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NÚCLEO ANZOÁTEGUI
ESCUELA DE INGENIERÍA Y CIENCIAS APLICADAS
DPTO. PETRÓLEO- QUÍMICA
ÁREAS ESPECIALES DE GRADO
CONTROL, TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO DEL GAS NATURAL
Realizado por:
Asesor académico:
Ingeniero Químico Isvelia Avendaño
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CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
El gas natural es aquel formado por los miembros más volátiles de la serie
parafínica de hidrocarburos, principalmente metano, cantidades menores de
etano, propano y butano y, finalmente, puede contener porcentajes muy
pequeños de compuestos más pesados. Además, es posible conseguir en el
gas natural cantidades variables de otros gases no hidrocarburos, como dióxido
de carbono, sulfuro de hidrógeno (ácido sulfúrico), nitrógeno, helio, vapor de
agua, etc.
El gas natural puede obtenerse como tal en yacimientos de gas libre o
asociado en yacimientos de petróleo y de condensado (porciones volátiles de
petróleo). En general, el gas natural puede clasificase como:
• Gas dulce, que contiene cantidades de sulfuro de hidrógeno (H, S), menores a
4 ppm,v. La GPSA define un gas apto para ser transportado por tuberías como
aquel que contiene menos de 4 ppm,v de H,S; menos del 3,0% de CO, y 6 a 7
libras de agua por millón de pies cúbicos en condiciones normales (pcn).
• Gas agrio o ácido, que contiene cantidades apreciables de sulfuro de
hidrógeno, dióxido de carbono (CO,) y otras componentes ácidos (COS, CS,
mercaptanos, etc.) razón por la cual se vuelve corrosivo en presencia de agua
libre.
• Gas rico (húmedo), del cual se puede obtener cantidades apreciables de
hidrocarburos líquidos, C3+ de, aproximadamente, 3 GPM (galones por 1.000
pies cúbicos en condiciones normales). No tiene ninguna relación con el
contenido de vapor de agua que pueda contener el gas.
• Gas pobre (seco), que prácticamente está formado por metano (C1) y etano
(C2). Sin embargo, en sistemas de compresión de gas, se habla de gas
húmedo, en inglés "wet gas", al que contiene vapor de agua y "gas seco"
(inglés "dry gas"), al que no contiene vapor de agua. El ingeniero debe tener
presente los problemas de semántica que, por lo general, se observan en estos
casos.
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1.2. Objetivos
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CAPÍTULO 2. DESARROLLO DEL PROYECTO
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2.1.1. Características que se deben considerar en el análisis de las
consecuencias de la dispersión de una nube de gas.
El análisis y evaluación de riesgos es el proceso que permite cuantificar los
riesgos en base al producto del cálculo de la probabilidad de que el accidente
tenga lugar en un periodo de tiempo determinado y la intensidad o severidad
del mismo en función de la magnitud de las consecuencias sobre los elementos
vulnerables, especialmente del número de personas expuestas. El valor de
este producto es un indicador de la peligrosidad al compararlo con una escala
previamente establecida.
Entre las principales características a considerar en el análisis de
consecuencias en caso de que ocurra una fuga de gas inflamable, toxico o
material peligroso podemos mencionar las siguientes:
1. Escenario donde ocurre el accidente: El tipo de vertido o escape del
material combustible (término fuente) es un fenómeno que depende de las
propiedades del material, las condiciones de almacenamiento o proceso, la
forma en que ocurre el escape y la interacción con el medio ambiente, entre
otros factores.
2. Dispersión atmosférica: es necesario predecir el trasporte y dispersión de la
nube de vapor inflamable en la atmosfera. Pueden aplicarse diferentes
modelos matemáticos para predecir de manera relativamente precisa la
dispersión. Modelar la dispersión es primordial para obtener los perfiles de
concentración, y si hay ignición estimar los daños y consecuencias.
3. Estimación de efectos y consecuencias: esta característica permite
cuantificar los efectos y daños causados que dependerán de la distancia
que recorre la nube de gas.
Tras la liberación de GNL sobre la superficie del agua, se formó una “balsa”
sobrenadante, la cual alcanzo rápidamente un diámetro constante de hasta 35
metros para algunas de las pruebas. Después, el GNL evaporado, por la
transferencia de calor desde el agua fue dispersado sobre el agua por el viento,
siendo arrastrado hasta alcanzar la orilla y siguiendo después la dispersión
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sobre tierra. Las bengalas se ubicaron a unos 70 metros del punto de derrame
y se encendieron entre 22 y 64 segundos después de iniciado el derrame,
dependiendo de cada prueba. El retraso de la ignición fue suficiente para
permitir que la nube de gas alcanzara la bengala antes de la misma.
Es de notar que la nube inflamable alcanzó el punto de ignición antes de
que la nube visible llegara al mismo. Esto indica que la región inflamable se
extendía más allá de la nube visible, variando este fenómeno en función del
porcentaje de humedad relativa registrado en las pruebas, el cual estuvo
comprendido entre el 22% y el 33%.
De estas pruebas se obtuvieron datos interesantes tales como las
dimensiones de la nube visible y de la llama para las cuatro principales pruebas
(ver tabla 2.1).
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Figura 2.1. Desarrollo de la nube de gas en la prueba 17 de China Lake:
5.5 m3 fugados en 78 s; velocidad del viento: 7.2 m/s.
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lugar a una velocidad de 4.5 m/s a 6.0 m/s. La llama generó una sobrepresión
inferior a los 4 kPa. La relación entre la altura y la anchura de la llama se situó
entre 0.2 y 0.4. En la nube de gas inflamable, el poder emisivo promedio
medido en la superficie fue de 174 kWm-2, con una gama de valores
comprendidos entre 137 y 225 kWm-2.
Estas pruebas arrojaron las siguientes observaciones: en el caso de
derrames continuos de GNL y propano se visualizó que la balsa sobrenadante
del vertido presentaba una forma casi circular y de dimensiones
aproximadamente constantes. Las nubes resultaron tener mayor anchura cerca
de la fuente, reduciéndose su magnitud al aumentar la velocidad del viento
mientras que, en contraste, se incrementaba su altura. En la figura 2.2 se
puede apreciar un ejemplo de este tipo de derrame.
Otros aspectos interesantes fueron el borde visible de la nube de gas y el
alcance de la isopleta correspondiente al límite inferior de inflamabilidad. En el
caso de nubes de GNL el contorno de la nube visible se extendió más allá de la
concentración correspondiente al límite inferior de inflamabilidad en la dirección
del viento. Por el contrario, se encontró que en las nubes de propano, de las
pruebas desarrolladas en Maplin Sands, el borde de la nube visible se
encontraba dentro de la región inflamable.
3.2. Coyote
Las pruebas de Coyote fueron desarrolladas por LLNL y el centro naval en
China Lake, California, y patrocinadas por la U.S. DOE y el Instituto de
Investigación del Gas. Estas pruebas se desarrollaron en el mismo sitio
experimental que las pruebas de Burro que las precedieron. Se estudió la
combustión de las nubes de gas de fugas de GNL en agua, para determinar la
propagación de la llama y el flujo de calor. Estas pruebas fueron llevadas a
cabo con metano como combustible principal, mezclado con cantidades
menores de propano y etano.
Estas pruebas arrojaron los siguientes resultados: las pruebas con más
viento resultaron más inestables y el área inflamable tenía la tendencia a ser
larga y estrecha, mientras que en las pruebas con menos viento resultaron más
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estables y el área inflamable era mucho más amplia. Esta correlación es
razonable, pero fue probablemente acentuada por la pendiente ascendente que
existía inmediatamente a sotavento de la balsa de derrame. En lo que respecta
al tamaño y forma de las llamas en el plano vertical, existen pocos datos que
permitan determinar el perfil vertical de la combustión.
En cada prueba, las primeras llamas se elevaron y se mantuvieron a una
altura bastante estable conforme el fuego crecía radialmente. Después de que
el incendio se dividió en dos secciones a barlovento y sotavento, cada
componente alcanzó diferentes alturas. La sección en la dirección del viento en
general se mantuvo a la misma altura durante el crecimiento radial, pero la
correspondiente a la dirección contraria al viento generalmente incrementó su
altura.
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estudiar la variación del punto de ignición, así como el efecto de obstáculos
sobre la propagación de la nube y consecuentemente de las llamas.
Las nubes de gas fueron incendiadas en varias posiciones, observando su
comportamiento. Se utilizaron sensores de flujo de calor para evaluar la
severidad de los incendios de llamarada producidos. Se realizaron diez
pruebas diferentes, de las cuales seis fueron fugas sin ningún tipo de obstáculo
y cuatro con la presencia de una valla colocada normal al flujo; la característica
principal entre cada caso fue la variación del punto de ignición.
Los resultados de las pruebas demostraron cómo la concentración del gas
dentro de la nube de gas variaba con las condiciones atmosféricas. La
concentración en la nube de gas formada fue generalmente baja y la llamarada
producida fue relativamente pequeña. En algunos casos la nube se incendiaba
pero la llama no se propagaba a través de la misma, resultando en la formación
de bolsas aisladas de ignición. No se observaron bolas de fuego.
2.3. Análisis de la dispersión atmosférica de vertidos de gases
inflamables.
El termino dispersión es utilizado en la modelización de accidentes para
describir la evolución de una nube de gas toxica o inflamable en la atmosfera.
La dispersión de una nube de gas sigue una difusión, o transporte de su masa,
producida por el movimiento molecular del aire mientras se va diluyendo a
medida que va y disminuyendo su concentración, a causa de la entrada de
nuevas moléculas de aire dentro de la nube.
Según el tiempo de fuga del producto las emisiones se clasifican en:
• Continuas: Cuando el tiempo de emisión es mayor que el tiempo necesario
para que la nube llegue a un determinado punto. Se forma una nube de
forma alargada (pluma) que alcanza un estado estacionario cuando el gas
suministrado al interior de la nube es igual al dispersado en el ambiente.
• Instantáneas: Cuando el tiempo necesario para que la nube llegue a un
punto determinado es mayor que el tiempo de emisión del producto. La
emisión instantánea, llamada también, “puff” o soplido, forma una nube que
se va dispersando con el tiempo.
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Los modelos suponen que la nube se extiende transportada por el viento y
se diluye según el modelo de la campana de Gauss en función de la distancia
hasta el punto de escape (emisión instantánea) o hasta el eje de la nube
(emisión continua).
2.3.1.2. Modelos para gases pesados
Durante la dispersión de una masa de gas, los vapores y gases con
densidades superiores a la del aire tienen la tendencia a caer y dispersarse a
ras del suelo hasta que la nube alcance una densidad parecida a la del aire. De
igual forma, estos gases pueden acumularse en zonas bajas (valles, drenajes,
etc.) con el riesgo de causar un accidente grave. Entre los parámetros que
determinan que una sustancia en fase vapor se comporte como un gas pesado
pueden citarse la masa molecular, la temperatura, reacciones químicas etc.
2.3.2. Tipos de modelos de dispersión
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2.3.2.3. Modelos de capa superficial (integral de dos dimensiones)
Los modelos de capa superficial utilizan ecuaciones que asumen que las
dimensiones laterales son mucho mayores que la dimensión vertical, lo cual es
representativo de fugas de gas denso. Uno de ellos, TWODEE, ha sido
desarrollado para fugas de gases densos por Hankin y Britter (1999). Las
variables de profundidad promedio se resuelven en dos dimensiones (laterales)
usando las ecuaciones de conservación. Se utilizan correlaciones empíricas
para determinar la relación de arrastre de aire dentro de la nube. Este modelo
permite la incorporación de los efectos de un terreno complicado y los cambios
de fase. Es un compromiso entre los modelos basados en las ecuaciones de
Navier-Stokes y los integrales de una sola dimensión, aunque requiere de un
tiempo de cálculo mayor que estos últimos.
2.3.2.4. Modelos integrales de una dimensión
Los modelos integrales unidimensionales como SLAB, HEGADAS y DEGADIS
(Ermak, 1980; Colenbrander, 1983; Spicer y Havens, 1989) usan perfiles
similares que asumen una forma específica para el perfil de concentración a
través del viento. Su punto débil es que no pueden modelar el flujo alrededor
de obstáculos o sobre terrenos complicados. Los modelos como DEGADIS son
utilizados ampliamente en el sector público y privado debido a la conveniencia
del rápido tiempo de ejecución de cálculo, facilidad de uso y acceso libre.
Existen algunos modelos de este tipo, tales como GASTAR, desarrollado
por Cambridge Environmental Research Consultants (CERC), que incorporan
los efectos del terreno tales como cambios de pendiente o la rugosidad variable
de la superficie, incluyendo los obstáculos entre otras características. Según
diversos autores, este tipo de modelos son físicamente realistas,
computacionalmente baratos y adecuados para su uso en la evaluación del
riesgo; son pues una alternativa muy práctica en comparación con otros
modelos como pueden ser los de dinámica de fluidos computacional (CFD).
Específicamente DEGADIS, para fugas instantáneas parte de un modelo
cilíndrico similar a los de caja y explica su extensión sobre el suelo mediante
las entradas de aire por el frente de avance más que por la zona superior de la
nube extendida. La formación de este tipo de nubes se apoya en el modelo de
Van Ulden que determina los caudales de aire de entrada y la evolución del
volumen de la nube. Utiliza balances de calor y materia para determinar la
evolución de las concentraciones del componente de interés a lo largo de la
línea central de la nube (coincidente con la dirección del viento) así como en el
plano vertical.
Por otro lado, plantea modelos aplicables a fugas transitorias y
estacionarias. Para ello resuelve las ecuaciones de dispersión
correspondientes, de forma análoga a como lo hace HEGADAS. Así, también
en este caso las concentraciones en los extremos de la nube y en la dirección
transversal siguen un comportamiento gaussiano. Para cualquier tipo de fuga
(instantánea, transitoria o continua) DEGADIS parte de la fuente situada sobre
el suelo, por lo que en principio no podría modelizar fugas con altos momentos
de emisión (tipo jet).
2.3.2.5. Modelos empíricos
Son el resultado de las modificaciones de los modelos gaussianos que se
basan en la ecuación de conservación de la masa. Los perfiles de
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concentración a favor del viento están representados por una ecuación acorde.
Se asume que la nube tiene una forma gaussiana, con entrada de aire en la
periferia, y que en el interior de la nube la composición es uniforme.
Finalmente, Germeles y Drake, Fay y Lewis, entre otros han propuesto
asimismo diversos modelos empíricos.
2.3.3. Factor de seguridad para la dispersión atmosférica de vertidos de
GNL
Los peligros potenciales asociados a un derrame de GNL son diversos que
pueden incluir el daño criogénico causado por el contacto directo o incluso el
daño por sobrepresión debido a la transición de fase rápida (RPT) que se
produce si hay mezcla entre el GNL y el agua; y varían dependiendo del
tamaño del derrame, las condiciones ambientales y el lugar en el cual se
produce. Para considerar los riesgos correspondientes, hay que tener en
cuenta las propiedades del gas y las condiciones en que se produce la pérdida
de contención.
Un derrame de GNL sobre agua o en tierra forma una balsa que se esparce
y simultáneamente se evapora; esta situación puede derivar en un incendio de
la balsa si hay ignición inmediata. Si no se enciende inmediatamente puede
ocurrir un incendio de llamarada. Éste se produce tras la liberación del gas
inflamable al aire libre formando una nube de vapor, si ésta encuentra un punto
de ignición (ignición retardada) dentro de la región inflamable de la misma.
Por otra parte, si la nube de vapor inflamable producida por un derrame
accidental de GNL alcanza un área confinada, entonces se puede producir una
explosión con efectos mecánicos.
Blackmore y colaboradores (1982) publicaron un informe basado en los
experimentos de Maplin Sands, en el cual indican que para las nubes de GNL
el límite inferior de inflamabilidad coincide con el perímetro visible de la nube
cuando la humedad relativa de la atmósfera a través de la cual la nube se
propaga es del 50%. Esta consideración se tomó como punto de partida para
estudiar la relación entre la región inflamable de una nube de vapor de GNL,
establecida por el límite inferior de inflamabilidad (LFL), y el límite visible de
dicha nube. De esta manera se propuso un factor denominado “Factor de
Seguridad de Dispersión” (DSF), que viene dado por la siguiente expresión:
𝑋𝐿𝐹𝐿
𝐷𝑆𝐹 = Ec. 2.1
𝑋𝑉𝐼𝑆
Dónde:
𝑋𝐿𝐹𝐿 : Longitud (alcance) de la nube inflamable para la isopleta correspondiente
al límite inferior de inflamabilidad (LFL) (m).
𝑋𝑉𝐼𝑆 : Longitud de la nube visible (m).
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muy importante en el caso de un derrame de GNL, desde el punto de vista de
la gestión de emergencias.
En cuanto a la influencia de las variables que son significativas en los
cálculos de dispersión (temperatura ambiente, tasa de derrame, velocidad del
viento, rugosidad superficial o topografía, y estabilidad atmosférica), es
importante resaltar que tienen esencialmente el mismo efecto en la estimación
de ambas distancias: zona inflamable (XLFL) y zona visible (XVIS). Por lo
tanto, la relación del factor DSF no debería ser influenciada por ellos excepto
para valores muy bajos de humedad relativa (HR).
Asimismo existen dos correlaciones que permiten determinar de manera
sencilla el DSF. La primera, que es esencialmente válida para situaciones con
poco viento (𝑢𝑤 ≤ 2𝑚𝑠 −1 ) es:
Sin embargo, como puede observarse en las diversas figuras, hay cierta
dispersión de los datos, que se vuelve significativa a medida que disminuye HR.
Por lo tanto, también se ha obtenido una expresión "conservadora" que permite
la estimación del factor DSF en el “peor” caso:
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de la nube que se está dispersando a diferentes distancias. Esto proporciona
una manera de determinar el contorno de la nube visible (establecido por la
condensación de la humedad atmosférica) en función de la temperatura de
rocío de la atmósfera.
Al igual que en el caso del gas natural, el factor DSF disminuye a medida
que aumenta la humedad relativa del aire. No obstante, a diferencia de lo que
ocurre con el GNL, la región inflamable se extiende hasta más allá de los
límites de la nube visible en una gama mayor de valores de la humedad
relativa, cercana al 80 %. Esto implicaría una situación de mayor peligro para
una determinada posición de la nube respecto a una eventual fuente de
ignición, en una gama de humedades atmosféricas mayor.
Cuando la humedad relativa está por debajo del 85%, el valor del DSF
aumenta. Esto implica que el alcance de la nube visible (XVIS) es menor que el
del límite inferior de inflamabilidad y, de acuerdo con la ecuación el factor DSF
aumenta. Desde el punto de vista de la evaluación del riesgo mediante la
observación del límite visible de la nube, esta situación es notoriamente más
peligrosa para el caso de una nube de propano que para una nube de gas
natural. En el caso de una fuga de propano, la región inflamable se extiende
más allá de los límites de la nube visible; es decir, la ignición de la nube puede
tener lugar en un punto que queda fuera del alcance de la nube visible, en un
rango de humedad relativa más amplio. Esto representa un peligro evidente
desde el punto de vista de la gestión de una emergencia.
Se ha observado asimismo que el valor del factor DSF se incrementa
notablemente bajo determinadas condiciones, especialmente en el caso de
atmósferas secas (humedad relativa < 25%) y alta velocidad de viento (igual o
superior a 10 m/s). Cuando la humedad relativa disminuye a valores de HR<
25% los resultados son influenciados por otras variables, especialmente por la
velocidad del viento y la intensidad de la fuente.
En el caso del propano, todos los parámetros que pueden jugar un papel
significativo en los cálculos de dispersión (temperatura ambiente, velocidad de
derrame, velocidad del viento, rugosidad de la superficie sobre la que tiene
lugar la dispersión y categoría de estabilidad atmosférica) han de tener
esencialmente el mismo efecto en la estimación de ambas distancias, alcance
de la zona inflamable (XLFL) y de la zona visible (XVIS). Por lo tanto, el valor del
factor DSF no debería tener ninguna influencia significativa sobre los mismos.
Del mismo modo que el GNL, existen dos correlaciones que permiten
determinar de manera sencilla el DSF pero para derrames de GLP. La primera,
que es esencialmente válida para situaciones con poco viento (𝑢𝑤 ≤ 2𝑚𝑠 −1) es:
Dónde:
𝐻𝑅 : Humedad relativa
Dónde:
22
𝐻𝑅 : Humedad relativa
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2.4. Estudio de las características de los incendios de las nubes de
gases.
El incendio de una nube de gas (flash fire) es un tipo de incendio que tiene
lugar cuando se produce el vertido de un gas o un vapor inflamable, de manera
que forma una nube que se va disipando hasta que encuentra una fuente de
ignición. A continuación se dan algunas expresiones para la predicción de la
geometría y de efectos como la radiación térmica. Si bien estos modelos no
están completamente desarrollados y comportan algunos errores, permite
obtener un orden de magnitud de los efectos que se generan.
b) Radiación térmica
La Radicación Térmica es una de las formas en que se transmite el calor
generado por un cuerpo, que también puede transmitirse por Conducción, si es
a través de sólidos conductivos, o Convección, si es por el movimiento de las
partículas que componen gases o líquidos.
A diferencia de la Conducción o Convección, la Radicación Térmica se
emite en forma de ondas electromagnéticas y no requiere de un medio
conductor, por lo que se propaga instantáneamente por espacios libres.
Entre las propiedades requeridas para determinar la intensidad de la
radiación en un incendio de llamarada se encuentran: las dimensiones de la
nube inflamable, la velocidad de propagación de la llama a través de la misma,
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la potencia emisiva de la llama, el coeficiente de transmisividad atmosférica y el
factor de vista de la llama en relación con el objetivo.
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forma de las llamas, los perfiles de concentración y la localización del punto de
ignición.
2.4.1. Modelos para la estimación de la de la radiación térmica en los
incendios de una nube de gas
Los gases inflamables almacenados bajo presión, en especial el GLP y el GNL
no son aún modelables matemáticamente. Hay una serie de referencias de
incendios en GLP y GNL en la que las nubes de gas se encendieron formando
bolas de fuego que han llegado incluso a cientos de metros de diámetro. La
radiación térmica de los incendios de gases en tanques de almacenamiento
puede llegar a provocar un B.L.E.V.E. lo cual no sólo produce una enorme
cantidad de radiación térmica, sino también, a menudo, hace que las partes del
tanque sean lanzadas a decenas o cientos de metros de distancia.
En particular, el GLP es tan volátil que es más probable que se vaporice
antes de formar un depósito de líquido, por lo tanto muchos de los parámetros
que se toman en cuenta en grandes incendios de combustible en fase líquida
no pueden ser aplicables a los incendios de GLP. La predicción del flujo de
radiación térmica de un incendio en una fuga de gases combustibles es mucho
más complicada que la de un fuego de combustible líquido debido a que hay un
número de escenarios potenciales que deben ser tomados en cuenta. En un
incendio de combustible líquido, la dinámica del fuego ha sido mucho más
conocida y estudiada que en combustible gaseosos.
La siguiente tabla muestra los modelos semiempíricos para estimar la
radiación térmica generada en incendios de productos inflamables:
𝑄𝑟
𝐼= Ec. 2.8
4𝜋𝑑 2
Dónde:
𝐼: Intensidad de radiación térmica recibida por un objeto a cierta distancia
(KW/m2).
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𝑄𝑟 : Flujo de calor liberado en forma de radiación (kW)
𝑑: Distancia entre el punto emisor y el objetivo (m).
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Figura 2.5. Representación de una nube de vapor inflamable según el
modelo de Raj y Emmons.
2.4.2.3. Cracknell y Carsley (1997)
Este modelo contempla el desarrollo de cálculos para dos escenarios posibles:
incendios de llamarada y bolas de fuego. Respecto a los incendios de
llamarada, el modelo calcula la altura de las llamas suponiendo que la misma
en una posición determinada se relaciona con la concentración de material
inflamable de la nube en ese punto. También señalan que, para los incendios
de llamarada, la velocidad de la llama es función de la velocidad de la llama
laminar y de la temperatura del gas.
El cálculo propuesto por Cracknell y Carsley se basa en las siguientes
suposiciones:
• El escape de los productos de la combustión ocurre sólo verticalmente.
• Cada mol de material inflamable arrastra una cantidad estequiométrica de
aire.
• La mezcla se quema a la temperatura adiabática de la llama.
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• La profundidad de la nube de vapor es pequeña en comparación con la
altura de la llama.
• La profundidad de la nube de vapor es uniforme y no se ve afectada por el
fuego, creando un flujo de vapor y aire dentro de la región de la nube.
• La anchura de la fuente de combustible y la velocidad de liberación del
mismo son constantes.
• El combustible se libera continuamente de la fuente.
Algunas de las incertidumbres de este modelo son las suposiciones de
concentración uniforme y que la combustión de la nube inflamable está
controlada por convección natural; estas hipótesis se basan en la consideración
y la situación idealizada, en la que un frente de llama plano se extiende
horizontalmente a través de un vapor uniforme de profundidad finita y
concentración molar fija en el suelo.
2.5. Especificación de variables de control para la prevención y
contención de la dispersión e incendio de una nube de gas
Las fugas de sustancias peligrosas constituyen uno de los accidentes más
frecuentes en las instalaciones químicas de proceso, y que suelen generar
daños graves tanto a los propios equipos como a las personas expuestas. A su
vez otra repercusión importante previsible es la interrupción del proceso
productivo incluyendo en algunos casos el vaciado de la instalación.
Los sistemas de prevención en estos casos están más relacionados a la
prevención de incendios y de accidentes en general. Existen varios escenarios
en los que pueden ocurrir fugas de gases, como por ejemplo roturas del
contenedor, por orificios en las tuberías que transportan dichos gases o
líquidos que pueden evaporarse o por problemas en el proceso en los que se
involucran.
Dependiendo de los objetivos de diseño, la detección automática de fuego y
atmósferas explosivas se debe utilizar para proporcionar una notificación
temprana de un evento que amerita investigación inmediata y la ejecución de
medidas inmediatas de control. La ubicación de los elementos de detección se
debe hacer en base a los escenarios de incendio, de fugas y modelos de
dispersión. La notificación temprana para tomar acción deberá darse en la sala
de control u otra locación siempre atendida y en el área afectada.
La mejor forma de prevenir estas fugas es haciendo mantenimiento regular
de los equipos y tuberías involucradas en el transporte o contención de gases
inflamables o criogénicos. Una vez que la fuga se ha producido es necesario
actuar con los medios que permitan eliminar la fuga en el punto de emisión
mediante sistemas de taponamiento u obturación. A pesar de ello, ante fugas
de determinado tamaño, tales sistemas resultan insuficientes y es preciso
recurrir a otro tipo de medidas que básicamente son:
• Disposición de tanques especiales vacíos para la transferencia del fluido
desde la instalación afectada. Dichos tanques deben tener una capacidad
equivalente a la del recipiente de mayor capacidad. Dicha transferencia
debería poderse realizar a través de instalación fija y control a distancia.
• Las fugas de gases inflamables son mayoritariamente controladas por
sistemas de canalización a una antorcha. Generalmente el sistema de
incineración es el más comúnmente empleado para la eliminación de gases
y vapores inflamables y determinados tipos de derrames de líquidos
combustibles. También las fugas de vapores y gases orgánicos podrían ser
30
controladas mediante sistemas de adsorción sólido/gas o vapor en el que
un producto sólido poroso es capaz de retener hasta su límite de saturación
una cantidad de gas o vapor que lo atraviesa.
31
existencia de dos sistemas de rotura de vacío, un sistema de inyección de
gas o nitrógeno que debe actuar en primer lugar, y dos válvulas de
descarga de vacío, con válvula de 3 vías y válvulas de bloqueo para el
mantenimiento de las mismas, que permitan la entrada de aire en el tanque.
Dado que la introducción de aire puede provocar una mezcla inflamable en
el interior del tanque, este dispositivo de seguridad debe actuar como último
recurso con el fin de evitar daños permanentes al tanque.
• Los tanques de GNL deben contar con sensores de temperatura, con señal
y alarma en la sala de control, de tal forma que pueda monitorearse el
gradiente de temperatura. De igual forma los tanques deben tener
dispositivos de medición de nivel independientes, que permitan la medición
continua del nivel, por lo menos desde dos sistemas independientes.
• El tanque de GNL debe disponer de una zona de contención destinada a
recoger posibles derrames de líquido. El cubeto puede ser de tierra u
hormigón y los muros del mismo estarán situados a una distancia superior a
6m del tanque.
• En caso de buques de carga debe instalar detectores de gas y sensores de
baja temperatura en los espacios de carga para detectar posibles fugas de
gas vaporizado, así como un sistema de control de cierre de la transferencia
de la carga y vapor en caso de emergencia. Este sistema debe estar
diseñado para poder ser activado, como mínimo, desde 2 posiciones
distintas a bordo y activarse automáticamente en caso de incendio a bordo.
Al mismo tiempo, el sistema de control para las válvulas de cierre de
emergencia estará provisto de elementos fusibles de un tipo tal que se
fundan a cualquier temperatura comprendida entre 98 y 104ºC, lo cual hará
que las válvulas de cierre de emergencia actúen en caso de incendio en la
sala de control de la carga.
2.5.1. Sistemas de control en tanques de almacenamiento de GNL
El control, monitoreo y las alarmas de un sistema o proceso requiere de una
serie de elementos que permiten influir en el funcionamiento del sistema. El
control automático ha desempeñado un papel muy importante en el avance de
la ingeniería y la ciencia. Los avances en la teoría y la práctica del control
automático ofrecen los fundamentos necesarios para obtener un
comportamiento óptimo de los sistemas dinámicos, mejorar u optimizar los
procesos con el objeto de obtener mejores resultados y simplificar el trabajo de
muchas operaciones manuales rutinarias.
En los tanques que almacenan GNL o GLP pueden supervisarse y
controlarse tres variables fundamentales: presión, temperatura y nivel; lo cual
es posible por medio de transmisores que envían señales eléctricas de la
medida de la variable estudiada por los sensores/transductores en campo, y
elementos finales de control (válvulas) que abren o cierran para modificar la el
flujo dependiendo de la necesidad del proceso.
2.5.1.1. Medición y control de presión
En la figura 2.6 se muestra un esquema de la distribución de los sensores e
instrumentos de presión que debe poseer un tanque de almacenamiento de
GNL. Este control debe poseer una zona de presión de gas y una bomba de
presión de descarga de GNL, especificándose la cantidad de válvulas que se
instalarán. En un esquema común se instalan 4 válvulas interruptoras de vacío.
32
El tanque estará equipado con un punto de muestreo (manual) en la línea de
emisión de GNL para que este sea analizado con cierta frecuencia la detección
de fugas gas y evitar escenarios de incendios.
El tanque de almacenamiento de GNL estará equipado con un sistema
de detección de fugas que utiliza sensores de temperatura en el interior del
tanque, ubicándose estratégicamente detectores de frío, en combinación con
detectores de gases inflamables (por lo menos 4 por la plataforma de la
bomba). Para la protección contra incendios se instalan interruptores de
presión, detectores de calor y pulsadores para alarma manual en las áreas
críticas de la cubierta del tanque, tales como la plataforma principal de la
bomba o las tuberías.
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Figura 2.7. Esquema de un control de nivel en un tanque de
almacenamiento de GNL.
2.5.1.3. Medición y control de temperatura
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variable puede provocar el cambio de fase, así como provocar inminentes
explosiones o incendios.
Las temperaturas se registrarán:
• A lo largo de la parte inferior de la pared del tanque en 4 puntos, con 90
grados de separación.
• A lo largo de la pared del tanque interno, en un punto en una línea vertical
con intervalos de 5 m.
• En el espacio de vapor justo debajo de la cubierta suspendida.
• En la cúpula del tanque exterior, encima de la cubierta suspendida.
• En la parte inferior del espacio anular contra la pared del tanque externo en
4 puntos, con 90 grados de compensación.
• En el centro del fondo del tanque exterior.
• En la parte inferior de la base de losa de concreto, para controlar el sistema
de calefacción inferior (mínimo 15 puntos).
• En el techo del tanque de GNL en la línea de llenado.
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CAPÍTULO 3. DISCUSIÓN DE RESULTADOS, CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES
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3.5. Especificación de variables de control para la prevención y
contención de la dispersión e incendio de una nube de gas.
En las últimas décadas la sociedad industrializada hace un uso extenso de los
sistemas automatizados. Tanto en la vida cotidiana como en la industria se
destacan sistemas de control que regulan magnitudes de temperatura, presión,
flujo, seguridad, electrónica, entre otros; hoy en día todo es controlado, con el
objeto de optimizar y mejorar el desempeño de los procesos dentro de los
sistemas automatizados manteniéndolos dentro de parámetros preestablecidos
en los requerimientos del cliente (Sociedad Industrial).
Las operaciones realizadas en las plantas de recepción, almacenamiento y
regasificación del gas natural licuado y gas licuado de petróleo llevan consigo
un riesgo inherente al carácter extremadamente inflamable de los mismos, de
manera que cualquier fuga o escape puede desencadenar un incendio o la
generación de una nube inflamable. La seguridad en la industria de GNL y GLP
se logra por medio de una serie de elementos que proporcionan múltiples
capas de protección, tanto en relación con la seguridad de los trabajadores de
la industria de GNL como la seguridad de las poblaciones vecinas a las
instalaciones de GNL.
En base a tal riesgo es importante controlar las variables que juegan un
papel fundamental en las operaciones que involucren estos gases inflamables.
La presión, temperatura, nivel (flujo) y concentración del gas son las
propiedades principales a controlar en estos procesos puestos que las
características del GNL y el GLP o del proceso propiamente dicho, dependen
específicamente de estos parámetros. La forma de control, es decir el tipo de
instrumentos y mecanismos para la medición y monitoreo de las variables
dependerá del tipo de proceso y de la sustancia a tratar, así como de otros
factores que deben tomarse en cuenta a la hora de diseñar procesos o equipos
que operen con gases inflamables o líquidos criogénicos.
3.6. Conclusiones
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7. El factor de seguridad de dispersión (DSF) es la relación entre la
distancia alcanzada por el límite inferior de inflamabilidad y la distancia
alcanzada por la nube visible. Esta herramienta permite tomar
decisiones bajo circunstancias de emergencia.
8. Conocer las características de los incendios de las nubes de gases
permite conocer los efectos de la radiación térmica de estos, para tomar
medidas de control y seguridad.
9. Existen modelos matemáticos que permiten estimar la radiación térmica
generada en incendios de nubes de gas.
10. El control de proceso es un aspecto importante en el manejo de GNL y
GLP ya que este puede ser la diferencia entre escenarios de accidentes
graves o no.
11. Las variables típicas de control para sistemas que trabajen con GNL y
GLP son: la presión, la temperatura, el nivel y la concentración de gases.
12. Existen diversos sensores de control y dispositivos finales de control
para equipos y tanques de almacenamiento de GNL.
3.7. Recomendaciones
1. Evaluar y analizar continuamente los riesgos asociados a la dispersión e
incendio de nubes de gases, para tener un procedimiento de seguridad
actualizado en caso de emergencia
2. Hacer mantenimiento regular de las instalaciones, equipos y líneas que
involucren GNL y GLP.
3. Mantener el sistema de control en condiciones óptimas para que existan
respuestas eficaces a la hora de fugas o vertidos.
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BIBLIOGRAFÍA
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