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DOSSIER DE JURISPRUDENCIA

DERECHO PROCESAL PENAL

2018
JURISPRUDENCIA TALLERES PROCESAL PENAL

Taller 15/03: Principios y Garantías

1) Derecho a Defensa: La Constitución garantiza a todas las personas, en su artículo 19 Nº 3, el


derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale, obligándose el Estado a arbitrar los
medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes no puedan procurárselo por sí
mismos. Asimismo, los artículos 8º, 93 letra b) y 102 del Código Procesal Penal consagran también
este derecho, estableciéndolo a favor del imputado desde la primera actuación del
procedimiento y hasta la completa ejecución de la sentencia, contemplándose la posibilidad de
autorizar la defensa personal del enjuiciado, si éste así lo solicita al juez, quien sólo la permitirá
cuando no perjudicare la eficacia de la defensa, pues, en caso contrario, le designará defensor
letrado, de lo que sigue que el derecho a ser oído por el tribunal no coincide con el de ser
defendido “eficazmente”, razón por la cual el defensor ha de ser letrado (considerando 7 y 9).

Corte Suprema, 13/08/2008, Rol Nº 3198-2008

2) Acceso a Carpeta Investigativa: La obligación que pesa sobre el Ministerio Público de


consignar todo cuanto condujere a la comprobación del hecho y a la identidad de los partícipes
en la comisión de un hecho punible, en forma detallada, lo que se pormenoriza, entre otras, en la
obligación de hacer constar el estado de las personas, cosas o lugares y la obligación de
identificar a los testigos del hecho investigado y de consignar sus declaraciones, tiene correlato
en la consecuente obligación que la ley impone al persecutor no sólo de individualizar a los
testigos de cargo, sino de indicar, además, aquellos puntos sobre los cuales recaerán sus
declaraciones, junto con poner a disposición de la defensa todos los antecedentes acumulados
durante la investigación. Tales deberes responden al derecho que tiene el inculpado a una debida
defensa, que se materializa no sólo en la asistencia letrada, sino también en el derecho a conocer
con detalle el hecho imputado y los elementos de cargo que sirven para sustentarlo, desde que
no basta con la mera indicación del nombre de un testigo, aparecido además sólo en la acusación,
puesto que en el caso concreto se trata del nombre de una persona que no figura en parte alguna
de la indagación. El artículo 93 letra e) del Código Procesal Penal reconoce el derecho del
imputado a imponerse del contenido de la investigación, lo que resulta necesario no sólo para la
elaboración de la estrategia defensiva o la teoría del caso, sino para la presentación adecuada a la
audiencia de preparación del juicio, como asimismo para el desarrollo de los
contrainterrogatorios de los testigos de cargo, puesto que no es posible pretender que la
defensa esté en condiciones de elaborar una estrategia defensiva o adoptar alguna decisión
sobre aquella, si no conoce todos los elementos de cargo. El escenario que le muestra la
investigación del fiscal y que es la que recibe junto con la acusación –con el tiempo suficiente
garantizado por el legislador antes de la audiencia de preparación de juicio–, es el que le permite
discernir la mejor forma de enfrentar el juicio y defender los derechos del acusado (considerando
8º de la sentencia de la Corte Suprema). Que se pueda rendir prueba nueva no quiere decir que
no sea necesario el registro previo de la declaración de los testigos, porque se trata de una
situación excepcional y, como tal, está aceptada por el legislador como una que si bien puede
producir sorpresa en la defensa y, con ello, afectar los derechos del imputado, responde a casos
reglados y que pueden proceder a favor de cualquiera de los intervinientes (considerando 10º de
la sentencia de la Corte Suprema).

Corte Suprema, 05/09/2012, Rol: 5116-2012

3) Debido Proceso e Imparcialidad: (…)El derecho del debido proceso lo constituye un conjunto
de garantías que la Constitución Política de la República, los tratados internacionales ratificados
por Chile y en vigor y las leyes le entregan a las partes de la relación procesal, que procuran que
todos puedan hacer valer sus pretensiones en los tribunales, que sean escuchados, que puedan
reclamar cuando no están conformes, que se respeten los procedimientos fijados en la ley,
veredictos motivados o fundados, etc.; en tanto que, por la imparcialidad del tribunal, se
comprenden tres garantías individuales de que gozan las personas de cara a la organización
judicial del Estado, a saber, el derecho al juez independiente, neutral y natural, referidos
principalmente a que los asuntos criminales deben ser conocidos por los tribunales establecidos
por la ley con anterioridad a la perpetración del hecho punible, sin que otro poder del mismo
Estado pueda avocarse a esa función, y a la forma de posicionarse el juez frente al conflicto, de
suerte que no medie compromiso con los litigantes o el asunto, desde que en todo proceso penal
aparece comprometido el interés público de la comunidad en el esclarecimiento de los sucesos y
el castigo de los delitos o la imposición de medidas de seguridad, como también la absolución del
inocente. (…) (Considerando 10°)

Corte Suprema, 20/10/2009, Rol Nº 5203-2009

4) Debido Proceso e Investigación Penal: Que las dos irregularidades preliminares develadas por
el recurso se extienden al axioma del debido proceso, aunque debe señalarse por lo pronto que
aquél consiste en un conjunto de garantías que la Constitución Política de la República, los
tratados internacionales ratificados por Chile en vigencia y las leyes le entregan a los integrantes
de la relación procesal, por medio de los cuales se procura que todos puedan hacer valer sus
pretensiones en los tribunales, que sean escuchados, que puedan protestar cuando no están
conformes, que se respeten los procedimientos determinados en la ley, resoluciones motivadas o
fundadas, etc., desde que en todo proceso penal aparece comprometido el interés público de la
comunidad en el esclarecimiento de los hechos y castigo de los delitos, como también la
absolución del inocente, ese interés debe ser tutelado exclusivamente por el Ministerio Público
como órgano predispuesto por el Estado justamente con ese fin, que comprende por cierto la
exclusiva y excluyente promoción de la acción penal y la carga de probar la culpabilidad del
inculpado, pero al mismo tiempo debe actuar con imparcialidad y objetividad (Considerando 8°).

Corte Suprema, 12/10/2010, Rol Nº 5608-2010

5) Presunción de Inocencia: En cuanto a las alegaciones de la defensa en cuanto a la presunción


de inocencia del imputado, esta presunción efectivamente es uno de los pilares del sistema
acusatorio, no tan sólo reconocido a nivel legal en el artículo 4º del Código Procesal Penal, sino a
nivel constitucional vía artículo 5º inciso segundo de la Constitución Política de la República,
mediante la ratificación de tratados como la Declaración Universal de Derechos Humanos,
Convención Americana de Derechos Humanos y Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, garantía que se traduce en que esta “presunción” no es más ni menos que la derivación
de toda persona a un juicio previo y en este sentido resulta ser integrante del debido proceso y la
debida correspondencia entre imputación y fallo, y sobre el cual derivan las siguientes
consecuencias: La carga de la prueba corresponde al Estado; el imputado en el proceso debe ser
tratado como inocente; derecho a un juicio oral, público y contradictorio. Todo lo anterior se ha
dado en este juicio en contra del imputado, y en él se han respetado sus derechos y garantías, las
que culminan como imputado y en el momento de ser condenado con una sentencia, fundada y
fundamentada, que dé por acreditados los hechos por los cuales se le condena, cuestión que
ocurre y ha ocurrido en autos, razón por la cual se ha respetado íntegramente su derecho a ser
tratado como inocente, mas sólo hasta este momento en que se declara su responsabilidad penal
en los hechos que se le imputan. (Considerando 16º de la sentencia del Juez de Garantía,
ratificada en Corte Suprema).

Corte Suprema, 03/04/2008, Rol Nº 1094-2008

6) Debido Proceso y Víctima: Por debido proceso se entiende aquel que cumple integralmente la
función constitucional de resolver conflictos de intereses de relevancia jurídica con efecto de
cosa juzgada, protegiendo y resguardando, como su natural consecuencia, la organización del
Estado, las garantías constitucionales y, en definitiva, la plena eficacia del Estado de Derecho.
Desde una perspectiva constitucional, y de derechos fundamentales, el debido proceso se
traduce no sólo en las garantías del imputado, sino también en el derecho a acceder a la justicia
de la víctima para perseguir la reparación del mal causado y el castigo a los culpables, a través de
los medios establecidos en la ley procesal y traducidos en el proceso en contra del imputado. Por
ende, deben descartarse todas las interpretaciones que, a pretexto de las garantías del
imputado, lesionen el derecho de la víctima y de los organismos encargados de protegerla para
buscar la aplicación de la sanción prevista por la ley y la reparación del mal causado
(considerando 17).

Corte Suprema, 18/03/2008, Rol Nº 6181-2007

7) Calidad de Imputado: Los derechos y garantías del imputado –en la línea que señala el artículo
7º del Código Procesal Penal–, podrán hacerse valer desde la primera actuación del
procedimiento que se dirija en su perjuicio, hasta que la sentencia se halle completamente
ejecutoriada. Bajo este presupuesto normativo quedan cubiertas las actuaciones policiales, entre
ellas la toma de declaración (que es la pertinente a este caso). En este mismo orden de ideas, el
derecho a defensa letrada corresponde desde la primera actuación, situación que no le fue
reconocida al sujeto pasivo, en concordancia con esta garantía se deben entender aquellas que el
artículo 93 consagrada a favor del imputado, algunas de éstas también fueron violentadas por el
actuar policial en el procedimiento.

Corte Suprema, 13/04/2010, Rol Nº 9758-2009


8) Deber de registro y Derecho a Defensa: Que resulta preciso dejar establecido que para el
Ministerio Público no existe ninguna obligación legal de presentar como testigos en el juicio oral
sólo a aquellos que declararon en la fase de investigación, y respecto de los cuales tenga un
registro, por lo que si esta circunstancia acontece, por sí sola, no puede convertirse en una causal
de exclusión.

Si bien el artículo 332 del Código Procesal Penal contempla la posibilidad de contrastar el
testimonio prestado en el juicio oral con el registro que exista de una declaración previa dada en
la etapa de investigación, se trata tan solo de una eventualidad, que, en su carácter de tal, no
puede ser entendida como una limitante para la admisión de la prueba. (…) (Considerando 2°)

Corte de Apelaciones de Santiago, 02/11/2011, Rol N° 2173-2011

Doctrina en sentido contrario:

Que de conformidad con los antecedentes reseñados en lo que antecede, esta Corte estima que
el ente acusador no justificó suficientemente la omisión de su interrogación, la que, en la especie,
resulta especialmente gravosa para la defensa, toda vez que se trataría de un testigo presencial
del hecho delictivo, respecto del cual no es posible presumir el tenor de la declaración que podría
prestar en juicio oral, por tratarse de la apreciación subjetiva de lo que pudo o no observar el día
correspondiente.

De lo expuesto aparece que se coarta la defensa técnica de los imputados, se le impide preparar
adecuadamente su teoría del caso, enterarse anticipadamente de los hechos ignorados que esta
prueba podría aportar en el juicio oral y proceder a la interpelación del testigo ya referido y
realización del ejercicio estatuido en el artículo 332 del Código Procesal Penal, lo que se traduce
necesariamente en una vulneración al debido proceso, compartiendo así lo resuelto por la señora
Juez a quo. (…) (Considerando Quinto)

Corte de Apelaciones de San Miguel, 01/03/2013


Taller 19/04: Prisión Preventiva

2) Prisión Preventiva como excepcional: Un principio capital de la reforma procesal penal es el


carácter de medida de último recurso que posee la prisión preventiva, la que procederá cuando
las demás medidas cautelares personales fueren estimadas por el Juez como insuficientes para
asegurar las finalidades del procedimiento, la seguridad del ofendido o de la sociedad. (…)
(Considerando 4°)

Sin desconocer las atribuciones de los Jueces para aquilatar las condiciones y circunstancias que
les permitan decretar, rechazar o sustituir la prisión preventiva de un imputado, tales facultades
han de ejercitarse en el contexto de los postulados antes recordados y manteniendo la
concordancia con la Constitución Política de la República, que en su artículo 19, Nº 7, letra c),
consagra la libertad del imputado como regla general, a menos que su detención o prisión
preventiva sea considerada como necesaria para los precisos objetivos allí señalados, debiendo
entenderse que el establecimiento por la ley de los requisitos y modalidades para obtenerla no
puede tornarla en inalcanzable en un juicio, antes que se pronuncie sentencia condenatoria, que
es el estadio procesal en que se manifiesta la convicción de haberse cometido el hecho punible
objeto de la acusación y que en él hubiere correspondido al acusado una participación culpable y
penada por la ley. (Considerando 5°)

Corte Suprema, 13/01/2009, Rol Nº 192-2009


JURISPRUDENCIA DE APOYO PARA CLASES

Unidad II - 03/04 - Estatuto de Detención

1) Indicios y Control de Identidad: Siendo el control de identidad un procedimiento que afecta


derechos garantizados por la Carta Fundamental, como la libertad personal y ambulatoria, no
puede efectuarse en forma arbitraria o caprichosa por el funcionario policial, ya que la ley
dispone su procedencia sólo en “casos fundados”, pero sin definirlos ni conceptuarlos,
solamente entrega en el artículo 85 inciso 1º del Código Procesal Penal, por la vía ejemplar,
distintos indicios que pueden fundar su procedencia. Decidir si se está en presencia de un caso
fundado o indicio que reúna las calidades que exige la norma es un proceso que se realiza caso a
caso, pero sin dejar de lado la orden del artículo 5º inciso 2º del Código mencionado, consistente
en interpretar restrictivamente y no aplicar por analogía las disposiciones que autoricen la
restricción de libertad o de otros derechos del imputado.

Para que no resulte objetable la validez del control de identidad, los indicios deben fundarse en
conductas concretas de un individuo que permitan suponer su participación en la ejecución de un
ilícito penal, es decir, tiene que haber una conducta sospechosa más otros indicios, como pueden
ser la hora y el lugar, que hagan presumir la comisión de un ilícito, pero no puede atenderse a
criterios fundados en el aspecto personal, origen, condición social, religiosa o lugar de domicilio
del sujeto. En síntesis, no sólo basta la existencia de un indicio para legitimar el control de
identidad, se requiere que sea fundado (considerandos 3, 4 y 5).

Corte de Apelaciones de Concepción, 23/11/2007, Rol Nº 546-2007

2) Declaración ante Policía: Constituye un derecho asegurado por la Constitución Política de la


República, el que toda decisión de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso
previo legalmente tramitado y que el artículo 19, Nº 3, inciso quinto, confiere al legislador la
misión de definir siempre las garantías de un procedimiento racional y justo. (…) (Considerando
5°)

En este contexto, el artículo 91 del Código Procesal penal dispone “Declaraciones del imputado
ante la policía. La policía sólo podrá interrogar autónomamente al imputado en presencia de su
defensor. Si éste no estuviere presente durante el interrogatorio, las preguntas se limitarán a
constatar la identidad del sujeto. (…) (Considerando 6°)

De lo anterior queda de relieve la restricción de cualquier iniciativa consistente en adquirir o


incorporar en juicio pruebas de cargo obtenidas con inobservancia de la ritualidad de que están
revestidas cercenando derechos establecidos y garantizados por el legislador a los intervinientes.
(Considerando 7°)

Por lo que la intervención del policía no se ajustó a los requerimiento del artículo 91 del Código
Procesal Penal, pues las declaraciones de los imputados que él recibió, no fueron prestadas en
presencia de su defensor, no del fiscal, ni bajo responsabilidad o con autorización de éste, lo que
significó, en los hechos, la producción de prueba de cargo por parte del acusador obtenida con
inobservancia de garantías fundamentales. (Considerando 9°)

(…) Cuando el tribunal decide valorar positivamente y fundar una decisión de condena en el
relato de un funcionario policial que ha recibido la declaración de los imputados con
prescindencia del tenor de la ley y con total desconocimiento de ésta, no sólo excede los
márgenes de lo legalmente permitido sino que lo que hace en realidad es suplir eventuales
insuficiencias en la indagación y en la información transmitida por el persecutor, lo que no puede
ser tolerado.

La buena fe de un funcionario de Carabineros no suple el desconocimiento de la legalidad de los


procedimientos policiales ni legitima actuaciones que se desarrollen en la creencia de estar
amparadas en órdenes amplias de investigar proscritas de nuestro nuevo sistema procesal penal
desde hace ya largo tiempo. (Considerando 12°)

(…) La declaración del imputado prestada sin atender las normas que la gobiernan no puede ser
utilizada para fundar una decisión que lo perjudique. Se trata de la necesidad de extremar los
recaudos formales para garantizar la libertad de la decisión del imputado al prestar su
declaración. Así, “La decisión judicial contraria al interés del portador de la garantía no puede ser
fundada en elementos de prueba obtenidos mediante su inobservancia o con violación de las
formas previstas en resguardo de la garantía”. (Considerando 13°)

Corte Suprema, 12/04/2010, Rol N° 9521-2009

Del examen del artículo 91 del Código Procesal Penal se colige que no es lo mismo interrogar que
declarar, dado que en aquella actuación el inculpado es objeto de un cuestionamiento, en tanto
que en la segunda voluntariamente se quiere expresar algo. La regla general, en consecuencia,
estriba en que el imputado no puede ser interrogado sin su abogado presente, pero sí puede
declarar si así lo desea, en cuyo caso no se requiere la presencia del defensor sino la del fiscal o su
autorización para proceder, sin perjuicio que el profesional puede incorporarse cuando lo desee.
La jurisprudencia ha dicho que el derecho a contar con un abogado desde los actos iniciales del
procedimiento no conlleva la nulidad de todas las actuaciones que se verifiquen en su ausencia,
pues la misma ley regula los casos precisos que acarrean ese efecto y aquellos otros en que, con
la anuencia del imputado, se puede prescindir de él. La Constitución y la ley garantizan el derecho
a guardar silencio y a tener defensa técnica, de modo que lo que se debe asegurar es la debida
comunicación de esas prerrogativas al inculpado; nada impide que éste, en conocimiento de esas
facultades, renuncie a ellas y consienta en declarar bajo determinadas condiciones. En la especie,
las actuaciones de la policía se ajustaron a los artículos 19 Nº 3 inciso final de la Carta
Fundamental, y 91 y 93 letra g) del Código Procesal Penal, pues el trayecto de los imputados al
cuartel policial fue voluntario, recorrido durante el cual uno de ellos narró a un policía haber dado
muerte a la víctima, adoptándose a partir de ese instante las medidas conducentes para que
dicho relato se prestara ante el fiscal, lo que efectivamente sucedió, previa lectura de sus
derechos a guardar silencio y a ser asistidos por un abogado defensor, a lo que renunciaron
expresamente (considerandos 7º a 9º de la sentencia de la Corte Suprema).

Corte Suprema, 29/10/2012, Rol: 6219-2012

3) Nerviosismo como Indicio: Que, en el presente caso, del mérito de los antecedentes, en
especial lo señalado por los intervinientes en estrados, permiten tener por establecido que el día
de los hechos, Carabineros de Chile constató que el vehículo que le antecedía verificó “una
conducta inadecuada”, lo que los lleva primeramente a fiscalizar el vehículo; luego, al detectar el
nerviosismo de sus ocupantes, proceden a controlar la identidad de sus estas y, posteriormente,
el registro del móvil. En efecto, de conformidad a la reseñada regla legal, los funcionarios
policiales, en su oportunidad, constataron la existencia de indicios suficientes acerca de quienes
se encontraban al interior del vehículo hubieren cometido un crimen.
Que, entonces, no cabe duda que en el presente caso se está en presencia de indicios suficientes
que permitían a los funcionarios policiales solicitar la identificación de los ocupantes del vehículo.
En efecto, aquéllos constataron elementos tales que al ser relacionados, unidos a la circunstancia
de que en su interior se encontró, en el asiento trasero, una mochila en cuyo interior se contenía
una cantidad considerable de sustancia prensada de origen vegetal de similares características a
la de marihuana, esto es, de 6.428 gramos, constituyen, en concepto de estos sentenciadores,
datos fácticos suficientes que hacen procedente el control de identidad de Nicole Angélica
Miranda Brown y de Yesenia Ivette Arévalo Obregón, configurándose así, una de las hipótesis
que contempla el artículo 85 del Código Procesal Penal, que legitiman la actuación de los policías
respecto de la detención de las mencionadas imputadas, pues el conjunto de indicios
concurrentes son complementarios, temporáneamente conexos, y de distinta fuerza de
convicción, que deben analizarse conjuntamente en la situación de hecho acaecida.

Que conforme a lo razonado precedentemente, a la luz de las disposiciones legales que rigen la
materia, resulta que no existe reproche legal alguno en el control de identidad que se efectuó a
las mencionadas imputadas, y, además, se encuentra ajustada a derecho su detención, en
consecuencia, corresponde enmendar la resolución impugnada.

Corte de Apelaciones de San Miguel, 11/02/2013, Rol N°100-2013 (considerandos 5° a 7°)


Unidad II – 24/04 – Medidas Intrusivas

1) Filmaciones en Vía Pública: El artículo 226 del Código Procesal Penal, que faculta al juez para
ordenar, a petición del Ministerio Público, la fotografía o filmación de imágenes conducentes al
esclarecimiento de los hechos, está concebido en el contexto de una afectación del derecho a la
intimidad y de la privacidad, que ciertamente no existe en la vía pública, al menos en lo relativo a
la imagen. En efecto, quien se encuentra en un lugar público no puede tener una pretensión de
privacidad que el mismo espacio no le puede proporcionar. En consecuencia, los videos donde
aparece el imputado en la vía pública no precisaban de autorización judicial para su realización,
por tratarse de una diligencia que no atentaba contra garantía alguna (considerando 11º).

Corte Suprema, 08/10/2010, Rol Nº 5507-2010

2) Filmaciones de Carabineros en vía pública: Que es un hecho no controvertido por los


intervinientes que la prueba consistió en una filmación efectuada por agentes de la policía civil en
los momentos en que los imputados procedían a cargar unos bolsos en la maletera de un
vehículo estacionado en la vía pública; (Considerando 5°)

Que el constituyente estableció como garantía fundamental en el referido artículo 19 Nº 4: El


respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia ; al efecto hay que
recordar que dicha norma fue modificada por la Ley Nº 20.050, de 26 de agosto de 2005, que
suprimió la expresión y pública .

No resulta lógico extender los efectos de esta garantía a aquellos espacios de carácter público,
como serían por ejemplo los parques, plazas y aceras, lugares en los cuales no se puede
pretender que podamos realizar actuaciones que puedan estimarse privadas, ahí estamos sujetos
al escrutinio público y podemos ser objeto de fotos o filmaciones por terceros, sin perjuicio de la
responsabilidad que pudiera corresponder al tercero por el mal uso que pudiere dar a las
imágenes obtenidas (Considerando 6°)

Que, la norma del artículo 226 del Código Procesal Penal debemos entenderla referida a la
reglamentación de la utilización de medios técnicos de investigación por parte de los agentes
policiales en el curso de una investigación encomendada por el órgano prosecutor, y que
implique la afectación del derecho a la intimidad, en cuyo caso debe requerir la autorización
previa del Juez de Garantía, lo que no sucede en la especie por tratarse de una filmación que
pudo haber sido obtenida legítimamente por cualquier transeúnte de una vía pública;
(Considerando 7°)

Que de la manera expuesta, esta Corte concluye que el disco compacto que contiene una
filmación efectuada el día 9 de mayo de 2007, por personal de la Brigada Antinarcóticos de la
Policía de Investigaciones de Chile, en la que aparecen los acusados cargando unos bolsos en el
maletero de un vehículo estacionado en la vía pública, no ha sido obtenido con infracción o
vulneración de alguna garantía constitucional, de manera que no corresponde su exclusión del
auto de apertura del juicio oral, y en tal caso la decisión adoptada por el señor Juez a quo deberá
ser enmendada por medio del presente recurso de apelación, disponiéndose la incorporación del
referido medio de prueba, conforme fuere ofrecido por el ente persecutor en su acusación.
(Considerando 8°)

Corte de Apelaciones de Iquique, 21/01/2008, Rol Nº 1-2008


Unidad II – 26/04 – Salidas Alternativas

1) Incumplimiento de Condiciones: Que, consiguientemente, el legislador, en el caso de


incumplimiento de una condición impuesta para decretar la suspensión condicional del
procedimiento, determinó exactamente el efecto que se produce ante el incumplimiento, cual es
la revocación de la suspensión condicional y, por ende, la continuación del procedimiento para
aplicarle la sanción que corresponda por el ilícito de que se trata. (Considerando 6°)

Que, en el caso en estudio, la medida se dictó en el contexto de una resolución que suspende
condicionalmente el procedimiento, de manera que la resolución no era de carácter permanente,
toda vez que podía ser dejada sin efecto en cualquier momento dentro del período fijado por el
tribunal, dándose las condiciones señaladas por la ley.

Además, fue el propio legislador el que estableció las consecuencias de la infracción a las
condiciones impuestas por el juez en la suspensión condicional del procedimiento, en el artículo
239 del Código Procesal Penal.

Consiguientemente, los hechos establecidos en la sentencia recurrida no son constitutivos del


delito de desacato, por no encuadrarse dentro del tipo penal que contempla el artículo 240 inciso
segundo del Código de Procedimiento Civil. (Considerando 8°)

Corte de Apelaciones de Concepción, 13/11/2008, Rol Nº 470-2008

2) Rol del Ministerio Público en los acuerdos reparatorios: “A diferencia de la suspensión


condicional del procedimiento, el Ministerio Público no es el protagonista central en los acuerdos
reparatorios. La posibilidad de intervención con que cuenta el Ministerio Público se produce en la
audiencia en que el juez de garantía debe aprobar el acuerdo presentado por las partes, con el
objeto de argumentar que no procede el mismo para esos hechos, que no ha existido plena
voluntariedad de alguna de las partes o que existe un interés público prevalente en la
continuación de la persecución penal pública en ese caso específico. Sin embargo, la opinión del
fiscal no tiene valor vinculante ni para el juez ni para las partes que intervienen en el mismo, ya
que éste podría ser aprobado por el juez y, consiguientemente, producir el efecto de extinguir la
acción penal, aun en contra de la voluntad expresa del fiscal (Proceso Penal , Mauricio Duce J,
Cristian Riego R., Editorial Jurídica de Chile, 1ª. Edición, año 2007, páginas 350 y 351)”.
(Considerando 7°)

Corte de Apelaciones de Concepción, 20/03/2009, Rol Nº 101-2009

3) Imposibilidad de revocación de acuerdo reparatorio: Que, a diferencia de la suspensión


condicional del procedimiento, institución en la cual existe una norma expresa en el evento de
incumplimiento sin justificación, grave o reiterada de las condiciones impuestas que permite su
revocación, la ley no contempla la situación de la revocación del acuerdo reparatorio. En este
evento, frente al incumplimiento del imputado, el único efecto que se produce es la imposibilidad
de dictar sobreseimiento definitivo, el cual sólo podrá decretarse una vez cumplidas las
obligaciones contraídas por el imputado en el acuerdo reparatorio o garantizadas debidamente a
satisfacción de la víctima, sin que sea posible aplicar en este caso el artículo 242 del Código
Procesal Penal, por lo que debe estarse a lo dispone el artículo 243, que permite a la víctima instar
por el cumplimento incidental del acuerdo ante el mismo Juez de Garantía en la forma que
contempla dicha norma. (Considerando 6°)
Corte de Apelaciones de Concepción, 20/03/2009, Rol Nº 101-2009

Unidad II – 08/05 – Acusación y Sobreseimiento

1) Sobreseimiento: Que la letra d) del artículo 250 del Código Procesal Penal señala que el
sobreseimiento definitivo procederá en el caso que se hubiere extinguido la responsabilidad por
motivo legal, lo que nos remite al artículo 93 del Código Penal.

Esta norma, a su vez, señala siete causales para dar lugar a ello: la muerte del responsable, el
cumplimiento de la condena, la amnistía, el indulto, el perdón del ofendido en una causa de
acción penal privada, la prescripción de la acción penal y la prescripción de la pena.

En este caso, no se da ninguna de las características de los cinco primeros elementos señalados,
ni la prescripción de la pena, por cuanto ésta aún no se ha impuesto.

En cuanto a la prescripción de la acción penal, ésta se halla reglada en el artículo 94 del Código
Penal, no cumpliéndose en ningún respecto el cómputo de plazos allí señalado; (Considerando 5°)

Corte de Apelaciones de San Miguel, 18/05/2012, Rol N° 616-2012

2) Sobreseimiento y rebeldía: La declaración de rebeldía de la imputada, obliga al juez de


garantía a dictar sobreseimiento temporal conforme al artículo 252 letra b), como consecuencia
de la facultad ejercida por el Ministerio Público. No es óbice para esta conclusión lo prescrito en
el artículo 101 del Código Procesal Penal, pues de su texto se infiere que los imputados pueden
ser varios y sólo uno o más están rebeldes. En el caso sub lite, hay una imputada solamente por lo
que se aplica el artículo 249, operando la audiencia especial de sobreseimiento y no la que se
realiza para preparar el juicio oral. (Considerando 4°)

A mayor abundamiento, uno de los pilares básicos del sistema procesal penal es que todo
imputado tiene el derecho a ser oído, cuestión que en la especie no ha ocurrido por su
declaración de rebeldía. (Considerando 5°)

Corte de Apelaciones de Santiago, 25/03/2008, Rol Nº 347-2008

3) Congruencia en Acusación: Que, la exigencia legal de congruencia, no es sino un reflejo del


derecho de defensa en cuanto se requiere que la imputación sea precisa y determinada. Así
entonces, el tribunal debe cautelar la identidad del objeto del proceso, tanto material, referido a
los mismos hechos y circunstancias, como personal, esto es, mismos acusados. De lo anterior no
cabe sino concluir que para que el imputado pueda defenderse y ser defendido adecuadamente
resulta indispensable saber exactamente cuáles son los hechos que se le imputan, sus
circunstancias y calificación. Dicho así, la secuencia lógica y necesaria que todo juicio debe seguir,
desde el punto de vista de la congruencia y precisión de la imputación, refiere a que los hechos y
sujetos imputados de la acusación, deben abarcar los hechos y sujetos imputados de la
formalización; y los hechos y sujetos condenados en la sentencia definitiva, deben abarcar los
hechos y sujetos imputados de la acusación. (Considerando 6°)
Corte de Apelaciones de Arica, 27/09/2010, Rol Nº 181-2010

4) Acusación de varios imputados: Que, prosiguiendo con esta línea de razonamiento, debe
reiterarse que si se acusa a varias personas, debe indicarse con precisión qué hechos se imputan
en forma específica a cada una, ya que de otro modo se afectan no sólo los derechos del
ofendido, porque se corre el riesgo muy cierto de que los jueces no logren convencerse de la
efectividad del delito y de la participación de todos o alguno de los acusado, al ver tanta
imprecisión, procediendo a absolver, sino que también se afecta el derecho de defensa, y de
modo severo, pues cada participación individual queda en una suerte de nebulosa, de la cual
nadie puede defenderse.

Los imputados tienen derecho a conocer los hechos que se imputan a cada uno, así como la
calificación jurídica de los mismos y el grado de participación que se le atribuye, a partir de la
descripción de los hechos materiales.

Esto significa simplemente que debe haber un mínimo de prolijidad en la conducción del juicio.
(…) (Considerando 11°)

Corte de Apelaciones de Santiago, 02/04/2013, Rol N°32-2013


Unidad IV – 29/05 – Excepciones a Teoría del Fruto del Árbol Envenenado

1) Fuente Independiente: Que, finalmente, en cuanto a la motivación de la diligencia, ello aparece


de un hecho que se investigaba como constitutivo de un posible delito de receptación o robo,
encontrando en el mismo inmueble denunciado las especies señaladas por la llamada anónima, y
al mismo tiempo se detectó otro ilícito, constatando en virtud de tal actividad que se estaba en
presencia de un delito flagrante, al mantener el imputado oculta en su cama un arma hechiza sin
autorización para su tenencia, procediendo los aprehensores de conformidad a los artículos 83
letra b), 130 letra a) y 187 inciso final, todos del Código Procesal Penal, respecto del cual no era
necesario ya autorización previa, toda vez que la hipótesis legal era la del artículo 205 del texto ya
citado, no convergiendo afectación alguna al justo y debido procedimiento, ni se aprecia
vulneración legal ni constitucional en la práctica de la diligencia estudiada. (Considerando 19°)

Corte Suprema, 20/01/2008, Rol Nº 6731-2008

2) Descubrimiento Inevitable: Que conforme a la doctrina penal sobre el descubrimiento


inevitable, el Órgano Judicial se enfrenta a la necesidad de realizar un juicio de valor, y a su vez de
probabilidad, sobre si el resultado obtenido, mediante supuestas transgresiones de garantías
fundamentales, podría haberse obtenido igualmente de haber obrado el funcionario público
responsable con una mayor diligencia en el respeto de los derechos fundamentales en conflicto.

Este juicio de valor debe superar el nivel de la mera probabilidad, hablando en términos de
posibilidad, hasta llegar al nivel de la certidumbre jurídica, pues no debe olvidarse que la función
de tal teoría no es sanar o convalidar una actuación irregular que no podría haberse obtenido en
modo alguno; es la convicción de que el resultado, la evidencia, habría podido obtenerse de
haberse obrado lícitamente, la que permite excepcionar la regla de exclusión.

Los límites son la prohibición de actuaciones dolosas, atajos, que tendieren a anticipar la
obtención de la evidencia, aprovechando la estrategia de actuar por vías más rápidas y seguras,
aún ilícitas, desdeñando intencionadamente el empleo de los cauces legales ortodoxos; y en
segundo lugar la línea de actuación investigadora previa a la transgresión del derecho que
hubiere llevado al mismo resultado, evitando así que las transgresiones de derechos se
conviertan en el punto de arranque de la labor investigadora, invirtiendo el fundamento mismo
de la cláusula de excepción.

En efecto, el concepto de hallazgo inevitable, más correctamente hablando, "descubrimiento


inevitable", representa un redimensionamiento del juicio de inferencia causal por cuanto parte no
de la mera ilación de los acontecimientos, sino de un juicio de probabilidad sobre si, de haberse
actuado con corrección por parte de los poderes públicos, se hubiera llegado al mismo resultado
probatorio, de ahí el empleo específico de la voz inevitable.

Sin embargo, su aplicación se hace depender de una actitud por parte del funcionario o autoridad
judicial que haga presumir una conducta regida por el principio de la buena fe, la creencia de
estar obrando dentro de los márgenes de la licitud. (Considerando 3°)

Corte de Apelaciones de San Miguel, 02/04/2013, Rol N°334-2013


Unidad V – 05/06 – Juicio Oral

1) Cadena de Custodia y Teoría del doble filtro: En cuanto a la exclusión de prueba de evidencia
vertida en juicio y otros medios de prueba introducidos en audiencia, ésta tiene por objeto evitar
que el Tribunal resuelva un caso contaminado con determinada información, ese es el objeto de
la exclusión. Entonces una vez anunciada la existencia de la prueba, el Tribunal ya se impuso de la
misma y sólo resta valorarla, porque es imposible que los Jueces hagan de cuenta que nunca
supieron lo que ya saben. Además, el argumento de esta defensa relativa a la denominada teoría
del doble filtro , base sobre la cual fundó incidencias respectivas para obtener la exclusión de
prueba durante la audiencia de juicio oral, basado en la idea de que el Tribunal oral puede excluir,
porque sólo una vez que la prueba se rinde es jurídicamente una prueba, no parece convincente
porque con ese dicho predicamento, ningún Tribunal de garantía podría excluir ninguna
probanza, pues aún no se ha rendido la prueba, lo que vulnera el texto expreso del artículo 276
del Código Procesal Penal, que señala una oportunidad procesal determinada para la exclusión de
prueba para el juicio, cual es la audiencia de preparación de juicio oral. Ofrecida la prueba en la
audiencia preparatoria no procede, a juicio de estos sentenciadores, decretar su exclusión
durante la audiencia de juicio oral, sino que proceder a dar o no valor probatorio a la misma, en su
caso. Que, en cuanto a las objeciones que se han realizado en lo que toca a la interrupción de las
cadena de custodia de las interceptaciones telefónicas o la prueba material incorporada por el
Ministerio Público, es lo cierto que ésta es un mecanismo o medio para establecer
indubitadamente el origen de la prueba que se pretende incorporar al juicio, eximiendo a quien la
introduce del onus probandi al respecto según lo establecido en el artículo 187 del Código
Procesal Penal. Entonces el efecto de la interrupción o vulneración de la cadena de custodia no es
otro que imponer al ente persecutor la carga probatoria acerca de su origen e integridad y en el
caso concreto de las interceptaciones objetadas, el origen o la procedencia de éstas se encuentra
suficientemente acreditada por las razones que latamente se expondrán en la sentencia,
especialmente, en lo que toca a las grabaciones del teléfono de Sepúlveda por la conversación
signada con el Nº 801, en que expresamente el interlocutor dice ser Juan Sepúlveda y en lo que
toca a los teléfonos de Morales Vásquez y Martínez Shaw por haberles sido incautados los
teléfonos monitoreados al momento de su detención. Sin perder de vista que en todos estos
casos el resultado de la diligencia es indiciario del número intervenido. (Considerando 16º Nº 2 de
la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, ratificado por Corte Suprema).

Corte Suprema, 09/04/2008, Rol 951-2008

2) Usar refrescamiento de memoria con declaración ante policías: Que el artículo 332 del Código
Procesal Penal contempla la posibilidad de leer en el interrogatorio parte o partes de las
declaraciones anteriores de los testigos, que hayan prestado ante el fiscal, el abogado asistente
del fiscal –en su caso–, o el juez de garantía, cuando ello fuera necesario para los efectos que esa
disposición señala.

Si bien es cierto, esa norma no contempla la posibilidad de confrontar al testigo con los dichos
prestados ante un funcionario policial que ha actuado por delegación del fiscal, aparece como
propio que ello sea también posible, desde que la coherencia en la interpretación de las normas
legales así lo aconseja. El artículo 180 del Código Procesal Penal encomienda a los fiscales la
dirección de la investigación y la ejecución por sí mismos de todas las diligencias que sean
conducentes al esclarecimiento de los hechos, pero se les permite encargarlas a la policía, del
mismo modo que el artículo 91 autoriza a los funcionaros policiales a tomar declaración al
imputado que desea declarar, previa autorización del fiscal.

En tal escenario, si se permite a los funcionarios policiales tomar declaraciones de testigos, ello
no puede conllevar cercenar las posteriores facultades de cualquiera de las partes en juicio oral
para pedir las aclaraciones que sean procedentes en los términos que plantea el artículo 332 del
Código Procesal Penal, disposición que no está contemplada para el solo uso del Ministerio
Público. (Considerando 7°)

Corte Suprema, 14/08/2013, Rol N° 4363-2013


Unidad V – 07/06 – Contenido de Sentencia

1) Motivación para Debido Proceso: Que en torno al reproche planteado, reiteradamente ha


sostenido esta Corte que toda sentencia criminal debe razonar y exponer los fundamentos en
que se apoya, justificar con rigor intelectual la corrección de la decisión adoptada, fijar los hechos
y establecer el derecho aplicable. Motivar la decisión sobre los hechos significa elaborar una
justificación específica de la opción consistente en tener algunos de éstos por probados, sobre la
base de los elementos de prueba obtenidos contradictoriamente en la litis. Tal deber apunta no
sólo a hacer inteligible la sentencia, sino también a asegurar un modo de actuar racional en el
terreno previo de la fijación de las premisas fácticas del fallo.

El cumplimiento de este deber permite la fiscalización de la actividad jurisdiccional por parte de


los tribunales superiores mediante el ejercicio de los recursos procesales. Si el tribunal explica las
razones de su resolución es posible controlar si efectivamente la actividad judicial se ha movido
dentro de los parámetros de la lógica–racional y la legalidad o si, por el contrario, el fallo es el
resultado de la arbitrariedad. Es por ello que en nuestro ordenamiento jurídico las decisiones
judiciales no deben resultar de meros actos de voluntad o ser fruto de simples impresiones de los
jueces: deben ser el resultado de la estimación racional de las probanzas exteriorizada como una
explicación igualmente racional acerca del por qué se decidió de esa manera –y no de otra–,
explicación que deberá ser comprensible y para cualquier tercero. Parte importante de ese
requerimiento es dar respuesta a todos los planteamientos y circunstancias formulados por las
partes atinentes a la litis. (Considerando 5°)

Que en este mismo orden de ideas esta Corte ha dicho que la exigencia de fundamentación no
sólo armoniza con lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 36 del Código Procesal Penal, aplicable
en la especie por ser común a todo tipo de resoluciones dictadas en el juicio oral, sino que
encuentra respaldo constitucional en el inciso 6° del N° 3° del artículo 19 de la Constitución Política
de la República. (…) (Considerando 6°)

Corte Suprema, 06/03/2013, Rol N° 1967-2013

2) Congruencia en sentencia: El principio de congruencia procura evitar la lesión de los derechos


del encartado, por lo cual no debe encontrar en el debate variaciones al marco fáctico, que
constituyan sorpresas y le impidan el ejercicio de la defensa ya que de poco serviría ser oído
sobre una acusación o cargo que pueda ser mutada y convertirse en otra diferente. Es inviolable
la defensa en juicio de la persona y sus derechos; el principio de congruencia aparece entonces
como una derivación lógica pues sólo hay defensa posible frente a un ataque preciso que el
acusado conoce y puede controvertir, y únicamente sobre ese ataque puede el juez pronunciarse
afectando los derechos del imputado; desde el prisma del principio de congruencia, el proceso no
puede prescindir de una estricta correspondencia ente la acusación, intimación precisa de los
cargos que contiene y la sentencia.

En nuestro Código Procesal Penal dicho principio se encuentra recogido en el artículo 341 inciso 1º
que señala; “La sentencia condenatoria no podrá exceder el contenido de la acusación. En
consecuencia no se podrá condenar por hechos o circunstancias no contenidos en ella”.

Corte Suprema, 07/04/2010, Rol Nº 9341-2009


Unidad VI – 12/06 – Nulidad

1) Nulidad y exclusión de prueba en tribunal ad quem: Que en el caso concreto de que se trata, el
Tribunal de alzada estaba conociendo de la exclusión de prueba solicitada y obtenida por la
defensa, asilada en la vulneración de garantías constitucionales en su obtención.

Demás está decir que uno de los pilares fundamentales sobre los cuales descansa el sistema
penal, es la aportación de prueba, que tiene por preciso objeto la destrucción de la presunción de
inocencia que ampara a todos los imputados de un delito.

De ahí también, la relevancia que tiene la audiencia preparatoria del juicio oral, que es la instancia
en que las partes ofrecen, ante el Juez de Garantía; los medios probatorios de que piensan
valerse para demostrar, sea la comisión de un hecho delictivo y la participación que en aquél
correspondió al acusado, sea su inocencia o inexistencia de delito alguno, sin perjuicio de las
demás circunstancias que puedan alterar su responsabilidad.

En esa audiencia, el Juez de Garantía escuchó a las partes sobre aquellas objeciones que tenían a
las pruebas recíprocamente ofrecidas y una a una las fue aceptando o excluyendo, fuera esto
último, por innecesarias, superabundantes, dilatorias o ilícitas, en los términos de lo dispuesto en
los artículos 272 y 276 del Código Procesal.

Se trató, en consecuencia, de un debate.

Ese mismo principio debe regir la revisión por el Tribunal superior que conoce de la enmienda
requerida por el Ministerio Público de las decisiones adoptadas por el Juez de Garantía.

La trascendencia de lo que aquí se decida tanto por el Juez de Garantía, como en su caso, por la
Corte de Apelaciones explica también la necesidad de que el Juez que interviene en la
preparación del juicio y los que lo deciden, sean diferentes.

Ello por cuanto el Juez que escucha a las partes; en la preparación del juicio, toma conocimiento
sobre la existencia de todas las pruebas que las partes han reunido, tanto las conducentes, como
las que no lo son, tanto las legítimamente obtenidas, como aquéllas que lo han sido con
infracción de garantías constitucionales.

En cambio, los Jueces del tribunal oral sólo apreciarán las pruebas que ya habrán sido revisadas
previamente por el otro órgano jurisdiccional, con la posibilidad cierta y esperada que no lleguen
a su conocimiento pruebas ilegítimamente obtenidas.

Esta cuestión responde a la exigencia que el artículo 297 impone a los Jueces del Tribunal Oral en
lo Penal en cuanto los obliga a hacerse cargo de toda la prueba producida, incluso aquella que
hubiere desestimado, debiendo indicar en tal caso, las razones tenidas en cuenta para hacerlo.

No es lo mismo desestimar un testigo o una prueba material por dilatoria o porque no produce
convicción, que hacerlo porque se estima, en esa oportunidad, que ha sido obtenida con
violación de garantías constitucionales.

Ello no quiere decir que el Tribunal oral no pueda ponderar negativamente una prueba por ese
hecho, pero eso impone a los Jueces un esfuerzo mayor al que se espera de ellos, que consiste en
poder resistir e ignorar lo que esa prueba ilícita o ilegítima permitía tener por demostrado.
La experiencia indica que realizar la ponderación negativa y, por ende, rechazar los efectos de
una prueba ilícita, siempre será posible ante el Tribunal Oral en lo Penal, pero la contaminación
que se ha querido evitar de esos magistrados, impone que el trabajo desarrollado por el Juez de
Garantía y por la Corte de Apelaciones, en su caso, sea riguroso y ajustado a la ley.

Preciso es advertir que con ello no se está significando que en este caso en particular
obligadamente tenga que prosperar el rechazo de la exclusión, porque ese asunto no ha sido
sometido al conocimiento de este Tribunal, que sólo se pronunciará sobre la forma ilegítima en
que se decidió aquella cuestión por el órgano llamado a conocerla.

Todo lo antes referido, atiende única y exclusivamente a determinar la relevancia y trascendencia


que ha tenido la infracción y que fue cuestionada por el representante del Ministerio Público en
estrados.

La Corte será libre para adoptar la decisión que estime en derecho, pero debe dar lugar tanto al
Ministerio Público como a la defensa para expresar la totalidad de sus argumentos y ante su falta
o del poco conocimiento de los hechos que el Tribunal se forme, éste debe hacer uso de la
facultad que el artículo 358 le entrega, para extraer la información que le parezca faltante o
necesaria de los mismos intervinientes y en la misma audiencia en que se conozca el asunto.

El artículo 358 del Código Procesal, al establecer las reglas generales para la vista de los recursos,
indica de modo expreso que, tras el anuncio, en la audiencia pública, se otorgará la palabra a él o
los recurrentes para que expongan los fundamentos del recurso, así como las peticiones
concretas que formularen.

Esa norma dice precisamente que se permite intervenir a los recurridos y finalmente se volverá a
ofrecer la palabra a todas las partes con el fin que formulen aclaraciones respecto de los hechos
o de los argumentos vertidos en el debate.

Se contempla, asimismo, la posibilidad que los miembros del Tribunal formulen las preguntas que
estimen necesarias a los representantes de las partes, o pedirles que profundicen su
argumentación o la refieran a algún aspecto específico de la cuestión debatida.

Finalmente, en esa norma se señala que la sentencia se pronunciará de inmediato, y si no fuera


posible, en un día y hora que deberán señalar. (Considerando 8°)

Que es necesario recordar en esta parte que el artículo 361, ubicado en el Título I de las
disposiciones generales de los recursos, prescribe que éstos se rigen por las normas de ese libro y
en forma supletoria, lo serán por las del Título III del Libro Segundo de ese código.

El Libro II, Título III, es el que señala las normas que rigen el juicio oral, de modo que no
corresponde hacer aplicación supletoria de las prescripciones del Código de Procedimiento Civil.

En este sentido, la revisión de cada una de las disposiciones del señalado título permiten concluir
sin lugar a dudas que la iniciativa probatoria nunca es del Juez, sino siempre de las partes,
quienes tienen completa libertad para demostrar los hechos y circunstancias pertinentes para la
adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento.

Por último, el artículo 360, relativo a las decisiones de los recursos, circunscribe el
pronunciamiento del Tribunal exclusivamente a las solicitudes formuladas por los recurrentes,
quedándole vedado extender el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas por ellos o más
allá de los límites de lo solicitado
De todo lo expresado, es posible extraer como conclusión, que la Corte de Apelaciones cuando
conoce del recurso deducido por el Ministerio Público contra el auto de apertura por la exclusión
de pruebas determinadas por el Juez de Garantía, debe limitarse a escuchar los hechos y
argumentos que las partes le exponen y los antecedentes que ya obren en la carpeta que ha
recibido.

Cualquier duda que se le presente puede salvarla de inmediato, ante las mismas partes, por
cuanto ello tiene el objeto que lo dicho por una de ellas pueda ser siempre conocido por la otra y
controvertido o complementado, en su caso.

Esta es la forma en que, actualmente, se conoce la apelación de un proceso penal.

El Tribunal no pide pruebas, no dispone oficiosamente la práctica de ninguna diligencia


probatoria, ni para mejor resolver, puesto que la naturaleza propia de éstas cual sería la de las
contempladas en el artículo 159 del Código de Procedimiento Civil es precisamente agregar
antecedentes probatorios o datos que no habían quedado suficientemente satisfechos.

En la reforma penal, las dudas del Tribunal deben ser satisfechas por las partes, en este proceso,
fiscal y/o querellante en su caso, y defensor.

Ellos deben poner en conocimiento del Tribunal todos sus argumentos y plantear los hechos de
forma acabada y suficiente para que el Tribunal quede bien informado sobre aquello que ha sido
sometido a su conocimiento, de modo que de subsistir cualquier duda o de haber verificado
alguna inexactitud, el Tribunal pregunta a las mismas partes, en la audiencia, sobre lo que le ha
resultado oscuro o desconocido.

Esta forma de llevar adelante la audiencia y la vista de las causas ante las Cortes de Apelaciones,
es una manifestación del principio contradictorio que rige en el nuevo sistema penal y que
constituye un elemento del derecho a defensa y, además, del debido proceso, por cuanto la
imparcialidad del Tribunal se asegura y garantiza a través del veto a su iniciativa probatoria.

Es este último, también, el motivo por el cual se ha asegurado a los intervinientes el derecho a
ejercer sus facultades con tiempo y con los medios adecuados.

El Ministerio Público dispone de un plazo para investigar y para reunir todos los elementos
necesarios para establecer el hecho ilícito, así como la participación del delincuente e incluso,
para determinar la existencia de circunstancias especiales que puedan atenuar, modificar o eximir
de responsabilidad a este último.

Por su parte, la defensa tiene garantizado el tiempo y los medios, al igual que el Ministerio
Público y tiene también el derecho para acceder a todos los medios de prueba que se han reunido
en la investigación, con el preciso objeto de controvertirlos, refutarlos, o simplemente
explicarlos.

Esta defensa que ha sido circunscrita en este procedimiento a los abogados habilitados, para
garantizar su experiencia, debe ser eficaz y técnica, razones todas por las cuales no se ve cuál
podría ser la necesidad de dotar al Tribunal, además, de facultades probatorias o para mejor
acierto de lo que se somete a su conocimiento.

En este sentido, cuando el Tribunal decide de propia iniciativa disponer una determinada
diligencia, lo que hace en realidad es suplir la insuficiente exposición del persecutor y/o de la
defensa, de modo que se entromete en el debido desarrollo del proceso, quebrando el principio
de contradicción y, de paso, afectando su propia imparcialidad. (Considerando 9°)
Que como se ha analizado hasta aquí, aparece evidente que la Corte de Apelaciones de Puerto
Montt, al decidir solicitar la carpeta de investigación del Ministerio Público, para el mejor acierto
de la apelación planteada, incurrió en una violación de las garantías constitucionales que
aseguran al imputado el derecho a defensa y su debido proceso.

El empleo de esa carpeta como aporte de conocimiento faltante o necesario de los datos de la
causa, para resolver la apelación pendiente, queda en evidencia de la sola lectura del fallo
pronunciado con motivo de ese arbitrio procesal, y donde es posible advertir, por ejemplo en su
motivo tercero, que la Corte decidió con el mérito de los antecedentes de la carpeta de
investigación.de cuyo contexto tuvo por establecidos ciertos hechos. (Considerando 10°)

Que la disposición del artículo 373 letra a) del Código Procesal Penal, exige que la infracción de
derechos o garantías sea sustancial.

Pudiera pensarse que se ignora en este caso si la infracción cometida es o no sustancial, porque
no es posible determinar a priori si la apelación del Ministerio Público prosperará o no o, si como
sostuvo el representante del ente persecutor y ya se analizó, bastaba con que el Tribunal Oral en
lo Penal desechara algunos de esos medios probatorios.

Sin embargo, este concepto de sustancialidad debe ser abordado también desde la óptica
constitucional, toda vez que se trata de la tutela de los derechos que ella misma garantiza, o que
reconocen los tratados internacionales.

Valga aquí, en consecuencia, tener a la vista la prescripción normativa del artículo 19 Nº 26 de la


Constitución Política, que garantiza a los ciudadanos, La seguridad de que los preceptos legales
que por mandato de la Constitución regulen o complementen las garantías que ésta establece o
que las limiten en los casos en que ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia,
ni imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio

Establecido el derecho a la defensa y al debido proceso en el articulado de la Constitución


Política, esta disposición recién transcrita es la que impide coartar el derecho mencionado en su
esencia, que es precisamente lo que ha ocurrido en estos autos.

Esa norma tiene su correlato en el artículo 160 del Código Procesal Penal, que presume de
derecho la existencia del perjuicio, cuando la infracción ha impedido el pleno ejercicio de las
garantías y de los derechos reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes de la República.

En el caso en estudio, al procederse como lo hizo la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, que
adoptó su decisión en base a antecedentes que no le fueron entregados por las partes y sin
permitirles a ellas particularmente a la defensa en este caso poder ejercer los derechos que la
Constitución Política les garantiza, limitó a tal punto los derechos involucrados, que la infracción
resultó ser sustancial, en los términos que prescribe el artículo 373 letra a) del Código Procesal
Penal. (Considerando 11°)

Que, finalmente, para concretar adecuadamente el respeto a los derechos aquí afectados, es
preciso que no sólo se invalide la sentencia y el juicio oral de la cual es fruto, sino que ha de
retrotraerse la causa al estado de proceder a una nueva vista del recurso de apelación deducido
por el Ministerio Público contra el auto de apertura, tal como lo pidió la defensa, lo que deberá
ser materializado por Jueces no inhabilitados de la Corte de Apelaciones respectiva.

Esta facultad ya fue analizada y empleada en los autos rol Nº 3.


198 08 de este mismo Tribunal, oportunidad en la que se decidió por sentencia de trece de agosto
del año en curso, la invalidación hasta una etapa anterior a la celebración del juicio oral.

Entonces se señaló que el efecto propio de toda nulidad es la invalidación del acto que ha
provocado el perjuicio y de todos aquéllos que sean consecuencia necesaria de aquél.

En este sentido, la sola invalidación de la sentencia y del juicio oral, no son suficientes para sanear
el grave defecto que se aprecia en autos, razón por la cual ha de extenderse el efecto anulatorio
hasta aquel momento en que efectivamente se da inicio a la afectación esencial de los derechos
de la inculpada.

Al respecto valga tener presente que de conformidad a lo dispuesto en los artículos 159 y 160 del
Código Procesal, Existe perjuicio cuando la inobservancia de las formas procesales atenta contra
las posibilidades de actuación de cualquiera de los intervinientes en el procedimiento,
presumiéndose de derecho la existencia del perjuicio, cuando la infracción ha impedido el pleno
ejercicio de los derechos reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes.

Por su parte, recogiendo el principio general, en el artículo 165 del mismo cuerpo legal antes
citado se establece que La declaración de nulidad del acto conlleva la de los actos consecutivos
que de él emanen o dependieren .

Y aun cuando esa norma señala en su inciso tercero, el impedimento de retrotraer la causa a
etapas anteriores, se contempla como excepción precisamente los casos en que ello
correspondiera de acuerdo a las normas del recurso de nulidad, agregando en su inciso final, que
la solicitud de nulidad constituye preparación suficiente del recurso de nulidad, para el caso que
el Tribunal no resolviere la cuestión de conformidad a lo solicitado. ...

El hecho que el artículo 373 del Código Procesal, indique que Procederá la declaración de nulidad
del juicio oral y de la sentencia , en los casos que señala, y por su parte, que el artículo 374,
precise que El juicio y la sentencia serán siempre anulados en los otros casos que esa disposición
deletrea, no significa necesariamente, que por el recurso de nulidad, la extensión del efecto
invalidante pueda llegar temporalmente, sólo hasta el juicio oral, porque ello no resulta
coherente con las demás normas del mismo código antes mencionadas y con los principios que
orientan los recursos de nulidad o casación.

Avala este aserto, la disposición del artículo 386, que ordena a la Corte, en los casos que ha
acogido el recurso, con excepción de los mencionados en el artículo 385 (que se refieren sólo a la
nulidad de la sentencia), que determine el estado en que hubiera de quedar el procedimiento,
ordenando la remisión al no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio
oral.

Carecería de sentido, ordenar de modo expreso a la Corte determinar el estado en que hubiere
de quedar el procedimiento, cuando se está refiriendo justamente a los casos en que es necesario
invalidar sentencia y juicio oral si sólo pudiese invalidarse hasta este último.(Motivo
decimocuarto de la sentencia citada). (Considerando 12°)

Corte Suprema, 12/11/2008, Rol N° 4954-2008


2) Nulidad y declaración de policía: Constituye un derecho asegurado por la Constitución Política
de la República, el que toda decisión de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un
proceso previo legalmente tramitado y que el artículo 19, Nº 3, inciso quinto, confiere al legislador
la misión de definir siempre las garantías de un procedimiento racional y justo. (…)
(Considerando 5°)

En este contexto, el artículo 91 del Código Procesal penal dispone “Declaraciones del imputado
ante la policía. La policía sólo podrá interrogar autónomamente al imputado en presencia de su
defensor. Si éste no estuviere presente durante el interrogatorio, las preguntas se limitarán a
constatar la identidad del sujeto. (…) (Considerando 6°)

De lo anterior queda de relieve la restricción de cualquier iniciativa consistente en adquirir o


incorporar en juicio pruebas de cargo obtenidas con inobservancia de la ritualidad de que están
revestidas cercenando derechos establecidos y garantizados por el legislador a los intervinientes.
(Considerando 7°)

Por lo que la intervención del policía no se ajustó a los requerimiento del artículo 91 del Código
Procesal Penal, pues las declaraciones de los imputados que él recibió, no fueron prestadas en
presencia de su defensor, no del fiscal, ni bajo responsabilidad o con autorización de éste, lo que
significó, en los hechos, la producción de prueba de cargo por parte del acusador obtenida con
inobservancia de garantías fundamentales. (Considerando 9°)

(…) Cuando el tribunal decide valorar positivamente y fundar una decisión de condena en el
relato de un funcionario policial que ha recibido la declaración de los imputados con
prescindencia del tenor de la ley y con total desconocimiento de ésta, no sólo excede los
márgenes de lo legalmente permitido sino que lo que hace en realidad es suplir eventuales
insuficiencias en la indagación y en la información transmitida por el persecutor, lo que no puede
ser tolerado.

La buena fe de un funcionario de Carabineros no suple el desconocimiento de la legalidad de los


procedimientos policiales ni legitima actuaciones que se desarrollen en la creencia de estar
amparadas en órdenes amplias de investigar proscritas de nuestro nuevo sistema procesal penal
desde hace ya largo tiempo. (Considerando 12°)

(…) La declaración del imputado prestada sin atender las normas que la gobiernan no puede ser
utilizada para fundar una decisión que lo perjudique. Se trata de la necesidad de extremar los
recaudos formales para garantizar la libertad de la decisión del imputado al prestar su
declaración. Así, “La decisión judicial contraria al interés del portador de la garantía no puede ser
fundada en elementos de prueba obtenidos mediante su inobservancia o con violación de las
formas previstas en resguardo de la garantía”. (Considerando 13°)

Corte Suprema, 12/04/2010, Rol N° 9521-2009

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