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de la verdad.
Cuando Dios creó al hombre lo hizo sin ropas, pues no había nada qué esconder, nada
de que avergonzarse. La relación entre el hombre y Dios era perfecta, sin embargo, el
hombre cae en pecado, traspasa la voluntad del Señor y de allí tiene su origen
precisamente la ropa.
Génesis 2:7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. El pecado hace
que el hombre vea su condición, se da cuenta que su exterior puede delatar o
descubrir lo que hay en su interior. Por lo tanto, el hombre al sentirse avergonzado
trata de ocultar su pecado, y para ello hace ropas para ponerse encima con el fin de
esconder, disimular o aparentar.
Pero estas ropas que se hicieron no les servían, por lo que Dios mismo tuvo que
confeccionarles su primer vestido con las pieles de los animales sacrificados. Génesis
3:21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
El vestido tiene como propósito principal dar una imagen ante los demás, y con ello se
muestra la personalidad del individuo.
El vestido nos permite establecer relaciones con los demás. Si vas a buscar empleo, te
pones traje o por lo menos vas de la manera mejor presentable; buscarás dar una
buena imagen a quien te entrevistará. De la misma forma nuestra personalidad nos
permite socializar con los demás: nuestra forma de hablar, de tratar, de saludar, de
sonreír, etc., nos ayudan a abrirnos puertas o cerrarlas. Hay gente que tiene cara de
enojada, y nadie se le acerca, deducen que es agresiva, y se convierte en una persona
aislada y solitaria, hecha así por ella misma.
Hoy el Señor quiere que usemos un nuevo vestido, es decir, que tengamos una nueva
personalidad, una nueva forma de ser: la de Jesucristo.
En lo espiritual, el vestido interior, el que nadie ve, nos permite estar bien con Dios,
resistir los ataques de la carne y del enemigo y salir victoriosos. Es el vestido que nos
ponemos cuando estamos en la intimidad con Dios, igual que la ropa interior, conocida
también como ropa íntima. Hay muchos cristianos que desean agradar a Dios, pero que
viven en derrota, que quieren abandonar el pecado, pero no pueden, que desean
alcanzar las promesas de Dios, pero las ven tan lejos que se les hacen
inalcanzables (Ro. 7:15-25).
¿Cuál es el vestido exterior? Las actitudes hacia los demás. El que todos ven, el
que refleja lo que realmente somos ante los demás. Es la ropa que todos pueden ver,
que les puede llamar la atención, que les puede gustar, la que les puede causar una
grata impresión, una molestia, puede ser fea, maloliente, sucia, rota, puede causar
asco, lástima o rechazo. Cuantas ocasiones hemos visto a alguien sumamente sucio en
el metro, el microbús o en un lugar público y nos apartamos para que no nos ensucie.
Cuidado con tus actitudes para con los demás porque la gente se apartará de ti. ¿Qué
debemos mostrar a quienes nos rodean?
Zacarías 3:3-4 Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del
ángel. 4Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle
esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho
vestir de ropas de gala.