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La taxonomía tradicional de los signos distingue dos grupos básicos de casos de significación:

aquellos casos en los que se dice que algo significa naturalmente tal y tal cosa, y aquellos en
los que se dice que algo significa de un modo no natural, es decir, convencional.

La idea básica de esta concepción es distinguir los signos según su modo de manifestación, lo
que entraña el reconocimiento de la relación genérica que el signo mantiene con su referente.

Los casos de significados naturales corresponden a casos en los cuales alguna cosa significa
algo para alguien (el intérprete del signo), pero cuya significación está, de algún modo, fuera
de control, por ejemplo, las manchas que significan sarampión.

Características del significado natural:

(1) Estos niveles de glóbulos rojos significan anemia

 Cuando algo significa naturalmente otra cosa, la implica

 No hay intencionalidad. No pueden parafrasearse como “H quiere decir algo mediante


x”

Dicho de otra manera, en estos casos el signo se relaciona con su medio de producción
mediante un nexo causal lo suficientemente fuerte como para decir que ha sido motivado
naturalmente; razón por la cual en su interpretación juega un papel definitivo la inferencia
causal.

Las huellas, los síntomas y los indicios, como casos genéricos representativos de signos
naturales, refieren a una realidad objetiva de manera más o menos directa y unívocamente, lo
cual depende de cuán fuerte sea la referida relación de necesidad inferencial, todos ellos son
hechos extralingüísticos que hacen parte de la realidad natural.

Formas de significado natural: signos, marcas o sintomas, pero también gritos, gemidos, etc.

El significado no natural de “significa” deriva del significado natural.

El significado natural y el significado no natural De acuerdo con Grice (1957), hay distintos usos
de las expresiones “significa” o “quiere decir”, “significa algo” o “quiere decir algo” y “significa
que” o “quiere decir que”. Dependiendo del uso, se puede distinguir entre significados
naturales y significados no naturales de esos términos.

El significado natural de las expresiones mencionadas se ilustra en (1)

(1) Estos niveles de TSH (hormona estimulante de tiroides) significan (quieren decir)
hipotiroidismo donde “significan” (“quieren decir”) se usa en la acepción de significado
natural.

Esta acepción tiene varias características, aunque sólo se señalan a continuación las más
importantes. Cuando algo significa naturalmente otra cosa, la implica. No se puede decir (1) y
seguidamente afirmar que el que tiene esos niveles de TSH no tiene hipotiroidismo, porque si
esto fuese así los niveles de TSH no significarían, hipotiroidismo. El hipotiroidismo es la causa
de que se tengan esos niveles hormonales, por eso, éstos significan (quieren decir)
hipotiroidismo. De ahí que (1) pueda reformularse como (2)

(2) El hecho de que tenga estos niveles de TSH significa (quiere decir) que tiene
hipotiroidismo. porque los hechos significan naturalmente aquello que los causa.
Seguramente la característica que se debe destacar con más énfasis es la de que no hay
intencionalidad por parte de lo que significa naturalmente: los niveles de TSH
intencionadamente no quieren decir (no significan) nada. Precisamente es en esta
característica en donde el sentido natural de “significa” se enfrenta más claramente al sentido
no natural de la misma expresión. Considérese el siguiente ejemplo (3) de significado no
natural.

(3) Cuando Sara le comenta a Carmen “Lourdes está durmiendo” quiere decir (significa) que
Lourdes no puede salir

En este caso, que el comentario de Sara signifique (quiera decir) no naturalmente que Lourdes
no puede salir no implica que Lourdes no pueda salir. Sara puede emitir “Lourdes está
durmiendo” y Lourdes aparecer en esos instantes.

De hecho, (3) no puede parafrasearse como puede hacerlo (1) en (2) sin cambiar su
significado. Además, se puede decir que alguien, Sara, tuvo la intención consciente de decir
con su emisión de “Lourdes está durmiendo” que Lourdes no puede salir. A los sentidos no
naturales de “significa” o expresiones similares les caracteriza la intencionalidad, aunque, por
conveniencia, Grice considera también como sentidos naturales de “significa” aquellos que
puedan entenderse con el patrón “H (el hablante) pretende hacer tal o cual cosa mediante x
(acto)”, en donde claramente hay intencionalidad.

Ahora bien, este grupo de signos manifestados naturalmente se distingue de un segundo


grupo constituido por aquellos signos cuya producción e interpretación obedecen a las
prácticas sociales que instituyen convenciones para su uso.

Alguna criatura X produce involuntariamente un comportamiento , cuya producción significa


o tiene la consecuencia o evidencia que X tiene un dolor.

Una criatura X puede producir voluntariamente el comportamiento , con el propósito de que


alguien crea que tiene un dolor

Otra criatura Y reconoce que la producción de  es voluntaria. Además, Y reconoce que X


intenta que reconozca su comportamiento como voluntario (no hay engaño).

¿Por qué querría X fingir ese comportamiento? Quizá X está comprometido en algún tipo de
juego: Aún así debe ser posible para Y reconocer la contribución que X hace.

Finalmente, Y no supone que X está comprometido en un juego, sino que X está intentando
que Y crea o acepta que tiene un dolor. Es decir, al producir no naturalmente el
comportamiento quiere que Y entienda que X está en el mismo estado que aquel que
produciría el comportamiento naturalmente.

Se podría decir que Y reconoce que X (i) intenta que Y crea que el comportamiento de X es
voluntario; (ii) que Y crea que esto es una razón para que Y crea que X tiene un dolor, y (iii) que
intenta no ya que Y tenga razones suficientes para creer que X tiene un dolor, sino que lo crea

Para que Y pase de tener razones a creer hacen falta que se den más condiciones. Las
condiciones necesarias son aquellas que apelan a la confianza que Y deba sentir por X para que
sea racional no sólo que Y reconozca las intenciones de X sino que Y realmente pase a adoptar
esas creencias.

De este modo, Grice considera como sentidos no naturales de “significa” aquellos sentidos
que puedan enmarcarse en el patrón siguiente: “H quiere decir (significa) algo mediante x”.

No hay que pensar por estos ejemplos que es fácil decir de qué tipo son algunos usos
concretos de “significar”. Esto, sin embargo, no debe llevar a pensar que no haya ninguna
relación entre las dos acepciones de “significar” y que sea, por tanto, ilegítima la tarea de
explicar el significado no natural de “significa” en términos de su significado natural (Grice,
1957: 8).

Deficiencias del análisis de Grice

Nos encontramos que

Sugerir que X significaba algo será verdadero si quien expreso X, intentaba inducir una
creencia en alguna audiencia y que decir cual fue la creencia seria decir que es lo que
significaba X

Esto no nos sirve, ya que:

Yo podría dejar el pañuelo de B cerca de la escnea de un crimen para hacerle creer al


detective que B es el asesino; pero no querríamos decir que el pañuelo (o que yo lo dejara allí)
significaba no-naturalmente algo o que yo, al dejarlo, quería decir no naturalmente que B era
el asesino. Claramente debemos agregar al menos que para que x haya significado no
naturalmente algo, no solo debe haber sido emitido con la intención de producir cierta
creencia, sino también el hablante debe haber intentado que una audiencia reconozca la
intención tras la expresión.

(1) Herodes le da a Salomé la cabeza de San Juan Bautista en una bandeja

Aquí tenemos un caso que satisface las condiciones de significado no natural; Herodes quería
hacer creer a salome que San Juan Bautista estaba muerto y sin duda también quería que
Salomé reconociera que el intentaba que ella creyera que San Juan Bautista estaba muerto.
Aun asi no podemos decir que este casos de significado no natural

Lo que debemos encontrar es la diferencia entre “deliberada y abiertamente hacer que


alguien sepa” y “decirlo” y entre “hacer que alguien piense que” y “decirlo”

La salida es la siguiente

(1) Le enseño al sr. X una fotografía del sr. Y mostrándose afectuoso con la Sra. X
(2) Hago un dibujo del sr.Y comportándose de esa manera y se lo muestro al sr. X

Intento negar que la fotografía significara algo y a la vez quiero afirmar que el dibujo
significara algo. En el primer caso mi opinión será irrelevante, el afecto de dejar la foto al suelo
a su vista será el mismo. En cambio el dibujo necesitara de mi explicación, si la dejo en el suelo
se pensará que solo es un dibujo.

Posiblemente podemos resumir lo que es necesario para que A quiera decir algo mediante x
de la siguiente manera: A debe desear producir una creencia en una audiencia mediante x y
debe desear también que su emisión sea reconocida como algo que conlleva esa intención.
Pero estas intenciones no son independientes (...) En breve quizás podremos luego decir que
“A quería decirNN algo mediante x” es aproximadamente equivalente a “A emitió z con la
intención de producir una creencia mediante el reconocimiento de esta intención

Finalmente ahora podamos hacer las siguientes generalizaciones

1) A quiso decir mediante x: es equivalente a A tuvo la intención de que la emisión de x


produjese algún efecto en una audiencia mediante el reconocimiento de su intención,
preguntar que quiere decir A es pedir una especificación del efecto deseado
2) X significaba algo es equivalente a Alguien quiso decir algo mediante x. No funciona del
todo, decir que alguien, el municipio quiso decir con el cambio de luz del semaforo que el
trafico tenia que parar es muy poco natural
3) X significa que tal y cual: podría a igualarse a la gente intenta llevar a cabo con x,

para que x tenga un significado nn el efecto deseado debe ser algo que en algún sentido este
dentro del control de la audiencia.

Su propuesta original, expuesta en el artículo “Meaning” (1957), en respuesta a algunas


críticas planteadas, debió ser reformulada una década después de su aparición pública,
especialmente en otros dos artículos titulados: “Utterer’s Meaning, Sentence-Meaning and
Word-Meaning” (1968) y “Utterer’s Meaning and Intentions” (1969) (Las intenciones y el
significado del hablante).

Bibliografia

Una aproximación a la filosofía del lenguaje, Frapolli y Romero

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