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Universidad Nacional Andrés Bello

Facultad de Ciencias Sociales


Escuela de Psicología
Cátedra de Filosofía II

Solemne n°2
Pensamiento Americano tradicional y
el Taoísmo:
Pensamientos del hombre sabio

Presentado a
Nicolás Novoa Artigas

Preparado por
Natalia Guerrero Serey

Fecha
10/11/17
El razonamiento y el actuar de las personas en general, hoy en día, en la
época contemporánea está muy arraigado a las enseñanzas de hace décadas del pensamiento
lineal europeo, en el cual el conocimiento valido y verdadero se encuentra en los
descubrimientos científicos: las hipótesis planteadas acerca de fenómenos de la naturaleza, y
los humanos deben ser validadas a partir del método científico, la experimentación y
someterse a una crítica constante hasta que alguien más pueda formular una hipótesis cada
vez más correcta. Sin embargo, este tipo de razonamiento predominante es muy limitado y
reduccionista, ya que se dedica a profundizar en el conocimiento de solo partes de un todo,
vale decir, se centra en conocer características de la naturaleza (o del mundo) pero no ella en
su totalidad, ya que indagar más allá, para este tipo de pensamiento sería salirse del rango de
lo objetivo y lo seguro. Todo lo demás es desconocido y misterioso a los ojos del
razonamiento lineal europeo, así que la cosmovisión de la sociedad "civilizada"
también esta limitada. Se nos hace muy difícil pensar en las preguntas fundamentales de la
existencia humana, debido a que pensamos que esas cosas están por fuera de nosotros, que
debemos buscar la respuesta en el exterior de nuestro cuerpo y conciencia, o que la
verdad está en la religión y en el "más allá" como postula la iglesia católica, la religión es el
tipo de tradición mística ascendente, esto es, entender al ser humano y su espiritualidad como
algo que solo es divino, solo alcanzable con la muerte. Pero lo que nos dicen
los pueblos indígenas milenarios es distinto, sus tradiciones son no dualistas, o sea, son
capaces de encontrar la espiritualidad en las cosas mundanas o terrenales: en los objetos, en
la naturaleza y en ellos mismos, su espiritualidad puede ser alcanzada mediante ritos de
meditación, transes (para el despertar de la conciencia propia) o éxtasis la cual es una
experiencia que va más allá de lo que uno conoce como la realidad, es una trascendencia del
“yo” que no es expresable en palabras, pero al sentirlo, uno es capaz de conocerse más
profundamente a sí mismo, y puede cambiar el sentido de la vida y reorganizar las prioridades
sobre lo que es más importante realmente para esa persona. Con todo, esto no es trabajo fácil,
las personas, sobretodo en este tiempo, no tenemos “el tiempo” ni la sabiduría que se requiere
para someterse a esta idea que muchas veces puede ser incomoda o dolorosa, como sucede
con ciertas plantas como la ayahuasca y hongos. En nuestro tiempo las personas muchas
veces vivimos encerradas, incomunicadas entre nosotros, sometida a la tecnología y a las
cosas materiales y no a la naturaleza. Lo que los pueblos indígenas nos pretender enseñar con
su cosmovisión es que cada persona es capaz de lograr encontrarse consigo misma, y lo más
importante es aprender mediantes el dolor que hay dentro de nosotros, pues la vida es así, de
cierta forma dolorosa con los cambios (o fines) que ocurren y nuevos comienzos y bienestar.
Depende de nosotros ser lo suficientemente fuertes para aceptarnos a nosotros mismos. Sin
embargo, parece ser un gran obstáculo el miedo que puede generar esto, ya que uno no quiere
enfrentarse a lo malo de uno mismo. La personas no debiéramos tener miedo de lo que una
experiencia nos pueda mostrar de la realidad, ya que todos somos parte de un todo, pero no
solo somos parte, también podría decirse que al ser parte de la tierra, somos la tierra, y todo
de lo ella se compone. Pensando esto de forma lógica, si daño parte de la naturaleza u otra
persona, también me estoy dañando a mí mismo, ya que al ser parte de un todo, el todo se me
devuelve dependiendo de cómo he sido con ello. Además, y del mismo modo, la forma en
que actuamos frente al todo, determinara nuestra vida y el tiempo de esta. Hay muchos
estudios que afirman que no pasar una parte del día en contacto con la naturaleza es
perjudicial para la salud, al igual que no tomar agua o comer; de ese modo la mortalidad varía
en cada uno dependiendo de su relación con la naturaleza. Amar la naturaleza es también
amarse a sí mismo, y amarse a sí mismo es encontrase, pero uno no puede encontrase en el
exterior, nadie más que uno mismo puede saber cómo es en verdad, cuáles son sus gustos y
preferencias, sus errores sus temores y su lado maligno; la conciencia ni el espíritu, ni siquiera
las emociones son ubicables dentro del cuerpo, es solo con la pura introspección como uno
puede estar más cerca de sí mismo.

Otro punto muy importante es el descubrimiento de América en 1492, y las posteriores


colonizaciones llevadas a cabo. El siglo XV es conocido por ser "el siglo de las
innovaciones", las personas tenían sed de aventura, descubrimientos, riquezas y poder, lo que
llevo a que el descubrimiento de distintos pueblos indígenas de origen milenarios fueran
saqueados, abusados y explotados, además de traer enfermedades; pero una de las cosas que
marcan de forma trascendente el modo de pensar actual, es el hecho de que los
conquistadores fundamentalistas quisieron e incluso obligaron a cambiar la cosmovisión de
los pueblos: sus creencias, ritos e incluso su amor por la naturaleza para los invasores era
absurda, ya que su razonamiento lineal no tiene límites. Este tipo de pensamiento postula que
lo puede conocer y dominar todo a su antojo, visión muy distinta a la indígena, que tenía una
relación muy cercana con la naturaleza y todos los objetos, plantas y animales que habitan
en él. Para los pueblos indígenas la tierra no les pertenece, pero al mismo tiempo es de ellos
y la contemplan y cuidan como cuidan a los suyos y además tenían una relación de
intercambio entre el cuidado a la naturaleza y lo que esta les puede entregar. Sin embargo,
tristemente vivimos el auge de la explotación de los recursos naturales, miles de árboles
deforestados, aguas y aire contaminado, que no solo nos afectan a los que habitamos este
mundo, sino que el daño es tan grave que se sabe que esta situación se prolongara por
generaciones futuras debido a los cambios climáticos. Según científicos contemporáneos,
este calentamiento global, provocara de forma paulatina una nueva era geológica que la
denominan “Antropoceno”, ya que son cambios producidos por el hombre de forma
irreversible.

El concepto de Tao, dado por la corriente del taoísmo es una cosmovisión similar a la de los
del pensamiento indígena tradicional ya que dice que se puede acceder a una vida iluminada
y despertar de la conciencia mediante ciertas prácticas como la meditación, y este despertar
es sentido a través de la experiencia, lo cual ayuda a transformar el sentido del “yo” de forma
positiva. El sentido del yo se siente a pesar de no estar ubicado físicamente en ninguna parte,
pero sabemos que es consecuencia del impulso vital, del movimiento que nos hace vivir y
tener pensamientos, con esto, lo más importante para el Tao es la aceptación del “yo”.
El tao, a grandes rasgos, es el orden de la naturaleza de todo lo existente y ve espiritualidad
en cada una de las cosas, de este modo, con el Tao no podemos rechazar las cosas del mundo
ni lo que sucede en el mundo porque estaríamos rechazando la vida y la existencia, en este
sentido también encontramos una aceptación de la realidad de cómo es en sí, pero también
acepta que cada persona tiene su propia “manifestación de la realidad”, las personas actuamos
según nuestra realidad individual, y es por esto que se puede vivir y evidenciar el “ego”, este
se camufla incluso cuando alguien trata de llevar una vida espiritual, ya que es posible que
caiga en el sentimiento de superioridad lo cual lleva a juicios hacia los demás porque no
siguen el mismo camino que alguien; esto es una falta al Tao al no aceptar que la realidad
para cada persona es diferente.
El Tao tiene la visión de unidad y hermandad, pero también se debe entender el equilibrio
dentro de la unidad, el ying y el yang, lo pasivo y lo activo, el equilibrio entre el “bien y el
mal” es regido por el Tao.
Es el verdadero modo de alcanzar el equilibrio en todo sentido: en la naturaleza, en la forma
física, moral, económica. El Tao tiene la cualidad de no padecer, no se acaba con el paso del
tiempo, sino que renace en distintas épocas y es tomado por otras corrientes como referencia.
Para el Tao, el hombre es creado para ser una criatura de bien, que esté arraigado a la
sabiduría, y encuentre la sabiduría en la naturaleza. Árboles, plantas, agua, fuego, todo lo que
compone la naturaleza es fuente de sabiduría para el hombre. Esta cosmovisión de la
naturaleza como parte esencial en la vida de las personas para obtener la sabiduría es
necesaria en estos tiempos en dónde las grandes empresas, y personas que dominan las
naciones a nivel económico solo ven a la naturaleza como un bien, que puede venderse,
comprarse, destruirse, entre otras cosas, sin tener conciencia de que, no solo destruye el hogar
de los animales, insectos y plantas, e incluso otros seres humanos; sino que además no es
consciente de que la naturaleza es sabia y en ella está el mayor conocimiento.

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