segundo plano al
depender de la existencia de una principal, de la cual surge el cuerpo ético –político
o epos que distingue a una nación de otra: la tradición; ésta recoge las creencias,
vivencias y la memoria cultural en la que los habitantes han crecido y construido
sus vidas. La antigua Grecia, una de las más grandes civilizaciones, pionera en la
organización política de las ciudades-estado, tenía como base cultural la tradición
mitológica, fundada a partir de relatos extraordinarios, conocidos como mitos
mayores o poesías homéricas, los cuales eran narrados a los ciudadanos desde
su etapa infantil hasta su vejez, de este modo, la educación y aprendizaje sobre su
memoria cultural consistía en conocer, respetar y recitar éstos mitos, los cuales se
aclamaban y cantaban acompañados de melodía y musicalidad, para ello existían
especialistas en la narración y el canto, conocidos como rapsodas o poetas; sin
embargo, también existían emisores no profesionales de estos relatos, quienes
poseían dos características: la avanzada edad y el sexo femenino; éstas tenían el
rol de ayas o institutrices, a las cuales se les encargaba la educación de los niños
que posteriormente serian ciudadanos, y, con ello, perduraría la comunicación de
la tradición.

La filosofía platónica realiza una crítica a esta tradición mitológica, lo cual es, a su
vez, una crítica al modelo educativo, pues Platón evidenció y condenó el modelo
ético contenido en los mitos, ya que éstos enseñaban un supuesto modelo virtuoso
planteado a partir de relatos donde se describía como dioses y héroes se
entregaban al libertinaje, al desorden moral y la discordia, lo cual el pueblo veía con

4
piadoso orgullo. Al ser estos relatos aquellos que moldeaban el comportamiento
ético de los receptores: el pueblo; y, a la vez, un pilar de la cultura griega, Platón
no se desase de ellos, sino que les brinda un nuevo papel ,bajo la vigilancia de los
guardianes filósofos, reformando el mito desde su contenido y tomando de éste su
utilidad: la capacidad de transmisión a gran escala y la persuasión que estos
brindan, ya que, al ser historias inverificables en el tiempo y en el espacio, no se
ponía en juicio su grado de verdad. Así mismo, la reforma al mito conlleva la reforma
de sus emisores: los poetas y ayas; El presente trabajo, trata de rastrear y evidenciar
no solo el rol de las nodrizas en cuanto su importancia en la educación en las
concepciones de la filosofía platónica, sino, también, mostrar el papel que puede
representar la mujer en la propuesta de la polis en Platón, contrastándolo con el rol
que éstas poseían en los estado de la antigua Grecia, a partir de algunas de las
grandes obras de Platón: el Banquete, Teeteto, Timeo y la República; para rastrear
en ellas la importancia de la mujer como el eje fundamental de en la construcción
de la propuesta de ciudad- estado platónica.

***

MUJER, ESTADO Y EROS.

5
La historia ha mostrado el bajo status social y económico que tenían las mujeres en
la antigua Grecia, por esto, al ser Platón un ateniense, llevaba una carga del
pensamiento de la tradición antigua a cuestas, una cultura en la cual la mujer es
subestimada y puesta en un segundo plano; es evidente que parte de la postura
platónica frente al rol de la mujer concuerde con el pensamiento clásico griego sobre
ésta, del cual David Halperin, describe la existencia dos estereotipos, los cuales
muestran quien era la mujer en la Grecia antigua:

De acuerdo a un estereotipo griego, las mujeres son menos capaces que los
hombres de resistir a los placeres de todo tipo; les gusta mucho mas el sexo y, una
vez iniciadas en sus encantos, se vuelven insaciables y potencialmente infieles, listas
para injuriar a sus propios hijos –si es necesario- o para introducir un supuesto hijo
en la casa de sus maridos. De acuerdo a un segundo estereotipo, las mujeres no
tienen (como los hombres) un deseo libre que vaya de un objeto a otro, estimulado
en cada caso por la belleza, la nobleza u otros valores culturales del objeto; más bien,
su deseo está condicionado por su naturaleza física que apunta a la procreación y
necesita para satisfacerse de la sustancia de los hombres1

Con base en lo anterior, la Grecia antigua, postula a la mujer, no solo como un


objeto, sino como un sujeto de deseo, deseo por el que tiene una inclinación tal,
que la aparta de toda nominación de virtuosa y noble, al actuar en pro de su eros y
de una manera ´poco racional´, sin pensar ni reparar en las consecuencias de sus
actos; el libido domina su alma, y se deja llevar por la agudeza de sus sentidos, lo
cual se presentaba ante los ojos griegos como debilidad, y, para estos hombres
toda ´debilidad’ era asimilada como síntoma de inferioridad, en consecuencia la
alejaban a lo inferior de la toma de decisiones importantes para el estado e, incluso,
la opinión de la mujer fue considerada sin valor alguno. Lo paradójico del este
asunto, se evidencia en el momento en el que se referencia a Diótima en el

1
HALPERIN, David. La Pregunta y dos respuestas de sentido común. En: ¿Por qué Diótima es una mujer? El
eros platónico y la representación de los sexos. Córdoba, Argentina: Graciela Leguizamon, Cuadernos de
Literal, 1999. p.20.

6
Banquete, uno de los más importantes y representativos diálogos de la filosofía
platónica; en éste simposio, comida o reunión, se está discutiendo sobre el Eros,
acerca del origen, cualidades e influencias de este en el alma humana; en el
transcurso del diálogo todos los participantes del quieren postular su noción sobre
Eros como la correcta, pero luego Sócrates trae a escena a Diótima:

Sóc- Pero voy a dejarte por ahora y os contaré el discurso sobre Eros que oí un día
de labios de una mujer de Mantinea, Diótima, que era sabia en éstas y otras muchas
cosas. Así, por ejemplo, en cierta ocasión consiguió para los atenienses, al haber
hecho un sacrificio por la peste, un aplazamiento de diez años de la epidemia, Ella
fue, precisamente, la que me enseñó también las cosas del amor. Intentaré, pues,
exponeros, yo mismo por mi cuenta, en la medida en que pueda y partiendo de lo
acordado entre Agatón y yo, el discurso que pronunció aquella mujer. En
consecuencia, es preciso, Agatón, como tú explicaste, describir primero a Eros
mismo, quién es y cuál es su naturaleza, y exponer después sus obras2.

Se expone pues, la figura de una mujer, a la que se le agregan las cualidades de


piadosa y sabia: una pitonisa; aquella mujer que, se creía estaba en contacto con
dioses y hombres; quizás Platón agregó esta característica a Diótima en función
del peso y validez del argumento de Sócrates, ya que, un grupo de atenienses, cuyo
concepto de mujer era la inferioridad misma, no serían persuadidos por la opinión
de una simple mujer ordinaria, por esto, el carácter de pitonisa le da un estatus
social, ya que los griegos poseían un respeto por su herencia mitológica, una piedad
a los dioses y a los servidores de estos, la cual no se expondrían a negar ni
cuestionar en público, por temor a dañar su reputación y perder su participación
política, debido al escándalo público que generaría el ir en contra de la tradición
griega. También cabe resaltar que en el discurso de Diótima, se evidencian las 3
características que posee el amor o eros para Platón: 1- el amor es todo deseo de
las cosas buenas y de felicidad (205d), 2-el amor es desear que lo bueno sea de
uno para siempre (206e) y 3- el amor como procreación en la belleza tanto corporal

2
PLATÓN. Diálogos III: Fedón, Banquete, Fedro. Madrid: Editorial Gredos, S.A, 1993, 201d, p. 244.

7
como espiritual (206b); si Platón usa la figura de la mujer para aclarar y exponer
una temática, entonces se podría considerar que su posición frente al rol que esta
desempeña en la sociedad no es excluyente, pues en el Banquete se le muestra
como sabia y maestra, por ello aparición del personaje femenino en el dialogo no
es gratuita; además David Halperin llega a creer que: “La serena maestra de Diótima
en su tema le da la requerida autoridad para cumplir la tarea de ser portadora de la
sabiduría en el marco más vasto de la construcción del diálogo platónico 3. Lo que
lleva a la pregunta ¿Podrá representar ésta un papel de educadora en la polis que
él plantea? ¿Tiene algún valor su opinión y sus conocimientos en la construcción
del estado?

***

MUJER, EDUCACIÓN Y POLIS.

3
HALPERIN, David. La Pregunta y dos respuestas de sentido común. En: ¿Por qué Diótima es una mujer? El
eros platónico y la representación de los sexos. Córdoba, Argentina: Graciela Leguizamon, Cuadernos de
Literal, 1999.p.13.

8
¿Quién es realmente la mujer en la Polis de Platón? Es la pregunta que se hace
todo lector iniciante de las obras platónicas, al encontrarse con los diálogos mismos
y notar que la filosofía de Platón parece presentar una ambivalencia en lo que al rol
de la mujer respecta; por un lado, se le toma como una simple creatura inferior al
hombre: un ´no hombre´, creatura sin la cual la reproducción de la población en la
Polis sería imposible, cuyas funciones son cuidar del hogar (oikos) y procrear
(παιδοποιία) 4 al tener una utilidad biológica y desempeñar el papel de esposa y
madre, pero no en la individualidad del matrimonio, sino que cada mujer de la Polis
seria común a todos los hombres e hijos de la Polis, tal como se muestra en el
Timeo:

Sóc.- ¿Y en lo que respecta a la procreación de los hijos? ¿Acaso no es fácil recordar


lo que dijimos por lo insólito? Establecimos que fueran comunes a todos los
matrimonios y los hijos, y lo procuramos de tal modo que nadie pueda alguna vez
reconocer su vástago como propio, y para que todos consideraran a todos como
miembros de la misma familia: reconocerían como hermanas y hermanos a los que
se hallan dentro de una edad similar, como padres y abuelos a los que han nacido
antes, como padres y nietos a los que han nacido después.5

En el acto de reconocer a todas las mujeres como madres y a todos los niños como
hijos comunes, se marca la nueva posición que quiere plantear Platón con respecto
al modelo de familia, al reemplazarlo por la comunidad, la unidad de los individuos
bajo una sola característica en común: la Polis; pues notó que al posicionar a cada
individuo como una parte del cuerpo del estado, se podría crear en ellos el sentido
de pertenencia y deber para/con la comunidad, al cuidar de todos los habitantes por
igual y sin preferencias, ya que esto significaría que el beneficio de cada miembro
es proporcional al de la Polis misma.

4
PLATÓN. Timeo. Madrid: trad. José Zamora, Abada Editores, 2010, 9Ia-d.
5
Ibíd. 18c-d.

9
Sin embargo, Platón también plantea la posibilidad de que algunas mujeres
destaquen del resto y ayuden en la toma decisiones del estado, al sobresalir por
su ´excelencia´ y diferencia de actitudes con respecto a las demás féminas,
inclusive, se les da un grado de semejanza con la naturaleza del hombre “Y así
mismo, en lo referido a las mujeres, mencionamos que deben justarse a los hombres
cuyas naturalezas sean semejantes, y que deben ser comunes a ambos todas las
ocupaciones, tanto en la guerra como en las otras circunstancias de la vida” 6 ,
llevando ambos la misma responsabilidad en sus deberes con la Polis, y las mismas
actitudes, lo que podría representar que, por otro lado, no se les niega a algunas la
posibilidad de educarse y buscar el camino de la filosofía, al convertirse también en
guardianas. Además, el término “juntarse” referido anteriormente, expone la
necesidad reproductiva de la Polis, la cual requeriría el nacimiento de una prole
virtuosa para provecho de todos:

Sóc.- Y para que, en la medida de lo posible, los niños nazcan ya con las mejores
naturalezas, ¿acaso no recordamos que los gobernantes, dijimos, hombres y
mujeres, deben manipular en secreto las alianzas matrimoniales, por medio de ciertos
sorteos, para que por separado, los malos de los buenos se unan cada uno por su
parte a su pareja semejante, sin que por esto suja ningún rencor entre ellos, al creer
que el azar era la causa de sus uniones?7

El emparejar correctamente a hombres y mujeres era la antigua función de las


comadronas y casamenteras, mencionadas en el Teeteto (*); los filósofos deben
asemejar esta función, pero a su manera, ya que, esta comparación representa el
uso de la mentira noble(*), la cual es dicha en pro de la Polis, en este caso para que
en ella nazcan ciudadanos óptimos, quienes en el futuro podrán contribuir en el
crecimiento y desarrollo de la ciudad-estado, además, el procurar y seleccionar
correctamente a quienes deben procrear aumentarían las posibilidades del
nacimiento de futuros guardianes/filósofos, quienes deberían gobernar la Polis de

6
Ibíd. 18c.
7
Ibíd. 18e.
(*) véase en: PLATÓN. Teeteto o sobre la ciencia. Barcelona: (traducciones y notas de Manuel Balash)
Anthropos, 1990. 148e-149d.

10
Platón, de acuerdo con la mencionado en Republica, donde se dice que sólo los
más virtuosos y educados serían los elegidos para custodiar y guardar de la
educación de los habitantes para el correcto funcionamiento de la ciudad8. Es
evidente la importancia que Platón ve en la educación para formación de un estado,
ya que de ella dependen el comportamiento de los ciudadanos, al ser la educación
una necesidad fundamental en la construcción del cuerpo ético–político de la Polis;
Platón, siembra las bases de la teoría política, en la raíces de la teoría educativa,
reformando la educación desde los educadores mismos, en primer lugar, a quienes
antaño era poetas y rapsodas (profesionales) de los mitos homéricos, ahora serian
vigilados por los guardianes, éstos les encargarían el trabajo de reescribir los mitos,
para que estas narraciones se adecuaran a un modelo virtuoso, las cuales, al
narrarse en lugar de los mitos mayores, sería ejemplo de una mejor conducta para
los infantes; después de la adaptación y edición de los mitos, se les encargaría
también a las nodrizas o ayas (no profesionales) la labor de recitarles esta nueva
poesía a los infantes, ya que ellas están a cargo del cuidado de ellos desde su
nacimiento, lo cual hace que influencien el comportamiento de los futuros
ciudadanos.

Aunque el pensamiento platónico conserva varios matices de la idiosincrasia griega,


y tiende a categorizar a la mujer como objeto de deseo, y reproducción, también le
abre la posibilidad de participación en la construcción del estado, pues Platón
plantea el rol de mujer como educadora e institutriz, o como ciudadana y posible
guardiana de la Polis, si es que ésta elige educarse en el camino dialectico, y en el
desarrollo de habilidades matemáticas, junto con la práctica de una vida virtuosa y
justa, además debe procurar y fomentar el cuidado de todos los demás integrantes
de la ciudad-estado y el cuidado de sí misma: tanto de su alma y mente, como de
su cuerpo; dado este último a partir de la práctica de la gimnasia; todo esto es
propuesto por el filósofo en la Teoría de las Ideas, presente a lo largo de sus
diálogos, lo cual también notaron algunos expertos en la filosofía platónica, como
es el caso de Amalia Gonzales, la cual dedicó su tesis doctoral a recopilar las
figuras femeninas más importantes de los diálogos platónicos, como lo son
Aspasia(*) y Diótima; tesis titulada “Lo femenino en Platón”, donde expone las
posibilidades que tiene la mujer en la participación de la Polis, pues:

(*)Sóc- siguiendo, pues, adelante; ¿no has sabido también que ellas son las más hábiles casamenteras, pues
su saber es insuperable para determinar los hombres y mujeres que se deben juntar en cada caso para
procrear hijos óptimos? Teeteto, 149d.
(*)También conocida como mentira verdadera o mentira semejante a verdad.
8
PLATÓN. Libro II En: Republica. Edición Bilingüe, (Traducción por José Manuel Pabón y Manuel Fernández
Galiano), Madrid, 1969, 373a-376c.

11
El Estado justo se nutre de dos condiciones que afectan al status de aquellas
mujeres que son tan capaces como los varones para asumir las tareas propias de la
custodia del Estado: en primer lugar, estas mujeres han de recibir la misma educación
que los varones, pudiendo, par tanto llegar a ser guardianas, y, en segundo lugar,
forman parte de ese conjunto de bienes comunes que poseen los varones guardianes.
Por lo tanto, la educación igualitaria que reciben algunas mujeres las conduce a una
posición ambigua respecto a los varones guardianes, ya que, por un lado, pueden
desempeñar las mismas funciones que éstos, y, por otro, forman parte de sus
posesiones comunes. Esta doble posición de algunas mujeres es la condición de
posibilidad del Estado9

En conclusión, la filosofía platónica no solo permite el rol reproductivo y sexual


propuesto por la antigua idiosincrasia griega, sino que le abre la posibilidad de
ser o nodriza e institutriz, encargándose del cuidado y educación mitológica de
los infantes, o el rol de guardiana/filosofa, que implica la búsqueda del
conocimiento a través del método dialéctico, para lograr su la educación, ya que
al educarse, estaría capacitada para educar a otros, y, de este modo, lograr
aportar su grano de arena en la construcción del estado.

***

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

9
GONZÁLEZ, Amalia. Lo femenino en Platón. Madrid: Universidad Complutense, 1992. p.7.
(*)Se le menciona en el Menéxeno, como la maestra en retórica de Pericles y posiblemente de Sócrates;
Amante de Pericles, originaria de Mileto.

12
GONZÁLEZ, Amalia. Lo femenino en Platón. Madrid: Universidad Complutense,
1992.

HALPERIN, David. ¿Por qué Diótima es una mujer? El eros platónico y la


representación de los sexos. Córdoba, Argentina: traducción de Graciela
Leguizamon, Cuadernos de Literal, 1999.

PLATÓN. Diálogos III: Fedón, Banquete, Fedro. Madrid: Editorial Gredos, S.A,
1993.

PLATÓN. Diálogos IV: Republica. Madrid: Editorial Gredos, S.A, 1994.

PLATÓN. Teeteto o sobre la ciencia. Barcelona: traducciones y notas de Manuel


Balash, Anthropos, 1990.

PLATÓN. Timeo. Madrid: trad. José Zamora, Abada Editores, 2010.

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