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CASO PERITAJE ABUSO SEXUAL

Liliana López, Adriana Ospino, Andrea Martínez, Evelyn Pion, Máximo Rivero
VII semestre
1. De que trata el caso.(implicados)
2. Análisis de los hechos(asesinato, asexual y en Colombia como se concibe en el
código penal.)
3. Explicará motivo del peritaje
4. explicar y analizar el delito y a cual rama del derecho está inmerso el delito.
5. Identificar cuáles son las leyes colombianas implicadas
6. Tratar de mirar si existe alguna teoría Criminología.
7. Conclusiones teniendo en cuenta el peritaje
8. Análisis psicológico
9. Bibliografía.

1. en el informé pericial podemos encontrar un presunto caso de abuso sexual y maltrato


psicológico perpetuado por el padre biológico de dos menores de edad de 6 y 4 años,
la madre se percata del presunto caso de abuso sexual, la denuncia fue realizada
durante un fuerte conflicto familiar con un proceso de separación, La madre alega
que el padre en diversas ocasiones ha realizado actos de agresión hacia ella y sus hijos
pero éste niega cualquier conducta de maltrato y adjunta que la existencia de cualquier
discrepancia entre ambos es a consecuencia de la influencia excesiva de los demás
familiares, tras la separación se producen visitas (sin existencia de ninguna denuncia
contra el padre) hasta la fecha de diciembre del 2002. Durante el período vacacional
de navidad le corresponde visitas al padre, la madre se dispone a denunciar los
presuntos abusos cometidos por el padre sobre los menores ya que según ella el menor
que responde al nombre de Ismael solicita que le sean realizadas ciertas caricias de
contenido erótico. (“el mayor al volver de una visita, me dijo que le acariciara, que le
gustaba, le pregunté que qué era eso y me entró el pánico”). Anterior a esta presunta
revelación por parte del menor, los dos hermanos estaban recibiendo tratamiento
psicológico por presunto maltrato ejercido por el padre en el Hospital Infantil TT
desde el 18 de diciembre de ese año, derivados por Pediatría, donde fueron explorados
con fecha 2 de diciembre. Según explica la madre, ella expone los hechos ante el
Juzgado al día siguiente de la presunta revelación del menor Ismael (el 30 de
diciembre de 2002), si bien, según ella, Ss. insta a que espere el dictamen de la
psicóloga que atendía a los menores para denunciar los presuntos hechos.
Nuevamente, tras una visita paterna (febrero de 2003), según la madre y a preguntas
suyas, el menor Pedro (con menos de un año de edad) refiere haber sufrido una
penetración anal con canicas (bolitas, pequeñas esferas utilizadas en juegos
infantiles), introducidas por su padre (“tenía unas marcas en las nalgas que podían ser
de unas manos; al bañarlo, Pedro me dijo que le dolía el culo, que papá le había metido
una canica”). Se interrumpe definitivamente el contacto paterno filial.
Por razón de los hechos presuntamente ocurridos se empezó a realizar un proceso de
peritaje psicológico, se le realizó una exploración psicológica a la madre dónde está
no describe antecedentes psicopatológicos familiares ni experiencias traumáticas
previas en su biografía relacionada con los presuntos hechos que motivan este
informe, pero reconoce que recibió asistencia psicológica durante un año por posible
sintomatología ansiosa, En la exploración se detectó preocupación por el desarrollo
de sus hijos, con rechazo frontal al padre de los menores y su entorno, con actitud
hipervigilante y exceso de sensibilización, especialmente en el área sexual (vid.
supra). En cuanto a su personalidad, la prueba administrada (MCMI-II) detecta una
tendencia a mostrar una imagen socialmente positiva o mejor de la real en sus
contestaciones. Se detecta también cierta tendencia a la necesidad de atención social,
con posibles conductas de llamada de atención (Escala 4, Histriónica=77, TB),
compatible con los hallazgos obtenidos en la presente exploración, posterior a esto se
realizó la exploración psicológica al padre en donde comenta que tiene una pareja
desde hace un año padre viven juntos y residen en almería. Padre de 72 años (Piloto
comercial retirado); madre de 62 años. Es el segundo de 3 hermanos. Refiere buena
relación familiar. Como antecedentes psicopatológicos familiares refiere trastorno
bipolar en el padre hace 30 años, que fue adecuadamente tratado y controlado, sin
recaídas ni situación de incapacidad laboral permanente. No refiere experiencias
traumáticas previas en su biografía relacionadas con los presuntos hechos que
motivan este informe. Refiere recibir actualmente asistencia psicológica y tratamiento
ansiolítico (Alprazolam) por síntomas ansioso-depresivos relacionados con la pérdida
de sus hijos y procedimiento legal existente. No describe hábitos tóxicos ni
enfermedades de interés. En la exploración se detectó preocupación por el desarrollo
de sus hijos, y sensación de angustia e injusticia en la vivencia del proceso legal y la
pérdida de contacto con sus hijos (“ya casi los he perdido, no me conocen, pensarán
que yo soy un monstruo o todas esas cosas terribles que la madre les ha contado y de
las que me han acusado”). En cuanto a su personalidad, la prueba administrada
(MCMI-II) fue cumplimentada de forma válida (i.e. se cumplimentó de forma
coherente y la actitud del respondiente permite la corrección de la prueba, sin
distorsiones o contestaciones azarosas mostrando un perfil normalizado en las escalas
clínicas, compatible con los hallazgos obtenidos en la presente exploración. No se
detecta en la exploración ningún elemento que pueda alterar su inteligencia o
voluntad ni sugiera la existencia de alteración o anomalía psíquica de interés en
relación con los presuntos hechos que motivan el presente informe, finalmente se
realizó la evaluación psicológica de los menores presuntamente afectados y los
peritos encontraron discrepancias en el discurso de los niños ya que reconocen que
estos temas han sido tratados con la madre a través de juegos y entrevistas realizadas
por esta para extraer información del presunto acto delictivo, en lo que respecta a la
sintomatología clínica o psicopatológica presentada por los menores ambos se
encuentran adaptados actualmente según los datos obtenidos en la exploración
(excepto en lo relativo a su vivencia del conflicto familiar no resuelto). Existen
únicamente referencias de la madre, que ella misma asociaba al contacto con el padre,
tales como: rabietas, dificultades para dormir, agresividad, problemas en el control
de los esfínteres, diversos miedos. Esta sintomatología fue tratada por la psicóloga
del Hospital TT y, según consta en el informe que emitió, fue remitiendo tras cesar
las visitas paternas. Como es sabido, en ocasiones puede aparecer sintomatología
similar en niños sometidos a conflictos interparietales, sin necesidad de la existencia
de abuso sexual infantil. Según los resultados obtenidos por los peritos judiciales, se
dio como conclusión lo siguiente:
o PRIMERA: Tras la exploración de los menores ISMAEL Y PEDRO XX YY,
se estima que ambos presentan en el momento actual un desarrollo
psicoevolutivo normalizado. La situación de ambos menores es NO
CONSISTENTE con una situación de maltrato o abuso sexual infantil en los
términos alegados, en el sentido de las consideraciones de este informe.
o SEGUNDA: Los relatos de ambos menores se alejan de los criterios
propuestos por las técnicas estándar de credibilidad, y presentan claros
indicadores de inducción adulta, en el sentido de las consideraciones de este
informe.
o TERCERA: Se estima perjudicial para ambos menores el mantenimiento de
conversaciones, juegos o exploraciones relacionadas con los presuntos hechos
abusivos, ya que contribuyen a perpetuar la huella de memoria y vivencia
emocional negativa en los menores explorados.
o CUARTA: Se detectó una radical percepción negativa de ambos menores
sobre su entorno paterno, que contribuye a generar en ellos una vivencia
emocional negativa, y es compatible con la existencia de un conflicto familiar
no resuelto. Sería aconsejable que el proceso terapéutico se orientase a esa
área (incluyendo a ambos padres), en el sentido de las consideraciones de este
informe, ya que los menores parecen adaptados en todas las demás áreas.

1. según lo relatado a través del proceso de peritaje, comentan los implicados que los
menores fueron víctimas de un presunto abuso sexual y maltrato psicológico por parte
del padre biológico de los menores, según el código penal colombiano en el capítulo
dos de los actos sexuales abusivos menciona lo siguiente:
o El artículo 208 del Código Penal (Ley 599 de 2000) quedará así: Artículo 208.
Acceso Carnal Abusivo con menor de catorce años. El que acceda
carnalmente a persona menor de catorce (14) años, incurrirá en prisión de doce
(12) a veinte (20) años”.

o El artículo 209 del Código Penal (Ley 599 de 2000) quedará así: “Artículo
209. Actos Sexuales con Menor de catorce años. El que realizare actos
sexuales diversos del acceso carnal con persona menor de catorce (14) años o
en su presencia, o la induzca a prácticas sexuales, incurrirá en prisión de de
nueve (9) a trece (13) años”. .
o El artículo 210 del Código Penal (Ley 599 de 2000) quedará así: “Artículo
210. Acceso Carnal o Acto Sexual Abusivos con Incapaz de Resistir. El que
acceda carnalmente a persona en estado de inconsciencia, o que padezca
trastorno mental o que esté en incapacidad de resistir, incurrirá en prisión de
doce (12) a veinte (20) años. Si no se realizare el acceso, sino actos sexuales
diversos de él, la pena será de de ocho (8) a dieciséis (16) años”.

5. El Dr. Richard Gardner, reconocedor en sus investigaciones del SAP desde 1985 y un
amplio estudioso del tema, lo definido como "un proceso que consiste en programar al hijo
para que odie a uno de sus padres sin que tenga justificación" (Podevyn, 2001), entendiéndose
específicamente como un método inflexible de manipulación encaminado al abuso emocional
del menor.
el Código de Infancia y Adolescencia busca ofrecer una protección integral a los niños;
protección que el código anterior no permitía materializar. Es importante reconocer que en
la Ley 1098 de 2006 la perspectiva de género guía su consecución. Sin duda esta es una
novedad que materializa un cambio vital tratándose de la formación y protección del futuro
de la sociedad, atendiendo de esta manera a una política pública de inclusión y de respeto y
fomento de la diversidad.
El comprender la protección integral de los niños como una obligación que debe ser asumida
por el Estado como una política pública, es más que una fortaleza; se constituye en un pilar
de las garantías de los sujetos protegidos por esta norma, en tanto los ubica como una
preocupación esencial para el Estado, de la cual cada institución pública debe hacerse
responsable según su especialidad.
Así, la Ley 1098 de 2006 se ubica como el instrumento principal para garantizar el artículo
44 de la Constitución Política de Colombia de 1991:
ARTÍCULO 44. Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la
salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una
familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación
y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia
física o moral, secuestro, venta, abuso sexual explotación laboral o económica y trabajos
riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las
leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia.
La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para
garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier
persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los
infractores.
Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.
En suma, en la normativa nacional e internacional se establece una importante relación entre
la protección especial a la niñez, la necesidad de que los niños no sean separados de sus
familias y la corresponsabilidad entre el Estado, la sociedad y la familia en la materialización
de los derechos de los niños. El S.A.P no es más que una forma de maltrato infantil
íntimamente ligada con el quebrantamiento de estas preceptivas y de las finalidades que con
ellas se persigue. Por ello, es importante analizar detenidamente este fenómeno.
El S.A.P., como manipulación, no es más que una forma de maltrato infantil, quizás la más
grave por estar íntimamente ligada con la estructura psicológica del niño. Siguiendo esa
postura y según las directrices de la Ley 1098 de 2006, el Estado, la sociedad y la familia son
corresponsables de ese niño y su obligación es protegerlos o eliminar cualquier posibilidad
de que sus derechos sean vulnerados, más aun cuando la vulneración proviene de los seres
que deberían por naturaleza velar por ellos. Es de anotar que “fue la inmadurez afectiva lo
que impidió a los padres ver y asumir a sus hijos como seres humanos diferentes de sí mismos
y sujetos de su propia realidad”18. Incluso para Tejedor los progenitores manipuladores
deben considerarse “abusadores”19, lo que está dado por la calidad del lazo que están
rompiendo entre el alienado y el hijo y por las mentiras que deben sostener, las que —de
forma consciente o inconsciente— podrán causar un daño al niño.
6. Una Teoría acerca de la variedad de la conducta sexual humana”, describe lo que a su
entender, es la dinámica y la característica de la conducta sexual humana. El comienza
diciendo que, al hablar de conducta sexual humana, no es partidario de utilizar términos
como natural o antinatural, ya que las mismas han variado de acuerdo a las distintas épocas
y sociedades. También, que las conductas son consideradas “antinaturales” de acuerdo al
castigo «o permiso» que le de cada sociedad.
determinamos la teoría psicoanalítica ya que dice que las criaturas no tienen fuertes impulsos
sexuales y que ellos por lo tanto improbablemente son iniciadores en cualquier clase de
encuentro sexual con el adulto. Esta suposición no es necesariamente válida. Muchos niños
a quienes se consideraran completamente normales, los cuales han desarrollado fuertes
impulsos sexuales durante los primeros años de vida, teniendo en cuenta a Gardner en 1992
publico su libro de verdaderas y falsas acusaciones de abuso sexual infantil.
Los propios menores quienes fabrican o inventan una falsa acusación de abuso sexual, si bien
suele tratarse de niños en edad adolescente o preadolescente que cuentan con los recursos
necesarios para fabricar o inventar un alegato falso, pero en los que pericialmente se podrán
valorar el grado de credibilidad aplicando técnicas diseñadas al efecto. Sin embargo, el
problema y la dificultad inherente de este objetivo pericial se agrava, cuando los menores
implicados son niños de corta edad, que no cuentan con el necesario desarrollo cognitivo y
lingüístico como para emitir un relato libre, o de igual forma, cuando este tipo de alegaciones
se fundamentan exclusivamente en verbalizaciones que los denunciantes atribuyen a las
presuntas víctimas, pero que casi nunca pueden ser.
Sigmund Freud realizo los primeros estudios acerca de las repercusiones psíquicas de las
situaciones de abuso sexual en la infancia, reales o fantaseadas. Menos sabido es el hecho de
que Freud también descubrió que la etiología de las afecciones neuróticas comportaba
situaciones cargadas de agresividad, tales como el maltrato, las cuales adquirían un estatuto
sexual en el psiquismo, por medio de los falsos enlaces simbólicos que se crean cuando estas
situaciones erótico-agresivas son objeto de procesos psíquicos defensivos, de orden
patológico, tales como represión.
La relación entre sexualidad y represión permite que Freud destaque esta forma de defensa
como un proceso psíquico patológico que dificulta la reacción apropiada ante las situaciones
traumáticas, pues deriva en la retención de la reacción y su posterior tramitación vía la
formación de los síntomas neuróticos.

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