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DE LA
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
Lecturas
Salmos
Moniciones
Oración de los Fieles
Ofertorio Especial
1
LITURGIA DE LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS
Monición de entrada:
Hoy nos reunimos para celebra la culminación de la Pascua. El Señor Jesús nos envía desde el Padre el
Don de su Espíritu. El Espíritu Santo que los profetas anunciaron y Cristo nos prometió. El Espíritu Santo
que dio a la Iglesia naciente su primer impulso y constantemente actúa en ella.
El Espíritu Santo nos da la fuerza de la fe y nos congrega en la unidad que llena el universo con su
presencia y promueve la verdad, la bondad y la belleza; que alienta en la humanidad la firme esperanza
de una tierra nueva. Hoy desciende sobre nosotros para renovar los dones y carismas que nos dio el día
de nuestra confirmación. Nos disponemos a invocar juntos en esta celebración la venida del Señor que
comunica la vida poniéndonos de pie y entonando el canto de entrada.
Canto de entrada
Acto Penitencial
Bendición y Acepción con el Agua bendita para renovar el Bautismo Pascual.
ORACIÓN
Dios eterno y todopoderoso, haz brillar sobre nosotros tu salvación y concédenos que Cristo,
luz de luz, encienda los corazones de quienes hemos renacido a una nueva vida, con el fuego
del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo…
O bien:
Dios Todopoderoso, brille sobre nosotros el esplendor de tu gloria, y que el Espíritu Santo, luz
de tu luz, fortalezca los corazones de los regenerados por tu gracia. Por Jesucristo Nuestro
Señor…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA (Leccionario I, Pág. 964)
Se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor las lenguas de todos los hombres.
Toda la tierra hablaba la misma lengua, con las mismas palabras. Al emigrar el hombre de Oriente,
encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: “Vamos a
preparar ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento.” Y dijeron: -“Vamos a construir una
ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de
la tierra.”
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo: “Son un solo
pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan
hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua
del prójimo.”
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llamó Babel,
porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la
tierra.
Palabra de Dios
Aclamen, justos, al Señor; es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su
honor el arpa de diez cuerdas. R.
2
Porque la palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la
tierra está llena de su amor. R.
El designio del Señor permanece para siempre, y sus planes, a lo largo de las generaciones. ¡Feliz la
nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se eligió como herencia! R.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus
vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.
Oremos:
Dios todopoderoso, haz que tu iglesia sea siempre una familia santa, congregada en la unión
del Padre, del Hijo y del Espíritu, que manifieste al mundo el misterio de tu unidad y de tu
santidad y lo conduzca a la perfección de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
En aquellos días, Moisés subió hacia Dios. El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: “Así dirás a la casa
de Jacob, y esto anunciaréis a los israelitas: “Ya habéis visto lo que hecho con los egipcios, y cómo a
vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz
y guardáis mi alianza, vosotros seréis de mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es
toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.” Estás son las palabras que has
de decir a los israelitas”
Moisés convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todo lo que el Señor le había mandado. Todo el
pueblo a una respondió: “Haremos todo cuanto ha dicho el Señor.”
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso
resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir
al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí
humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno,
y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés
hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajo al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a
Moisés a la cima de la montaña.
Palabra de Dios
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al
simple. R.
Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan
los ojos. R.
La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente
justos. R.
¡Ojalá sean de tu agrado las palabras de mi boca, y lleguen hasta ti mis pensamientos, ¡Señor, mi Roca y
mi redentor! R.
Oremos:
Oh Dios, que en el monte Sinaí, en medio del resplandor del fuego, diste a Moisés la ley
antigua, y que en el día de hoy, con el fuego del Espíritu Santo, manifestaste la nueva Alianza,
haz que nuestros corazones ardan en aquel Espíritu que infundiste de modo admirable en los
apóstoles, y que el nuevo Israel, reunido de entre todos los pueblos, reciba con alegría el
mandamiento eterno de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
3
TERCERA LECTURA (Leccionario I, Pág. 966)
El Señor infundirá su espíritu a los huesos secos y revivirán.
Y profeticé como me había ordenado y a la voz de mi oráculo, hubo un estrépito, y los huesos se juntaron
hueso con hueso. Me fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne había crecido, y la piel los recubría;
pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo: “Conjura al espíritu, conjura, hijo de Adán, y di al espíritu: “así dice el Señor: de los
cuatro vientos ven, espíritu y sopla sobre estos muertos para que vivan.” Yo profeticé como me había
ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable. Y
me dijo: “Hijo de Adán, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: “Nuestros huesos están secos,
nuestra esperanza ha perecido estamos destrozados.”
Por eso profetiza y diles: “Así dice el Señor: Yo mismo abriré vuestros sepulcros y os haré salir de
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os
saque de vuestros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu y viviréis; os colocaré
en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.” Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Los hijos de Israel entraron en naves por el mar, comerciando por las aguas inmensas.
Contemplaron las obras de Dios, sus maravillas en el océano. R.
Oremos:
Oh Dios, que por tu palabra de vida nos has engendrado para una vida nueva, derrama sobre
nosotros tu Espíritu Santo, para que viviendo unidos en una misma fe, lleguemos, por la
resurrección, a la gloria de una vida incorruptible. Por Jesucristo nuestro Señor.
Así dice el Señor: “Derramaré mi espíritu sobre toda carne: profetizarán vuestros hijos e hijas, vuestros
ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. También sobre mis siervos y siervas derramaré
mi Espíritu aquel día. Haré prodigios en el cielo y la tierra: sangre, fuego, columnas de humo. El sol se
entenebrecerá la luna se pondrá como sangre, antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible.
Cuantos invoquen el nombre del Señor se salvarán. Porque en el monte de Sión y en Jerusalén quedará
un resto; como lo ha prometido el Señor a los supervivientes que Él llamó.”
Palabra de Dios
4
SALMO RESPONSORIAL (Del salmo 103)
Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡La tierra está llena de tus criaturas! R.
Oremos:
Cumple, Señor, en nosotros tu promesa: derrama tu Espíritu Santo, para que nos hagas ante
el mundo testigos valientes del Evangelio de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
Después de la oración de la cuarta lectura se entona de pie el himno del Gloria. Se pueden tocar las
campanas, de acuerdo a las costumbres de cada lugar.
Oración Colecta:
Dios Todopoderoso y eterno que has querido que celebráramos el misterio pascual durante
cincuenta días, renueva entre nosotros el prodigio de Pentecostés, para que los pueblos
divididos por el odio y el pecado, se congreguen por medio de tu Espíritu y, reunidos,
confiesen tu nombre en la diversidad de sus lenguas. Por nuestro Señor Jesucristo...
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (8, 22 – 27)
Hermanos: Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no
sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias de Espíritu, gemimos en nuestro interior,
aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá
esperando uno aquello que se ve? Cuando esperamos lo que no vemos aguardamos con perseverancia.
Pero además el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que
nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los
corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; anuncien su gloria
entre las naciones, canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria. Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos. R.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor;
aclamen la gloria del Nombre del Señor. R.
Digan entre las naciones: “¡el Señor reina! El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”. R.
5
Canto: Secuencia de Pentecostés.
Ven, Dios Espíritu Santos, y envíanos desde el Sin tu inspiración divina los hombres nada
cielo tu luz, para iluminarnos. podemos y el pecado nos domina.
Ven ya, padre de los pobres, luz que penetra en Lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros
las almas, dador de todos los dones desiertos y cura nuestras heridas.
Fuente de todo consuelo, amable huésped de Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra
alma, paz en las horas de duelo. frialdad, endereza nuestras sendas.
Vez, luz santificadora, y entra hasta el fondo del Danos virtudes y méritos, danos una buena
alma de todos los que te adoran. muerte y contigo el gozo eterno. Amén.
EVANGELIO
Brotarán ríos de agua viva.
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie, gritaba: “El que tenga sed, que venga a mí; el
que cree en mí, que beba. Como dice la escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva.”
Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en Él. Todavía no se había dado
el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.
Homilía.
Credo
Oremos a Dios Padre, que por la muerte y resurrección de Cristo, nos a dado el Espíritu Santo
y a cada petición, responderemos diciendo: “Envíanos, Señor, tu Espíritu Santo”
- Por la Iglesia de Dios, extendida por el universo; para que, impulsada por el Espíritu Santo, haga suyos
los sufrimientos, alegrías y esperanzas los necesitados, cultive los signos de caridad y así pueda iluminar al
mundo con el Evangelio, roguemos al Señor.
- Por todos los pueblos y razas en la diversidad de culturas y civilizaciones; par que el Espíritu Santo abra
los corazones de todos al Evangelio, proclamado en sus propias lenguas y los guíe hasta la verdad plena,
roguemos al Señor.
- Por nuestro mundo, sujeto a cambios profundos y rápidos; para que el Espíritu Santo, que abarca la
historia humana, promueva la esperanza de un futuro mejor y vislumbremos el gran día de Jesucristo,
roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos; para que iluminados y fortalecidos por la gracia del Espíritu Santo demos
testimonio de nuestra fe y manifestemos las obras del Reino de Dios, roguemos al Señor.
Dios padre, nuestro; tu espíritu ora con nosotros, dentro de nosotros; escucha la oración de
tu Iglesia, morada suya, y concédenos lo que el mismo Espíritu nos sugiere pedirte. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
6
Ofertorio Especial (Presentación de Dones)
(Cada Don se presentará con una vela en la cual estará escrito el don. Mientras el monitor lee el
significado de cada don una persona lleva la vela y la coloca en un candelabro cerca del altar.)
Monitor: Los siete dones del Espíritu Santo pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y
llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con
prontitud a las inspiraciones divinas.
Don de sabiduría: Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre
todas las cosas y en medio de nuestro trabajo y de nuestras obligaciones.
Don de inteligencia: Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.
Don de consejo: Nos señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos
anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los demás.
Don de fortaleza: Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda
encontramos en nuestro caminar hacia Dios.
Don de ciencia: Nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios
y en lo creado en la medida en que nos lleve a Él.
Don de piedad: Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre.
Don de temor de Dios: Nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a evitar
todo mal que pueda contristar al Espíritu Santo, a temer radicalmente separarnos de Aquel a quien
amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir.
Pan y Vino: Te presentamos señor, el Pan y Vino fruto del trabajo y del esfuerzo de cada mujer y
hombre, niño, joven y adulto de buena voluntad que hoy disponemos para que sean el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo amado.
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Moniciones
MONICION ENTRADA
Buenos noches, hermanos y hermanas en Cristo Resucitado. Al término de los cincuenta días del Tiempo
Pascual, llegamos a la plenitud con la Solemnidad de Pentecostés. Nos disponemos a celebrar la vigilia de
Pentecostés, imitando a los Apóstoles y discípulos, que con María, la madre de Jesús, se dedicaban a la
oración, esperando el Espíritu prometido por el Señor, vivamos este momento especial con fe, fervor, gozo
y con un corazón encendido. Iniciemos la fiesta del Espíritu Santo con corazón gozoso. Pongámonos de
pie y cantemos el himno de entrada.
La torre de Babel, es el símbolo de la soberbia y del orgullo humano. ¿Es posible la unidad entre los
humanos prescindiendo de Dios? Escuchemos.
Dios escoge a Israel como pueblo suyo, pueblo de sacerdotes y su nación santa, mediante la cual revela
su santidad al mundo. Pongamos atención a este importante relato.
La Palabra de Dios y el soplo de su Espíritu están desde el origen del ser y en la vida de toda criatura.
Escuchemos.
Dios habla al corazón de su pueblo, en el lenguaje de la promesa, con los acentos de amor y de fidelidad.
Escuchemos el relato del profeta Joel.
GLORIA
ORACION COLECTA
Pablo manifiesta que el hombre, por si solo, ni puede responder plenamente al amor divino. El Espíritu
Santo, viene en ayuda de nuestra flaqueza e intercede por nosotros. Escuchemos atentamente.
MONICION A LA SECUENCIA
Oremos juntos este antiguo himno al Espíritu Santo e invoquemos su presencia y manifestación en medio
de nosotros, la Iglesia.
Jesús anuncia el envío del Espíritu Santo como el agua viva que mana del Hijo del Hombre. Es Espíritu
Santo es como el agua que aviva la tierra seca. Nos ponemos de pie para la proclamación del Santo
Evangelio pero antes entonemos el Aleluya.