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LA PERSONA EXTRAÑA EQUIPARABLE EN EL JUICIO DE AMPARO

ALEJANDRO SOSA ORTIZ

CAPÍTULO I. LA REGULACIÓN DE LA PERSONA EXTRAÑA EN LA LEY DE


AMPARO DE 1936.

La figura en análisis tiene su fundamento en el artículo 107, fracción IX de


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (en lo subsecuente
CPEUM), de 1917 y se mantiene con la reforma de seis de junio de 2011,
cambiando a la fracción VII.

El origen de la persona extraña natural o lisa y llana evolucionó debido a los


asuntos que fueron surgiendo y de la interpretación y aplicación de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (en lo subsecuente SCJN) y fue hasta los años 40’s
que se establece jurisprudencialmente la figura de persona extraña por
equiparación y tiene como finalidad tutelar a los demandados de los juicios o
procedimientos seguidos en forma de juicio, principalmente civiles y
administrativos, en lo que los demandados no tuvieron conocimiento del juicio sino
hasta que fue dictada la sentencia o se encuentra en proceso de ejecución.

La Ley de Amparo de 1936 contemplaba esta figura en la fracción V del


artículo 114, y por jurisprudencia se estableció que para promover el juicio de
amparo indirecto no resulta necesario agotar previamente los recursos ordinarios
procedentes conforme a la Ley de la que deriva el acto reclamado (excepción al
principio de definitividad), ya que se pretende tutelar precisamente el derecho
fundamental de audiencia consagrado en el artículo 14 Constitucional, por lo que
se trata de una violación directa a uno de los derechos fundamentales de los
gobernados.

En esencia, resulta correcto que se distinga de un tercero extraño a juicio


liso y llano y el tercero extraño por equiparación, puesto que en este último caso
se dejaría sin oportunidad a los demandados que han sido falsa o ilegalmente
“emplazados a juicio”; pues en la práctica se tiene conocimiento que resulta ser un
problema recurrente en los procedimientos que el emplazamiento a los
demandados se tengan por realizados sin que efectivamente se hayan llevado
acabo o bien que si se llevaron a cabo pero de manera irregular.

Como podemos ver, de la practica jurisdiccional va surgiendo la necesidad


de cubrir algunas lagunas de la ley y que mediante la jurisprudencia se van
llenando esos vacíos, siendo la figura en estudio un ejemplo significativo de dicha
circunstancia.
CAPÍTULO II. LA PERSONA EXTRAÑA NATURAL EN LA NUEVA LEY DE
AMPARO.

Jurisprudencialmente se ha definido como “aquella que no ha figurado en el


juicio o en el procedimiento como parte en sentido material, pero que sufre un
perjuicio dentro del mismo o en la ejecución de las resoluciones, sin haber tenido
oportunidad de ser oído por desconocer las actuaciones relativas”.

Como podemos ver, un requisito esencial es que el actor no señale en su


libelo como demandado al quejoso, pues de lo contrario podrá considerarse
tercero extraño equiparable, pero no liso y llano o natural.

El autor hace notar que resulta ser una práctica común en materia laboral,
señalar el trabajador en forma errónea al demandado-patrón, ya que además
dicho señalamiento genérico se encuentra permitido por los artículos 712 y 740 de
la Ley Federal del Trabajo. Así mismo conforme a las jurisprudencias y tesis
emitidas por los órganos del Poder Judicial de la Federación, se ha precisado que
el amparo indirecto en estos casos no solo procede en contra de un resolución
que dirime una controversia, sino que también en contra de aquellas resoluciones
dictadas en procedimientos en los cuales la autoridad prepara su resolución
definitiva con intervención del particular, verbigracia, los procedimientos en
materia tributaria.

Otra cuestión resaltada es que la afectación a un tercero extraño liso y llano


se puede dar en diversas etapas de los procedimientos, desde su inicio al
involucrar bienes o derechos de una persona que no tiene la calidad de parte, o
bien en etapa de sentencia o de ejecución a la misma, cuando se afecte de
manera ilegal al quejoso. Se señala como ejemplo en materia penal cuando se
segura un bien de alguien que no forma parte de la relación jurídica procesal
penal.

El plazo para presentar el amparo por parte del tercero extraño liso y llano,
será de quince días contados a partir de que el quejos tenga conocimiento del acto
reclamado.

En cuanto a los efectos de la sentencia que conceda el amparo, dependerá


de la hipótesis en que se encuentre el quejoso, pues en caso de ser liso y llano y
se le haya afectado algún derecho, el efecto será que se le restituya en el pleno
uso y goce del mismo.

CAPÍTULO III. CONCEPTO JURISPRUDENCIAL DE LA PERSONA EXTRAÑA


EQUIPARABLE.

El autor señala que el concepto de tercero extraño por equiparación surge


en 1941 mediante un criterio relativo a la procedencia del amparo indirecto en
contra del defectuoso emplazamiento que haya impedido al demandado
defenderse en un juicio hasta antes de que se haya emitido sentencia definitiva
ejecutoriada, pues con anterioridad a dicha etapa se podrá hacer valer amparo
directo en contra del defectuoso emplazamiento.

Posteriormente en 1948 la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió


un criterio en el que se considera viable jurisprudencialmente la procedencia del
amparo indirecto cuando se reclama todo lo actuado en el juicio con motivo de que
el quejoso alegue que no ha sido emplazado y que se ha afectado su derecho de
defensa o audiencia.

Para conceptualizar la figura de tercero extraño por equiparación el autor


acude a la jurisprudencia del Pleno número P./J.7/98 que establece que tercero
extraño equiparable es: “la parte que no fue emplazada o que fue emplazada
incorrectamente y que sufre un perjuicio, sin haber tenido la oportunidad de ser
oída en su defensa por desconocer las actuaciones relativas.”

El concepto antes señalado, proviene de una interpretación análoga de la


norma que establece la figura de persona extraña natural, con la diferencia de que
en el caso que nos ocupa el quejoso sí fue señalado por el actor del juicio o
procedimiento natural, sin embargo no fue emplazado o fue emplazado de manera
defectuosa al grado de que no tuvo oportunidad de defenderse.

En ese tenor, si se demuestra durante el juicio de amparo que la persona


que se ostenta como tercero extraño equiparado, compareció en el juicio natural,
el juicio de amparo deberá sobreseerse y de no haber comparecido se debe
constatar si tuvo o no conocimiento del juicio o procedimiento, es decir si tuvo la
oportunidad de defenderse pues en caso afirmativo el amparo deberá
sobreseerse.

Otro de los requisitos de procedencia del amparo por parte del tercero
equiparable, en aquellas materias o casos en que no cabe la suplencia de la
queja, es el hecho de que en la demanda de amparo se debe precisar si se acude
como tercero extraño natural o equiparable, ya que se puede llegar al
sobreseimiento, lo cual considero debe ser revalorado a la luz de los principios pro
persona y tutela judicial efectiva, pues pareciera que se trata de un formalismo un
tanto exagerado que se exija tal precisión, pues desde mi punto de vista es
suficiente cuando se alegue una afectación a la esfera jurídica del gobernado y
que se desconozcan si ha sido o no señalado como parte en el juicio de origen,
sino que de los informes justificados por parte de la autoridad responsables es en
la que el Juez de Amparo podrá constatar dicha circunstancia.

CAPÍTULO IV. EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE PERSONA EXTRAÑA POR


EQUIPARACIÓN.

Como se ha señalado en capítulos anteriores, la figura de tercero extraño


por equiparación resulta ser una creación jurisprudencial, que deriva de la practica
jurisdiccional de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los Tribunales
Colegiados de Circuito, iniciando en la Quinta época hasta la actualidad.

En una primera etapa la discusión jurisprudencial y criterios encontrados


respecto de que si resulta pertinente o no establecer preferentemente la
procedencia del amparo indirecto sobre el directo para atacar este tipo de actos,
tomando en cuenta que el amparo indirecto otorga al quejoso mayores
posibilidades probatorias que el directo en el que únicamente se pueden tomar en
cuenta las constancias procesales.

Posteriormente se estableció la cuestión de la oportunidad procesal para


acudir a la vía de amparo directa o indirecta, establecida conforme a la etapa del
procedimiento natural en que se haya conocido la existencia del defectuoso
emplazamiento, pues en caso de que se haya conocido antes de emitirse el laudo
entonces se debe agotar previamente el incidente de nulidad de actuaciones
conforme a los artículos 735, 752 y 762 a 765 de la Ley Federal del Trabajo.

Se considera que el incidente de nulidad de actuaciones provee al quejoso


la posibilidad de agotar previamente al amparo un medio ordinario de defensa con
la posibilidad de corregir el defectuoso emplazamiento y en caso contrario acudirá
al amparo directo reclamando tal violación, sin embargo una vez dictado el laudo
la vía será la indirecta.

Se hace notar que el quejoso en ocasiones se ostenta sabedor del juicio en


el propio expediente con anterioridad a la emisión del laudo, por lo que en este
supuesto se considera que siempre se debe agotar el incidente respectivo antes
de acudir al juicio de amparo.

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