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Plan formativo
C on C iencia
M isionera
En lucha contra la tristeza y la muerte
Abril
Dirección General de Cultura Alimentaria
C onCiencia Misionera
Es el espacio de encuentro para la formación del hombre y la mujer misionera, del
hombre y la mujer trabajadora de la Misión Alimentación y del Poder Popular, en
cual ampliaremos el conocimiento en el campo de la batalla de las ideas, en estos
tiempos de guerra mediática a nuestros valores, principios y cultura, en el que
debemos salir a hacer frente y reconocernos como pueblo, reconocernos en
nuestra historia, en nuestro presente y en nuestra lucha, entendiendo nuestro
papel y misión ante la Patria, generando una ConCiencia Misionera.
Metodología
La línea formativa ConCiencia Misionera es un instrumento didáctico que contiene
material de apoyo para facilitar la enseñanza y el aprendizaje. Es un instrumento
contentivo de una serie de documentos clasificados en el ámbito socio político y
alimentario, que va a permitir al lector la ampliación de conocimientos y la
adquisición de la argumentación para el debate de las ideas.
Tiempo de aplicación:
La entrega de cada contenido formativo corresponderá a un período de tiempo
para su aplicación. Cada contenido puede ser tratado en diferentes modalidades
formativas (debates matutinos, conferencias especializadas, video foros, charlas,
encuentros lúdicos, entre otros, según se especifique).
Contactos:
El otro documento que se presenta para este mes se titula Venezuela: Risiliencia
en tiempos de guerra no convencional, en el se expone una especie de
narración histórica de cómo el pueblo venezolano se ha adaptado a todas las
situaciones críticas que le han impuesto, sin perder la esperanza, demostrando
sus fortalezas al momento de convertir cada la lucha en una oportunidad para su
transformación cultural, fortaleciendo los principios éticos y morales como unidad
nacional. Aquí también se exponen 10 consejos para enfrentar “los sentimientos
de ansiedad o desasosiego, la angustia o el dolor,” que pretende generar la
guerra psicológica contra nuestro país. ¡Venceremos!
VENEZUELA:
RESILIENCIA DEL 17-04-19 AL 26-04-
26-04-2019
EN TIEMPOS DE GUERRA 19
NO CONVENCIONAL
Robert Jay Lifton fue un eminente psiquiatra norteamericano que dedicó gran
parte de su vida a explorar las consecuencias psicológicas que causa la guerra.
Su libro más famoso es ‘The Nazi Doctors: Medical Killing and the Psychology of
Genocide’ (Los médicos nazis: la matanza bajo supervisión médica y la psicología
del genocidio), un estudio sobre los médicos involucrados en los crímenes de
guerra del nazismo. Incluso fue férreo crítico de los programas de tortura
implementados durante el gobierno de George W. Bush y de la participación
secreta de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) con el objetivo de
elaborar “un código ético para justificar tal programa de torturas implementado por
la CIA”.
Gran parte de los estudios de Lifton son parte fundamental de los manuales de
tortura con que se entrenan las fuerzas especiales norteamericanas, así como los
organismos consultores encargados de las labores de inteligencia y
contrainteligencia, como la CIA, la NSA y el propio FBI, tal y como explica Arthur
Lepic en un artículo publicado en el portal Red Voltaire. En dicha investigación,
Lepic detalla cómo la aparición de movimientos guerrilleros en América del Sur y la
propia guerra de Vietnam llevaron al Ejército de Estados Unidos a redactar el
primer manual de conducta interrogatorio, llamado Kurbark —Counterintelligence
Interrogation—.
“El manual especificaba cómo ‘llegar a ser un perfecto torturador’ con el fin de
obtener rápidamente las calificaciones necesarias para llegar a ser un buen
‘interrogador’, explicando en detalle las técnicas coercitivas para llegar a este
objetivo rápidamente”. Dichos manuales fueron ampliamente utilizados en la
Escuela de las Américas para entrenar a militares sudamericanos pertenecientes a
gobiernos pro norteamericanos en contra de movimientos guerrilleros de izquierda.
En 1983, el Gobierno de Reagan aprobó una nueva versión ‘maquillada’ de dicho
manual ante las críticas que previamente había recibido por parte de un grupo
parlamentario del Congreso de EEUU por las atrocidades cometidas por cuerpos
de combatientes, como los Boinas Verdes y los Navy Seals alrededor del mundo,
pero especialmente en Centro y Suramérica. Fue así que los métodos de tortura
fueron arropados bajo el eufemismo de ‘Human Resource Exploitation Training
Manual — 1983 (‘Manual de Entrenamiento para la Explotación de Recursos
Humanos’)’.
“Ya no se requería contar con la presencia física para ser objeto de torturas
psicológicas, pues la guerra, a partir de ese momento, se libraría en un nuevo
campo de batalla: la mente de los individuos”
En este sentido, se han ensayado contra Venezuela toda una compleja trama de
estrategias de manipulación psicológica, donde se nota la influencia de los
trabajos de lavado cerebral analizados por Lifton. Sin embargo, como el punto de
mira está sobre el chavismo, la búsqueda de la culpabilización y la desintegración
de los lazos afectivos y emocionales con el proyecto político se hacen más
evidentes.
¿Cómo se siente ser escupido en todo el planeta? ¿Que no haya sitio dónde
esconderte, avión dónde volar? ¿Que ya no tengas paz jamás?
https://www.youtube.com/watch?time_continue=12&v=Imms9p7Vzsk
https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=LmPTePPQ3ck
https://www.youtube.com/watch?time_continue=12&v=v4ewgV8VqRg
https://www.youtube.com/watch?v=XlyG5lcFTh8
https://www.youtube.com/watch?v=hj1fVcXpcmo
” (…) se entenderá por el término ‘tortura’ todo acto por el cual se inflija
intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o
mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una
confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha
cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier
razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o
sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el
ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o
aquiescencia (…)”.
Mucho más que las balas y las bombas, es esta la amenaza más grave y quizá
invisible a la que se enfrenta actualmente el país suramericano: el fin de la utopía
de una sociedad sensible, solidaria y más justa.
Edward Said dijo cierta vez que nunca se dio el caso de un pueblo que se
sometiera de manera pasiva y dócil a los designios de los imperios. La resistencia
siempre ha sido un signo inscrito en la naturaleza de los oprimidos. Esos que
Walter Benjamin, situaba en "estado de emergencia permanente" y que llevan no
20, no 100, sino siglos luchando contra el mismo mal: la pulsión de muerte, el
deseo de unos por imponer a sangre y fuego su voluntad sobre otros.
Sometidos a una nueva agresión, que ha dejado a la mayoría del país sin energía
eléctrica por más de cinco días, conviene revisar un concepto que se ha venido
haciendo cada vez más visible en el día a día de los venezolanos: la resiliencia.
Pero no una definición cualquiera, sino aquella que solo brota en los territorios
tocados por el drama de la guerra. Una que conocen bastante bien en Palestina,
en Yemen, Irak, Siria y también en otras naciones que perdieron mucho más que
su territorio, como la antigua Yugoslavia.
Hablemos de esta forma de lucha contra la adversidad, para así conocerla pero
sobre todo para cultivarla, en especial, en los niños y niñas. Es esta, una de las
tareas más prioritarias, y responsables, que debe emprender el país
suramericano.
La resiliencia, entendida como "la capacidad del ser humano para hacer frente a
las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por
ellas", es un 'kit de emergencia', una herramienta psicológica que hace posible
enfrentar exitosamente los sentimientos de ansiedad o desasosiego, la angustia o
el dolor.
El valor de esta noción es que va más allá de una simple condición intrínseca en
los individuos y aunque en algunas personas —ya sea por su historia de vida o
condiciones psicológicas- puede estar más presente que en otras, lo importante es
que puede ser desarrollada.
R esiliencia infantil
Un texto emocionalmente difícil de abordar es el que nos provee Jay Berk,
psicólogo perteneciente a la Asociación Americana de Psicología y quien creó un
manual para la UNICEF sobre cómo tratar a los infantes durante los conflictos
bélicos. En él se hace un recuento sobre las experiencias vividas durante el
abordaje a los infantes de la antigua Yugoslavia.
Allí se explica que los niños sometidos a situaciones límite tienden a experimentar
un abanico amplio de emociones y experiencias particularmente estresantes. Los
adultos en especial, ya sean padres o maestros, deben generar un círculo de
confianza para "escuchar pensamientos y preocupaciones de los infantes sin
juzgarlos". Resulta imprescindible "imponer sus propios temores a los niños" y
entender que muchas veces las propias reacciones de los niños son un reflejo de
lo que ven en sus padres y adultos que los rodean.
Por último, aunque debería estar en el tope de prioridades, hay que "comunicarles
esperanza positiva, para que las experiencias pasadas de los niños no los lleven a
tener una perspectiva pesimista del futuro".
En el caso de los niños bosnios, Berk observó que "el aislamiento favorecía la
pérdida de la resiliencia, ya que el contacto con los demás era necesario para
proveer algún tipo de equilibrio, una mirada positiva y una reformulación del
significado de las experiencias". La desesperanza para Berk, deviene en una
epidemia que debe ser controlada a toda costa. "Cuando un niño llegaba a
sentirse desesperanzado, tenía menos energías para sobrevivir", afirma.
Para Berk, su experiencia en Bosnia le permitió entender que existen una serie de
factores, internos y externos que deben ser protegidos, fomentados e inculcados
para promover la resiliencia infantil. Ellos son:
El 'espíritu de solidaridad': "Si en lugar de sentirse aislado, el niño experimentaba
un espíritu de solidaridad en su entorno humano, esto ayudaba enormemente a su
salud mental".
'Habilidad para advertir el peligro y evitarlo': en las zonas donde no había ataques
o guerra, los niños no eran conscientes del peligro, sin embargo, en otros casos sí.
Esto promueve mecanismos de defensa que les permite hacer frente de manera
mucho más correcta a la adversidad.
'Habilidad para relajarse y calmarse': "Algunos niños poseían una habilidad natural
para controlar sus ansiedades de modo que no se tornaran abrumadoras. Otros
eran capaces de encontrar personas que pudiesen ayudarlos con esta tarea y
enseñarles técnicas de relajación".
Una de las labores más importantes y significativas fue la que realizó la Alcaldía
de Caracas. Llevaron a los hospitales infantiles de la ciudad grupos de artistas y
cantautores, para convertir la difícil circunstancia en lo que Boris Cyrulnik
considera es el fin último de todo proceso de resiliencia: el "mensaje de
esperanza" que nos invita a entender la adversidad con otros ojos y promover
"que ninguna herida sea un destino".
"Una causa crea un tema central de vida y por lo tanto una conexión con los
demás. Los niños que poseían una causa estaban más preparados para abocar
sus energías en sus capacidades positivas en lugar de sentirse solos, aislados o
sin un objetivo. La resiliencia aumentaba cuando parte de esa energía provenía de
un proyecto futuro. El poseer una causa también aumentaba la posibilidad de
acción. Dicha acción fomenta la resiliencia, ya que crea una sensación de control
sobre el destino de uno mismo".
No nos conocen, nos subestiman. No entienden, que así como en los versos de la
poeta venezolana Dariela Tello, Venezuela ya decidió su destino.