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el Prof. Pon s con sus estudios so- diversas figuras lineales que sirven
bre la relación de las impresiones para su clasificación. Estos finos
con la Etnología, grupos sanguí- pliegues estarían de~tinados, según
n~os, psicopátía~ y genética cuan- algunos autores, 'a ofrecer'ma'yor
titativa. superficie cutánea a los corpúscu-
Desde 1957 (Torres Marty) se 19S receptores de sensibilidad tác-
utilizan en nuestro país las impron- til. Se denomina cresta a la peque-
tas lineales para la identificación ña prominencia lineal limitada a
de recién nacidos. En fichas espe- ambos lados por el surco correspon-
ciales, quedan registradas conjun- diente.
tamente las huellas plantares del Embardunando estas zonas con
niño y el dibujo papilar del dedo tinta y aplicand0 las mismas sobre
índice de la mano derecha de la ma- una hoja q.e,pap~l o. cartón, quedan
dre. Utilizando este procedimiento reproducidas las imágenes. en espe-
es imposible que se planteen pro- jo y queda facilitado su estudio,
blemas de identificación al devol- pudiendo usarse para ello sistemas
ver el niño a su progenitora. El sis- ópticos de pequeño aumento.
tema utilizado corresponde al del
«Federal Bureau of Investigation CARACTERISTICAS ESPECIALES
Law Enforcemen» (Bull. 14, 1945). DE ESTOS RELIEVES
r-on infinidad de ellas, con diver- estas tres regiones de líneas entre
sas nomenclaturas, que se diferen- sí. Se le representa esquemática-
ciaban sólo en pequeños detalles y mente por tres rectas o radios con-
que estaban encaminadas a; la ma- fluyendo en un punto (fig. 2), lo
yor facilidad y perfección en la cUal nos permite reconstruir men-
técnica de identificación criminal. talmente el trayecto de las crestas
El sistema del español Oloriz ha que lo determinan.
sido adoptado por nuestra policía. El estudio de los ángulos que
La variada nomenclatura exis- limitan estos radios nos ha pareci-
tente dificulta enormemente este do de interés, ya que su valor nos
estudio, de tal modo, que a veces determina el grado de curvatura
es difícil establecer la sinonimia. de las crestas paralelas que for-
Nosotros adoptaremos la del espa- man el trirradio. Los llamaremos
ñol Pons y solamente citaremos la (J.., ~ Y y, siendo (J.. al más distal y
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I
10. menIque 3. medio
.,..
2. índice
Fig. 6. - To rbellinu.
ticilos a las que tienen un solo cen - mal , casi siempre situado sobre la
tro. eminencia hipotenar, a nivel de su
Los torbellinos aparecen prefe- borde o radial.
rentemente en los dedos pulgar y Vamos a estudiarlos por sepa-
anular. rado.
gura 11). Abarca cuatro dedos y ñantes a este surco, diremos que
de ahí deriva su denominación. muchas veces encontramos un sur-
Se le ha llamado también surco co del pulgar presente y normal en
antropoideo o simiesco} ya que se situación y longitud, pero otras es
le encuentra constantemente en los más corto o ha desaparecido. En
simios inferiores (macacus). Según alguna ocasión está presente pero
J. M. Robert y siguiendo la teoría además hay otra línea que parte de
de la evolución de las especies, es- su origen común con el surco an-
te hecho corroboraría la mayor tropoideo y cruza oblicuamente el
cercanía del H. Sapiens con los si- espacio entre las dos líneas en di-
mios menos desarrollados, de los rección cubital.
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fig. 11. - Pa lma de un niño mo ngóli co: lín ea de Croo ks hJn d . Surcos
:núltiples v de di s tribuc ión irreg ul a r .
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do, sino que estaba constituido por la madre presentaba los caracteres
multitud de líneas muy finas y cor- palmares típicos de degeneración
tas entrecruzadas entre sí que da- mongoloide. Creemos que estos ha-
ban en conjunto una sensación de llazgos merecen especial conside-
gran inmadurez. En este mismo ración y deberían ser motivo de es-
caso se esbozaba paralela y distal- tudios comparativos palmares y
mente a esta línea, otra de las mis- cromosómicos (fig. 13).
mas características. Se trataría de
un caso de doble línea de los cua- B) Surcos palmares múltiples y
tro dedos, que no hemos encontra- de distribución irregular
do descrito en la literatura (fig. 12)
Delay y Pichot han propuesto En casi todos los niños mongó-
(1947) , reunir bajo el epígrafe de licos, coincidiendo o no con las
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De este hecho se deriva una mayor Holt (1961) en 148 mongólicos va-
abertura del ángulo y de los tri- rones halla una media, de 130 a 29
rradios distales. con una desviación standard de
41,32 (normal 144,98 ± 51,08). En
B) Impresiones digitales 127 niñas, la media fue 124,44 y la
desviación 33,22 (normal 127,73 ±
El patrón del mongólico se ca- 52,51). La media de las crestas de
racteriza fundamentalmente por su cada dedo tomado individualmente
uniformidad. Los dibujos más fre- también suele ser menor, y las di-
cuentemente encontrados son las ferencias son del orden de 3,2 a
presillas, y es muy típico encon- 4,5 crestas según el dedo y la ma-
trar un bucle de abertura radial no .
en el cuarto dedo coincidiendo con . Si alineamos los dedos según el
asas de abertura interna en los de- número de crestas de mayor a me-
más dedos. nor, obtendremos series que en los
Los recientes estudios de gené- mongólicos son características y
tica cuantitativa (Penrose) sugie- distintas. de las que se encuentran
ren que el tamaño de la huella di- en la población general.
gital y el número de las crestas Aplicaremos a cada dedo un nú-
podrían ser gobernados por genes mero romano, siendo el pulgar el
situados en el cromosoma 21, como 1 y el meñique el V. Las series que
se desprende del hecho de que los se ven más frecuentemente son las
patrones de las huellas de los mon- siguientes:
gólicos son muy semejantes estre NORMAL:
sí, mostrando menor variación que 1 _ IV - V - nI - n.
en los individuos normales. MONGOLICO:
Los contajes totales muestran Mano izquierda
cifras muy semejantes para todos 1 - In _ IV - n_v.
ellos. El con taje medio difiere tam- Mano derecha
bién del de la población general. 1 - In _ n-IV _ V.
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..
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