“Tantas veces me mataron, tantas veces me morí… sin embargo, estoy aquí resucitanto…
Gracias doy a la desgracia Y a la mano con puñal Porque me mató tan mal que seguí cantando…”
Fue en 1911 cuando, por primera vez, se celebró el día Internacional de la Mujer. Principalmente se reivindicaba el derecho a voto, al trabajo y la no discriminación laboral. Hoy, 108 años después y tras haber conseguido muchas cosas aquí seguimos un año más, conmemorando el día de la mujer, de todas las mujeres. ¿Y por qué necesitamos un día como este? Sencillo, porque es necesario que recordemos que aún queda mucho trabajo por hacer, porque conviene no olvidar lo andado y no desandar lo ganado, porque hay que tener un día en el que girar el foco hacia las mujeres, mujeres luchadoras, madres, abuelas, compañeras, amigas, hermanas, bellas, sabias, cómplices, plenas…que han peleado y pelean a diario por conseguir una merecida igualdad. ¿Qué no hay nada que celebrar? Hay mucho que conmemorar, mucho trabajo, sufrimiento y lucha que reconocer a tantas y tantas mujeres que nos han allanado el camino, que han sufrido el desprecio, el rechazo, la discriminación y el maltrato de una sociedad machista que aún en nuestros días nos sigue azotando.
Por todas ellas y para ellas…vaya este grito hondo. ¡Sigamos avanzando en Igualdad! ¡No borremos sus huellas! ¡Y…Ni un paso atrás!!