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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO ANZOÁTEGUI
ESCUELA DE INGENIERÍA Y CIENCIAS APLICADAS
DPTO. PETRÓLEO- QUÍMICA
ÁREAS ESPECIALES DE GRADO
CONTROL, TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO DEL GAS NATURAL

ESTABLECIMIENTO DE CRITERIOS DE CONTROL PARA LA


PREVENCIÓN DE LA DISPERSIÓN E INCENDIO DE UNA NUBE DE GAS,
EN TODAS LAS ETAPAS DEL PROCESO

Realizado por:

Acosta Gabriel, C.I: 23.923.934


Bellorin Karliana, C.I: 18.510.531
Botiny Sharon, C.I: 20.548.208
Melchor Anthony, C.I: 21.390.988

Asesor académico:
Ingeniero Químico Isvelia Avendaño

Barcelona, enero de 2018


TABLA DE CONTENIDO

Tabla de contenido ............................................................................................. 2


Capítulo 1. introducción ...................................................................................... 4
1.1. Planteamiento del problema .................................................................. 5
1.2. Objetivos ............................................................................................... 6
1.2.1. Objetivo general.............................................................................. 6
1.2.2. Objetivos específicos ...................................................................... 6
Capítulo 2. desarrollo del proyecto ..................................................................... 7
2.1. Descripción de las consecuencias producidas por la dispersión e
incendio de una nube de gas. .................................................................. 7
2.1.1. Características que se deben considerar en el análisis de las
consecuencias de la dispersión de una nube de gas. .................... 9
2.1.2. Accidentes graves ocurridos por nubes de gas natural .................. 9
2.2. Enumeración de los experimentos realizados a gran escala para la
evaluación de la propagación de la llama dentro de una nube de gas. . 10
2.3. Análisis de la dispersión atmosférica de vertidos de gases
inflamables. .................................................. ……………………………16
2.3.1. Modelos de dispersión .................................................................. 17
2.3.1.1. Modelos para gases neutros (modelos gaussianos) .............. 17
2.3.1.2. Modelos para gases pesados ................................................ 18
2.3.2. Tipos de modelos de dispersión ................................................... 18
2.3.2.1. Modelos basados en las ecuaciones de Navier Stokes ......... 18
2.3.2.2. Modelo lagrangiano no lineal ................................................. 18
2.3.2.3. Modelos de capa superficial (integral de dos dimensiones) ... 19
2.3.2.4. Modelos integrales de una dimensión .................................... 19
2.3.2.5. Modelos empíricos ................................................................. 19
2.3.3. Factor de seguridad para la dispersión atmosférica de vertidos
de GNL .………………………………………………………………..20
2.3.4. Factor de seguridad en la dispersión atmosférica de vertidos de
GLP ……………………………………………………………………..21
2.4. Estudio de las características de los incendios de las nubes de
gases................................................................................................... 24
2.4.1. Modelos para la estimación de la de la radiación térmica en los
incendios de una nube de gas ................................................................... 26
2.4.1.1. Modelo de fuente puntual ....................................................... 26
2.4.1.2. Modelo de la llama solida ....................................................... 27
2.4.2. Modelos de incendio de una nube de vapor inflamable ................ 27
2.4.2.1. Einsenberg et al. (1975) y Fay y Lewis (1976) ....................... 27
2.4.2.2. Raj y Emmons (1975), CCPS (2010) ..................................... 28
2.4.2.3. Cracknell y Carsley (1997) ..................................................... 29
2.4.2.4. Kumar et al. (2001) ................................................................ 29
2.5. Especificación de variables de control para la prevención y
contención de la dispersión e incendio de una nube de gas ............... 30
2.5.1. Sistemas de control en tanques de almacenamiento de GNL ...... 32
2.5.1.1. Medición y control de presión................................................. 32
2.5.1.2. Medición y control de nivel ..................................................... 33
2.5.1.3. Medición y control de temperatura ......................................... 34
Capítulo 3. discusión de resultados, conclusiones y recomendaciones ........... 36
3.1. Descripción de las consecuencias producidas por la dispersión e
incendio de una nube de gas. ....................................................................... 36
3.2. Enumeración de los experimentos realizados a gran escala para la
evaluación de la propagación de la llama dentro de una nube de gas. ........ 36
3.3. Análisis de la dispersión atmosférica de vertidos de gases
inflamables. ........................................................................... …………37
3.4. Estudio de las características de los incendios de las nubes de
gases................................................................................................... 37
3.5. Especificación de variables de control para la prevención y
contención de la dispersión e incendio de una nube de gas. .............. 38
3.6. Conclusiones ....................................................................................... 38
3.7. Recomendaciones............................................................................... 39
Bibliografía ....................................................................................................... 40

3
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN

El gas natural es aquel formado por los miembros más volátiles de la serie
parafínica de hidrocarburos, principalmente metano, cantidades menores de
etano, propano y butano y, finalmente, puede contener porcentajes muy
pequeños de compuestos más pesados. Además, es posible conseguir en el
gas natural cantidades variables de otros gases no hidrocarburos, como dióxido
de carbono, sulfuro de hidrógeno (ácido sulfúrico), nitrógeno, helio, vapor de
agua, etc.
El gas natural puede obtenerse como tal en yacimientos de gas libre o
asociado en yacimientos de petróleo y de condensado (porciones volátiles de
petróleo). En general, el gas natural puede clasificase como:
• Gas dulce, que contiene cantidades de sulfuro de hidrógeno (H, S), menores a
4 ppm,v. La GPSA define un gas apto para ser transportado por tuberías como
aquel que contiene menos de 4 ppm,v de H,S; menos del 3,0% de CO, y 6 a 7
libras de agua por millón de pies cúbicos en condiciones normales (pcn).
• Gas agrio o ácido, que contiene cantidades apreciables de sulfuro de
hidrógeno, dióxido de carbono (CO,) y otras componentes ácidos (COS, CS,
mercaptanos, etc.) razón por la cual se vuelve corrosivo en presencia de agua
libre.
• Gas rico (húmedo), del cual se puede obtener cantidades apreciables de
hidrocarburos líquidos, C3+ de, aproximadamente, 3 GPM (galones por 1.000
pies cúbicos en condiciones normales). No tiene ninguna relación con el
contenido de vapor de agua que pueda contener el gas.
• Gas pobre (seco), que prácticamente está formado por metano (C1) y etano
(C2). Sin embargo, en sistemas de compresión de gas, se habla de gas
húmedo, en inglés "wet gas", al que contiene vapor de agua y "gas seco"
(inglés "dry gas"), al que no contiene vapor de agua. El ingeniero debe tener
presente los problemas de semántica que, por lo general, se observan en estos
casos.

En la actualidad existen más de 70 países productores de gas natural que


utilizan este insumo para su desarrollo industrial logrando una mayor
competitividad con respecto a otras fuentes de energía debido a las muchas
ventajas que este ofrece, tales como su bajo costo y definirse como un
combustible limpio.
Este se adapta a las necesidades modernas y por lo tanto ofrece, a los
países que lo poseen y explotan, una ventaja comercial y económica
competitiva importante. Estas ventajas del gas natural sobre otras fuentes de
energía han hecho que su utilización se incremente constantemente durante
los últimos veinte años de manera que, actualmente, representa más del 20%
de la energía que se consume en el mundo.
Este proyecto se enfoca en el gas natural licuado (GNL) y el gas licuado de
petróleo (GLP, propano y butano), materiales combustibles de suma
importancia por su uso en diversos sectores como el transporte, la industria, la
agricultura, la calefacción doméstica, entre muchos más. La ocurrencia de
accidentes químicos por el inadecuado manejo de estos gases ha sido una de
las mayores preocupaciones a nivel mundial, puesto que en los últimos años la
incidencia de siniestros con tales sustancias se ha incrementado
Debido a que un vertido de estos gases licuados puede originar una nube
inflamable, no puede ignorarse el riesgo asociado a este tipo de eventos; por lo
tanto el desarrollo de este estudio se basa en la dispersión e incendio de nubes
de gases inflamables y como podría ser controlado este fenómeno.
1.1. Planteamiento del problema
En las industrias es común utilizar y almacenar gases licuados refrigerados a
presión atmosférica, así como el uso de diferentes medios para el transporte de
gases licuados criogénicos y otras sustancias peligrosas. Cuando se produce
una emisión de un gas o vapor a la atmósfera, ya sea procedente de una fuga
de gas propiamente dicha o como consecuencia de la evaporación de un
líquido, dicho gas sufre una dispersión por dilución del gas en la atmósfera y se
extiende en ella arrastrado por el viento y las condiciones meteorológicas.
Un porcentaje importante de los accidentes graves se inician con la
liberación de estos materiales, debido a sus características toxicas o
inflamables. Esta situación puede ser originada por la rotura o fractura del
recipiente que los almacena o una tubería, por una mala maniobra en el
proceso que los involucra, el volcamiento de los camiones cisternas que los
transportan, entre otros.
Uno de los aspectos más peligrosos de una fuga de gas es la formación de
nubes inflamables, que pueden producir una explosión y, simultáneamente, un
incendio de llamarada. Otra posibilidad es que tras el incendio de llamarada las
llamas regresen al punto de origen de la fuga, resultando en un incendio de
mayor magnitud si las llamas afectan al depósito.
Venezuela se sitúa dentro de los 10 primeros países con mayores reservas
de hidrocarburos. En lo concerniente a petróleo, posee las mayores reservas a
nivel mundial, sin incluir el petróleo proveniente de lutitas. En lo atinente al gas
natural convencional, Venezuela ocupa el primer lugar en Latinoamérica y el
séptimo a nivel mundial.
Sin embargo, con todo ese potencial energético, Venezuela no es una
sólida potencia comercial en gas natural, dado que en nuestro país el recurso
gas está asociado al recurso petróleo y, en consecuencia, su producción varía
en función del comportamiento de la producción de petróleo.
El 25 de agosto del año 2012 se produjo una fuga de gas en el patio de
tanques de la refinería Amuay del Complejo de Refinación Paraguaná, que
termino en una explosión enorme dejando varios muertos y heridos así como
daños graves a las instalaciones del complejo y sus cercanías. Este evento es
el accidente más grave ocurrido en la industria petrolera venezolana en la
última década, pero no el único.
Por las razones expuestas se hace necesario establecer criterios de control
para la prevención de la dispersión e incendio de una nube de gas, para ello
se describirán las consecuencias producidas por la dispersión e incendio de
una nube de gas, se enumerarán los experimentos realizados a gran escala
para la evaluación de la propagación de la llama dentro de una nube de gas, se
analizará la dispersión atmosférica de vertidos de gases inflamables, se
estudiarán las características de los incendios de las nubes de gases y por
último se especificarán variables de control para la prevención y contención de
la dispersión e incendio de una nube de gas.

5
1.2. Objetivos

1.2.1. Objetivo general


Establecer criterios de control para la prevención de la dispersión e
incendio de una nube de gas.

1.2.2. Objetivos específicos


1. Describir las consecuencias producidas por la dispersión e incendio de
una nube de gas.
2. Enumerar los experimentos realizados a gran escala para la evaluación
de la propagación de la llama dentro de una nube de gas.
3. Analizar la dispersión atmosférica de vertidos de gases inflamables.
4. Estudiar las características de los incendios de las nubes de gases.
5. Especificar variables de control para la prevención y contención de la
dispersión e incendio de una nube de gas.

6
CAPÍTULO 2. DESARROLLO DEL PROYECTO

2.1. Descripción de las consecuencias producidas por la dispersión e


incendio de una nube de gas.
En la industria química y petrolera un gran número de accidentes se producen
por la pérdida de concentración en depósitos y tuberías que almacenan y
transportan productos en forma gaseosa o liquida. Cuando las sustancias son
susceptibles de formar nubes de gas, conocer su evolución es importante.
El conocimiento de su evolución permite estimar de forma razonada los
efectos y consecuencias de los accidentes que involucran nubes de gases
toxico o inflamables.
El uso más frecuente del término accidente está vinculado al acontecimiento
que sucede sin intención y que genera un daño a un ser vivo o a una cosa.
Algunos accidentes, tradicionalmente conocidos como accidentes mayores, se
empiezan a denominar accidentes graves, lo que sin duda alguna es una mejor
nomenclatura, han puesto de manifiesto los riesgos que plantean la proximidad
de ciertos establecimientos industriales a zonas residenciales, zonas
frecuentadas por público y otras zonas consideradas de interés y sensibilidad
especial.
Los tipos de accidentes potenciales en instalaciones industriales que
pueden producir la pérdida del control sobre las sustancias peligrosas y
desencadenar fenómenos peligrosos para personas y bienes son debidos a:
• Fugas
• Vertidos incontrolados
• Explosiones
• Incendios

Estos fenómenos pueden ocurrir aislada, simultánea o secuencialmente.


Generalmente, se produce un suceso indicador y otros intermedios entre éste y
la aparición de las consecuencias por lo que éstas pueden ser diferentes según
sean estos sucesos intermedios. Así, una fuga o vertido incontrolado causada
cuando un depósito, batería, etc., pierde su integridad estructural, que permite
el escape de la sustancia, puede producir, dependiendo del estado de la
misma, un posterior incendio, explosión, intoxicación o contaminación.
Además, estos accidentes pueden producir fenómenos peligrosos para las
personas, el medio ambiente y los bienes del tipo:
• Mecánico. El principal efecto mecánico es la onda de presión que consiste
en compresiones y expansiones alternativas del aire atmosférico, que se
traducen en solicitaciones mecánicas transitorias sobre los elementos
inertes o los seres vivos provocando deformaciones, roturas,
desplazamientos. etc. Otro efecto mecánico es la emisión de proyectiles.
Para que ocurra la explosión de una nube de gas deben cumplirse ciertas
condiciones como por ejemplo que el material liberado a la atmósfera
deberá ser combustible, la ignición no deberá ser inmediata y, una vez
formada la nube, la mezcla aire-combustible deberá estar dentro de los
límites de inflamabilidad.
En general, la explosión de una nube de vapor inflamable no confinada está
asociada al escape masivo de gases licuados refrigerados y líquidos
inflamables muy volátiles, que pueden generar una gran cantidad de
vapores combustibles en un breve período de tiempo.
El caso de una explosión confinada de gas implica la explosión del material
combustible en condiciones de confinamiento; este tipo de explosión ocurre
en recintos cerrados como por ejemplo naves industriales, edificios, etc.
Una situación intermedia frecuente es la de semi-confinamiento, originado
por la presencia de instalaciones relativamente congestionadas.
Finalmente, otro tipo de explosión es el denominado BLEVE (Boiling Liquid
Expanding Vapour Explosion), que es producido por el estallido súbito,
usualmente por calentamiento externo (provocado por un incendio o un
chorro de fuego), de un recipiente que contiene un líquido inflamable a
presión.
• Térmico. Los fenómenos térmicos son provocados por la oxidación rápida,
no explosiva, de sustancias combustible, produciendo llama, que puede ser:
a) Estacionaria, como el incendio de charco que ocurre cuando existe la
ignición de un derrame líquido vertido sobre una superficie horizontal (se
presenta una combustión con llama de difusión turbulenta sobre el charco
de combustible, el cual se evapora debido a la aportación calorífica del
propio incendio); o dardo de fuego que es una llama estacionaria y alargada
que puede resultar de la ignición de un chorro de gas que escapa a alta
velocidad (generalmente ocurren como resultado de una pequeña fisura u
orificio que origina un chorro a presión en algún equipo de una planta de
proceso o en un tanque de almacenamiento; si el chorro de gas o vapor
encuentra un punto de ignición, se inflamará, originando un dardo de fuego).
b) Progresiva, como la llamarada que es la combustión de una nube de vapor
o gas como resultado del escape de un material inflamable, al aire libre, la
cual al mezclarse con este último llega a incendiarse; o la bola de fuego que
se forma cuando una nube de composición bifásica (vapor y gotas de
líquido inflamable) es incendiada, presentando una forma aproximadamente
esférica. En función del tipo de combustible involucrado, la combustión
puede ser bastante buena, liberando una gran cantidad de energía radiante.
Este fenómeno puede ocurrir con propano o butano, siendo por el contrario
poco común con GNL.
Pero que en todos los casos disipa la energía de combustión mayoritariamente
por radiación e incrementándose la temperatura de las materias expuestas
pudiendo culminar en la combustión o fusión y volatilización de éstas.
• Químico. Entre los fenómenos químicos peligrosos debidos a fugas o
vertidos incontrolados de sustancias que directamente o indirectamente a
través de reacciones secundarias inmediatas o diferidas pueden provocar
efectos del tipo:
➢ Tóxicos
➢ Irritantes
➢ Narcóticos
➢ Cancerígenos
➢ Mutagénicos
➢ Teratogénicos
➢ Corrosivos
➢ Bioacumulables

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2.1.1. Características que se deben considerar en el análisis de las
consecuencias de la dispersión de una nube de gas.
El análisis y evaluación de riesgos es el proceso que permite cuantificar los
riesgos en base al producto del cálculo de la probabilidad de que el accidente
tenga lugar en un periodo de tiempo determinado y la intensidad o severidad
del mismo en función de la magnitud de las consecuencias sobre los elementos
vulnerables, especialmente del número de personas expuestas. El valor de
este producto es un indicador de la peligrosidad al compararlo con una escala
previamente establecida.
Entre las principales características a considerar en el análisis de
consecuencias en caso de que ocurra una fuga de gas inflamable, toxico o
material peligroso podemos mencionar las siguientes:
1. Escenario donde ocurre el accidente: El tipo de vertido o escape del
material combustible (término fuente) es un fenómeno que depende de las
propiedades del material, las condiciones de almacenamiento o proceso, la
forma en que ocurre el escape y la interacción con el medio ambiente, entre
otros factores.
2. Dispersión atmosférica: es necesario predecir el trasporte y dispersión de la
nube de vapor inflamable en la atmosfera. Pueden aplicarse diferentes
modelos matemáticos para predecir de manera relativamente precisa la
dispersión. Modelar la dispersión es primordial para obtener los perfiles de
concentración, y si hay ignición estimar los daños y consecuencias.
3. Estimación de efectos y consecuencias: esta característica permite
cuantificar los efectos y daños causados que dependerán de la distancia
que recorre la nube de gas.

2.1.2. Accidentes graves ocurridos por nubes de gas natural


El transporte de gas natural y de petróleo a través de gasoductos, y otras
sustancias peligrosas utilizadas con propósitos comerciales e industriales ha
estado involucrado en grandes accidentes químicos, es así como típicos
accidentes con efectos catastróficos han sido documentados por diferentes
medios de comunicación, literatura científica y de carácter legal.
Específicamente, es importante mencionar que entre las principales
consecuencias de un accidente provocado por la ruptura de un gasoducto, se
pueden generar la aparición de gases tóxicos, fuego y explosión; amenazando
directamente las proximidades del sitio donde ocurre, a las personas, la
propiedad y el ambiente con gases tóxicos, sobrepresión y radiación térmica, y
el efecto dominó asociado al fuego y explosiones.
A continuación, se mencionan algunos accidentes emblemáticos ocurridos
en el mundo y en Venezuela: el 24 de marzo de 1994 en New Jersey, Estados
Unidos de América, un trabajo de excavación en un gasoducto subterráneo,
generó una explosión dejando como resultado una (1) fatalidad y cincuenta (50)
lesionados. El 28 de septiembre de 1993 en la Autopista Regional del Centro,
Las Tejerías, estado Aragua, Venezuela, se produjo la ruptura de un gasoducto
que ocasionó la fuga de gas originando una explosión, debido a la instalación
de fibra óptica, dejando como resultado cincuenta (50) fatalidades y cuarenta
(40) lesionados. Uno de los accidentes más severos, ocurrió el 04 de junio de
1989 en Bashkiria, Rusia, un gasoducto que transportaba una mezcla de gases
9
de petróleo (metano, etano, propano, butano y pentano), generó una fuga que
permaneció por varios días y provocó una explosión que al paso de dos (2)
trenes causó cuatrocientos sesenta y dos (462) fatalidades y setecientos seis
(706) lesionados. Durante el 09 de septiembre de 2010 en San Bruno,
California, Estados Unidos de América, un gasoducto que transportaba gas
natural explotó en un área residencial, provocando ocho (8) fatalidades y
cincuenta y ocho (58) lesionados. El 25 de agosto de 2012 en la Refinería de
Amuay, estado Falcón, Venezuela, se produjo un escape masivo de olefinas,
incendiándose posteriormente el gas, generando una onda expansiva que
causó cuarenta y siete (47) fatalidades y ciento treinta y siete (137) lesionados,
y demás daños materiales y ambientales.

2.2. Enumeración de los experimentos realizados a gran escala para la


evaluación de la propagación de la llama dentro de una nube de gas.
Actualmente es posible obtener valores teóricos para la velocidad de
propagación de llama de sustancias puras a partir de principios fundamentales,
acoplando la cinética de las reacciones elementales con los fenómenos de
transporte involucrados, sin embargo esta situación se hace mucho más
compleja para mezclas multicomponentes como es el caso del gas natural. La
otra alternativa para determinar la velocidad de propagación de llama de
sustancias puras o mezclas multicomponentes es intentar medirla
experimentalmente. A este respecto, no existe en la literatura un método
estandarizado de medición, sino una amplia variedad de métodos que se
diferencian fundamentalmente en la geometría de las llamas generadas y en sí
éstas se fijan en un quemador o se dejan propagar libremente. A continuación
se enumerarán algunas pruebas realizadas a escala real de nubes de gas
inflamables de GNL y GLP:

1. Pruebas de China Lake (1979)


Estas pruebas se realizaron para caracterizar el comportamiento de la
llamarada y de la radiación térmica generada en los incendios de nubes de
GNL. En ellas se identificaron tres etapas en el desarrollo de un incendio de
llamarada:
➢ 1era etapa: Denominada “desarrollo transitorio” de la llama, ocurre durante
los primeros segundos después de la ignición, las llamas se propagan a
través de la nube sobre la superficie, mientras aumenta su tamaño.
➢ 2da etapa: Denominada “etapa estacionaria”, las llamas se propagan hacia
la balsa de líquido con una anchura y una longitud casi constantes, durante
un período de 25 a 40 segundos. Después de alcanzar el estado
estacionario, durante aproximadamente la mitad de la duración del incendio,
las llamas se mueven hacia el punto del derrame.
➢ 3era etapa: La última etapa resultó en un incendio de charco en el lugar del
derrame.

Tras la liberación de GNL sobre la superficie del agua, se formó una “balsa”
sobrenadante, la cual alcanzo rápidamente un diámetro constante de hasta 35
metros para algunas de las pruebas. Después, el GNL evaporado, por la
transferencia de calor desde el agua fue dispersado sobre el agua por el viento,
siendo arrastrado hasta alcanzar la orilla y siguiendo después la dispersión
10
sobre tierra. Las bengalas se ubicaron a unos 70 metros del punto de derrame
y se encendieron entre 22 y 64 segundos después de iniciado el derrame,
dependiendo de cada prueba. El retraso de la ignición fue suficiente para
permitir que la nube de gas alcanzara la bengala antes de la misma.
Es de notar que la nube inflamable alcanzó el punto de ignición antes de
que la nube visible llegara al mismo. Esto indica que la región inflamable se
extendía más allá de la nube visible, variando este fenómeno en función del
porcentaje de humedad relativa registrado en las pruebas, el cual estuvo
comprendido entre el 22% y el 33%.
De estas pruebas se obtuvieron datos interesantes tales como las
dimensiones de la nube visible y de la llama para las cuatro principales pruebas
(ver tabla 2.1).

Tabla 2.1. Principales características de los incendios de llamarada, China


Lake.
Número del
5 10 16 17
experimento
Primera etapa: desarrollo transitorio de la llama
Duración después
de la ignición (s)
6 9 11 10
Segunda etapa: estado estacionario
Duración después
25 25 40 35
de la 1era etapa (s)
Longitud promedio
19 20 21 19
de la llama (m)
Anchura promedio
33 34 38 27
de la llama (m)
Altura promedio de
10 11 11 9
la llama (m)
Poder emisivo
promedio (Kw/m2)
260 - 148 270

De estos valores (véase la Figura 2.1), se puede obtener información relativa al


contorno de la llama, así como de la anchura y altura alcanzada por las llamas
durante su propagación. También resulta de gran interés la información sobre
la altura de la nube de gas antes de la ignición.
La velocidad de las llamas se encontró en una gama comprendida entre 8
m/s y 17 m/s, incrementándose al aumentar la velocidad del viento. Además, se
observó que el fuego se propagaba cerca de la superficie en forma de un
penacho; durante estas pruebas no se presentó ninguna bola de fuego.

2. Pruebas de Maplin Sands (1980)


Las pruebas fueron realizadas en Maplin Sands, Inglaterra, por el Instituto
Marítimo Nacional, y fueron patrocinadas por Shell. Estas pruebas se
desarrollaron para obtener datos de radiación térmica y dispersión de 20 fugas
de GNL y 14 fugas de propano sobre agua para los casos de fugas
instantáneas y continuas.

11
Figura 2.1. Desarrollo de la nube de gas en la prueba 17 de China Lake:
5.5 m3 fugados en 78 s; velocidad del viento: 7.2 m/s.

Como parte de las instalaciones experimentales para desarrollar las


pruebas, se construyó un dique para mantener un estanque de poca
profundidad y de 300 metros de diámetro alrededor del punto de vertido. Los
gases licuados fueron transportados al punto de derrame sobre el agua
mediante una tubería y las mediciones se realizaron con instrumentos
desplegados sobre 71 plataformas flotantes, colocados en arcos concéntricos a
una distancia comprendida entre 40 y 650 metros desde el punto de derrame.
Con estas pruebas se determinó que el tipo de combustible y el modo de la
fuga afectan al comportamiento de la dispersión de las nubes de gas. La
combustión del GLP producía llamas humeantes, mientras que el GNL tendía a
presentar una combustión más limpia. Para las fugas continuas, la ignición
resultó en una combustión premezclada con una llama azulada débilmente
luminosa. Ésta fue seguida por una combustión difusiva en la región rica de
combustible de la nube, con una llama amarilla inicialmente baja que
aumentaba en altura conforme se propagaba retrocediendo hacia el punto de
vertido.
En un cierto número de pruebas, el frente difusivo de la llama parecía ser
estacionario y no se propagó de regreso a la fuente. Se observó que el área
cubierta por la llamarada era aproximadamente la misma que la contenida
dentro de la región inflamable de la nube antes de la ignición. Aunque se
observaron llamas cuya altura fue mayor que la de la nube dentro del límite
inferior de inflamabilidad, esto se atribuyó a la expansión térmica que ocurría
en dirección vertical.
Asimismo, se observó que la máxima velocidad de propagación de la llama
fue de 28 m/s en el caso de derrames de GLP y de 10 m/s para GNL, mientras
que la velocidad de propagación promedio de las llamas de premezcla fue de
12 m/s y 5 m/s, respectivamente. La propagación de las llamas de difusión tuvo

12
lugar a una velocidad de 4.5 m/s a 6.0 m/s. La llama generó una sobrepresión
inferior a los 4 kPa. La relación entre la altura y la anchura de la llama se situó
entre 0.2 y 0.4. En la nube de gas inflamable, el poder emisivo promedio
medido en la superficie fue de 174 kWm-2, con una gama de valores
comprendidos entre 137 y 225 kWm-2.
Estas pruebas arrojaron las siguientes observaciones: en el caso de
derrames continuos de GNL y propano se visualizó que la balsa sobrenadante
del vertido presentaba una forma casi circular y de dimensiones
aproximadamente constantes. Las nubes resultaron tener mayor anchura cerca
de la fuente, reduciéndose su magnitud al aumentar la velocidad del viento
mientras que, en contraste, se incrementaba su altura. En la figura 2.2 se
puede apreciar un ejemplo de este tipo de derrame.
Otros aspectos interesantes fueron el borde visible de la nube de gas y el
alcance de la isopleta correspondiente al límite inferior de inflamabilidad. En el
caso de nubes de GNL el contorno de la nube visible se extendió más allá de la
concentración correspondiente al límite inferior de inflamabilidad en la dirección
del viento. Por el contrario, se encontró que en las nubes de propano, de las
pruebas desarrolladas en Maplin Sands, el borde de la nube visible se
encontraba dentro de la región inflamable.

Figura 2.2. Pruebas realizadas en Maplin Sands con GNL.

En el caso de fugas instantáneas se observó que la evaporación ocurrió desde


balsas de líquido casi circulares, que dejaron tras de sí un anillo de hielo. La
propagación de las nubes de gas mostró una forma más o menos circular o
alargada. En la fase inicial, las nubes se propagaron a nivel de suelo, para
luego aumentar en altura en la dirección del viento a medida que la dispersión
progresaba.

3. Pruebas en China Lake: series Avocet, Burro y Coyote


3.1. Avocet y Burro
En 1978 se realizó la serie Avocet, la cual constaba de un conjunto de cuatro
pruebas que involucraban derrames en el agua de 4.5 m3 de GNL por minuto.
Esta prueba se realizó fundamentalmente para profundizar en las mediciones
necesarias para pruebas con derrames a gran escala.
13
Posteriormente, en 1980, se desarrolló otra serie de pruebas por el
Lawrence Livermore National Laboratory (LLNL) en el centro Naval de China
Lake, California. Este conjunto de pruebas, denominadas Burro, consistía de un
total de 8 fugas de GNL sobre agua con volúmenes de derrame comprendidos
entre 24 m3 y 39 m3, con una velocidad de fuga de 11,3-18,4 m3/min, velocidad
de viento de 1,8 a 9,1 m/s y condiciones de estabilidad atmosférica variando de
inestable a ligeramente estable.
De las pruebas Burros se observó lo siguiente
• La nube de la prueba 3 de Burro permaneció dentro de la matriz de
sensores, excepto en el arco situado a unos 57 metros de distancia, donde
se extendió más allá de ambos lados de la matriz entre los 150 y 200
segundos. Entre los 60 y 120 segundos de haberse iniciado el derrame, la
distancia máxima alcanzada por el límite inferior de inflamabilidad osciló
entre 215 metros y 255 metros.
• La tasa de escape y duración de la prueba 7 fueron muy similares a las de
la prueba 3, con la diferencia de una velocidad del viento un 60% mayor. La
nube de gas generada en la prueba 7 de Burro se extendió más allá de uno
de los bordes de la matriz de sensores, pero la línea central de la nube
parecía moverse dentro y fuera de la matriz en varias ocasiones durante el
derrame. La ubicación del límite inferior de inflamabilidad osciló entre cerca
de 100 y 200 metros, alcanzando un valor máximo a los 200 m. La mayor
parte de esta variación fue causada por el movimiento serpenteante de la
nube con respecto al borde de la matriz.
• Debido a las condiciones en las que se desarrolló la prueba 8: bajo viento
(1.8 m/s) y condiciones atmosféricas estables, se originó una nube de baja
altura y muy ancha comparada con otras pruebas desarrolladas con un
viento mucho mayor, como la prueba 6 de Burro realizada con un viento de
9 m/s. En esta prueba se visualizó que la mayor parte de la anchura de la
nube está contenida dentro de un arco de 140 metros, que es donde los
sensores de gases habían sido colocados. Sin embargo, el límite inferior de
inflamabilidad en esta prueba se encontró a una distancia máxima de 400
metros.
• En las pruebas se originó una presión debida a la transición rápida de fase,
originándose una sobrepresión de 5 kPa medida a una distancia de 30
metros del punto de la fuga. Esta sobrepresión fue suficientemente fuerte
como para causar daños en la tubería de vertido de apoyo y la placa de
derrame.

3.2. Coyote
Las pruebas de Coyote fueron desarrolladas por LLNL y el centro naval en
China Lake, California, y patrocinadas por la U.S. DOE y el Instituto de
Investigación del Gas. Estas pruebas se desarrollaron en el mismo sitio
experimental que las pruebas de Burro que las precedieron. Se estudió la
combustión de las nubes de gas de fugas de GNL en agua, para determinar la
propagación de la llama y el flujo de calor. Estas pruebas fueron llevadas a
cabo con metano como combustible principal, mezclado con cantidades
menores de propano y etano.
Estas pruebas arrojaron los siguientes resultados: las pruebas con más
viento resultaron más inestables y el área inflamable tenía la tendencia a ser
larga y estrecha, mientras que en las pruebas con menos viento resultaron más

14
estables y el área inflamable era mucho más amplia. Esta correlación es
razonable, pero fue probablemente acentuada por la pendiente ascendente que
existía inmediatamente a sotavento de la balsa de derrame. En lo que respecta
al tamaño y forma de las llamas en el plano vertical, existen pocos datos que
permitan determinar el perfil vertical de la combustión.
En cada prueba, las primeras llamas se elevaron y se mantuvieron a una
altura bastante estable conforme el fuego crecía radialmente. Después de que
el incendio se dividió en dos secciones a barlovento y sotavento, cada
componente alcanzó diferentes alturas. La sección en la dirección del viento en
general se mantuvo a la misma altura durante el crecimiento radial, pero la
correspondiente a la dirección contraria al viento generalmente incrementó su
altura.

4. Pruebas realizadas con GNL por Gaz de France en Saint Etienne


Este programa experimental de pruebas a media escala fue llevado a cabo por
Gaz de France en Saint Etienne, cerca de Nantes (Francia) y consistió en diez
experimentos.
Una de las características de esta serie fue que en cada prueba el objetivo
era generar nubes con una concentración por encima del límite superior de
inflamabilidad (UFL). En cada experimento se vertió una cantidad de GNL a
una velocidad de descarga de alrededor de 4 kg/s durante períodos de entre 30
y 100 s, formándose nubes de gas que fueron incendiadas en diferentes
puntos. Los sensores se dispusieron en un patrón de arcos circulares de radios
de hasta 70 m, midiéndose las concentraciones, las temperaturas y la radiación
térmica.
Con estas pruebas se observó que en la mayoría de los casos en una
variedad de lugares en los que la concentración estaba comprendida entre los
dos límites de inflamabilidad, así como justo en el límite superior de
inflamabilidad. La longitud de la zona de inflamabilidad variaba entre 7,5 y 30
metros. El ángulo del sector ocupado por el fuego también varió entre 30° y
80°, mientras que la masa de combustible estuvo comprendida entre 4 kg y
19.2 kg.
Un hecho significativo es que en esta serie de pruebas se identificaron
bolas de fuego en al menos 6 de los 10 ensayos, que fueron pequeñas debido
al tamaño limitado de las fugas y quizá también al hecho de que la nube de
GNL llego a ser rápidamente flotante, limitando la formación de una nube
concentrada de mayor tamaño.
Se probaron diferentes tipos de ignición: en 7 de los 10 ensayos se utilizó
un encendedor de chispa eléctrica, mientras que en los 3 restantes se utilizó
una bengala. La ubicación del encendedor responsable de la ignición se
modificó entre 10 y 30 metros para los diferentes ensayos. El fuego producido
durante estas pruebas se caracterizó por presentar llamas de una altura y
anchura considerables. Los incendios alcanzaron temperaturas de llama
superiores a los 900 ºC, con un flujo de calor de 5.6 a 50 kW/m2 dependiendo
de la prueba.

5. Pruebas realizadas en Buxton (UK), por HSL


Este conjunto de pruebas fue desarrollado por el Health and Safety Laboratory
(HSL) en un campo de pruebas localizado en Buxton, Derbyshire, UK. Uno de
los objetivos fue caracterizar la propagación de las llamas a través de la nube y

15
estudiar la variación del punto de ignición, así como el efecto de obstáculos
sobre la propagación de la nube y consecuentemente de las llamas.
Las nubes de gas fueron incendiadas en varias posiciones, observando su
comportamiento. Se utilizaron sensores de flujo de calor para evaluar la
severidad de los incendios de llamarada producidos. Se realizaron diez
pruebas diferentes, de las cuales seis fueron fugas sin ningún tipo de obstáculo
y cuatro con la presencia de una valla colocada normal al flujo; la característica
principal entre cada caso fue la variación del punto de ignición.
Los resultados de las pruebas demostraron cómo la concentración del gas
dentro de la nube de gas variaba con las condiciones atmosféricas. La
concentración en la nube de gas formada fue generalmente baja y la llamarada
producida fue relativamente pequeña. En algunos casos la nube se incendiaba
pero la llama no se propagaba a través de la misma, resultando en la formación
de bolsas aisladas de ignición. No se observaron bolas de fuego.
2.3. Análisis de la dispersión atmosférica de vertidos de gases
inflamables.
El termino dispersión es utilizado en la modelización de accidentes para
describir la evolución de una nube de gas toxica o inflamable en la atmosfera.
La dispersión de una nube de gas sigue una difusión, o transporte de su masa,
producida por el movimiento molecular del aire mientras se va diluyendo a
medida que va y disminuyendo su concentración, a causa de la entrada de
nuevas moléculas de aire dentro de la nube.
Según el tiempo de fuga del producto las emisiones se clasifican en:
• Continuas: Cuando el tiempo de emisión es mayor que el tiempo necesario
para que la nube llegue a un determinado punto. Se forma una nube de
forma alargada (pluma) que alcanza un estado estacionario cuando el gas
suministrado al interior de la nube es igual al dispersado en el ambiente.
• Instantáneas: Cuando el tiempo necesario para que la nube llegue a un
punto determinado es mayor que el tiempo de emisión del producto. La
emisión instantánea, llamada también, “puff” o soplido, forma una nube que
se va dispersando con el tiempo.

A efectos prácticos la división en emisión continua o discontinua es artificial y


subjetiva, porque la mayoría de emisiones son un estado intermedio, dado que
el tiempo de fuga es finito, asumiendo un estado estacionario durante un cierto
tiempo y dispersándose finalmente.
La elección entre los métodos de cálculo para una emisión instantánea o
continua puede establecerse de la siguiente forma. Si la emisión dura 100
segundos y se establece un estado estacionario de forma rápida, en las
cercanías de la fuente de emisión a unos 30 metros, se trata en este caso
como continua. Para la misma emisión, si no se establece un estado
estacionario hasta una distancia muy superior de 10 kilómetros, la duración de
la emisión se convierte en despreciable en relación al tiempo de paso de la
nube, de forma que puede considerarse como instantánea. Un criterio
empleado para decidir si la fuga puede ser considerada continua o instantánea
se muestra a continuación:
• Escape continuo 𝑋 > 1,8𝑢𝑤 𝑡

• Escape instantáneo: 𝑋 < 1,8𝑢𝑤 𝑡


16
Dónde:
𝑋: Distancia desde el punto de emisión
𝑢𝑤 : Velocidad del viento (m/s)
𝑡: Tiempo de duración de la emisión (s)

El transporte y la dispersión de contaminantes de la atmosfera están


influenciados por factores complejos: las variaciones globales y locales del
clima y las condiciones topográficas locales. Los factores importantes que
influyen en la dispersión de una nube de gas son:
• El viento. Es el movimiento horizontal lo que comúnmente se llama viento.
La velocidad del viento puede afectar en gran medida la concentración de
contaminantes en un área. Mientras mayor sea la velocidad del viento,
menor será la concentración de contaminantes. El viento diluye y dispersa
rápidamente los contaminantes en el área circundante.
• Estabilidad atmosférica. Es una variable que se establece para
caracterizar la capacidad que la atmósfera tiene para dispersar un
contaminante; en realidad lo que representa es el grado de turbulencia
existente en un momento determinado.
Generalmente, cuando el aire más caliente esta por encima del aire frio se
presentan condiciones atmosféricas estables, de ese modo se inhibe la
mezcla vertical. Esta condición se denomina inversión térmica. Cuando hay
una ligera mezcla vertical o no hay mezcla, los contaminantes permanecen
en la zona baja y tienden a aparecer en concentraciones mayores.
• Radiación solar. Influye en la formación de ozono, ya que permite la
reacción de vapores orgánicos como los óxidos de nitrógeno.
• Precipitación. Permite un efecto beneficioso, porque lava las partículas
contaminantes del aire y ayuda a minimizar las partículas provenientes de
actividades como la construcción y algunos procesos industriales.
• Topografía. Las grandes ciudades rodeadas de una topografía compleja
como valles o cadenas montañosas a menudo experimentan altas
concentraciones de contaminantes en el aire.
2.3.1. Modelos de dispersión
Los modelos de dispersión son modelos matemáticos que permiten prever,
dadas unas condiciones iniciales (básicamente el escenario accidental y las
condiciones meteorológicas) y según las características físicas y químicas del
producto, la evolución de una nube contaminante en función de la posición y el
tiempo.
Actualmente existen numeroso modelos de dispersión para el estudio de
diferentes tipos de emisiones a la atmosfera de distintos contaminantes. El
interés por valorar los posibles escapes de sustancias que sean susceptibles
de formar nubes de gas y su alcance, es importante si se trata de un gas toxico
o inflamable. Para productos inflamables es necesario conocer el alcance y la
cantidad de gas que podría involucrarse en la explosión.
2.3.1.1. Modelos para gases neutros (modelos gaussianos)
Estos se utilizan para describir la dispersión de nubes de gases con una
densidad similar a la del aire, ya sea porque la masa molecular del
contaminante es similar a la del aire, o bien porque está suficientemente diluido
en el momento del escape.

17
Los modelos suponen que la nube se extiende transportada por el viento y
se diluye según el modelo de la campana de Gauss en función de la distancia
hasta el punto de escape (emisión instantánea) o hasta el eje de la nube
(emisión continua).
2.3.1.2. Modelos para gases pesados
Durante la dispersión de una masa de gas, los vapores y gases con
densidades superiores a la del aire tienen la tendencia a caer y dispersarse a
ras del suelo hasta que la nube alcance una densidad parecida a la del aire. De
igual forma, estos gases pueden acumularse en zonas bajas (valles, drenajes,
etc.) con el riesgo de causar un accidente grave. Entre los parámetros que
determinan que una sustancia en fase vapor se comporte como un gas pesado
pueden citarse la masa molecular, la temperatura, reacciones químicas etc.
2.3.2. Tipos de modelos de dispersión

2.3.2.1. Modelos basados en las ecuaciones de Navier Stokes


Este tipo de modelos son los más complejos, y están planteados para resolver
las ecuaciones tridimensionales de transporte turbulento obtenidas de los
balances de materia, momento y energía. Los correspondientes códigos de
cálculo son denominados modelos de zonas o modelos computacionales de
dinámica de fluidos (CFD), y se basan en la solución de las ecuaciones de
Navier Stokes.
El código más utilizado para la dispersión según este modelo es el
FEM3, que se encuentra actualizado en la versión FEM3C. Desarrollado por
Lawrence Livermore National Laboraty, FEM3 usa un esquema de elementos
finitos en el espacio y un esquema de diferencias finitas en el tiempo. La última
versión de FEM3 modela flujos sobre terreno de relieve variable y con la
presencia de obstáculos, así como también estructuras de nubes complejas
tales como vórtices y bifurcaciones.
Las limitaciones de estos códigos son las aproximaciones y suposiciones
que utilizan para modelar los efectos de la turbulencia y flotabilidad. Debido a
las limitaciones computacionales, no todas las longitudes y escalas de tiempo
asociadas a la turbulencia pueden ser simuladas. Esto es debido a que las
ecuaciones de conservación son un promedio, de manera que las escalas más
pequeñas no pueden resolverse. Además, este tipo de modelos puede resultar
muy costoso, aunque pueden ejecutarse con un sólo procesador.
2.3.2.2. Modelo lagrangiano no lineal
Este código, denominado de segundo orden (SCIPUFF) y desarrollado por
Titan Research and Technology, incluye un modelo de fuga de gases densos.
SCIPUFF usa un modelo Lagrangiano de dispersión de la nube, que utiliza la
interacción no lineal entre una colección de nubes gaussianas para representar
un modelo tridimensional con zonas de concentración dependientes del tiempo.
Los efectos de la densidad del gas son reproducidos con la ecuación de
conservación del momento. También pueden modelarse en estado no
estacionario, duración finita y múltiples fuentes, así como con flujo sobre
terrenos complejos.

18
2.3.2.3. Modelos de capa superficial (integral de dos dimensiones)
Los modelos de capa superficial utilizan ecuaciones que asumen que las
dimensiones laterales son mucho mayores que la dimensión vertical, lo cual es
representativo de fugas de gas denso. Uno de ellos, TWODEE, ha sido
desarrollado para fugas de gases densos por Hankin y Britter (1999). Las
variables de profundidad promedio se resuelven en dos dimensiones (laterales)
usando las ecuaciones de conservación. Se utilizan correlaciones empíricas
para determinar la relación de arrastre de aire dentro de la nube. Este modelo
permite la incorporación de los efectos de un terreno complicado y los cambios
de fase. Es un compromiso entre los modelos basados en las ecuaciones de
Navier-Stokes y los integrales de una sola dimensión, aunque requiere de un
tiempo de cálculo mayor que estos últimos.
2.3.2.4. Modelos integrales de una dimensión
Los modelos integrales unidimensionales como SLAB, HEGADAS y DEGADIS
(Ermak, 1980; Colenbrander, 1983; Spicer y Havens, 1989) usan perfiles
similares que asumen una forma específica para el perfil de concentración a
través del viento. Su punto débil es que no pueden modelar el flujo alrededor
de obstáculos o sobre terrenos complicados. Los modelos como DEGADIS son
utilizados ampliamente en el sector público y privado debido a la conveniencia
del rápido tiempo de ejecución de cálculo, facilidad de uso y acceso libre.
Existen algunos modelos de este tipo, tales como GASTAR, desarrollado
por Cambridge Environmental Research Consultants (CERC), que incorporan
los efectos del terreno tales como cambios de pendiente o la rugosidad variable
de la superficie, incluyendo los obstáculos entre otras características. Según
diversos autores, este tipo de modelos son físicamente realistas,
computacionalmente baratos y adecuados para su uso en la evaluación del
riesgo; son pues una alternativa muy práctica en comparación con otros
modelos como pueden ser los de dinámica de fluidos computacional (CFD).
Específicamente DEGADIS, para fugas instantáneas parte de un modelo
cilíndrico similar a los de caja y explica su extensión sobre el suelo mediante
las entradas de aire por el frente de avance más que por la zona superior de la
nube extendida. La formación de este tipo de nubes se apoya en el modelo de
Van Ulden que determina los caudales de aire de entrada y la evolución del
volumen de la nube. Utiliza balances de calor y materia para determinar la
evolución de las concentraciones del componente de interés a lo largo de la
línea central de la nube (coincidente con la dirección del viento) así como en el
plano vertical.
Por otro lado, plantea modelos aplicables a fugas transitorias y
estacionarias. Para ello resuelve las ecuaciones de dispersión
correspondientes, de forma análoga a como lo hace HEGADAS. Así, también
en este caso las concentraciones en los extremos de la nube y en la dirección
transversal siguen un comportamiento gaussiano. Para cualquier tipo de fuga
(instantánea, transitoria o continua) DEGADIS parte de la fuente situada sobre
el suelo, por lo que en principio no podría modelizar fugas con altos momentos
de emisión (tipo jet).
2.3.2.5. Modelos empíricos
Son el resultado de las modificaciones de los modelos gaussianos que se
basan en la ecuación de conservación de la masa. Los perfiles de

19
concentración a favor del viento están representados por una ecuación acorde.
Se asume que la nube tiene una forma gaussiana, con entrada de aire en la
periferia, y que en el interior de la nube la composición es uniforme.
Finalmente, Germeles y Drake, Fay y Lewis, entre otros han propuesto
asimismo diversos modelos empíricos.
2.3.3. Factor de seguridad para la dispersión atmosférica de vertidos de
GNL
Los peligros potenciales asociados a un derrame de GNL son diversos que
pueden incluir el daño criogénico causado por el contacto directo o incluso el
daño por sobrepresión debido a la transición de fase rápida (RPT) que se
produce si hay mezcla entre el GNL y el agua; y varían dependiendo del
tamaño del derrame, las condiciones ambientales y el lugar en el cual se
produce. Para considerar los riesgos correspondientes, hay que tener en
cuenta las propiedades del gas y las condiciones en que se produce la pérdida
de contención.
Un derrame de GNL sobre agua o en tierra forma una balsa que se esparce
y simultáneamente se evapora; esta situación puede derivar en un incendio de
la balsa si hay ignición inmediata. Si no se enciende inmediatamente puede
ocurrir un incendio de llamarada. Éste se produce tras la liberación del gas
inflamable al aire libre formando una nube de vapor, si ésta encuentra un punto
de ignición (ignición retardada) dentro de la región inflamable de la misma.
Por otra parte, si la nube de vapor inflamable producida por un derrame
accidental de GNL alcanza un área confinada, entonces se puede producir una
explosión con efectos mecánicos.
Blackmore y colaboradores (1982) publicaron un informe basado en los
experimentos de Maplin Sands, en el cual indican que para las nubes de GNL
el límite inferior de inflamabilidad coincide con el perímetro visible de la nube
cuando la humedad relativa de la atmósfera a través de la cual la nube se
propaga es del 50%. Esta consideración se tomó como punto de partida para
estudiar la relación entre la región inflamable de una nube de vapor de GNL,
establecida por el límite inferior de inflamabilidad (LFL), y el límite visible de
dicha nube. De esta manera se propuso un factor denominado “Factor de
Seguridad de Dispersión” (DSF), que viene dado por la siguiente expresión:

𝑋𝐿𝐹𝐿
𝐷𝑆𝐹 = Ec. 2.1
𝑋𝑉𝐼𝑆

Dónde:
𝑋𝐿𝐹𝐿 : Longitud (alcance) de la nube inflamable para la isopleta correspondiente
al límite inferior de inflamabilidad (LFL) (m).
𝑋𝑉𝐼𝑆 : Longitud de la nube visible (m).

Según la definición anterior, si para una determinada situación el factor DSF es


menor que la unidad, esto indicará que la región inflamable se localiza dentro
del perímetro visible de la nube de vapor. En cambio, si el factor DSF es mayor
que la unidad, es evidente que la región inflamable se encuentra más allá de
los límites de la nube visible. Este factor puede dar por tanto una información

20
muy importante en el caso de un derrame de GNL, desde el punto de vista de
la gestión de emergencias.
En cuanto a la influencia de las variables que son significativas en los
cálculos de dispersión (temperatura ambiente, tasa de derrame, velocidad del
viento, rugosidad superficial o topografía, y estabilidad atmosférica), es
importante resaltar que tienen esencialmente el mismo efecto en la estimación
de ambas distancias: zona inflamable (XLFL) y zona visible (XVIS). Por lo
tanto, la relación del factor DSF no debería ser influenciada por ellos excepto
para valores muy bajos de humedad relativa (HR).
Asimismo existen dos correlaciones que permiten determinar de manera
sencilla el DSF. La primera, que es esencialmente válida para situaciones con
poco viento (𝑢𝑤 ≤ 2𝑚𝑠 −1 ) es:

𝐷𝑆𝐹 = 2 − 0,0196𝐻𝑅 Ec. 2.2


Dónde:
𝐻𝑅 : Humedad relativa

Sin embargo, como puede observarse en las diversas figuras, hay cierta
dispersión de los datos, que se vuelve significativa a medida que disminuye HR.
Por lo tanto, también se ha obtenido una expresión "conservadora" que permite
la estimación del factor DSF en el “peor” caso:

𝐷𝑆𝐹 = 5,71 − 0,0196𝐻𝑅 − 1,16𝑙𝑛𝐻𝑅 Ec. 2.3


Dónde:
𝐻𝑅 : Humedad relativa

2.3.4. Factor de seguridad en la dispersión atmosférica de vertidos de


GLP
El Gas Licuado de Petróleo es un hidrocarburo compuesto esencialmente por
propano y butano. El GLP no es tóxico pero puede provocar asfixia. También
puede ocasionar irritación en contacto con la piel y ojos. Es altamente
inflamable y su combustión es muy rápida, generando altas temperaturas.
Los peligros potenciales de la fuga de GLP son diversos y varían
dependiendo de varios factores: el tamaño del derrame, las condiciones de
almacenamiento, las condiciones ambientales y las características del lugar en
el cual se produce el derrame. Uno de los aspectos más peligrosos de una fuga
de GLP es la formación de nubes inflamables, que pueden producir una
explosión y, simultáneamente, un incendio de llamarada. Otra posibilidad es
que tras el incendio de llamarada las llamas regresen al punto de origen de la
fuga, resultando en un incendio del charco, un dardo de fuego o incluso un
BLEVE si las llamas afectan al depósito.
Cuando se trata de analizar el riesgo asociado a un escape, existen varias
posibilidades, función de diversos parámetros como pueden ser el tiempo de
emisión, el caudal emitido, las condiciones de almacenamiento o las
condiciones meteorológicas.
Para el caso de GLP la 𝑋𝐿𝐹𝐿 se puede calcular con un programa
computarizado como el DEGADIS que estima la distancia máxima alcanzada
en un momento determinado por el límite inferior de inflamabilidad, a partir de
un modelo en estado estacionario sin transferencia de calor entre la nube y la
superficie del derrame de propano. DEGADIS también estima la temperatura

21
de la nube que se está dispersando a diferentes distancias. Esto proporciona
una manera de determinar el contorno de la nube visible (establecido por la
condensación de la humedad atmosférica) en función de la temperatura de
rocío de la atmósfera.
Al igual que en el caso del gas natural, el factor DSF disminuye a medida
que aumenta la humedad relativa del aire. No obstante, a diferencia de lo que
ocurre con el GNL, la región inflamable se extiende hasta más allá de los
límites de la nube visible en una gama mayor de valores de la humedad
relativa, cercana al 80 %. Esto implicaría una situación de mayor peligro para
una determinada posición de la nube respecto a una eventual fuente de
ignición, en una gama de humedades atmosféricas mayor.
Cuando la humedad relativa está por debajo del 85%, el valor del DSF
aumenta. Esto implica que el alcance de la nube visible (XVIS) es menor que el
del límite inferior de inflamabilidad y, de acuerdo con la ecuación el factor DSF
aumenta. Desde el punto de vista de la evaluación del riesgo mediante la
observación del límite visible de la nube, esta situación es notoriamente más
peligrosa para el caso de una nube de propano que para una nube de gas
natural. En el caso de una fuga de propano, la región inflamable se extiende
más allá de los límites de la nube visible; es decir, la ignición de la nube puede
tener lugar en un punto que queda fuera del alcance de la nube visible, en un
rango de humedad relativa más amplio. Esto representa un peligro evidente
desde el punto de vista de la gestión de una emergencia.
Se ha observado asimismo que el valor del factor DSF se incrementa
notablemente bajo determinadas condiciones, especialmente en el caso de
atmósferas secas (humedad relativa < 25%) y alta velocidad de viento (igual o
superior a 10 m/s). Cuando la humedad relativa disminuye a valores de HR<
25% los resultados son influenciados por otras variables, especialmente por la
velocidad del viento y la intensidad de la fuente.
En el caso del propano, todos los parámetros que pueden jugar un papel
significativo en los cálculos de dispersión (temperatura ambiente, velocidad de
derrame, velocidad del viento, rugosidad de la superficie sobre la que tiene
lugar la dispersión y categoría de estabilidad atmosférica) han de tener
esencialmente el mismo efecto en la estimación de ambas distancias, alcance
de la zona inflamable (XLFL) y de la zona visible (XVIS). Por lo tanto, el valor del
factor DSF no debería tener ninguna influencia significativa sobre los mismos.
Del mismo modo que el GNL, existen dos correlaciones que permiten
determinar de manera sencilla el DSF pero para derrames de GLP. La primera,
que es esencialmente válida para situaciones con poco viento (𝑢𝑤 ≤ 2𝑚𝑠 −1) es:

𝐷𝑆𝐹 = 3,1 − 0,0246𝐻𝑅 Ec. 2.4

Dónde:
𝐻𝑅 : Humedad relativa

Asimismo, también se ha obtenido una expresión más conservadora que


permite la estimación del factor DSF en la peor situación posible:

𝐷𝑆𝐹 = 10,2 − 2,06𝑙𝑛𝐻𝑅 Ec. 2.5

Dónde:

22
𝐻𝑅 : Humedad relativa

Cuando se trata de una fuga bifásica de GLP a temperatura ambiente, su


comportamiento se puede modelar con sistemas computarizados. En este caso
DEGADIS trata al material vertido como un aerosol y la fracción molar,
concentración (kg/m3) y densidad de la mezcla aire/combustible (kg/m3) deben
ser suministradas por el usuario. Estos datos son usados para especificar la
concentración del contaminante en función de la densidad basada en la mezcla
adiabática con el aire. El orden de los datos que se han de introducir en el
simulador debe ir de aire puro en el primer triplete de la serie hasta
contaminante puro en el último, en el orden siguiente: 1) fracción molar del
contaminante, 2) concentración del contaminante (kg/m3) y 3) densidad de la
mezcla (kg/m3).
Usualmente el código DEGADIS viene acompañado del uso de otro
simulador de procesos como por ejemplo HYSYS con el fin de obtener los
datos correspondientes de temperatura, densidad y composición de la mezcla.
En la figura 2.3 se muestra la interfaz de una simulación de una corriente de
propano y aire para obtener una mezcla bifásica y todas las propiedades
necesarias. Es importante resaltar que los valores arrojados por este método
son un poco imprecisos ya que generalmente no se encuentran datos
experimentales o bibliográficos concretos con los cuales comparar el DSF para
este tipo de situaciones.

Figura 2.3.Interfaz en HYSYS de una mezcla propano/aire.

23
2.4. Estudio de las características de los incendios de las nubes de
gases.
El incendio de una nube de gas (flash fire) es un tipo de incendio que tiene
lugar cuando se produce el vertido de un gas o un vapor inflamable, de manera
que forma una nube que se va disipando hasta que encuentra una fuente de
ignición. A continuación se dan algunas expresiones para la predicción de la
geometría y de efectos como la radiación térmica. Si bien estos modelos no
están completamente desarrollados y comportan algunos errores, permite
obtener un orden de magnitud de los efectos que se generan.

a) Velocidad de propagación de la llama


La velocidad de propagación de la llama depende básicamente de la velocidad
del viento y de la concentración del gas. La llama se propaga a través de la
nube como una pared de fuego, amarillenta por la parte inferior y más azulada
en su parte superior. Esta llama nunca alcanza un estado estacionario porque
la concentración dentro de la nube no es uniforme.
Experimentalmente se ha observado que la dependencia de la velocidad de
propagación de la llama con la velocidad de viento es lineal. A título de
ejemplo, podemos mencionar los experimentos realizados a gran escala en
Meplin Sands, la velocidad media de propagación, relativa al gas no quemado,
en el caso de propano es de 11-12 m/s con una velocidad del viento de 7 m/s.
Para el metano en las mismas condiciones, es de 4,5-6 m/s. Raj y Emmons
(1975) propusieron una correlación empírica muy simple que relaciona la
velocidad de la llama (𝑢𝑓 ), con la velocidad del viento (𝑢𝑤 ):

𝑢𝑓 = 2,3𝑢𝑤 Ec. 2.6

Más recientemente, Raj (2007) ha propuesto la siguiente expresión, que está


basada en una serie de pruebas a escala real realizadas con nubes de vapor
de GNL entre 1968 y 1979:

𝑢𝑓 = 0,8 + 1,6𝑢𝑤 Ec. 2.7

La figura 2.4 muestra la correlación de la velocidad de la llama con la velocidad


del viento en incendios de llamarada a partir de pruebas realizadas con GNL
(Raj, 2007).

b) Radiación térmica
La Radicación Térmica es una de las formas en que se transmite el calor
generado por un cuerpo, que también puede transmitirse por Conducción, si es
a través de sólidos conductivos, o Convección, si es por el movimiento de las
partículas que componen gases o líquidos.
A diferencia de la Conducción o Convección, la Radicación Térmica se
emite en forma de ondas electromagnéticas y no requiere de un medio
conductor, por lo que se propaga instantáneamente por espacios libres.
Entre las propiedades requeridas para determinar la intensidad de la
radiación en un incendio de llamarada se encuentran: las dimensiones de la
nube inflamable, la velocidad de propagación de la llama a través de la misma,

24
la potencia emisiva de la llama, el coeficiente de transmisividad atmosférica y el
factor de vista de la llama en relación con el objetivo.

Figura 2.4. Correlación de la velocidad de la llama con la velocidad del


viento en incendios de llamarada a partir de pruebas realizadas con GNL.

El flujo de calor procedente de un incendio de una nube de gas está constituido


por diversos y complejos factores, uno de ellos es la potencia emisiva, que
define las propiedades de la radiación de las llamas. Cuando la duración del
incendio es corta y el periodo de combustión continuo es aún más corto, es
difícil asignar un tiempo promedio para determinar poderes emisivos y flujos
incidentes medios. No obstante, hay un período corto sobre el cual la radiación
térmica parece tener menos fluctuación. Esta duración puede ser usada para
determinar el flujo incidente promedio y la correspondiente potencia emisiva de
la llama.
Otro parámetro geométrico que influye sobre la radiación térmica de los
incendios de llamarada es el área de la superficie de la llama visible. Si la llama
es ópticamente gruesa, la radiación térmica aumenta con el área superficial de
la llama. El área aumenta inmediatamente después de la ignición, porque tanto
la anchura como la longitud de la llama se incrementan con el tiempo; el área
de la llama aumenta aproximadamente de forma proporcional con respecto al
tiempo al cuadrado. Una vez que los vapores inflamables se han consumido, el
área de la llama decrece rápidamente. Desde que la llama está en movimiento,
la distancia varía continuamente hasta que el frente se aproxima al punto de la
fuga, donde se forma eventualmente un incendio de balsa.
Por lo tanto, es evidente que la naturaleza transitoria del proceso de
combustión limita severamente una caracterización detallada de la radiación
térmica en la combustión de la nube de vapor inflamable. El análisis resulta
difícil debido a las incertidumbres existentes, entre las que cabe citar el área y

25
forma de las llamas, los perfiles de concentración y la localización del punto de
ignición.
2.4.1. Modelos para la estimación de la de la radiación térmica en los
incendios de una nube de gas
Los gases inflamables almacenados bajo presión, en especial el GLP y el GNL
no son aún modelables matemáticamente. Hay una serie de referencias de
incendios en GLP y GNL en la que las nubes de gas se encendieron formando
bolas de fuego que han llegado incluso a cientos de metros de diámetro. La
radiación térmica de los incendios de gases en tanques de almacenamiento
puede llegar a provocar un B.L.E.V.E. lo cual no sólo produce una enorme
cantidad de radiación térmica, sino también, a menudo, hace que las partes del
tanque sean lanzadas a decenas o cientos de metros de distancia.
En particular, el GLP es tan volátil que es más probable que se vaporice
antes de formar un depósito de líquido, por lo tanto muchos de los parámetros
que se toman en cuenta en grandes incendios de combustible en fase líquida
no pueden ser aplicables a los incendios de GLP. La predicción del flujo de
radiación térmica de un incendio en una fuga de gases combustibles es mucho
más complicada que la de un fuego de combustible líquido debido a que hay un
número de escenarios potenciales que deben ser tomados en cuenta. En un
incendio de combustible líquido, la dinámica del fuego ha sido mucho más
conocida y estudiada que en combustible gaseosos.
La siguiente tabla muestra los modelos semiempíricos para estimar la
radiación térmica generada en incendios de productos inflamables:

Tabla 2.2. Modelos para la estimación la radiación térmica generada


en incendios de productos inflamables:
Fuente puntual (MFP)
Modelos puntuales
Fuente Múltiple (MFPM)
Llama solida (MLLS)
Modelos de superficie
Radiador equivalente (MRE)
emisora
Radiador equivalente aproximado (MREA)

A continuación se describirán los modelos más conocidos y utilizados


comúnmente, el modelo de fuente puntual y el modelo de llama sólida.
2.4.1.1. Modelo de fuente puntual
El modelo de fuente puntual asume que el proceso de combustión se concentra
en un punto, desde donde se emite toda la energía radiante. Además para
cada sustancia la energía radiada es una fracción de la energía total producida
en el proceso de combustión y la propagación de la radiación sigue una
geometría esférica, teniendo como origen el punto donde se supone
concentrado el incendio. Con todas estas consideraciones se tiene que la
intensidad de la radiación se puede calcular de la siguiente forma:

𝑄𝑟
𝐼= Ec. 2.8
4𝜋𝑑 2
Dónde:
𝐼: Intensidad de radiación térmica recibida por un objeto a cierta distancia
(KW/m2).

26
𝑄𝑟 : Flujo de calor liberado en forma de radiación (kW)
𝑑: Distancia entre el punto emisor y el objetivo (m).

Este modelo no contempla la atenuación de la radiación térmica por la


atmósfera y tampoco la posición de la superficie que recibe la radiación ya que
asume que está inclinada de forma que recibe el máximo flujo de radiación
incidente.
Aunque el modelo puede ser modificado para considerar estos factores,
presenta el inconveniente de sobrestimar la radiación a distancias próximas al
punto emisor debido al hecho que no toma en cuenta la geometría de la llama,
por lo que no debería aplicarse para calcular distancias de seguridad entre
equipos. Sin embargo es considerado aceptable cuando la distancia al objetivo
es mayor de 5 diámetros desde el centro del incendio.
2.4.1.2. Modelo de la llama solida
El MLLS fue propuesto inicialmente por Raj (1977) citado por CPQRA (2000)
para incendios de charco, aunque se ha extendido a cualquier tipo de incendio
y actualmente constituye una de las metodologías más rigurosas para la
determinación de la intensidad de la radiación incidente. Este modelo es el más
utilizado para calcular la radiación térmica de incendios, debido a que es más
preciso que el modelo de la fuente puntual, inclusive cuando se utiliza para
estimaciones a distancias cercanas a la llama.
Este modelo supone que la llama puede representarse con geometrías
tridimensionales sencillas, cuyas dimensiones se corresponden
aproximadamente con las del incendio. Además supone que la forma o
geometría de la llama dependerá de las características del fuego. En el caso de
un incendio de charco circular las llamas se aproximaran a un cilindro y en
casos más generales se asume que el cuerpo irradia energía uniformemente a
través de toda su superficie. Asimismo, la energía radiante se emite
uniformemente a través de la superficie exterior de la llama, considerando
como emisora sólo la zona visible de la misma.
El flujo de calor incidente sobre cierto objetivo puede ser calculado por la
siguiente expresión:

𝐼 = 𝜏𝐹𝐸 Ec. 2.9


Dónde:
𝜏: Transmisividad atmosférica
F: factor de vista entre el objetivo y la llama
E: Potencia emisiva promedio de las llamas (KW/m2)
2.4.2. Modelos de incendio de una nube de vapor inflamable

2.4.2.1. Einsenberg et al. (1975) y Fay y Lewis (1976)


Los modelos más simples se basan en la suposición de dispersión atmosférica
gaussiana para estimar la concentración de combustible dentro de la nube y el
tamaño de la misma.
Einsenberg et al. (1975) supusieron que la forma de la nube es elipsoidal;
su modelo se basa en la ecuación de Stefan-Boltzmann, la cual es muy
sensible a la temperatura de la llama que se estime y ésta generalmente es
difícil de determinar por la gran variación que se presenta durante el incendio.
El modelo estima un volumen y área de radiación, así como un tiempo de
27
duración efectiva del incendio, utilizando un modelo de dispersión para
determinar la isopleta que define el LFL asumido para esta zona. El uso de
cualquiera de estas isopletas para definir los efectos de radiación térmica
requiere los supuestos de que el proceso de combustión no es intenso y es de
corta duración, y que toda la expansión térmica de la nube ocurre verticalmente
debido a la flotabilidad.
Fay y Lewis (1976), desarrollaron un modelo basado en experimentos a
pequeña escala para la combustión no estacionaria de nubes de vapor
combustibles no confinadas. Estos autores propusieron una serie de
expresiones para calcular el diámetro máximo, la altura de las llamas y el
tiempo requerido para completar la combustión. El modelo asume que la llama
de difusión turbulenta no estacionaria tiene la forma de una bola de fuego. Las
correlaciones presentadas por estos autores están validadas por
experimentación a muy pequeña escala, con hasta 200 cm3 de diversas
sustancias (metano, etano y propano). No obstante, los experimentos
realizados con propano no mostraron evidencia de una bola de fuego. Al
respecto existe un acuerdo general sobre las conclusiones de los experimentos
realizados, según el cual un incendio repentino no se convierte en una bola de
fuego excepto en la situación inusual que surgiría a partir de una liberación
masiva de gas combustible aunada a una ignición anticipada. Además, las
pruebas realizadas por Shell con GNL y GLP, así como pruebas anteriores
llevadas a cabo con nubes procedentes de vertidos de LNG, tampoco
confirman la propuesta de Fay y Lewis.
2.4.2.2. Raj y Emmons (1975), CCPS (2010)
Este es uno de los modelos más conocidos y utilizados (ver figura 2.5), está
basado en otro modelo desarrollado anteriormente por Steward para incendios
de balsa o charco. Este modelo supone que la geometría de la nube de gas es
bidimensional, que la combustión es controlada por convección natural y que la
velocidad de propagación es relativamente constante. Además asume que la
profundidad de la nube es uniforme y no es afectada por la llama, y que la
variación de dicha profundidad en la zona precombustible es lineal. Otro
supuesto es que la correlación turbulenta de la llama en estado estacionario,
para la relación entre la altura de la llama visible y la anchura de la base, es
válida.
El modelo se basa principalmente en suponer una concentración
homogénea en la nube y el estado estacionario de la misma. Este requiere el
conocimiento de la velocidad de propagación, la cual es calculada mediante
una correlación empírica basada en los datos obtenidos de la experimentación
de una serie de derrames de GNL y GLP. Las correlaciones desarrolladas por
los autores asume que la velocidad de propagación de la llama es proporcional
al viento; no obstante, no tiene en cuenta los efectos de la dispersión ni la
influencia de factores como la rugosidad del terreno, la transferencia de calor a
la nube o la turbulencia inducida por el modo de fuga.
Además, cabe destacar que al modelar la geometría de la llama estos
autores recurren a correlaciones empíricas, basadas en experimentos a
pequeña escala con el combustible puro en lugar de mezclas de combustible y
aire.

28
Figura 2.5. Representación de una nube de vapor inflamable según el
modelo de Raj y Emmons.
2.4.2.3. Cracknell y Carsley (1997)
Este modelo contempla el desarrollo de cálculos para dos escenarios posibles:
incendios de llamarada y bolas de fuego. Respecto a los incendios de
llamarada, el modelo calcula la altura de las llamas suponiendo que la misma
en una posición determinada se relaciona con la concentración de material
inflamable de la nube en ese punto. También señalan que, para los incendios
de llamarada, la velocidad de la llama es función de la velocidad de la llama
laminar y de la temperatura del gas.
El cálculo propuesto por Cracknell y Carsley se basa en las siguientes
suposiciones:
• El escape de los productos de la combustión ocurre sólo verticalmente.
• Cada mol de material inflamable arrastra una cantidad estequiométrica de
aire.
• La mezcla se quema a la temperatura adiabática de la llama.

Este modelo no tiene en cuenta aspectos como el perfil de concentración a


través de la nube de vapor o parámetros que afectan a la dispersión. Respecto
a la velocidad de la llama, el que se asuma un comportamiento laminar
contradice la realidad, ya que la combustión es afectada por un grado
significativo de turbulencias.
2.4.2.4. Kumar et al. (2001)
Kumar et al. (2001) desarrollaron un modelo numérico que predice la altura
máxima de la llama, basado en una extensión del trabajo realizado por Raj y
Emmons. Este modelo incorpora las variables de velocidad del viento,
temperatura, densidad y diferentes clases de estabilidad atmosférica.
Este modelo asume:
• Una geometría bidimensional.
• La combustión de la nube inflamable se controla por convección natural.

29
• La profundidad de la nube de vapor es pequeña en comparación con la
altura de la llama.
• La profundidad de la nube de vapor es uniforme y no se ve afectada por el
fuego, creando un flujo de vapor y aire dentro de la región de la nube.
• La anchura de la fuente de combustible y la velocidad de liberación del
mismo son constantes.
• El combustible se libera continuamente de la fuente.
Algunas de las incertidumbres de este modelo son las suposiciones de
concentración uniforme y que la combustión de la nube inflamable está
controlada por convección natural; estas hipótesis se basan en la consideración
y la situación idealizada, en la que un frente de llama plano se extiende
horizontalmente a través de un vapor uniforme de profundidad finita y
concentración molar fija en el suelo.
2.5. Especificación de variables de control para la prevención y
contención de la dispersión e incendio de una nube de gas
Las fugas de sustancias peligrosas constituyen uno de los accidentes más
frecuentes en las instalaciones químicas de proceso, y que suelen generar
daños graves tanto a los propios equipos como a las personas expuestas. A su
vez otra repercusión importante previsible es la interrupción del proceso
productivo incluyendo en algunos casos el vaciado de la instalación.
Los sistemas de prevención en estos casos están más relacionados a la
prevención de incendios y de accidentes en general. Existen varios escenarios
en los que pueden ocurrir fugas de gases, como por ejemplo roturas del
contenedor, por orificios en las tuberías que transportan dichos gases o
líquidos que pueden evaporarse o por problemas en el proceso en los que se
involucran.
Dependiendo de los objetivos de diseño, la detección automática de fuego y
atmósferas explosivas se debe utilizar para proporcionar una notificación
temprana de un evento que amerita investigación inmediata y la ejecución de
medidas inmediatas de control. La ubicación de los elementos de detección se
debe hacer en base a los escenarios de incendio, de fugas y modelos de
dispersión. La notificación temprana para tomar acción deberá darse en la sala
de control u otra locación siempre atendida y en el área afectada.
La mejor forma de prevenir estas fugas es haciendo mantenimiento regular
de los equipos y tuberías involucradas en el transporte o contención de gases
inflamables o criogénicos. Una vez que la fuga se ha producido es necesario
actuar con los medios que permitan eliminar la fuga en el punto de emisión
mediante sistemas de taponamiento u obturación. A pesar de ello, ante fugas
de determinado tamaño, tales sistemas resultan insuficientes y es preciso
recurrir a otro tipo de medidas que básicamente son:
• Disposición de tanques especiales vacíos para la transferencia del fluido
desde la instalación afectada. Dichos tanques deben tener una capacidad
equivalente a la del recipiente de mayor capacidad. Dicha transferencia
debería poderse realizar a través de instalación fija y control a distancia.
• Las fugas de gases inflamables son mayoritariamente controladas por
sistemas de canalización a una antorcha. Generalmente el sistema de
incineración es el más comúnmente empleado para la eliminación de gases
y vapores inflamables y determinados tipos de derrames de líquidos
combustibles. También las fugas de vapores y gases orgánicos podrían ser

30
controladas mediante sistemas de adsorción sólido/gas o vapor en el que
un producto sólido poroso es capaz de retener hasta su límite de saturación
una cantidad de gas o vapor que lo atraviesa.

Asimismo, deberían instalarse una serie de detectores de funcionamiento


continuo ubicados, tan cerca como sea posible, de las potenciales fuentes de
fugas gaseosas, siempre que nos encontremos en ambientes interiores. La
información que facilitan los detectores debe estar centralizada en un punto de
control con presencia continuada al margen de que existan sistemas de
identificación y alarma en la zona afectada.
La sensibilidad de los detectores será tan alta como sea necesario, para
detectar concentraciones con el menor número de falsas alarmas.
Normalmente se regulan muy por debajo del nivel IPVS (Concentración
Inmediatamente Peligrosa para la Vida y la Salud), con la finalidad de que haya
el margen de tiempo suficiente para que entre en acción el plan de emergencia.
En el caso de gases o vapores inflamables la señal de alarma debería
producirse al superarse el 20% del límite inferior de inflamabilidad.
Dada la limitación del empleo de unidades de medición continua de
atmósferas peligrosas en ambientes exteriores, debe recurrirse a sistemas
complementarios manuales. El empleo de tubos colorimétricos específicos y
bombas de aspiración manual deben ser uno de los sistemas simples de
comprobación periódica de pequeñas fugas.
A continuación se presentarán algunas variables que pueden modificarse
así como acciones que pueden realizarse para el control de fugas de gases:
• Si existe transporte de GNL o GLP por tuberías puede modificarse el flujo
de gas utilizando válvulas de control. Los sistemas de tuberías deben
disponer de válvulas de corte para limitar el volumen descargado de GNL
en caso de roturas o fugas, así como un dispositivo que impida el exceso de
presión debido a la dilatación térmica del producto encerrado entre dos
válvulas. Las líneas de GNL deben estar diseñadas para las máximas
expansiones y contracciones esperables debido a cambios de temperatura.
En este sentido, debe tenerse en cuenta el cambio de temperatura debido
a fugas.
• Si existe fuga de gases en un espacio confinado puede variarse la
temperatura del ambiente con sistemas de ventilación para evitar alcanzar
puntos o fuentes de ignición.
• Puede controlarse la concentración del gas en determinadas condiciones
operativas y ambientales haciendo posible mantener la nube de gas fuera
de los límites de explosividad.
• Los tanques de GNL deben contar con sensores que permitan la medición
continua de la presión, para detectar presiones muy elevadas o muy bajas
(o de vacío), mediante instrumentación independiente a la medición
continua. Estos tanques deben estar equipados como mínimo con dos
válvulas de seguridad de sobrepresión que descarguen directamente a la
atmósfera. En aquellos casos en los que una emisión de vapor en una
situación de emergencia de lugar a situaciones indeseables, la descarga de
las válvulas debe realizarse a la red de antorchas o al sistema de venteo.
De igual forma, debe impedirse que el tanque alcance presiones negativas
más allá del límite admisible, impidiendo de forma automática la
operatividad de las bombas y compresores. Asimismo, deben contar con la

31
existencia de dos sistemas de rotura de vacío, un sistema de inyección de
gas o nitrógeno que debe actuar en primer lugar, y dos válvulas de
descarga de vacío, con válvula de 3 vías y válvulas de bloqueo para el
mantenimiento de las mismas, que permitan la entrada de aire en el tanque.
Dado que la introducción de aire puede provocar una mezcla inflamable en
el interior del tanque, este dispositivo de seguridad debe actuar como último
recurso con el fin de evitar daños permanentes al tanque.
• Los tanques de GNL deben contar con sensores de temperatura, con señal
y alarma en la sala de control, de tal forma que pueda monitorearse el
gradiente de temperatura. De igual forma los tanques deben tener
dispositivos de medición de nivel independientes, que permitan la medición
continua del nivel, por lo menos desde dos sistemas independientes.
• El tanque de GNL debe disponer de una zona de contención destinada a
recoger posibles derrames de líquido. El cubeto puede ser de tierra u
hormigón y los muros del mismo estarán situados a una distancia superior a
6m del tanque.
• En caso de buques de carga debe instalar detectores de gas y sensores de
baja temperatura en los espacios de carga para detectar posibles fugas de
gas vaporizado, así como un sistema de control de cierre de la transferencia
de la carga y vapor en caso de emergencia. Este sistema debe estar
diseñado para poder ser activado, como mínimo, desde 2 posiciones
distintas a bordo y activarse automáticamente en caso de incendio a bordo.
Al mismo tiempo, el sistema de control para las válvulas de cierre de
emergencia estará provisto de elementos fusibles de un tipo tal que se
fundan a cualquier temperatura comprendida entre 98 y 104ºC, lo cual hará
que las válvulas de cierre de emergencia actúen en caso de incendio en la
sala de control de la carga.
2.5.1. Sistemas de control en tanques de almacenamiento de GNL
El control, monitoreo y las alarmas de un sistema o proceso requiere de una
serie de elementos que permiten influir en el funcionamiento del sistema. El
control automático ha desempeñado un papel muy importante en el avance de
la ingeniería y la ciencia. Los avances en la teoría y la práctica del control
automático ofrecen los fundamentos necesarios para obtener un
comportamiento óptimo de los sistemas dinámicos, mejorar u optimizar los
procesos con el objeto de obtener mejores resultados y simplificar el trabajo de
muchas operaciones manuales rutinarias.
En los tanques que almacenan GNL o GLP pueden supervisarse y
controlarse tres variables fundamentales: presión, temperatura y nivel; lo cual
es posible por medio de transmisores que envían señales eléctricas de la
medida de la variable estudiada por los sensores/transductores en campo, y
elementos finales de control (válvulas) que abren o cierran para modificar la el
flujo dependiendo de la necesidad del proceso.
2.5.1.1. Medición y control de presión
En la figura 2.6 se muestra un esquema de la distribución de los sensores e
instrumentos de presión que debe poseer un tanque de almacenamiento de
GNL. Este control debe poseer una zona de presión de gas y una bomba de
presión de descarga de GNL, especificándose la cantidad de válvulas que se
instalarán. En un esquema común se instalan 4 válvulas interruptoras de vacío.

32
El tanque estará equipado con un punto de muestreo (manual) en la línea de
emisión de GNL para que este sea analizado con cierta frecuencia la detección
de fugas gas y evitar escenarios de incendios.
El tanque de almacenamiento de GNL estará equipado con un sistema
de detección de fugas que utiliza sensores de temperatura en el interior del
tanque, ubicándose estratégicamente detectores de frío, en combinación con
detectores de gases inflamables (por lo menos 4 por la plataforma de la
bomba). Para la protección contra incendios se instalan interruptores de
presión, detectores de calor y pulsadores para alarma manual en las áreas
críticas de la cubierta del tanque, tales como la plataforma principal de la
bomba o las tuberías.

Figura 2.6. Esquema de un control de presión en un tanque de


almacenamiento de GNL.
2.5.1.2. Medición y control de nivel
El sistema de medición de nivel mostrado en la figura 2.7, es un elemento
esencial en la protección del tanque contra el exceso de llenado. Para la
medición de nivel del GNL se disponen de dos aparatos de medida para saber
en todo momento el nivel de GNL con un error admisible de +/- 1 mm. Uno de
ellos tendrá una medición automática y continua.
Los dispositivos de nivel se encargan de hacer saltar una alerta si el
nivel de gas licuado excede el límite permitido. La indicación se realizará
directamente en la parte superior de la cisterna de uno de los indicadores de
nivel. Todas las señales serán transmitidas por líneas independientes para la
sala de control y todos los instrumentos utilizados para medir la densidad de
gas natural licuado, los niveles y para controlar el nivel límite deberán ser
diseñados para ser fáciles de quitar del tanque para fines de mantenimiento sin
suspender el funcionamiento normal de la cisterna de almacenamiento del gas.
Los indicadores se encuentran a más de 20 grados de desplazamiento de la
plataforma de la bomba. Los indicadores de nivel deberán estar equipados con
una calibración de cámara para permitir la inspección y verificación.

33
Figura 2.7. Esquema de un control de nivel en un tanque de
almacenamiento de GNL.
2.5.1.3. Medición y control de temperatura

Figura 2.8. Esquema de un control de temperatura en un tanque de


almacenamiento de GNL.

El esquema mostrado en la figura 2.8 muestra un sistema de control de


temperatura para un tanque de almacenamiento de GNL. El tanque deberá
estar provisto de sondas de temperatura (termocuplas) para permitir un control
preciso de la temperatura del tanque interno. Los sensores de temperatura
también se encuentran en lugares clave en el tanque externo (líneas
punteadas), como un medio de detección de fugas tempranas. En general la
temperatura es un factor importante a controlar, ya que variaciones de esta

34
variable puede provocar el cambio de fase, así como provocar inminentes
explosiones o incendios.
Las temperaturas se registrarán:
• A lo largo de la parte inferior de la pared del tanque en 4 puntos, con 90
grados de separación.
• A lo largo de la pared del tanque interno, en un punto en una línea vertical
con intervalos de 5 m.
• En el espacio de vapor justo debajo de la cubierta suspendida.
• En la cúpula del tanque exterior, encima de la cubierta suspendida.
• En la parte inferior del espacio anular contra la pared del tanque externo en
4 puntos, con 90 grados de compensación.
• En el centro del fondo del tanque exterior.
• En la parte inferior de la base de losa de concreto, para controlar el sistema
de calefacción inferior (mínimo 15 puntos).
• En el techo del tanque de GNL en la línea de llenado.

35
CAPÍTULO 3. DISCUSIÓN DE RESULTADOS, CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES

3.1. Descripción de las consecuencias producidas por la dispersión e


incendio de una nube de gas.
Entre los diferentes accidentes graves que pueden producirse en las industrias
que almacenan, utilizan o procesan sustancias químicas o inflamables, las
emisiones y la formación de nubes están consideradas como los de mayor
peligrosidad respecto a sus consecuencias y complejidad en cuanto a su
modelización.
El gas natural es una mezcla de hidrocarburos cuyo principal componente
es el metano (CH4), este es clasificado como una sustancia peligrosa, porque
debido a sus características fisicoquímicas es capaz de causar daños a la
salud humana, la propiedad y al ambiente. Cuando la liberación accidental de
GNL o GLP ocurre y la concentración alcanza los límites de inflamabilidad o
existe una fuente de ignición, puede acontecer de manera inmediata fuego y en
el peor de los casos ocurre la ignición retardada. En esta última la combustión
de la nube de vapor inflamable, origina una onda de presión que dependerá de
la velocidad de propagación de la llama y las condiciones de confinamiento
durante su expansión. Cuando la llama se propaga a velocidades subsónicas
ocurre la deflagración y la detonación cuando lo hace a velocidades
supersónicas, en este caso la onda de choque y la de combustión son
acopladas, alcanzando mayores presiones con respecto a la deflagración.
La dispersión de una nube de gas y su posterior incendio puede ocasionar
variados fenómenos (leer sección 2.1) que causan múltiples problemas al área
en la que se manifieste este escenario y a las personas que se encuentren
involucradas en él, por lo tanto es de suma importancia conocer cuáles son los
efectos causados por estos accidentes y de esta manera prever la mejor forma
de atacar dichos inconvenientes.
3.2. Enumeración de los experimentos realizados a gran escala para la
evaluación de la propagación de la llama dentro de una nube de gas.
Existen muy pocos datos experimentales con respecto a la evaluación de la
propagación de la llama dentro de una nube de gas, debido a lo difícil y costoso
que es realizar este tipo de experimentos a gran escala, puesto que esto
implica la utilización de escenarios especiales, materias primas y un control
riguroso para mantener el experimento dentro de los límites de seguridad.
Aunado a esto, esta clase de experimentos dependen de las condiciones
meteorológicas lo cual es muy difícil, por no decir imposible, de controlar.
Sin embargo existen algunas pruebas que se realizaron con el fin de
ampliar el conocimiento acerca de este fenómeno con el objetivo de lograr el
mayor control y manejo posible sobre este, en caso de derrames o fugas que
propicien nubes de gases inflamables. Con estos experimentos pudieron
caracterizarse nubes de gases y las llamas que se producían de ellas para
condiciones específicas, obteniéndose datos interesantes tales como las
dimensiones de las nubes, velocidad de las llamas, borde visible de la nube,
efectos del viento sobre las nubes y las llamas, característica particulares de la
llamarada y la radiación térmica, anchura de la nube, entre otras cosas; por lo
tanto estos experimentos tiene una importancia significativa puesto que dieron
paso al mejor entendimiento y modelización de las nubes de gas y la
propagación de la llama dentro de estas.

3.3. Análisis de la dispersión atmosférica de vertidos de gases


inflamables.
En el análisis de la estimación de las consecuencias de las emisiones
accidentales a la atmósfera de contaminantes procedentes de actividades
industriales, uno de los aspectos claves a considerar es su dispersión en el
medio ambiente. Conocer el comportamiento de este fenómeno ayuda a
cuantificar los efectos y consecuencias que se podrían presentar en caso de
que se presente en alguna situación de tipo industrial o de gran magnitud.
Como se describió en la sección 2.3 existen modelos matemáticos que
permiten estimar el comportamiento y la evolución de nubes de gases
inflamables suministrando información acerca de las características que
afectan a la nube para condiciones específicas, haciendo posible prever los
efectos que su dispersión puede causar en el ambiente. Existen 5 tipos de
modelos matemáticos que tienen fundamentos diferentes y que permiten
modelar diversos escenarios y condiciones, de esta manera se puede obtener
información más amplia acerca de ese fenómeno, lo que implica mayor eficacia
a la hora de tratar con este tipo de problemas. Los modelos tratan de calcular
las concentraciones de gases que se encuentran a una determinada distancia
del foco emisor, tanto para gases tóxicos como inflamables, así como las
cantidades de gas inflamable que se encuentran entre los límites de
inflamabilidad de sustancias inflamables.
Otro aspecto importante en el análisis de esparcimiento de GNL y GLP es el
factor para la dispersión atmosférica de gases inflamables, ya que este permite
conocer si la región inflamable se localiza dentro del perímetro visible de la
nube de gas o no, lo cual es importante a la hora de tomar medidas en caso de
emergencias.
3.4. Estudio de las características de los incendios de las nubes de
gases.
Es difícil definir el punto de transición entre explosión e incendio de una nube
de gas. En un incendio, los efectos de la presión se pueden considerar
despreciables; pero para ello es preciso que no haya obstáculos o
confinamiento que puedan acelerar el frente de la llama, cerca del punto de
ignición. La llama se mueve desde el punto de ignición hacia la fuente a través
de las zonas de la nube que están dentro de los límites de inflamabilidad.
Los incendios de nubes de vapor tienen una duración muy corta (de unos
cuantos segundos) y esto dificulta su estudio y la obtención de datos
experimentales, sin embargo existen modelos matemáticos que dependen de
parámetros específicos que permiten caracterizar la radiación térmica de los
incendios de nubes de gas, lo cual permite estimar los efectos y consecuencias
de estos en caso de accidentes.

37
3.5. Especificación de variables de control para la prevención y
contención de la dispersión e incendio de una nube de gas.
En las últimas décadas la sociedad industrializada hace un uso extenso de los
sistemas automatizados. Tanto en la vida cotidiana como en la industria se
destacan sistemas de control que regulan magnitudes de temperatura, presión,
flujo, seguridad, electrónica, entre otros; hoy en día todo es controlado, con el
objeto de optimizar y mejorar el desempeño de los procesos dentro de los
sistemas automatizados manteniéndolos dentro de parámetros preestablecidos
en los requerimientos del cliente (Sociedad Industrial).
Las operaciones realizadas en las plantas de recepción, almacenamiento y
regasificación del gas natural licuado y gas licuado de petróleo llevan consigo
un riesgo inherente al carácter extremadamente inflamable de los mismos, de
manera que cualquier fuga o escape puede desencadenar un incendio o la
generación de una nube inflamable. La seguridad en la industria de GNL y GLP
se logra por medio de una serie de elementos que proporcionan múltiples
capas de protección, tanto en relación con la seguridad de los trabajadores de
la industria de GNL como la seguridad de las poblaciones vecinas a las
instalaciones de GNL.
En base a tal riesgo es importante controlar las variables que juegan un
papel fundamental en las operaciones que involucren estos gases inflamables.
La presión, temperatura, nivel (flujo) y concentración del gas son las
propiedades principales a controlar en estos procesos puestos que las
características del GNL y el GLP o del proceso propiamente dicho, dependen
específicamente de estos parámetros. La forma de control, es decir el tipo de
instrumentos y mecanismos para la medición y monitoreo de las variables
dependerá del tipo de proceso y de la sustancia a tratar, así como de otros
factores que deben tomarse en cuenta a la hora de diseñar procesos o equipos
que operen con gases inflamables o líquidos criogénicos.
3.6. Conclusiones

1. La dispersión de nubes de gas inflamable y el incendio de estas son


responsables de causar accidentes graves en la industria, tales como
daños a espacios físicos y equipos, contaminación atmosférica, lesiones
a la salud de las personas cercas del incidente e incluso la muerte de
estas.
2. La evaluación y control de riesgos permite cuantificar los efectos del
accidente en base a la magnitud y severidad del mismo.
3. En Venezuela y el mundo en general, han ocurrido accidentes graves
por la dispersión e incendios de nubes de GNL y GLP.
4. Los experimentos a gran escala realizados para el estudio de la
propagación de la llama dentro de una nube de gas son una fuente
primordial de información para describir y modelar el comportamiento de
las nubes de gas y de la llama permitiendo adoptar medidas preventivas
en caso de emergencias.
5. El análisis de la dispersión de nubes de gas permite conocer el alcance
y el impacto de esta en caso de que ocurra una fuga.
6. Existen diversos modelos matemáticos que permiten describir el
comportamiento de la dispersión de una nube de gas para diversas
condiciones.

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7. El factor de seguridad de dispersión (DSF) es la relación entre la
distancia alcanzada por el límite inferior de inflamabilidad y la distancia
alcanzada por la nube visible. Esta herramienta permite tomar
decisiones bajo circunstancias de emergencia.
8. Conocer las características de los incendios de las nubes de gases
permite conocer los efectos de la radiación térmica de estos, para tomar
medidas de control y seguridad.
9. Existen modelos matemáticos que permiten estimar la radiación térmica
generada en incendios de nubes de gas.
10. El control de proceso es un aspecto importante en el manejo de GNL y
GLP ya que este puede ser la diferencia entre escenarios de accidentes
graves o no.
11. Las variables típicas de control para sistemas que trabajen con GNL y
GLP son: la presión, la temperatura, el nivel y la concentración de gases.
12. Existen diversos sensores de control y dispositivos finales de control
para equipos y tanques de almacenamiento de GNL.

3.7. Recomendaciones
1. Evaluar y analizar continuamente los riesgos asociados a la dispersión e
incendio de nubes de gases, para tener un procedimiento de seguridad
actualizado en caso de emergencia
2. Hacer mantenimiento regular de las instalaciones, equipos y líneas que
involucren GNL y GLP.
3. Mantener el sistema de control en condiciones óptimas para que existan
respuestas eficaces a la hora de fugas o vertidos.

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BIBLIOGRAFÍA

Villafañe, D. (2013). Estudio de la dispersión e incendio de nubes inflamables


de gas (GNL y GLP) (tesis de grado). Barcelona, España.

Casal, J. (1999). Análisis del riesgo en instalaciones industriales. Barcelona:


España. Edicions UPC.

Gonzales, E. (2003). Zonas De Planificación para Accidentes Graves de Tipo


Tóxico. España.

Moreno, D. (2011). La Seguridad Industrial ante los Accidentes Graves. Chile.

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