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Universidad Sergio Arboleda

Escuela de Filosofía y Humanidades


Seminario de Descartes
Sebastian Velandia Avila
Sobre la existencia de la idea de Dios

Para hablar sobre la idea de Dios primero debemos ver los diferentes modos de la razón o
géneros de está por así decirle, estos se dividen en tres: en cuanto me refiero a las imágenes
o conceptos que me formo en el pensamiento sobre algo se llama idea, como cuando pienso
en hombre, centauro, estrella o Dios. Pero cuando además de estar solo en el pensamiento a
este le adjudico el querer, el negar, afirmar, o temer, se pueden tomar de dos formar una como
voluntades o afectos y otros como juicios. ¿De dónde vienen las ideas? Según lo estudiado
sobre el autor existen tres tipos de ideas, por un lado tenemos las ideas adventicias las cuales
causamos a partir de las experiencias sensibles, por ejemplo de ver diferentes perros creamos
la idea de perro en nuestro pensamiento, así que cuando tengamos una experiencia sensible
con ciertas características la asociamos a la de perro, así mismo con las ideas de vaca, y
aquellas que provengan de la sensibilidad. A parte de estas también existen las ficticias, estas
se forman a partir de la mezcla de ideas diversas, al igual que las anteriores somos nosotros
quienes las causamos, ¿de qué manera? Pues al unir en el pensamiento las ideas adventicias
de pez y mujer obtenemos la idea ficticia de sirena o por otro lado podríamos mezclar la idea
de hombre con la idea de toro así de esta manera formar la idea de minotauro. Pero existe
otro tipo de idea que parece que no nos es causada por nuestro pensamiento, pues no tenemos
la manera de causarla por medio de la experiencia sensible porque no hay forma de
experimentarla por ejemplo tenemos clara la idea o concepto del infinito pero esto no es
posible de ser experimentado o conocido por la sensibilidad, así mismo la idea de bien pues
tenemos claridad en nuestro pensamiento sobre esta idea pero no es posible ver el bien en sí,
solo la noción de este en algunos actos pero no el bien en sí mismo.
¿Entonces de dónde proviene esta idea? Primero debemos saber por qué no es causada por
nuestra subjetividad, primero que todo para que esta idea pudiera ser causa nuestra tendría
que estar ligada a nuestra naturaleza, y podemos observar claramente que en nuestra
naturaleza no está incluida la eternidad o la omnisapiencia, pues ningún hombre tiene la
capacidad para vivir por siempre ni mucho menos la capacidad de saberlo todo. Aunque es
cierto que tenemos la capacidad de perfeccionamiento de nuestras capacidades estas tienen
un límite, podríamos saber muchas cosas pero no todas las cosas. Pero sin embargo estas
ideas son fácilmente entendibles por nosotros, entonces si no son causa nuestra y sobre pasa
por decirlo la capacidad de nuestra propia naturaleza, de dónde provienen y por qué estamos
en capacidad de entenderlas. Pues bueno primero hay que aclarar que en realidad se trata de
una sola idea y que las tratadas anteriormente son unas características de esta idea pero ¿cuál
podría ser esta idea?, pues es la idea de Dios. Esta idea de Dios es innata en nosotros pues no
somos quienes la causamos pero tenemos conocimiento y entendimiento de esta idea porque
Dios incluye su idea en nuestra naturaleza al momento en el que somos creados por esté, es
por eso que podemos comprender conceptos o ideas que provienen de esté como lo es la
infinitud, la omnisapiencia, la omnipotencia y las características que podamos desprender de
la idea innata de Dios. ¿Pero por qué que la idea de Dios no es causada por nuestro
pensamiento? Porque esta idea sobre pasa nuestra naturaleza o por decirlo de una forma más
clásica sobre pasa nuestra esencia como cosa que piensa puesto que no hay manera de llegar
al concepto de infinito partiendo de nuestra naturaleza finita y esto se debe a que como somos
finitos y todo aquello de lo que podemos formar ideas a partir de las experiencias sensibles
también son cosas finitas no podemos llegar a la conclusión de algo infinito, tampoco al unir
diferentes tipos de ideas como lo hacemos con las ficticias podemos llegar a la conclusión de
algo infinito, puesto que nosotros somos la causa de estas ideas y lo causado no puede no
puede superar la naturaleza de lo que lo es su causa. Es por esto que la idea innata o la idea
de Dios nos viene de fuera y no es causada por nosotros. A partir de esto podemos concluir
que algo causo esta idea de Dios en nosotros y es el mismo Dios quien lo hizo, lo que nos
lleva a darnos cuenta de la existencia de un ser dotado de perfección, pero además de esto de
la imposibilidad de un genio maligno el cual se encargase de engañarme, pues como con la
idea de Dios notamos que este al ser perfecto es perfectamente bueno y al serlo esté por su
perfecta bondad no nos engañaría, lo que nos llevaría a preguntarnos ¿si no es el genio
maligno quién nos engaña, si Dios es perfecta bondad, de dónde provienen el error? Este
nace gracias a que no somos perfectos y tenemos nuestras limitaciones, en las ocasiones en
las cuales dejamos que la voluntad elija sin tener en cuenta la buena guía de la razón, es decir
cuando no se tiene claro y distinto algo en el pensamiento pero sin embargo se elige es cuando
se origina el error. Para terminar es gracias a la idea de Dios que podemos notar su existencia
y de paso gracias a esto se puede pensar en la existencia de otras cosas que piensan aparte de
mí.
Referencias:
Descartes, R. Ed. Jorge Aurelio Díaz. 2009. Meditaciones acerca de la filosofía
primera/seguida de las objeciones y respuestas. Bogotá, Colombia. Centro editorial
Facultad de Ciencias Humanas.

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